De la prosa tamil original de
Bhagavan Sri Ramana
Traducido al inglés por Michael James
Párrafo uno
Puesto que todos los seres vivos desean ser siempre felices [y] exentos de miseria, puesto
que todos [ellos] tienen el amor más grande solo por su propio sí mismo, y puesto que
solo la felicidad es la causa del amor, [para] obtener esa felicidad, que es su propia
naturaleza [verdadera] y que experimentan diariamente en el sueño profundo [sin sueños],
el cual es carente de la mente, es necesario conocer [el propio] sí mismo [real]. Para eso,
solo jñana-vichara [escudriñar la consciencia para saber] «¿quién soy yo?» es el medio
principal.
Párrafo dos
¿Quién soy yo? El sthula deha [el cuerpo «grosero» o físico], que está [compuesto] de
los sapta dhatus [los siete constituyentes, a saber: quilo, sangre, carne, grasa, médula,
hueso y semen], no es «yo». Los cinco jñanendriyas [los órganos de los sentidos], a saber:
oídos, piel, ojos, lengua y nariz, que individualmente [y respectivamente] conocen los
cinco vishayas [los «dominios» de los sentidos o los tipos de percepción de los sentidos],
a saber: sonido, tacto [la textura y otras cualidades percibidas por el tacto], forma [figura,
color y otras cualidades percibidas por la vista], gusto y olfato, no son tampoco «yo». Los
cinco karmendriyas [los órganos de acción], a saber: las cuerdas vocales, los pies [o
piernas], las manos [o brazos], el ano y los genitales, que [respectivamente] hacen las
cinco acciones, a saber: hablar, caminar, agarrar [o dar], defecar y gozar [sexualmente],
no son tampoco «yo». Los pancha vayus [los cinco «vientos», «aires vitales» o fuerzas
metabólicas], comenzando con prana [la respiración], que cumplen las cinco funciones
[metabólicas], comenzando con la respiración, no son tampoco «yo». La mente, que
piensa, no es tampoco «yo». La ignorancia [la ausencia de todo conocimiento dualista]
que está combinada solo con los vishaya-vasanas [las inclinaciones, impulsos, deseos,
propensiones o saboreaciones latentes de las percepciones o el goce de los sentidos] cuando todas las percepciones de los sentidos y todas las acciones han sido cortadas
[como en el sueño profundo], no es tampoco «yo». Habiendo hecho neti [negación,
eliminación o denegación de todo lo que no es nosotros] pensando que todas las cosas
dichas anteriormente no son «yo», no «yo», solo el conocimiento que permanece
[entonces] desapegado es «yo». La naturaleza de [este] conocimiento [«yo soy»] es satchit-ananda
[ser-consciencia-felicidad].
Párrafo tres
Si [nuestra] mente, que es la causa de todo conocimiento [dualista, relativo u objetivo] y
de toda actividad, se sumerge [deviene quieta, desaparece o cesa de existir], [nuestra]
percepción del mundo cesa. Lo mismo que el conocimiento de la cuerda, que es la base
[que subyace y soporta la apariencia de la serpiente], no surge a no ser que el
conocimiento de la serpiente imaginaria cese, svarupa-darsana [el verdadero
conocimiento experimental de la naturaleza esencial o sí mismo real], que es la base [que
subyace y soporta la apariencia del mundo], no surge a no ser que [nuestra] percepción
del mundo, que es una imaginación [o fabricación] cese.
Párrafo cuatro
Eso que es llamado «mente» es una atisaya sakti [un poder extraordinario o formidable]
que existe en atma-svarupa [el sí mismo real]. Ella proyecta todos los pensamientos [o
causa que todos los pensamientos aparezcan]. Cuando [nosotros] vemos [lo que queda]
habiendo eliminado [abandonado, descartado, disipado, borrado o destruido] todos
[nuestros] pensamientos, [descubrimos que] solitariamente [separada de o independiente
de los pensamientos] no hay ninguna cosa tal como la «mente»; por lo tanto, solo el
pensamiento es la svarupa [la naturaleza o forma básica] de [nuestra] mente. Habiendo
eliminado [todos los] pensamientos, [descubrimos que] no hay ninguna cosa tal como el
«mundo» [existiendo separada o independientemente] como [aparte de los pensamientos].
