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4 sept 2013

¿Es el Yoga un arte, una ciencia, una religión, o una filosofía?

Por B K S Iyengar

La gente me pide muy a menudo que explique exactamente que es el yoga. ¿Es arte, ciencia, religión o filosofía? Es natural que esas dudas estimulen la curiosidad de quienes se interesan en el yoga.

Mi respuesta a todos ellos es que el yoga no es ninguna de esas cosas en particular y al mismo tiempo todas combinadas. Es independiente y es una consumación de todas esas facultades, que trasciende la esfera de los propios pensamientos. Es la nube plateada que lleva al ser humano del plano corporal hacia la realización del Sí-mismo. Hay que analizar, experimentar y adquirir experiencia en el yoga en todas esas categorías, y acabar con las nociones de duda una a una a fin de comprender el significado del yoga. Permitan primero que explique las expresiones precedentes.

Arte significa habilidad. Es habilidad al hacer cualquier cosa que sea resultado de conocimiento o práctica y su exhibición. Ciencia es conocimiento de cualquier clase sistematizado: es un estudio de hechos a través de la experimentación. El arte es conocimiento experiencial. La religión es un conjunto de creencias, prácticas y un código de conducta moral para los asuntos humanos. La filosofía representa la investigación racional y el estudio crítico de verdades y principios de un estado de ser.

El yoga es el arte de la educación para alcanzar la realización de Sí-mismo. Todos vivimos en la munificencia de la naturaleza, que consiste en la flora y la fauna, que, si se explotan con moderación, están ahí para nuestro correcto disfrute. La práctica del yoga con habilidad, ejecutada mediante esfuerzos repetidos y guiada por principios de los que mana belleza creativa con la expresión de la verdadera felicidad dentro uno mismo, se convierte en conocimiento subjetivo. El yoga, como conocimiento subjetivo, es arte. Cuando se aprende yoga bien, resulta tan nutrido y sabroso como la comida sana. Expresa el ser interior del practicante refinando su cuerpo, consciencia y Sí-mismo. Vive en ello como si la tierra fuese el cielo.
Como ciencia, el yoga nos ayuda conocernos a nosotros mismos a través de pruebas, experimentos, experiencias y observaciones. Nos hace conocer lo que somos y cómo hay que aplicar el yoga. Pero para gustar de ese conocimiento hemos de practicar, como cualquier artista que dedica y consagra su tiempo a su búsqueda.
Como religión, el yoga cuenta con códigos morales universales: no violencia ( de acción, palabra y pensamiento) ( ahimsa ), veracidad ( satya ), no apropiación indebida ( asteya ), celibato ( brahmacarya ) y no poseer más allá de lo necesario ( aparigraha ). Cuenta con disciplinas como limpieza interior y exterior ( sauca ), contento con la situación en que se está sin malicia ni odio ( santosa ), ardiente deseo de realizar la verdad ( tapas ), estudio del Sí-mismo ( svadhyaya ), y entrega de todas loas acciones al Señor ( Isvara pranidhana ). Es una religión divina que conduce a la realización del Sí-mismo, un sendero que lleva ala realización de Dios.

La filosofía trata sobre todo de las nociones de una vida honrada. El Vedanta muestra los medios para alcanzar el estado más elevado de la propia condición de vida. El Vedanta ( veda = conocimiento, y anta = fin ) es la consumación de todo conocimiento. Así pues, Vedanta significa sabiduría. Incluye las dos expresiones de “sostener” y “abstener”. Por fortuna, el yoga guía tanto en filosofía como en Vedanta. Como filosofía, conduce al arte de vivir. El verdadero arte de vivir radica en comprender como vivir con la naturaleza sin perturbar el orden de las cosas ni a nosotros mismos. El yoga nos ayuda a distinguir la felicidad y la paz ( sreya ) verdaderas y eternas de los placeres falsos y efímeros ( preya ), que están emparejados con el dolor. Sostener lo bueno implica práctica ( abhyasa ). Abstenerse de lo que retrasa la evolución es renuncia ( Vairagya ). La abstinencia implica abandonar los placeres que no compatibles con vivir en paz y armonía, pero también aquellos que provocan conflicto, dolor, aflicción e infelicidad. La observancia de disciplina de control de los sentidos y la mente conduce a la realización de una felicidad perdurable e imparcial. Eso es cultura yóguica. Solo un alma realizada, a través de la luz de esta cultura divina, libre de prejuicios, puede iluminar a la humanidad. Tal alma resplandece como una lámpara en la oscuridad e ilumina la consciencia de aquellos que llegan hasta ella en busca de luz. Así es como una cultura auténtica participa en creación de una civilización, o alumbra la verdadera “religión” del ser humano.

