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1 may 2020

Yoga Sutras I.3: comentario de BKS Iyengar

Análisis de los Yoga Sutras


De "Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali" B K S Iyengar


I.3

तदा द्रष्टुः स्वरूपेऽवस्थानम्॥३॥

tadā draṣṭuḥ svarūpe ’vasthānam ||3||


tadā
entonces, a la sazón

draṣṭuḥ
el alma, el que ve

svarūpe
en sí mismo, en su propio estado

avasthānam
descansa, permanece, mora, reside, irradia


Entonces, el que ve mora en propio y auténtico esplendor



Cuando las olas de la consciencia están aplacadas y silenciadas, ya no siguen distorsionando la auténtica expresión del alma. Revelado en su propia naturaleza, el que ve, testigo luminoso, mora en su propia grandeza. 






Como la volición es el modo de expresión de la mente, tiende a cambiar nuestra percepción del estado y condición del que ve momento a momento. Cuando se la inmoviliza y regula, se experimenta un estado de ser reflexivo. En este estado, el conocimiento asoma con tanta claridad que se ve y siente la auténtica grandeza del que ve. Esta visión del alma irradia sin ninguna actividad por parte de chitta. Una vez se realiza, el alma mora en su propia sede. 




(Veansé I.16, 29, 47, 51; II.21, 23, 25; III.49, 56; IV.22, 25, 34.)






26 abr 2020

Yoga sutras: I. 2 . comentario de B K S Iyengar

Análisis de los Yoga Sutras

De "Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali" B K S Iyengar

I.2

योगश्चित्तवृत्तिनिरोधः॥२॥

yogaś cittavṛttinirodhaḥ ||2||

yogah 
unión o integración desde la capa más externa hasta el sí-mismo mas interior, es decir, de la piel a los músculos, huesos, nervios, mente, intelecto, voluntad, consciencia y sí-mismo

citta
consciencia, que está constituida por tres factores: mente (manas) intelecto (buddhi) y ego (ahamkara). Citta es el vehículo de observacion, atención , aspiracion y razón. Tiene tres funciones: cognición, conación o volación y movimiento

vrtti
estado de la mente, fluctuaciones mentales, conducta, comportamiento, una forma de estar, un modo de actuar, movimiento, función, operación

nirodhah
obstrucción, bloqueo, oposición, aniquilación, limitación, control, cese


El yoga es el cese de movimientos en la consciencia



El yoga esta definidio como la restricción o inhibición de fluctuaciones en la consciencia. Es el arte de estudiar el comportamiento de la consciencia, que tiene tres funciones: cognición, conación o volición y movimiento. El yoga ofrece los medios para comprender el funcionamiento de la mente, y ayuda a serenar sus movimientos, conduciéndonos hacia un imperturbable estado de silencio que mora en la sede de la consciencia. El yoga es, pues, el arte y la ciencia de la disciplina mental a través de la que se cultiva y madura la mente.

Este sutra vital contiene la definición de yoga: el control o restricción de los movimientos de la consciencia, acabando en su cese completo.

Citta es el vehículo que conduce a la mente (manas) hacia el alma (atma). El yoga es el cese de toda vibración en la sede de la consciencia. Resulta muy difícil comunicar el significado de la palabra citta porque es la forma más sutil de la inteligencia cósmica (mahat). Mahat es el gran principio, la fuente del mundo material de la naturaleza (prakriti), opuesto al del alma, y es un vástago de la naturaleza. Según la filosofía Samkhya, la creación es efectuada mediante la combinación de prakriti con purusha, el alma cósmica. Esta concepción cosmológica también es aceptada por la filosofía yóguica. Los principios de purusha y prakriti son el origen de toda acción, volición y silencio.


