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11 mar 2017

Vitalidad: respiración y pranayama. Por BKS Iyengar.



Del libro "Luz sobre la vida" de BKS IYENGAR



El cuerpo energético (prana)

Todo el mundo desea más energía vital. Si la energía pudiera empaquetarse y venderse en una tienda, sería el negocio más redondo de la historia. Sólo pensar en energía excita y energiza a las personas. Todos quieren saber dónde conseguirla. Pues desde luego ni en paquetes ni en tiendas porque, primero, "está en todas partes y, segundo, es gratis.







A Diós le damos muchos nombres, aunque es Uno. Lo mísmo sucede con la energía. Hay energía nuclear, energía eléctrica, energía muscular y energía mental. Todas ellas son energía vital o energía de vida, que en sánscrito se llama energía pránica, o simplemente prana. Al prana se le llama chi en China y ki en Japón. Hay quien sugiere que el concepto occidental más cercano a prana es el Espíritu Santo del Cristianismo, un poder sacro tanto inmanente como trascendente. Prana también suele llamarse viento y aire vital. La Biblia empieza con su descripción de la Creación con la frase: «El aliento de Dios se movía sobre las aguas»: Prana es el aliento de Dios. Prana es la energía que permea el universo a todos los niveles. Es energía física, mental, intelectual, sexual, espiritual y cósmica.



Todas las energías vibrantes son prana. Todas las energías físicas como calor, luz, gravedad, magnetismo y electricidad también son prana. Es la energía oculta y potencial que hay en todos los seres, que se libera por completo como respuesta a cualquier amenaza contra la propia supervivencia. Es el motor primero de toda actividad. Es energía que crea, protege y destruye. Los hinduistas suelen decir que Dios es generador, organizador y destructor. La inspiración es el poder generador, la retención es el poder organizador y la espiración, si la energía está viciada, es el poder destructor. Eso es prana en acción. Vigor, potencia, vitalidad, vida y espíritu son todas formas de prana.



Prana suele traducirse como respiración o hálito, pero sólo es una de sus manifestaciones. Según las Upanishads, es el principio de vida y consciencia. Se equipara con el Alma (Atman). Es el aliento vital de todos los seres del universo. Nacen de él y viven de él, y cuando mueren su hálito individual se disuelve en el hálito cósmico. Es la característica más esencial, real y presente en todos los momentos de nuestras vidas y no obstante sigue siendo la más misteriosa. La tarea del yoga, y especialmente del pranayama, es penetrar en el corazón de este misterio.



Prana, en la forma de respiración, es el punto de partida. El sufijo ayama significa estiramiento, extensión, expansión, longitud, anchura, regulación, prolongación, restricción y control. Por lo tanto, en su forma más simple, pranayama significa la prolongación y restricción de la respiración. Como prana es energía y fuerza vital, pranayama significa la extensión y expansión de toda nuestra energía vital. Debe quedarte claro que no puedes aumentar así como así el volumen de algo tan volátil y explosivo como la energía pura sin tornar medidas para contenerla, aprovecharla y dirigirla. Si de repente te diese por triplicar la potencia de la corriente eléctrica que llega a tu casa, no pensarías que la tetera herviría en una tercera parte del tiempo normal o que tus bombillas darían el triple de luz; sabes que lo que sucedería inmediatamente es que se quemarían todos los circuitos y te quedarías sin nada. ¿Por qué iba a ser diferente nuestro cuerpo? Por eso Patañjali dijo claramente que entre la práctica de asana y pranayama hay un peldaño. Ha de crearse, gracias a la habilidad en asana, la potencia y estabilidad en el circuito corporal para que éste pueda soportar el aumento de la corriente que supone la práctica de pranayama.



Son muchos los que han venido a verme a lo largo de los años acongojados por las desgracias que les han sobrevenido al no respetar esta precaución elemental. A menudo lo que les ocurría es que ignoraban la necesidad de levantar una base sólida y se apuntaron a diversos cursos con la esperanza de dar un salto a una espiritualidad cómoda. Su debilidad corporal y mental les traicionó y agravó sus problemas. El propio Patañjali advirtió de que si la base no es firmé se padecerá pesar, desesperación, inestabilidad corporal y respiración irregular. La depresión mental y los temblores que la acompañan son un asunto muy grave. Son extremos, y en su tercer sutra sobre asana, Patañjali dice concretamente que la práctica de asana nos protegerá de los peligros y vicisitudes de los extremos. Llamó extremos a las dualidades. En este contexto significa que hemos de contar con la suficiente fortaleza corporal y mental como para controlarnos a nosotros mismos con sensatez. Comer desaforadamente un día y ayunar al siguiente no es sensato. Si una palabra descortés oída en la oficina te inunda de amargura, de cólera o de resentimiento, entonces tampoco es sensatez. Si todavía oscilamos entre extremos, tanto de conducta como emocionales y mentales, es que no estamos listos para pranayama. Si contamos con una fuerza razonable en cuerpo y nervios, y estabilidad emocional y mental, entonces lo estamos.



Para el Viaje Interior necesitaremos muchísima energía, y una energía muy sutil, de gran calidad. Esta exploración, ocupación e iluminación sin fin requiere la energía especial de prana. Prana es especial porque conlleva percepción consciente. Es vehículo de consciencia. Si quieres enviar tu consciencia a la célula más lejana del dedo gordo de tu pie, prana la llevará hasta allí. Cuando se cuenta con un flujo suficiente de prana se puede difundir interiormente la consciencia por todas partes. Para conseguirlo es necesario generar mucho prana. Para generar prana hay que cultivar la extensión, la expansión, el control y la restricción de la respiración normal. Igual que en el anterior capítulo utilizamos estos términos para nuestra práctica sobre la envoltura anatómica y más externa del ser, annamaya kosa, ahora los utilizamos para la segunda envoltura, el cuerpo fisiológico u orgánico, pranamaya kosa. Tras fortalecer nuestra naturaleza conocida mediante asana, ahora añadimos una segunda cuerda a nuestro arco con el cultivo de la respiración. Al hacerlo generamos más
energía. Con más energía podremos explorar y penetrar más en el interior.



Tanto si hablamos de la envoltura más externa como si lo hacemos de ésta, más interior, siempre utilizamos la luz de la percepción consciente. Prana siempre está presente a la hora de llevar esa luz de la percepción consciente, sólo que ahora la generamos y dirigimos conscientemente. En la filosofía yóguica se considera que tanto la energía (prana)- como la consciencia (chitta) evolucionan directamente de la inteligencia cósmica (mahat). Mahat es la inteligencia universal de la naturaleza. Las piedras cuentan con inteligencia universal. Todas las hojas la tienen. Todas las células de todas las criaturas la tienen. Es omnipresente e infinita. El genio de la inteligencia de la naturaleza es la autoexpresión. Por eso la naturaleza es infinitamente variada, infinitamente inventiva. Prana es nuestro vínculo con esta inteligencia infinita. Es una pena que tengamos ese acceso disponible y que ignoremos su uso y su desarrollo. Somos como alguien con una vasta fortuna guardada en una cuenta bancaria y que olvidase el número, y tuviera que arrastrarse en la miseria. Vivimos en el interior de nuestra consciencia individual con su limitada inteligencia, sintiéndonos a menudo solos e insignificantes, cuando existe un conducto que da acceso directo a la consciencia e inteligencia cósmicas. Prana fluye a través de ese conducto, uniendo a todos los individuos entre si y con el principio original de la naturaleza. El pranayama tiene por objeto restaurar ese conducto para que la inteligencia que transporta la energía del macrocosmos pueda iluminar nuestro microcosmos.



