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11 abr 2020

El hombre moderno y el yoga. El espíritu del Hatha Yoga. André Van Lysebeth (Aprendo yoga parte II)

Del libro "Aprendo Yoga" de Andre Van Lysebeth





El hombre moderno y el yoga 


¡Nuestra época es fantástica! 

Jamás la humanidad había conocido una evolución tan explosiva. Nuestras realizaciones sobrepasan los sueños de nuestros antepasados. Icaro está eclipsado por nuestros cosmonautas. Nuestros sabios van al corazón del átomo para arrancar los secretos mejor guardados de la naturaleza y domestican la energía nuclear. Nuestra existencia se asemeja a un cuento de hadas, si la comparamos a la de los siglos precedentes. ¡Qué pena que estemos hastiados! 

Es trivial sentarse en un Boeing y sobrevolar el Polo, confortablemente instalado en un sillón, mientras que tal vez, bajo el hielo, cruza un submarino atómico. Y en el avión... dormimos...


¡Sin necesidad de remontarnos a los Galos, pensemos en la admiración de Luis XIV si hubiese podido ver un televisor, o simplemente un grabador de cinta magnética! 

Niños mimados, nos quejamos si las imágenes que nos transmite el Telstar son poco nítidas. 

El uso del automóvil ha llegado a ser tan común que nos parece lo más natural desplazarnos a 140 km por hora por nuestras autopistas. 


Marcamos un número sobre un disco y en el otro extremo del hilo, a centenares de kilómetros, incluso a miles de kilómetros, una voz amada nos responde. ¡A menos que no sea la del inspector de contribuciones! Pasamos al lado de tantos milagros cotidianos que encontramos todo esto normal y ordinario y ya nada nos llama la atención. Gracias a nuestros sabios, ingenieros y técnicos, reina en nuestras casas calefaccionadas automáticamente una temperatura siempre uniforme. Bien vestidos, bien alimentados, vivimos en el lujo. Los industriales, atentos a nuestros menores deseos, crean para nuestro confort y nuestro placer, infinidad de utensilios destinados a hacernos la vida cada vez más fácil y agradable. Llegan hasta inventarnos nuevas necesidades... En resumen, un paraíso terrestre comparado con la prehistoria. ¡La edad de oro!



Pero hay un pero...

Observemos la multitud anónima que desfila por nuestras calles saturadas. Observe esos rostros lúgubres, preocupados, esos rasgos fatigados no iluminados por ninguna sonrisa. Mire esas espaldas encorvadas, esos tórax estrechos, esos vientres obesos. ¿Son felices todos esos civilizados? Ya no tienen hambre ni frío, por lo menos la mayoría, pero necesitan píldoras para dormir, comprimidos para evacuar sus intestinos perezosos, calmantes para sus dolores de cabeza y tranquilizantes para soportar la existencia. Aislados de la naturaleza, hemos realizado la proeza de contaminar el aire de nuestras ciudades, nos hemos encerrado en nuestros despachos y hemos desnaturalizado la alimentación. El duro combate por el dinero ha endurecido nuestros corazones, ha impuesto silencio a nuestros escrúpulos, ha pervertido nuestro sentido moral. Las enfermedades mentales hacen estragos cada día mayores, en tanto que se multiplican las enfermedades de degenerescencia (tendencia a la degeneración): cáncer, diabetes, infarto, provocando sombrías siegas en nuestras «élites». La degenerescencia biológica se acentúa a una cadencia aterradora que no parece «aterrar» a nadie y que ni siquiera advertimos. Tranquilizadoras estadísticas nos dicen que nuestras probabilidades de vida han aumentado en equis años; pero, inconscientes, no nos damos cuenta que dilapidamos en pocas generaciones un patrimonio hereditario acumulado desde centenares de miles de años. La civilización, al suprimir la selección natural, permite la multiplicación de individuos tarados; en tanto que, como consecuencia del confort, el hombre ya no utíliza sus mecanismos de adaptación y de defensa natural y se debilita. 


¿Cómo detener esta degenerescencia? 

Aun nuestra medicina, aunque constantemente en progreso, es impotente. Ha adquirido, sin embargo, un capital de conocimientos que suscitan nuestra legítima admiración y orgullo. Ha eliminado flagelos como la peste, la viruela, la difteria, para no citar sino éstos. Además de los antibióticos, nos ofrece una multitud de remedios eficaces y cada día descubre otros nuevos. Nuestros cirujanos realizan prodigios cotidianos; ¡pensemos en las operaciones a corazón abierto! 


Pero todo esto no basta. Por el contrario, los mismos progresos de la medicina dan a los civilizados una feliz impresión de seguridad. Creen que todo les está permitido; ningún exceso los asusta, nada les detiene. ¿Cae uno enfermo? «Basta» con ir al cúralotodo; a él le corresponde reparar los desgastes rápidamente; es su oficio, se le paga para eso. No quieren darse cuenta de que su erróneo modo de vivir es el causante de la mayoría de sus males, y que mientras no consientan en modificarlo, los médicos, a pesar de su ciencia y de su abnegación, no podrán asegurarles sino una salud precaria entre dos enfermedades. Una «civilización» que desemboca en la degenerescencia de la especie y de los individuos sin siquiera procurar una apariencia de dicha, debe ser considerada en quiebra. 


Prisioneros de la civilización, ¿qué podemos contra este rodillo compresor? ¿Renunciar a nuestra ciencia, a nuestra técnica, a nuestra vida civilizada? ¿Dinamitar las usinas, quemar los libros, encerrar a los sabios y a los técnicos, volver a las cavernas y bosques de la prehistoria? 

Imposible. Inútil. Por lo demás, tenemos derecho a estar orgullosos de nuestra ciencia y de nuestras realizaciones. No debemos renunciar a la civilización; por el contrario, debemos beneficiarnos al máximo de sus ventajas y buscar, al mismo tiempo, cómo eliminar sus inconvenientes.



