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4 oct 2014

Respirar es vivir, André Van Lysebeth (Aprendo Yoga parte III)


Extraído del libro "Aprendo Yoga"




RESPIRAR ES VIVIR

Raras veces he encontrado un ser humano tan desamparado: estaba sentado frente a mi, pálido, los rasgos cansados, su cuello descarnado flotaba en el cuello de su camisa demasiado grande ahora. Venia a verme sin mucha convicción, por consejo de un amigo, para exponerme su problema. Cuando digo "exponer", no se imagine que me haya relatado simplemente sus molestias: su estado de agotamiento y de nerviosismo era tal, que era incapaz de hacer un relato coherente de su situación.



Me leía algunas notas que había preparado para nuestra entrevista. Os ahorraré los detalles. Casado, había tenido, hacía pocos años, un choque emotivo cuya naturaleza no me precisó, y desde entonces su salud se deterioraba progresivamente. Sufría de molestias digestivas, de palpitaciones, irritabilidad, falta de concentración. Adelgazaba a ojos vista, perdía el gusto de vivir, estaba en el limite de su resistencia. Había cambiado de empleo hacia poco: mejor remunerado, se sentía, por desgracia, sobrepasado por sus nuevas responsabilidades. Al día siguiente lo esperaba un trabajo importante que estimaba incapaz de realizar. Tenia la intención de confesarlo a su nuevo patrón y de presentar su renuncia.


¿Oué hacer? La gimnasia le estaba prohibida, porque el menor esfuerzo lo agotaba. Yo estaba muy embarazado: quería ayudarlo, pero parecía imposible hacerle practicar yoga, aún ultraelemental. 


Para precisar la situación le pedí que se quitara su americana, que se tendiese sobre la alfombra y que respirara calmadamente. Al no observar ningún movimiento respiratorio ni en el abdomen ni en el tórax, le dije: "¡No retenga el aliento!" -Pero si no lo retengo, respiro normalmente.... - fue la sorprendente respuesta. -Entonces respire tan profundamente como pueda.


Hizo un esfuerzo. y su tórax se levantó ... ¡un centímetro! Palpé el abdomen: estaba duro y contraído . Este hombre estaba contraído a tal punto que prácticamente no respiraba sino lo preciso para no morir asfixiado. ¡Esto explicaba muchas cosas! Me miró estupefacto cuando le dije que su respiración era casi inexistente: ¡jamás se había dado cuenta de ello, ni tampoco persona alguna! Después de una media hora de intentos, logré que se descontrajera un poco y que respirara con el abdomen. No era algo formidable, por cierto, pero comparado con su estado precedente inspiraba, por lo menos, cinco veces más aire que antes. 



Tres cuartos de hora más tarde apareció, tímidamente, un tinte rosado sobre sus mejillas, una pálida sonrisa iluminó su rostro y. . . ¡era capaz de hablar sin consultar sus notas!

No se crea que todo fue muy sencillo después: pero, por la magia de la respiración, ese cuerpo humano volvió a la vida, como cuando se riega una planta marchita.

Con la ayuda de su médico está a punto de volver a llevar una vida normal.


Este es un caso extremo, pero impresionante: desde ese día concedo una importancia primordial a la respiración: observa que, casi sin excepción, las personas que tienen una caja torácica bien desarrollada - ¡Y que se sirven de ella!- viven sin problemas, es decir, logran resolverlos a medida que se presentan. Los que respiran mal se debaten en innumerables dificultades, en todos los dominios: salud, profesión, afectividad. Son, por desgracia, la mayoría, porque de hecho, todos respiramos más o menos mal. ¡Cuántos pobres pulmones de civilizados no se ventilan nunca a fondo!


La respiración es el gran volante vital. Es posible abstenerse de alimento sólido durante semanas, de liquido durante algunos días; pero privados de aire falleceríamos en unos pocos minutos.

Todos los fenómenos vitales están ligados a procesos de oxidación y de reducción: sin oxigeno no hay vida. Nuestras células dependen de la sangre para su aprovisionamiento de oxigeno. Si por sus arterias circula sangre pobre en oxigeno, la vitalidad de cada una de sus células se encuentra disminuida: "realice" esta verdad primera, imprégnese de ella , dese cuenta de que millones de células, dispuestas a servirle fielmente hasta el límite de sus fuerzas, son tributarias del aporte de oxigeno que les llega por intermedio de ese líquido mágico: la sangre. Su deber, en sentido estricto, es el de asegurarles este aprovisionamiento de oxigeno al que tienen derecho.

No solamente respiramos muy mal, sino que a menudo la calidad del aire respirado es más que dudosa: de aquí nuestra falta de resistencia a las enfermedades, a la fatiga, nuestra repugnancia a todo esfuerzo físico, nuestro nerviosismo, nuestra irritabilidad.

El aporte de oxigeno es sólo un aspecto de la función respiratoria, la que abarca también la expulsión del CO2. Las células no disponen de ningún otro medio de desembarazarse de los restos que producen, fuera del de arrojarlos a la sangre: la purificación tiene lugar especialmente en los pulmones. Además, en los pulmones mal ventilados, innumerables gérmenes pueden desarrollarse en la oscuridad tibia y húmeda que les es favorable. El bacilo de Koch no resiste la acción del oxigeno: la respiración correcta, al asegurar la ventilación completa de los pulmones. inmuniza contra la tuberculosis.

