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14 oct 2015

¿Qué es el Yoga? por Indra Devi

El yoga es el único método para el desarrollo físico, mental y espiritual del hombre. Nació en la India hace miles de años. No es una religión, ni un credo confesional y no tiene templos, ceremonias, ni dogmas. Constituye un método integral de evolución, que empieza con el perfeccionamiento del cuerpo humano y prosigue con el progreso espiritual. 

Todavía hay mucho que opinan  que el yoga es una religión. Un yogui no es un sacerdote ni oráculo, es sólo un hombre que se encuentra en el camino para alcanzar la iluminación espiritual. Puede ser hindú, cristiano, budista, judío, musulmán, o puede no profesar religión alguna. El yogui (o yoguin) es un hombre que practica yoga; la mujer se llama yoguini. 

Permítanme ustedes que les explique ahora algo sobre los orígenes del yoga. En la antigua India, los yoguis primitivos constituían un grupo de místicos y científicos, para los cuales la relación entre el hombre mortal y el espíritu inmortal tenía un supremo interés. Se establecieron con la intención de hallar la forma o el método de unir a ambos durante la vida del hombre sobre esta tierra. Emplearon, no ya unos cuantos años, sino siglos enteros en llevar a cabo experimentos con diferentes sistemas de relajamiento (o pacificación total del cuerpo y del espíritu), de concentración y de meditación; hicieron pruebas con diferentes métodos de respiración, con distintas posturas, con numerosas dietas y ejercicios mentales y físicos. Cuando por fin consiguieron dar con las experiencias que necesitaban, sistematizaron los resultados de sus hallazgos y los llamaron Ciencia del Yoga

Ésta palabra proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa unión, vínculo y reintegración. La llamaron así, porque el objetivo del yoga es realizar la unión entre el hombre, que es lo finito, y el espíritu que es lo infinito, es decir, entre la conciencia individual y la Conciencia Cósmica. Podría llamársele también Verdad, Luz, Dios, Realidad Interior, etcétera. 

El yoga significa para el hindú una filosofía, una ciencia, un arte y una forma de vivir. La ciencia del yoga comprende diversas ramas, que corresponden a los diferentes caracteres y temperamentos, desde el que enseña a controlar el cuerpo hasta el que conduce  a la consecución de la "extraindividualidad del hombre", como expresa Gerald Heard. Los nombres  de las principales ramas del yoga son: Raja, Hatha, Karma, Jnana, Bhakti y Mantra. 

El hombre que adopta, por ejemplo, el Karma Yoga, realiza la unión con el Yo Superior a través del trabajo y de la acción. En el Jnana Yoga, esto se consigue por medio del estudio y de la ciencia. El Bhakti Yoga es el sendero del amor desinteresado y de la devoción rendida. El Mantra Yoga es la ciencia de las vibraciones, que prepara y condiciona al hombre para su unión con la Divinidad por medio de la repetición de ciertos sonidos e invocaciones. El Raja Yoga es la forma más elevada del yoga, es el yoga de la conciencia. Su instrucción, corrientemente, comienza con el Hatha Yoga, que es el yoga del bienestar físico. 

Éste Hatha Yoga es el que yo he estudiado y el que voy a exponer al lector. Los otros yogas no son muy apropiados para la gente que vive una vida agitada en la gran ciudad; mientras que el Hatha Yoga, el yoga de la perfección física, encierra e implica un mensaje práctico e iluminador para el mundo agitado y nervioso del Occidente. ES un mensaje para el cuerpo, para la mente y para el espíritu. 
Indra Devi enseñando yoga en Moscú en 1991

La primera etapa del Hatha Yoga está constituida por lo que se llama asanas, palabra que significa "posturas". Enseña la respiración profunda, los ejercicios y las reglas para relajarse o sosegarse en abandono absoluto del cuerpo y del espíritu, y las instrucciones para las dietas alimenticias. Se refiere a nuestro cuerpo y nuestra salud, y trata a fondo todo lo que tiene que ver con ella, desde el desarrollo glandular hasta la elevación espiritual. 

El yoga ofrece una vida mejor, más sana y más duradera. Al respirar correctamente, comer adecuadamente, relajarse y sosegarse, y ejercitar el cuerpo y la mente, usted conseguirá dormir mejor, tener más alegría y llegar a un estado mental más claro y más tranquilo. Aprenderá a mejorar y acrecentar su salud y a protegerse de las enfermedades como resfríos, estreñimiento, jaquecas, fatiga y otras molestias. Se conservará usted joven, lleno de vida y despierto, independientemente de su edad, logrará perder o ganar peso, desterrará las arrugas prematuras y conservará la piel suave y tersa con color saludable. 

No voy a profundizar en detalles que pertenecen a etapas más avanzadas del yoga. De todos modos, no le reportarán beneficio alguno, puesto que no pueden practicarse simplemente siguiendo instrucciones escritas. Para eso necesitaría la guía personal de un maestro competente. De otra manera correría el riesgo de consecuencias perjudiciales. 

