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23 jun 2013

Asanas profundización (parte 2)

Asanas
Está nota fue tomada del libro "Claves del Yoga" de Swami Digambarananda Saraswati. Está dividida en dos partes, les dejo aquí la segunda parte, y la Parte 1 pueden verla en el siguiente link http://yogaconciencia.blogspot.com/2013/06/asanas.html

Cómo progresar en la asana


Perfeccionar una postura puede llevar meses, años o toda la vida. El punto de partida es reconocer y aceptar el estado actual del cuerpo. Desde la aceptación se podrá observar con objetividad y se comprenderán cuáles son los verdaderos obstáculos que dificultan el progreso. Ser consciente de los obstáculos y vivenciarlos en profundidad, te permitirá superarlos. Los obstáculos son generalmente las tensiones y los bloqueos que limitan la movilidad corporal. Algunas tensiones han ido cristalizando durante años y no puede pretender eliminarla de un plumazo. El tiempo es necesario y sobre todo el ir directamente a su raíz. Por consiguiente, no se trata de desear eliminar el obstáculo, sino de conocerlo y comprender sus circunstancias. 



Encuentra la tensión, obsérvala, mira dónde está localizada, cómo es de profunda, hasta dónde se extiende, que limitación produce, dónde está su origen, qué molestia causa, experimenta esa incomodidad, siguela hasta su raíz y súbitamente comprobarás que algo cambia. La distensión ha comenzado y va aumentando. Ya estás en buen camino... Puedes ayudarte, respirando conscientemente, en esa área. Baña mentalmente con la inspiración los músculos tensos, aportándoles oxígeno, energía y vitalidad. Observa cómo la espiración disuelve y expulsa la dureza, la rigidez y la molestia. 



Progresar en una asana conlleva expandir nuestros límites en el espacio, empujarlos un poco más allá cada día, hasta alcanzar nuestra expansión total. Es una experiencia lenta y gradual, aunque podrás sentir que hay grandes progresos de un día para otro. Ten presente que estirar un músculo es más fácil si previamente ha sido relajado y que la relajación implica la ausencia de esfuerzo. Progresar en una postura requiere grandes dosis de habilidad y un esfuerzo inteligente. Al explorar y expandir tus límites físicos, tienes que proceder cuidadosamente, tratando con cariño a tu cuerpo. No lo violentes, ni abuses de él. 



Durante la estancia en la asana, puedes intercalar períodos de pasividad con otros de intensificación y estiramiento gradual. En la fase pasiva, toma consciencia de todo el cuerpo, saboreando la respiración, la relajación y la firmeza. Cuando sientas que el cuerpo está bien relajado, será el momento de intensificar la postura. Ayúdate con la espiración, ya que durante la salida del aire el cuerpo se relaja y resulta más fácil estirarlo o comprimirlo. En ciertas asanas puede resultar más eficaz el acentuarlas mediante una inspiración torácica-clavicular, que alargue la columna vertebral. Debes acentuar la postura con el mínimo esfuerzo, atajándola por los púntos de menor resistencia y articulando el cuerpo de forma correcta. En la fase pasiva permanece relajado, evitando perder terreno en la postura. En el transcurso de unas pocas respiraciones habrás conseguido progresar sin apenas esfuerzo ni molestias. Cuando encuentres un nuevo tope que parezca imposible de sobrepasar, intercala otra fase pasiva aumentando tu consciencia corporal. Puede ser que después de un rato consigas avanzar; sino es así, quédate ahí y disfruta plenamente de lo que ya tienes. Date tiempo, deja hacer, que la postura trabaje por sí misma. 



Tiempo de permanencia en las asanas

Cada postura tiene sus propias características. Algunas son cómodas de
mantener durante largos períodos de tiempo, mientras que otras solo pueden realizarse unos pocos segundos. En general, es deseable permanecer el mayor tiempo posible, siempre y cuando se esté firme y cómodo. Cuando se deja de estar confortable o aparecen los primeros síntomas de cansancio, es el momento oportuno de deshacer la asana. A este respecto, basta con estar atento, escuchando al cuerpo, para detectar cómo él mismo nos avisa de que ya es suficiente, de que ya se ha obtenido el efecto óptimo y se hace necesario un cambio, una pausa de relajación para asimilar los efectos. 


Hay un tiempo de permanencia ideal para cadapostura, pero no es un tiempo fijo y puede variar de un día a otro. Si se sobrepasa ese límite, la postura puede perder eficacia, e incluso resultar contraproducente. El mejor cronómetro para saber cuando terminar es la atención, la presencia consciente en la asana. Mediante una atenta escucha corporal registrarás nítidamente las señales que emite tu cuerpo indicando que ya se ha consumado el proceso. si no se posee suficiente sensibilidad corporal, lo más prudente es una estancia breve y confortable. No se trata de soportar la postura, ni de luchar contra el cuerpo ni contra el tiempo. La repercusión de la asana es muy intensa y la totalidad de sus efectos no se manifiesta hasta las horas siguientes. Si mantienes las posturas hasta el límite de tus posibilidades, pueden aparecer efectos desagradables. Lo mejor es ser natural y nunca exprimirte al máximo. Deja que la sesión resulta agradable, sin sentirte forzado en ningún momento. el entrenamiento gradual y sistemático, facilitará la asimilación de los efectos y en pocas semanas podrás aumentar cómodamente la duración de las asanas. 



Efectos de las asanas



Las asanas repercuten benéficamente en todas las estructuras del ser humano. Al ser sus efectos muy numerosos, en la descripción de las posturas únicamente mencionaremos los más importantes, así como las contraindicaciones generales que pudieran tener. 



Los principales beneficios de las asanas son los siguientes:



1. Los músculos, tendones y ligamentos son ejercitados adecuadamente, recuperando su flexibilidad natural, la fortaleza y el tono ideal. Las articulaciones también se fortalecen y recuperan toda su movilidad. El esqueleto se compensa y afirma. La columna vertebral adquiere gran elasticidad y en cierta medida se corrigen sus deformaciones. La estructura corporal obtiene un correcto equilibrio postural. 



2. Todos los sistemas y aparatos del cuerpo (circulatorio, nervioso, digestivo, endocrino, excretor) son tonificados y armonizados, recuperando su funcionamiento óptimo.



3. La circulación energética se activa y regulariza, mejorando las funciones de los pancha pranas. Se equilibra la actividad de los nadis ida y pingala. Se acentúa la actividad de los chakras, dando lugar a la aparición de estados de consciencia más profundos. 



4. El equilibrio energético que inducen las asanas genera un estado emocional positivo y vital. La mente se estabiliza, se potencian todas sus funciones y se integra armónicamente con el cuerpo. 


Las asanas además de agruparse según la dirección del movimiento del cuerpo, se pueden agrupar de acuerdo a los principales efectos que producen sobre el conjunto del cuerpo-mente de la siguiente forma:

a) Posturas vitalizantes (o energizantes): son las posturas que ejercen una acción más estimulante sobre las glándulas endocrinas y el sistema nervioso simpático. Son las asanas que más activan e incrementan el nivel energético del organismo. 
b) Posturas tranquilizantes (o relajantes): son las posturas que inciden sobre los niveles energético, emocional y mental proporcionando un efecto de interiorización, tranquilidad y descanso. 
c) Posturas equilibrantes (o armonizantes): son las posturas que aumentan el balance de la respiración nasal, del funcionamiento de las cadenas nerviosas simpática y parasimpática , de la actividad de los hemisferios cerebrales y de los flujos energéticos de los nadis ida y pingala. 

Toda asana produce conjuntamente los tres tipos de efectos, pero de forma más notable alguno de ellos. A continuación enunciamos como orientación general algunas de las posturas que pertenecen a cada grupo de la clasificación anterior:

a) Vitalizantes: posturas de extensión hacia atrás. Ejercicios dinámicos y posturas de pie.
b) Tranquilizantes: posturas de meditación y de relajación. Posturas de flexión hacia adelante. 
c) Equilibrantes: posturas invertidas, de torsión espinal y de inclinación lateral. 


17 jun 2013

Asanas profundización (parte 1)

Asanas
Está nota fue tomada del libro "Claves del Yoga" de Swami Digambarananda Saraswati. Está dividida en dos partes, les dejo aquí la primera parte y la Parte 2 en el siguiente link...http://yogaconciencia.blogspot.com/2013/06/asanas-profundizacion-parte-2.html

La nota está ilustrada con imágenes de Max Alejandro en asanas. 


Introducción
Las asanas son el aspecto del Hatha Yoga que más se ha difundido en Occidente, y abundan las escuelas donde se enseñan. Puede ser que el lector ya esté iniciado en su práctica. Si no es así, es aconsejable un entrenamiento mínimo de seis meses antes de introducirse en las prácticas de pranayama y del yoga mental. 

De las numerosas asanas que nos han legado los yoguis, la práctica de unas pocas es suficiente para restaurar el equilibrio físico-mental que se necesita poseer antes de adentrarse en las etapas más avanzadas del yoga mental. Las asanas son un medio para potenciar la integración del cuerpo-mente. Durante su ejecución se establece un diálogo silencioso entre el cuerpo y la mente que nos da la oportunidad de explorar nuestra realidad fisiológica. La asana nos pone en íntimo contacto con el cuerpo, ayudándonos a comprender cómo funciona y cuales son los estímulos que necesita para equilibrarse y armonizarse. En la realización de una postura, el aspecto más esencial es la atención, la toma de consciencia de todo cuanto sucede. En la asana, por primera vez, podemos realmente escuchar a nuestro cuerpo y percibir los mensajes que nos envía. Es un proceso de sensibilización en el que la consciencia empapa cada miembro, órgano, tejido y célula de nuestro cuerpo. Hay que descartar la concepción errónea de la postura como un esfuerzo para domesticar el cuerpo. No se trata de domar el cuerpo, sino de comprenderlo, cuidarlo y desarrollarlo, desde la vivencia de sus ritmos interiores. Ayudarle con cada asana a que pueda satisfacer sus necesidades legítimas de respirar, estirarse, comprimirse, expandirse, movilizarse, inmovilizarse, flexibilizarse, fortalecerse, relajarse, tonificarse, afirmarse y expresarse. 

