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22 abr 2018

Obstáculos y soluciones: Análisis de Yoga Sutras 1.30 -1.32

Yoga Sutras Capítulo 1

Concentración: Samadhi Pada (libro I)


Por Swami Jnaneshvara Bharati





Concentración: El Capítulo 1 de los Yoga Sutras se titula Samadhi Pada, que significa Capítulo sobre la Concentración. En éste se describe el yoga, la observación de las cinco clases de pensamientos, cómo decolorar los pensamientos, los principios inseparables de la práctica y el no-apego, las etapas de la concentración, las tareas y el compromiso, los obstáculos y las soluciones, y los medios para estabilizar la mente, además de sus resultados.



Los 51 sutras del Capítulo se han dividido en 9 secciones:



    Obstáculos y soluciones (Yoga Sutras 1.30 -1.32)



    Los obstáculos son esperables 

    Existe un número de obstáculos predecibles (1.30) que aparecen en el viaje interno, junto a varias consecuencias (1.31) desarrolladas a partir de ellos. Aunque esto puede ser un desafío, de cierta forma es tranquilizante saber que son parte natural y previsible del proceso. Esto puede ayudarnos a mantener la fe y convicción ya planteadas como algo esencial (1.20).


    Obstáculos predecibles (1.30)

    Enfermedad 
    Tedio 
    Duda
    Desidia 
    Flojera 
    Anhelos
    Conceptos erróneos 
    Fracaso 
    Inestabilidad

    Acompañantes de esos obstáculos (1.31)

    Dolor mental y físico 
    Tristeza y frustración
    Falta de equilibrio del cuerpo 
    Respiración irregular


    La solución es focalizarse en una sola dirección 

    Hay un principio subyacente que es el antídoto para estos obstáculos y sus consecuencias, y consiste en concentrar la mente en una sola cosa (1.32). Si bien hay muchas formas en las que se puede practicar este tipo de concentración, el principio es el mismo. Si la mente está enfocada, es mucho menos probable enredarse y perderse en la delirante maraña proveniente de estos obstáculos (1.4).


    Recordar una verdad o un objeto 

    Recuerda repetidamente una faceta de la verdad o un objeto (1.32). Puede ser cualquier objeto, tal vez uno de los sugeridos en los sutras siguientes (1.33 -1.39). Ser algo relacionado a tu religión, a un aspecto de tu ser, a un principio u otra cosa agradable. O un mantra, una oración corta o una afirmación. Pese a que hay una vasta cantidad de objetos a elegir, un aspirante sincero escogerá sabiamente el objeto para esta práctica, posiblemente en conjunto con alguien familiarizado con la misma.


    Un objeto vale más que mil palabras 

    Esta imagen cuenta con 18 objetos circulares, que aparentan moverse, a pesar de que no lo están haciendo. Al enfocar los ojos en el pequeño centro negro de uno de los círculos, todos dejan de moverse. Esta ilusión es una manera simple de demostrar el principio referente a enfocarse en una sola dirección para aquietar la mente. (No se sugiere mirar fijamente este cuadro de “ruedas giratorias” como práctica de meditación.)





    SUTRA 1.30 



    vyadhi styana samshaya pramada alasya avirati bhranti-darshana alabdha-bhumikatva anavasthitatva chitta vikshepa te antarayah

    En el camino es posible encontrar nueve tipos de distracciones consideradas obstáculos, a saber: enfermedad física, tendencia de la mente a funcionar ineficientemente, duda o indecisión, falta de atención en cuanto a hacer uso de los recursos que nos conducen a samadhi, flojera de mente y cuerpo, fracaso en regular el deseo por los objetos mundanos, pensamientos o presunciones incorrectas, falla en lograr las etapas de la práctica, e inestabilidad en mantener un nivel de práctica ya obtenido.