UN REMEDIO: EL YOGA 

La solución pasa necesariamente por el individuo. Nos podemos preguntar: «¿Qué representa el individuo ais­lado, qué importancia tiene frente a la masa?» Poca cosa, en apariencia. Pero la situación no puede mejorar, el problema no puede resolverse sino en la medida en que cada uno se constriña a una disciplina personal, de la que el yoga constituye, sin lugar a dudas, la forma más práctica, la más eficiente, la mejor adaptada a las exigencias de la vida moderna. «Si quieres cambiar el mundo, comienza por cambiarte a ti mismo». Gracias al yoga, el civilizado puede volver a encontrar la alegría de vivir. El yoga le proporciona salud y longevidad mediante los asanas que devuelven la flexibilidad a la columna vertebral, verdadero eje vital, calman sus nervios sobreexcitados, relajan sus músculos, vivifican sus órganos y sus centros nerviosos. El pranayama (ejercicios respiratorios) proporciona oxígeno y energía a cada célula, purifica el organismo quemando los desechos, expulsa las toxinas, en tanto que la relajación le permite preservar la integridad de su sistema nervioso, lo previene contra la neurosis y lo libera del insomnio.


Para el adepto del yoga, el cuidado del cuerpo es un deber sagrado. 


El yoga afirma que es fácil mantenerse en buena salud, que basta con modificar algunas costumbres convencionales erróneas. responsables de un número incalculable de males, de miserias y de decesos prematuros. La salud es un derecho de nacimiento; es tan natural tener buena salud como nacer: la enfermedad tiene su origen en la negligencia, la ignorancia o la transgresión de las leyes naturales. 


En el sentido yóguico del término, la enfermedad es un pecado físico y se considera al enfermo tan responsable de su mala salud como de sus malas acciones. Pyle observaba ya que «los humanos que tratan su cuerpo como les place, infringen las reglas de la vida sana, que deberían conocer a fondo; son pecadores físicos. Las leyes de la salud no son ni restrictivas ni sofocantes. Por el contrario, son simples, poco numerosas, y nos procuran gran libertad al liberarnos de una multitud de trabas que impiden que nuestras propias fuerzas se manifiesten en su integridad, impidiéndonos así gozar plenamente de la vida.» aunque simples, los métodos y preceptos del yoga son racionales y científicos.


Se podría temer incluso que su simplicidad y su facilidad de aplicación condujeran deplorablemente a descuidar esos méto­dos, privándonos así de los maravillosos efectos benéficos que procura su práctica continua y cuidadosa. 


Este libro le proporciona estos métodos de probada eficacia a lo largo de miles de años. El autor le transmite la tradición yóguica tal como tuvo el privilegio de recogerla de sus Maestros, enriquecida por veinte años de práctica personal ininterrumpida. 

Este libro es ante todo didáctico: no se pierde en teorías, sino que permanece en el terreno de la práctica. Repetiremos con Swami Sivananda: «Una onza de práctica vale más que toneladas de teoría».






EL ESPÍRITU DEL HATHA YOGA


Cualquiera, ateo o creyente, puede practicar con éxito el Hatha-Yoqa, porque no es una religión y su práctica no exige ni presupone la adhesión a ninguna filosofía particular, a ninguna iglesia o creencia. Se lo puede considerar como una simple disciplina psicosomática única en su género, de una eficacia inigualada.

Por ser el Hatha-Yoqa un conjunto de técnicas es neutro por definición; pero seria un lamentable error no considerar si no este aspecto técnico e ignorar el espíritu en el que los grandes Sabios y Rishis de la India antigua lo han concebido, espíritu que le confiere una indiscutible nobleza. Nadie lo ha definido mejor que Swami Sivananda en las lineas siguientes:



"S¡ se admite que el hombre es, en realidad, un espíritu incorporado a la materia, una unión completa con la Realidad exige la unidad de estos dos aspectos. Hay mucho de verdad en la doctrina que enseña que el hombre debe extraer lo mejor de los dos mundos . No existe ninguna incompatibilidad entre los dos, a condición que la acción sea conforme a las leyes universales de la manifestación, la doctrina que pretende que la felicidad en el más allá no puede ser obtenida sino por la ausencia de goce aquí abajo, o por la búsqueda deliberada del sufrimiento y de la mortificación, debe ser tenida por falsa, la felicidad aquí abajo y la bendición de la Liberación, tanto sobre la tierra como en el más allá, pueden ser alcanzadas haciendo de cada acto humano y de cada función un acto de adoración.


Así el sadhak (el adepto) no obra con un sentimiento de separación. Considera que su vida y el juego de todas sus actividades no es una cosa aparte, que deba conservar y perseguir egoístamente para su propia causa, como si el goce pudiera extraerse de la vida por su propia fuerza, sin ayuda.


Por el contrario, la vida y todas sus actividades deben ser concebidas como una parte de la acción sublime de la Naturaleza. Percibe que en el ritmo de las pulsaciones de su corazón, se expresa el canto de la Vida Universal. Descuidar o ignorar las necesidades del cuerpo, tenerlo por una cosa no divina, es descuidar y negar la Vida más qrande, de la cual forma parte, es falsificar la doctrina de la
Unidad y de la identidad última de la materia y del Espiritu. Gobernados por tales conceptos, aun las más humildes necesidades físicas adquieren una significación cósmica.

El cuerpo es la Naturaleza: sus necesidades son las de la Naturaleza: cuando el hombre se regocija, es la shakti la que goza a través de él. 

En todo lo que ve y hace es la Naturaleza nuestra madre, la que obra y mira; el cuerpo entero y todas sus funciones son manifestación suya. Realizarla plenamente consiste en hacer perfecta esta manifestación que es él mismo.

El hombre que busca dominarse, debe hacerlo en todos los planos - físico, mental y espiritual- porque todos están en relación, no siendo sino aspectos diferentes de la misma Conciencia Universal que lo impregna.


¿Ouién tiene razón? ¿el que descuida y mortifica su cuerpo para obtener una pretendida superioridad espiritual, o el que cultiva los dos aspectos de su personalidad como formas diferentes del espíritu que la habita? Por las técnicas del Hatha-Yoqa, el adepto busca adquirir un cuerpo perfecto, que llega a ser el instrumento adecuado para el funcionamiento armonioso de la actividad mental.