Antes de finalizar, citaré la Svetasvatara Upanisad: “ Dios es uno y omnipresente, pero la gente Le llama con distintos nombres, según su comprensión”. Del mismo modo, el yoga es uno. Al igual que el tronco es uno y las ramas son muchas, el yoga es uno, pero incluye todas sus ramas al mismo tiempo.

Fuente: “Astadala Yogamala” – Yogacharya B.K.S.Iyengar

24 abr 2011

El Arte de la No Violencia. Reflexiones de Gandhi.


El Arte de la No Violencia
Gandhi 



LA DEMOCRACIA Y EL PUEBLO




Mi concepto de democracia consiste en que el más débil debe tener las mismas oportunidades que el más fuerte. Esto jamás puede lograrse salvo mediante la no violencia.

Creo que la democracia auténtica sólo puede originarse en la no violencia. La estructura de una federación mundial sólo puede erigirse basándose en la no violencia, y la violencia debe ser totalmente desechada de los asuntos mundiales.

Por lo tanto, la regla áurea de la conducta es la tolerancia mutua, en razón de que nunca pensaremos todos de la misma manera y siempre veremos la Verdad fragmentariamente y desde distintas perspectivas. La conciencia no es una misma cosa para todos. Si bien es una excelente guía para la conducta individual, la imposición de esa conducta a los demás es una insoportable intromisión en la libertad de conciencia de cada uno.

Las diferencias de opinión nunca deben significar hostilidad. Si así fuera, mi mujer y yo hubiéramos sido enemigos irreconciliables. No conozco, en el mundo, dos personas que no sostengan opiniones distintas, y como yo soy adepto del Gita siempre me he propuesto tratar a todos aquellos que difieren de mí con el mismo afecto que siento por los más próximos y queridos.

Si queremos evitar que la ley y el capricho de la multitud rijan el desenvolvimiento de la comarca, quienes afirman que dirigen las masas deben rehusarse decididamente a ser guiados por ellas. Creo que el mero enunciado de la opinión personal y el sometimiento a la opinión de la masa no basta, aún más, en problemas de vital importancia, los conductores deben obrar contrariamente a la opinión de las masas si éstas no cuentan con razones para sustentarla.

Es inútil un conductor cuando actúa contra el dictado de su conciencia debido a que lo rodean personas que sostienen toda suerte de puntos de vista. Si carece de una voz interior que lo sostenga y lo guíe, navegará a la deriva como un navío sin timón.

En materia de conciencia, la ley de la mayoría no cuenta.

Estoy absolutamente convencido de que ningún hombre pierde su libertad sino por su propia debilidad.

El verdadero demócrata es aquel que valiéndose de medios exclusivamente no violentos defiende su libertad y, por lo tanto, la de su patria y, en última instancia, la del género humano.
La democracia disciplinada y lúcida es lo mejor del mundo. Una democracia llena de prejuicios, ignorante y supersticiosa se debatirá en el caos y hasta es posible que llegue a destruirse a sí misma.


MISCELANEA


No deseo prever el futuro. Sólo me concierne preocuparme por el presente. Dios no me ha concedido dominio sobre lo que vendrá.

El objetivo siempre escapa de nosotros. Mientras mayor sea el progreso, mayor la comprensión de nuestra falta de mérito. La satisfacción reside en el esfuerzo, no en el resultado. Plenitud de esfuerzo es plenitud de victoria.

Si en apariencia tomo parte en política, ello se debe exclusivamente a que en la actualidad la política nos rodea igual que el abrazo de una serpiente del que no podemos desasirnos por mucho que lo intentemos. Por lo tanto, deseo luchar con la serpiente.