¡Por supuesto que no hemos esperado a los Yoguis para respirar! Pero al practicar su arte de respirar, se dará cuenta hasta qué punto respiraba mal antes. Hay tanta diferencia entre la manera como respira un adepto del Yoga y un no iniciado, como entre un pillastre que chapucea en un estanque y un campeón. El primero se debate, gasta muchas energías y apenas logra flotar y desplazarse: el segundo avanza rápidamente y sin esfuerzo. Toda la diferencia proviene de la técnica y del ejercicio. Aprendamos a respirar correctamente; la recompensa será maravillosa.

He aquí los beneficios que Swami Sivananda atribuye a la respiración yóguica: "El cuerpo se vuelve fuerte y sano: el exceso de grasa desaparece, el rostro resplandece. los ojos centellean y un encanto particular se desprende de toda la
personalidad. La voz se vuelve dulce y melodiosa. El adepto ya no es presa de la enfermedad. La digestión se hace con facilidad. (Recuerde el apetito que tiene Ud. después de una larga caminata al aire libre.) Todo el cuerpo se purifica, el espíritu se concentra fácilmente, la práctica constante despierta las fuerzas espirituales latentes, trae la dicha y la paz."

Antes de su nacimiento, su mama respiraba por Ud. Pero desde su llegada al mundo, cuando el contenido de CO2 de su sangre aumentó, el centro respiratorio puso en marcha su primera y profunda inspiración, los pulmones se desplegaron en la caja torácica: acababa Ud. de realizar su primer acto autónomo. Desde entonces, el flujo y el reflujo de la respiración ritman su vida hasta el último suspiro. Para usar la expresión de C. L. Schleich, desde el momento en que la matrona corta el cordón umbilical, los pulmones se convierten en la placenta que une al hombre con la madre cósmica .

Vivir es respirar -respirar es vivir; los yoguis miden la duración de la vida humana por el número de respiraciones.

Antes de emprender ejercicios respiratorios complicados, aprendamos primero a respirar bien. O más bien, ¡volvamos a aprender! ... Todos hemos sabido respirar tan bien... ¡cuando éramos nenes! Después, han cambiado tantas cosas, sin mejorar muchas veces, sobre todo en materia de respiración, la que ha llegado a ser incompleta, superficial, a tirones, apresurada, porque estamos perpetuamente crispados y en tensión bajo el imperio de emociones negativas: ansiedad, cólera, entre otras .

Antes de cualquier reforma respiratoria hay que recordar que el hálito es anterior a nosotros y que no podemos enseñarle nada. Debemos abrirnos a sus poderes vivificantes, apartando todos los obstáculos que se opongan a su acción. El hálito espera de nosotros la eliminación de las tensiones, la corrección de los malos hábitos, de las actitudes físicas y mentales erradas. En cuanto hayamos apartado los obstáculos , se manítestará en su plenitud y nos concederá vitalidad y salud.
André Van Lysebeth

Ya no están de moda los corsés de 1900, pero más de un accesorio vestimentario nos impide aún respirar normalmente. ¡Sus cinturones de cuero, señores! iSus fajas y sostenes, señoras! Escogedlos muy extensibles para que no dificulten la respiración.

Pero hay obstáculos físicos mucho más temibles : esos abdómenes duros y contraídos que impiden la respiración y contraen toda la personalidad. esos tórax rígidos como corazas, esos diafragmas inmovilizados por acumulaciones de gas en el tracto qastro-lntestinal, también ellas causadas por espasmos. Es preciso primero descontracturar todos esos músculos en permanente tensión, los que, mejor que un corsé, impiden cualquier respiración normal; he aquí el motivo por el que la relajación es la puerta de entrada del yoga.

PRIMACIA A LA ESPIRACIÓN
En el acto respiratorio, el occidental atribuye la primacía a la inspiración. El yoga, por el contrario, afirma que toda buena respiración comienza no sólo por una espiración completa y lenta, sino también que esta ESPIRACIÓN perfecta es la condición sine qua non de una inspiración correcta y completa, por la razón tan simple de que no se puede llenar un recipiente ¡si no ha sido previamente... vaciado! Imposible respirar bien si no espiramos antes a fondo. La respiración normal comienza, pues, por una espiración lenta y tranquila, realizada mediante la relajación de los músculos respiratorios. El tórax se hunde por su propio peso, expulsando así el aire. Esta espiración debe ser silenciosa, como todo acto respiratorio (no debe escucharse respirar) y, por este motivo, será lenta. Al final de la espiración, los músculos abdominales pueden ayudar a vaciar los pulmones lo más completamente posible, por una contracción que expulse los últimos restos de aire viciado, la constitución esponjosa de los pulmones no permite vaciarlos en un 100 %: siempre quedará aire impuro en ellos, el aire resídual, que hay que esforzarse por reducir al mínimo, porque el aire fresco, traído por la inspiración, se mezcla a este aire residual para formar el verdadero
aire respiratorio de cada uno. Mientras más a fondo espire, mayor será la cantidad de aire fresco que podrá entrar y más puro será el aire en contacto con la superficie alveolar.