Cada asana tiene un efecto global y repercute positivamente en todos los sistemas del organismo físico, la estructura energética, el estado emocional y en la mente. Es importante ser muy cuidadoso y no violentar ni forzar el cuerpo. Hay que tratarlo con amor. Una actitud cariñosa hará brotar la comprensión de sus posiblidades y limitaciones y la reconciliación con su realidad actual. Nos permitirá conocer las forma más adecuada de colaborar a que se regularicen todas sus funciones vitales y a desarrollar armoniosamente todas sus potencialidades. 

Cuando se ha perfeccionado la ejecución de la postura hay que intensificar la auto-escucha corporal. Una actitud de atenta observación, en la que somos un espectador de nosotros mismos y de cómo nos influye la asana. No hay que hacer nada, no hay que pensar, sólo estar presente y abierto, intensificando la vivencia de nosotros mismo. La postura hace todo el trabajo mientras nuestra consciencia nos informa de lo que está sucediendo. Así, el proceso de la asana se transformará en una meditación, una experiencia integradora en la que el cuerpo, la mente y la respiración se hacen UNO. 

Normas para la realización correcta de las asanas (en la tradición Swami Digarmbarananda Saraswati, de la orden de Swami Paramahamsa Satyanana). 

  • En todas las prácticas del yoga es conveniente ser asesorado por un instructor competente. 
  • Antes de comenzar la práctica, estudia y conoce perfectamente todos los detalles técnicos de la postura.
  • Si es posible, evacúa la vejiga y los intestinos antes de iniciar la sesión de asanas. 
  • No empieces la sesión hasta haber finalizado la digestión. 
  • Utiliza ropa cómoda que te permita libertad de movimientos, preferiblemente prendas de algodón. 
  • Despojate de todos los objetos metálicos: reloj, medallas, gafas, etc. 
  • Dispón de suficiente espacio, apartando los muebles u objetos que puedan estorbar o entrañar algún peligro. 
  • Realiza los ejercicios sobre una alfombra o una manta doblada. 
  • La habitación debe estar bien ventilada, pero sin corrientes de aire y a una temperatura agradable. 
  • Evita lugares ruidosos y la posibilidad de ser interrumpido durante la práctica.
  • No practiques cuando tengas fiebre o estés enfermo o con alguna contraindicación específica. 
  • Antes de realizar las asanas debes preparar el cuerpo con algún ejercicio de calentamiento como la salutación al sol. 
  • Adapta la práctica de asana a tus posiblidades y necesidades personales. 
  • Aborda primeramente las posturas más asequibles y con una intensidad ajustada a tus condiciones y necesidades. La práctica debe ser progresiva. Si alguna de las asanas clasicas no te resulta asequible, puedes sustituirla con una variante más suave. 
  • Si es posible, practica todos los días a la misma hora. Los momentos más favorables son el amanecer y el atardecer. 
  • Para conseguir un mejor resultado práctico, al principio realiza siempre la misma secuencia de asanas y en el mismo orden. Más adelante podrás introducir las variantes y los cambios que te convengan. 
  • Si practicas al aire libre, lo cual es ideal, no lo hagan nunca bajo el sol del mediodía o cuando este sea muy intenso. Tampoco se ha de practicar después de largos períodos de baños de sol.
  • Si deseas ducharte, es mejor que lo hagas antes de la sesión, o esperar al menos media hora después de haberla concluido. 
  • Las mujeres durante la menstruación deberán practicar con precaución y evitarán las posturas invertidas. En caso de embarazo a partir del quinto mes habrá que interrumpir la práctica habitual y adaptar la sesión a las nuevas necesidades. 
  • Nunca fuerces, evita el espíritu de competición con los demás y contigo mismo. No intentes sobrepasar tu propia capacidad. 
  • Si dispones de poco tiempo, resume la sesión y evita practicar con prisa. 
  • Comprueba que ejecutas las posturas correctamente, respetando todos sus detalles técnicos. 
  • Si una postura produce molestias es conveniente descartarla por algún tiempo. En caso de incomodidad es mejor deshacerla y volver a empezar. 
  • Evita realizar los ejercicios mecánicamente o con la mente ausente. Cada vez que realices una postura tiene que ser algo nuevo, como si fuera la primera vez, con mucha atención, curiosidad e interés. Evita caer en la repetición mecánica y en la monotonía. 
  • Administra la energía de forma que en cada ejercicio utilices los músculos imprescindibles en su tono justo, mientras los demás están relajados. 
  • Respira siempre por la nariz. Antes de comenzar sintonízate con tu impulso respiratorio y deja que se establezca una respiración amplia, lenta y abdominal. 
  • No comiences una nueva postura hasta que la respiración y el ritmo cardíaco se hayan normalizado. 
  • Entre asana y asana intercala una pausa de uno o dos minutos. Aprovéchala para relajarte y recuperarte realizando algunas respiraciones yóguica compeltas. Este es un momento apropiado para tomar consciencia del efecto que ha dejado el ejercicio que acabas de realizar. 
  • Durante las posturas mantén una respiración lenta, profunda, rítmica y abdominal. En algunas posturas tendrás que realizar la respiración torácica. Observa qué repercusiones tiene esta forma de respirar (ventajas o desventajas) por ejemplo en el arco, el pez, la cobra o la pinza.
  • Como norma general cada postura debe ir seguida de su correspondiente contrapostura. Siempre que se moviliza el cuerpo en una dirección a continuación habrá que hacerlo en dirección opuesta. Así se equilibran y complementan los efectos de las asanas. 
  • Entra y sal de las posturas lentamente, observando todos los músculos que se van contrayendo-descontrayendo a medida que realizas el ejercicio.
  • Mantén la postura final en completa inmovilidad pero sin rigidez ni tensión.
  • Durante toda la sesión mantén la actitud de estar "aquí y ahora". "Aquí quiere expresar la presencia en el cuerpo y "Ahora" la consciencia en la respiración a cada instante. 
  • Da paso a tu espontaneidad y cuando sientas que el cuerpo demanda o necesita una postura concreta, realízala aunque tengas que modificar el orden de la secuencia. Ten presente que el cuerpo tiene sus razones y es bastante corriente que, súbitamente, te apetezca realizar una postura o evitar alguna otra. Es la manifestación de tu instinto y debes respetarlo. Escucha a tu cuerpo y ten en cuenta sus mensajes. 
  • Hay diferentes formas de organizar una sesión, por ejemplo:
  1. Puedes elegir las posturas que más te convengan y ordenarlas adecuadamente, confeccionando un plan de trabajo. 
  2. Puedes sintonizar con la necesidad y demanda de tu cuerpo, dejando que te de la pauta de las posturas que va necesitando en cada momento. Este sistema no está al alcance de los principiantes ya que se necesita tener una gran sintonización con el propio cuerpo, que sólo se consigue después de una práctica prolongada. En cualquier caso, puedes construir una secuencia base que se ajuste a tus necesidades y permitirte las variaciones que estimes necesarias. 

  • Es muy importante la perseverancia y disfrutar de la práctica. No te impongas un plan de trabajo rígido, sino que sé mas bien natural y flexible para que tu sesión de asanas se transforme en un juego que disfrutes plenamente. 
  • Termina siempre la sesión con una relajación completa, un mínimo de diez minutos.
  • Si practicas las asanas diariamente es recomendable descansar un día a la semana. 
  • Al practicar las asanas o cualquier otra técnica de yoga deja que prevalezca el sentido común. 

La actitud mental durante la ejecución y permanencia en la asana





La atención es el elemento clave en la práctica de las asanas. Aquí radica una de las principales diferencias entre el Hatha Yoga y otros sistemas de entrenamiento físico, ya que en algunos tipos de gimnasia prevalece el interés por el movimiento puramente corporal, realizándose muchas veces de forma mecánica o con la mente ausente. Esto es inconcebible en el yoga. Si no hay atención no hay yoga. Una postura es ante todo un ejercicio físico-mental donde ambos aspectos confluyen y se integran plenamente. 

La ejecución de una asana implica un proceso de investigación consciente sobre el cuerpo. La atención es esencial para descubrir y asimilar los diferentes aspectos de la postura. En otro sentido, cada asana es una oportunidad para permanecer conscientes en distintas situaciones corporales. En la práctica existen muy variadas posibilidades para canalizar la atención y están relacionadas con el grado de experiencia del practicante. A continuación describimos algunas pautas en cuanto a cómo y dónde canalizar la atención, que pueden servir como una orientación general. No obstante, el practicante debe investigar por sí mismo y descubrir nuevos enfoques y pautas que le permitan profundizar en la experiencia integradora de su cuerpo-mente. 

Fase dinámica

La fase dinámica es el proceso de construir la asana y adquirir la posición final, partiendo desde una postura de reposo. Incluye también el desmontar la postura una vez concluida y el retorno a la posición de partida. Se caracteriza por el movimiento y desplazamiento del cuerpo en el espacio. Hay que realizarla lentamente, sincronizando el movimiento con la respiración. La lentitud permitirá reconocer los grupos musculares que participan en el movimiento y graduar el tono muscular adecuado. 

Durante su realización debe economizarse el gasto de energía, ejecutándola con el esfuerzo justo y el máximo de relajación. Se sentirá como van relevandose los grupos musculares, de forma que cuando unos entran en juego, otros se relajan y así sucesivamente. Habrá que evitar los tirones bruscos, y mantener una velocidad homogénea para que resulte un movimiento fluído, suave y que a veces casi se realiza por sí solo. Cuando se esté suficientemente adiestrado, será interesante desarrollar una atención específica sobre la columna vertebral, sintiendo que modificaciones de forma y presión se van produciendo a cada instante. También es importante tomar consciencia del conjunto del esqueleto y desarrollar todas sus posibilidades de articulación y compensación. 