Palabras como chitta, buddhi y mahat suelen utilizarse indistintamente, y por ello el estudiante puede llegar a confundirse con facilidad. Una manera de estructurar muestra comprensión es recordar que todo fenómeno que ha alcanzado su total evolución o individuación cuenta con una contrapartida sutil o cósmica. Asi pues, traducimos buddhi como la inteligencia discriminadora individual, y consideramos mahat como su contrapartida cósmica. De igual manera, a la consciencia individualizada, chitta, le corresponde su forma sutil, cit. Para alcanzar la realización del Sí-mismo, la percepción mas elevada de consciencia y la facultad más refinada de la inteligencia has de trabajar tan asociadas que no siempre resulta útil hilar demasiado fino separándolas.


El principio pensante o conciencia (antahkarana) vincula el principio inductor de la naturaleza (mahat) con la consciencia individual, que puede imaginarse como un fluido que envuelv al ego (ahamkara), la inteligencia (buddhi) y la mente (manas). Este "fluido" tiende a nublarse y tornarse opaco debido a su contacto con el mundo externo a través de sus tres componentes. El objetivo del sadhaka es llevar la conscinecia a un estado de pureza y transparencia. Es importante señalar que la consciencia no sólo vincula la naturaleza evolucionada o manieifesta con la naturaleza no evolucionada o sutil; también está muy cerca de la propia alma, que no pertenece a la naturaleza, al ser meramente inmanente en ella. 


Buddhi posee el conocimiento decisivo determinado por la acción y la experiencia perfectas. Manas recoge y recopila información a través de los cinco sentidos depercepción jñanendriyas, y los cinco órganos de acción, karmendriyas. La inteligencia cósmica, el ego, la inteligencia individual, la mente, los cinco sentidos de percepción y los cinco órganos de accion son producto de los cinco elemnetos de la naturaleza -tierra, agua, fuego, aire y eter (prithvi, ap, tejas, vayu y akasha)- con sus cualidades subatómicas de olor, sabor, forma o visión, tacto y sonido (gandha, rasa, rupa, sparsha y shabda). 


A fin de ayudar al género humano a comprenderse a sí mismo, los sabios analizaron a los seres humanos como compuestos de cinco envolturas o koshas: 


Envoltura                                 Elemento correspondiente
anatómica (annamaya)                  tierra
fisiológica (pranamaya)                  agua
mental (manomaya)                      fuego
intelectual (vijñanamaya)               aire
beatífica (anandamaya)                   eter




Las tres primeras envolturas se hallan en el campo de los elementos de la naturaleza. Se dice que la envoltura intelectual es la capa del alma individual (jivatman), y que la envoltura beatífica es la del Alma Universal (paramatman). En efecto, para alcanzar la emancipación hay que atravesar las cinco envolturas. El contenido más recóndito de las envolturas, más allá incluso del cuepro beatífico, es purusha, el indivisible, el Uno inmanifiesto, el "vacío que está lleno". Eso se experimenta en nirbija samadhi, mientras que sabija samadhi se experimenta en el nivel del cuerpo beatifico 



Si consideramos a ahamkara (ego) como uno de los extremos de un hilo, entonces antaratma (Sí-mismo Universal) es el otro. Antahkarana (conciencia) es el unificador de ambos. 


La práctica del yoga integra a una persona a traves del periplo recorrido por la inteligencia y la consciencia, yendo de lo externo a lo interno. La unifica desde la inteligencia de lapeil a la inteligencia del sí-mismo, de manera que su sí-mismo se funda con el Sí-mismo cósmico. Es la fusión de la mitad del ser (prakriti) con la otra (purusha). A través del yoga, el practicante aprende a observar y pensar, y a aumentar su esfuerzo hasta alcanzar el gozo eterno. Esto es sólo posible si todas las vibraciones del citta individual son detenidas antes de emerger.


El yoga, la restricción del pensamiento fluctuante, conduce a un estado sáttvico. Pero a fin de detener las fluctuaciones, se necesita fuerza de voluntad; de ahí que se requiera un cierto grado de rajas. La restricción de los movimientos del pensamoento produce serenidad, que a su vez conduce a un silencio profundo y consciente. Ésa es la naturaleza sáttvica de chitta. 