Niego ser un visionario. No acepto que me atribuyan santidad. Estoy en la tierra... Me siento inclinado a debilidades tan numerosas como las vuestras. Pero he visto el mundo. He vivido en el mundo con los ojos abiertos. He soportado las pruebas más tremendas que han recaído en el destino del hombre. He soportado esta disciplina.

Lo que es válido para los individuos es válido para las naciones. No se puede perdonar demasiado. El débil nunca puede perdonar. Perdonar es atributo de los fuertes.

Preferiría que la India pereciera antes de que conquistara la libertad con el sacrificio de la verdad.

Si no tuviera sentido del humor me habría suicidado hace mucho tiempo.

De alguna manera soy capaz de extraer lo más noble de la humanidad y eso me permite mantener mi fe en Dios y en la naturaleza humana.

Es una mala costumbre afirmar que los pensamientos ajenos son malos, que sólo los nuestros son buenos y que quienes sostienen puntos de vista distintos de los nuestros son enemigos de la patria.

La bondad debe unirse a la sabiduría. La mera bondad no basta. Se debe conservar el sutil discernimiento que acompaña al valor espiritual y al carácter. En una situación crucial debemos saber cuándo hablar y cuándo permanecer en silencio, cuándo obrar y cuándo evitar la acción.

En esas circunstancias la acción y la no acción se vuelven idénticas en vez de ser contradictorias.

Lo que más me ha asombrado en la vida de Tolstoi es el hecho de que practicara lo que predicaba y de que admitiera que en su búsqueda de la verdad nada era demasiado arduo... Fue el más notable apóstol de la no violencia que haya producido la época actual.


MUJERES


Creo firmemente que la salvación de la India depende del sacrificio y de la lucidez de sus mujeres.

Según mi opinión, de la misma manera en que hombre y mujer son fundamentalmente uno, en esencia también sus problemas deben ser uno.

En ambos el espíritu es el mismo. Ambos viven la misma vida, tienen idénticos sentimientos. Cada uno es complemento del otro. Ninguno de los dos puede vivir sin la activa ayuda del otro.

Pero de múltiples maneras el hombre ha dominado a la mujer desde épocas remotas y así se ha creado en la mujer un complejo de inferioridad. Ha creído en la validez de la interesada prédica del hombre según la cual es inferior a él. Pero los profetas de la humanidad la han reconocido su igual.

Si yo hubiera nacido mujer, me habría rebelado contra cualquier pretensión del hombre de que la mujer ha nacido para ser su juguete. Mentalmente me he transformado en mujer para penetrar en su corazón. No pude penetrar en el corazón de mi mujer hasta que no me decidí a tratarla de manera diferente de la que acostumbraba, y de ese modo le devolví todos sus derechos despojándome de todos los supuestos derechos que me concedía mi condición de marido.

La mujer debe dejar de considerarse a sí misma el objeto de la lujuria masculina. La solución está más en sus manos que en las del hombre...
Si la no violencia es la ley de nuestro existir el futuro pertenece a la mujer . . .

POBREZA EN MEDIO DE LA ABUNDANCIA


Debiéramos avergonzarnos de descansar o de disponer de una comida completa mientras haya un hombre o una mujer físicamente apto sin trabajo o sin alimento.

Le es permitido al mundo... reírse de mí porque me desprendo de toda propiedad.

Para mí ese desprendimiento ha sido una ganancia positiva. Me agradaría que la gente compitiera conmigo en mi satisfacción. Es el más valioso tesoro que poseo. ­ Por lo tanto acaso sería válido afirmar que aunque predico la pobreza soy un hombre rico!

Nadie ha sugerido nunca que el opresor pauperismo pueda conducir a algo que no sea la degradación moral.

Para el pobre lo económico es lo espiritual. No se puede ofrecer otro estímulo a esas multitudes hambrientas. Les resultaría indiferente. Pero si les entregáis alimentos os considerarán su Dios. Son incapaces de ningún otro pensamiento.

Aun en un mundo más perfecto fracasaríamos en el intento de evitar las desigualdades, pero podemos y debemos evitar la rivalidad y la amargura.

La idea de la guerra de clases no me atrae. En la India una guerra de clases no sólo no es inevitable sino que inclusive puede evitarse si hemos comprendido el mensaje de la no violencia. Quienes hablan de la guerra de clases como de algo inevitable no han comprendido las implicaciones de la no violencia o las han comprendido sólo a flor de piel.