En general, la respiración acompaña continuamente al movimiento y hay que permitir que los pulmones respiren todo lo que necesiten. El principiante puede realizar varias respiraciones en el transcurso de la fase dinámica, mientras que el adepto más entrenado lo conseguirá con una solo respiración, o en algunos casos con la respiración contenida. Los movimiento de flexión hacia adelante en los que se repliega el cuerpo, y los de torsión e inclinación lateral demanda ser realizados durante la espiración, mientras que los movimientos de extensión hacia atrás en los que el cuerpo se abre, se ejecutan durante la inspiración. En algunos casos puede ser conveniente realizar la respiración a la inversa. 

Podemos enriquecer la fase dinámica adoptando una actitud psicológica que refleje las cualidades del movimiento. Por ejemplo, cuando abrimos el cuerpo dejamos que la mente se contagie de esa actitud. Nos abriremos también mentalmente, con un gesto psicológico de apertura a la vida, a la energía del cosmos que nos penetra. Cuando cerramos el cuerpo, el gesto psicológico será de interiorización, de instropección y replegamiento sobre nosotros mismos. Durante todo el desarrollo del movimiento hay que observar la respuesta del cuerpo, evitando forzarlo o violentarlo. 

También es interesante notar la trayectoria del cuerpo, desplazándose en el espacio. Podemos explorar conscientemente nuestras posibilidades de movimiento y expansión en el espacio, intentando en el transcurso del tiempo abarcar más, expandirnos más en todas las direcciones. La expansión de nuestra movilidad está estrechamente relacionada con nuestra apertura y expansión mental. Expandir los límites físicos se reflejará muy positivamente en una actitud psicológica más abierta. 

No te descuides a la hora de deshacer la postura y retornar a la posición inicial. Sucede a veces que el practicante está algo cansado y tiende a hacerlo mecánicamente  o más rápido de lo que sería deseable. No pierdas la alerta, mantén el mismo grado de atención y las mismas directrices hasta alcanzar la postura de descanso. Resumiendo: 

Movimiento: 
  • Lento
  • Fluido
  • Relajado
Respiración:
  • Abdominal
  • Lenta y amplia
  • Coordinada con el movimiento
Actitud mental:
  • Consciencia de los grupos musculares que van interviniendo, regulando el tono adecuado y economizando energía. 
  • Consciencia de la columna vertebral y las modificaciones que va sufriendo a cada instante. Consciencia del esqueleto.
  • Acompañar el movimiento con un gesto psicológico emparentado con la actitud física que esté adoptándose. Observar e investigar las posibilidades de expansión-replegamiento del cuerpo en el espacio.
Todas estas pautas no pueden incorporarse al mismo tiempo. Lo más idóneo al principio es poner el énfasis en los detalles básicos y técnicos. Más adelante, se incrementará el grado de auto-observación y la integración psicológica. 

Fase estática

La fase estática es la postura en sí. Un período en el que el cuerpo permanece inmóvil, mientras la atención reconoce todo el organismo informándonos de cuanto sucede. Las características básicas de la fase estática son:

  • Respiración abdominal lenta, amplia y rítmica. Algunas posturas requieren respiración torácica.
  • Relajación y comodidad. Ajustar el tono muscular adecuado.
  • Inmovilidad, equilibrio y firmeza.
  • Sistemática toma de consciencia de todo el  cuerpo.
  • Integración de la mente y el cuerpo. 
La atención sigue siendo el elemento clave para obtener el máximo rendimiento de la asana. Primeramente se enfoca la atención a los aspectos externos de la postura y posteriormente se dirige a una toma de consciencia más profunda. La fase estática se consuma cuando se estabiliza la atención y emerge un estado de silencio mental. Un estado de unificación entre el cuerpo y la mente que permite experimentar la repercusión y la esencia de la postura.

Pautas generales sobre dónde dirigir la atención durante la fase estática

En general, en toda postura hay que desarrollar simultáneamente una doble atención. Una primera atención será fija y estará permanentemente enfocada sobre el proceso respiratorio. Al mismo tiempo hay que desplegar una segunda atención que será de carácter móvil y recorrerá todo el cuerpo encargándose de investigar, relajar, intensificar, corregir e informarnos de todo cuanto sucede. Finalmente, cuando la asana esté perfectamente consolidada, la segunda atención podrá fijarse definitivamente en algún punto concreto del cuerpo, un chakra, la sensación general que produce la asana, en la inmovilidad, etc. Veamos a continuación los puntos básicos donde hay que dirigir la atención durante la permanencia en la postura:
  • Respiración: una vez asumida la postura se observa la respiración, dejando que se manifieste libremente en el área del abdomen. Progresivamente se tornará fácil, lenta, amplia, rítmica y silenciosa. Algunas posturas requieren una respiración más rápida y torácica. Durante todo el tiempo que se permanezca en la asana, se mantendrá la atención sobre el proceso respiratorio. 
  • Relajación: la respiración lenta y profunda proporciona la sensación de estar centrado, conectado con uno mismo. Hará brotar un estado de relajación y comodidad generalizada en todo el cuerpo. Así podrán reconocerse las tensiones innecesarias y eliminarlas a voluntad. Deben quedar relajados todos los músculos que no intervengan activamente enmantener la postura. Unicamente permanecerán activos los músculos imprescindibles y además con el tono muscular justo. Algunas posturas requieren una acción muscular intensa. 
Relajarse en una postura es relativamente fácil. Como las tensiones son de naturaleza inconsciente, cuando la consciencia recorre y reconoce el cuerpo, las tensiones se disuelven por sí solas. Es un fenómeno que no implica actuar, solamente observar y reconocer los músculos que están contraídos innecesariamente. Donde fijamos la consciencia no puede permanecer la tensión.


  • Inmovilidad, equilibrio y firmeza: en torno a la respiración y relajación justas, irá apareciendo un estado de firmeza, equilibrio e inmovilidad que es determinante para que la postura rinda su efecto. Estos tres aspectos se reflejarán en la mente, que quedará estabilizada y unificada con el cuerpo. 
Durante la estancia en la postura habrá que hacer algunos ajustes o intensificar la posición mediante un movimiento suave y lento. Si durante la permanencia en la postura movemos innecesariamente el cuerpo, estaremos originando nuevas tensiones y entorpeciendo el libre flujo de las energías internas. Lograr la inmovilidad perfecta es una tarea que lleva tiempo. La verdadera inmovilidad no es forzada, ni obligada sino relajada y natural.

La toma de consciencia

Cuando las características anteriores (respiración, relajación e inmovilidad) se hayan consumado, podremos avanzar hacia una toma de consciencia más profunda de las distintas estructuras y procesos corporales. Veamos algunos ejemplos:

1. La respiración:
a) Observa que tipo de respiración tiende a establecerse en cada postura: equilibrante, vitalizante o tranquilizante. Investiga y adecua la respiración (abdominal o torácica) y el ritmo más conveniente en cada situación concreta.
b) Puedes investigar con la respiración haciéndola más profunda y lenta, constatando sus repercusiones.
c) Puedes observar cómo la respiración genera una onda expansiva que baña y afecta todo el cuerpo.
d) Puedes percibir la interdependencia existente entre los ritmos cardíaco y respiratorio, y la circulación sanguínea.
e) Puedes intercalar algunas respiraciones torácicas, comprobando su repercusión sobre la columna, el armazón del tórax y la musculatura del tronco.
f) Puedes observar el benéfico masaje que ejerce el diafragma sobre las vísceras abdominales durante la respiración abdominal, etc.

2. La relajación y el tono muscular:

La relajación es fundamental para que la postura rinda el cien por cien. La relajación permite que se liberen las energías bloqueadas y la circulación sanguínea. Cada día debes profundizar en la relajación hasta conseguir que sea óptima. Habrás de poner el énfasis en las áreas que sientas más rígidas e incómodas. La consciencia debe quedar fijada en la tensión que hayas localizado. Intensifica progresivamente tu atención hasta alcanzar el núcleo o raíz de la tensión. Con un actitud de aceptación hacia la tensión podrás investigarla y vivenciarla plenamente. En el instante que tu consciencia contacte con su núcleo la tensión comenzará a disolverse por sí sola. Por otro lado cultiva una relajación global de toda la postura, compaginada con una actitud de firmeza y equilibrio. No obstante, algunas posturas requieren gran vigorosidad y el emplear a fondo parte de la musculatura, así como ajustar el tono adecuado en el conjunto del cuerpo.
3. Circulación sanguínea:
Cada asana dirige la circulación sanguínea hacia un área específica y de forma global hacia todo el cuerpo. De este hecho proviene gran parte del efecto de la asana. Comprobarás los efectos circulatorios más nítidamente en las posturas invertidas, en las que el máximo beneficiario es el cerebro que recibe un importante volumen de sangre. El resto del cuerpo también se beneficia por una acción de descongestión. En todas las posturas puedes observar y descubrir qué modificaciones sufre la circulación sanguínea y cómo te afecta este hecho. También puedes intentar sentir o visualizar interiormente el proceso circulatorio.

4. La columna vertebral y el esqueleto:
La columna vertebral por ser el eje del cuerpo tiene gran importancia y merece la pena prestarle una atención especial. Podrás comprobar cómo todas las asanas inciden en ella. Intenta conocer qué vertebras son sometidas a un mayor estiramiento  y presión durante la postura y cómo repercuten positivamente estos efectos en su flexibilización. Es muy útil, aunque difícil al principio, intentar visualizar interiormente la forma que adopta la columna en cada postura así como la posición y articulación de las vértebras. Los practicantes con más experiencia pueden dedicar unos momentos a recorrer lentamente la columna, en sincronización con la respiración. En la inspiración, paseando la atención por la espina desde el coxis hasta la nuca y durante la espiración desde la nuca hasta el coxis. Este procedimiento te interiorizará profundamente y te otorgará una consciencia clara de toda la columna. Al mismo tiempo estimulará los impulsos nerviosos y energéticos que recorren la espina dorsal. También puede visualizar o tomar consciencia del conjunto del esqueleto durante la estancia en la postura.