Respiración y pranayama

No inicié la práctica de pranayama hasta 1944, cuando ya llevaba varios años enseñando yogasana. Podéis consolaros con el hecho de que, por muy pobre que sea vuestro pranayama, no puede ser peor que el mío durante los primeros años. Me levantaba sobre las cuatro de la madrugada y tornaba café con mi esposa. A menudo solía volverme a la cama de inmediato. Si no lo hacía, al cabo de tres o cuatro minutos empezaba a jadear y debía detener la práctica. Mi capacidad pulmonar seguía atrofiada a causa de la tuberculosis de mi infancia, y además me había esforzado demasiado con los estiramientos hacia atrás. Aunque conseguí flexibilidad, carecía de resistencia. De algún modo me las arregle para perseverar, pero mi pecho estaba tenso, y los músculos doloridos. Ni siquiera apoyando la espalda contra la pared dejaba mi respiración de ser pesada y trabajosa. Poco a poco me fui dando cuenta de que aunque los estiramientos hacia atrás refuerzan los músculos internos de la columna vertebral, los estiramientos hacia delante desarrollan sus músculos externos. Así que empecé a hacer estiramientos hacia delante, dándome la oportunidad de aumentar la resistencia. El dolor era intenso, como si me diesen martillazos en la espalda, y las molestias persistían durante horas. También me concentré en las torsiones, para fortalecer los músculos laterales. Todo resultaba muy frustrante, y aunque evité la depresión que puede resultar de la práctica, me encontraba muy agitado. No se puede practicar pranayama con la mente agitada. A veces solía sentirme fresco, mientras que en otras ocasiones estaba malhumorado y tenso, ya que no sabía cómo relajar el cerebro al inspirar ni entendía el arte de la sujeción necesaria durante el proceso de la espiración. Dicha sujeción es la habilidad de mantener la postura en pranayama de manera que permita la flexibilidad interior y evite perturbar la postura a causa del movimiento del aire. Por fortuna, contaba con el coraje y la determinación suficientes para no darme por vencido ante los fracasos repetidos.


En principio mi guru me había dicho categóricamente que yo estaba incapacitado para hacer pranayama. Antaño, el conocimiento espiritual se consideraba un tema esotérico y sus maestros lo protegían celosamente. Se mostraban rudos en sus maneras y no creían que sus alumnos fuesen realmente
dignos de ello. Antes no se hablaba con los discípulos de manera tan franca y abierta como hacemos en la actualidad. Incluso Ramana Maharishi guardó su filosofía para un pequeño circulo de eruditos altamente cualificados. Podriamos decir que la India de aquellos tiempos estaba inmersa en una lucha en pos de la democracia política, pero os aseguro que la democracia espiritual no existía. Como se me considera un maestro autoritario y severo, la gente no se da cuenta de que en realidad me he apartado y reaccionado en contra del duro y reservado régimen en el que me educaron. Estoy abierto respecto a todo lo que he aprendido, y mi severidad tiene que ver con una pasión por la precisión, para que mis estudiantes no padezcan los mismos errores y dificultades que yo tuve que soportar.



Finalmente mi guru se ablando hasta el punto en que me permitió practicar inspiración profunda, retención y espiración profunda. Pero no me dio instrucción técnica alguna. Por ello tendía a la inestabilidad corporal y a la respiracion irregular y trabajosa sobre la que advierte Patanjali. Como ya he dicho, por fortuna escapé a la desesperacion y zozobra en que puede resultar, pero me sentia inquieto y agitado. Todo el mundo necesita un maestro para practicar pranayama. Yo no tuve ninguno y caí en la brecha entre “saber” y “hacer”. Sabía que tenía que tomar una respiración lenta y profunda, pero no ocurría. No podía hacerlo.



Lo que me mantuvo en el buen camino fue mi practica de asana. Continué adaptando y transformando mi cuerpo para que fuese capaz de practicar pranayama, y al cabo do muchos y largos años acabé dominando su practica. Desde el punto de vista de mi capacidad para enseñar, este proceso de tanteo ha demostrado ser de un valor incalculable, pero no es un método que le recomiende a nadie. Mis primeros fracasos fueron debidos a una falta de guía así como a mi propia debilidad. Por otra parte, vosotros os hallais en situación de poder ir consolidando una buena practica en tan solo dos o tres años, siempre y cuando la continuéis al menos durante diez minutos al día y contéis con un buen profesor. Al igual que me sucedió a mi, a través de la acción y de la observación aprendereis a comprender las energías ascendentes y descendentes de la  inteligencia y a obtener el arte de entregar la inteligencia la fuerza de voluntad desde la sede de la cabeza hacia la sede del corazón. Aprendiendo a través de asana cómo estirarse y cómo mantener elástico y vivaz el sistema nervioso, podréis soportar cualquier carga, y por lo tanto el estrés no hará acto de presencia.



El pranayama no es respiración normal ni tampoco es sólo respirar profundamente. Se trata de la técnica para generar energía vital cósmica a través de la fusión de los elementos antagónicos de fuego y agua. El fuego es la cualidad de la mente, y el agua es el elemento que corresponde al cuerpo fisiológico. El agua apaga el fuego, y el fuego evapora el agua, y por ello no pueden juntarse fácilmente. El aire es la interfaz cuyo fluir en los pulmones proporciona la corriente dinámica que fusiona agua y fuego y que produce una corriente energética de prana. Ésta se extiende por el sistema nervioso y la corriente sanguínea y se distribuye por el cuerpo, rejuveneciendo todas las células. El elemento tierra en la forma del cuerpo proporciona el emplazamiento físico para la producción de energía, y el quinto y el más sutil de los elementos, el espacio o éter, ofrece el espacio requerido para la distribución de la energía. La necesidad de un espacio armonioso y simétrico explica la importancia de la columna vertebral y su musculatura de apoyo, pues la columna vertebral es el pilar central del sistema nervioso. Elevando y separando las treinta y tres articulaciones de la columna vertebral, y abriendo las costillas desde la columna como las zarpas de un tigre, profundizamos y prolongamos la respiración.



La analogía de la producción de energía a través de la potencia hidroeléctrica puede ser de ayuda. El agua estancada no puede crear energía, lo cual significa que si no respirais, estáis muertos. Si respiráis normalmente, hay cierto flujo, y producís la energía justa para hacer frente a las necesidades del momento. Pero no hay energía de sobra para invertir en otros proyectos. Sólo mediante las técnicas de pranayama, que regulan, canalizan y (en la retención de la respiración) retienen el flujo a fin de aprovechar y extraer su potencia inherente, podemos producir la energía suficiente para revitalizar todo el sistema. Debemos vivir plenamente antes de morir. Debemos generar suficiente energía para realizar todo nuestro potencial. El viaje hacia nuestro núcleo infinito es arduo. Sólo la energía pránica nos puede llevar hasta allí.



Observar el flujo de la respiración también enseña la estabilidad de la consciencia, que conduce a la concentración. No hay método mejor. El poder de concentración te permite invertir tu nueva energía de manera juiciosa. En el contexto yóguico, la aplicación más elevada de esta concentración y poder de visión radica en la meditación. Aprendiendo a apreciar la respiración, aprendemos a apreciar la propia vida. El don de la respiración es el regalo de la vida. Cuando recibimos un regalo sentimos gratitud. A través del pranayama aprendemos a sentir gratitud por la vida y gratitud hacia la desconocida y divina fuente de vida. Observemos mas de cerca los movimientos de la respiración, sus implicaciones y efectos.



Las técnicas respiratorias yóguicas son de origen y efectos meditativos. Básicamente consisten en cuatro partes: inspiración (puraka), retención de la respiración tras la inspiración (antara kumbhaka), espiración (rechaka) y retención tras la espiración (bahya kumbhaka). La inspiración debe ser larga, sutil, profunda, rítmica y regular. Los ingredientes energizantes de la atmósfera se difunden por las células de los pulmones y rejuvenecen la vida. Al retener la inspiración , la energía es totalmente absorbida y distribuida por todo el sistema a través de la circulación de la sangre. La descarga lenta de aire en la espiración expulsa las toxinas acumuladas. Realizando una pausa tras la espiración -según la propia capacidad- se purgan y evacúan todas las tensiones. La mente permanece silente y tranquila. Si se prolonga en demasía la pausa sentirás una súbita sacudida de pánico y aspirarás aire con avaricia. Se trata de nuestro apego instintivo por la vida manifestándose por sí mismo. La inspiración es la extensión y expansión del Sí-mismo (Purusa). Con la ayuda de la inspiración, el Sí-mismo abraza sus envolturas hasta la piel del cuerpo, como un amante abrazaría a su amada. La retención tras la inspiración es la unión del amante con la amada. En la espiración, el Sí-mismo —a través del aire espirado- se lleva
a la amada a su hogar, donde, a su vez, esta abraza al amante, el Sí-mismo. La retención tras la espiración es la amada uniéndose con el amante en una entrega total al supremo. Por eso el pranayama es algo más que un ejercicio fisiológico respiratorio. Como la respiración es vida, el arte respiratorio juicioso, atento y desprendido es una oración de gratitud que ofrecernos a la vida.