El Hatha-Yogui desea adquirir un cuerpo sólido como el acero, sano, exento de sufrimientos y capaz de vivir largo tiempo. Dueño de su cuerpo. quiere vencer a la muerte. En su cuerpo perfecto goza de la vitalidad de la juventud. Más aún, quiere someter a la muerte a su voluntad, y habiendo cumplido su destino terrestre, con un gran gesto de disolución abandona este mundo a la hora escogida."


Practicar el Hatha-Yoga no significa de ningún modo aceptar esta doctrina: pero, además de que esta doctrina revela el estado de espíritu de los verdaderos Hatha-Yoquis, disipa también ciertos prejuicios extendidos por Occidente, especialmente el de considerar los asanas como una acrobacia insensata, inútil, incluso peligrosa, o creer que los yoguis adoptan ciertas posiciones que parecen dolorosas con intención de mortificación, lo serían tal vez para un no-iniciado, pero para el adepto entrenado jamás son causa de sufrimiento: ¡al contrario!

29 ago 2017

Diez motivos para practicar yoga



El viaje hacia el mundo del yoga es, además de excitante, inmensamente agradecido. 

Los efectos de su práctica regular son intensos y maravillosos. Normalmente, se notan efectos positivos muy deprisa. Lo primero es una mejora en la flexibilidad, en el tono muscular y en el estado físico en general. A medida que se profundiza en la práctica regular, se experimentan otros beneficios mas sorprendentes. 
A continuación se enumeran diez buenas razones para practicar estas técnicas (yoga) con confianza: 


1. El yoga ayuda a mantener, recuperar y aumentar la salud física. 

El yoga es un ameno sistema anti-estrés. Mediante la relajación, las posturas, la respiración, la meditación y la dieta adecuada, el yoga disminuye efectivamente el estrés, baja la tensión y la ansiedad. Mejora también el sistema inmunitario evitando enfermedades y, si ya se esta enfermo, facilitando la recuperación. Recientes investigaciones demuestran que el yoga es muy eficaz frente a casos de hipertensión, diabetes, problemas respiratorios como el asma, problemas para conciliar el sueño, dolores crónicos de cabeza y de espalda. El yoga puede mejorar las funciones cardiovasculares, la digestión, la visión e incluso proporcionar cierto control sobre el dolor. 


2. El yoga pone en forma y aumenta la energía. 

Su práctica ayuda a relajar el cuerpo y la mente permitiendo obtener toda la energía necesaria para actuar eficientemente ante los desafios de la vida diaria. Se mejora mucho la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. 


3. El yoga proporciona equilibrio mental. 

Ejerce una profunda influencia sobre la mente a través del sistema hormonal. La práctica del yoga proporciona mejores resultados que cualquier tranquilizante y sin los indeseables efectos secundarios. Proporciona equilibrio y claridad mental sin entorpecer la mente. Con el yoga se puede permanecer al mismo tiempo alerta y relajado. 


4. El yoga es una poderosa ayuda para el crecimiento personal. 

El yoga ayuda a descubrir el potencial escondido del cuerpo. El cuerpo es un maravilloso instrumento, pero hay que tocarlo adecuadamente para producir bellas y armoniosas melodias. El yoga permite acceder con seguridad a la exploración de los aspectos mas ocultos de la mente, especialmente a los estados de conciencia mas elevados. De forma progresiva desaparecen las ideas equivocadas sobre uno mismo y sobre la vida en general. 


5. El yoga es un sistema completo e integral.

El yoga ofrece un estilo de vida orientado hacia el crecimiento personal que cubre todos los aspectos de la vida. Su repertorio incluye técnicas para una óptima salud física y mental, para afrontar con creatividad los desafíos de la vida moderna y para mejorar y transformar la vida sexual. El yoga te hace sentirte a gusto con tu cuerpo, mejora la imagen y la autoestima; aumenta el poder de concentración y la memoria. En definitiva, el yoga ayuda a descubrir la esencia espiritual del practicante, liberándole del miedo y de otras emociones y pensamientos restrictivos. 


6. El yoga mejora las relaciones sociales. 

El yoga permite mejorar las relaciones con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, proporcionando una nueva visión de la vida. Procura medios para desarrollar paciencia, tolerancia, compasión y perdón. Mediante sus técnicas se adquiere control sobre la mente haciendo desaparecer las obsesiones y los hábitos indeseables. El yoga enseña a vivir en paz con todo el mundo. Proporciona todo lo necesario para armonizar y embellecer la vida. 


7. El yoga aumenta la conciencia. 

Con el yoga se puede intensificar en gran medida la conciencia. La práctica del yoga permite afrontar todas las situaciones de la vida, incluso las mayores crisis, con claridad y serenidad. Además, el yoga hace a quien lo practica mas sensible a los ritmos corporales y las sensaciones de los sentidos, desarrollando también la facultad intuitiva (el sexto sentido). Pero lo mas significativo es que el yoga te pone en contacto con tu realidad espiritual que es fuente primera de la mente y la conciencia. 


8. El yoga se puede combinar con otras disciplinas. 

Aunque el yoga es completo en si mismo, se puede combinar facilmente con todo tipo de deportes o esfuerzo físico, incluso con ejercicios tan opuestos como el aerobic o el levantamiento de pesas. También se puede practicar yoga junto con otras disciplinas mentales, como técnicas de memorización o ajedrez. No solo es que el yoga sea compatible en todos los casos, sino que ayuda en gran medida a mejorarlos. 


9. El yoga es facil y conveniente. 

En el yoga no se practica hasta que surge la fatiga y aparece el sudor (a menos que se siga algún tipo de yoga moderno aeróbico). Se puede practicar en el confort del propio domicilio, aunque realmente se pueda practicar en cualquier sitio. Aunque no es preciso desplazarse a algún sitio concreto, es conveniente que los principiantes asistan a clases de yoga. El yoga esta libre de cualquier esfuerzo doloroso. En realidad, permite superar todas las formas de sufrimiento. 