Estas son las diferentes etapas del Hatha Yoga, según el orden con que son enseñadas: Posturas (Asanas); Control del Prana (Pranayama); Control del Sistema Nervioso (Pratyahara); Control de la Mente (Dharana); Meditación (Dhyana) y la obtención de la Iluminación (Samadhi), que es el último grado de todos los yogas, o sea "El matrimonio del Espíritu y de la Materia", como se llama en la India. 

En el proceso de experiencias para hallar los modos y los procedimientos de unir a los dos, los yoguis han ido desarrollando mi método ideal para preparar y entrenar el cuerpo y la mente. En él se toma en consideración al hombre entero, en todos los aspectos: físico, moral, mental y espiritual. Nada se ha pasado por alto. Ni siquiera los métodos de disciplina física necesitan mejorarse, porque comprenden todo lo que el hombre necesita para conseguir una salud perfecta: la respiración correcta, la postura, la dieta, los ejercicios, el relajamiento mental y físico y la higiene. 

Los yoguis primitivos estudiaron cuidadosamente, durante décadas enteras, los efectos de las distintas posturas, ejercicios, respiraciones y dietas alimenticias en los cuerpos humanos. También observaron cómo respiraban y se relajaban los animales; estudiaron sus métodos de adaptación a los cambios de clima y de ambiente; sus reacciones en los casos de enfermedad y de peligro. A fuerza de paciencia, y probablemente sirviéndose de sus facultades clarividentes, los yoguis consiguieron descubrir ciertos procesos biológicos que podían ser dirigidos conscientemente a sostener su estado de salud, su vigor y la prolongación de la duración de su vida. 

Arbitrados hace millares de años, los métodos yogas no han podido ser superados ni siquiera en los tiempos modernos. Gran parte de los descubrimientos recientes en el campo de la dietética y de la cultura física eran conocidos ya por lo yoguis antiguos, con la única diferencia de que ellos guardaban dichas prácticas en el más absoluto secreto. Hasta los últimos tiempos no habían conseguido los no iniciados tener acceso a ellas. 

Entre usted en cualquier salón de belleza, en cualquiera escuela de cultura física, o en cualquier gimnasio, y se quedará sorprendido al ver los numerosos ejercicios de yoga que se practican allí. Lo que pasa es que su valor original se ha perdido porque, al ser desprovistos de su coordinación con la respiración rítmica y de la profunda significación psicológica que estuvo vinculada a ellos, han quedado reducidos a la categoría de simple gimnasia corporal.
Con uno de sus principales maestros de Yoga, Krishnamacharya

Se me ha preguntado muchas veces cómo es que los yoguis prestan tanta atención al cuidado del cuerpo, cuando su objetivo principal es la unión espiritual con lo Divino. La respuesta es que se preocupan por conservar el cuerpo sano, hermoso, esbelto y limpio, por dentro y por fuera, porque lo consideran el vehículo a través del cual se manifiesta el Poder Supremo. Para ellos, el cuerpo es el templo del Espíritu Vivo y, en consecuencia, creen que deben elevarlo al más alto grado de perfección posible. Es, por ejemplo, como el violinista, que cuida con gran esmero su violín, sin el cual no podría ser capaz de expresar  su arte. De la misma manera el yogui cuida su cuerpo, porque es el único instrumento a través del cual puede expresar su espiritualidad. Podría decirse que la práctica del yoga ayuda al "medico", al "psiquiatra" y al "sacerdote" que llevamos dentro de nosotros a conservarnos en perfecto estado corpóreo, en perfecta salud mental y en perfecta conciencia espiritual. 

En la India, el yoga es enseñado por un maestro a su discípulo, el cual permanece y vive con gurú, o sea, su guía espiritual y su maestro, durante los años que dure su instrucción. Le sirve y atiende a todas sus necesidades, como recompensa por su instrucción. 

Los yoguis auténticos, que son los más adelantados en el sendero de la evolución espiritual, no tienen interés en las ventajas exclusivamente corporales del yoga. Para ellos no significan más que los primeros pasos del largo camino de la perfección. Viven en lugares apartados y mantienen en secreto sus enseñanzas, que sólo comunican a sus discípulos. De esta manera han conseguido conservar intacto el yoga durante millares de años, a pesar de todas las epidemias, catástrofes, guerras e invasiones que han asolado a la India. El yoga ha sido de enorme utilidad a innumerables personas, llevando salud a sus cuerpos, la paz a sus mentes, y unificando sus espíritus con la Fuente Universal. 

Indra Devi, de su libro "Por siempre joven, por siempre sano"




15 mar 2014

Los yogas por Swami Vivekananda

SWAMI VIVEKANANDA 

Los yogas y el raja yoga

LOS YOGAS

Bhakti Yoga
El Sendero de la Devoción

El Bhakti yoga es una verdadera y sincera búsqueda del Señor; una búsqueda que comienza, continua y acaba en el amor. Entre el conocimiento (gñana) y el amor (bhakti), no hay, realmente, tanta diferencia como algunas veces la gente se imagina. La gran ventaja del bhakti es que constituye el camino más fácil y más natural para alcanzar el gran fin divino que nos proponemos; su gran desventaja está en que, en sus formas inferiores, frecuentemente degenera en un deformante fanatismo. Los grupos fanáticos en el hinduismo, el islamismo y el cristianismo, han sido reclutados, casi exclusivamente, entre este tipo de fieles que se halla en los planos inferiores del bhakti.