El volumen de aire que los pulmones pueden contener se llama "capacidad vital". Raras veces una designación ha sido más pertinente, y la meta de numerosas técnicas respiratorias es la de aumentar esta capacidad. Sin embargo, antes de preocuparse de aumentarla, utilicemos al máximo aquella de que disponemos, mediante una cuidadosa espiración, los yoguis distinguen tres tipos de respiración: la respiración abdominal, la respiración costal y la respiración clavicular. La respiración yóguica completa combina las tres y constituye la respiración ideal.

La respiración abdominal:
De este modo respira la mayor parte de los hombres. El diafragma desciende en el momento de la inspiración, el abdomen se hincha. Es el modo menos malo de respirar, la base de los pulmones se llena de aire, el descenso rítmico del diafragma provoca un masaje suave y constante de todo el contenido abdominal y favorece el buen funcionamiento de los órganos.

La respiración costal:
Se efectúa separando las costillas y dilatando la caja torácica como un fuelle. Esta respiración llena los pulmones en su región media. Hace penetrar menos aire que la respiración abdominal y requiere más de un esfuerzo. Es la respiración "atlética". Combinada con la respiración abdominal, permite una ventilación satisfactoria de los pulmones.

La respiración clavicular:
El aire se introduce levantando las clavículas. Sólo la parte superior de los pulmones recibe un aporte de aire fresco. Es el modo menos bueno de respirar; por lo común, es atributo de las mujeres.

La respiración completa:
la respiración yóguica completa engloba los tres modos de respiración y los integra en un único movimiento amplio y ritmado.

El aprendizaje se hace mejor acostado de espaldas: puede, por lo tanto , practicarse eventualmente en la cama.

Estas son, brevemente descritas, sus diversas fases:
1 ) Vacíe los pulmones a fondo.
2) Haga descender lentamente el diafragma y deje entrar aire en los pulmones. Cuando el abdomen esté hinchado y la parte baja de los pulmones esté llena de aire...
3) separe las costillas. pero sin forzarlas, después ...
4) termine de llenar los pulmones levantando las clavículas.

Durante toda la inspiración el aire debe entrar proqresivamente, sin sacudidas, en flujo continuo. No debe hacerse ningún ruido al respirar. Es esencial respirar silenciosamente.

MUY IMPORTANTE: su espíritu debe estar concentrado enteramente en el acto respiratorio. Cuando haya llenado los pulmones por completo, espire en el orden de la inspiración, siempre lentamente, sin sacudidas ni esfuerzo. Entrar bien el abdomen al final de la espiración.

Recomenzar enseguida a inspirar del mismo modo. Se puede prolongar este ejercicio tanto como uno quiera. No debe provocar ni molestias ni fatiga. Puede practicarlo en cualquier momento; cada vez que piense en ello, en el trabajo, caminando, en cualquier ocasión, respire consciente y lo más completamente que pueda. Poco a poco adquirirá el hábito de la respiración completa y su modo de respirar mejorara a medida de sus progresos. Pero es indispensable que reserve cada día un momento fijo a elección suya (por la mañana al despertar es muy favorable, como también por la noche antes de quedarse dormido) para practicar durante algunos minutos.

Cuando se sienta fatigado, deprimido, sin ánimo, haga algunas respiraciones completas: su fatiga desaparecerá como por encanto, su mente experimentará sus beneficios y volverá al trabajo con renovado entusiasmo.

Tal como la espiración, la inspiración debe ser silenciosa, lenta, continua y cómoda. No se hinche como un balón de fútbol o como un neumático. Respire cómodamente, sin forzar jamás.

Recuerde que la respiración ideal es PROFUNDA, LENTA, SILENCIOSA, COMODA. En los sedentarios se producen acumulaciones de sangre o congestiones en uno u otro órgano. El "torrente" circulatorio refrenado produce un desgaste y envejecimiento prematuros del organismo, la respiración completa impide que en nuestros órganos se frene la corriente sanguínea hasta el punto de formar estagnaciones y que de "torrente" se convierta en "pantano".

El efecto de succión, de espiración, provocado por la respiración profunda constituye una de las más importantes correlaciones entre la respiración profunda y la circulación. Un ejemplo citado por el doctor Fritsche, ilumina suficientemente este mecanismo: la gran vena que lleva al corazón en forma ininterrumpida la sangre proveniente del hígado, es vaciada regularmente por la succión que el pulmón ejerce sobre ella al respirar. Si la sangre venosa hepática no circula libremente, el hígado se hincha y se congestiona, lo que trae molestas repercusiones sobre la circulación de la sangre que proviene del tubo digestivo, y de aquí se sigue una digestión perturbada.

La respiración profunda y lenta disipa casi instantáneamente este estado congestivo del hígado, porque el pulmón aspira literalmente el exceso de sangre acumulado en el hígado, que llega al corazón derecho. Por lo demás, los movimientos del diafragma y de la caja torácica ejercen una influencia aceleradora sobre la circulación venosa en el organismo entero.