La serenidad es concentración (dharana), y el silencio es meditación (dhyana). La concentración necesita un enfoque o una forma, y eso es ahamkara, el pequeño sí-mismo individual. Cuando la concentración deviene meditacion, ese sí-mismo pierde su identidad y se hace uno con el gran Sí-mismo. Al igual que las dos caras de una moneda, ahamkara y atma son los dos polos opuestos en el ser humano. 


El sadhaka se ve influido por el sí-mismo, por un lado, y por el otro por los objetos percibidos. Cuando se queda absorto en el objeto, su mente fluctúa. Eso es vritti. Debe aspirar a distinguir el sí-mismo de los objetos percibidos, de manera que no se enrede con ellos. Mediante el yoga debe intentar liberar su consciencia de las tentaciones de dichos objetos, y acercarla al que ve. Restringuir las fluctuaciones de la mente es un proceso que conduce a un fin: samadhi. En principio, el yoga actúa como medio de restricción. Cuando el sadhaka ha alcanzado un estado de restricción total, la disciplina yóguica ha concluido y la cima se ha alcanzado: la consciencia permanece pura. Así pues, el yoga es tanto un medio como el fin.

(Vease I.18; II,28)


INDICE "LUZ SOBRE LOS YOGA SUTRAS" DE IYENGAR


  1. La consciencia: citta, abhyasa y vairagya
  2. Yoga sutras: I. 2 . comentario de  B K S Iyengar
  3. Yoga Sutras I.3: comentario de BKS Iyengar
  4. Sutra I.4: la identificación con la consciencia. 
  5. Y.S.I.4: Citta, identificación con la consciencia y con los objetos de los sentidos


11 mar 2016

Sutra I.4: la identificación con la consciencia.


वृत्तिसारूप्यमितरत्र॥४॥
Vṛttisārūpyamitaratra||4||


vrtti: comportamiento, fluctuación, modificación, función, estado mental.
sarupyam: identificación, afinidad, cercanía, proximidad.
itaratra: en otra ocasiones, en otros sitios.


I.4 vrtti sarupyam itaratra


En otras ocasiones, el que ve se identifica con la consciencia fluctuante.

Cuando el que ve se identifica con la consciencia o con los objetos vistos, se une con ellos y olvida su grandeza.

La tendencia natural de la consciencia es a implicarse con el objeto visto, arrastrar al que ve hacia él, y hacer que éste se identifique con el objeto. El resultado es que el que ve es absorbido en el objeto. Este proceso se convierte en una semilla de diversificación de la inteligencia, y hace que el que ve olvide su propia y radiante percepción consciente.

Cuando el alma no irradia su propia gloria es señal de que la facultad pensante se ha manifestado en lugar del alma. 

La impresión de los objetos es transmitida a citta a través de los sentidos de percepción. Citta absorbe estas impresiones sensoriales y queda teñido y modificado por ellas. Los objetos actúan como forraje para citta, que se ve atraído hacia ellos por su apetito. Citta se proyecta a sí mismo, tomando la forma de los objetos a fin de poseerlos. Así, la consciencia se ve envuelta en pensamientos del objeto, con el resultado de que el alma queda oscurecida. De esta manera, citta se enturbia y provoca cambios en el comportamiento y el humor, al identificarse con las cosas vistas.

Aunque en realidad citta es una entidad sin forma, puede resultar de ayuda visualizarla a fin de aprehender sus funciones y limitaciones. Imaginemos que es como una lente óptica, que en sí misma no contiene luz alguna, pero que se halla colocada directamente por encima de una fuente de pura luz, el alma. Una cara de la lente, la que mira al interior, hacia la luz, permanece clara. Normalmente, somos conscientes de esta faceta interna de citta sólo cuando nos habla con la voz de la conciencia.