10. El yoga es liberación. 

El yoga te puede conectar estrechamente con tu auténtica naturaleza, proporcionando una sensación de plenitud, de enriquecimiento interior y de confianza. Reduciendo el egoismo y los pensamientos y emociones negativas, el yoga te acerca a la felicidad eterna. Desarrolla tu fuerza de voluntad y te permite ser responsable de tu propia vida. 


Fuente: “Yoga for Dummies” - Georg Feuerstein y Larry Payne. Traducción de José A. Offroy vía Yoga Darshana.

16 mar 2015

Yoga Mala de Sri K Pattabhi Jois. Introducción (parte 2/2)

Hay muchos tipos de pranayama. Sri Shankara Bhagavadpada habla de miles y explica sus métodos, mientras Swatmarama nombra sólo ocho:

Suryabhedanamujjayi sithkari shithali tatha
Bhastrika bhramari murccha plaviniti ashtakumbhakah.
[Suryabedana, ujjayi, sitkari, shitali, bhastrika, bhramari, murchha y plavini son los ocho kumbhakas.]
Hatha Yoga Pradipika ii:44

De estos, sólo cuatro son apropiados para nosotros.

Algunos pranayamas son útiles para curar enfermedades, otros para la purificación de los nadis, y otros para detener la mente. Todos son importantes, pero su práctica requiere que la etapa precedente -llamada asana- sea practicada también.

Si se practica asana, las enfermedades del cuerpo y los sentidos se eliminarán. La practica pranayama propicia a concentrar la mente, fortaleciendo los órganos de los sentidos y permite que la mente se aquiete y no se vuelva inestable, entonces las enfermedades presentes en el cuerpo, los sentidos y la mente se curarán, permitiendo que la mente obtenga concentración y perciba al Ser Interior. Sólo entonces el nacimiento humano, que resulta como penitencia de muchas vidas anteriores, será satisfactorio, y no viviremos como animales.

En esta era científica aceptamos sólo lo que podemos ver, y rechazamos lo que no. No hacemos esfuerzos para percibir al Ser Universal, el morador interior testigo de todas las acciones, la causa de la creación, conservación y destrucción del universo, la naturaleza de la conciencia. Grandes eruditos e intelectuales que llaman la atención usando pedantes términos vedanticos para decir que todas las cosas son transitorias y que sólo el Ser Supremo es real, se están impresionando a ellos mismos y a sus oyentes sólo por un momento. Pero pronto la red de la ilusión seguro los apricionará. Por lo tanto, aquellos que realmente quieren elevarse fuera del océano del samsara, dejar de complacerse en el y dejar de experimentar el placer y el dolor y así volverse deprimido, deberían practicar yoga y percibir su felicidad (samsara significa el mundo, la existencia terrenal y el ciclo de nacimiento y renacimiento.).

Nada pasa en el mundo de acuerdo a nuestra voluntad, eso es evidente. Todo en el universo ocurre de acuerdo con la voluntad del Ser Universal, no según los deseos del hombre. Sin embargo, si entendemos correctamente las sabias enseñanzas del Bhagavad Gita, y las practicamos diariamente, seremos capaces de lograr nuestros objetivos en la vida. De ninguna otra manera pueden los seres humanos cumplir sus deseos. Por lo tanto, realizar nuestro dharma y nuestro karma, libres de deseo y apego, es nuestro deber (dharma, en este caso, se refiere a los deberes y responsabilidades que debemos llevar a cabo como resultado de nuestro paso por la vida; karma son  nuestras propias acciones o trabajos). Este deber requiere que realicemos nuestras acciones sin preocupaciones y ofreciendo todos nuestro dharma y karma a Dios, sin sin expectativas de recompensa. Es difícil complacer al Señor dando conferencias sobre asuntos espirituales o haciéndose popular y famoso. Si queremos complacerlo, el yoga debe lograrse a través de la renuncia al concepto de “yo” y “mío”. De esta manera podemos conseguir rápidamente la felicidad suprema.

En el Gita, el Señor dice, “Purvabhyasena tenaiva hriyate hyavasho’pi sah” que significa que, como un imán, la mente será atraída sin esfuerzo a la práctica de yoga en esta vida por tendencias desarrolladas en vidas pasadas (Bhagavad Gita vi:44). En otras palabras, si la mente desarrolla amor por la práctica de yoga, una tendencia ya debe existir de una vida anterior. Dados los beneficios terrenales y divinos que derivan del yoga, sería una gran bendición si toda la gente, hombres y mujeres, lograran la práctica de las ocho ramas del yoga, que otorgan la felicidad tanto aquí como en el más allá y es la realización de la experiencia humana. Este es el noble objetivo del autor de este libro.

Cualquiera que sea el trabajo que intentamos llevar a cabo no puede hacerse a no ser que nuestra mente esté calma y quieta; la felicidad no puede conseguirse así. “Ashantasya kutah sukham [Dónde está la felicidad en alguien que no está en paz]?” (Bhagavad Gita ii:66) ¿Cómo puedo disfrutar de la comodidad una mente perturbada? Lo que es seguro es que un ser humano no puede conseguir paz y felicidad a través de posesiones materiales. Esta felicidad, incluso cuando acontece, es a corto plazo y el sufrimiento que deriva de ella es eterno. La única consecuencia del placer y el gozo es la enfermedad, y entonces no se consigue el yoga. Aun así el yoga nos libera del demonio conocido como enfermedad. Incluso los bhoga [placeres] se convierten en yoga en una mente establecida en la práctica de yoga.

Si nuestra mente no es pura y está dominada por los “yo” y los “mío”, no podremos mantener nuestra natural dicha y caeremos en la infelicidad. Pero aquel que tenga la mente pura conseguirá la dicha eterna. Por lo tanto, para descubrir al Ser Interior, uno debería practicar yoga. Sin embargo, de la misma manera que un gramófono entretiene a la gente repitiendo música interpretada por otros, podemos atraer a otra gente repitiendo lo que hemos escuchado o leído y así ganarnos su confianza. Cuando esto sucede, nos podemos llegar a creer eruditos y caer presos del deseo y la rabia. El método para enfocar nuestra mente, para concentrarnos y disolvernos en el Atman debería ser aprendido bajo la tutela de un Guru (Atman, el Ser Supremo, el que todo lo domina, la conciencia auto iluminada). Sólo a través del éxito en las ramas del yoga y su práctica podemos llegar a elevarnos y de ninguna otra manera.