Cuando dedicamos nuestra atención al movimiento interior de la respiración es imposible utilizar al mismo tiempo los sentidos externamente. Tampoco puedes pensar que tienes que pasar por el supermercado de camino a casa cuando salgas de trabajar. El pranayama es el principio del repliegue o retraimiento de la mente y los sentidos respecto a los fenómenos externos. Por eso proporciona sosiego. Es la bisagra entre extraversión e introversión. Cuando se empieza con la práctica de asana se va obteniendo cada vez más confianza, equilibrio, seguridad en uno mismo y la luminosidad de la salud. Después de todo, la energía es una cualidad atractiva por sí misma. No dejes de disfrutar de esos beneficios en tu contacto con el mundo. Pero el yoga también nos pide que invirtamos interiormente algo de lo obtenido. Se trata de introversión en su sentido positivo, no de un evitar o apartarse del mundo sintiéndose incapacitado, sino por un deseo de explorar el mundo interior. La respiración, que opera en la envoltura del cuerpo fisiológico, sirve como puente entre el cuerpo y la mente.


No puedes mirarte la mente con los ojos. En asana los ojos deben estar activos para ajustar el asana, pero en la respiración los oídos son importantes para escuchar el sonido de la vibración mental y ajustar su armonía. También la mente es una vibración en el espacio. El sonido de la vibración de la mente sólo puede ser percibido por los oídos. Se trata de la penetración de la introspección. No nos acerca a la ruidosa capacidad pensante del cerebro, sino que, por el contrario, se pacifica el órgano cerebral. Nos acerca a la facultad intuitiva de la mente. No puede forzarse nada relativo a pranayama. Por eso enseña humildad. Para ello hay que invitar, engatusar a prana, y a su compañera natural, la percepción consciente intuitiva más elevada (prajña). Llegarán cuando las circunstancias sean favorables. Aquí es útil la metáfora sobre atrapar un caballo. No se puede atrapar a un caballo en un prado corriendo tras el. Hay que mantenerse quieto, de pie, y ofrecerle una manzana, y entonces el caballo se acercará.



En cierto sentido, en pranayama se hace necesario el poder de la voluntad. Es la voluntad de la práctica, la voluntad de conquistar su monotonía. Intrínsecamente resulta fascinante, pero ofrece menos variedad que asana y, como acabo de decir, es una práctica introvertida. Por muy ardoroso que seas, como fui y soy yo mismo, no intentes retener la respiración mediante la fuerza de voluntad. En el momento en que el cerebro se tensa, en que se endurecen los oídos internos y los ojos se sienten pesados o irritados, es que se está forzando más allá de la propia capacidad. Sé consciente de la piel del tronco que se mueve hacia el cuerpo interior. Si conoces la extensión y expansión del cuerpo, conocerás la extensión y expansión de la mente. Si los nervios del cuerpo están sobrecargados, el cerebro se contrae. La sensibilidad, la sujeción y el estiramiento de la piel deben ser como un niño disciplinado, que es atrevido y cauteloso a la vez. Permite que la respiración y la inteligencia se muevan simultáneamente. Si la inteligencia lo hace antes es que estás forzando.



Físicamente, los movimientos de pranayama implican una ascensión vertical, una expansión horizontal y una extensión circunferencial de la caja torácica, la pared torácica y los pulmones. Si durante la inspiración la piel por encima del centro del estemón puede moverse verticalmente arriba y abajo, y puede expandirse de lado a lado circunferencialmente, estará demostrando que los pulmones se están llenando al máximo de su capacidad.



Nuestro movimiento respiratorio normal no es rítmico. Cada inspiración voluntaria es una acción estresante, y cada expiración es desestresante. La inspiración normal involunria no se realiza con los pulmones, sino con el cerebro, así como con todo el cuerpo. Es fácil darse cuenta de que una inspiración normal provoca movimiento en todo el cuerpo. Los músculos se hinchan, y mientras se espira puede sentirse claramente la compresión de dichos músculos. En otras palabras, durante la respiración normal, todo el cuerpo inspira y todo el cuerpo espira. En la respiración yóguica el cerebro y las extremidades corporales permanecen pasivos, y sólo están activados los pulmones. El papel del tórax, diafragma, costillas, músculos intercostales, abdomen y pulmones es por lo tanto distinto ya que la respiración se recibe pero no se aspira. Como es la envoltura fisiológica y orgánica la que vincula e integra cuerpo y mente, necesita cultivarse con el suministro sanguíneo y energético adecuado. Para conseguirlo, se utiliza totalmente el sistema respiratorio , pero sin forzar el sistema nervioso.



En la inspiración normal el cerebro no sólo atrae la energía, sino también la sangre. En la espiración la libera. Este tipo de respiración no es más que el bombeo de sangre del cerebro. La propia palabra, inspiración, significa tanto inspirar aire como tener una sensación en forma de idea, y expresa la manera como se carga el cerebro durante la inspiración. Pero este tipo de inspiración crea estrés en el cerebro, ya que sus células se inflan y desinflan continuamente. Así que en lugar de energizarse, cuerpo y cerebro disipan la energía disponible. El pranayama empieza observando los movimientos de la respiración normal, sosegándolos y suavizándolos de manera que no exista carga sobre las células cerebrales. Para conseguirlo es necesario aprender a soltar el diafragma. El diafragma es el vínculo entre las envolturas fisiológica y mental, y en consecuencia se tensa cuando registra estrés y tensiones de la vida cotidiana.



Debes sumergirte en las inspiraciones y espiraciones y en la naturalidad de la retención sin causar ningún estrés en las células cerebrales, ni perturbaciones ni tirones innecesarios en los órganos vitales y los nervios. Después de todo, nuestros nervios son semiconductores líquidos y no reaccionan bien frente a las fluctuaciones incontroladas de corriente, de modo parecido a corno sucedería con un ordenador. Has de domesticar tu respiración a fin de domesticar el cerebro. Vivir momento a momento absorto en el fluir ininterrumpido del movimiento circular de la inspiración y de la espiración. Su flujo debería ser como el de un río grande y majestuoso; cuyos movimientos no son visibles.



Si la mente predomina durante la inspiración, se estará practicando pranayama egotista. Si la mente desciende, y es el corazón el que predomina, entonces estás haciendo un pranayama auténtico y humilde. Sabiendo cómo distribuir el prana se puede conseguir la unión de las energías del individuo y el universo. La inspiración abarca todo el cuerpo, expandiéndose desde el centro a la periferia. Durante la espiración la marea baja, retirándose hacia el centro. La inspiración es un movimiento hacia la consciencia periférica; la espiración se acerca al núcleo dela consciencia.



Hemos visto que de igual modo que las hojas se mueven con el viento, tu mente se mueve con tu respiración. Cuando se regula y pacifica la respiración, tiene lugar un efecto neutralizador en la mente. Y cuando se retiene la respiración, estás reteniendo el alma. Reteniendo toda la inspiración mantienes el infinito divino en tu interior. En ese momento alcanzas todo el potencial de tu individualidad, pero se trata de una individualidad divina y no de la criatura pequeña y e goísta con la que normalmente te identificas. Espirando ofreces con generosidad tu sí-mismo individual al mundo universal. Espirar y expirar son palabras gemelas. Lo que expira o muere es la conocida sensación de “yo”, que se aferra apasionadamente a su propia identidad y existencia. En la retención tras la espiración, experimentas la vida tras la muerte. Se hace frente y conquista el peor de los miedos del ego. Se corre el velo de ilusión que envuelve el “mi”.