5. Glándulas endocrinas:
Las posturas afectan muy directamente al sistema endocrino y harás muy bien en prestar atención sostenida sobre las zonas físicas donde se ubican dichas glándulas. Sobre todo en el caso de las tiroides, adrenales, gónadas y pineal. En la descripción de las posturas se especifica que asanas afectan más directamente a las glándulas endócrinas.

6. Sistema nervioso:
Con el tiempo descubrirás que las posturas tienen un efecto sobre el sistema nervioso. En este sentido podemos clasificarlas en tres grupos:

  1. Las que tienen un efecto vitalizante.
  2. Las relajantes-tranquilizantes.
  3. Las equilibrantes.

7. Esquema corporal y actitud psicológica:
Observa el esquema corporal que forma tu cuerpo en la postura y toma consciencia de la actitud psicológica que te comunica la asana. Sentirás cómo cada postura te proporciona una sensación bien definida: firmeza, estabilidad, seguridad, fuerza, interiorización, humildad, equilibrio, abandono, relajación, comodidad, confianza, apertura psicológica, presencia del aquí-ahora, etc.

8. Cuerpo energético:
Quizás sea el aspecto más importante para los hatha yoguis. Las asanas regularizan la circulación y abastecimiento del prana en el conjunto del cuerpo. Tienen un importantísimo efecto sobre el equilibrio de la actividad de los nadis ida y pingala, la fusión de prana y apana y la reintegración del néctar, amrit, a su fuente de origen. 

Para comprender el equilibrio energético es necesario observar la repercusión que tiene cada asana sobre la actividad de los nadis ida y pingala. Para experimentar en este sentido, antes de comenzar cada postura, observa el flujo respiratorio en las fosas nasales, tomando buena nota de en que fosa prevalece la respiración. Unos momentos después de finalizar la asana, estando ya en la postura de relajación, vuelve a observar la respiración en las fosas nasales y comprueba si ha habido alguna modificación. Las posturas invertidas suelen ser las que tienen el efecto más equilibrante sobre la actividad de los nadis ida y pingala. 

Las asanas también afectan directamente a los centros psíquicos-energéticos y su influencia se hace notar en la aparición de estados de consciencia más profundos. Toda postura repercute en el conjunto de los chakras, aunque alguno de ellos sea especialmente influido. En la descripción de las asanas se indican los chakras que suelen ser más afectados; no obstante, el practicante puede descubrir que, en su caso personal, la estimulación más intensa sucede en otro centro. Esto depende en gran medida del grado de perfección con que se ejecute la asana y de la flexibilidad del practicante. Durante la fase estática los practicantes avanzados pueden concentrarse en el chakra (o kshetram) más afectado. 

9. Meditación: 
La consumación de la asana culmina en la aparición del estado meditativo. Para ello es necesario un entrenamiento prolongado en el que el practicante irá desarrollando y perfeccionando la toma de consciencia de los elementos anteriormente expuestos. La fase final se caracteriza por un estado de total armonía físico-mental. La mente queda sumida en un silencio profundo, unificada con el cuerpo y la respiración. 

Resumen: inicialmente, el practicante debe ocuparse de perfeccionar los aspectos básicos de la postura: equilibrio postural, respiración adecuada, relajación, comodidad, firmeza y el máximo de relajación. Cuando se hayan afianzado las características básicas será fácil profundizar en la toma de consciencia. Cada practicante puede investigar lo que más le interese o aquellos aspectos que le resulten más asequibles. 

Cuando se esté suficientemente adiestrado podrá desarrollarse simultáneamente una doble atención, una primera atención o atención central, que estará permanentemente enfocada en la vivencia del aquí-ahora, es decir, la observación de la respiración y todo el cuerpo globalmente, y una segunda atención, que tendrá carácter móvil y podrá viajar por todo el cuerpo estableciéndose en áreas específicas (columna vertebral, glándulas, plexos nerviosos, chakras, etc), en donde investigará y nos informará de todo cuanto suceda. La fase final o estado meditativo llegará por sí sola cuando la atención se haya estabilizado y el cuerpo, la mente y la respiración estén armoniosamente integrados. 

No tengas prisa por avanzar. Es un proceso que necesita maduración. Procede pacientemente descubriendo todos los matices que te sea posible. La toma de consciencia profunda irá llegando naturalmente. Recuerda que el secreto del éxito reside en la práctica sistemática y en una actitud interior de desapego. Procediendo así, los frutos llegarán sin fatiga ni sobreesfuerzo, y estarás disfrutando de cada momento. 




2 nov 2012

Asanas: Percepción consciente, inteligencia corporal

Recomiendo leer los textos en la pestaña "Textos asanas" donde se encuentran los artículos afines a la teoría de asanas. 

Percepción consciente: cada poro de la piel ha de convertirse en un ojo
De "Luz sobre la vida" de B K S Iyengar

Creemos que la inteligencia y la percepción sólo tienen lugar en nuestros cerebros, pero el yoga nos enseña que la percepción consciente y la inteligencia deben permear todo el cuerpo. Todas las partes del cuerpo deben ser "anegadas" por la inteligencia. Debemos crear un matrimonio entre la percepción consciente del cuerpo y la de la mente. Cuando ambas no cooperan, las dos se sienten infelices. Eso provoca una sensación de fragmentación e "in-disposición". Por ejemplo, sólo deberíamos comer cuando la boca salivase de manera espontánea, pues eso es la inteligencia corporal diciéndonos que estamos hambrientos. Si no, nos vemos obligados a alimentarnos a la fuerza y el resultado es la enfermedad.
Mucha gente moderna utiliza tan poco su cuerpo que pierde la sensibilidad de la consciencia corporal. Pasan de la cama al coche al despacho al coche al sofá y a la cama, pero sin ninguna consciencia en sus movimientos, sin inteligencia. No hay acción. La acción es movimiento con inteligencia. El mundo está repleto de movimiento. Lo que el mundo necesita es un movimiento más consciente, más acción. El yoga nos enseña cómo insuflar inteligencia a nuestros movimientos, transformándolos en acción. De hecho, la acción que se introduce en un asana debería animar a la inteligencia, mientras que normalmente la mente queda atrapada y se excita sólo con el movimiento. Un ejemplo de esto último lo tenemos cuando uno se queda apasionadamente atrapado mirando un partido de fútbol. Eso no es yoga. Yoga es cuando uno inicia una acción en asana, y en alguna otra zona del cuerpo, algo se mueve sin permiso. La inteligencia lo investiga y pregunta: "¿Está eso bien o mal? Y si está mal, ¿qué puedo hacer para cambiarlo?".
¿Cómo desarrollar esa inteligencia en el cuerpo? ¿Cómo aprender a convertir nuestro movimiento en acción? Asana puede empezar a enseñárnoslo. Desarrollamos una sensibilidad tan intensa que cada poro de la piel actúa como un ojo interior. Nos hacemos sensibles a la interconexión entre piel y carne. De esta manera, nuestra percepción consciente se difunde por toda la periferia de nuestro cuerpo y puede sentir si tenemos el cuerpo alineado en un asana particular. Con la ayuda de esos ojos puede ajustarse y equilibrarse suavemente el cuerpo desde el interior. Eso es distinto a ver con los dos ojos normales. En lugar de eso se siente, se siente la posición del cuerpo. Cuando se está en la postura del guerrero, con los brazos extendidos, se pueden ver los dedos de la mano que está delante, pero también pueden sentirse. Pueden sentirse sus posiciones y su extensión hasta las puntas de los dedos. También puede sentirse la colocación de la pierna trasera y decir si está recta o no sin tener que mirar hacia atrás o utilizar un espejo. Hay que observar y corregir la postura corporal (ajustaría desde ambos lados) con la ayuda de los trillones de ojos con los que contamos en forma de células. Así es como se empieza a introducir percepción consciente en el cuerpo y a fusionar la inteligencia cerebral con la muscular. Esta inteligencia debe existir en todo el cuerpo a lo largo de todo el asana. En el momento en que desaparece la sensación en la piel, el asana se torna torpe, perdiéndose el flujo o corriente de la inteligencia.

La percepción consciente del cuerpo y la inteligencia del cerebro y del corazón deben mantenerse en armonía. El cerebro puede dar instrucciones al cuerpo para adoptar una postura, pero el corazón también debe sentirlo. La cabeza es la sede de la inteligencia; el corazón es la sede de la emoción. Ambos deben trabajar cooperando con el cuerpo.

Se ejercita la voluntad, pero el cerebro debe estar dispuesto a escuchar al cuerpo y comprobar qué resulta razonable y prudente dentro de las capacidades del cuerpo. La inteligencia del cuerpo es un hecho real. Es real. La inteligencia cerebral sólo es imaginación. Así que hay que convertir la imaginación en real. El cerebro puede soñar que hoy quiere hacer un difícil estiramiento hacia atrás, pero no puede forzar lo imposible ni siquiera a un cuerpo dispuesto a ello. Siempre intentamos progresar, pero para ello resulta esencial la cooperación interior.

El cerebro puede decir: "Puedo hacerlo". Pero la rodilla puede contestar: "¿Y tú quién eres para darme órdenes? Soy yo quien tiene que decidir si puedo o no puedo hacerlo". Así que es necesario escuchar lo que el cuerpo tenga que decir. A veces el cuerpo coopera, y a veces rehusa hacerlo. En caso necesario, hay que utilizar la inteligencia para reflexionar. Las soluciones se presentarán por sí mismas aunque al principio hay que andar a tientas. Entonces se podrá contar con un verdadero entendimiento entre el cuerpo y la mente, pero para llegar ahí se necesita humildad en el cerebro y también comprensión en el cuerpo. El cerebro no lo sabe todo. Si el cerebro recibe conocimiento del cuerpo, más tarde podrá, a su vez, aumentar la inteligencia corporal. De este modo, cuerpo y cerebro empiezan a cooperar para dominar el asana.