Concentrar la mente en una sola dirección es muy importante. Es difícil conseguirlo ya que la mente es muy inestable. Para conseguir que esté fija, en un sólo lugar, es esencial el pranayama. Tal como dice el Hatha Yoga Pradipika, si conseguimos detener la respiración que entra y sale del cuerpo, la mente también se detiene. Así que la naturaleza del pranayama debería ser conocida y practicada correctamente.

En este mundo muchas cosas han sido creadas para el placer y el regocijo del ser humano, y deseamos cada una de ellas. Pero de estos objetos del deseo provienen enfermedades que no deseamos. Deberíamos conocer su verdadera naturaleza y desarrollar un desapego hacia ellas. A través de este desapego y de la práctica del yoga nuestras mentes se concentrarán en encontrar el camino hacia el Ser Supremo, cuya naturaleza es la dicha. Cuando la mente no está atada a las cosas ni a los sentidos podrá disolverse en el Ser. Esto es lo que se conoce como estado de jivanmukti [liberación en la vida presente].

Para aprender correctamente pranayama, debe ser practicado bajo la observación de un Guru. Nadie que piense que es un experto en el tema por leer las escrituras, debería intentarlo. Un aspirante no debe tener prisa, debe aprender cuidadosamente las normas de pranayama.

Yatha simho gajo vyagro bhavedvashyah shanaih shanaih
Tathaiva sevito vayuranyatha hanti sadhakam
[de la misma manera que un león, un elefante o un tigre sólo pueden ser controlados gradualmente, debemos ocuparnos del prana. De otra forma destruirá al practicante]

Hatha Yoga Pradipika ii:15

De la misma manera que con entusiasmo e iniciativa un entrenador caza un animal peligroso como un león, un tigre o un elefante, que merodea libremente por el bosque, y lentamente lo va domesticando hasta que lo tiene bajo control, también podemos ir controlando la respiración, poco a poco, con la fuerza de la práctica. Es muy difícil pero posible. Pero si un aspirante se compromete con esta práctica sin seguir las normas, con orgullo o con fingida habilidad, se está poniendo en peligro. Los aspirante deberían tener esto en cuenta.

En poco tiempo no hay duda que a través de la práctica de yoga uno puede conseguir la paz y la felicidad deseadas, la capacidad de distinguir entre el Ser y el no-Ser, tranquilidad mental y estar libre de enfermedades, muerte y pobreza. Una persona no puede conseguir nada en este mundo si sus sentidos son débiles. La experiencia del Ser sencillamente no es posible para los débiles.


Nayam atma balahinena labhyah
Na medhaya na bahunashrutena
[El Ser no puede ser conseguir por el débil, por el intelecto
o por el aprendizaje]

Mundaka Upanishad

Así lo dicen los Vedas. Aquí la palabra bala significa fuerza, tanto mental como física. El cuerpo debe estar libre de cualquier tipo de enfermedad que distraigan la mente. Tanto la fuerza física, mental y de los sentidos son muy importantes. Sin ellas no se puede conseguir fuerza espiritual. Pero el poder intelectual y el conocimiento de las escrituras por sí solos no llevan a la auto Realización; el análisis de los comentarios y sus varias explicaciones no llevan al Ser. Ni siquiera es suficiente estudiar Vedanta en profundidad con un Guru (Vedanta, que literalmente significa el final de los Vedas, es una filosofía no-dualista). Sólo la práctica es el camino hacia atma labhah [conseguir el Ser]. El aspirante que sigue los preceptos y las instrucciones de un Guru con una mente en silencio, no atada por los sentidos, podrá darse cuenta de la verdadera forma del Ser Universal. Ésta es la verdadera naturaleza del yoga.

Cuerpo y mente están relacionadas y no pueden ser separadas la una de la otra. Si el cuerpo físico o los sentidos tienen una experiencia de placer o dolor, la mente tendrá la misma experiencia. Esto lo sabemos todos. Si la mente sufre, el cuerpo pierde peso, se debilita y pierde brillo; si la mente está feliz y en paz, el cuerpo crece, prospera, se fortalece y brilla. Así que el cuerpo y los sentidos también están relacionados y por lo tanto dependen de la fuerza de la mente. Esta es la razón por la que el método de concentración debería conocerse. Para aprender cómo se consigue ese tipo de concentración primero debemos purificar el cuerpo y entonces desarrollaremos fuerza mental. El método para purificar y fortalecer el cuerpo se llama asana. Una vez el cuerpo está purificado, la respiración también lo está y las enfermedades del cuerpo se eliminan.

Una vez las asanas se han aprendido suficientemente bien como para practicarlas cómodamente, la siguiente rama para llevar a la práctica es la relacionada al control de la respiración. Esto es lo que conocemos como pranayama. Sentarse y dejar que el aire entre y salga por nuestras fosas nasales no se considera pranayama. Pranayama significa introducir en el cuerpo el sutil poder del aire vital a través de rechaka [exhalación], puraka [inhalación] y kumbhaka [retención de la respiración]. Sólo estos kriyas, practicados conjuntamente con los tres bandhas [contracciones musculares o cerrojo] y de acuerdo con las normas, puede llamarse pranayama (Un kriya es una purificación, acción o práctica). ¿Qué son los tres bandhas? Son mula bandha, uddiyana bandha y jalandhara bandha, y deberían activarse mientras se practican asanas (Mula bandha [mula, raiz; bandha cerrojo] significa elevar el ano hacia el ombligo; uddiyana bandha [uddiyana, volar hacia arriba; bandha, cerrojo], también conocido como el cerrojo del estómago, significa elevar los músculos internos situados 10 cm por debajo del ombligo; jalandhara bandha significa cerrojo de la garganta). A través de la práctica de pranayama, la mente se detiene en una única dirección y sigue el movimiento de la respiración, un hecho conocido a través de la afirmación de la escrituras: “Chale vate chalam chittam”. Es de conocimiento general que podemos levantar más fácilmente objetos pesados si retenemos nuestra respiración y nos concentramos en el objeto que estamos levantando. Controlando la respiración a través del proceso de rechaka, puraka y kumbhaka, es posible dirigir la mente en una sola dirección.

