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29 jun 2020

La comprensión del yoga: Vivir en el mundo. TKV Desikachar

FUENTE: EL CORAZÓN DEL YOGA. TKV DESIKACHAR








Vivir en el mundo 



Aunque practiquemos con esmero, el yoga no puede garantizarnos este o aquel beneficio en particular. No es una receta para sufrir menos, pero lo que sí puede es ofrecernos un cambio de actitud para que tengamos menos avidyā y así nos liberemos más de duḥkha. Podemos entender a toda la práctica del yoga como un proceso para examinar nuestras actitudes, comportamientos habituales y sus consecuencias.


Yama y niyama: la actitud con nosotros mismos y con los demás

¿Qué nos sugiere el yoga hacer acerca de nuestras relaciones con los demás, nuestro comportamiento hacia quienes nos rodean y nuestra actitud hacia nosotros mismos? En el yoga se conoce como yama a la actitud que tenemos hacia las cosas y personas que se encuentran en el exterior y niyama a la forma en que nos relacionamos interiormente.



Yama y niyama se ocupan de nuestra actitud social y estilo de vida, cómo nos relacionamos con los demás, con nuestro ambiente y cómo manejamos nuestros problemas. Todos forman una parte del yoga, pero no se pueden practicar. Lo que podemos ejercitar son āsanas y prāṇāyāma, para saber dónde estamos, dónde estamos parados y cómo vemos las cosas. El primer signo de claridad es reconocer nuestros errores. Después, en forma gradual, tratamos de hacer algunos cambios a la manera en que mostremos respeto a la naturaleza o a la relación con un amigo. Nadie puede cambiar en un día, pero las prácticas del yoga nos ayudan a modificar nuestras actitudes, nuestro yama y niyama. Y nunca al revés.



Permítanme contarles la historia de un hombre llamado Daniel y su esposa, María. En el trabajo, Daniel siempre era amigable con todo el mundo, pero en casa perdía la calma con facilidad. María nunca estaba segura de cuándo estaría él de mal humor. Ninguno de sus amigos y colegas le creían a su esposa cuando ella les contaba lo que hacía en casa y Daniel no admitía su mal genio. Como sufría de dolor de espalda y por sugerencia de un amigo, Daniel empezó a asistir regularmente a una clase de yoga. Poco a poco su dolor desapareció. Al final de la práctica su maestro le solía decir: “Mientras estés recostado para relajarte, siente tu cuerpo, tu respiración y toma consciencia de tus emociones.” De repente, un día se dio cuenta de que su mal humor se iba creando en el camino del trabajo a su casa. Reconoció que le estaba haciendo a su esposa lo que no podía hacer con su jefe o subordinados. Ese día se fue a casa y le dijo a María: “Tienes razón, realmente soy una persona con mal carácter. Pero tenme paciencia. Estoy trabajando en eso.” María se sintió muy feliz con esta aceptación.



Yama y niyama son los dos primeros de ocho extremidades del cuerpo del yoga (Yoga Sūtra 2.29. Las ocho extremidades o angas son: yama, niyama, āsana, prāṇāyāma, pratyāhāra, dhāraṇā, dhyānay samādhi.) Las dos palabras tienen muchos significados. Los de yama pueden ser “disciplina” o “moderación.” Sin embargo, prefiero pensar en yama como “actitud” o “comportamiento.” Ciertamente puede expresar como disciplina una actitud en particular, la que entonces influye en nuestro comportamiento. En el Yoga Sūtra, Patañjali menciona cinco diferentes yamas, esto es, patrones de conducta o relaciones entre los individuos y el mundo exterior (El yama y el niyama se describen en el Yoga Sūtra 2.29-45).




Los yamas

Ahiṁsā

El primero de estos patrones de conducta se llama ahiṁsā. Esta palabra que significa “injusticia” o “crueldad,” pero ahiṁsā es algo más que la simple ausencia de hiṁsā, que es lo que sugiere el prefijo a-. Ahiṁsā es más que la falta de violencia. Es amabilidad, amistad y consideración hacia otras personas y cosas. Debemos usar nuestro criterio cuando pensemos en ahiṁsā. Esto no implica necesariamente que no debamos comer carne o pescado, o que no nos debamos defender. Sólo significa que debemos comportarnos siempre con consideración y atención hacia los demás. También, ahiṁsā significa tratarnos con amabilidad. Si somos vegetarianos y nos encontráramos en una situación donde lo único que hay es carne, ¿sería mejor morir de hambre que comer lo que hay? Si aún tenemos algo que hacer en esta vida, como responsabilidades familiares, entonces debemos evitar hacer algo que nos pueda causar daño o que nos impida realizar nuestras obligaciones. En este caso, la respuesta es clara: demostraría una falta de consideración y arrogancia aferrarse a nuestros principios. Así que ahiṁsā también tiene qué ver con nuestras obligaciones y responsabilidades. Aún más, esto podría significar que debemos pelear si nuestra vida está en peligro. En cada situación debemos adoptar una actitud considerada. Eso es el significado de ahiṁsā.



Satya

El siguiente yama que Patañjali menciona es satya, lo verdadero. Satya significa “hablar con la verdad,” pero no siempre es recomendable hacerlo, porque podría dañarse innecesariamente a alguien. Tenemos que estar conscientes de lo que hablamos, cómo lo decimos y en qué forma puede afectar a los demás. Si decir la verdad tiene una consecuencia negativa para alguien, entonces lo mejor es no decir nada. Satya nunca debe entrar en conflicto con nuestros esfuerzos para comportarnos de acuerdo con ahiṁsā. El Mahābhārata, la gran épica hindú, dice: “Di la verdad que es agradable. No digas verdades desagradables. No mientas, aunque esas mentiras sean gratas al oído. Es la ley eterna, el dharma.”


Asteya

Asteya es el tercer yama. Steya significa “robar”; asteya es lo opuesto, no tomar nada que no nos pertenezca. Esto también quiere decir que cuando alguien nos confíe algo o nos haga alguna confidencia, no debemos tomar ventaja de esta situación.


Brahmacarya

El siguiente yama es brahmacarya. Esta palabra se compone de la raíz car que significa “mover” y de la palabra brahma “verdad,” desde el punto de vista de una verdad esencial. Podemos entender brahmacarya como un movimiento hacia lo esencial. Principalmente se usa en el sentido de abstinencia, en particular con relación a la actividad sexual. Más específicamente, brahmacarya sugiere que debemos formar relaciones que fomenten nuestro entendimiento de verdades más elevadas. Si los placeres sensuales son parte de esas relaciones, debemos tener cuidado de conservar nuestra dirección para no perdernos. En el camino de una búsqueda constante de la verdad, existen varias maneras para controlar los sentidos de percepción y deseos sexuales. Sin embargo, este control no se identifica con la total abstinencia.


En India se tiene mucho respeto por la vida familiar. De acuerdo con la tradición hindú, todo en la vida tiene su lugar y tiempo, y dividimos el ciclo de vida en cuatro etapas: la primera, es el crecimiento del niño, la segunda es aquella en la que el estudiante se esfuerza por un entendimiento mayor y por la búsqueda de la verdad. La tercera etapa, se centra en empezar y formar una familia, y la cuarta es la etapa donde el individuo, después de satisfacer todas las responsabilidades familiares, se puede consagrar a liberarse de toda esclavitud y encontrar la verdad suprema.


En esta cuarta etapa de la vida, todos se pueden convertir en sannyāsin (monje o monja). Pero un sannyāsin debe entonces mendigar la comida a las personas que aún están involucradas en la vida familiar. El Upaniṣads aconseja al estudiante que se case y forme una familia inmediatamente después de terminar sus estudios. Por esto brahmacarya no necesariamente implica celibato. Aún más, es un comportamiento responsable con relación a nuestra meta de caminar hacia la verdad.


Aparigraha

El último yama es aparigraha, una palabra que significa algo como “rechazar” o “no aprovechar la oportunidad.” Parigraha significa “tomar” o “medir.” Aparigraha significa tomar sólo lo que se necesita y no sacar ventaja de la situación. Una vez tuve un estudiante que me pagaba mensualmente por trabajar juntos. Pero al final del curso también me ofreció un regalo. ¿Por qué debería aceptar esto, cuando ya me había pagado suficiente por mi trabajo? Sólo debemos tomar lo que hemos ganado; si admitimos más, estamos explotando a alguien más. Además, los premios no ganados pueden traer obligaciones que más tarde nos causarían problemas.


Desarrollando los yamas


El Yoga Sūtra describe qué es lo que pasa cuando estos cinco comportamientos que expliqué anteriormente, forman parte de la vida de una persona. Por ejemplo, entre más ahiṁsā (amabilidad y consideración) desarrollemos, se engendrarán más sentimientos placenteros y de amistad con nuestra presencia. Y si permanecemos fieles a la idea de satya, todo lo que digamos será verdad.