La inspiración llena de vida todo el cuerpo. La espiración entrega esa vida a la fuente de vida, al Dador de la Vida. El cuerpo se mueve hacia el núcleo del ser, como un cachorro acurrucándose contra su madre, seguro y confiado. Si la retención causa tensión o dolor en la cabeza es que estás sujetando desde el cerebro, no desde los pulmones. Eso es una sujeción egotista. La clave de la retención es la naturalidad. La naturaleza es energía, y nos suministra todo lo necesario. El ego es finito; la energía de la naturaleza es infinita. Al negar la naturaleza estamós negando nuestra propia energía. Permite que ese océano de energía estimule los pulmones y deja que purifique el cuerpo y refine la consciencia.



A causa de las posibilidades que existen en la relación entre prana y chitta (consciencia), el gran yogui Svatmarama concluye -en el Hatha yoga Pradipika- que la respiración es la clave de la emancipación final. Además, la respiración desarrolla el inmenso poder necesario para que el practicante pueda hacer frente a la luz infinita cuando descienda la gracia. Replegando la mente de los sentidos de percepción y órganos de acción, la retención de la respiración lleva a la consciencia a descansar en el regazo del alma. La retención tras la inspiración es la consumación del potencial individual hacia la divinidad. Esta “copa llena” se eleva para fundirse con la energía universa. La espiración y retención vacían la copa de potencial personal hacia la divinidad en un acto de entrega ala fuerza
cósmica. Este noble acto de autorrenuncia funde totalmente la identidad del yogui con su origen divino. En este sentido, para mí, pranayama actúa como bhakti marga, el gran sendero yóguico de la devoción, el amor y la entrega de sí mismo. La historia nos muestra que han existido algunos individuos que han podido dar este salto a un estado de no-ego mediante un acto de autoentrega incomparable. No obstante, estoy convencido de que en un contexto moderno, cuando la sociedad anima desde la infancia el desarrollo de una personalidad egoica, una transición así resulta imposible sin un largo y- arduo aprendizaje mediante la oración viva del pranayama.



En el Hatha yoga Pradipika se dice que a los sentidos los gobierna la mente, que la mente es gobernada por la respiración y que la respiración lo está por los nervios. Nuestros sentidos informan a la mente y nos proporcionan información acerca del mundo que nos rodea, pero los sentidos también pueden controlar la mente y a nosotros si no tenemos cuidado. El yogui aprende a utilizar la mente para gobernar sus sentidos , y utiliza la respiración para gobernar la mente. No obstante, la mente y la respiración no siempre permanecen en calma y bajo control. En realidad, se agitan a menudo cuando experimentamos las tensiones y el estrés de la vida. Es precisamente ese estrés el que nos acorta la respiración, ya que se nos constriñe el abdomen a causa de la ansiedad. Este estrés detiene la respiración y nos vacía de energía vital.


12 oct 2016

Pranayama III, T K V Desikachar: Tecnicas de prāṇāyāma


Del libro "El corazón del yoga"



Tecnicas de prāṇāyāma

Ujjāyī

En una de las prácticas de prāṇāyāma llamada ujjāyī, o respiración de garganta, deliberadamente contraemos un poco la laringe, estrechando el paso del aire. Esto produce un leve ruido en la garganta mientras respiramos. La traducción de ujjāyī es “lo que aclara la garganta y domina el área del pecho.” Se debe pedir ayuda a un maestro para decidir si esta es la técnica de respiración más conveniente para uno, y si no, cuál sería la mejor.

La respiración Ujjāyī tiene muchas variaciones. Por ejemplo, podemos aspirar por la garganta y entonces tapar una fosa nasal y dejar un poco abierta la otra para exhalar. A esta técnica se le llama anuloma ujjāyī. En una técnica prāṇāyāma llamada viloma ujjāyī, inhalamos por la fosa nasal y expiramos por la garganta. Esta técnica se usa para prolongar la inhalación. En ujjāyī prāṇāyāma es importante seguir la siguiente regla: cuando regulemos la respiración a través de la fosa nasal, nunca respiremos por la garganta al mismo tiempo.



Nāḍī śodhana






En la técnica para prolongar la exhalación y la inhalación, respiramos alternando las fosas nasales y no usamos la garganta para nada. Cerramos una fosa y mantenemos la otra parcialmente cerrada, entonces aspiramos primero por la izquierda, y exhalamos por la derecha, luego aspiramos por la derecha y exhalamos por la izquierda y así sucesivamente. Para controlar la abertura de las fosas utilizamos un mudrā de mano. A esta técnica se le llama nāḍī śodhana, nāḍī es el pasaje o la vena por la que fluye la respiración y la energía; śodhana significa “limpieza.” La figura a continuación muestra la posición de la mano para nāḍī śodhana. Por lo general, trabajamos por mucho tiempo con ujjāyī antes de introducir nāḍī śodhanaa nuestra práctica.






Si tiene gripa o si sus fosas nasales están bloqueadas de alguna manera, no debe practicar la respiración por fosas alternadas. Si se fuerza la respiración a través de las fosas puede traernos complicaciones. En prāṇāyāma es importante seguir esta regla: no debe forzar nada bajo ninguna circunstancia. Si se usan las fosas para controlar la respiración, éstas no deben tener ninguna obstrucción. Si no es así, se debe practicar la respiración de garganta.



Śītalī

Otra técnica de respiración muy útil incluye el uso de la lengua. Durante la aspiración hacemos una curva juntando las orillas de la lengua para que se forme una especie de tubo, entonces respiramos a través de él. Durante la inhalación el aire pasa por la lengua húmeda, enfriando y refrescando la garganta. Para estar seguros deque la lengua permanece húmeda, la doblamos hacia atrás lo más posible presionándola contra el paladar durante toda la exhalación, para que en la siguiente respiración esté tan fresca como al principio. Podemos exhalar por la garganta o a través de las fosas alternadas. A esta técnica se le llama śītalī prāṇāyāma. Śīta significa “fresco.”

Aquellas personas que no pueden enrollar la lengua de esta manera, pueden lograr el mismo efecto de frescura utilizando otra técnica, en la cual abren un poco la boca separando los dientes de abajo de los de arriba al momento de aspirar, y colocan la lengua con cuidado en el espacio entre los dientes, una posición en la cual el aire puede aún fluir sobre la lengua. Exhalan otra vez por la garganta o por las fosas alternadas. Esta clase de respiración se llama śītkarī prāṇāyāma.

Las técnicas de ujjāyī, nāḍī śodhanay śītalī nos ayudan a dirigir nuestra atención a donde se encuentra la respiración en nuestro cuerpo. Este enfoque nos ayuda a unificar la mente, que es una contribución esencial para los efectos físicos de cualquiera de las técnicas prāṇāyāma que estemos practicando.
Śītalī


Kapālabhātī

Esta es una técnica que respiración que se usa en especial para limpiar. Si tenemos mucha mucosidad en los pasos de aire o sentimos presión y bloqueos en el pecho, a menudo se recomienda respirar rápido. En esta práctica, deliberadamente respiramos más rápido y al mismo tiempo utilizamos la respiración abdominal (esto es, de diafragma) y no la de pecho. En kapālabhātī la respiración es corta, rápida y fuerte. Usamos los pulmones como bombas, creando tanta presión cuando expelen el aire, que los pasos se limpian de basura desde los pulmones hasta las fosas nasales. Kapāla significa “cráneo” y bhātī “lo que trae ligereza.” Es bueno hacer Kapālabhātī cuando sentimos la cabeza pesada o confusa. Si tenemos problemas con los senos nasales o si sentimos entumecida el área alrededor de los ojos, kapālabhātī puede ayudar a limpiar esta área también.