En el sueño profundo no hay pensamientos [y consecuentemente] no hay tampoco ningún
mundo; en la vigilia y el sueño con sueños hay pensamientos, [y consecuentemente]
también hay un mundo. Lo mismo que una araña saca [un] hilo de sí misma y de nuevo lo
[retrae] dentro de sí misma, así también [nuestra] mente proyecta [este o algún] otro
mundo desde dentro de sí misma y de nuevo lo disuelve [lo retrae] dentro de sí misma.
Cuando [nuestra] mente sale de atma-svarupa [el sí mismo real], el mundo aparece. Por lo
tanto, cuando el mundo aparece, svarupa [la «propia forma» o sí mismo real] no aparece
[como es realmente, es decir, como la consciencia de solo ser no-dual, absoluta e infinita];
cuando svarupa aparece (brilla) [como es realmente], el mundo no aparece. Solo si
[nosotros] continuamos investigando la naturaleza de [nuestra] mente, «tan» aparece
finalmente como [la única realidad subyacente que ahora tomamos erróneamente por la]
mente. Eso que [aquí] es llamado «tan» [un pronombre reflexivo tamil que significa «uno
mismo» o «nosotros»] es solo atma-svarupa [el sí mismo real]. [Nuestra] mente solo subsiste combinándose siempre con [literalmente, siguiendo o conformándose a] un
objeto grosero [un cuerpo físico]; solitariamente no subsiste. De [nuestra] mente solo se
habla como sukshma sarira [el «cuerpo sutil», es decir, la forma o semilla sutil de todos
los cuerpos físicos imaginarios que la mente crea y toma erróneamente como ella misma]
y como jiva [el «alma» o sí mismo individual].
Párrafo cinco
Lo que surge en este cuerpo como «yo», solo eso es [nuestra] mente. Si [nosotros]
investigamos en qué lugar el pensamiento «yo» surge primero en [nuestro] cuerpo,
llegamos a saber que [surge primero] en [nuestro] corazón [el núcleo más íntimo del ser].
Solo eso es el lugar de nacimiento de [nuestra] mente. Si permanecemos pensando «yo,
yo», ello [nos] lleva y [nos] deja en ese lugar. De todos los pensamientos que aparecen [o
surgen] en [nuestra] mente, solo el pensamiento «yo» es el primer pensamiento. Solo
después de que éste surge, otros pensamientos surgen. Solo después de que la primera
persona aparece, la segunda y la tercera persona aparece; sin la primera persona, la
segunda y la tercera no existe.
Párrafo seis
Solo por [medio de] la investigación «¿Quién soy yo?» [nuestra] mente se sumerge [se
encoge, se aplaca, deviene calma, desaparece o deja de ser]; el pensamiento «¿Quién soy
yo?» [es decir, el esfuerzo que hacemos para prestar atención al ser esencial], habiendo
destruido todos los demás pensamientos, finalmente él mismo es destruido como un palo
de cremar cadáveres [es decir, un palo que se usa para mover la pira funeraria a fin de
asegurar que el cadáver está enteramente quemado]. Si surgen otros pensamientos, sin
tratar de completarlos, [nosotros] debemos investigar a quién han acontecido. Por muchos
pensamientos que surjan, ¿qué [más da]? Tan pronto como aparece cada pensamiento, si
[nosotros] investigamos vigilantemente a quién han acontecido, «a mí», será claro [es
decir, estaremos acordándonos claramente de nosotros, a quien acontece cada
pensamiento]. Si investigamos [así] «¿Quién soy yo?» [es decir, si volvemos la atención
atrás hacia nosotros y la mantenemos fijada firme, aguda y vigilantemente sobre el ser
auto-consciente esencial para descubrir qué es realmente este «mí»], [nuestra] mente
vuelve a su lugar de nacimiento [el núcleo más íntimo del ser, que es la fuente de la que
surgió]; [y puesto que con ello nos abstendremos de prestarle atención] el pensamiento
que había surgido se sumerge también. Cuando practicamos, y practicamos de esta
manera, para [nuestra] mente aumenta el poder de permanecer firmemente establecida en
su lugar de nacimiento [es decir, al practicar repetidamente volviendo la atención hacia el
mero ser, que es el lugar de nacimiento de la mente, aumenta la capacidad de ésta para
permanecer como mero ser]. Cuando [nuestra] mente sutil sale a través del portal de
[nuestro] cerebro y órganos de los sentidos, los nombres y formas groseros [los