En relación con este tema hay una historia maravillosa en el Rāmāyana. El mono Hanuman, sirviente del príncipe Rama, sale a buscar a Sita, la esposa de su amo. Viaja a Sri Lanka donde la tenían prisionera. Al final, fue capturado por los secuestradores de Sita y prendieron fuego a la cola del mono. Cuando Sita ve lo que está sufriendo, grita: “¡Dejen que el fuego se enfríe!,” El dolor de Hanuman, cesa inmediatamente y grita: “¿Qué pasa?” “¿Por qué el fuego ya no me está quemando?” Porque Sita siempre hablaba con la verdad, gran poder tenían sus palabras que pudieron extinguir el fuego.



Para aquellos que siempre hablan con la verdad, no hay diferencia entre lo que se dice y lo que se hace, lo que dicen es verdad. El Yoga Sūtra siempre afirma que una persona que está firmemente anclada en asteya, recibirá todas las joyas del mundo. De hecho, esa persona podría no estar interesada en el bienestar material, pero tendrá acceso a las cosas más valiosas de la vida.


Entre más reconozcamos el significado de la búsqueda de la verdad, de lo esencial, menos nos distraeremos con otras cosas. Ciertamente, se requiere de una gran fuerza para tomar este camino. La palabra que usa el Yoga Sūtra para describir esta fuerza es vīrya, está muy relacionada con otro concepto, el de śraddhā, confianza infinita y fe amorosa (En el Yoga Sūtra 1.20, Patanjali enumera lo que las personas necesitan para reconocer la verdad: Fe y confianza, fuerza y energía, y la habilidad para nunca perder de vista su meta). El Yoga Sūtra dice que entre más fe tengamos, desarrollaremos más energía. Al mismo tiempo, tendremos más fuerza para alcanzar nuestras metas. Así que entre más busquemos la verdad desde el punto de vista de brahmacarya, más vitalidad tendremos para hacerlo. Parigraha es la creciente orientación hacia las cosas materiales. Si reducimos parigraha y desarrollamos aparigraha, nos estaremos orientando más hacia nuestro interior. Mientras menos tiempo ocupemos en nuestras posesiones materiales, más tiempo tendremos para investigar eso que llamamos yoga.


Los niyamas

Como los cinco yamas, los niyamas no son ejercicios ni acciones que simplemente se estudian. Representan mucho más que una actitud. Comparados con los yamas, son más íntimos y personales. Se refieren a la actitud que adoptamos hacia nosotros mismos.

Śauca

El primer niyama es śauca, limpieza. Tiene aspectos internos y externos. La limpieza exterior simplemente significa conservarnos limpios. La interior tiene mucho que ver con la salud, el funcionamiento libre de nuestros órganos corporales, así como la limpieza de nuestra mente. La práctica de āsanas y prāṇāyāma es el medio esencial para ocuparse de este śauca interior.


Saṃtoṣa

Otro niyama es saṃtoṣa, modestia y el sentimiento de estar satisfechos con lo que tenemos. A menudo esperamos un resultado particular, como consecuencia de nuestras acciones y la mayoría de las veces nos desilusionamos. Pero no hay necesidad de esa desesperanza, en su lugar, deberíamos aceptar lo que ha pasado. Ese es el verdadero significado de saṃtoṣa: aceptar lo que pasa. Un comentario del Yoga Sūtra dice: “La satisfacción vale más que todos los dieciséis cielos juntos.” En lugar de quejarnos por las cosas que van mal, podemos aceptar la situación y aprender de ella. Saṃtoṣa abarca nuestras actividades mentales como el estudio, nuestros esfuerzos físicos y aún cómo nos ganamos la vida. Se refiere a nosotros mismos, lo que tenemos y cómo nos sentimos en relación con lo que Dios nos ha dado.


Tapas

El siguiente niyama es tapas, un término que ya hemos discutido anteriormente. En relación con los niyamas, tapas se refiere a la actividad de mantener el cuerpo en forma. Literalmente significa prender fuego al cuerpo y, al hacer esto, lo limpiamos. Detrás de tal noción se encuentra la idea de que nos podemos deshacer de la basura que está dentro de nuestro cuerpo. Anteriormente hablé de āsanas y prāṇāyāma, como los medios por los cuales nos podemos conservar saludables. Otra forma de tapas es poner atención a lo que comemos. Comer cuando no tenemos hambre es lo opuesto a tapas. La atención a la postura del cuerpo, a los hábitos alimenticios, a los patrones de respiración, son todos los tapas que nos ayudan prevenir la acumulación de basura en nuestro cuerpo, incluyendo el exceso de peso y la respiración insuficiente. Tapas hace que todo el cuerpo esté en forma y que funcione bien.

Svādhyāya

El cuarto niyama es svādhyāya. Sva significa “mismo” o “perteneciendo a mí.” Adhyāya, “investigación” o “examen”; literalmente, “acercarse a algo.” Por lo tanto svādhyāya significa acercarse a uno mismo, es decir, estudiarse a sí mismo. Todo aprendizaje, toda reflexión y todo contacto que nos ayude a aprender más sobre nosotros mismos es svādhyāya. A menudo, en el contexto de niyama encontramos el término traducido como “el estudio de los textos antiguos.” Sí, el yoga nos ordena leer los textos antiguos. ¿Por qué? Porque no siempre podemos sentarnos y contemplar las cosas únicamente. Necesitamos algunos puntos de referencia. Para muchos podría ser la Biblia o un libro que sea significativo para la persona; para otros puede ser el Yoga Sūtra. Este dice, por ejemplo, que al progresar en nuestro análisis personal, gradualmente, encontraremos la conexión con las leyes divinas y los profetas que las revelaron. Y ya que los mantras son a menudo recitados para este propósito, algunas veces encontramos svādhyāya traducido como “la repetición de mantras.” (Un mantra es una palabra o una sílaba que tradicionalmente, el maestro da al alumno. La repetición de un mantra se conoce como japa y es una de las muchas técnicas yoga para la meditación). 


Īśvarapraṇidhānā

En la parte I ya se había hablado del último niyama. īśvarapraṇidhānā significa “poner todas nuestras acciones a los pies de Dios.” Debido a que avidyā seguido apoya nuestras acciones, las cosas con frecuencia van mal. Esta es la razón por la que saṃtoṣa (modestia) es tan importante: es suficiente saber que hemos hecho lo mejor que hemos podido y dejar el resto al poder supremo. En el contexto de los niyamas podemos definir como īśvarapraṇidhānā, la actitud de una persona que por lo general, en sus oraciones diarias ofrece a Dios los frutos de sus acciones.



Más reflexiones sobre los yamas y los niyamas 

P: ¿Cuál es la relación entre los ejercicios de kriyā y śauca?

R: El Yoga Sūtra no menciona el concepto de kriyā cuando habla de los diversos niyamas. La palabra kriyā significa “acción.” En el contexto de su pregunta, se refiere a la limpieza. Algo desde afuera se usa para limpiar lo de adentro. Por ejemplo, podemos limpiar una fosa nasal tapada con una solución ligeramente salada o usar una técnica prāṇāyāmaa fin de reducir la dificultad para respirar, que se haya desarrollado por la inhalación de aire viciado. En este sentido, los kriyā son un aspecto vital de śauca.

P: A menudo he oído que traducen tapas como “abnegación” o “despojarse.” ¿Cómo las interpreta?

R: Si por abnegación se entiende ayunar por ayunar o adherirse a un estricto e inusual estilo de vida, simplemente porque sí, usted está hablando sobre actividades que no tienen nada que ver con tapas. De igual forma cuando está lidiando con satya (verdad) todo lo relacionado con tapas debe ayudarlo a seguir adelante. Podría ocasionarle serios problemas físicos el hacer algo como ayunar veinte días, sólo por ayunar. Por otro lado, si por abnegación usted entiende sensatez, disciplina bien fundada que ayuda a seguir adelante en la vida, entonces está hablando de los verdaderos tapas. Los tapas no deben causar sufrimiento. Esto es muy importante.

P: ¿Los yamas y los niyamas nos pueden ayudar a diferenciar entre un momento de claridad verdadera y otro de engaño propio?

R: Las relaciones que tenemos con el mundo exterior —con la gente y las cosas que nos rodean— nos pueden ayudar a reconocer un momento de engaño propio. Aquí es donde los yamas y los niyamas se vuelven importantes. Si tratamos en forma íntegra y respetuosa a las demás personas, será fácil decir si nos estamos engañando o no. Puedo pensar que soy un gran yogui, pero por lo que los demás piensan de mí, cómo se relacionan conmigo, y yo con ellos, podré experimentar en forma muy directa si mi imagen es la correcta o no. Por esta razón, es importante vivir en el mundo y observar qué tipo de comunicación tenemos con los demás. De otra manera, será muy fácil engañarnos.