Al inspirar, no aspira Ud. solamente aire en los pulmones, también bombea SANGRE en los tejidos de todo el cuerpo. Cuando el pulmón contiene más aire es cuando contiene también más sangre, según las investigaciones de P. Héqer.
Cuando, en la primera fase de la respiración, el diafragma desciende y se aplana, la vena cava inferior impulsa su sangre hacia el corazón, porque sus paredes están tensas. El bazo también obtiene benéficos efectos de la respiración profunda. Así la respiración profunda y lenta es un poderoso motor circulatorio . El corazón es la bomba que impele la sangre en la red arterial, en tanto que los pulmones hacen el oficio de bomba aspirante sobre la circulación venosa. La circulación depende del funcionamiento correcto y complementario de esas dos bombas motrices. La respiración es el tónico por excelencia del corazón.

Los intercambios gaseosos en el pulmón, absorción de oxigeno y expulsión de CO2 se hacen mejor cuando la respiración es profunda, completa y LENTA. Según Walter Michel : "Si la respiración pulmonar no es completa, abundante y lenta, la superficie por oxidar pierde integridad y la fijación de oxigeno se hace mal, a pesar de la presencia de fermentos.

Para un intercambio gaseoso óptimo es preciso "que la sangre venosa adapte lentamente su tensión a la del aire alveolar ...". Las tensiones se aproximan cuando el aire alveolar permanece largo tiempo en contacto con la sangre. La máxima aproximación se alcanza cuando el aire permanece de 10 a 20 segundos en los alvéolos. La velocidad de la circulación de la sangre y el tiempo que permanece el aire en los alvéolos, en otros términos, el volumen minuto y la forma de respirar, determinan igualmente la importancia de los intercambios gaseosos al nivel de los pulmones. Se aumenta la superficie de dífusión inspirando profundamente y reteniendo el aire inspirado. Así es como se aumenta la superficie de eficacia, porque están en acción todos los alvéolos habitualmente inactivos en la respiración corriente . La lección que la medicina tiene derecho a sacar de estos hechos es que un buen llenado alveolar es necesario para una buena oxigenación. En efecto, es preciso que el mayor número posible de alvéolos participe en esta acción, a fin de aumentar así la superficie de difusión: también es preciso, según los fisiólogos, que el aire inspirado permanezca de 10 a 20 segundos en el alvéolo, a fin de obtener el intercambio más completo posible de los gases de la respiración.

Está demostrado cuán esencial es el ritmo de la respiración, y especialmente cuánto influye la respiración LENTA en la respiración de los tejidos, aumentando por este simple medio, mejor que cualquier terapéutico, el consumo de oxigeno de todo el organismo.

Todos los trastornos orgánicos o funcionales que provocan el estado de enfermedad son influenciables, cuando no siempre curables, por la respiración voluntaria. Los futuros bronquíticos, los futuros asmáticos, los futuros enfisematosos son invariablemente respiradores insuficientes, como dice el Dr. J. Peschier.

La respiración voluntaria es el medio más importante de que disponemos para aumentar la resistencia del organismo. "Disminuid la resistencia orgánica por cualquier medio y veréis a los microbios, hasta entonces inofensivos, convertirse en agentes de infección" (Pasteur). 

La seroterapia conoce fracasos al igual que la suifamidoterapia o la peniciloterapia. Algunos remedios, como tales, no tienen ninguna acción directa sobre el agente infeccioso. Por el contrario, está comprobado que algunos estados de la sangre o de los humores (temperatura, densidad, viscosidad o simplemente pH), bastan para destruir un agente infeccioso sin la ayuda de ninguna terapia traída conscientemente desde el exterior.

Existe una inmunidad natural, atribuida a un equilibrio iónico de la sangre. Depende, por tanto, de la respiración que, actuando sobre el pH de los humores, lo hace sobre el pH óptimo del microbio. Da al equilibrio ácido-base una regulación que se restablece en cada respiración y permite al organismo mantener o volver a encontrar el pH vital.

Si la respiración voluntaria no basta siempre para combatir las enfermedades infecciosas, ayuda a mantener el combate que nos libera de ellas y asegura al organismo los medios de evitarlas.

iUno queda confundido ante la clarividencia de los yoguis que han establecido desde hace milenios las reglas y las técnicas de la respiración ideal! Recomiendan respirar como si en nuestro nacimiento nos hubiesen dado en crédito un cierto número de respiraciones y nuestra vida fuera a durar hasta el agotamiento del capital -número de respiraciones. Si estuviésemos penetrados de esta creencia, ¡qué cuidado pondríamos en respirar lentamente!

Si, respirar es vivir. Pero respirar lentamente es vivir mucho tiempo. Y en buena salud. Mientras que para los asanas es preciso estar en ayunas, en ropa y lugar adecuados, la respiración voluntaria puede practicarse en cualquier lugar, en cualquier tiempo, sin que ni siquiera se den cuenta los que nos rodean.

Comience su jornada con algunas respiraciones profundas, lentas, silenciosas, en la cama, en los breves minutos que se concede desde que despierta hasta que se levanta ... En seguida, durante su sesión de asanas respire yóguicamente. Si tiene la ocasión de caminar un poco al ir a su trabajo, ¡respire otra vez! Al caminar, inspire durante 6 pasos, retenga el aliento 3 pasos, y haga durar la espiración 12 pasos. Por regla general, la espiración debe ocupar el doble del tiempo de la inspiración, haya o no retención. Puede ensayar con: 8 pasos de inspiración, 4 de retención y 16 de espiración. 