    VOCABULARIO

    vyadhi = enfermedad, padecimiento
    styana = flojera mental, ineficiencia, ocio, inactividad, dilación, embotamiento
    samshaya = indecisión, duda
    pramada = descuido, negligencia
    alasya = pereza, languidez, flojera
    avirati = sensualidad, carencia de no-apego, falta de abstención, deseo
    bhranti-darshana = falsa visión o percepción, confusión de filosofías (bhranti = falso; darshana = formas de ver, percepción)
    alabdha-bhumikatva = fracaso en lograr etapas de la práctica (alabdha = no obtener; bhumikatva = etapa, estado, terreno firme)
    anavasthitatva = inestabilidad, descenso, incapacidad de mantener
    chitta-vikshepa = distracciones de la mente (chitta = campo mental; vikshepa = distracciones, desvíos)
    te = ellos son, estos son
    antarayah = obstáculos, impedimentos



    Saber que éstos son predecibles es un alivio 

    Si sabemos que éstos son los impedimentos a lo largo del camino, probablemente nos sentiremos mucho menos incómodos al encontrarnos con ellos. En vez de pensar, “algo pasa conmigo”, podemos considerar tales obstáculos como tropezones previsibles en el sendero del desarrollo y la vida espiritual. Sabiendo que éstos van a venir, y que otros antes que nosotros los afrontaron, podremos seguir su guía y experiencia para encararlos.


    Las distracciones (chitta-vikshepa) vienen primero 

    Los principios chitta-vikshepa y antarayah no están agrupados a fin de formar con ellos un concepto único. Son independientes, pero funcionan en conjunto. Considerarlos por separado permite revelar una importante clave del Yoga. Primero, uno de estos nueve estados o impresiones mentales hace su aparición, y la atención se involucra con eso. Éstos literalmente distraen de cualquier cosa en la que la atención haya estado focalizada en ese momento. Tal distracción viene primero.


    Entonces, se convierten en obstáculos (antarayah) 

    Sin embargo, la segunda parte del proceso consiste en que esta distracción (chitta-vikshepa), una vez que la atención ya se ha involucrado y permanece fijada en la distracción, también se vuelve un obstáculo (antarayah), vivo e intenso, con todas sus cualidades perturbadoras y dolorosas. Por tanto, es un proceso que tiene dos partes, ocurre la distracción y a continuación pasa a ser un obstáculo. Si la primera parte (la distracción) no sucediera, entonces, la segunda parte (el obstáculo) no aparecería en la superficie como un problema.
    Distracción y perturbación: Éstos son dos principios diferentes. Hay que tener en cuenta que primero debe haber distracción y la perturbación la sigue a continuación.


    La clave respecto a los obstáculos es no distraerse 

    Entonces, la clave para liberarse es saber cómo romper la conexión entre la distracción y el consiguiente dolor como obstáculo. En el sutra 1.32 se indica que la forma de lograrlo es haciendo que la mente se concentre en una sola cosa, o se enfoque de tal manera que la distracción no suceda. Por consiguiente, el obstáculo no aflora. Es un principio sorprendentemente simple; de hecho, tan simple, que es muy difícil persuadirnos como para que lo creamos y practiquemos. Sin embargo, la capacidad de concentrar la mente es crucial, y cultivarla bien vale un gran esfuerzo.



    SUTRA 1.31 

    duhkha daurmanasya angam-ejayatva shvasa prashvasah vikshepa sahabhuva

    A partir de estos obstáculos aparecen otras cuatro consecuencias que son: 1) dolor mental o físico, 2) tristeza o abatimiento, 3) inquietud, desequilibrio o ansiedad, e 4) irregularidades en la exhalación e inhalación al respirar.