En la vida cotidiana somos mucho más conscientes de la cara superior de la lente, la que mira hacia afuera, hacia el mundo, al que está vinculada a través de los sentidos y la mente. Esta superficie sirve tanto como sentido y como contenido de la consciencia, junto con el ego y la inteligencia. Influida por los deseos y miedo de la turbulenta vida mundana, se empaña, tornándose opaca, incluso sucia y rayada, e impide que la luz del alma brille a través. Como carece de iluminación interior, busca con avidez las luces artificiales de la existencia condicionada. Toda la técnica del yoga, su práctica y control, tiene como objeto disociar la consciencia de su identificación con el mundo fenoménico, restringir los sentidos que la enmarañan, y limpiar y purificar la lente de citta, hasta que transmita total y únicamente la luz del alma. 


31 may 2013

Y.S.I.4: Citta, identificación con la consciencia y con los objetos de los sentidos

Análisis de los Yoga Sutras
De "Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali" B K S Iyengar

Sutra I.4 : vrtti sarupyam itaratra

En otras ocasiones, el que ve se identifica con la consciencia fluctuante

vritti: comportamiento, fluctuación, modificación, función, estado mental
sarupyam: identificación, afinidad, cercanía, proximidad
itaratra: en otras ocasiones, en otros sitios

Cuando el que ve se identifica con la consciencia o con los objetos vistos, se une con ellos y olvida su grandeza.

La tendencia natural de la consciencia es a implicarse con el objeto visto, arrastrar al que ve hacia él, y hacer que éste se identifique con el objeto. El resultado es que el que ve es absorbido en el objeto. Este proceso se convierte en una semilla de diversificación de la inteligencia, y hace que el que ve olvide su propia y radiante percepción consciente. 

Cuando el alma no irradia su propia gloria es señal de que la facultad pensante se ha manifestado en lugar del alma. 

La impresión de los objetos es transmitida a citta a través de los sentidos de percepción. Citta absorbe estas impresiones sensoriales y queda teñido y modificado por ellas. Los objetos actúan como forraje para citta, que se alimenta, se ve atraído hacia ellos por su apetito. Citta se proyecta a sí mismo, tomando la forma de los objetos a fin de poseerlos. Así, la consciencia se ve envuelta en pensamientos del objeto, con el resultado de que alma queda oscurecida. De esta manera, citta se enturbia y provoca cambios en el comportamiento y el humor, al identificarse con las cosas vistas. 

Aunque en realidad citta es una entidad sin forma, puede resultar de ayuda visualizarla a fin de aprehender sus funciones y limitaciones. Imaginemos que es como una lente óptica, que en sí misma no contiene luz alguna, pero que se halla colocada directamente por encima de una fuente de pura luz, el alma. Una cara de la lente, la que mira al interior, hacia la luz, permanece clara. Normalmente, somos conscientes de esta faceta interna de citta sólo cuando nos habla con la voz de la consciencia. 

En la vida cotidiana somos mucho más conscientes de la cara superior de la lente, la que mira hacia afuera, hacia el mundo, al que está vinculada a través de los sentidos y la mente. Esta superficie sirve tanto como sentido y como contenido de la consciencia, junto con el ego y la inteligencia. Influida por los deseos y miedos de la turbulenta vida mundana, se empaña, tornándose opaca, incluso sucia y rayada, e impide que la luz del alma brille a través. Como carece de iluminación interior, busca con avidez las luces artificiales de la existencia condicionada. Toda la técnica del yoga, su práctica y control, tiene como objeto disociar la consciencia de su identificación con el mundo fenoménico, restringir los sentidos que la enmarañan, y limpiar y purificar la lente de citta, hasta que transmita total y únicamente la luz del alma. 

Otros sutras relacionados que tratan este tema:

Sutra II.20: drasta drsimatrah suddhah api pratyayanupasyah

El que ve es pura consciencia. Observa la naturaleza sin depender de ella. 