Bhastrika 

Esta palabra quiere decir “fuelle.” En la respiración bhastrika el abdomen se mueve como un par de fuelles. Si una fosa está tapada, entonces aspiramos el aire rápidamente por la fosa abierta y exhalamos fuerte por la otra.

Las técnicas de respiración kapālabhātīy el bhastrika comparten el mismo principio general, en concreto, que limpiamos los pasajes de las fosas nasales con la fuerza de la respiración. No hay duda que debemos ser muy cuidadosos con estas técnicas, porque existe el peligro de crear tensión en la respiración. Al hacerlo rápido, podemos marearnos; por esta razón siempre terminamos la práctica de kapālabhātī con algunas respiraciones lentas. Es importante que no respiremos rápido muchas veces, sino que después de unas cuantas rápidas hagamos otras tantas lentas, en las que pongamos énfasis en la exhalación prolongada.


El proceso gradual de prāṇāyāma 

Cuando nos comprometemos con la práctica de prāṇāyāma, lo debemos hacer paso a paso. Es importante que descansemos unos minutos después de que terminamos nuestra práctica de āsana y antes de empezar prāṇāyāma, ya que estamos iniciando algo nuevo: dirigir nuestra atención hacia la respiración y no al cuerpo. El tiempo entre la práctica de āsana y la de prāṇāyāma no es sólo para descansar, también ayuda a nuestra mente a hacer la transición de una práctica a la otra. Si no descansamos entre las dos podemos desarrollar tensiones, debido a que el cuerpo no puede hacer una transición inmediata. Siempre debemos descansar entre la práctica de āsana y la de prāṇāyāma.

Al practicar prāṇāyāma es importante encontrar una posición, sentados, en la cual podamos permanecer por largos periodos y pararnos sin sentir rigidez. Un aspecto importante de nuestra postura prāṇāyāmaes conservar la espina derecha. Para muchas personas arrodillarse es cómodo; a otras les es más fácil sentarse con las piernas cruzadas en posición de flor de loto; aún es aceptable sentarse en una silla. Para las personas que se están recuperando de problemas como enfermedades del corazón, se recomienda que se recuesten en un sillón para hacer sus ejercicios de respiración. Debido a que en prāṇāyāmaestamos tratando, más que nada con la respiración, al sentarnos para efectuar esta práctica, el cuerpo no debe de molestar a la respiración. Lo que más nos importa en la práctica de āsana es el cuerpo. Al usar aquí la respiración, debemos adoptar unapostura para prāṇāyāmaen la cual pongamos una mínima atención al cuerpo. Lo único que se pide durante prāṇāyāmaes que estemos cómodos y que tengamos la espina derecha.


La figura a continuación muestra las posibles posturas para la práctica de prāṇāyāma. Padmāsana o la postura de flor de loto (1) es una buena posición para practicar prāṇāyāmay bandha, siempre y cuando podamos permanecer en ella cómodamente. La otra posición con las piernas cruzadas, siddhāsana (2) y sukhāsana (3) son más cómodas e igual de efectivas. Pocas personas pueden permanecer sentadas por mucho tiempo en vīrāsana(4), pero la mayoría de nosotros tenemos la tendencia a encorvar la parte baja de la espalda en esta posición. En vajrāsana(5) tenemos la disposición de hundir la espalda. Otra postura buena es sentarse derechos en un taburete.

Posturas para pranayama


La postura sentada que escojamos dependerá de la duración de nuestra práctica de prāṇāyāma. Digamos que queremos hacer veinte respiraciones, dando cinco segundos a cada inhalación y a cada exhalación. Eso no nos tomará más de tres minutos. Existen varias posiciones en las cuales podemos sentarnos cómodamente por este tiempo. Pero si planeamos nuestra práctica para que incluya aspiraciones y exhalaciones de más de cinco segundos, que incluya retención de respiración y veinticuatro respiraciones, la posición que fue confortable para tres minutos no lo va a ser para está práctica más larga. Por lo tanto debemos escoger una posición más sencilla. Entre más larga sea nuestra práctica de prāṇāyāma, necesitaremos una postura sentada más cómoda.

Krishnamacharya y estudiante


La proporción de la respiración 

Además de las diversas técnicas de respiración, la proporción de las diferentes fases de la respiración entre ellas, es muy importante. Ya hemos descrito de varias maneras cómo se pueden enfatizar las diferentes fases de la respiración. En prāṇāyāma también se puede arreglar la proporción entre la inhalación y la retención que le sigue, entre la exhalación y la retención después de ésta. Las muchas posibilidades de estas proporciones se pueden dividir en dos categorías aproximadamente.
            

Que la inhalación, la exhalación y la retención tengan la misma duración. Lo llamamos samavṛttiprāṇāyāma (sama significa “lo mismo” y vṛtti “mover”). Esta clase de práctica de prāṇāyāma es buena para las personas que usan un mantra en sus ejercicios de respiración; pueden hacer la aspiración, la exhalación y la retención de cada respiración, con el mismo número de repeticiones de mantra.
            

Las distintas fases de la respiración tienen diferente duración. Se llama viṣamavrtti prāṇāyāma. La regla general de esta práctica es permitir una exhalación dos veces más larga que la inhalación.

Otro punto importante en la práctica de prāṇāyāma es saber cómo encontrar la proporción apropiada de respiración, para nuestras necesidades individuales. No siempre respiramos en la misma proporción; podría ser que necesitáramos un nuevo porcentaje, para mantenernos atentos en la práctica o porque tuviéramos que tomar en cuenta otras necesidades inmediatas. Si la relación de respiración es muy fácil, nuestra práctica de prāṇāyāma se volverá mecánica y sí es muy complicada, podrá crear una resistencia que por sí sola causará problemas.
            
Se deben de tener en cuenta dos factores para escoger una proporción de respiración apropiada: qué podemos hacer y cuáles son nuestras metas. En este momento lo que podemos hacer depende de qué tan bien inhalamos, retenemos la respiración, exhalamos y retenemos la respiración otra vez. Es fácil descubrirlo si observamos nuestra respiración durante la práctica de āsana. Nos podemos dar una buena idea de los límites de nuestra respiración, al observar si ésta se tambalea cuando el cuerpo le exige más, en ciertas posturas.
            
Aquí tenemos un ejemplo de cómo podemos observar nuestra respiración en los diferentes āsanas , para encontrar la proporción de respiración adecuada, según nuestras necesidades. Escojamos tres posturas diferentes: una flexión hacia delante como paścimatānāsana, una flexión hacia atrás como bhujaṅgāsana y sarvāngāsana o pararse sobre los hombros, una postura en la cual el área de la garganta se restringe y los órganos abdominales presionan al diafragma. En estos āsanas , aspiremos y exhalemos en la misma duración, digamos, seis segundos para cadauna. Ahora imaginemos que el resultado es éste: la respiración es cómoda y libre en la flexión hacia delante; en la flexión hacia atrás, tanto la inhalación como la exhalación son más cortas y al pararse sobre los hombros la exhalación es buena pero la inhalación es demasiado corta. De este experimento podemos deducir que tenemos dificultades para alargar la inhalación.
            

Creo que debería ampliar esta explicación. Lo más probable es que podamos hacer la exhalación tan larga como queramos, al flexionarnos hacia delante, porque la contracción del diafragma y del abdomen no se restringe, así la exhalación es fácil. De la misma manera, en la postura invertida podemos prolongar la exhalación tanto como queramos. Por lo general es más difícil exhalar suavemente en esta posición, porque el peso de los órganos abdominales en el diafragma empujan hacia fuera el aire y así se acelera la exhalación. Si alguien puede controlarla a pesar de esto, entonces le será fácil prolongar la respiración en prāṇāyāma. La inhalación corta en bhujaṅgāsana (una postura que estimula la inhalación como el ritmo natural de respiración)y la inhalación corta al pararse sobre los hombros muestran que, de algún modo, la fase de inhalación en nuestro ciclo de respiración se restringe. Los āsanas no sólo nos hablan de nuestro cuerpo. Si establecemos una proporción en la cual la inhalación y la exhalación tengan la misma duración y observamos la respiración por cierto tiempo en varios āsanas , también podemos aprender mucho de la respiración.
            