P: ¿Los yamas y los niyamas, los que ayudan a reducir avidyā y sus efectos, se pueden desarrollar a través de un esfuerzo consciente de la voluntad?

R: Siempre debemos distinguir entre la causa y el efecto. Con frecuencia los confundimos. En general, seguimos ciertos patrones de conducta porque tenemos expectativas y metas definidas. Sin embargo, muchas veces no alcanzamos nuestras metas. Durante nuestras vidas y debido al desarrollo personal y eventos externos, puede ser que surja algo totalmente inesperado. Yamas y niyamas, ambos, pueden ser la causa y el efecto. Hoy les pudiera decir cien mentiras insolentes y sentirme muy feliz; mañana, podría retroceder y no decir ni una pequeña mentira. Así es como yamas crece. No existen reglas definitivas y nunca podemos predecir con seguridad lo que va a ocurrir. Pero en lo que ha sucedido en el pasado podemos encontrar algunas claves para saber qué podría surgir en el futuro.

P: ¿Así que lo único que podemos hacer, por ejemplo, es observar cómo la gula y el odio aparecen, y entonces tratar de prevenirlos para que no resurjan?

R: Al principio sólo debemos observar, lo primero que hacemos es vigilar lo que está pasando. Entonces vemos en qué necesitamos tener cautela. Cuando entramos a una autopista, no sólo manejamos y aceleramos. Debemos ver a nuestro alrededor constantemente mientras avanzamos.

P: ¿Es más fácil cumplir con los principios del yoga si se vive en un lugar tranquilo como un monasterio, en lugar de vivir en casa con la familia?

R: Los dos lugares nos pueden ayudar. Un amigo mío vino a la India creyendo que sería bueno para él vivir solo en los Himalayas, por dos o tres años. Encontró un bonito lugar y permaneció allí por tres años. Tenía algunos libros y practicaba sādhana, de verdad lo hizo intensamente. Un día vino conmigo a trabajar en unos āsanas y a estudiar el Yoga Sūtra. Cuando llegó a Madrás dijo que sentía que habían pasado muchas cosas en él. Se veía muy feliz. Usaba expresiones muy complicadas tales como sabīja samādhi cuando hablaba de su desarrollo en los Himalayas. Entonces encontró un cuarto sencillo en los terrenos de la Sociedad Teosófica en Madrás, un lugar silencioso y apacible donde no sería molestado. Dos días después había cambiado de opinión y quería buscar un lugar más grande para vivir. Me sorprendí un poco y le pregunté por qué estaba buscando una casa grande, tan de repente. “Conocí a una mujer. Toda mi vida ha cambiado en un momento.” No juzgo este cambio de sentimientos; simplemente quiero señalar que mi amigo no era quien en realidad creía ser.

Un lugar como un asilo o monasterio puede ser muy útil, pero la prueba verdadera para esta experiencia sería una ciudad tan poblada como Madrás. Para alguien que viva en Madrás la verdadera prueba será vivir encerrado en un monasterio. Estoy seguro que hay personas que no podrían durar más de un día en esa clase de quietud. Por otro lado, quien no tiene confianza en sí mismo, no duraría más de un día en Madrás.

Los cambios ayudan. Debemos tener la experiencia del fuego y del agua si queremos saber cómo reaccionaríamos ante ellos. Por eso yama es tan importante, ya que incluye nuestras relaciones con distintas personas en momentos diferentes. De esta forma podemos experimentar quiénes somos.

P: ¿Para el yoga es importante un cambio de ambiente?

R: Sí, un pequeño cambio es importante. La mente se acostumbra a las cosas tan rápido que nuestras acciones se convierten en hábitos (saṃskāras). Nunca podremos experimentar nuestra verdadera naturaleza si no nos exponemos al cambio. Por esta razón, algunas veces, nos debemos poner a prueba haciendo algo completamente diferente.

P: Entiendo que debemos renunciar a un deseo que reconocemos nos haría mal. ¿En dónde debe caer el énfasis de nuestro trabajo, en renunciar a él o en estar seguros de que el deseo no vuelva a aparecer? Me doy cuenta que me enojo cuando surge un deseo y me molesto por estar tan enojado. Es un círculo vicioso.

R: Primero debemos determinar si lo que estamos considerando un problema, en realidad lo es. Piense en lo que quiere decir cuando asegura: “Eso me está causando muchos problemas.” Para reconocer si en realidad éste existe, a menudo, es muy útil cambiar de entorno y ver las cosas desde una perspectiva diferente. Como ejemplo permítame decir: usted tiene la oportunidad de mentir sobre algo. Puede ser una “mentira blanca,” esa que evitaría una relación difícil. También podría ser un comentario falso que le evitaría tener que pasarse mucho tiempo analizando una situación. O podría ser que la mentira no tuviera ninguṇa consecuencia; hay muchos orígenes filosóficos diferentes que describen a una simple mentira. En ese momento, podría parecer correcto que hasta desearía mentir. Pero después esto le molesta. Piensa: “¿Cómo pude mentir de esa forma? Hubiera sido mejor decir la verdad o permanecer callado.” ¿Qué estuvo bien en esta situación? Puede descubrirlo cuando discuta todo esto, de una forma abstracta, con alguien y observe su reacción. O puede cambiar su entorno, entrando en una situación diferente que le proporcione una nueva perspectiva, desde la cual pueda analizar toda la situación. Entonces tiene la oportunidad de ver todo otra vez. El Yoga Sūtra dice que si en realidad algo le está causando problemas, imagine la situación opuesta, esto puede ayudarlo a decidir lo correcto. La idea es estar abierto.


Estimular un cambio de perspectiva es cuestión de encontrar una nueva postura que le permita desarrollar una actitud fresca. Quizá leer un libro, hablar con un amigo o ir al cine. Tal vez descubra que lo que le estaba preocupando no es en realidad la fuente de sus problemas.

En cualquier situación, cuando no sepa con exactitud cómo comportarse, entonces no debe de actuar de inmediato.

P: ¿Así que, no se debe actuar cuando se tienen dudas?

R: Si se tiene tiempo para considerar la situación, no actúe. Si no hay tiempo, entonces por lo menos permítase un pequeño respiro. Cuando tenga dudas, es mejor hacer una pausa. Hay pocas cosas que provocan tanta presión, que no permitan esperar por un momento de respiro.

P: Me parece que es precisamente cuando estoy en una situación dudosa, cuando encuentro casi imposible hacer una pausa, especialmente si en ese momento soy el responsable de alguna persona. Hay situaciones en las que la duda y la incertidumbre son los grandes enemigos de mi experiencia, debido a que no me puedo dar un momento para respirar. Si fuera distinto, la presión bajo la que vivo no parecería tan grande. ¿Qué debo hacer cuando las dudas aparecen? ¿Debo voltear hacia otro pensamiento o circunstancia? ¿O sería mejor ignorarlas?

R: De alguna manera debe de arreglar las cosas para que pueda ver el problema desde otro punto más ventajoso. Si tiene éxito al hacerlo, es ya un signo de progreso. Si practica yoga, puede ser que las cosas sean mejores para usted hoy de lo que fueron ayer, y de este modo, le es más fácil ver el mismo problema de manera diferente. Pero hay ocasiones en que no se pueden resolver los problemas con sólo verlos desde un ángulo diferente o discutiéndolos con otra persona. Algunas veces se necesita de algo más.

En el yoga es importante crecer. Debemos desarrollarnos. Lo que era incierto, no tiene por qué permanecer así por siempre. En mi experiencia personal, la mayor decisión que trajo consigo muchos conflictos fue dejar la ingeniería para convertirme en un dedicado maestro de yoga, en 1964. Hablé con muchas personas pero los problemas persistían. Y entonces, de repente, un día desaparecieron. De alguna manera pude ver toda la situación desde un punto más ventajoso y así los problemas se fueron. Cuando las cosas se vuelven más fáciles, las dudas desaparecen de la misma manera.

La meta del yoga es alentarnos a ser hoy un poco mejores de lo que fuimos ayer. Lo logramos esforzándonos y al practicar la paciencia. Al hacer esto no nos sentiremos como si estuviéramos rodeados de tantos problemas. Nuestros esfuerzos pueden cambiar en intensidad, pero a través del tiempo, experimentaremos un progreso paulatino. Debemos aprovechar hábilmente cada oportunidad que nos ayude a progresar.