En la religión del amor, todos tenemos que empezar como dualistas. Dios es para nosotros un Ser separado y nosotros nos sentimos también seres separados. El amor interviene entonces entre ambos; el hombre comienza a acercarse a Dios, y Dios también se acerca poco a poco al hombre.

Cada uno de nosotros comienza por amarse a sí mismo, y los falaces reclamos de nuestro pequeño yo hacen egoísta hasta el amor. Sin embargo finalmente llega a pleno esplendor de la luz, bajo la cual se ve que el pequeño yo se ha vuelto uno con lo Infinito. El hombre como tal se transfigura ante la presencia de esta Luz de amor y, al fin, realiza esta hermosa e inspiradora verdad de que: el Amor, el Amante y el Bienamado son Uno.

Gñana Yoga
El Sendero del Conocimiento

Mientras exista la muerte, una y otra vez se presentará la pregunta: "¿Es la muerte el fin de todas las cosas a las que estamos tan apegados, como si fuesen la más real de las realidades, la más sustancial de todas las sustancias?". Luego existe el deseo de ser feliz. Todos corremos detrás de algo que nos haga felices. Proseguimos nuestras carreras locas en el mundo exterior de los sentidos.

Hay otra postura: buscar una explicación, buscar lo real, descubrir lo real en medio de este mundo eternamente cambiante y evanescente.

Es un hecho altamente significativo que todas las religiones, sin explicación, sostienen que el hombre es una degeneración de lo que fue, tanto si esto lo arropan las palabras mitológicas, o en un claro lenguaje filosófico, e incluso en las bellas imágenes de la poesía.

En el mismo árbol hay dos pájaros, uno en la copa, el otro en una rama inferior. El de la copa está en calma, silencioso, majestuoso, inmerso en su propia gloria. El de la rama inferior, que picotea frutos dulces y amargos por turnos, y salta de rama en rama, es feliz y desdichado en turnos. Al cabo de algún tiempo, el pájaro de las ramas come un fruto excepcionalmente amargo y esto lo disgusta. Entonces levanta la mirada y ve al otro pájaro, muy hermoso con su plumaje dorado, que no come ni frutos dulces ni amargos, que no es feliz ni desdichado, sino que está muy tranquilo, centrado en su Yo, sin ver nada mas que su Yo. El pájaro inferior envidia esta condición, pero de pronto olvida y vuelve a picotear los frutos. No tarda mucho en comer otro fruto excepcionalmente amargo, que le hace sentirse muy desgraciado, y otra vez eleva la mirada y trata de acercarse al pájaro de la copa del árbol. Vuelve a olvidarse de ello, pero pasado el tiempo levanta de nuevo la mirada. Eso sucede una y otra vez, hasta que llega muy cerca del bello pájaro y ve la luz reflejada del plumaje jugueteando con su propio cuerpo; entonces siente un cambio y parece fundirse. Se aproxima más, y todo lo que le rodea se funde y al fin entiende este maravilloso cambio. El pájaro inferior era sólo una sombra, al parecer insustancial, un reflejo del pájaro superior. El era, esencia, el pájaro superior. El picoteo de frutos dulces y amargos, y ese pájaro inferior, que era feliz y desdichado por turnos, era una quimera vana, un sueño. Todo el tiempo el pájaro real estuvo arriba, tranquilo y silencioso, glorioso y majestuoso, más allá del dolor, más allá del pesar.

Raja Yoga
El sendero de la meditación

Los maestros de la ciencia del Raja Yoga declaran que nadie puede ser religioso hasta haber pasado por las mismas experiencias. Si hay un Dios debemos verlo, si hay un alma debemos percibirla, de lo contrario es mejor no creer. Es preferible ser un ateo que un hipócrita.

La ciencia de Raja Yoga propone poner ante la humanidad un método practico y científicamente construido para alcanzar la verdad. En primer lugar, toda la ciencia debe tener su método propio de investigación. Si se desea ser astrónomo, y uno se sienta y grita: "¡Astronomía! ¡Astronomía!", jamás llegará a serlo. Lo mismo sucede con la química. Hay que seguir un método. Hay que ir a un laboratorio, tomar ciertas sustancias, mezclarlas, combinarlas, experimentar con ellas y de todo ello extraer los conocimientos químicos.

La ciencia del Raja Yoga propone, en primera instancia, darnos un medio para observar los estados internos. El instrumento para ello es la misma mente. El poder de atención, cuando esta debidamente guiado y dirigido hacia el mundo interno, analiza la mente e ilumina los hechos para nosotros. Los poderes de la mente son como rayos de luz diseminados. Cuando se concentran, iluminan. Y este es nuestro único medio de obtener el conocimiento.

SWAMI VIVEKANANDA