En el curso de la jornada, en el trabajo o en otro lugar, cada vez que se acuerde -deseamos que sea frecuentemente- concédase algunas respiraciones profundas, completas y lentas. Por la tarde, aproveche para intercalar una breve sesión de respiraciones: en la cama, que la respiración le sirva de canción de cuna. Siempre puede respirar sobre el mismo ritmo que al caminar, pero contando los segundos, por ejemplo.

Así, acumulando cortas pero frecuentes sesiones en el curso de la jornada, asegurará para Ud. las ventajas inapreciables de la respiración yóguica.


André Van Lyzebeth


INDICE DEL LIBRO "APRENDO YOGA" DE ANDRÉ VAN LYZEBETH


  1. INTRODUCCIÓN: ¿QUE ES YOGA? (parte I)
  2. El hombre moderno y el yoga. El espíritu del Hatha Yoga.(parte II)
  3. Respirar es vivir (parte III)

11 dic 2013

Anatomía del Yoga: columna vertebral

Las estructuras óseas y articulares del cuerpo humano
Parte 1: el armazón del cuerpo humano, la columna vertebral. 
Notas de bibliografía de Viniyoga, escritas por Laurence Maman


En la evolución de los seres vivos sobre nuestro planeta, la aparición de los vertebrados señala la adquisición de un gran equilibrio entre firmeza y movilidad. Al contrario de los animales envueltos en un caparazón protector, que les vuelve, sin embargo, pesados y poco ágiles, los vertebrados llevan en el interior de su propio cuerpo el elemento sólido que les sostiene. Este eje es la columna vertebral.

Estas características permanecen hasta el hombre actual. Gracias a la existencia de un esqueleto óseo, la columna vertebral que sostiene el tronco y la cabeza, las "cinturas" de los hombros y la pelvis empalmados con los huesos de los miembros, nos mantenemos en pie y nos movemos en el mundo.

Nos movemos debido a que nuestro esqueleto está articulado. Imaginemos un soldado de plomo. Su estructura completamente rígida le asegura una gran estabilidad. Puesto de pie, por sí mismo no se caerá. Si con ingenio se coloca a nivel de sus tobillos una articulación susceptible de doblarse hacia adelante, será necesario colocar detrás de ésta un resorte, cuya fuerza será indispensable para evitar que nuestro soldado se de de narices en el suelo. Si se articulan sus rodillas de forma que le permitan doblegarse hacia atrás, todo lo que se encuentra más arriba correría el riesgo evidente de caerse, a no ser que se aplique un resorte a la parte anterior de las rodillas. Y así sucesivamente.

Este ejemplo insignificante nos recuerda como nuestra estructura ósea, rígida en sí misma, nos permite movernos debido al hecho de estar compuesta de elementos articulados entre sí. La configuración de las diferentes articulaciones, permite movimientos orientados en uno u otro sentido. Hoy trataremos de captar lo esencial. Lo cual nos permitirá, en consecuencia, revisar lo que representan para el ser humano vivo los "resortes" del soldado de plomo, es decir, particularmente los musculos y las estructuras fibrosas.

A. Repaso de los elementos de base

1. Estructura de los tejidos implicados en el armazón del organismo.

El tejido conjuntivo está considerado como el elemento de conexión entre numerosos tejidos diferentes con funciones muy específicas. Sin embargo, todos los tejidos que hoy citaremos pueden considerarse como tipos de conjuntivo. Este está constituido, básicamente, por una substancia llamada "fundamental", homogénea, reforzada por medio de fibras y que sirve de unión de un cierto número de células que se encuentran en él.

a. Cuando predominan las fibras densas, el tejido conjuntivo juega sobre todo un papel de sostén. Es el caso de las cápsulas articulares que recubren las articulaciones para mantener su estabilidad. Es también el caso de los ligamentos que refuerzan las cápsulas, el de las aponeurosis -o fascias- que rodean los músculos, el de los tendones que empalman los músculos a los huesos en los que se insertan.

b. En el origen, casi el esqueleto entero del feto está constituido de cartílagos. En el adulto, se encuentran en particular en las extremidades articulares de los huesos. El cartílago juega un papel de tapón protector. El tejido fibrocartilaginoso constituye los discos intervertebrales y forma los "meniscos" que completan ciertas articulaciones, como la rodilla. Aunque el tejido cartilaginoso conserve cierta elasticidad, su substancia fundamental se ha enriquecido en sales de calcio que lo hacen más resistente.

c. El hueso se constituye por la adición a la substancia fundamental de elementos apropiados para darle todavía mayor dureza. Se trata básicamente de sales de calcio y de fósforo.

Este esquema de hueso largo y cortado longitudinalmente traerá a la memoria suficientes recuerdos. Nótese como dicho hueso largo, elemento de armazón, abriga en su interior la médula ósea, órgano esencial para la fabricación de células sanguíneas.