7 mar 2019

La comprensión del yoga: Las cosas que ensombrecen al corazón. T K V Desikachar

Krishnamacharya enseñando padmāsana
FUENTE: EL CORAZÓN DEL YOGA. TKV DESIKACHAR






Las cosas que ensombrecen al corazón 



Hay muchas definiciones del yoga y ya he mencionado algunas de ellas:


El yoga como el movimiento de un punto a otro, más alto.

El yoga como lo que reúne, lo que unifica dos cosas.

El yoga como la acción con una atención completa e incesante.



Estas definiciones tienen una cosa en común: la idea de que algo cambia. Este cambio debe llevarnos a un punto donde no hemos estado antes. Es decir, que lo que era imposible se vuelva posible; lo inalcanzable, alcanzable; que podamos ver lo que nos era invisible. Una de las razones fundamentales por la que muchas personas aceptan el yoga es para cambiar algo acerca de ellas mismas; poder pensar más claramente, sentirse mejor y actuar hoy mejor de lo que lo hicieron ayer en todos los aspectos de su vida. En estos propósitos, el yoga nos puede ayudar mucho y no necesita de ningún requisito previo para emprender este camino. Porque el yoga se origina en la India no quiere decir que nos debamos volver hindúes para poder practicarlo. Por el contrario, el yoga no requiere de una creencia en especial y si ya la tenemos, no se interpone con aquel. Todos pueden empezar y el punto donde lo hagan es muy personal, depende de dónde se encuentre cada cual en ese momento.


Krishnamacharya demostrando sanmukhi mudrā.
Después de todo, ¿por qué emprendemos este viaje? Porque sentimos que no siempre hacemos lo mejor para nosotros y para los demás. Porque a menudo notamos que no reconocemos lo suficientemente claro, las cosas que están a nuestro alrededor y en nuestro interior. Y ¿por qué pasa esto? Porque el velo de avidyā nubla nuestras percepciones. En un momento dado nuestra valoración de una circunstancia puede ser correcta o no, pero esto es algo que no podemos saber en ese momento. Si nuestra perspectiva de una situación es falsa, entonces avidyā está presente y nublará la siguiente acción. De esta forma influye en nuestros actos y sus resultados, los que deberemos enfrentar, tarde o temprano. Ya hemos hablado sobre el hecho de que, desde el punto de vista yoguístico, todo es real y nada es ilusión. Hasta avidyā, la fuente de tantos problemas, tiene un valor y es real. Todo lo que vemos y experimentamos se puede aceptar. A este concepto se le llama satvāda. El yoga dice también que todo está en un estado de cambio constante. Mañana no veremos las cosas de la misma manera en que las vemos hoy. A este concepto se le llama pariṇāmavāda.



Si continuamos un poco más con el pensamiento yoguístico, encontraremos que hay algo que puede percibir este cambio constante en las cosas porque en sí mismo no es sujeto de cambio. Esto es pūruṣa, algo muy profundo dentro de nosotros, que en realidad puede ver y reconocer la verdadera naturaleza de todas las cosas, incluyendo el hecho de que se hallan en un estado de constante cambio. Pero pūruṣa también está envuelto por el mismo velo de avidyā que cubre la mente.



Ya he descrito cómo avidyā se expresa y experimenta de cuatro diferentes maneras. Una es asmitā, el ego: “estoy en lo correcto”; “estoy triste”; “soy un maestro de yoga.” Estas son declaraciones de asmitā. Nos identificamos por completo con algo que tal vez pudiera cambiarse y que probablemente ya no nos pertenezca mañana. Otra forma de avidyā es rāga, el deseo de tener algo sin importar si lo necesitamos o no. La tercera forma es dvesa, que se manifiesta como el rechazo a las cosas y como los sentimientos de odio. Y para terminar está abhinivesa o miedo (miedo a la muerte, aferrarnos a la vida con todas nuestras fuerzas). Avidyā se puede expresar de cuatro formas posibles.


Krishnamacharya y su esposa Namagiriamma





El propósito esencial de la práctica del yoga es reducir avidyā para que, poco a poco, el entendimiento pueda salir a la superficie. Pero, ¿cómo podemos saber si hemos visto y entendido bien las cosas? Cuando vemos la verdad, cuando alcanzamos un nivel más elevado de nuestro entendimiento normal diario, algo profundo dentro de nosotros está muy tranquilo y en paz. Entonces sentimos el contento de que nada nos pueden quitar. No es la clase de satisfacción que se deriva de contemplar objetos hermosos. Es mucho más que eso. Es una satisfacción profunda dentro de nosotros que está libre de los sentimientos y de los juicios. El centro de este contexto es pūruṣa.







El yoga es tanto el movimiento hacia un punto como la llegada a éste. El yoga que ejercitamos y por el cual, a través de la práctica, podemos progresar, se llama kriyā yoga. El Yoga Sūtra lo define como estar formado por tres componentes: tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhānā.




Tapas no significa penitencia ni castigo, sino que es algo que hacemos para mantenernos saludables en cuerpo y mente. Es un proceso de limpieza interna; quitamos las cosas que no necesitamos. 



Svādhyāya es el proceso de descubrir poco a poco, dónde estamos, quiénes somos, qué somos, etc. Nuestra práctica de āsana empieza precisamente con estas preguntas. Damos el primer paso al observar la respiración y el cuerpo. Lo hacemos una y otra vez, con la esperanza de que con el tiempo, desarrollaremos un entendimiento más profundo de nosotros mismos y de nuestro estado actual. De esta forma también aprendemos a reconocer cuáles serán nuestros próximos pasos. Si seguimos el Yoga Sūtra, esta cercana conexión con svādhyāya será verdadera en la práctica de todo tipo de yoga. 




La acepción literal de īśvarapraṇidhānā es “rendirse con humidad a Dios.” En kriyā yoga existe la libertad para aceptar a Dios o no. El sentido de īśvarapraṇidhānā en el contexto de kriyā yoga se relaciona mucho más con una clase especial de atención al actuar: valoramos más la calidad de la acción y no los frutos que se obtengan de ella.



El primer paso de nuestra trayectoria normal de acción sería decidir una meta y después, teniéndola en mente, empezar a trabajar por ella. Pero, es fácil que nuestra meta cambie o, aún más, desaparezca. Por ejemplo, alguien piensa que necesita hacer un millón de dólares y se pasa dos o tres años trabajando hacia este fin. De repente descubre que dicha meta ya no le es útil, ya que ha perdido su significado y es reemplazada por otra totalmente distinta pero mucho más importante. Debemos permanecer flexibles para que podamos reaccionar ante los cambios de nuestras expectativas y viejas ideas. Mientras más distantes nos encontremos de los frutos de nuestro trabajo, estaremos en mejor disposición para hacerlo. Y si nos concentramos, más en la calidad de los pasos que damos por el camino que en la meta en sí, entonces también evitaremos desilusionarnos si no podemos alcanzar el objetivo exacto que nos habíamos impuesto. El significado de īśvarapraṇidhānā en el kriyā yoga (1)   es poner más atención al espíritu con el que actuamos y ver menos hacia los resultados que nuestras acciones nos puedan traer.

(1. La pregunta sobre la actitud que adoptamos hacia nuestras acciones es capital para la definición de īśvarapraidhānā que nos da el Yoga Bhāsya, el comentario más antiguo en el Yoga Sūtra. Ahí está escrito: īśvarapraidhānā es ceder toda acción a Dios, la renuncia del deseo de los frutos de toda acción.”)


Avidyā cambia de acuerdo a la forma en la que se manifiesta, ya sea asmitā, rāga, dvesa o abhiniveśa. Algunas veces se manifiesta como ansiedad; otras aparecerá como apego, rechazo, avaricia, etc. No siempre están presentes en la misma proporción los cuatro aspectos de avidyā. A pesar de que normalmente todos están ahí, por lo general uno o dos dominan y los demás acechan en el fondo.




Si por un momento la modestia se apodera de nosotros, no significa que hemos sobrepasado nuestra tendencia de una búsqueda personal. Nunca sabemos cuándo aparecerá más claramente alguna forma particular de avidyā. Es como sembrar semillas: tan pronto como reciben agua, fertilizante y aire, empiezan a crecer. Cada semilla tiene sus propias condiciones y tiempos para crecer mejor. Así puede pasar que un deseo (rāga), nos conduzca a hacer algo que nuestro orgullo, nuestro ego (asmitā) hayan prohibido. O que el propio deseo de hacernos notar (asmitā) sea tan grande que sobrepase nuestra ansiedad (abhiniveśa), porque tenemos que probar qué grandes héroes somos.