Éste es el proceso de entrelazado e interpenetración, cuando las envolturas o capas del ser operan con armonía entre sí. Con entrelazado quiero decir que todas las hebras y fibras de nuestro ser, a todos los niveles, entran en contacto y comunicación entre sí. Así es como cuerpo y mente aprenden a trabajar juntos. La piel proporciona la capa de inteligencia más externa. En nuestro núcleo radica nuestra sabiduría más íntima. Por ello, el conocimiento de la percepción externa y la sabiduría interna deben entrar en contacto al realizar las posturas. En ese momento no existe dualidad; se es uno; se es completo. Se existe sin la sensación de existir. El desafío de la piel debe dar un toque al Sí-mismo o Alma, y el Sí-mismo debe preguntar: "¿Qué más tengo que hacer?". El conocimiento externo incita al Sí-mismo a actuar.

Como ya he dicho, mientras se practica yoga es el cuerpo quien debe decirnos qué hacer, y no el cerebro. El cerebro debe cooperar con el mensaje que recibe del cuerpo. Suelo decirles a los estudiantes: "Vuestro cerebro no está en vuestro cuerpo! Por eso no podéis con el asana". Lo que quiero decir, claro está, es que la inteligencia está en sus cabezas, y no llenándoles el cuerpo. Puede que el cerebro se mueva más deprisa que el cuerpo o que el cuerpo no acierte a cumplir las instrucciones del cerebro, debido a la falta de una instrucción adecuada por parte de la inteligencia. Es necesario aprender a mover el cerebro no tan deprisa, para que así pueda seguir al cuerpo, o bien hacer que el cuerpo se mueva más rápido para que se ajuste a la inteligencia del cerebro. Que el cuerpo sea el hacedor, y el cerebro el observador.

Tras la acción hay que reflexionar sobre lo que se ha hecho. ¿Ha interpretado correctamente la acción el cerebro? Si el cerebro no observa de manera correcta, entonces la acción está teñida de confusión. El deber del cerebro es recibir conocimiento de parte del cuerpo y a continuación guiar al cuerpo para que refine la acción. Hay que detenerse y reflexionar entre cada movimiento. Eso es desarrollar la atención. Luego, en la calma, puede uno llenarse de percepción consciente. Pregúntate a ti mismo: "¿Han cumplido su papel todas mis partes?". El Sí-mismo ha de descubrir si se ha hecho bien o no.

Hacer un alto para reflexionar sobre los movimientos no significa que no haya que reflexionar sobre durante los movimientos . Debe existir un análisis constante durante la acción, y no sólo después. Eso proporcionará una comprensión real. El auténtico significado del conocimiento es que la acción y el análisis estén sincronizados. El movimiento lento permite la inteligencia reflexiva. Permite que nuestras mentes observen el movimiento y su resultado es una acción diestra. El arte del yoga radica en la agudeza de la observación.

Cuando nos preguntamos a nosotros mismos: "¿Qué estoy haciendo?" o: "¿Por qué lo hago?", nuestras mentes se abren. Eso es tomar conciencia de uno mismo. No obstante, es necesario señalar que los estudiantes deben tomar conciencia de ellos mismos, pero sin sentirse cohibidos. Esta cohibido implica que la mente no hace más que preocuparse acerca de sí misma, en un mar de dudas y absorbida en ella misma. Es como tener a un demonio y a un ángel sentados en los hombros y discutiendo continuamente acerca de lo que uno debería hacer. Cuando se está cohibido se acaba agotado. También se fuerzan los músculos de modo innecesario porque se está pensando en el asana y en cuánto se quiere uno estirar, en lugar de experimentar el asana y estirar atendiendo a las propias necesidades.

Tomar conciencia de unos mismo es exactamente lo contrario de estar cohibido, de la falta de naturalidad. Cuando se toma conciencia de uno mismo se está totalmente dentro de uno mismo, y no mirando dentro desde fuera. Se es consciente de lo que se hace sin ego ni orgullo.

Cuando no se puede mantener el cuerpo quieto tampoco se puede mantener quieto el cerebro. Si se desconoce el silencio corporal, no puede comprenderse el silencio mental. Acción y silencio deben ir de la mano. Si hay acción también debe haber silencio. Si hay silencio debe existir acción consciente y no sólo movimiento. Cuando la acción y el silencio se combinan como los dos discos del embrague de un coche, significa que se tiene puesta la marcha de la inteligencia.

Mientras se realizan las posturas la mente debe hallarse en un estado interior consciente que no quiere decir dormir; significa silencio, vacío, espacio que puede llenarse de una aguda percepción consciente de las sensaciones creadas por la postura. Uno se observa a sí mismo desde dentro. En completo silencio. Hay que mantener una actitud desapegada hacia el cuerpo y, al mismo tiempo, no descuidar ninguna de sus partes ni mostrar prisa alguna, sino permanecer alera mientras se ejecuta el asana. Apresurarse agota la energía, tanto si se está en Delhi como en Nueva York. Hay que hacer las cosas con ritmo y una mente sosegada.

Resulta difícil hablar del conocimiento corporal. Es mucho más fácil experimentarlo, descubrir "a qué sabe". Es como si los rayos de la luz de la inteligencia resplandeciesen a través del cuerpo, recorriendo los brazos hasta la punta de los dedos y las piernas hasta la planta de los pies. Mientras esto sucede, la mente se torna pasiva y empieza a relajarse. Se trata de una pasividad alerta, no de una pasividad torpe o vacía. El estado de reposo atento regenera la mente y purifica el cuerpo.

Al ejecutar un asana hay que recargar constantemente la percepción consciente intelectual; eso significa que la atención fluye sin interrupción. En el momento en que uno se hunde, no se recarga y la atención se dispersa. Entonces la práctica de asana es un hábito y no una práctica creativa y vigorizante. En el momento en que se introduce la atención se está creando algo, y la creación implica vida y energía. La percepción consciente nos permite superar el cansancio y agotamiento en nuestras posturas y en nuestras vidas. A los yoguis que se esfuerzan en ayudar a quienes acuden a ellos en busca de ayuda, siempre no come la fatiga. Son gajes del oficio de los profesores de yoga. Así que hemos de aceptar la fatiga y aplicarnos de nuevo mediante una intensa percepción consciente a fin de regenerar el cuerpo y recuperar energía. La percepción consciente en acción devuelve la energía y rejuvenece el cuerpo y la mente. La percepción consciente aporta vida. La vida es dinámica y por lo tanto las asanas también deben serlo.



Índice de todas las notas subidas de B K S Iyengar:

El yoga y los estados mentales
El cuerpo físico (asana). Estabilidad.
Asana por Iyengar
La práctica de Asana por Iyengar
Chitta Vrtti: las causas de modificaciones en la mente
Chitta viksepa: distracciones y obstáculos
Pranayama
Sisya y guru (discípulo y maestro)
Los estadíos del Yoga, Raja yoga y Hatha yoga.
Advertencias y precauciones para la práctica de Asanas
La presencia del sadhana en los cuatro capítulos de los Yoga Sutras
Yogasanas, consideraciones del cuerpo y la salud
Asanas: Percepción consciente, inteligencia corporal

10 abr 2012

Mahasatipatthana Sutta El Gran Sermón sobre los Fundamentos de la Atención. Parte 2/3: Vedananupassana y Cittanupassana.


Texto fundamental de la literatura budista.


Traducción de la edición revisada de la versión en inglés del texto Pali en escritura latina por Vipassana Research Institute. (Ver notas numeradas al final de la entrada).

"Tras haber conocido cómo son de verdad las sensaciones,

cómo surgen y desaparecen, cómo se goza de ellas, el peligro

que hay en ellas, la liberación de ellas, el Iluminado, Oh

monjes! está totalmente liberado y libre de todo apego."
 DhIga-nikaya 136, Brahmajala Sutta


Parte II


3. Vedanánupassaná: La Observación de las Sensaciones
Monjes: ¿ cómo mora un monje observando las sensaciones en las sensaciones? He aquí que un monje, mientras experimenta una sensación agradable sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación agradable". Mientras experimenta una sensación desagradable sabe perfectamente:
"Estoy experimentando una sensación desagradable". Mientras experimenta una sensación ni agradable ni desagradable sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación ni agradable ni
desagradable". Mientras está experimentando una sensación agradable con apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación agradable con apego". Mientras está experimentando una sensación agradable sin apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una
sensación agradable sin apego". Mientras está experimentando una sensación desagradable con apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación desagradable con apego". Mientras experimenta una sensación desagradable sin apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación desagradable sin apego". Mientras experimenta una sensación ni agradable ni desagradable con apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación ni agradable ni desagradable con apego". Mientras experimenta una sensación ni agradable ni desagradable sin apego, sabe perfectamente: "Estoy experimentando una sensación ni agradable ni desagradable sin apego"(12).

Así mora observando internamente las sensaciones en las sensaciones, o mora observando externamente (13) las sensaciones en las sensaciones. Mora observando tanto interna como externamente las sensaciones en las sensaciones. Mora observando el fenómeno del surgimiento de las sensaciones. Mora observando el fenómeno de la desaparici6n de las sensaciones. Mora observando el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la desaparición de las sensaciones. Ahora tiene consciencia de que:"Esto es sensación". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como mora un monje observando las sensaciones en las sensaciones.


4. Cittánupassaná: La Observación de la Mente
Monjes: ¿ cómo mora un monje observando la mente en la mente? (14) He aquí que un monje, cuando hay apego en la mente, sabe perfectamente que hay apego en la mente; cuando la mente está libre de
apego, sabe perfectamente que la mente está libre de apego, Cuando hay odio en la mente, sabe perfectamente que hay odio en la mente; cuando la mente está libre de odio, sabe perfectamente que la mente está libre de odio. Cuando la mente está ofuscada, sabe perfectamente que la mente está ofuscada; cuando la mente está libre de ofuscación, sabe perfectamente que la mente está libre de ofuscación. Cuando la mente está recogida sabe perfectamente que la mente está recogida; cuando la
mente está distraída (15) sabe perfectamente que la mente está distraída. Cuando la mente está expandida, sabe perfectamente que la mente está expandida; cuando la mente no está expandida, sabe perfectamente que la mente no está expandida (16). Cuando la mente está en estado superable, sabe perfectamente que la mente está en estado superable; cuando la mente no está en estado superable, sabe perfectamente que la mente no está en estado superable (17). Cuando la mente está concentrada sabe como es debido que la mente está concentrada; cuando la mente no está concentrada, sabe perfectamente que la mente no está concentrada (18). Cuando la mente está liberada, sabe perfectamente que la mente está liberada; cuando la mente no está liberada, sabe perfectamente que la mente no está liberada.