No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminando la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores. Esto también convertirá a los mismos explotadores. Inclusive he sugerido que en última instancia eso colocaría a ambos en una situación de camaradas iguales. El capital en sí mismo no es un mal; lo que está mal es su uso injusto. El capital, de una u otra manera, siempre será necesario.

El absoluto renunciamiento a todas las posesiones personales es algo que muy pocos, inclusive entre la gente común, son capaces de poner en práctica. Todo cuanto legítimamente puede esperarse de la clase acaudalada se reduce a que conserve su riqueza y su talento en depósito y los use para servir a la sociedad. Pedir más significaría matar a la gallina de los huevos de oro.


AUTODISCIPLINA


La civilización, en el verdadero sentido de la palabra, no consiste en la multiplicación de necesidades sino en su deliberada y voluntaria restricción. Sólo eso suscita felicidad y satisfacción reales y aumenta la capacidad de ser útil.

La perfecta salud sólo puede lograrse viviendo en obediencia a las leyes de Dios y desafiando el poderío de Satanás. La verdadera felicidad es imposible sin verdadera salud y la verdadera salud es imposible sin un estricto control del paladar. Todos los demás sentidos automáticamente son controlados cuando el paladar ha sido controlado. Y aquel que ha conquistado sus sentidos, en realidad ha conquistado el mundo íntegro...

He aprendido mediante amargas experiencias la única y suprema lección para preservar mi cólera, y así como el calor preservado se transforma en energía, de igual manera nuestra cólera controlada puede transformarse en un poder capaz de mover el mundo.

El hecho no consiste en que no me encolerice sino en que retengo la cólera. Cultivo la cualidad de la paciencia como la falta de cólera, y por lo común tengo éxito.

Es equivocado e inmoral intentar escapar a las consecuencias de nuestros propios actos. Está bien que una persona sobrealimentada padezca dolores... Está mal que alimente su apetito y que luego escape a las consecuencias tomando medicinas...

Mi resolución ya está tomada. En el solitario camino de Dios en el que me he internado, no necesito compañeros terrenales. Por lo tanto, dejemos que quienes lo deseen me acusen de impostor, tal como ellos imaginan que lo soy, aunque no lo digan de manera tan explícita. Eso podría desilusionar a millones de personas que insisten en considerarme un Mahatma. Debo confesarlo: la perspectiva de que me bajen del pedestal me complace extraordinariamente.


AHIMSA O EL CAMINO DE LA NO VIOLENCIA


La primera condición de la no violencia es la justicia en absolutamente todos los aspectos de la vida. Acaso eso sea mucho esperar de la naturaleza humana. Sin embargo, no lo creo así. Nadie debiera dogmatizar acerca de la capacidad de la naturaleza humana para degradarse o elevarse.

Así como uno debe aprender el arte de matar en el aprendizaje de la violencia, de la misma manera debe aprender a morir en el aprendizaje de la no violencia.

Si meramente amamos a quienes nos aman, eso no es no violencia. Sólo existe la no violencia cuando amamos a quienes nos odian. Sé cuán difícil es acatar esta gran ley del amor... El amor al que odia es lo más difícil. Pero, por la gracia de Dios, aun esto tan difícil se torna fácil de cumplir si queremos hacerlo,

Comprendo que las naciones, igual que los individuos, sólo pueden formarse por medio de la agonía de la Cruz y no de otra manera. La alegría no procede de las penas que infligimos a los demás sino de las penas que sobrellevamos voluntariamente.

Algunos amigos me han dicho que la verdad y la no violencia están fuera de lugar en la política y en los asuntos mundanos. No estoy de acuerdo con ellos. No las he utilizado como instrumentos para la salvación individual. Su ingreso y su aplicación a la vida cotidiana ha sido mi ininterrumpida práctica.

El principio fundamental de la no violencia se basa en abstenerse de la explotación en cualquiera de sus formas.

La historia nos enseña que aquellos que, sin duda por motivos honestos, han acosado a los hambrientos utilizando la fuerza bruta contra ellos, a su vez se han transformado en presa de la enfermedad de los conquistados.

Si yo no puedo tener nada que ver con la violencia organizada del gobierno, aún mucho menos tendré que ver con la desorganizada violencia del pueblo. Preferiría que entre ambos me aplastaran.