Nunca nos debemos sentar cómodamente, con un aire de suficiencia, cuando parezca que ya nos hemos librado de avidyā. Debido a que sus cuatro fases no siempre aparecen en la superficie, debemos estar conscientes de que sus poderes e intensidad pueden seguir cambiando. Algunas veces avidyā es apenas visible en alguna de sus formas y otras nos agobia. Ya que hay tantos niveles de avidyā, debemos permanecer atentos y alertas en nuestras acciones y mantener nuestros esfuerzos para atenuar su influencia. Seguramente indica un gran progreso el que alguien haya disfrutado por años de una mente y de un espíritu claro. Pero avidyā puede golpearnos de repente como un terremoto otra vez. Es por eso que hacemos énfasis en que nuestra práctica de yoga (la lucha por un entendimiento más profundo), debe continuar hasta que avidyā se reduzca al mínimo.



Una práctica y una contemplación de pocos días puede ayudar por algún tiempo, pero los beneficios no durarán por siempre. Debemos poner piedra sobre piedra; es un proceso gradual. Nos debemos comprometer con estas prácticas constantemente porque, a pesar de que podemos estar hoy más lejos que ayer, podríamos resbalar un escalón mañana. Se nos pide que estemos siempre activos hasta que las semillas de avidyā se quemen y no puedan germinar más. Mientras estén allí, nunca sabremos si brotarán o no. La práctica del yoga ayuda a prevenir que estas semillas germinen y crezcan de nuevo. Avidyā está muy relacionada con la inacción, aún ésta tiene consecuencias. El Yoga Sūtra dice que el grado de influencia que avidyā tiene sobre nuestras acciones, determinará si sus efectos son positivos o negativos.(2.Yoga Sūtra 2.12)




El Yoga Sūtra hace una distinción entre dos clases de acción: la que reduce avidyā y trae el verdadero entendimiento y la que lo incrementa. Aumentamos avidyā al alimentarla y la reducimos dejándola sin comer; nuestras acciones animan o desaniman a avidyā para que crezca. Todo lo que hacemos en yoga tiene como meta la reducción de avidyā, ya sea en la práctica de āsana, prāṇāyāma o meditación, en la observación atenta, la búsqueda personal o al revisar una pregunta en especial.










Todo lo que hacemos tiene una consecuencia 




Cada una de nuestras acciones muestra sus efectos de forma inmediata o después de un tiempo. Cada acción tiene una consecuencia. Puede tomar la forma de un residuo que sea el resultado de una acción, que en su momento influenciará al siguiente acto. Por ejemplo, alguien con quien nos hemos comportado de manera amigable, llevará algo de nuestra simpatía a su siguiente encuentro. Es un proceso continuo: la primera acción influye en la siguiente y así sucesivamente, ad infinitum. Esa es la razón por la cual es mejor que estemos alertas en todas nuestras acciones.




¿Qué posibilidades hay para prevenir las acciones que tengan consecuencias negativas, de las que después nos podemos arrepentir? Una posibilidad es dhyāna, que en este contexto significa “reflexión” (3. Yoga Sūtra 2.11) y puede tomar varias formas. Por ejemplo, cuando enfrenta una decisión importante, imagine qué pasaría si hiciera exactamente lo opuesto de lo que sus instintos le sugieren (4. Yoga Sūtra 2.33 y 2.34 presenta esta idea como pratipakṣabhāvana). Trate de ver la consecuencia de su decisión lo más real posible. No importa qué es o qué sienta, antes de tomar una decisión importante y de que realice una acción, debería darse la oportunidad de considerar el asunto con una mente abierta y con un cierto grado de objetividad. A este respecto dhyāna es una consideración silenciosa y alerta, una meditación. El propósito es liberarlo de las ideas preconcebidas y evitar las acciones que después pueda lamentar y traerle más problemas (duḥkha) a usted.




Dhyāna fortalece la autosuficiencia. El yoga nos hace independientes. A pesar de que muchos de nosotros dependamos de psicólogos, gurús, maestros, drogas o lo que sea, todos queremos ser libres. Aunque los consejos y la guía son de utilidad, al final nosotros mismos seremos los mejores jueces de nuestras propias acciones. Nadie está más interesado en mí que yo. Con la ayuda de dhyāna encontramos nuestros propios métodos y sistemas para tomar decisiones y entender mejor nuestro comportamiento.




Para permanecer apartados de nuestras acciones, hay otras formas que nos pueden decir qué pasaría si actuáramos de forma diferente a la que nos propusimos. Estas serían ir a un concierto, caminar o hacer algo diferente para calmar nuestros pensamientos. Todo este tiempo nuestra mente sigue trabajando inconscientemente, sin ninguṇa presión externa. Al desarrollar otras actividades ganamos cierta distancia. Sin embargo, pronto llegará el momento de pensar en los pros y los contras de la decisión que se debe tomar. Puede ser que con calma y poniendo distancia de por medio, optemos por una mejor decisión. Salirse de una situación para poder verla desde otra perspectiva se llama pratipakṣa. La misma palabra describe el proceso de considerar otro posible curso de acción (5. Yoga Sūtra 2.33). El tiempo que se pasa en dhyāna es en extremo importante. Nuestras acciones alcanzan calidad a través de una reflexión personal.



Duḥkha es otra noción muy ligada con avidyā. Algunos términos tales como “sufrimiento,” “problemas” o “enfermedad” sirven para explicar el significado de duḥkha, pero es mejor describirlo como el sentimiento de estar apretados. Dukha es una cualidad mental que nos da el sentimiento de agobio. No se compara con un dolor físico. No se necesita percibirlo para experimentar un sentimiento de gran duḥkha. La mente es el nivel donde trabaja y no es otra cosa que un cierto estado mental, en el cual experimentamos cierta limitación en nuestra capacidad para actuar y entender. Aun si no tenemos la necesidad de expresar nuestros sentimientos llorando, de alguna manera nos sentimos muy molestos en nuestro interior, dolorosamente limitados y restringidos.




Cuando sentimos una sensación de ligereza y abertura en nuestro interior, entonces estamos experimentando lo opuesto a duḥkha, un estado llamado sukha (6. Una traducción literal nos puede ayudar a entender estos términos, los que se usan una y otra vez en el Yoga Sūtra, kha significa algo como “espacio,” y su “feliz,” “fortuna” o “bueno.” Una metáfora gráfica para duḥkha como el opuesto de sukha es un cuarto oscuro.) El concepto de duḥkha juega un importante papel, no sólo en el yoga sino en todas las filosofías importantes de la India. Hay duḥkha en diferentes momentos de la vida de cada ser humano. Todos tenemos la meta de eliminar duḥkha. Eso es lo que Buda enseñó y por lo que Vedānta se esfuerza. Esto es lo que el yoga trata por alcanzar.








Duḥkha emerge de avidyā




¿Cuál es la relación entre duḥkha y avidyā? Cada acción que se origina en avidyā siempre conduce a una u otra forma de duḥkha. A menudo sucede que no vemos nuestro avidyā como presunción, deseo, odio o miedo, sino que sólo percibimos el resultado, el duḥkha. Se puede expresar de muchas maneras diferentes; nunca sabemos cómo, hasta que nos acosa. Algunas veces podemos sentirnos literalmente como si nos estuviera asfixiando; otras sólo notamos duḥkha en nuestros pensamientos y sentimientos. Sin tomar en cuenta la forma que adopte, es seguro que duḥkha aparecerá cuando nuestras acciones hayan surgido de avidyā. Una acción que está apoyada por una mente clara, no puede ocultar avidyā dentro de ella. En consecuencia, de alguna manera hay acciones que nunca tienen un aspecto negativo y otras que creíamos buenas, pero que después reconocemos que nos trajeron duḥkha.




Aún más, duḥkha puede emerger de nuestros esfuerzos para progresar por nuestro camino del yoga. Cuando vemos algo que nos gustaría tener, duḥkha no está presente al principio. Empieza a tomar posesión cuando no podemos conseguirlo. Muy seguido, las personas sufren por esta clase de duḥkha, precisamente cuando están en el proceso de mejorar sus vidas. Se vuelven tan sedientas por la verdadera percepción, que no pueden alcanzar esta nueva calidad de entendimiento y acción tan pronto como quisieran. En la gran literatura espiritual de la India, hay varias historias de personas que luchan por ser mejores, pero que por tener tanta prisa logran tan poco, que desarrollan duḥkha y son infelices. Y esto sucede a pesar de que han tratado de cambiar algo para mejorar.




También hablamos de duḥkha cuando no podemos sentirnos cómodos en una nueva situación. Dukha puede surgir al usarse sólo para ciertas cosas y no insistir en nada más. Nos sentimos incómodos cuando se alteran nuestros hábitos. Si no podemos continuar nuestra vida en la forma habitual, lo que experimentamos es una perturbación. Esta forma de duḥkha surge de nuestras acciones que nos han traído un sentimiento de satisfacción.