pensamientos o imágenes mentales que constituyen la mente, y los objetos que constituyen este mundo] aparecen; cuando permanece en [nuestro] corazón [el núcleo de
nuestro ser], los nombres y formas desaparecen. Solo a [este estado de] retener [nuestra]
mente en [nuestro] corazón sin dejar[la] ir hacia fuera [es verdaderamente aplicable] el
nombre «ahamukham» [«mirar –a– yo» o «auto-atención»] o «antarmukham» [«mirar–
adentro» o introversión]. Solo [al estado de] dejar[le] ir hacia fuera [es verdaderamente
aplicable] el nombre «bahirmukham» [«mirar–afuera» o extroversión]. Solo cuando
[nuestra] mente permanece firmemente establecida en [nuestro] corazón de esta manera,
[el pensamiento primario] «yo», que es la raíz [la base, fundamento u origen] de todos los
pensamientos, se va [desaparece o deja de ser], y solo brilla [nuestro] sí mismo [real]
siempre existente. El lugar [es decir, el estado o realidad] exento incluso del menor
[rastro] de [nuestro] pensamiento [primario] «yo», es svarupa [la «propia forma» o sí
mismo real]. Solo eso es llamado «mauna» [silencio]. Solo a [este estado de] solo ser [es
verdaderamente aplicable] el nombre «jñana-drishti» [«conocimiento–ver», es decir, la
experiencia del conocimiento verdadero]. Ese [estado] que es solo ser, es solo [el estado
de] hacer [que la] mente se sumerja [se aplaque, se funda, se disuelva, desaparezca, sea
absorbida, o perezca] en atma-svarupa [el sí mismo real]. Aparte de [este estado de ser
no-dual] estos [estados de conocimiento dualista] que son conocer los pensamientos de
otros, conocer los tres tiempos [lo que aconteció en el pasado, lo que está aconteciendo
ahora, y lo que acontecerá en el futuro], y conocer qué está aconteciendo en un lugar
distante, no puede ser jñana-drishti [la experiencia del conocimiento verdadero].
Párrafo siete
Eso que existe realmente es solo atma-svarupa [el sí mismo real]. El mundo, el alma y
Dios [que son los tres elementos básicos de la existencia finita] son imaginaciones [o
fabricaciones] en él [en el sí mismo real], lo mismo que la plata [imaginaria] [que vemos]
en una concha. Estos tres [elementos básicos de relatividad o dualidad] aparecen al mismo
tiempo [tal como cuando despertamos del sueño profundo] y desaparecen al mismo
tiempo [tal como cuando nos sumergimos en el sueño profundo]. Solo [nuestra] svarupa
[la «propia forma» o sí mismo real] es el mundo; solo [nuestra] svarupa es «yo» [la
consciencia que aparece como el sí mismo individual, la mente o alma]; solo [nuestra]
svarupa es Dios; todo es siva-svarupa [el sí mismo real, que es siva, la única realidad
absoluta y verdaderamente existente].
Párrafo ocho
Para hacer que la mente se sumerja [permanentemente], no hay ningún medio adecuado
aparte de vichara [investigación, es decir, el arte de ser auto-atento]. Si es controlada por
otros medios, la mente permanecerá como si estuviera sumergida, [pero] emergerá de
nuevo. Por el pranayama [control de la respiración], la mente se sumergirá; sin embargo,
[aunque] la mente permanezca así mientras la respiración permanece sumergida, cuando
la respiración emerja [o devenga manifiesta] ella también emergerá y vagará errante bajo el dominio de [sus] vasanas [inclinaciones, impulsos o deseos]. El lugar de nacimiento
tanto de la mente como del prana [la respiración o fuerza vital] es uno. Solo el
pensamiento es la svarupa [la «forma propia»] de la mente. Solo el pensamiento «yo» es
el primer pensamiento [o pensamiento básico] de la mente; solo él es el ego. De donde
surge el ego, solo de ahí surge también la respiración. Por lo tanto, cuando la mente se
sumerge, el prana también [se sumerge], [y] cuando el prana se sumerge, la mente
también. Sin embargo, en el sueño profundo, aunque la mente se haya sumergido, la
respiración no se sumerge. Está dispuesto así por el ordenamiento de Dios con el
propósito de proteger al cuerpo, y para que otras gentes no se pregunten si el cuerpo ha
muerto. Cuando la mente se sumerge en la vigilia y en samadhi [cualquiera de los
distintos tipos de absorción mental que resultan del yoga u otras formas de práctica
espiritual], el prana se sumerge. Se dice que el prana es la forma grosera de la mente.