Objeto la violencia cuando parece obrar bien; este bien es sólo temporario; el mal que infiere es permanente.

Jesucristo y Sócrates representaron la forma más pura de resistencia pasiva o fuerza espiritual. Para todos esos maestros el cuerpo no significaba nada en comparación con el espíritu.

No me opongo al progreso de la ciencia en sí misma. Por el contrario, el espíritu científico de Occidente suscita mi admiración, y si esta admiración tiene restricciones, ello se debe a que los hombres de ciencia occidentales no respetan la creación inferior de Dios.

Aborrezco la vivisección con toda mi alma.


RELIGION Y VERDAD


Cuando hablo de religión no aludo a la formal ni a la ritualista, sino a esa religión que se encuentra por debajo de todas las religiones y que nos enfrenta cara a cara con nuestro Creador.

Sé... que nunca hubiera conocido a Dios si no hubiera luchado contra el mal aun a costa de la vida misma.

Me esfuerzo por ver a Dios a través del servicio prestado a la humanidad pues sé que Dios no está en el cielo, ni aquí abajo, sino en cada uno. Si un hombre llega al corazón de su propia religión, también ha llegado al corazón de las otras.

Las religiones son distintos caminos que convergen en el mismo punto.

¨Qué importa que tomemos distintos caminos siempre que lleguemos a la misma meta? En realidad, hay tantas religiones como individuos.

Que nadie, ni por un momento, abrigue el temor de que un estudio reverente de las otras religiones pueda debilitar su fe en la propia. El sistema hindú de filosofía considera que todas las religiones contienen en sí elementos de verdad y prescribe e impone una actitud de respeto y reverencia hacia todas ellas.

Creo en La verdad fundamental de todas las grandes religiones del mundo.

BIOGRAFIA


Gandhi, Mohandas Karamchand
(Porbandar, 1869-Nueva Delhi, 1948). Líder político-religioso hindú llamado el «Mahatma» (el alma grande). Nació en el seno de una familia perteneciente a la casta vaisya, casta comerciante baniana, pero que desde hacía dos generaciones había ocupado cargos políticos importantes en Kathiawar.

Gandhi estudió leyes en Londres (1888-1891). Posteriormente ejerció la abogacía en India y en Sudáfrica (1891-1893), país donde comenzó su famoso movimiento de resistencia pasiva contra los abusos del gobierno colonial inglés. Organizó un cuerpo de ambulancias en la guerra anglo-bóer (1899-1902). El 18 de diciembre de 1913 se firmó el Pacto Smuts-Gandhi entre el jefe del gobierno de Sudáfrica Smuts y el propio Gandhi, que abolía las injusticias más escandalosas.

En India, en 1917, Gandhi llevó a cabo su primera campaña en favor de los productores de índigo del distrito de Champaran, en el norte de Bihar. En 1920 asumió la dirección del Partido Nacionalista y obtuvo de su congreso la adopción de un programa de no cooperación y boicot de las instituciones coloniales y de los productos europeos. A este programa se sumó un llamamiento en favor del hilado y del tejido a mano. La no violencia, cierta hostilidad hacia la industria y una concepción naturista de la forma de vida son los rasgos más característicos del «gandhinismo». Condenado a seis años de prisión (1922), fue indultado (1924) y nombrado presidente del Congreso Nacional indio (1924-1934, 1940-1941). En 1929, después de un año de retiro y de meditación, reanudó su campaña de desobediencia civil, fue apresado cinco veces más e indultado otras tantas. En 1931 participó en la conferencia de Londres, donde reclamó la independencia de la India. Llegó a ser objeto de la veneración de su pueblo. Amenazando con ayunar hasta la muerte, logró el triunfo de sus reformas e ideas humanitarias. Fue asesinado por un miembro del Rashtriya Svayamsevak Sangh, movimiento extremista hindú.