También duḥkha puede generarse desde otra dirección. Algunas veces el proceso de darnos cuenta que nuestro antiguo camino ya no es bueno, nos puede causar dolor y duḥkha. Esta es la razón por la cual algunas veces es difícil dejar a un lado cierto comportamiento al reconocer que ya no es productivo. Nos puede doler mucho separarnos de un patrón que hemos estado usando. Depende de nosotros encontrar el por qué de esto para que podamos sobrellevar la situación (7. Los diferentes procesos de duḥkha que se discuten aquí se distinguen entonces: por la incapacidad de percibir o aceptar un cambio que surja de pariṇāma-duḥkha; por la situación donde no se puede satisfacer una necesidad surge tāpaduḥkha; por la dificultad para dejar los hábitos emerge saṃskāraduḥkha. En el Yoga Sūtra 2.15 se puede encontrar una discusión de las diferentes causas de duḥkha.)




Duḥkha emerge del guṇa


Para comprender duḥkha debemos entender las tres cualidades de la mente que describe el yoga. Estas son: tamas, rājas y sattva, y en conjunto se les conoce como el guṇa.8 (8. El concepto de los tres guṇa no se presenta a detalle en el Yoga Sūtra, sin embargo, hace referencia de ellos en 2.18 y se presuponen en el Yoga Sūtra constantemente. Se explican en los textos de Sāṃkhya, donde los guṇa se resumen en esas tres cualidades que son peculiares a todo el material (al que también pertenecen nuestros pensamientos, sentimientos y todo el rango de nuestra actividad mental), pero no puruṣa. Aun más, el movimiento de los tres guṇa puede ser la razón de duḥkha. Ver el Yoga Sūtra 2.15.)





El tamas describe un estado de pesadez y lentitud en sentimientos y decisiones. Digamos que cuando tiene que dar una conferencia lo ataca un sentimiento de gran somnolencia. De repente le cuesta mucho trabajo permanecer alerta, y como consecuencia, su audiencia (y usted) se sentirá desilusionado y al final podrá experimentar duḥkha. Esta clase de letargo es lo que tamas significa. Existe una situación diferente cuando ya es hora de ir a dormir pero su mente dice “¡Apúrate, vámonos! ¡Vamos al cine! ¡Debes ir al cine! ¿Cómo es que quieres ir a la cama ahora?” A esta cualidad de la mente le gustará la acción y el baile. Se le llama rajas y también produce duḥkha. La tercera cualidad de la mente describe la ausencia de las otras dos. No existe la pesadez y el letargo ni la prisa y la inquietud, sino sólo la claridad. Se llama sattva y duḥkha no puede surgir de esta cualidad. 





Estas tres cualidades están sujetas a sus propios ciclos, algunas veces prevalece uno y a veces el otro. Sólo sattva, claridad, es totalmente positiva en el sentido de conducirnos a una reducción de duḥkha. Rajas y tamas nos pueden guiar a duḥkha. Por ejemplo, si en realidad necesito dormir y quiero hacerlo, entonces mi mente está en tamas y es bueno. Pero si voy a dar una conferencia o me gustaría asistir a una, y el estado de la mente está predominantemente en tamas, me causa muchas dificultades. 






Todos los factores que conducen a que duḥkha ocurra, trabajan en nosotros como fuerzas que reducen nuestro espacio y libertad y al final nos limitan. Si estamos lo suficientemente alertas, siempre nos podremos dar cuenta del juego de estas fuerzas dentro de nosotros. A través de nuestra práctica de yoga estamos atentos para darnos cuenta de estos movimientos internos, para reducir las limitaciones resultantes y evitar que ocurran en el futuro. Cuando estamos conscientes de duḥkha y lo vemos como algo que hay que enfrentar, también podemos encontrar el camino para deshacernos de él. Es por eso que estar conscientes de duḥkha es el primer paso para liberarnos de él. 



Para finalizar, el yoga dice que hay un estado llamado—kaivalya en el cual alguien está libre de los asuntos externos que causan tales problemas y generan duḥkha.9 Digamos que tengo un radio que significa mucho para mí. Un día mi hijo lo rompe, me pongo furioso y me enojo con él, aunque lo haya hecho sin querer. De hecho no me debería de haber enojado, después de todo era sólo un radio. En efecto, debería mejor convencer a mi hijo para que sea más cuidadoso; también debo ser suficientemente flexible para ver lo que pasó en realidad. Un poco de tolerancia siempre reduce duḥkha. 




1 sept 2017

Comentario de Vyasa sobre YOGA SUTRAS: Disminución de las causas más evidentes de aflicción (II.1-II.9)



COMENTARIOS DE VYASA
SEGUNDO CAPÍTULO: SADHANA PADA


ÍNDICE Y AGRUPACIÓN DE SUTRAS:











Disminución de las causas más evidentes de aflicción (II.1-II.9)



YOGA SUTRA II. 1



tapaḥ-svādhyāyeśvarapraṇidhānāni kriyāyogaḥ ||1||


Austeridad, estudio de uno mismo y dedicación a īśvara constituyen el kriyā-yoga (yoga de la acción).



Comentarios de Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)



nātapasvino yogaḥ siddhyati |

El yoga no se perfecciona sin ascesis (tapas).



anādi-karma-kleśa-vāsanā-citrā pratyupasthita-viṣaya-jālā cāśuddhir nāntareṇa tapaḥ sambhedam āpadyata iti tapasa upādānam |

El ascetismo (tapas) es necesario para destruir las impurezas (aśuddha) (II.43), las cuales se alimentan siempre de inagotables deseos potenciales (vāsanās) provenientes de las acciones (karma) y de los obstáculos al conocimiento (kleśas). Esta es la razón de ser de tapas.



tac ca citta-prasādanam abādhamānam anenāsevyam iti manyate |

Y ésta (ascesis), que no altera la imperturbable calma de la mente, se considera merecedora (anena) de la más alta estima.



svādhyāyaḥ praṇavādi-pavitrāṇāṃ japo mokṣa-śāstrādhyayanaṃ vā

El estudio de sí mismo (svādhyāya) conlleva la repetición de fórmulas (mantras) como el praṇava (la sílaba mística “om”), o también el estudio de escrituras sobre la liberación.



īśvara-praṇidhānaṃ sarva-kriyāṇāṃ parama-gurāv arpaṇaṃ tat-phala-saṃnyāso vā ||1||


La orientación hacia la forma ideal de la pura conciencia (īśvarapraṇidhāna) consiste en dedicar todas las acciones a dicha esencia, al maestro supremo, o también, renunciar a los frutos de las acciones (desprendimiento).



YOGA SUTRA II. 2


samādhibhāvanārthaḥ kleśatanūkaraṇārthaśca ||2||

Kriyā-yoga se practica con el propósito de desarrollar y alimentar el samādhi y para atenuar [y eliminar] la aflicciones.


Comentarios de Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)


sa hy āsevyamānaḥ samādhiṃ bhāvayati kleśāṃś ca pratanūkaroti |



Al practicar intensamente (kriyāyoga), se logra el samādhi y se disminuyen los obstáculos al conocimiento o causas de aflicción (kleśas).






pratanūkṛtān kleśān prasaṃkhyānāgninā dagdha-bīja-kalpān aprasava-dharmiṇaḥ kariṣyatīti |

Cuando estos obstáculos están minimizados, mediante el fuego de la elevada meditación (prasaṃkhyāna) se convierten en semillas quemadas, estériles en sí mismas.







teṣāṃ tanūkaraṇāt punaḥ kleśair aparāmṛṣṭā sattva-puruṣānyatākhyātiḥ sūkṣmā prajñā samāptādhikārā pratiprasavāya kalpiṣyata iti ||2||

De esta forma, el sutil conocimiento de la diferencia entre el aspecto más puro de la mente y puruṣa, ahora no oscurecido por los atenuados obstáculos al conocimiento, tenderá finalmente hacia su involución (pratiprasava).




YOGA SUTRA II. 3

avidyāsmitārāgadveṣābhiniveśāḥ kleśāḥ ||3||


La ignorancia, la sensación de yo, el deseo, la aversión y el aferrarse a la existencia (son) las causas del sufrimiento



Comentarios de Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)



kleśā iti | pañca viparyayā ity arthaḥ |

La palabra kleśa se refiere a cinco conocimientos erróneos (viparyayas).




te syandamānā guṇādhikāraṃ draḍhayanti, pariṇāmam avasthāpayanti, kārya-kāraṇa-srota unnamayanti, parasparānugraha-tantrībhūya karma-vipākaṃ cābhinirharantīti ||3||

(Éstos) alimentan la vida, refuerzan la actividad de los guṇas, imponen el cambio, estimulan los flujos de actividad en el cuerpo y los sentidos reforzándose unos a otros, y ocasionan la fruición del karma.