Así mora observando internamente la mente en la mente, o mora observando externamente la mente en la mente, o mora observando tanto interna como externamente la mente en la mente (19). Mora observando en la mente el fenómeno del surgimiento. Mora observando en la mente el fenómeno de la desaparición. Mora observando en la mente tanto el fenómeno del surgimiento como el de la desaparición. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es mente". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como un monje mora observando la mente en la mente.

Notas: 
12.- Samisa [con apego] significa literalmente "sa-amisa" (con carne) y niramisa [sin apego] nir-amisa (sin carne). También puede traducirse por "impura" y "pura", "material" e "inmaterial" o "sensual" y "no sensual". Una interpretación tradicional dice que cuando una sensación es samisa se
relaciona con el mundo de lo sensual, de los placeres sexuales, y que una sensación niramisa es asexual, es una sensación de los reinos más elevados de la meditación.

En este contexto que se refiere a la observación de las sensaciones sin que haya ninguna reacción de codicia o de aversión por parte del meditador, hemos utilizado "con apego" y "sin apego", términos indudablemente mas claros pues se relacionan con la práctica.

13.- Bahiddha [externamente] se ha traducido a veces como "cosas exteriores" u "observar el cuerpo de otro". En la sección siguiente que trata de la observación de las sensaciones, se ha supuesto que quiere decir "sentir las sensaciones de otros". Aunque esta experiencia no es imposible, sólo sería factible practicarla en un estado de desarrollo muy elevado. Según el sutta, se le dice al meditador que se siente solo en algún lugar de un bosque, bajo un árbol o en una celda y comience a practicar; en una situación así no tendría sentido observar a otros, y carecerían de sentido las sensaciones de alguna otra persona o cosa. Por tanto, para un meditador "externamente" significa la superficie del cuerpo, que es la definición más práctica de bahiddha.

14.- Citta [mente] en este pasaje significa "mente". El meditador experimenta diferentes estados mentales y los observa de forma objetiva y desapegada. Podría inducir a error traducir aquí citta por "pensamiento".

Citte cittanupassi [la mente en la mente] se refiere a la naturaleza empírica de la observación requerida (ver nota 4 en Mahasatipatthana parte I).

15.- Sankkhittam [recogida] y vikkhittam [distraída] se corresponden con los estados mentales de dispersión causados por los pañca nivarana, los cinco impedimentos, o recogimiento, cuando los impedimentos no están manifestando sus respectivos efectos (ver la sección siguiente: Sección 5A Los Impedimentos).

16.- Mahaggatam cittam [mente expandida] significa literalmente "mente que se ha hecho grande", esto es, con la práctica y perfeccionamiento de los jhanas (la práctica de las absorciones del samadhi). Se refiere a una mente expandida por la práctica de los samadhis profundos, y no al estado en el que trascienden la mente y la materia. Amahaggatam cittam [la mente no expandida] significa por tanto que la mente no se ha expandido en la forma que hemos dicho.

17.- Sa-uttaram [superable] significa "habiendo algo por encima de ello", o "no superior". Este tipo de mente aún no está conectada con el campo mundano. Anuttaram [no superable] por tanto, es una mente que ha alcanzado un estado de meditación muy elevado, en el que no hay nada superior. Así pues, "superable" y "no superable", aunque no sea muy exacto, parece ser la traducción más aproximada.

l8.- Samahitam (concentrada) y asamahitam (no concentrada) se refiere al grado de samadhi (concentración) que se haya obtenido. Los grados de concentración reciben el nombre de upacara (concentración de acceso, es decir, aproximación al grado de absorción) y appana samadhi (absorción
en -u obtención de- la concentración). Por tanto, el término asamahitam cittam describe un estado mental en el que no se ha alcanzado ninguno de estos niveles de profundidad de la concentración.

19.- Iti ajjahttam... bahiddha... ajjahattabahiddha va citte cittanupassi viharati [Así mora observando internamente la mente en la mente... externamente... tanto interna como externamente]. Esta frase, al ser aplicada a la mente (y a los contenidos mentales en la sección siguiente) ha sido interpretada a veces como que el meditador observa su propia mente (internamente) y la mente de otros (externamente). Esto sólo puede ser realizado por un meditador altamente evolucionado, por tanto, no resulta ser una instrucción práctica para la mayoría de la gente. En esta sección se pide al meditador que tenga la experiencia directa de la mente en la mente (citte cittanupassi), l0 que sólo puede hacerse observando lo que surja en la mente. De la misma forma en que se tenía la experiencia del cuerpo por medio de lo que surge en el cuerpo (es decir, la sensación), sólo se puede tener la experiencia de la mente cuando surja algo en ella (los contenidos mentales). Cuando la mente está observando los objetos internos -sus propios estados mentales- se está observando internamente la mente en la mente.

Observar externamente la mente y los contenidos mentales significa observar empíricamente que cualquier objeto que entre en contacto con la mente/cuerpo a través de cualquiera de las seis puertas de los sentidos (esto es, un estímulo externo) causa una reacción interna. Cualquier visión, sonido, sabor, olor, tacto o pensamiento produce una sensación y la mente la siente. Por supuesto que los estados mentales internos y las sensaciones producidas por los contactos con los objetos externos se mezclarán y fluirán al unísono.

Así pues, vemos una vez más la importancia de la declaración del Buda:

Vedana-samosarana sabbe dhamma.

Todo lo que surge en la mente fluye con las sensaciones.
(Anguttara-níkaya: VRI III, Dasakanipata, 58; PTS V 107)

Ya sea el objeto interno o externo si la mente permanece observando las sensaciones en el cuerpo es posible experimentar directamente la mente y los contenidos mentales, ya sea el objeto interno o externo, de una forma tangible que permite fácilmente al meditador experimentar la naturaleza impermanente de todo el fenómeno mente-materia.


Continúa leyendo: 



1 abr 2012

Mahasatipatthana Sutta El Gran Sermón sobre los Fundamentos de la Atención. Parte 1/3: Introducción y Kayanupassana.


Texto fundamental de la literatura budista.


Traducción de la edición revisada de la versión en inglés del texto Pali en escritura latina por Vipassana Research Institute. (Ver notas numeradas al final de la entrada).

"Tras haber conocido cómo son de verdad las sensaciones,

cómo surgen y desaparecen, cómo se goza de ellas, el peligro

que hay en ellas, la liberación de ellas, el Iluminado, Oh

monjes! está totalmente liberado y libre de todo apego."
 DhIga-nikaya 136, Brahmajala Sutta

Parte I


Así lo he oido:
En una ocasion vivía el Iluminado entre los Kurus, en Kammasadhamma, una ciudad de mercado de los Kurus. Allí el Iluminado se dirigió así a los monjes: "Monjes"(1) y ellos contestaron: "Venerable Señor". Entonces el Excelso habló como sigue:

1. Uddeso: Introducción
Monjes, el único camino para la purificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para recorrer el sendero de la verdad, para experimentar directamente el Nibbána, es éste: El cultivo de los Cuatro Fundamentos de la Atención (2).

¿Cuáles son esos cuatro? Monjes, he aquí que un monje mora ardiente, con recta atención y comprensión minuciosa y constante de la impermanencia (3) observando el cuerpo en el cuerpo, habiendo eliminado el deseo y la aversión hacia este mundo (de mente y materia); mora ardiente, con recta atención y comprensión minuciosa y constante de la impermanencia, observando las sensaciones en las sensaciones, habiendo eliminado el deseo y la aversión hacia este mundo (de mente y materia); mora ardiente, con recta atención y comprensión minuciosa y constante de la impermanencia observando la mente en la mente, habiendo eliminado el deseo y la aversión hacia este mundo de (mente y materia); mora ardiente con recta atención y comprensión minuciosa y constante de la impermanencia observando los contenidos mentales en los contenidos mentales, habiendo eliminado el deseo y la aversión hacia este mundo (de mente y materia) (4) .

2. Kayanupassana: La Observación del Cuerpo

A. Anapanapabbam: Sección sobre la Atención a la Respiración. 
Monjes: ¿cómo mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo? He aquí que un monje va al bosque, o a los pies de un árbol o a un cobijo vacío, se sienta con la piernas cruzadas, mantiene el cuerpo erguido, fija su atención alrededor de la boca. Atento inspira y atento espira. Al hacer una inspiración profunda o larga sabe perfectamente (5): "Estoy haciendo una inspiración profunda o larga". Al hacer una inspiración superficial o corta sabe perfectamente: "Estoy haciendo una inspiración superficial o corta". Al hacer una espiración profunda o larga sabe perfectamente: "Estoy haciendo una espiración profunda o larga". Al hacer una espiración superficial o corta sabe perfectamente: "Estoy haciendo una espiración superficial o corta". Se ejercita de esta manera: "Sintiendo todo el cuerpo en una respiración, inspiraré". "Sintiendo todo el cuerpo en una respiración, espiraré". Así se ejercita, "Con las actividades corporales calmadas, inspiraré", así se ejercita. "Con las actividades corporales calmadas, espiraré", así se ejercita. 