Este sutra para de la naturaleza del alma, al Testigo Supremo, al conocedor absoluto. Es la pura esencia de la consciencia más allá de las palabras. Aunque el alma es pura, tiende a observar a través de su agente, la inteligencia (buddhi), y a dejarse llevar por la influencia de la naturaleza, perdiendo su identidad. 

Atma, dras y drsimatrah son términos que hablan de la naturaleza innata del que ve, del alma (purusa). 

La inteligencia nubla la consciencia de tal manera que ésta llega a identificarse con el que ve y olvida el alma. Pero si la inteligencia puede mantener su poder de discernimiento, la consciencia también permanecerá incólume. Si la consciencia está clara, el que no se oscurece. 

La inteligencia, que pertenece a la naturaleza manifiesta, está en continuo cambio, a veces consciente y en otras inconsciente. Está sujeta a sattva, rajas y tamas, mientras que el que ve, purusa, se encuentra más allá, inmutable y siempre consciente. 

Sutra IV. 22: citeh apratisamkramayah tadakarapattau svabuddhisamvedanam

La consciencia distingue su propia percepción consciente e inteligencia cuando refleja e identifica su origen -el que ve, testigo inmutable-, y asume la forma de éste. 

A través de los logros de la consciencia pura llega el conocimiento del que ve, testigo inmutable, que sólo descansa en su propia inteligencia.

Cuando la consciencia deja de fluctuar, entonces surge su naturaleza pura para abarcarse a sí misma. La consciencia tiene dos facetas, una pura, divina e inmutable, y la otra voluble, efímera y exhibidora. No cuenta con luz propia, pero actúa como intermediaria o agente entre el que ve y los objetos vistos. Debido a la ignorancia, no se da cuenta de que está suplantando al que ve. Pero el que conoce los movimientos de la consciencia. 

Cuando deja de operar una faceta de la consciencia, finaliza su contacto con el mundo externo y deja de recoger impresiones. Entonces, la otra faceta se ve atraída hacia el que ve, y las dos se unen. La inteligencia y la consciencia se funden en su morada, el atman, y el alma se queda cara a cara consigo misma. 

Un espejo sucio oscurece el reflejo, un espejo limpio refleja los objetos con claridad. La consciencia iluminada se purifica y refleja los objetos exactamente tal cual son. El reflector se llama bimbapratibimba vada, o exposición de doble reflejo. No existe diferencia entre el objeto original y la imagen reflejada. El alma refleja el alma. Es la culminación del yoga. Citta se identifica con el que ve. Eso es svabuddhi samvedanam o comprensión intuitiva de la voz interior. 

Podemos observar un ejemplo cotidiano de nuestra consciencia asumiendo la cualidad absoluta y la forma del objeto percibido cuando miramos las llamas oscilantes de una hoguera, o las olas de mar, o el viento en la copa de los árboles. Nos sentimos totalmente absortos en la observación, sin pensamientos ni impaciencia, como si nosotros mismo fuésemos las olas sin fin, las llamas parpadeantes, o los árboles agitados por el viento. 

20 may 2013

La consciencia: citta, abhyasa y vairagya

Dibujo de Alex Gray
Por B K S Iyengar de su libro "Luz sobre los yoga sutras de Patañjali"

Estudio de la consciencia


Antes de describir los principios del yoga, Patañjali habla de la consciencia y de la restricción o inhibición de sus movimientos. 



El verbo cit significa "percibir, advertir, saber, conocer, anhelar, desear y recordar". Como sustantivo, cit significa "pensamiento, emoción, intelecto, sentimiento, disposición, visión, corazón, alma, Brahman". Cinta significa "pensamientos perturbados o ansiosos", y cintana quiere decir "pensamiento deliberado". Ambos son facetas de citta. Como debenser restringidos mediante la disciplina del yoga, el yoga es definido como citta vritti nirodhah. Un citta perfectamente sojuzgado y purificado es divino y uno con el alma. 