En hatha yoga, hay miles de métodos de pranayama. Algunos purifican los nadis, otros purifican y fortalecen el cuerpo, otros curan enfermedades y purifican los siete dhatus, y otros son el medio para llegar al conocimiento de Brahman a través de la detención de la mente (La medicina ayurvédica divide el cuerpo en siete elementos llamados dhatus, que incluyen: plasma linfático y sanguíneo, sangre, carne, grasa, hueso, médula y fluidos sexuales (esperma y óvulos)). Entre éstos, sólo el pranayama kumbhaka es importante, ya que purifica y es útil para la realización del Ser. Incluso Pujya Shankara Bhagavadpada lo llama el más importante de los pranayamas:


Sahasrashah santu hatheshu kumbha sambhavyate kevala kumbha eva
[Entre los hathas, deben haber miles de kumbhas. El kumbha puro, por sí mismo, es el más deseado]

Yoga Taravalli 10

En relación al tema de kumbhaka pranayama, textos tipo el Yoga Yagnavalkya,
Sutasamhitakara, Devi Bhagavata, Yoga Vashishtha, Bhagavad Gita y los Upanishads, siguen, en general, la opinión de Acharya Shankara Bhagavadpada. Sin embargo, a causa de que generalmente la visión acerca del pranayama suele discrepar, es importante que esta rama del yoga sea aprendida y practicada con la orientación de un Guru.

Para un practicante de yoga, las normas en relación a la comida, el sexo y el discurso son muy importantes. Entre las comidas, aquellas llamadas sattvicas [puras] son las mejores. Sin embargo no es conveniente comer muchas verduras. El Ayurvedic pramana dice “Shakena vardate vyadhih [con las verduras se expanden las enfermedades]” y el yoga pramama asegura que las verduras son desagradables para los practicantes de yoga (Ayurveda, que literalmente significa la ciencia de la vida, es el sistema Indio para vivir en armonía con nosotros mismos y la naturaleza a través de la regulación de la comida y la actividad). Por otro lado, trigo, calabacines, yogures, alubias mung, jengibre, leche y azúcar son lo mejor. Son comidas que extienden el largo de la vida, comidas que aumentan las cualidades sattvicas así como la fuerza, la salud, la felicidad y el amor; comidas que son fáciles de digerir; y comidas que son naturales, locales y de temporada, estas son las mejores, ya que son dignas para ser ofrecidas a Dios.

Las comidas amargas, saladas o picantes no son buenas para ninguna parte del cuerpo y no deberían ser muy consumidas. Si la comida de una persona es pura, su mente será pura ya que la mente asume las cualidades de la comida que se consume, tal como asegura la autoridad de los Upanishads: “Ahara shuddhau sattva shuddih / Sattva shuddhau druvasmrtih [Cuando la comida que comemos es pura, nuestra mente será pura / cuando nuestra mente es pura, la memoria se estabiliza].” (Chandogya Upanishad vii:26:2) El practicante de yoga debería sólo comer comida con propiedades sattvicas. Comidas que aumentan las pasiones y la oscuridad mental, o que son carnosas y engordan nunca deberían ser consumidas, también se debe renunciar a las sustancias intoxicantes, el tabaco y cosas por el estilo.

Sólo la mitad del estómago debería llenarse con comida. Un cuarto de la otra mitad debería reservarse para agua y el cuarto que queda se deja para el movimiento de aire. Consumir mucha o nada de comida, dormir mucho o nada, tener demasiadas relaciones sexuales o mezclarse con gente indeseable o inculta debería evitarse lo máximo posible, ya que son obstáculos para la práctica de yoga. Debemos tener moderación en relación a comer, dormir y cosas por el estilo.

De la misma manera, no es bueno hablar demasiado. Si hablamos demasiado el poder inherente a la lengua disminuye y el poder del discurso se destruye. Cuando el poder del discurso se destruye, nuestras palabras pierden también su poder y digamos lo que digamos no tiene autoridad sobre la gente que nos rodea. Sin embargo, hablar de temas espirituales aumenta el poder de la lengua y por lo tanto es útil para el mundo. Pero discursos en relación a cuestiones mundanas destruyen el poder de la lengua y disminuyen nuestro tiempo de vida. Los shastrakaras han reflexionado y describen este echo, así que es mejor
seguir su camino.

Demasiado sexo lleva al cuerpo, la mente y lo sentidos a debilitarse. Si la mente y los sentidos son débiles no podemos alcanzar nuestros objetivos, nuestra mente se vuelve inestable e incapaz de hacer nada. Así que demasiado sexo debería evitarse.

El yoga no debería practicarse al aire libre, ni en un lugar sucio u oloroso, ni en un sótano ni en una terraza. El lugar de práctica debería estar perfectamente limpio y nivelado, debería tener ventanas y ser apropiado para esparcir estiercol de vaca (en India el estiércol de vaca se esparce sobre el suelo por la cualidad antiséptica que tiene cuando se seca).

El sudor que se crea durante la práctica debería secarse frotando el cuerpo con la palma de la mano. Si se hace esto el cuerpo se hará más ligero y flexible, tal como dicen las escrituras:

Jalena shramajatena gatra mardhanam acharet
Drdhatha laghuta chaiva tena gatrasya jayate
[Se debería practicar frotando el cuerpo con la respiración que creamos. Como
resultado el cuerpo se hace más firme y ligero.]

Hatha Yoga Pradipika ii:13

Pero el cuerpo se irá debilitando y su fuerza se agotará si, haciendo el esfuerzo de secar el sudor de la práctica, lo exponemos al aire del exterior. Cuando esto sucede el practicante se debilita a medida que pasa el tiempo. Así que el sudor creado por la práctica del yoga debería secarse lentamente frotándolo, para re introducirlo en el cuerpo, con la palma de la mano, y no exponiéndolo al aire o secándolo con una toalla o paño. Los aspirantes deberían tener esto en cuenta ya que viene de la experiencia directa de practicantes de yoga.