A partir de este ejemplo podemos diseñar una práctica de prāṇāyāma en la cual la exhalación se prolongue más que la inhalación. Podríamos decidir respirar en una proporción de 1:2, esto es, haciendo la exhalación dos veces más larga que la inhalación. Al hacerlo, estimulamos a los pulmones para que se llenen completamente, lo que a su vez, ayudará a una inhalación más grande. Para prolongar la inhalación debemos trabajar con la exhalación.
            
Siempre debemos considerar las cosas más obvias, antes de hacer preguntas como ésta en nuestra práctica. Si somos principiantes en el yoga y sólo hemos hecho unos pocos ejercicios y ahora queremos practicar prāṇāyāma, no nos debemos imponer metas muy ambiciosas, como por ejemplo, que con sólo un mes de práctica podamos retener la respiración o retenerla después de exhalar a los dos meses de práctica. Al principio nuestras metas deben enfocarse más en encontrar lo que necesitamos, para desarrollar un interés más profundo en nuestra práctica. Sólo debemos incrementar el tiempo de la retención de la respiración después de inhalar y exhalar gradualmente. En cada nivel, es importante que después de cada sesión de prāṇāyāma que hayamos escogido correctamente nos sintamos bien, de la misma manera que lo deben estar nuestro cuerpo y nuestra respiración. Si ponemos atención a lo anterior, practicaremos de tal manera que al final nos será posible ejercitar todo tipo de prāṇāyāma.
            
Nuestras metas determinan lo que podríamos hacer a corto plazo; están relacionadas con nuestras necesidades y con la dirección que tomará nuestro yoga. Debemos aceptar el lugar donde nos encontramos y luego movernos hacia donde queremos ir. En el yoga, la noción de movernos del punto donde estamos ahora al punto que queremos alcanzar debe estar presente siempre. Con seguridad ésta es una de las definiciones del yoga

Desikachar enseñando pranayama

10 sept 2016

Pranayama II, TKV Desikachar

Del libro "El corazón del yoga"


Las formas de prāṇa





Existen cinco formas de prāṇa, todas tienen diferentes nombres, de acuerdo con las funciones del cuerpo con las que están relacionadas. Estas formas son:



  1. Udāna-vāyu, corresponde a la región de la garganta y a la función del habla.
  2. Prāṇa-vāyu corresponde a la región pectoral.
  3. Samāna-vāyu corresponde a la región central del cuerpo y a la función de la digestión.
  4. Apāna-vāyu corresponde a la región del abdomen bajo y a la función de eliminación.
  5. Vyāna-vāyu corresponde a la distribución de energía a todas las áreas del cuerpo.



Nos ocuparemos de dos formas: prāṇa-vāyu y apāna-vāyu.

A lo que entra en el cuerpo se le llama prāṇa y a lo que sale apāna. Este último término también se refiere a la región del bajo abdomen y a todas las actividades que se realizan ahí. Describe esa parte de prāṇa que tiene una función de eliminación y le da energía, también se refiere al vientre bajo y a la basura que se recoge ahí, cuando el poder de prāṇa no se halla en estado de equilibrio. Algunas veces decimos que una persona tiene demasiado apāna cuando es lenta y pesada. En ocasiones se necesita apāna como una energía pránica, pero en realidad cuando toma la forma del desperdicio que resulta de activar esta energía, impide que prāṇa se desarrolle adentro de nosotros. Todas las formas de prāṇa son necesarias, pero para que sean efectivas deben encontrarse en un estado de equilibrio entre ellas. Si alguien tiene mucha basura en la región del abdomen bajo, consumirá mucha energía ahí, por lo tanto, debe poner atención a este desequilibrio. La meta será reducir apāna lo más posible.


Apāna en forma de una sustancia de desperdicio se acumula debido a muchos factores, algunos de los cuales están fuera de nuestro control. La práctica de yoga se propone reducir estas impurezas. Se dice que una persona tiene más apāna cuando no puede retener la respiración o exhalar lentamente debido a una respiración corta. Una superabundancia de apāna nos conduce a tener problemas en todas las áreas del cuerpo. Tenemos que reducir apāna para que podamos traer más prāṇa a nuestro cuerpo.


Cuando inhalamos, introducimos prāṇa a nuestro cuerpo desde afuera y durante la inhalación se encuentra con apāna. Al exhalar, el apāna dentro del cuerpo se mueve hacia el prāṇa. Prāṇāyāma es el movimiento de prāṇa hacia el apāna y vice versa. De forma similar, al retener la respiración después de inhalar, prāṇa se mueve hacia apāna y se mantiene ahí. Retener la respiración después de exhalar mueve el apāna hacia el prāṇa.


Agni, el fuego de la vida

¿Qué pasa dentro de este movimiento de prāṇa y apāna? De acuerdo con el yoga, tenemos un fuego, agni, en el cuerpo, situado en los alrededores del ombligo, entre el prāṇa-vāyu y el apāna-vāyu. La flama está constantemente cambiando de dirección: al inhalar, el aliento se mueve hacia el vientre, causando una corriente de aire que dirige la flama hacia abajo, igual que en una chimenea; durante la exhalación, la corriente de aire mueve la flama en dirección opuesta, trayendo con ella la sustancia de desperdicio recién quemada. No es suficiente quemar la basura; la debemos sacar del cuerpo. Un patrón de respiración donde la exhalación es dos veces más larga que la inhalación, tiene el propósito de dar más tiempo durante la exhalación para liberar al cuerpo de sus bloqueos. Todo lo que hacemos para reducir la basura dentro de nuestro cuerpo, es un paso hacia la liberación de nuestros bloqueos. Con la siguiente inhalación llevamos la flama otra vez al apāna. Si no sale de nuestro cuerpo todo el desperdicio quemado, la flama perderá algo de su poder.

Algunas posturas físicas ayudan a reunir al fuego con la basura. En todas las posturas invertidas, el agni se dirige hacia el apāna. Esta es la razón por la cual el yoga le da tanto valor a los efectos de limpieza de las posturas invertidas. La limpieza se intensifica cuando combinamos las posturas invertidas con las técnicas de prāṇāyāma.

Krishnamacharya, padre de Desikachar, practicando pranayama


Todos los aspectos de prāṇāyāma trabajan juntos para liberar al cuerpo de apāna, para que así, prāṇa encuentre más lugar adentro. Cuando el desperdicio se desecha, prāṇa llena en el cuerpo el espacio que en realidad le pertenece. Tiene su propio movimiento y no se puede controlar. Lo que podemos hacer es crear las condiciones en las cuales pueda entrar en el cuerpo e impregnarlo.

El Yoga Sūtra describe el flujo de prāṇa con una hermosa imagen: si un agricultor quiere regar sus parcelas, no tiene que acarrear el agua en cubetas por todos sus campos, sino que sólo tiene que abrir la parte de arriba del muro de contención. Si ha distribuido bien sus terrazas y nada bloquea el flujo del agua, ésta llegará hasta el último terreno y la más lejana brizna de hierba recibirá el agua sin su ayuda.3 En prāṇāyāma trabajamos con la respiración para quitar los bloqueos del cuerpo. El prāṇa, siguiendo la respiración, fluye a los espacios limpios por sí mismo. De igual manera usamos la respiración para hacer posible el flujo de prāṇa.

Si entendemos a prāṇa como una expresión de pūruṣa, tenemos tan pocas posibilidades de trabajar directamente en prāṇa como las tenemos de influenciar nuestro pūruṣa directamente. Por medio de la respiración y de la mente podemos influenciar a prāṇa. Al trabajar con ellas a través de prāṇāyāma, creamos las condiciones óptimas para que el prāṇa fluya hacia adentro libremente.