De la misma manera que un tornero experto o un aprendiz de tornero. al darle al torno un giro grande sabe perfectamente: "Estoy dando un giro grande", o al darle al torno un giro pequeño sabe perfectamente: "Estoy dando un giro pequeño", así el monje, al hacer una inspiración larga o profunda sabe perfectamente: "Estoy haciendo una inspiración larga o profunda". A! hacer una inspiración corta o superficial sabe perfectamente: "Estoy haciendo una inspiración corta o superficial". Al hacer una espiración larga o profunda sabe perfectamente: "Estoy haciendo una espiración larga o profunda". Al hacer una espiración corta o superficial sabe perfectamente: "Estoy haciendo una espiración corta o superficial". Se ejercita así: "Sintiendo todo el cuerpo en una respiración inspiraré". "Sintiendo todo el cuerpo en una respiración espiraré", así se ejercita. "Con las actividades corporales calmadas espiraré", así se ejercita.

Así (6) mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente (7) el cuerpo en el cuerpo. Así mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Así mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución, así mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo" (8). Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención (9). De esta manera mora desapegado, sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo de mente y materia. Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

B.  Iriyapathapabbam: Sección sobre las Posturas del Cuerpo.
Así mismo, cuando un monje camina, sabe perfectamente: "Estoy caminando"; cuando permanece en pie sabe perfectamente: "Estoy en pie"; cuando está sentado, sabe perfectamente: "Estoy sentado"; cuando está tumbado, sabe perfectamente: "Estoy tumbado". Tiene perfecta consciencia de cualquier posición en la que coloque su cuerpo (10).

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo; o mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento, mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución, mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo" y desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo de mente y materia. Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

C. Sampajánapabbam. Sección sobre la Comprensión Constante y Minuciosa de la Impermanencia. 
Así mismo, monjes, un monje, mientras avanza o retrocede lo comprende, consciente siempre de la impermanencia (11), ya mire de frente o mire alrededor, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; mientras extiende o encoge los miembros, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya se ponga las prendas interiores o las exteriores o lleve la escudilla, lo comprende consciente siempre de la impermanencia. Ya coma, beba, mastique o saboree, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; al obedecer la llamada de la naturaleza, mientras defeca u orina, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya camine, esté en pie, sentado, durmiendo o despierto, hablando o en silencio, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia.

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento, mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución, mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención, y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo de mente y materia. Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

D. Patikülamanasikárapabbam: Sección sobre la Reflexion acerca de la Repulsión al Cuerpo.
Así mismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, envuelto en la piel y lleno de toda clase de impurezas, de la planta de los pies hacia arriba y del pelo de la cabeza hacia abajo, pensando así: "En este cuerpo hay: pelo en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétano, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago y su contenido, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasa líquida, saliva,
mocos, fluido sinovial y orina".

Es como tener un saco de provisiones de los de dos aberturas lleno de diversas clases de grano y semillas, tales como arroz de montaña, arroz común, alubias, guisantes, semillas de sésamo y arroz perlado, y un hombre que tiene buenos ojos, abriendo ese saco, hiciera inventario de su contenido diciendo: "Esto es arroz de montaña, esto es arroz común, esto son alubias, esto son guisantes, esto son semillas de sésamo, esto es arroz perlado.

Monjes, de la misma manera reflexiona un monje sobre su propio cuerpo, envuelto en la piel y lleno de toda clase de impurezas, desde la planta de los pies hacia arriba y desde el pelo de la cabeza hacia abajo, pensando así: "En este cuerpo hay pelo de la cabeza, vello del cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuetano, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago y su contenido, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasa líquida, saliva, mocos, fluido sinovial y orina".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo de mente y materia. Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

E. Dhátumanasikárapabbam: Sección sobre las Reflexiones en los Elementos Materiales.
Así mismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, en cualquier lugar o posición en que se encuentre, pensando en él según la característica de cada elemento: "En este cuerpo hay el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego y el elemento aire".

Monjes, igual que un carnicero experto o su aprendiz, que tras sacrificar una vaca y dividirla en partes se pone a venderla en el cruce de cuatro caminos, de la misma manera, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo en cualquier lugar o posición en que se encuentre pensando en los elementos de la materia:

 "En este cuerpo hay el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego y el elemento aire".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la disolución. Ahora tiene consciencia de que "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención; y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo de mente y materia. Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

F. Navasivathikapabbam: Sección sobre las Nueve Contemplaciones de un Pudridero.
Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo en el pudridero que lleva muerto un día, dos días o tres días, hinchado, amoratado y putrefacto, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la disoluci6n. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero que está siendo devorado por los cuervos, devorado por los buitres, devorado por los halcones, devorado por las garzas reales,
devorado por los perros, devorado por los tigres, devorado por los leopardos, devorado por los chacales y por diversas clases de criaturas, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello.

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento, mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución, mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a un esqueleto con un poco de carne y sangre adherido a él, unido tan sólo por los tendones, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo".

Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a un esqueleto, embadurnado de sangre y sin carne, unido tan sólo por los tendones, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la disolución. Ahora tiene consciencia de que:"Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como un monje mora observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a un esqueleto, sin nada de carne ni de sangre, unido tan sólo por los tendones, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la disolución. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la disolución. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo".

Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como un monje mora observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a huesos sueltos esparcidos en todas direcciones: aquí un hueso de la mano, aquí un hueso del pie, acá un hueso del tobillo, un hueso de la rodilla, un hueso del muslo, de la pelvis, allí una vértebra, allá un hueso de la espalda; también un hueso del hombro, de la garganta, la mandíbula, los dientes y el cráneo lo aplica a su propio cuerpo y considera: "en verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la desaparición. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la desaparición. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a huesos blanqueados como una concha, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la desaparición. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la desaparición Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo" .

Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es corno mora un monje observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, reducido a un montón de huesos de más de un año, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello",

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna corno externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento, mora observando en el cuerpo el fenómeno de la desaparición. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y de la desaparición. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo". Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Y mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es corno un monje mora observando el cuerpo en el cuerpo.

Así mismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el pudridero, los huesos reducidos a polvo, lo aplica a su propio cuerpo y considera: "En verdad que este cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello".

Así mora observando internamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando externamente el cuerpo en el cuerpo, o mora observando tanto interna como externamente el cuerpo en el cuerpo. Mora observando en el cuerpo el fenómeno del surgimiento. Mora observando en el cuerpo el fenómeno de la desaparición. Mora observando en el cuerpo el fenómeno simultáneo del surgimiento y el de la desaparición. Ahora tiene consciencia de que: "Esto es cuerpo".

Desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención. Así mora desapegado sin aferrarse ni codiciar nada en este mundo (de mente y materia). Monjes, así es como un monje mora observando el cuerpo en el cuerpo.

Notas:

1.- La palabra bhikkhü [monjes] se usaba para dirigirse a todos aquellos que escuchaban los sermones del Buda. Por tanto, cada meditador, cada persona que camina por el sendero del Dhamma, aunque no sea literalmente un bhikkü; puede beneficiarse siguiendo las instrucciones que se dan aquí.

2.- Satipatthana [el cultivo de los Fundamentos de la Atención]. Sati significa atención y consciencia. Satipatthana significa que el meditador tiene que trabajar con diligencia y constancia para afincarse firmemente en la consciencia o atención. Por tanto, hemos utilizado los "Fundamentos de la Atención" para transmitir el sentido de que hay que afanarse activamente para mantener una consciencia continua de las sensaciones, tal y como se desprenderá del resto del Sermón.

Hay ciertos pasajes en los sermones del Buda en los que sati tiene el significado de "memoria" (Digha-nikaya. VRII, 411; 11, 347; PTS 1, 180; 11, 292) lo que es cierto en particular cuando se refiere a la habilidad especial de recordar vidas pasadas, habilidad que se desarrolla por la práctica de los jhanas (absorciones profundas de la concentración). Pero en el contexto del Satipatthana, la práctica de Vipassana, que no conduce a los jhanas sino a la purificación de la mente, sati sólo puede significar prestar atención (o ser consciente) del momento presente, y no recuerdo del pasado (o ensoñación del futuro).

3.- El Buda siempre incluía el término sampajañña [comprensión constante y minuciosa de la impermanencia] o sampajano (la forma adjetivada de sampajañña) cuando se le pedía que explicase sati (atención, consciencia). (Véase por ej., la definición de samma sati en el capítulo sobre las Cuatro Verdades Nobles: La Verdad del Sendero). Como resultado de la asociación frecuente de ambas palabras, sampajañña se ha considerado a menudo como casi sinónimo de sati, como "consciencia clara" o "clara comprensión"- o como una exhortación a permanecer atentos. Otra definición tradicional de sampajañña, más cercana a su significado pleno, es "comprensión minuciosa".

En el Sutta Pitaka el Buda dió dos explicaciones del término. En el Samyutta-nikaya (VRlI, Mahavaggasamyutta, 401; PTS V; 180-1) lo define como sigue:
Monjes: ¿ Cómo comprende minuciosamente un monje? Monjes, he aquí que un monje sabe que las sensaciones surgen en él, sabe de su persistencia y sabe de su desvanecimiento; sabe que las percepciones surgen en él, sabe de su persistencia y sabe de su desvanecimiento; conoce cada aplicación inicial de la mente sobre un objeto que surja en él, sabe de su persistencia y sabe de su desvanecimiento. Meditadores: así es como un meditador comprende minuciosamente.

De lo anterior se desprende que se está sampajano únicamente cuando se da uno cuenta de la característica de la impermanencia (surgir, persistir y desvanecerse). Esta comprensión debe estar basada en la sensación (vidita vedana). Si la característica de la impermanencia no se percibe en vedana, dicha comprensión es una simple intelectualización puesto que la experiencia directa sólo sucede a través de la sensación. La declaración además indica que sampajañña está presente en la experiencia de la impermanencia de vitakka y sañña. Aquí debemos señalar que la impermanencia que se verifica en vedana realmente abarca los tres casos, ya que, según la enseñanza del Buda en el Anguttara-nikaya (VRl 111, Desakanipata; 58; PTS V. 107):

Vedana samosarana sabbe dhamma
Todo lo que surge en la mente fluye con las sensaciones.