Hasta el tiempo de la muerte, la mente mantiene el prana en el cuerpo, y en el momento
en que el cuerpo muere, ella [la mente] lo toma y se lo lleva [el prana]. Por lo tanto, el
pranayama es solo una ayuda para controlar la mente, pero no efectuará mano-nasa [la
aniquilación de la mente].
Párrafo nueve
De la misma manera que el pranayama, la murti-dhyana [la meditación en una forma de
Dios], el mantra-japa [la repetición de palabras sagradas tales como un nombre de Dios]
y el ahara-niyama [la restricción de la dieta, particularmente la restricción de consumir
solo comida vegetariana] son [solo] ayudas que controlan la mente [pero no efectúan su
aniquilación]. Tanto por la murti-dhyana como por el mantra-japa, la mente obtiene
agudeza [o concentración]. De la misma manera que, si [alguien] pone una cadena en la
trompa de un elefante, que siempre se está moviendo [balanceándose tratando de agarrar
una cosa u otra], ese elefante procede a aferrarse a ella firmemente sin [agarrar ni]
aferrarse a nada más; así también ciertamente la mente, que está siempre moviéndose
[vagando errante pensando en una cosa u otra], si es entrenada en [la práctica de pensar
en] cualquier nombre o forma [particular] [de Dios], permanece aferrada firmemente a él
[sin pensar innecesariamente en nada más]. Debido a que la mente se derrama
[esparciendo su energía] en pensamientos innumerables, cada pensamiento deviene
extremadamente débil. Para la mente que ha obtenido agudeza cuando los pensamientos
se reducen y se reducen [es decir, que ha obtenido agudeza debido a la reducción
progresiva de sus pensamientos] y que con ello ha obtenido fuerza, atma-vichara [la autoinvestigación,
que es el arte de ser auto-atento] es logrado fácilmente. Por el mita sattvika
ahara-niyama [el control de consumir solo una cantidad moderada de alimento puro o
sattvika], que es la mejor entre todas las restricciones, el sattva-guna [la cualidad de la
calma, claridad o «sei-dad»] de la mente aumenta y [con ello] surge la ayuda para la autoinvestigación.
Párrafo diez
Aunque los vishaya-vasanas [las impulsiones o deseos latentes por prestar atención a
otras cosas aparte de nosotros mismos], que vienen desde tiempos inmemoriales, surgen
[como pensamientos] en incontable número como olas en el océano, son todos destruidos
cuando svarupa-dhyana [la auto-atención] aumenta y aumenta. Sin dar lugar al
pensamiento dubitativo: «¿Es posible disolver tantos vasanas y ser [o permanecer] solo
como sí mismo?», [nosotros] debemos aferrarnos tenazmente a la auto-atención. No
importa cuán pecador pueda ser una persona, si en lugar de lamentarse y llorar: «¡Yo soy
un pecador! ¿Cómo voy a ser salvado?», [él] rechaza completamente el pensamiento de
que es un pecador y es ardiente [o firme] en la auto-atención, ciertamente se realiza [o
transforma en la «forma» verdadera del ser auto-consciente libre de pensamiento].