Aspectos practicos de prāṇāyāma 

Del mismo modo que las actividades de la mente influencian la respiración, ésta lo hace con nuestro estado mental. Cuando trabajamos con ella, tenemos el propósito de regularla para calmar nuestra mente y enfocarla a la meditación. A menudo las personas preguntan si prāṇāyāma es peligroso. Puedo asegurarles que practicarlo es tan seguro como lo son los āsanas o cualquier otra práctica. Prāṇāyāma es una respiración consciente. Mientras pongamos mucha atención a cómo reacciona el cuerpo durante prāṇāyāma, no hay nada que temer.




Los problemas pueden llegar cuando alteramos la respiración y no reconocemos o no atendemos a una reacción negativa del cuerpo. Se notará de inmediato cuando alguna persona está luchando por respirar profunda y regularmente, sentirá la necesidad de tomar un poco de aire entre las respiraciones largas y cortas. Una regla importante de la medicina ayurvédica dice que nunca se deben reprimir las necesidades naturales del cuerpo. Aún durante una práctica de prāṇāyāma debemos permitirnos tomar un poco de aire, si sentimos que lo necesitamos. Sólo las personas que pueden regular la respiración de verdad, deberían practicar prāṇāyāma. Quienes sufren de una falta de aliento crónica o de cualquier otro trastorno de respiración, no deberían intentar practicar prāṇāyāma hasta que estén listos para hacerlo. Aquellos āsanas que aumentan el volumen de los pulmones y liberan los músculos de las costillas, espalda y diafragma nos pueden preparar para prāṇāyāma. Como por ejemplo, una flexión para atrás y una flexión hacia delante como contrapostura. Además, una práctica apropiada de āsana estimula el desarrollo del prāṇāyāma. Cuando una persona empieza a descubrir el yoga no sólo puede practicarlo, sino que debe hacerlo y esto, con la guía de un buen maestro.

El objetivo de la práctica de prāṇāyāma es dar énfasis a la inhalación, a la exhalación o al retener la respiración. Al énfasis en la inhalación se le llama pūraka prāṇāyāma. La forma en la cual la exhalación se alarga mientras que la inhalación permanece libre, es rechaka prāṇāyāma. Kumbhaka prāṇāyāma se enfoca en la retención de la respiración. En kumbhaka prāṇāyāma retenemos la respiración después de inhalar, de exhalar o después de las dos.

En cualquiera de las técnicas que usted escoja, la parte más importante de prāṇāyāma es la exhalación. Si la calidad de la exhalación no es buena, toda la práctica de prāṇāyāma se afectará negativamente. Cuando alguna persona no puede exhalar lento y rápido, esto quiere decir que no está listo para realizar prāṇāyāma, ni mentalmente ni de ninguna otra forma. Al respecto, algunos libros hacen la siguiente advertencia: si la inhalación es fuerte no tenemos por qué preocuparnos, pero si la exhalación es desigual, es el signo de una enfermedad, ya sea presente o inminente.

¿Cuál es el motivo de este énfasis en la exhalación? El propósito esencial del yoga es eliminar impurezas y reducir avidyā. A través de esta sola eliminación, se obtienen resultados positivos. Cuando se quita el bloqueo de una cañería, el agua tiene que fluir. Si hay algo dentro de nosotros que impide un cambio, entonces lo que necesitamos hacer es sólo remover el obstáculo y el cambio se efectuará. La exhalación es de importancia vital porque transporta las impurezas del cuerpo, haciendo más espacio para que prāṇa entre.

Con frecuencia, cuando se habla de prāṇāyāma se enfatiza la retención de la respiración. Aun los textos antiguos hablan sobre la respiración en general y no sólo de kumbhaka, la retención de la respiración. El Yoga Sūtra estudia la respiración en este orden de importancia: bāhya vṛtti o exhalación como la más importante, después abhayantara vṛtti o inhalación, en segundo término y al final stambha vṛtti o la retención de la respiración. Todos estos son aspectos de prāṇāyāma. No se interese únicamente en retener la respiración; muchas personas piensan que pueden progresar más rápido por el camino del yoga, practicando técnicas para retener la respiración, pero de hecho, al hacer este énfasis pueden surgir problemas.

El principio más importante de prāṇāyāma es este: sólo cuando nos hemos vaciado, podemos tomar un nuevo aliento y sólo cuando llevamos el aliento dentro de nosotros podemos retenerlo. Si no podemos aspirar y exhalar totalmente, ¿cómo vamos a retener nuestra respiración? Los ejercicios de retención de la respiración deben hacerse de tal manera que nunca molesten la entrada o salida del aliento. Cuando alcanzamos el estado donde hemos mejorado nuestra habilidad de aspirar y exhalar para la respiración, entonces ésta se puede volver importante, porque mientras la retenemos, el aliento está en reposo y se espera que junto con él, la mente lo esté también.


22 abr 2016

Prana y clima. André Van Lyzebeth. Parte 3.

Prana y clima

El aire, desde el punto de vista químico, es una simple mezcla gaseosa compuesta en volumen por 21% de oxígeno, 78% de nitrógeno y 1% de argón y otros gases raros. Mientras que, en la superficie del globo, su composición es físicamente de una constancia notable, eléctricamente, por el contrario, es de una variabilidad sorprendente. De un instante a otro sus propiedades cambian considerablemente, incluso se invierten a veces.

En este capítulo estudiaremos sus variaciones geográficas. Son de capital importancia, porque pueden influir en algunas de nuestras decisiones, desde la elección del lugar en que pasaremos las próximas vacaciones hasta la de aquel donde construiremos nuestra casa.

La atmósfera, un océano impregnado de prana, no está uniformemente embebida. Este océano tiene zonas en calma y regiones turbulentas, corrientes y lagos, tempestades visibles, como las tormentas magnéticas que le interesan al hombre en la medida en que perturban sus transmisiones de radio más bien que en sus repercusiones en su estado de salud. En cuanto estudiamos estos sutiles fenómenos, pránicos, las consideraciones sobre presión barométrica, precipitaciones (lluvia, nieve), fuerza y dirección del viento, grado higométrico del aire, todo esto pasa al segundo plano desde el punto de vista de la vitalidad.

Hay diferencias importantes entres las diversas regiones geográficas y el hombre no ha esperado el siglo XX para darse cuenta de la importancia del clima de algunos lugares (borde del mar, alta montaña) sobre el ser humano, más precisamente sobre su vitalidad y salud. Durante mucho tiempo, el hombre ha buscado la explicación de esto en las propiedades puramente químicas de la atmósfera. El efecto revitalizante de una estancia en la costa atlántica, por ejemplo, se atribuía al yodo, al bromo de las emanaciones arenosas. Es indudable que estos elementos tienen su influjo, y debemos añadir también la presencia de oligoelementos cuya importancia, desde el punto de vista higiénico y terapéutico, recién comienza a dibujarse y abre muy amplias perspectivas.

De hecho, a medida que avanza nuestra investigación científica moderna, las propiedades físicas del aire adquieren una importancia creciente. Las modificaciones fisiológicas debidas al clima se manifiestan a menudo desde las primeras horas, incluso desde los primeros minutos de la permanencia en algún lugar. Le basta al que vive en la ciudad ir a la costa para, según los casos, estar muerto de sueño o, al contrario, tan sobreexcitado que no puede dormir. Las propiedades físicas del aire no son extrañas a este fenómeno.

Campo eléctrico de la atmósfera

El campo eléctrico de la atmósfera- que no hay que confundir con la ionización-, no era conocido hasta hace muy poco, sino por los meteorólogos; los biólogos no tenían mayor interés por él. No hay que confundir el “campo eléctrico” con los “iones negativos” estudiados poco antes. Lo que estudiaremos a continuación es la diferencia de potencial por metro de altitud: se llama “gradiente potencial”.

La Tierra es una esfera electrizada cuya tensión varía en proporciones enormes con la altitud, que puede llegar, por 1 metro de desnivel, hasta 100 y más voltios. En algunos casos el gradiente potencial sube a varios miles de voltios...Como el ser humano tiene una estatura un poco menor de 2 metros, su cabeza puede estar sometida a una tensión mucho más elevada que la región inferior de su cuerpo. Según estas diferencias de potencial, los climas se pueden clasificar en cuatro tipos principales, de los que sólo tres se mencionan y se estudian en biofísica:

1º. ZONAS DE GRAN CLIMA
Son regiones cuyo campo eléctrico atmosférico es muy elevado, elevándose el voltaje al menos a 100 voltios por metro. Estas zonas corresponden a los que llamamos las “estaciones de aire muy puro”; son fisiológicamente excitantes.