El arte y el yoga

La creación artística, como el descubrimiento de lo científico, se encara en el sistema hindú como la revelación de una realidad superior, de un principio hasta entonces oculto bajo la apariencia de las formas. Una máscara de cera exactamente parecida a un rostro conocido no es realmente una obra de arte. La obra de arte debe estilizar, extraer rasgos característicos, expresar su carácter; no fotografiar la naturaleza sino, como lo explicaba Ananda Coomaraswamy, imitar la naturaleza en el procedimiento por el cual ella crea. El artista debe, pues, tratar de percibir la realidad interna de las cosas. Lo hace a veces por intuición, pero puede, por métodos de concentración mental, lograrlo con más rapidez y seguridad.
Así los métodos de yoga cobran gran importancia en las artes, y el arte mismo puede considerarse como una de las formas esenciales de yoga: "una concentración en la cual toda distinción entre el sujeto y el objeto desaparece y que es medio de lograr la armonía o la unidad de la conciencia" (A Coomaraswamy, Dance of Shiva ).
La intensidad de la concentración del artesano, del artista, ha sido dada como ejemplo en el Bhágavata Purana, donde el sabio Dattatreya, al enumerar los veinticuatro maestros de los cuales aprendió la sabiduría, menciona entre ellos a un artesano que fabricaba flechas: "Un artesano que fabricaba flechas estaba tan enteramente absorto en su trabajo, que no advirtió que la procesión real pasaba con gran estrépito a su lado; así, aquel cuyo pensamiento está inmerso en la sola contemplación de lo Divino no percibe nada más, ni en sí mismo ni fuera". Çankaracharya retoma esta comparación en sus comentarios sobre los Brahma-Sutra.
Çukracharya, en el capítulo IV de su Çukranitisara, explica la importancia de la concentración mental: "El artista debe realizar el parecido de los dioses exclusivamente por la concentración mental. La visión espiritual es para él el mejor y verdadero modelo. Debe basarse en esta visión y no en los objetos visibles percibidos por los sentidos. El artista debe esforzarse por pintar seres divinos. Reproducir simples cuerpo humanos es malo y hasta irreligioso. Es preferible representar un ser divino, aun desagradable de ver, antes que una simple forma humana, aun bella."
Pues el fin del arte no es copiar la obra divina, empresa imposible y sacrílega, sino revelar sus prototipos trascendentes y desapegar al hombre de las ilusiones del mundo dándole un pregusto de la armonía celeste.
"Meditando con amor sobre la naturaleza de la divinidad que quiere representar, el escultor logra modelar las imágenes del templo. Para llevar a bien esta forma de yoga, le es preciso ante todo establecer las proporciones generales, según los datos de los libros tradicionales." (Çukracharya)
El artista debe establecer primeramente un trazado geométrico según las proporciones simbólicas correspondientes a la imagen que quiere representar; luego debe concentrar su visión y su pensamiento sobre ese diagrama o yantra, hasta que perciba a través de las líneas geométricas la forma que debe esculpir. Esta concentración creadora del artista es una de las formas de concentración más absoluta que aquella por la cual se crean las imágenes: la visión directa de un objeto tangible jamás permite intensidad tal." La forma de concentración del pintor o del escultor no difiere esencialmente de la meditación religiosa o del éxtasis místico (lo que difiere es la intensión y motivación de esta concentración [nota de Conciencia Yoga]. Una como otra conducen a la realización de un aspecto de la divinidad inmanente.
Para comprender la significación de los modos de la música, se emplea también a veces un procedimiento de visión mental. La atmósfera del modo  se representa entonces por imágenes visuales expresadas en breves poemas. Sólo cuando el músico, al meditar sobre el poema del modo escogido y sobre los sonidos que le corresponden, ha realizado en sí mismo el estado de ánimo que debe traducir, se hace capaz de transmitir su visión al auditorio por la mediación mágica de los sonidos (...).
La danza y la música han sido objeto de una importante literatura técnica en todas las épocas desde hace más de dos milenios (...). La leyenda representa la creación misma del universo por la danza de Çiva y, en los momentos en que desciende a la tierra, ese dio danza desnudo, en las selvas, la danza masculina (tándava). Párvatî, la esposa de Çiva, enseñó a las pastoras de las primeras edades la danza femenina (lasya). El dios Krishna, tañendo su flauta mágica, reveló a los hombres los dieciséis mil ritmos diferentes.
(...) La música, la pintura, la escultura, la arquitectura eran consideradas como ciencia (vidya) por los antiguos hindúes, lo mismo que la geometría, la gramática o la lógica. El término de "arte" (kala) estaba resevado a las artes menores o artesanales. 