    VOCABULARIO

    duhkha = dolor, mental o físico
    daurmanasya = tristeza, desesperación, abatimiento, frustración, depresión, angustia
    angam-ejayatva = inestabilidad, inseguridad, movimiento, temblor del cuerpo o las extremidades (anga = miembros o cuerpo)
    shvasa = inhalación, inspiración (inhalación irregular)
    prashvasa = exhalación, espiración (exhalación irregular)
    vikshepa = distracciones
    sahabhuva = compañeros, acompañamientos, que se correlacionan



    Estos cuatro se originan a causa de los otros nueve 

    Estos cuatro obstáculos aparecen como consecuencia de los nueve mencionados en el sutra previo. En cierto sentido, pareciera como si los trece pudieran agruparse en un solo sutra. Pero en la práctica, es útil reconocer que estos cuatro surgen como resultado de los otros nueve. Al observar los cuatro de cerca, se ve que son relativamente fáciles de identificar comparados con los otros nueve. Reconocer uno de estos cuatro es una clave de que algo está ocurriendo a nivel sutil. Así, es más fácil darse cuenta y hacer el ajuste.



    Estos cuatro son buenos indicadores de los obstáculos sutiles 

    Si esto se observa en relación a otras personas, es muy fácil ver cuando alguien tiene dolor, abatimiento, el cuerpo inquieto o irregularidades en la respiración (el cuarto de este sutra). Puede que se desconozca la razón subyacente, pero de seguro el síntoma queda en evidencia en la superficie. Similarmente, podemos no saber que algo está ocurriendo dentro de nosotros a un nivel sutil. Pero, si observamos nuestros gestos, el lenguaje corporal, el nivel general de dolor y de estado de ánimo, es más probable que tomemos consciencia de que algo está sucediendo a ese nivel.


    Darnos cuenta puede llevarnos a realizar cambios 

    Una vez que estos cuatro más superficiales nos llevan a identificar los obstáculos sutiles, es mucho más fácil hacer algo para corregir la situación, para retomar el camino. Inicialmente, esto puede parecer mucho análisis intelectual, pero en realidad es bastante simple y muy beneficioso. Es posible descubrir que sencillamente volviéndonos a concentrar en las prácticas y enfocándonos en la filosofía personal de vida o en actitudes útiles, dichos obstáculos se debilitan. Y muy importante, puede ser un recordatorio de haber perdido momentáneamente el foco, y así dirigir otra vez la atención en una sola dirección.



    SUTRA 1.32 

    tat pratisedha artham eka tattva abhyasah

    Para prevenir o hacer frente a estos nueve obstáculos y sus cuatro consecuencias, la recomendación consiste en dirigir la mente en una sola dirección, en entrenarla para que se enfoque en un único objeto o principio.


    VOCABULARIO

    tat = esos, su
    pratisedha = prevención, negación, neutralización, prohibición, oposición, anulación, remoción
    artham =para, con el propósito de, a fin de
    eka = único/a
    tattva = verdad, principio, tema, realidad
    abhyasah = práctica, cultivar ese hábito


    La solución es el enfoque unidireccional 

    Existe un único principio subyacente como antídoto para estos obstáculos, y es una mente enfocada en una sola dirección. Esto puede ser practicado de muchas maneras, pero el principio es el mismo. Cuando la mente está focalizada, es mucho menos probable enredarse y perderse en la maraña de ilusiones falsas que puede provenir de estos obstáculos. Es bueno recordar que la razón fundamental por la cual no experimentamos la iluminación es el hecho de que la consciencia está falsamente identificada con los múltiples niveles de condicionamientos (1.4)

    Algunas sugerencias específicas se dan en sutras a continuación (1.33 -1.40), como modos de enfocar la mente para atenuar el efecto de estos obstáculos.



    Recordar una verdad u objeto 

    Recuerda constantemente un aspecto de la verdad, o un objeto. Puede ser cualquier objeto, incluidos los que se sugieren en los sutras siguientes (1.33 -1.39). Ser algo relacionado a tu religión, a un aspecto de tu ser, a un principio u otra cosa agradable. O un mantra, una oración corta o una afirmación. Aquí en este sutra, enfocarse en una dirección se plantea como antídoto para los múltiples obstáculos mencionados en los sutras anteriores (1.30 -1.31). Pese a que hay una vasta cantidad de objetos a elegir, un aspirante sincero escogerá sabiamente el objeto para esta práctica, posiblemente en conjunto con alguien familiarizado con la misma