2. Estructrura de las articulaciones

La articulación se define, generalmente, como la zona en la que se juntan dos superficies óseas.

a. Algunas son muy poco móviles. Es el caso de las "suturas" entre los huesos del cráneo, unidos por un tejido fibroso denso.

b. Al nivel de la columna vertebral, los cuerpos vertebrados están separados -o unidos- por medio de discos cartilaginosos. La unión está reforzada por ligamentos. Los movimientos que permiten son de poca amplitud. Esto ocurre asimismo con la sínfisis pelviana.

c. El caso más corriente corresponde a las articulaciones sinoviales, las cuales permiten la mayor movilidad. Esas extremidades óseas en contacto las mantienen juntas una cápsula y un ligamento. La membrana sinovial que recubre el interior de la cápsula segrega un líquido lubrificante. Corresponden a este modelo, entre otros, el codo y la cadera.
Articulación sinovial


B. EL ARMAZÓN DEL CUERPO HUMANO (PRIMERA PARTE)
Esqueleto humano

Columna vertebral y sus partes

LA COLUMNA VERTEBRAL
1. PRESENTACIÓN GLOBAL

En un contexto de movimiento, hace falta ampliar la noción de articulación. Esta se refiere también al juego de los músculos que recubren una unión ósea o bien están sujetos a ella.

El término "raquis" podría emplearse para designar, de manera más amplia que el de "columna vertebral", un conjunto de estructuras óseas, cartilaginosas y de ligamentos.

Las 24 vértebras, prolongadas prolongadas en la base del raquis por el sacro y el cóccix, están separadas por los discos fibro cartilaginosos. En el plano estructural, no se deben separar como elementos completamente distintos las vértebras y los discos, ya que forman una unidad.

Por otro lado, en un cuerpo armonioso, el raquis más que soportar el peso, lo distribuye y equilibra. De manera semejante a como la estaca asegura el equilibrio espacial apropiado entre los dos lados de una tienda, sin tener que soportar por ello todo el peso de la tienda, la columna vertebral mantiene el equilibrio entre las estructuras musculares y fibrosas situadas a uno y otro lado.

Así pues, se pueden reconocer tres funciones del raquis:
-soporta en parte el peso de la cabeza y del tronco.
-reparte ese peso.
-protege la médula espinal.

El raquis describe cuatro curvaturas. Dos de ellas (la dorsal y la sacra) son convexas hacia atrás, y constituyen lo que se llama ''cifosis''. Son patológicas sólo en el caso de ser excesivas. Las otras dos (la cervical y la lumbar), cóncavas hacia atrás, se llaman "lordosis".

La curvatura dorsal recibe el nombre de "primaria": es un resto de la forma que tenía el raquis del feto, convexo globalmente hacia atrás. En ella los discos invertebrados e incluso las vértebras han permanecido, más finos en su porción anterior.

El niño, conforme se desarrolla, endereza la cabeza para poder mirar delante suyo; luego endereza el tronco para mantenerse de pie. De este modo se forman las curvaturas cervical y lumbar. Respecto a ellas se habla de curvaturas secundarias. A esos niveles, la parte anterior de los discos se ha vuelto más espesa, en cambio las vértebras conservan el paralelismo entre sus caras superiores e inferiores.

A nivel lumbar, los discos intervertebrales son netamente más espesos que en la columna dorsal. Lo cual asegura a la columna lumbar una mayor movilidad, tanto más cuanto las costillas obstaculizan también las posibilidades de movimiento del raquis dorsal.

De lo dicho se desprende que, en el caso de querer reducir (o acentuar) la importancia de las curvaturas raquídeas, habrá que actuar en primer lugar sobre las dos curvaturas secundarias, la lumbar y la cervical, dado que son las más fácilmente modificables. 

En patología, junto a las exageraciones de las lordosis y cifosis normales, se encuentra con frecuencia escoliosis. Las verdaderas escoliosis asocían la inclinación lateral y la rotación de varias vértebras superpuestas: cuando se hallan a nivel dorsal, la rotación simultánea de las costillas puede llegar a dar apariencia de una "giba".

2. LAS ESTRUCTURAS DE LOS ELEMENTOS DE BASE DEL RAQUIS

LA VERTEBRA
La triple función de la columna vertebral queda asegurada mediante los elementos que constituyen las vértebras.

El cuerpo vertebral asegura la función de sostén del peso. Más o menos constituye la mitad del volumen de la vértebra. Se sitúa en la parte anterior de ella.

El arco posterior constituye el canal óseo que protege la médula espinal. En la epoca del desarrollo fetal se forma de un modo más lento que el cuerpo.

El papel de repartición de tensiones se asegura mediante los últimos elementos vertebrales que alcanzan su forma definitiva, o sea, las distintas "apófisis", que se van modelando según las etapas del desarrollo motor del bebé. Las apófisis articulares son cuatro en cada vértebra, dos superiores y dos inferiores.
Vértebra tipo

Sus facetas, medios de articulación entre dos vértebras superpuestas, impiden que estas vertebras se deslicen una sobre otra al azar. Según su situación en la columna vertebral, las facetas están orientadas de modo distinto, determinando así los movimientos posibles a cada nivel.

Las apófisis espinosas (para atrás) y transversales (a los lados) son los puntos de sujeción de los músculos que permiten erguir y estirar el tronco.