Párrafo once
Mientras los vishaya-vasanas [impulsiones o deseos latentes de prestar atención a algo
aparte de nosotros mismos] existan en [nuestra] mente, es necesaria la indagación «¿quién
soy yo?» En el momento en que surgen los pensamientos, inmediatamente es necesario
[para nosotros] aniquilarlos a todos por la investigación [la auto-atención aguda y
vigilante] en el lugar mismo del que surgen. Ser [morar o permanecer] sin prestar atención
a [nada] aparte [de nosotros mismos] es vairagya [desapasionamiento] o nirasa [nodeseación];
ser [morar o permanecer] sin dejar [separarse o apartarse del] sí mismo [real]
es jñana [conocimiento]. En verdad [estos] dos [no-deseación y conocimiento verdadero]
son solo uno. De la misma manera que un buscador de perlas, atando una piedra a su
cintura y sumergiéndose, recoge una perla que yace en el océano, así también cada
persona, sumergiéndose [debajo de la actividad superficial de su mente] y hundiéndose
[profundamente] dentro de sí mismo con vairagya [libertad del deseo o pasión aparte de
ser], puede obtener la perla del sí mismo. Si uno se aferra firmemente a svarupa-smarana
[auto-recuerdo] ininterrumpido hasta que uno obtiene svarupa [el propio sí mismo
esencial de uno], eso solo [es] suficiente. Mientras los enemigos estén dentro del fuerte,
continuarán saliendo de él. Si [nosotros] continuamos destruyendo [o acabando] con todos
ellos en el momento en que vienen, el fuerte [finalmente] viene a [nuestra] posesión.
Párrafo doce
Dios y el gurú en verdad no son diferentes. De la misma manera que [la presa] que ha
sido atrapada en las fauces de un tigre no vuelve, así también aquellos que han sido
atrapados en la mirada de gracia del gurú, ciertamente son salvados por él y nunca son
abandonados; sin embargo, es necesario [para ellos] proceder [a comportarse o actuar]
infaltablemente de acuerdo con la vía que el gurú ha mostrado.
Párrafo trece
Estar completamente absorbidos en auto-permanencia, sin dar el menor espacio al
surgimiento de ningún pensamiento aparte de la auto-contemplación, es darnos a Dios.
Aunque coloquemos cualquier carga sobre Dios, él la llevará. Puesto que una única
paramesvara sakti [poder supremo de Dios] está llevando todas las actividades [es decir,
puesto que ella está causando y controlando todo lo que acontece en este mundo], ¿por
qué debemos pensar siempre, «es necesario [para mí] actuar de esta manera; es necesario
[para mí] actuar de esa manera», en lugar de ser [calmos, apacibles y felices] habiéndonos
entregado [junto con la carga entera] a ése [poder gobernante supremo]? Si sabemos que
el tren está llevando todas las cargas, ¿por qué debemos nosotros, que viajamos en él,
sufrir llevando el pequeño equipaje sobre la cabeza en lugar de dejarlo colocado en ese
[tren]?
Párrafo catorce
Lo que es llamado felicidad es solo svarupa [la naturaleza esencial] de atma [el sí mismo
real]; felicidad y atma-svarupa [la auto-naturaleza esencial] no son diferentes. Solo existe
atma-sukha [la felicidad del sí mismo]; solo eso es real. La felicidad no es obtenida de
ninguno de los objetos del mundo. Pensamos que la felicidad es obtenida de ellos debido
a la falta de discriminación. Cuando [nuestra] mente surge, experimenta infelicidad. En
verdad, siempre que los pensamientos [o deseos] son cumplidos, ella [la mente] vuelve a
su lugar propio [el núcleo de ser, el sí mismo real, que es la fuente de la que surgió] y
experimenta solo la felicidad de [nuestro] sí mismo [real]. De la misma manera, en los
tiempos del sueño profundo, del samadhi [un estado de intensa contemplación o
absorción de la mente] y del desvanecimiento, y cuando una cosa deseada es obtenida, y
cuando llega a su fin una cosa que desagrada [es decir, cuando la mente evita o es aliviada
de alguna experiencia que le desagrada], [nuestra] mente deviene introvertida y
experimenta solo la felicidad del sí mismo. De esta manera [nuestra] mente fluctúa sin
descanso, yendo hacia fuera dejando [nuestro] sí mismo [esencial], y volviendo [después
hacia] dentro. Al pie de un árbol, la sombra es deliciosa. Fuera el calor del sol es severo.
Una persona que está fuera vagando errante, se refresca cuando se pone a la sombra. Al
salir fuera tras un corto período, es incapaz de soportar el calor, de modo que vuelve de
nuevo al pie del árbol. De esta manera continúa, yendo de la sombra a la luz del sol, y
volviendo de la luz del sol a la sombra. Una persona que actúa de esta manera es alguien
carente de discriminación. Pero una persona de discriminación no dejará la sombra.