Extracto del artículo de Alain Daniélou, "Les arts traditionnels et leur place dans la culture de l'Inde", 1953

22 feb 2011

El yoga y los estados mentales

La mente es el nexo vital entre el cuerpo y la conciencia.  Una persona puede vivir con atención, discriminación y confianza sólo cuando su mente está serena y clara.

El yoga es la alquimia que genera este equilibrio.
B K S Iyengar


La unidad mente/cuerpo
La mente y el cuerpo están en constante interacción.  La ciencia del yoga no señala dónde termina el cuerpo ni dónde empieza la mente, sino que los considera como una sola entidad integrada.  Cuando existe una perfecta armonía entre el cuerpo y la mente, alcanzamos la comprensión de nosotros mismos y la autorrealización.  Los obstáculos que surgen en el camino a esta meta se presentan como indisposiciones físicas o mentales.  Cuando la salud no es óptima se genera un desequilibrio a nivel mental llamado chittavritti que la práctica del yoga nos ayuda a superar.  Las posturas físicas o asanas pueden curar los padecimientos físicos (vyadhi) y eliminar la inestabilidad del cuerpo (angamejaytatva), así como la “respiración dispareja” (shvasa-prashvasa) que es reflejo del estrés.  Las asanas fortalecen los huesos y los músculos, corrigen la postura, mejoran la respiración y aumentan la energía, purgando el cuerpo de enfermedades y toxinas que resultan de un estilo de vida poco saludable, malos hábitos y mala postura.  Este bienestar físico fortalece y serena la mente. 

Sin embargo, aunque las asanas parecen lidiar únicamente con el cuerpo físico también influyen en el equilibrio químico del cerebro que, a su vez, incide en el estado mental.  Las posturas activan ciertas partes específicas del cuerpo, pero apaciguan y relajan la mente.  Por ejemplo, las posturas invertidas calman y estimulan el cerebro al mismo tiempo, activan las glándulas y los órganos vitales al llevar sangre oxigenada a la cabeza, generando un estado alerta pero relajado.  Junto con los ejercicios de respiración o pranayama, las asanas calman los nervios que funcionan como intermediarios entre el cuerpo fisiológico y el “cuerpo” psicológico.  Así, la práctica el yoga tiene un impacto holístico al relajar el cuerpo y aquietar la mente.


La naturaleza de la mente

En sánscrito, “hombre” se dice manusya o manava y significa “aquel que está dotado de una conciencia especial”.  Esta conciencia o chitta abarca la mente, el intelecto y el sentimiento de identidad (cf. el artículo Las raíces filosóficas del yoga).  La mente no se ubica en un lugar específico en el cuerpo; es escurridiza y existe en todas partes.  La mente desea, recuerda, percibe y siente.  Experimenta e interpreta las sensaciones de placer y dolor, calor y frío, honor y deshonra.  Refleja tanto el mundo interno como el externo, pero su tendencia natural es interesarse por lo que sucede afuera.

El acelerado ritmo y las exigencias de la vida moderna provocan confusión, depresión, rabia y tensión.  Además, cuando la mente está totalmente absorta por los objetos de los sentidos, puede haber estrés, fatiga e infelicidad.  La mente puede ser un enemigo secreto y un amigo traicionero.  Influye en nuestra conducta antes de que tengamos tiempo de reflexionar sobre las causas y las consecuencias.  El yoga centra la mente e inculca un sentido de discriminación, de modo que los objetos y los sucesos se perciben como son realmente y no llegan a dominarnos.


Las facultades mentales

Según el yoga, todos poseemos cinco facultades mentales que podemos usar de manera positiva o negativa:  observación correcta/ conocimiento, percepción, imaginación, sueño sin sueños y memoria.  A veces la mente pierde su estabilidad y claridad y ya no es capaz de usar sus facultades adecuadamente o bien lo hace de manera negativa.  La práctica del yoga nos lleva a darles un uso positivo, generando un estado mental de discriminación y atención.  Este estado mental, junto con la memoria, puede centrarse en los malos hábitos que, en esencia, son acciones repetitivas basadas en una percepción errónea.  Así, los malos hábitos son sustituidos por buenos hábitos y, de esta forma, el individuo se vuelve más fuerte, honesto y maduro.  Puede percibir y comprender claramente a las personas, las situaciones, los acontecimientos.  Esta mente más madura y clara, trasciende poco a poco sus fronteras y va más allá de la observación y la experiencia mundanas, pasando de la confusión a la claridad, uno de los mayores beneficios del yoga.