EL DISCO INTERVERTEBRAL
Los discos constituyen la cuarta o quinta parte de la estructura raquídea. Situados entre cada cuerpo vertebral, están hechos de fibrocartílago según el siguiente esquema:

El centro del disco, llamado núcleo pulposo, es relativamente blando, en particular al principio de la vida. Está rodeado y protegido por un tejido fibroso, el anillo fibroso, fibrocartílago resistente que se entrecruza con las estructuras que bordean el cuerpo vertebral. Con la edad, también el núcleo se vuelve fibrocartilaginoso. De ello resulta una disminución de la movilidad, y más todavía dado que dicho fenómeno viene acompañado de una reducción del porcentaje de agua contenida en el disco. Para que los discos
Disco intervertebral
mantengan la 
mayor elasticidad, posible, resulta de capital importancia, en efecto, una buena hidratación de los mismos. De aquí la importancia de absorber todos los días una cantidad suficiente de líquido. Son igualmente importantes los ejercicios de flexión y enderezamiento del raquis, puesto que
juegan el papel de bombas que hacen más intenso el aporte sanguíneo de alimentos y oxígeno a los discos. El hecho de que el disco sea menos espeso al final del día se debe a que pierde fluidos durante el curso de la jornada.

El núcleo se considera como el elemento esencial de soporte del peso a nivel del disco. Su posición no es del todo central y varía según los estratos de la columna. A nivel lumbar se extiende más para atrás.

Normalmente, el núcleo se desplaza hacia adelante cuando la columna se dobla para atrás, hacia atrás en las flexiones para adelante o bien lateralmente en las inclinaciones de costado.

LOS MEDIOS DE UNIÓN ENTRE LAS VERTEBRAS
Además de los discos y formando una especia de unidad estructural, con la vértebra, existe toda una serie de ligamentos que unen los cuerpos vertebrales, las láminas y las apófisis espinosas y transversales.

El gran ligamento vertebral común posterior, que pasa por detrás de los cuerpos vertebrales, se rompe con facilidad, debido a su relativa mala fijación en los cuerpos y los discos. Esta es una de las razones de la mayor frecuencia
de hernias discales posteriores. Dicho ligamento se pone en tensión sobre todo en flexiones hacia adelante muy forzadas.

Los músculos, de los cuales vamos a hablar más adelante, también constituyen ciertamente un elemento mayor de la estabilidad del raquis.

MECANISMO DE LA HERNIA DISCAL
Cuando el disco se ha vuelto frágil, por ejemplo, como consecuencia de una hiperpresión ejercida sobre él durante años, un falso movimiento o un esfuerzo demasiado intenso puede desplazar el núcleo más allá de su posición normal, haciendo que se encuentre emergiendo fuera del contorno normal del disco. En los jóvenes, la elasticidad del anillo permite con frecuencia la vuelta del núcleo a su lugar habitual. Con la edad, el fibrocartílago se seca y sus fibras pueden llegar a separarse, permitiendo al núcleo permanecer corno un
bulto. De este modo se produce una hernia discal. Las mas de las veces el núcleo hace un bulto hacia atrás, capaz de comprimir la médula espinal. A menudo, las raíces nerviosas que salen de la médula en el lugar afectado se
hallan comprimidas, lo cual produce toda una serie de transtornos: dolores, transtornos sensitivos o motores... Lo más común es que el afectado sea un disco lumbar. El mecanismo habitual es el siguiente: después de una flexión hacia adelante demasiado importante, con mayor razón si se trata de levantar un objeto, uno se endereza demasiado rápidamente. Durante la flexión hacia adelante el núcleo se ha desplazado, hacia atrás. El espacio entre las dos vértebras que rodean el disco se ha entreabierto tanto más hacia atrás cuanto se ha forzado la flexión hacia adelante. Además la presión sobre el disco ha sido más importante por el hecho de sostener un peso. Al enderezarse rápidamente, el núcleo es cogido en el cepo hacia atrás, de modo que las fibras del anillo y del ligamento lo dejan emerger.

Por eso en caso de fragilidad discal conocida, se aconseja: evitar en la vida corriente las flexiones hacia adelante con las piernas tensas. Una ligéra flexión de las rodillas disminuye la intensidad del estiramiento lumbar. Esto tiene su aplicación en la práctica del yoga, en la que será preferible, naturalmente, doblar ligeramente las rodillas en posturas como las siguientes.
Padangusthasana

Paschimottanasana













Levantar un peso a partir de la posición en cuclillas mejor que con las piernas tensas.

El levantar en vilo es, en efecto, mucho menos importante en este caso. Por otro lado, las piernas comparten mucho más con la espalda la carga suplementaria.

Evitar los enderezamientos bruscos. Así, en la práctica del yoga, los movimientos lentos reducen el riesgo que, conllevan para los discos las flexiones forzadas hacia adelante.

Se ha constatado que, el exceso de rigidez de los músculos de la espalda hace más frágiles los discos favoreciendo una hiperpresión a su nivel.

Así pues, resulta muy deseable el estiramiento -progresivo- de la parte posterior del cuerpo, asociado a su buena tonicidad. 

3. LOS MOVIMIENTOS DEL RAQUIS 

RECAPITULACIÓN DE LOS DISTINTOS MOVIMIENTOS POSIBLES A ESTE NIVEL

-La flexión es el movimiento mediante el cual el raquis se inclina hacia adelante. La extensión es el movimiento mediante el cual el raquis se inclina hacia atrás.
-Las inclinaciones laterales pueden hacerse hacia la derecha o bien hacia la izquierda.
-Lo mismo que los movimientos de rotación alrededor del eje longitudinal.
-Se da además, una posibilidad de movimiento de erección: el raquis puede estirarse hacia arriba mediante la reducción de las curvaturas.