Citta es la contrapartida individual de mahat, la consciencia universal. Es la sede de la inteligencia que brota de la conciencia, antahkarana, el órgano de virtud y conocimiento religioso. Si el alma es la semilla de la conciencia, ésta es a su vez fuente de la consciencia, la inteligencia y la mente. Los procesos de pensamiento de la consciencia abarcan la mente, la inteligencia y el ego. La mente tiene el poder de imaginar, pensar, prestar atención, aspirar, sentir y querer. Las oscilaciones continuas de la mente afectan a sus envolturas internas, la inteligencia, el ego, la consciencia y el sí-mismo. 



La mente es, por naturaleza, voluble, escurridiza y difícil de aprehender. No obstante, es el único órgano que refleja los mundo interno y externo. Aunque goza de la facultad de ver las cosas dentro y fuera, su tendencia natural es a implicarse con los objetos del mundo visible, más que con los del interno. 



Junto con los sentidos, la mente percibe cosas para que el individuo vea, observe, sienta y experimente. Esas experiencias pueden ser dolorosas, indoloras o placenteras. A través de su influencia se infiltran en la mente la impulsividad y otras tendencias o humores, convirtiéndola en un almacén de impresiones (samskaras) y deseos (vasanas), que crean excitación e impacto emocional. Si son favorables, crean impresiones buenas; si son desfavorables, entonces provocan repugnancia. Estas impresiones generan las fluctuaciones, modificaciones y modulaciones de consciencia. Si la mente no está disciplinada y purificada, se implica con los objetos experimentados, provocando aflicción e infelicidad. 



Patañjali comienza el tratado sobre yoga explicando el funcionamiento de la mente, para que podamos aprender a disciplinarla, y que la inteligencia, el ego y la consciencia puedan ser restringidos, inhibidos, dominados y tamizados, para a continuación ser atraídos hacia el núcleo de nuestro ser, siendo absorbidos en el alma. Eso es yoga. 



Patañjali explica que las impresiones dolorosas e indoloras son clasificadas en cinco tipos: pramana, o percepción directa, que es el conocimiento que surge del pensamiento o la concepción correctos y que es perpetuo y verdadero; viparyaya o percepción e interpretación erróneas, que conducen al conocimiento contrario; vikalpa, imaginación o fantasía; nidra, o sueño; y smrti o memoria. Ésos son los campos en los que opera la mente, y a través de los cuales se reúnen y almacenan las experiencias. 



La percepción directa deriva de la propia experiencia, a través de inferencia, o mediante la lectura atenta de textos sagrados o de palabras de maestros auténticos. Para ser cierta e indudable debe ser real y palmaria. Su exactitud debe ser verificada mediante la duda razonable, la lógica y la reflexión. Finalmente, debe corresponder a doctrinas y preceptos espirituales, y a verdades sagradas y reveladas. 


El conocimiento contrario conduce a las falsas concepciones. La imaginación permanece a niveles verbales y visuales y puede consistir en ideas sin base real. Cuando las ideas demuestran ser hechos concretos, entonces se transforman en percepciones reales. 

El sueño es un estado de inactividad en el que los órganos de acción, los sentidos de percepción, la mente y la inteligencia permanecen inactivos. La memoria es la facultad de retener y revivir impresiones y experiencias pasadas de percepción correcta, concepciones y percepciones erróneas, e incluso de sueño. 

Esos cinco tipos en los que se clasifican las impresiones modelan humores y comportamientos, construyendo o arruinando la evolución intelectual, cultural y espiritual del individuo. 

Cultivo de la consciencia

El cultivo de la consciencia implica el desarrollo, la observación y el refinamiento progresivo de la consciencia a través de disciplinas yóguicas. Tras explicar las causas de las fluctuaciones en la consciencia, Patañjali muestra cómo superarlas, mediante la práctica, abhyasa, y el desapego o renuncia, vairagya.