    Esto es preparación para la meditación 

    A veces pareciera que la meditación es el medio por el cual aprendemos a afrontar esta clase de distracciones. La verdad es que en cierta forma es al revés. Uno aprende los principios básicos para hacer frente a estas distracciones, y así, a consecuencia de eso, podamos meditar y experimentar el verdadero Ser, que está más allá de la mente. Pero antes, debemos estabilizar la mente y encarar las distracciones. Esta preparación se enseña en los sutras 1.30 -1.32, junto a las sugerencias específicas dadas en los sutras 1.33 -1.40 para purificar la mente. Más adelante, en el capítulo 2, se explican los métodos sutiles de meditación, una vez que los obstáculos más densos o concretos se han minimizado.



    Enfocarse en una sola dirección, práctica y no-apego 

    Recordemos que los dos principios de abhyasa (práctica) y vairagya (no-apego) se mencionaron (1.12 -1.16) como la base de la meditación Yoga. Aquí, en el sutra 1.32, se agrega el principio de enfocarse en una sola dirección, cuyo objeto es remover los obstáculos. Es extremadamente útil reflexionar repetidamente sobre el modo en que estos tres principios se interrelacionan de manera práctica. El compromiso con la práctica junto al entrenamiento de la mente para que se enfoque en una sola cosa, más el cultivo del no-apego en relación a los múltiples obstáculos mentales, actúan en coordinación para traernos los frutos de la meditación.



    Enfocarse unidireccionalmente es válido en todos los niveles 

    El principio de enfocar la mente en una sola dirección como antídoto para los obstáculos también tiene validez en las prácticas sutiles y muy sutiles de meditación. Además de ser inicialmente esencial para neutralizar los tipos más burdos de obstáculos mentales, continúa siendo una herramienta clave en todas las etapas posteriores de la práctica. La naturaleza de los obstáculos puede volverse cada vez más sutil, pero su característica perturbadora y capaz de distraer es similar, tal como lo es la solución.


    No se trata de reprimir los pensamientos y emociones 

    La mayoría aprende automáticamente el principio de enfocarse en un solo sentido, como modo de enfrentar problemas o los obstáculos en la vida, pero el modo en que lo hacen, a menudo es inadecuado. Algún hobby, la actividad deportiva, la televisión o una forma de adicción nos cautiva, y eso puede dar cierta sensación de alivio, pero a la vez causar supresión o represión de los pensamientos y emociones. Este tipo de focalización podría llevarnos a evitar o eludir los asuntos a los que tenemos que abocarnos. El enfoque unidireccional del que habla la meditación Yoga carece de esta intención, generando en cambio una expansión de consciencia del mundo interno asociada al no-apego. Sus consecuencias son libertad y apertura, no una mente agobiada y cerrada.



    Enfocarse en lo positivo 

    Existe un principio de conocimiento general que consiste en enfocarse en las actitudes, acciones y situaciones positivas de la vida, y a la vez dejar que lo negativo se elimine gradualmente. Centrarse en lo positivo es una de las aplicaciones prácticas del principio de enfoque unidireccional. Una y otra vez, ejemplo tras ejemplo, encontramos que este principio de mantenerse enfocado es un proceso generalizado en relación a la salud, la curación, la integridad, y el hecho de trascender los niveles más externos de nuestro ser, de modo de experimentar la Verdad que se halla en nuestro interior (1.3).



    Enfocarse, un estilo de vida

    El espíritu de enfocarse en una sola cosa a la vez no es una simple técnica o método de meditación. Es algo intencional, una forma de ver el mundo, una forma de ser. Es un proceso que implica desarrollar un estilo de vida en el que se pone atención a lo que se está haciendo, estando a la vez siempre atentos a los aspectos más sutiles de nuestro ser. Lo que sea que uno haga, diga o piense, se realiza con una suave pero persistente consciencia de estar enfocado y no distraído. El yogui cultiva conscientemente este estilo de vida que implica estar atento, enfocado, concentrado en una dirección, mientras permanece conciente del resto y siempre expandiéndose en consciencia.