La segunda explicación que nos da el Buda de sampajañña hace hincapié en que debe ser continuo y repite en diversos lugares las palabras del sampajanapabbam del Mahasatipathana-sutta (Digha-nikaya II: VRI, 160; PTS 95):

Monjes, ¿ y cómo comprende minuciosamente un monje? Monjes, he aquí que un monje, mientras avanza o retrocede, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya mire de frente o mire alrededor lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; mientras encoge o extiende (los miembros) lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya se ponga las prendas interiores o las exteriores o lleve la escudilla, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya coma, beba, mastique o saboree lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; al obedecer la llamada de la naturaleza, mientras defeca u orina, lo comprende, consciente siempre de la impermanencia; ya camine, esté en pie, sentado, durmiendo o despierto, hablando o en silencio lo
comprende, consciente siempre de la impermanencia.

Con una comprensión adecuada de la enseñanza del Buda, se desprende claramente que si este sampajañña continuo consiste solamente en la comprensión minuciosa del proceso externo del caminar, comer y de las demás actividades corporales, lo que se está practicando es meramente sati. Pero si la comprensión constante y minuciosa incluye la característica del surgimiento y de la desaparición de vedana mientras el meditador realiza estas actividades, lo que se está practicando es sampajano satima, y se está desarrollando pañña (sabiduría),

El Buda lo describe más específicamente en este pasaje del Anguttaranikaya (VRI 1, Catukkanipata, 2; PTS II 14) con palabras que recuerdan el Sampajanapabbam:

El monje, ya camine o permanezca en pie, se siente o se tumbe ya se doble o se extienda, arriba, hacia adelante, hacia detrás en cualquier dirección observa el surgir y el desaparecer de los agregados.

El Buda enfatiza claramente la comprensión minuciosa de anicca (impermanencia) en todas las actividades corporales y mentales. Por tanto, dado que la comprensión correcta de este término técnico -sampajañña- es crítica para la comprensión de este sutta, lo hemos traducido como "la comprensión constante y minuciosa de la impermanencia" aunque sea una definición menos concisa de lo que es la tradicional "Clara comprensión".

4.- En este párrafo introductorio, el Buda repite una fórmula verbal clásica para recordarnos que debemos permanecer continuamente observando "el cuerpo en el cuerpo", o las "sensaciones en las sensaciones", o "la mente en la mente" o "los contenidos mentales en los contenidos mentales". Aunque pueden parecer unas instrucciones verbales poco usuales, hacen referencia al hecho de que la observación tiene que ser experimentada directamente antes que hacerla sólo con el pensamiento, la imaginación o la contemplación del objeto.

El Buda enfatiza este punto en el Anapana-sati-suttam, (Majjhima-nikaya III; VRI, 149; PTS 83-4), en el que describe los estados graduales de la práctica de anapana. En la sección en la que explica cómo se perfeccionan los cuatro satipatthanas por medio del anapana dice:

...Monjes, cuando digo "inhalación-exhalación" es como otro cuerpo en el cuerpo. Monjes, observando el cuerpo en el cuerpo de esta manera, es la forma en la que un monje mora ardiente, con recta atención y comprensión constante de la impermanencia, habiendo eliminado la codicia y la aversión hacia este mundo de mente y materia.

Esto indica que la práctica de ánápána conduce directamente a la experiencia del cuerpo, es decir, sentir las sensaciones en el cuerpo. Las sensaciones pueden estar relacionadas con la respiración, con el oxígeno fluyendo en la sangre, etc., pero estos detalles carecen de importancia. La experiencia del cuerpo en el cuerpo ni se imagina ni se contempla, sino que se siente en todo el cuerpo. Y especifica:

...Monjes, cuando digo: "con la adecuada atención a la inhalación exhalación" es como otra sensación en las sensaciones. Monjes, observando las sensaciones en las sensaciones de esta manera, es la forma en la que un monje mora ardiente con recta atención y comprensión constante de la impermanencia, habiendo eliminado la codicia y la aversión hacia este mundo de mente y materia.

Al igualar la observación de la respiración con la experiencia de las sensaciones, el Buda está subrayando la importancia crucial del cuerpo y de las sensaciones en la práctica correcta de la meditación. Lo que perfecciona los cuatro satipatthanas es la constatación directa de las sensaciones en todo el cuerpo con consciencia de la impermanencia y con ecuanimidad.

Es esclarecedor que describa en el Anapana-sati-suttam la experiencia del cuerpo en el cuerpo y de las sensaciones en las sensaciones cuando se observa la respiración, o que cuando trata de la observación de la mente no lo haga con la misma fórmula verbal, sino que dirija nuestra atención una
vez más a la importancia de sampajañña :
.
...Monjes, observando la mente en la mente un monje mora ardiente con recta atención y comprensión constante de la impermanencia, habiendo eliminado la codicia y la aversión hacia este mundo de mente y materia. Monjes, os digo que aquel que está desatento, que no es consciente constantemente de la impermanencia, no está haciendo anapana.

Tomando  anapana como punto de partida, la práctica descrita conduce directamente a la Vipassana, es decir, a la práctica de los cuatro satipatthanas. Vemos el énfasis con el que Buda hace constar que, incluso mientras se practica la atención a la inspiración y a la espiración, no se está practicando correctamente a menos que haya consciencia de la impermanencia junto con la experiencia directa de las sensaciones.

5.-Pajanati [sabe perfectamente] - "conocer en profundidad, a propósito, con sabiduría" - es difícil de expresar con un solo término. Es el resultado de la intensificación del verbo janati (sabe) con la adición del prefijo pa, de paññii (sabiduría).

6.- Iti ajjhattam...kaye kayianupassi viharati [Así mora... mora observando el cuerpo en el cuerpo]. Este párrafo se repite 21 veces en todo el Mahasatipatthana sutta con las variaciones pertinentes según la sección de los cuatro satipatthanas que se hayan alcanzado: cuerpo, sensaciones, mente o contenidos mentales.

En este párrafo clave, el Buda describe los pasos comunes de la Vipassana que todos los meditadores deben dar, sin que haga al caso la sección por la que se comience. En cada una de sus repeticiones el párrafo enfoca nuestra atención sobre el hecho esencial de que hay que percibir, ya se esté observando el cuerpo, las sensaciones, la mente o los contenidos mentales, su característica fundamental de surgir y desaparecer. Entonces, la comprensión de la impermanencia conduce directamente al desapego absoluto del mundo de mente y materia, lo que nos lleva al nibbana (liberación).


7.- Bahiddha [externamente] se ha traducido a veces como "cosas exteriores" u "observar el cuerpo de otro". En la sección siguiente que trata de la observación de las sensaciones, se ha supuesto que quiere decir "sentir las sensaciones de otros". Aunque esta experiencia no es imposible, sólo sería factible practicarla en un estado de desarrollo muy elevado. Según el sutta, se le dice al meditador que se siente solo en algún lugar de un bosque, bajo un árbol o en una celda y comience a practicar; en una situación así no tendría sentido observar a otros, y carecerían de sentido las sensaciones de alguna otra persona o cosa. Por tanto, para un meditador "externamente" significa la superficie del cuerpo, que es la definición más práctica de bahiddha.
(Ver también la nota número 20)

8.- La expresión pali atthikayo [esto es cuerpo] indica que, en este sentido, el meditador comprende claramente de forma empírica, en las sensaciones, la verdadera naturaleza del "cuerpo": su característica de surgir y desaparecer y por tanto no identifica el "cuerpo" como el de un hombre o una mujer, joven o viejo, hermoso o feo, ni siente ningún apego hacia el "yo", "mi" o "mío". Por ello hemos optado por traducir esta frase con un genérico "Esto es cuerpo".

En cada una de las otras tres secciones del sutta, -las sensaciones, la mente y los contenidos mentales- se identifican en su párrafo correspondiente con la misma traducción genérica: "Esto es sensación", "esto es mente", "esto son contenidos mentales", para señalar la falta de identificación del meditador con el objeto y su comprensión del objeto en su verdadera característica de anicca (impermanencia).

En este párrafo clave, el Buda describe los pasos comunes de la Vipassana que todos los meditadores deben dar, sin que haga al caso la sección por la que se comience. En cada una de sus repeticiones el párrafo enfoca nuestra atención sobre el hecho esencial de que hay que percibir, ya se esté observando el cuerpo, las sensaciones, la mente o los contenidos mentales, su característica fundamental de surgir y desaparecer. Entonces, la comprensión de la impermanencia conduce directamente al desapego absoluto del mundo de mente y materia, lo que nos lleva al nibbana (liberación).


9.- Yavadeva ñanamattaya patisamattaya [así desarrolla esta consciencia hasta el grado en el que hay mera comprensión junto con mera atención]. Cuando ha llegado a este punto, la mente del meditador esta absorta en una clara consciencia de anicca (el surgir y desaparecer de las sensaciones) sin que haya ningún tipo de identificación más allá de esta consciencia; .y basado en la clara consciencia desarrolla el conocimiento de su propia experiencia. Esto es pañña (sabiduría). Con la consciencia fundamentada .de este modo en anicca no existe atracción hacia el mundo de mente y materia.

10.- Incluye no sólo las cuatro posturas clásicas del cuerpo, sino también los cambios de postura. Haga lo que haga un meditador ardiente siempre es claramente consciente con sabiduría: yatha yatha va-tatha tatba nam pajanati (sabe perfectamente lo que está haciendo).

11.- Sampajanakari hoti [comprende, consciente siempre de la impermanencia] significa literalmente: "Esta haciendo (todo el tiempo) sampajañña". Es muy útil seguir la progresion en pali de las palabras del Buda, cuando utiliza janati (sabe), pajanati (conoce, a propósito, o profundamente, con sabiduría) y sampajanati (comprende constantemente la naturaleza impermanente de su experiencia), Cada palabra indica un paso progresivo que el meditador da al seguir las instrucciones dadas en el sutta.

Así avanza desde la simple experiencia a la clara cornprension con el conocimiento empírico hasta la comprensión minuciosa y correcta, que es la consciencia constante de las sensaciones con una percepción total y detallada de la naturaleza impermanente de cualquier experiencia.

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