Si el estudiante se asombra al encontrar el desapego y la renuncia vinculados a la práctica tan al principio de los Yoga Sutras, convendría que considerase su relación simbólica de este modo. El texto comienza con atha yoganusasanam. Anusasanam es la práctica de un disciplinado código de conducta yóguico, la observancia de instrucciones para la acción ética transmitidas por el linaje y la tradición. Los principios éticos, una metodología plasmada en hechos, constituyen la práctica. A continuación hay que leer la palabra "renuncia" en el contexto del sutra I.4: "En otras ocasiones, el que ve se identifica con la consciencia fluctuante". Es decir, la mente fluctuante arrastra al que ve hacia fuera, hacia dehesas de placer y valles de dolor, donde la tentación hace surgir inevitablemente el apego. Cuando la mente empieza a arrastrar al que ve-como si le llevase de un ronzal- , de la sede del ser hacia la gratificación del apetito, sólo la renuncia puede salvar al sadhaka cortando el ronzal. Así pues, en los sutras I.1 y I.4 vemos desde el principio la interdependencia de práctica y renuncia, sin la cual la práctica no dará fruto. 

Abhyasa es una búsqueda dedicada, inquebrantable, constante y vigilante en el campo elegido, llevada a cabo a pesar de todas las dificultades y de reiterados fracasos, e indefinidamente a lo largo de prolongados períodos de tiempo. Vairagya es el cultivo de libertad respecto a las pasiones, abstención de deseos y apetitos mundanos, y discriminación entre lo real y lo irreal. Es el acto de abandonar todos los deleites sensuales. Abhyasa aporta confianza y refinamiento al proceso de cultivo de la consciencia, mientras que vairagya es la eliminación de cualquier cosa que obstaculice ese progreso y ese refinamiento. La pericia en la aplicación de vairagya desarrolla la capacidad de liberarse uno mismo de los frutos de la acción. 

Patañjali habla de apego, no apego y desapego. El desapego puede compararse a la actitud de un médico hacia su paciente. Trata al paciente con el mayor de los cuidados, habilidad y sentido de responsabilidad, pero no se implica emocionalmente con él a fin de no perder su facultad e raciocinio y criterio profesional. 

Al igual que un pájaro no puede volar con una única ala, nosotros también necesitamos las dos alas de la práctica y la renuncia a fin de alcanzar la cúspide de la realización del Alma. 

La práctica implica una cierta metodología, que requiere esfuerzo. Debe mantenerse ininterrumpidamente durante largo tiempo, con firme resolución, dedicación, atención y devoción, para crear una base estable desde la que adiestrar la mente, la inteligencia, el ego y la consciencia. 

La renuncia es discernimiento discriminador. Es el arte de aprender a ser libre de desear tanto placeres mundanos como eminencia celestial. Implica adiestrar la mente y la consciencia para permanecer incólumes frente al deseo y la pasión. Debemos a renunciar a objetos e ideas que trastornan y obstaculizan las prácticas yóguicas diarias. Luego hay que cultivar el no apego a los frutos de nuestros esfuerzos. 

Si se observan de manera asidua abhyasa y vairagya, entonces puede alcanzarse con mayor rapidez el control de la mente, tras lo cual podemos explorar qué hay más allá de la mente y probar el néctar de la inmortalidad, o realización del Alma. Las tentaciones no desalientan ni obstaculizan a quien aplica dicha intensidad de corazón en práctica y renuncia. Si la práctica modera su ritmo, entonces la búsqueda de la realización del Alma se atasca y queda cautiva de la rueda del tiempo. 



INDICE "LUZ SOBRE LOS YOGA SUTRAS" DE IYENGAR


  1. La consciencia: citta, abhyasa y vairagya
  2. Yoga sutras: I. 2 . comentario de  B K S Iyengar
  3. Yoga Sutras I.3: comentario de BKS Iyengar
  4. Sutra I.4: la identificación con la consciencia. 
  5. Y.S.I.4: Citta, identificación con la consciencia y con los objetos de los sentidos