El cuerpo no debería ser expuesto al aire del exterior por lo menos hasta media hora después de practicar. Después de media hora es bueno bañarse con agua caliente. Los primeros tres meses de práctica deberían evitarse los baños en agua fría o el ayuno. Pero una vez la práctica se ha establecido y estabilizado, estas restricciones ya no se aplican.

Durante el período de la práctica de yoga es recomendable tomar mucha leche y manteca clarificada o ghee. Aquellos que no se lo puedan permitir, deben verter un poco de agua fría en arroz cocinado tibio, mezclarlo y comerlo antes de ingerir cualquier otra comida. De esta manera, la esencia que proviene de tomar leche y ghee también se generará, y el cuerpo tendrá energía y estará nutrido.

Los aspirantes tendrían que pensar en seguir las normas mencionadas con respecto a la comida, los hábitos sexuales, los baños y la práctica. También deberían ser devotos de Dios y el Guru. Practicar yoga sólo para estar sano, tener un cuerpo firme o diversión no es lo adecuado. Sólo la purificación del cuerpo, los sentidos y la mente y la dedicación de todas las acciones al Todopoderoso, es la verdadera vía. Si ofrecemos nuestras mentes al Ser Supremo de esta manera, nuestras esperanzas y aspiraciones serán satisfechas por Él en el momento adecuado. Los aspirantes deberían de esta manera alejarse de todo aquello que altere su equilibrio mental.

Para ser capaz de practicar yoga, se debe tener entusiasmo, celo, coraje y una fe firme en tattvajnana [conocimiento filosófico]. Tampoco es aconsejable mezclarse entre la muchedumbre. Con estas cualidades, un aspirante puede conseguir yoga. Yoguis describen el camino para conseguir yoga de esta manera:

Utsahatsahasadhaivyattattvajnansh cha nischayat
Janasanghaparityagat shadbiryogah prasiddhyate.
[Se consigue yoga a través de seis cualidades: el entusiasmo, el coraje, la firmeza, el reconocer la verdad, la convicción y evitar las reuniones públicas,]

Hatha Yoga Pradipika i:16

Los aspirantes deberían aprender las normas señaladas. No deberían escuchar o sentirse desanimados por las palabras de aquellos que no tienen conocimiento sobre la práctica del yoga o son demasiado perezosos para tener su cuerpo bajo control.

No hay un límite de edad para la práctica del yoga y puede ser practicado por cualquiera: por mujeres, hombres y por aquellos que están enfermos o discapacitados, tal como afirman los shastrakaras:


Yuva vrddho’thivrddho va vyadhito durbalo’pi va
Abhyasat siddimapnoti sarvayogeshvatandritah.
[Tanto si uno es joven, viejo o muy viejo, está enfermo o débil, aquel que está atento obtiene éxito en todos los yogas a través de la práctica]

Hatha Yoga Pradipika i:64

De esta manera los expertos dan su aprobación unánime a esta idea, y la experiencia lo confirma. Efectivamente la práctica de las ramas del yoga sólo es inútil para la gente perezosa. Aparte de esto, el yoga es muy importante para cualquier persona mayor de ocho años, sin tener en cuenta el género.

Las mujeres embarazadas antes del cuarto mes de embarazo deberían abstenerse de practicar asanas. Sí pueden, sin embargo, practicar ujjayi pranayama, samavritti pranayama y vishamavritti pranayama sin kumbhaka hasta el séptimo mes. De esta manera, si practican regularmente un profundo rechaka, o exhalación, y puraka, o inhalación, mientras están sentadas en Padmasana [postura del loto] o Mahamudra [el gran sello], tendrán un parto fácil y suave. Es bueno que las mujeres tengan esto en cuenta.

Para personas de más de cincuenta, tienen suficiente con practicar algunas de las asanas más fáciles y útiles, así como algunos pranayamas. Aquellos que han practicado durante años pueden hacer cualquier asana o pranayama sin problema. Gente mayor que quiera empezar a practicar yoga tendrán suficiente con las siguientes diez asanas [ver Capítulo 2 para una descripción más detallada de cada una de las asanas]: primero Surya Namaskara (tipos 1 y 2), después Paschimattanasana; Sarvangasana; Halasana; Karnapidasana; Urdhva
Padmasana; Pindasana; Matsyasana; Uttana Padasana y Shirshasana. Es preferible hacerlas siguiendo los vinyasas [sistema de respiración y movimiento], pero si no es posible, practicar concentrándose en rechaka y puraka es suficiente. Shirhsasana debería practicarse durante diez minutos, y el resto al menos diez rechaka y puraka en el estado de asana [ver fn. 39]. Practicando de esta manera, el cuerpo y los sentidos se fortalecerán, la mente se purificará, se aumentará la longevidad y el cuerpo se llenará de energía fresca.

Para los adultos de mediana edad lo mejor es que practiquen todas las asanas. Cuanto más practiquen, más fuerte se vuelve su cuerpo y las enfermedades dejan de ser un obstáculo. Pranayama se hace más fácil, la mente se armoniza, la cualidad sáttvica se vuelve la predominante y aumentan el poder intelectual y la longevidad.

Para los ancianos que la práctica de Sarvangasana, Halasana, Uttana Padasana,
Shirshasana y Padmasana resulta difícil, es suficiente con que practiquen mahabanda diariamente, así como rechaka kumbhaka pranayama, puraka kumbhaka pranayama, samavritti vishamavritti pranayama y sithali pranayama. Esto les ayudará a vivir más, de una manera más feliz y los aislará de la enfermedad.

Los débiles y los enfermos también deberían suavemente practicar las asanas y los pranayama apropiados, y a medida que pase el tiempo y su fuerza se vaya incrementando, sus prácticas también lo irán haciendo. De esta manera las dolencias de los enfermos y las fragilidades de los débiles serán eliminadas, dejándolos sanos y vigorosos.