YOGA SUTRA II. 4

avidyā kṣetraṃuttareṣāṃ prasuptatanuvicchinnodārāṇām

La ignorancia (avidyā) es el campo de crecimiento de las [cuatro] posteriores [asmitā, etc.Vease Y.S.II.3]. [Además, se dividen en cuatro estados]: adormecidas, atenuadas, interrumpidas y fuertemente activas o extensivas.



Comentarios de Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)


atrāvidyā kṣetraṃ prasava-bhūmir uttareṣām asmitādīnāṃ caturvidha-kalpānāṃ prasupta-tanu-vicchinnodārāṇām |

La ignorancia esencial es el campo, el lugar donde germinan la conciencia de existencia y las otras, las cuales pueden encontrarse en uno de los cuatro estados: latente, atenuado, subyugado o activo.


tatra kā prasuptiḥ?

De estos (cuatro), ¿cuál es el estado latente (prasupta)?



cetasi śakti-mātra-pratiṣṭhānāṃ bīja-bhāvopagamaḥ |

El implantado en la mente como una simple potencialidad, reducido a la condición de semilla.



tasya prabodha ālambane sammukhībhāvaḥ |
Se sale de este estado al enfrentarse con un objeto.



prasaṃkhyānavato dagdha-kleśa-bījasya sammukhībhūte’py ālambane nāsau punar asti | dagdha-bījasya kutaḥ praroha iti |

Para quien ha logrado la meditación en la verdad (prasaṃkhyāna) y sus kleśas se han convertido en semillas quemadas, los obstáculos al conocimiento (kleśas) no volverán a manifestarse, aun cuando se enfrente de nuevo con los objetos. ¿Cómo podrían germinar de nuevo las semillas que han sido quemadas?



ataḥ kṣīṇa-kleśaḥ kuśalaś carama-deha ity ucyate |

Por esta razón, cuando un practicante ha destruido sus kleśas, se dice de él que es afortunado (kuśala) y se halla en su última encarnación.



tatraiva sā gadha-bīja-bhāvā pañcamī kleśāvasthā nānyatreti |

El quinto estado de los kleśas, el estado de semilla quemada, se encuentra solamente en dicho practicante.



satāṃ kleśānāṃ tadā bīja-sāmarthyaṃ dagdham iti viṣayasya sammukhībhāve’pi sati na bhavaty eṣāṃ prabodha iti | uktā prasuptir dagdha-bījānām aprarohaś ca |

De esta forma, aunque los kleśas existen, se ha quemado la vitalidad (sāmarthya) de su semilla potencial y, en consecuencia, no aparecen al confrontarse con los objetos. Esta es la descripción del estado latente y de la no evolución de las semillas quemadas.



tanutvam ucyate—pratipakṣa-bhāvanopahatāḥ kleśās tanavo bhavanti |

El estado atenuado (tanu) se explica como sigue: vencidos por la evocación de sus opuestos, los kleśas disminuyen.



tathā vicchidya vicchidya tena tenātmanā punaḥ punaḥ samudācarantīti vicchinnāḥ |

Se dice que están subyugados (vicchinna) cuando ocasionalmente (otros kleśas) influyen en (los kleśas atenuados) para activarlos a una u otra forma no atenuada (ātmanā) de forma intermitente.


kathaṃ? rāga-kāle krodhasyādarśanāt |

¿Cómo puede ser? Porque (por ejemplo), cuando se está poseído por el amor, la ira no se percibe;


na hi rāga-kāle krodhaḥ samudācarati |
la ira no está activa cuando se está poseído por el amor.


rāgaś ca kvacid dṛśyamāno na viṣayāntare nāsti |

De esta forma, el amor que se siente ante una persona, resulta inexistente ante otras.



naikasyāṃ striyāṃ caitro rakta ity anyāsu strīṣu virakta iti | kintu tatra rāgo labdha-vṛttir anyatra tu bhaviṣyad-vṛttir iti |

Cuando Caitra se enamora de una mujer concreta es indiferente para otras mujeres, pues su amor esta fijo en una dirección, y no fluctúa hacia otros objetivos.


sa hi tadā prasupta-tanu-vicchinno bhavati |

El amor (hacia otras mujeres) se halla (ahora) en estado latente, atenuado o subyugado.


viṣaye yo labdha-vṛttiḥ sa udāraḥ |

El estado del proceso mental en relación con un objeto se denomina activo (udāra).


sarva evaite kleśa-viṣayatvaṃ nātikrāmanti |

Estos (cuatro) estados se incluyen todos dentro de la esfera de los kleśas.



kas tarhi vicchinnaḥ prasupta-tanu-vicchinnaḥ prasupta-tanur udāro vā kleśa iti | ucyate—satyam evaitat | kintu viśiṣṭānām eveiteṣāṃ vicchinnāditvam |

Objeción: ¿si esto es así (tarhi), qué es realmente un kleśa que puede encontrase latente, atenuado, subyugado o activo?
Respuesta: es realmente cierto (que los kleśas son distintas formas de la ignorancia esencial); solo cuando los kleśas se concretan adoptan los distintos estados.



yathaiva pratipakṣa-bhāvanāto nivṛttas tathaiva sva-vyañjakāñjanenābhivyakta iti |

Así como se eliminan con la evocación de sus opuestos, de igual forma se manifiestan (abhivyakta) gracias a sus particulares causas de manifestación (vyañjaka).



sarva evāmī kleśā avidyā-bhedāḥ |

Por tanto, todos estos kleśas son divisiones de la ignorancia esencial,



kasmāt? sarveṣv avidyaivābhiplavate |

¿Por qué es así?: porque todos ellos están impregnados de ignorancia.



yad avidyayā vastv ākāryate, tad evānuśerate kleśā viparyāsa-pratyaya-kāle upalabhyante kṣīyamāṇāṃ cāvidyām anu kṣīyanta iti ||4||

Cualquier objeto cuya forma resulta coloreada por la ignorancia es impregnado por los otros kleśas. Se perciben cuando existen ideas equivocadas; cuando la ignorancia disminuye, los demás (kleśas) disminuyen correlativamente.



YOGA SUTRA II. 5



anityāśuciduḥkhānātmasu nityaśucisukhātmakhyātiravidyā ||5||


La ignorancia esencial es considerar permanente, puro, agradable y consciente, lo que es impermanente, impuro, doloroso e inconsciente.




Comentarios de Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)


tatrāvidyā-svarūpam ucyate


Ahora se describe la naturaleza de la ignorancia esencial


anitye kārye nitya-khyātiḥ |

(1) La ignorancia esencial (avidyā) es la convicción de permanencia en efectos que son impermanentes.



tad yathā, dhruvā pṛthivī, dhruvā sa-candra-tārakā dyauḥ, amṛtā divaukasa iti |

Por ejemplo, las ideas: “la tierra es eterna, el cielo con la luna y las estrellas es eterno, los objetos celestes son inmortales”.



tathāśucau parama-bībhatse kāye |

(2) Igualmente, cuando se observa pureza en el impuro cuerpo humano.



uktaṃ ca— sthānād bījād upaṣṭhambān niḥsyandān nidhanād api | kāyam ādheya-śaucatvāt paṇḍitā hy aśuciṃ viduḥ ||

Se ha dicho: “el sabio reconoce que el cuerpo es impuro, dada su (primera) residencia, origen, constitución, secreciones y fin último, y puesto que debe limpiarse continuamente”.



ity aśucau śarīre śuci-khyātir dṛśyate |

Así pues, el reconocimiento de pureza en lo que (realmente) es impuro resulta evidente.



naveva śaśāṅka-lekhākamanīyeyaṃ kanyā madhv-amṛtāvayava-nirmiteva candraṃ bhittvā niḥsṛteva jñāyate, nīlotpala-patrāyatākṣī hāva-garbhābhyāṃ locanābhyāṃ jīva-lokam āśvāsayantīveti kasya kenābhisambandhaḥ?