Similarmente, la mente de un jñani [una persona de auto-conocimiento verdadero] no deja
el brahman [la realidad fundamental y absoluta, que es el ser o sí mismo esencial]. Pero la
mente de un ajñani [una persona carente de verdadero auto-conocimiento] continúa
sufriendo miseria vagando errante en el mundo, y obtiene felicidad volviendo al brahman
por un corto período. Lo que es llamado el mundo es solo pensamiento [debido a que todo
lo que conocemos como el mundo no es nada sino una serie de imágenes mentales que hemos formado en la mente por nuestro poder de imaginación]. Cuando el mundo
desaparece, es decir, cuando el pensamiento cesa, [nuestra] mente experimenta felicidad;
cuando el mundo aparece, experimenta infelicidad.
Párrafo quince
Lo mismo que en la mera presencia del sol, que surge sin iccha [anhelo, deseo o gusto],
samkalpa [volición o intención], [o] yatna [esfuerzo o empeño], una piedra de cristal [o
lente de aumento] emite fuego, un loto florece, el agua se evapora, y las gentes del mundo
se involucran en [o comienzan] sus respectivas actividades, hacen [esas actividades] y se
sumergen [o dejan de ser activos]; y [lo mismo que] enfrente de un imán una aguja se
mueve, [así también], los jivas [los seres vivos], que están atrapados en [el estado finito
gobernado por] el muttozhil [la función triple de Dios, a saber: la creación, sostenimiento
y disolución del mundo] o los panchakrityas [las cinco funciones de Dios, a saber:
creación, sostenimiento, disolución, velamiento y gracia], que acontecen debido solo a la
naturaleza especial de la presencia de Dios, se mueven [se ocupan, hacen actividades,
hacen esfuerzos o se afanan] y se sumergen [dejan de ser activos, devienen calmos o en
sueño profundo] de acuerdo con sus karmas respectivos [es decir, de acuerdo no solo a su
prarabhda karma o destino, que les impele a hacer cualquier acción necesaria para que
experimenten todas las cosas agradables y desagradables que están destinados a
experimentar, sino también de acuerdo con sus karma vasanas, sus inclinaciones o
impulsiones a desear, pensar y actuar de manera particular, que les impelen a esforzarse
por experimentar ciertas cosas agradables que no están destinados a experimentar, y a
evitar ciertas cosas desagradables que sí lo están]. Sin embargo, él [Dios] no es samkalpa
sahitar [una persona relacionada con o que posea volición o intención]. Ni siquiera un
solo karma se adhiere a él [es decir, él no es esclavizado ni afectado por ningún karma ni
acción sea el que sea]. Eso es como las acciones del mundo [las acciones que acontecen
aquí en la tierra] que no se adhieren [ni afectan] al sol, y [como] las cualidades y defectos
de los otros cuatro elementos [tierra, agua, aire y fuego] que no se adhieren al espacio
omnipenetrante.
Párrafo dieciséis
Puesto que en todo tratado [espiritual verdadero] se dice que para obtener mukti
[emancipación espiritual, liberación o salvación] es necesario [para nosotros] retener
[nuestra] mente, después de saber que mano-nigraha [sujetar, sujetar dentro, retener,
sojuzgar, suprimir o destruir la mente] es la intención [o propósito] último de [tales]
tratados, no hay ningún beneficio [que obtener] estudiando sin límite [un número
incontable de] tratados. Para retener [nuestra] mente, es necesario [que] nos
investiguemos a nosotros mismos [para saber] quién [somos realmente], [pero] en lugar
[de hacer eso] ¿cómo [podemos conocernos a nosotros mismos] investigando en tratados?
Es necesario [para nosotros] conocernos a nosotros mismos solo por el ojo de jñana [conocimiento verdadero, es decir, por la consciencia vuelta hacia sí misma]. ¿Necesita
[una persona llamada] Raman un espejo para conocerse a sí mismo como Raman?