    15 sept 2014

    Yoga y trabajo interior

    Por Ramiro Calle

    El yoga es tan antiguo ya la vez tan actual que Mircea Eliade -practicante de yoga- se refirió a él como «un fósil viviente».

    Es, sin duda, la técnica liberatoria más antigua del mundo, pues el yoga arcaico (que ya disponía de eficaces métodos para conducir la mente a un estado de conciencia superior) es muy anterior a la penetración de los arios en la India. Los primeros yoguis se adentraron en la búsqueda interior con el afán de conectar con conocimientos de orden superior y poder acceder a regiones ignotas de la mente. En el transcurso de los años fue configurándose un cuerpo amplísimo de enseñanzas, métodos, técnicas y prescripciones para la auto superación, la evolución de la conciencia y la conquista de una mente superior a la que el yoga denomina supramundana, por situarse más allá de las apariencias.

    Por su propia experimentación personal, los yoguis fueron concibiendo y ensayando toda clase de métodos de autoconocimiento y autodesarrollo, así como técnicas muy específicas para la contención del pensamiento, el cultivo armónico de la atención, el acrecentamiento de la conciencia, la purificación del inconsciente, el control psicosomático, el desarrollo de la visión esclarecida y la reunificación de las energías dispersas. Como lo más cercano a un ser humano es su propio cuerpo, su mente y las energías que animan a ambos, el yogui convirtió su complejo psicofísico en un laboratorio para efectuar su trabajo, poniendo en práctica innumerables procedimientos para armonizar el cuerpo, la mente y las energías y poder conquistar un tipo de percepción (yóguica) liberadora muy diferente y muy superior a la percepción ordinaria, siempre sometida a error.

    El yogui emprendió sin tregua el trabajo sobre sí mismo, al que denominamos, por su carácter, trabajo interior. Se trata de una práctica minuciosamente llevada a cabo para poder conocer la naturaleza real que reside en uno mismo y para aprender a conocer y regular la propia realidad interna. Se trata de superar la ignorancia básica de la mente y de desplegar todos los potenciales internos para superar la desdicha, procurar un sentido de aprendizaje interior a la vida y mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás.

    Este trabajo es integral, o sea, que se realiza sobre todos los componentes del ser humano: cuerpo, cuerpo energético, órgano psicomental (mente y emociones) y comportamiento. Se conoce ese trabajo interior que es el entrenamiento yóguico como sadhana o práctica espiritual. El sadhana tiene por objeto la evolución consciente, el autoconocimiento y el autodesarrollo, para beneficio propio y ajeno. En este trabajo sobre uno mismo, el practicante encontrará no pocos obstáculos, pero también buenos aliados internos. Entre los obstáculos se encuentran no solamente las circunstancias externas adversas y el entorno inapropiado y las vicisitudes de la vida, sino también los que derivan del desequilibrio orgánico y de la inarmonía psíquica. Son obstáculos el desasosiego, la pereza, la negligencia, el descontento, la ofuscación, la avidez, el odio y tantos otros, a los que hay que sumar el propio inconsciente desordenado, caótico y el cúmulo de viejos patrones, heridas psicológicas, traumas y frustraciones. También son obstáculos los enfoques incorrectos, los estrechos puntos de vista, el apego a las ideas.

    A menudo es la propia mente uno de los escollos más difíciles de superar, porque hay que ir limpiándola de esa ofuscación o ignorancia básica que genera innumerables emociones insanas, del mismo modo que hay que ir aprendiendo a contener el pensamiento neurótico y descontrolado que es fuente de avidez, odio y, en suma, de una gran masa de sufrimiento para uno mismo y para los demás. Todas las técnicas del yoga (incluidas las del yoga psicofísico) apuntan a la mente para sanearla e iluminarla. De una mente ofuscada todo lo que se deriva es nocivo.