El aspirante que vaya a un Guru se dará cuenta que el Guru le confeccionará la práctica de acuerdo con la constitución de su cuerpo. El yoga nunca debería aprenderse siguiendo un libro o mirando fotos. Sólo debería aprenderse bajo la mirada de un guru que sepa la ciencia del yoga y tenga la experiencia de la práctica. Si ignoramos esto nos arriesgamos a que aparezcan problemas físicos y mentales. Porque, aunque es cierto que las enfermedades que afectan al cuerpo y a la mente pueden ser eliminadas practicando las ramas del yoga, también es cierto que esto sólo ocurrirá si esta ciencia es puesta en práctica con un Guru con experiencia que sepa los shastras del yoga correctamente y pueda aplicarlos a la práctica. Sólo de esta manera el cuerpo, la mente y los sentidos pueden purificarse como el oro en un crisol.

A través de la práctica del yoga muchas enfermedades incurables, como es asma, pueden curarse, y el cuerpo, la mente y los sentidos llegarán a brillar con nueva energía. Efectivamente algunos médicos que condenan la ciencia del yoga han tenido que callarse al ver que antiguos pacientes han sido curados de sus enfermedades practicando yoga. Esto nace de mi experiencia. Las enfermedades que no pueden curarse a través de la medicina tradicional pueden curarse practicando yoga; las enfermedades que no cura el yoga, no se pueden curar. Esto está confirmado. Un médico puede encontrar medicamentos para enfermedades que son resultado del desequilibrio de los tres doshas, pero no hay ningún dhanvanthari [doctor en medicina] que tenga una cura para las enfermedades mentales (Vata [viento], pitta [fuego, bilis] y kapha [tierra, flema] son los tres doshas, que son elementos funcionales responsables de todas y cada una de las actividades del cuerpo y son excitados a través de la comida y las acciones. Cuando los doshas están en armonía, tenemos salud; cuando están en desequilibrio entre ellos, nos enfermamos).

Pero los yoguis dicen que incluso para esto hay una cura en el yoga. Efectivamente, el practicante que tiene fe y practica las ramas del yoga puede conseguir cualquier cosa. Incluso puede rehacer la creación (Como demostración de esto, Vishvamitra, un gran rishi [sabio], creó otra Indra Loka [mundo de los dioses] para la gente de casta baja que deseaba ir al Cielo).

El mundo está lleno de falsedad, decepción y explotación. Un yogui tiene el poder de corregir esto y de atraer a la gente hacia el camino correcto. Así que es necesario recalcar la importancia que los practicantes de yoga mantengan la fe y demuestren devoción por las ramas del yoga y su Guru. Pero ni la fe ni la devoción a un Guru son comunes entre la gente joven de hoy en día. La debilidad de la mente y los sentidos da cuenta de ello. Y sin embargo el conocimiento aprendido sin devoción por Dios y un Guru es como verter leche de una vaca sagrada en una bolsa de cuero de perro, o la leche imbebible de la ubre de una mona. Pero si hombres y mujeres jóvenes practican verdadera fe y devoción y no ceden ante la inestabilidad mental o la falsa piedad, entonces el poder divino les concederá conocimientos en abundancia, conocimiento que les hará creyentes en cuerpos firmes y mentes fuertes, libres de deseo y cosas por el estilo; no hay duda. Tampoco hay duda de que un país con el privilegio de tener la mayoría de sus jóvenes con mentes devotas a Dios, sumado a cuerpos firmes y mentes fuertes, será recompensado. Esto sale en las Escrituras Vedicas. Así que, déjenme poner énfasis en esta idea una vez más, si los practicantes saben el camino descrito y lo siguen, serán felices aquí y en el más allá.

Así como la constitución física de cada ser humano es diferente, es importante practicar las asanas correspondientes. El beneficio que podemos conseguir de un asana o pranayama puede ser conseguido de la misma manera a través de otra que convenga más a la estructura física de la persona. Algunas asanas no convienen a una persona en particular y pueden ser dolorosas. Un Guru entenderá esto y debe ser capaz de explicarlo, así que el practicante de yoga debe asegurarse de seguir esta guía.

Para empezar la práctica de yoga, un aspirante debería hacer primero el Surya Namaskara [saludos al sol] y después seguir con las asanas. El Surya Namaskara y las asanas deben ser practicadas en la secuencia correcta y siguiendo el método del vinyasa. Si no es así, o el movimiento de rechaka y puraka se ignora, no habrá ninguna parte del cuerpo que se fortalezca, los nadis sutiles no se purificarán y a causa del desequilibrio resultante, el cuerpo, la mente, los sentidos y el intelecto no se desarrollarán. Pueden incluso desequilibrarse más.

Si las asanas y el Surya Namaskar se practican, sólo deberá hacerse siguiendo el método de vinyasa prescrito. Tal como el sabio Vamana dice: “Vina vinyasa yogena asanadin na karayet [Oh Yogui, no hagas asana sin vinyasa]” (Vamana es el autor del Yoga Korunta, el texto que da autoridad sobre asanas y pranayama en ashtanga yoga). Cuando se practica yoga con el conocimiento del método correcto, es bastante fácil de aprender, pero practicarlo sin ese conocimiento, hace que sea muy difícil llevarlo a cabo. Por lo tanto, los aspirantes no deberían olvidar que deben aprender el método de vinyasa, así como el de rechaka y puraka, y seguirlo en su práctica.

Las asanas descritas en el siguiente capítulo pertenecen al aspecto curativo de la práctica de yoga. Serán descritas sistemáticamente, los aspirantes deberían tener cuidado y practicarlas en el orden en el que están descritas, sin saltarse ninguna ni cambiar el orden. Esto debe tenerse siempre en cuenta.

El mejor momento del año para empezar a practicar yoga es el invierno, y un aspirante debería practicar antes de las cinco de la mañana. Calentarse junto al fuego o corriendo debería ser evitado durante el invierno, así como las relaciones sexuales.


Stirairangais tushtuvagumsastanubhih
Vyashema devahitam yaddayuh
Om Shanti Shanti Shanti
[Nosotros, de miembros fuertes y firmes, con admiración disfrutemos de la vida dada por los Dioses
Om Paz Paz Paz]
 Mantra del Rg Veda