2º. ZONAS DE CLIMA MEDIANO
En estas regiones la diferencia de potencial varía entre 30 y 100 voltios por metro.
Estas “estaciones de aire puro” son vivificantes, pero menos excitantes y menos tonificantes que las zonas de gran clima.

3º. ZONAS DE CLIMA PEQUEÑO
La diferencia de potencial desciende aquí a menos de 30 voltios. Estas regiones tienen una actividad vital mucho menor que las anteriores; ejercen una influencia sedante en las personas muy nerviosas.

4º. ZONAS DE CLIMA CERO
Por desgracia, debemos agregar un cuarto clima, creado por el hombre: el de los locales de habitación donde viven uno 300 días al año, cuyo potencial es casi cero.

Normalmente, el “ciudadano” que vive en la atmósfera contaminada de las oficinas y departamentos debería ir a fortalecerse, a revitalizarse en las zonas de gran clima para recargar sus baterías nerviosas- ¡con tal que lo pudiera soportar!-. Para escoger el lugar de vacaciones hay que saber reconocer los diversos climas. ¿Quiere esto decir que habrá que pasearse con un voltímetro en el bolsillo (mientras no haya que hacerlo con el contado Geiger) para medir la diferencia de potencial del lugar a donde se espera ir? Por cierto que no. Algunos criterios nos permitirán reconocer fácilmente estas diversas zonas, primero por el aspecto del paisaje, después por el tipo de vegetación, ya que ésta depende tanto del tipo de clima como de la composición del suelo. A fin de cuentas, el humus ha sido “fabricado” tanto por las plantas mismas como por el suelo mineral.

1º ZONAS DE GRAN CLIMA
Son por lo general vastas mesetas, llanuras de vastos horizontes en las que nada detiene al viento que las barre; las costas del mar del Norte o las del Atlántico constituyen un ejemplo perfecto. La vegetación no es frondosa; no hay grandes árboles de hoja caduca. Las coníferas pueden sentirse muy a gusto, especialmente los pinos. Igual sucede a mayor altura.

2º ZONAS DE CLIMA MEDIANO
Son lugares más abrigados, cerca de roqueríos o en los valles, cercanos a bosques y espesuras, en llanuras, bahías profundas protegidas del viento del mar.

La vegetación es aquí claramente más abundante que en las zonas de gran clima, sin ser, no obstante, frondosa. Hay muchos árboles de hoja caduca, pero no espesos; también hay pastos y álamos.

3º ZONAS DE CLIMA PEQUEÑO
Son, entre otros, valles muy profundos y arbustos, riberas de ríos encajonados. La vegetación es aquí muy frondosa, rica en “parietarios” (hierbas que crecen de los muros) y en esparraguinas. Abundan los helechos y pequeños acebos.

En dos palabras, coníferas sin helechos= gran clima; coníferas con helechos= clima pequeño.

En cuanto al 4º. Clima, no necesita descripción...

VARIACIONES LOCALES

¡Que nadie se engañe! Estas regiones no siempre son espacios muy vastos. En una región de gran clima, es posible encontrar zonas restringidas en las que el potencial desciende a menos de 100, incluso bajo 30 voltios. En tal playa del Norte, el potencial será superior a 100 voltios; cincuenta metros más lejos, en la concavidad de las dunas, habrá un clima mediano; en el patio del hotel, detrás de las dunas, el potencial será el de clima pequeño. En las habitaciones del hotel, con las ventanas cerradas, será igual a cero. Cuatro climas en un radio de pocos cientos de metros.

Las ciudades son insalubres, no sólo a causa de la ausencia casi total de pequeños iones negativos activos (aun en las zonas de gran clima, los edificios de varios pisos transforman las calles en cañones de clima pequeño), sino también a causa de la acumulación de los gases provenientes de los coches y de las bacterias transportadas por las partículas de polvo del tráfico. Con esto podrá usted seleccionar en cada sitio los lugares más aptos, sin caer en el error de suponer que basta con residir en un balneario para beneficiarse automáticamente y en cualquier lugar con las ventajas del gran clima.

SUCESIONES DEMASIADO RÁPIDAS

Señalemos también otra regla: hay que evitarle a un organismo débil una sucesión demasiado rápida de cambios importantes de clima. En el transcurso de un simple paseo en bicicleta, a lo largo de un valle muy ancho, atravesamos una zona de clima mediano; el valle se encajona, caminamos por senderos bajo árboles, y ya estamos en zona de clima pequeño. Trepamos por la ladera para admirar el paisaje: estamos en una zona de gran clima. Es lo propio de los medios de transporte que empleamos todos lo que nos permite cambiar muy rápidamente de clima. Ahora bien, sólo organismos perfectamente sanos pueden permitirse pasar sin transición de un tipo de clima a otro. La Naturaleza ha dotado al hombre de dos piernas que le permiten desplazarse, pero sólo a velocidad reducida. El automóvil, que de hecho es una caja de Faraday rodante, aísla afortunadamente al hombre del campo eléctrico ambiente y le evita sufrir las consecuencias de los cambios tan bruscos de clima que experimentaría si tuviera que atravesar, en un solo día, a pleno aire, toda Francia, de Norte a Sur.

Observando sus propias reacciones a los diversos tipos de clima, podrá cada uno hacer interesantes constataciones y saber cuáles son los más convenientes para sí. Es de tal modo importante desde todos los puntos de vista, que si estudiamos los casos de longevidad excepcional y su distribución geográfica, constatamos que esos casos se encuentran siempre entre los montañeses. Los Balcanes son el país de los centenarios, y el ciudadano de más edad de la URSS, que todavía monta a caballo, no ha abandonado jamás su montaña natal. Independientemente de otros factores, los hunza se encierran en un minúsculo territorio en el Himalaya. También se constata que se establece un equilibrio entre el suelo, el clima, la vegetación y los otros seres vivos de un lugar determinado, incluyendo al hombre. No es deseable perturbar con frecuencia este equilibrio. Los viejos y sólidos campesinos de nuestros campos han vivido a menudo cincuenta años y más en el mismo lugar, en el suelo de su granja, sin abandonar nunca su villorrio.

Por el contrario, es cierto que un cambio de clima radical, pero por cierto tiempo, puede ser favorable. Es bueno ir periódicamente a una zona de clima alto, con la condición de permanecer el tiempo necesario para que el organismo se adapte y pueda así efectuarse y consolidarse el reajuste pránico. El cambio de clima es una “agresión” que puede ser tónica.

SÍNTESIS

Así, pues, el hombre está sometido permanentemente al impacto de las energías del cosmos que derrama sobre él torrentes de prana. El Sol es su fuente más próxima, y los rayos cósmicos ejercen sobre los seres vivos un influjo todavía más determinado, pero ciertamente muy importante. Por otro lado, la Tierra, que absorbe y almacena estas energías, constituye un segundo polo. El organismo humano, sistema eléctrico vibrante, es la sede de intercambios incesantes con las energías cósmicas y telúricas que lo rodean. Debe evitar el aislarse totalmente detrás de las pantallas que constituyen los muros, las ventanas, los vestillos y el calzado. Los pulmones y la piel son nuestras superficies de intercambio con el mundo exterior. Intercambiemos prana a través de nuestra piel y nuestros pulmones- verdaderamente esponjas de electricidad-, y llevemos ese prana hasta nuestras células.

Debemos tomar en consideración lo anterior en nuestra conducta diaria; sería un grave error despreciarlo. El prana-yama nos proporciona las técnicas psico-fisiológicas necesarias para el control y la utilización consciente de esas energías, en vista de nuestro pleno desarrollo físico y psíquico.