Cada estrato de la columna vertebral presenta particularidades de estructura que explican las diferencias de movilidad.

Las principales diferencias entre los estratos raquídeos se refieren a:
-la talla del cuerpo vertebral, que aumenta de las cervicales a las lumbares,
-la orientación de las superficies de las apófisis articulares,
-la orientación de las apófisis espinosas,
-el espesor del disco intervertebral, que crece de las dorsales a las lumbares.

Así pues: en la región cervical, se pueden observar cuatro grandes tipos de vértebras: C1 o atlas, lisa, se ajusta a C2 o axis, como un anillo se ajusta a su dedo. Lo cual nos permite volver la cabeza sin necesidad de implicar en ese movimiento el resto del cuello y los hombros. C2 representa, en efecto, una apófisis en forma de diente, dirigida verticalmente hacia arriba como pivote de los movimientos de rotación. Basta  la mínima modificación en la articulación de estas dos vértebras para que la amplitud de dichos movimientos se vuelva limitada. 

De C3 a C6 las vértebras son más sencillas y próximas a la vértebra tipo. Ahí las apófisis espinosas son oblicuas hacia abajo, lo cual protege contra los peligros de una hiperextensión. La orientación de las apófisis articulares hace que los movimientos de rotación e inclinación lateral del cuello resulten siempre acoplados. En la flexión hacia adelante, la curvatura cervical puede invertirse. Globalmente, la movilidad del raquis cervical es importante en particular en las rotaciones (que se sitúan sobre todo entre C1 y C2).

C7 asegura la transición al raquis dorsal. Su apófisis espinosa es claramente más larga y se percibe al tacto como saliente en relación con las que se encuentran más arriba y más abajo. Es ahí que puede encontrarse la "joroba de bisonte", cuando el tejido fibroso y graso se acumula enfrente. 

En la región dorsal, un par de costillas se fija a cada uno de los segmentos vertebrales, constituyendo de este modo la caja torácica. Los cuerpos vertebrales aparecen cada vez más voluminosos a medida que se desciende hacia la región lumbar. Su forma también varía. La orientación de las apófisis articulares limita grandemente los movimientos de flexión-extensión, de manera semejante a como la fuerte inclinación de las espinosas limita la hiperextensión. En este sentido, el raquis dorsal, y en particular los segmentos de los que parte la inervación cardíaca, resulta protegido de los daños que podrían producirle movimientos locales excesivos. 

Sin embargo, las vértebras que aseguran la conexión con los demás estratos del raquis poseen una forma distinta que permite mayor movilidad  en este sentido. Este es el caso de D1 y, sobre todo, de D12, vértebra-bisagra, a cuyo alrededor se producen los movimientos de flexión-extensión del tronco. Por esto en esta última vértebra son más frecuentes que en ninguna otra parte del raquis las fracturas por compresión del cuerpo vertebral o desgarramiento de la apófisis espinosa. 

Al contrario, la bisagra D12-L1 constituye la parte de la columna vertebral en la que los movimientos de rotación son mínimos, prácticamente nulos.

A nivel dorsal, aunque algo menos que a nivel cervical, la inclinación lateral tiene tendencia a ir acompañada de un elemento inevitable de rotación. 

A nivel lumbar se encuentra una estructura más pesada, cuya tarea principal consiste en soportar el peso. Aquí las apófisis espinosas y transvesas son casi horizontales. A sus niveles están conectados diversos músculos sólidos, cuyo equilibrio de acción asegura la buena posición del raquis lumbar. L3 en particular tiene un arco posterior más desarrollado, dado que esta vértebra constituye un enlace para la inserción de músculos importantes.

Los movimientos de rotación son particularmente débiles, los de flexión-extensión poseen buena amplitud. En principio, en una flexión completa, la curvatura lumbar se invierte.

La inclinación lateral es moderadamente posible, excepto a nivel de L5-S1, donde resulta prácticamente nula.

APLICACION A CIERTAS POSTURAS DE YOGA
Las posturas representadas aquí permiten observar la extensión de posibilidades del raquis:




















- Dos posturas ilustran la amplitud de movimientos que puede realizar el conjunto del raquis en flexión -extensión.

- En la postura de máxima extensión, el desplazamiento tiene lugar sobre todo a nivel cervical y lumbar. La columna dorsal se limita a borrar su cifosis. La extensión empieza a ampliarse en la bisagra dorso-lumbar.

- En la postura de flexión hacia adelante están particularmente implicados el raquis lumbar y la bisagra dorso-lumbar.

La lordosis lumbar desaparece. La columna dorsal presenta una ligera acentuación de su cifosis natural. En el dibujo el raquis cervical permanece extendido. En cambio, se encontraría reducido si en lugar del mentón se hubiese puesto la frente sobre los
miembros inferiores.

Muchos otros elementos habría que analizar a propósito de esas dos posturas extremas, entre otros lo que ocurre a nivel de pelvis, caderas y hombros junto con los grupos musculares puestos en juego. 

-La postura sentada, tronco vertical, ilustra el equilibrio perfecto que puede alcanzar el raquis como eje del cuerpo.

Laurence Maman