[Nuestro] «sí mismo» está dentro de las pancha-kosas [las «cinco envolturas» con las que
parecemos haber cubierto y oscurecido el ser verdadero, a saber: el cuerpo físico, el prana
o fuerza vital, la mente, el intelecto y la oscuridad o ignorancia aparente del sueño
profundo], mientras que los tratados están fuera de ellas. Por lo tanto, investigar en
tratados en lugar de en nosotros mismos [esperando con ello ser capaces de conocernos],
[con una atención vuelta hacia dentro] habiendo eliminado [dejado de lado, abandonado o
separado] todas las pancha-kosas, es inútil [o improductivo]. Conocer el yathartha
svarupa [el sí mismo real o ser esencial] habiendo investigado quién es [nuestro] sí
mismo [falso individual], que está en esclavitud [al estar limitado dentro de los confines
imaginarios de la mente], es mukti [emancipación]. El nombre «atma-vichara» [es
verdaderamente aplicable] solo a [la práctica de] estar siempre [morando o
permaneciendo] habiendo puesto [colocado, mantenido, asentado, depositado, detenido,
fijado o establecido la] mente en atma [el sí mismo real], mientras que dhyana
[meditación] es imaginarnos ser sat-chit-ananda brahman [la realidad absoluta, que es
ser-consciencia-felicidad]. En algún momento devendrá necesario [para nosotros] olvidar
todo eso que hemos aprendido.
Párrafo diecisiete
Eso que existe realmente es solo atma-svarupa [el sí mismo real]. El mundo, el alma y
Dios [que son los tres elementos básicos de la existencia finita] son imaginaciones [o
fabricaciones] en él [en el sí mismo real], lo mismo que la plata [imaginaria] [que vemos]
en una concha. Estos tres [elementos básicos de relatividad o dualidad] aparecen al mismo
tiempo [tal como cuando despertamos del sueño profundo] y desaparecen al mismo
tiempo [tal como cuando nos sumergimos en el sueño profundo]. Solo [nuestra] svarupa
[la «propia forma» o sí mismo real] es el mundo; solo [nuestra] svarupa es «yo» [la
consciencia que aparece como el sí mismo individual, la mente o alma]; solo [nuestra]
svarupa es Dios; todo es siva-svarupa [el sí mismo real, que es siva, la única realidad
absoluta y verdaderamente existente].
Párrafo dieciocho
Excepto que la vigilia es dirgha [de larga duración] y el sueño es kshanika [momentáneo
o duradero solo por un corto período], no hay ninguna otra diferencia [entre estos dos
estados de actividad mental imaginarios]. En la medida en que todas las vyavahara
[actividades y eventos] que acontecen en la vigilia parecen ser reales [en este momento
presente], en esa [misma] medida las vyavahara [actividades y eventos] que acontecen en
el sueño con sueños parecen ser reales en ese tiempo. En el sueño con sueños [nuestra]
mente toma otro cuerpo [como ella misma]. Tanto en la vigilia como en el sueño con sueños, los pensamientos y nombres-y-formas [los objetos del mundo aparentemente
externo] acontecen en un único tiempo [es decir, simultáneamente].
Párrafo diecinueve
No hay dos [tipos de] mentes, a saber: un [tipo de] mente buena y un [tipo de] mente
mala. Solo los vasanas [impulsiones o deseos latentes] son de dos tipos, a saber: subha
[buenos o agradables] y asubha [malos o desagradables]. Cuando la mente [de una
persona] está bajo el dominio de los subha-vasanas [impulsiones agradables] se dice que
es una mente buena, y cuando está bajo el dominio de los asubha-vasanas [impulsiones
desagradables] una mente mala. No importa lo malas que otras gentes puedan parecer ser,
aborrecerlos no es adecuado [o apropiado]. Los agrados y desagrados son ambos aptos
[para que ] los aborrezcamos [o renunciemos a ellos]. No es adecuado [para nosotros]
dejar que [nuestra] mente [more] mucho en asuntos mundanos. No es adecuado [para
nosotros] entrar en los asuntos de otras gentes [una manera idiomática de decir que
debemos atender a los propios asuntos y no interferir en los de otras gentes]. Todo lo que
uno da a otros se lo está dando solo a sí mismo. Si [cada uno] supiera esta verdad, ¿quién
ciertamente se abstendría de dar?
Párrafo veinte
Si [nuestro] sí mismo [individual] surge, todo surge; si [nuestro] sí mismo [individual] se
sumerge [o cesa], todo se sumerge [o cesa]. En la medida en que nos comportemos
humildemente, en esa medida hay bondad [o virtud]. Si [nosotros] estamos conteniendo
[reteniendo, doblegando, condensando, contrayendo, encogiendo o reduciendo la] mente,
dondequiera que [nosotros] podamos estar, [nosotros] podemos ser [o dondequiera que
podamos estar, seamos].