    Hasta que se somete uno al sadhana adecuado, la mente está dominada por innumerables condicionamientos (muchos de ellos inconscientes) que falsean su visión, ya que ésta está densamente velada por tres «oscurecimientos»: el interpretativo, el reactivo y el imaginativo. La visión liberadora va desencadenándose en la medida en que la mente se purifica, los condicionamientos se resuelven y la percepción se esclarece.

    Pero si bien los obstáculos no son pocos en esta senda hacia la paz interior y la sabiduría, también hay dentro de uno mismo un buen número de aliados que se desplegarán para colaborar en la conquista de la quietud y el conocimiento liberador. Son simientes de iluminación que es necesario cultivar para que maduren y reporten sus excelencias. Estos aliados, denominados factores de crecimiento o iluminación, son entre otros: el esfuerzo correcto, la atención vigilante, la ecuanimidad, el sosiego, el contento y la visión lúcida. Estos factores de iluminación colaborarán de manera eficaz en la superación de uno de los más graves obstáculos, el del ego o la autopersonalidad, que nos desvía de nuestra naturaleza original y nos somete a esclavitud.

    Los condicionamientos inconscientes reaccionan generando a menudo el «charloteo» mental, ese pensamiento mecánico y confuso (en las antípodas del recto pensar) que es el ladrón de la felicidad. Tengamos bien presente que la primera definición del yoga por escrito es «el control de los pensamientos en la mente»; así, todos los procedimientos yóguicos ponen su empeño en controlar los pensamientos mecánicos y neuróticos, para poder conocer un tipo superior de mente que nada tiene que ver con la mente ordinaria, al que se denomina unmani o no mente.

    Como el trabajo interior o sobre uno mismo tiene un carácter integral (se extiende a todos los elementos que conforman al ser humano), comporta:

    . Unos ideales yóguicos que son asiduamente cultivados.
    . Un buen número de técnicas psicofisiológicas para intensificar el control psicosomático y mejorar psicofísicamente a la persona.
    . Un nutrido arsenal de técnicas psicomentales, entre las que se encuentran la retracción de los órganos sensoriales y el recogimiento interior, la concentración, la meditación, la auto indagación, la contención del pensamiento y muchas otras.
    . El cultivo de una adecuada actitud vital, que debe ser trasladada a la vida cotidiana, apuntalada en la atención consciente, la ecuanimidad, el sosiego y la compasión.
    . Una ética natural, que estriba en poner medios para que las otras criaturas sean felices y evitarles el sufrimiento.

    Este sadhana (ejercitación) integral compete, pues, al cuerpo, al cuerpo energético, al órgano psicomental y al comportamiento con nosotros y con los demás. El trabajo sobre el órgano psicomental adquiere gran importancia, pues somos aquello que pensamos y sentimos, ya que lo que hay dentro de nosotros tiende a emerger a través del comportamiento. Incluso el yoga psicofísico (hatha-yoga) pretende con sus numerosas técnicas no sólo beneficiar los cuerpos físico y energético, sino también favorecer el dominio de la psique.

    Este trabajo integral se traslada a la vida cotidiana y el practicante debe tomar su existencia como una práctica interior, tratando de:

    . Hacer lo mejor que pueda en cualquier momento y circunstancia.
    . Hacer con atención consciente y con destreza, sin dejarse alienar por la acción.
    . No obsesionarse por los resultados, pues los mismos, si han de venir, lo harán por añadidura.
    . Tratar de que la acción sea menos persona lista y egoísta.
    . Convertir la vida cotidiana en un maestro, aprendiendo a bregar sabiamente y con actitud adecuada con los acontecimientos, circunstancias y situaciones, poniendo en marcha la atención consciente y la firme ecuanimidad.

    La práctica de las técnicas yóguicas va transformando al practicante y le enseña a modificar sus viejos modelos de conducta mental cuando estos son nocivos o perturbadores, para poder conseguir una renovada y más armónica forma de sentir y sentirse.