El poeta dice: “esta muchacha, hermosa como la luna creciente, con miembros de miel y néctar, ojos como pétalos de un loto azul, parece emanada de la luna como si fuese a refrescar el mundo con su incitante mirada”. ¿Cómo podría existir conexión real entre tales cosas?



bhavati caivam aśucau śuci-viparyāsa-pratyaya iti |

Así pues, ahí existe una ilusión de pureza en lo que es impuro.



etenāpuṇye puṇya-pratyayas tathaivānarthe cārtha-pratyayo vyākhyātaḥ |

De forma similar, (es una ilusión) la convicción de bueno en lo que no es bueno y de utilidad en lo insignificante.



tathā duḥkhe sukha-khyātiṃ vakṣyati—pariṇāma-tāpa-saṃskāra-duḥkhair guṇa-vṛtti-virodhāc ca duḥkham eva sarvaṃ vivekinaḥ [yo.sū. 2.15] iti |

(3) El reconocimiento del placer en lo que es doloroso se describirá más adelante (YS II.15), como: “para el de recta visión, en última instancia, todo es dolor a causa de los sufrimientos inherentes al cambio (continuo de la materia), a la ansiedad (por conseguir algo) y a los condicionamientos heredados (saṃskāra), así como por el conflicto entre los movimientos de los constituyentes fundamentales de la materia (guṇa)”.



tatra sukha-khyātir avidyā |
Esta convicción de placer (donde no existe) es ignorancia esencial.



tathānātmany ātma-khyātir bāhyopakaraṇeṣu cetanācetaneṣu bhogādhiṣṭhāne vā śarīre, puruṣopakaraṇe vā manasy anātmany ātma-khyātir iti |

(4) Asimismo, la atribución de realidad a lo que no es real (en el yogui), sea dotado o no de atributos externos, sea en el cuerpo como asiento de la experiencia exterior, o en la mente, es un encubrimiento del ser real (puruṣa)—; esta es la atribución de consciente a lo que es inconsciente.



tathaitad atroktam—vyaktam avyaktaṃ vā sattvam ātmatvenābhipratītya tasya sampadam anunandaty ātma-sampadaṃ manvānas tasya vyāpadam anuśocaty ātma-vyāpadaṃ manvānaḥ sa sarvo’tibuddha iti |

Sobre esto se ha dicho: “quien acepta cualquier cosa, manifiesta o no, como parte de su propio ser, se regocija con sus éxitos y se lamenta con sus fracasos, quien piensa así, es una persona totalmente equivocada”.



eṣā catuṣpadā bhavaty avidyā mūlam asya kleśa-santānasya karmāśayasya ca sa-vipākasyeti |

La ignorancia esencial tiene estas cuatro divisiones. Es el origen de la ininterrumpida serie de kleśas y del almacén del karma con sus manifestaciones.



(excursus gramatical sobre el compuesto sánscrito avidyā)

tasyāś cāmitrāgoṣpadavad vastu-sa-tattvaṃ vijñeyam |

Avidyā debe considerarse como una entidad positiva (vastusatattva), como en el caso de “no-amigo” (= enemigo positivo) (a-mitra), o “sin huellas de pezuñas” (= lugar impenetrable para las vacas) (agoṣpada).



yathā nāmitrau mitrābhāvaḥ na mitra-mātraṃ kintu tad-viruddhaḥ sapatnaḥ |

Igual que el término amitra (no amigo) no quiere decir “ausencia de amigo”, ni “algo similar a amigo”, sino precisamente lo contrario de amigo, un enemigo;



tathā cāgoṣpadaṃ na goṣpadābhāvo na goṣpada-mātraṃ kintu deśa eva tābhyām anyad vastv-antaram |

igualmente, el término agoṣpada (sin huellas de pezuñas) no significa “no visitado por las vacas”, ni tampoco es “un trozo de tierra cuya medida es la pezuña de una vaca”, sino un lugar distinto de ambos.



evam avidyā na pramāṇaṃ na pramāṇābhāvaḥ, kintu vidyā-viparītaṃ jñānāntaram avidyeti ||5||

De la misma forma, avidyā no es “fuente de conocimiento correcto” ni “ausencia de conocimiento correcto”, sino un conocimiento de distinta clase, contrario a los dos anteriores (vidyāviparīta).




YOGA SUTRA II. 6

dṛgdarśanaśaktyorekātmatevāsmitā ||6||

La conciencia de existencia individual es la aparente identificación entre aquello que tiene la facultad de observar y la observación [misma]
(Jose Offroy)


Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)


puruṣo dṛk-śaktir buddhir darśana-śaktir ity etayor eka-svarūpāpattir ivāsmitā kleśa ucyate |


El “sí-mismo-esencial” (puruṣa) es la energía que observa; el intelecto (buddhi) es (en este caso) la energía de la observación. Considerarlos como si fueran una única naturaleza es una causa de aflicción (kleśa) denominada conciencia de existencia individual.



bhoktṛ-bhogya-śaktyor atyanta-vibhaktayor atyantāsaṅkīrṇayor avibhāga-prāptāv iva satyāṃ bhogaḥ kalpate |


Para que exista experiencia es preciso que tenga lugar la confusión en la distinción entre experimentador y experimentable, los cuales son totalmente opuestos, sin punto alguno de unión.


svarūpa-pratilambhe tu tayoḥ kaivalyam eva bhavati kuto bhoga iti |

Cuando se reconoce la (verdadera) naturaleza de ambos, se logra el aislamiento trascendental. Entonces, ¿cómo podría haber experiencia?



tathā coktaṃ—buddhitaḥ paraṃ puruṣam ākāra-śīla-vidyādibhir vibhaktam apaśyan kuryāt tatrātma-buddhiṃ moheneti ||6||




(Pañcaśikha) ha afirmado al respecto: "un intelecto libre de error es consecuencia de considerar a puruṣa distinto y más allá de lo mental, en aspectos tales como pureza de forma (ākāra), no afección (śīla) y conocimiento metafísico (vidyā).


YOGA SUTRA II. 7

sukhānuśayī rāgaḥ ||7||

El deseo es consecuencia de [las experiencias] placenteras
Jose Offroy


Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)


sukhābhijātasya sukhānusmṛti-pūrvaḥ sukhe tat-sādhane vā yo gardhas tṛṣṇā lobhaḥ sa rāga iti ||7||


(Se denomina) deseo al anhelo por la consecución del placer o por los medios para conseguirlo cuando, estando familiarizados con él, se le recuerda.


YOGA SUTRA II. 8


duḥkhānuśayī dveṣaḥ ||8||


La aversión (es) la consecuencia de lo doloroso


Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)

duḥkhābhijñasya duḥkhānusmṛti-pūrvo des tat-sādhane vā yaḥ pratigho manyur jighāṃsā krodhaḥ sa dveṣa iti ||8||


(Se denomina) rechazo incontrolado a la aversión, al enojo, con respecto al dolor o lo que lo ocasiona cuando, estando familiarizados con él, se le recuerda.



YOGA SUTRA II. 9


svarasavāhī viduṣo’pi tathārūḍho’bhiniveśaḥ ||9||


Abhiniveśa-la voluntad de vivir, se mantiene por su propia tendencia, arraigada de esta forma incluso en el sabio


Vyāsa — Yoga-Bhāṣya (s. V.)

sarvasya prāṇina iyam ātmāśīr nityā bhavati, mā na bhūvaṃ bhūyāsam iti |

El ansia de vivir se expresa en todo ser vivo como: “no quiero morir, deseo vivir”.


na cānanubhūta-maraṇa-dharmakasyaiṣā bhavaty ātmāśīḥ |

Este ansia por la vida no surgiría en quien nunca hubiese experimentado la muerte.


etayā ca pūrva-janmānubhavaḥ pratīyate,

En consecuencia, se deduce la existencia de vidas anteriores.


sa cāyam abhiniveśaḥ kleśaḥ sva-rasa-vāhī kṛmer api jāta-mātrasya pratyakṣānumānāgamair asambhāvitau maraṇatrāsa uccheda-dṛṣṭy-ātmakaḥ pūrva-janmānubhūtaṃ maraṇa-duḥkham anumāpayati |

El instinto de supervivencia se establece como un impulso espontáneo, incluso en un gusano recién nacido, al no provenir de la actual percepción directa, de la inferencia o de los textos escritos. El miedo a la muerte es, en esencia, la visión del ser destruido, de algo que ocasiona la destrucción del yo y de su experiencia. Ello implica experiencia del dolor de muerte en una vida previa.


yathā cāyam atyanta-mūḍheṣu dṛśyate kleśas tathā viduṣo’pi vijñāta-pūrvāparāntasya rūḍhaḥ |

Este kleśa es instintivo desde la criatura más primitiva hasta el conocedor del primer y último estados.


kasmāt samānā hi tayoḥ kuśalākuśalayor maraṇa-duḥkhānubhavād iyaṃ vāsaneti ||9||

¿Por qué? Porque, tanto en el sabio como en el menos inteligente, existen huellas latentes (vāsanās) de experiencias pasadas sobre agonías dolorosas.



TRADUCCIÓN DE JOSE OFFROY: http://www.yoga-darshana.com/