Los estados mentales


Según Patanjali, autor de Los sutras del yoga, existen cinco estados mentales básicos: embotado, distraído, disperso, concentrado y controlado.  Patanjali describe el nivel mental más bajo como mudha, embotado o letárgico.  Una persona en estado mudha está poco dispuesta a observar, actuar o reaccionar.  Este estado rara vez es inherente o permanente; suele ser provocado por una experiencia traumática o cuando la meta ansiada presenta tantos obstáculos que parece ser inaccesible.  Después de varios intentos sucesivos por tomar el control de su vida, mucha gente se retrae en el letargo y la apatía.  Con frecuencia esto se ve exacerbado por el insomnio o el sueño excesivo, por la ingesta consoladora de alimentos, de tranquilizantes u otras sustancias que no hacen más que agravar el problema original.  El yoga transforma gradualmente este sentimiento de derrota e impotencia en optimismo y energía. 

En el estado mental distraído o ksipta, los pensamientos, sentimientos y percepciones dan vueltas en la conciencia mas no dejan ninguna huella duradera y, por consiguiente, no cumplen ningún propósito.  Alguien en estado ksipta es inestable e incapaz de concentrarse en sus objetivos y asignarles un orden de prioridad; esto suele deberse a que los órganos de percepción envían señales defectuosas, pero la persona las acepta y sigue de manera automática, sin reflexionar.  Esto nubla el intelecto y afecta el equilibrio mental.  La práctica disciplinada de posturas y ejercicios de respiración genera quietud mental y ayuda a enfrentar y asimilar la información que proviene de la realidad.

El estado mental más común es el de la mente dispersa o viksipta.  Aunque el cerebro está activo, carece de firmeza y dirección.  Bajo el azote constante de la duda y el temor, alterna entre la decisión y la falta de confianza.  La práctica regular del yoga poco a poco hace que las semillas de la atención y la discriminación echen raíces, dando origen a una actitud positiva y al equilibrio mental.

Los antiguos sabios llamaban ekagra al estado de atención o concentración mental y lo consideraban como el reflejo de un nivel superior de existencia.  Esta es la mente liberada que ha logrado enfrentar las aflicciones y obstáculos y los ha superado; que posee dirección, concentración y conciencia.  Una persona con este tipo de inteligencia mental vive en el presente, no está atrapada en el pasado ni en el futuro y no se ve afectada por las circunstancias externas.

El quinto y más elevado estado mental es niruddha o la mente controlada y quieta.  Según Patanjali, este estado se alcanza a través de la práctica persistente del yoga que le permite a un individuo trascender los estados mentales más bajos.  En este nivel, la mente entra en unión exclusiva con el objeto de su atención.  Tiene la capacidad de absorberse totalmente en una sola actividad, dejando que nada altere su concentración.  Cuando el cerebro está estable, el intelecto está en paz, el individuo está sereno y equilibrado, asentado en la conciencia pura.


Las cuatro etapas del yoga

El objetivo principal del yoga es restablecer la simplicidad, la paz y el aplomo a nivel mental, liberar la mente de la confusión y el estrés.  Las asanas y el pranayama generan esta simplicidad, este sentido de orden y calma.  A diferencia de otras formas de ejercicio que lastiman músculos y huesos, el yoga rejuvenece el cuerpo. El yoga integra el cuerpo, la mente, la inteligencia y el ser en cuatro etapas.  La primera, arambhavastha, es cuando practicamos al nivel del cuerpo físico.  Esta es la etapa de los principiantes que no debe apresurarse, ya que ellos deben aprender los movimientos y concentrarse en hacerlos correctamente. Lo más importante es lograr estabilidad en las posturas y no perderse en los detalles.  La segunda es ghatavastha, cuando la mente aprende a moverse en armonía con el cuerpo.  La mente se ve influida por los cambios físicos ya que los movimientos se practican de manera correcta y la mente aprende a “tocar” cada parte del cuerpo (tejidos, órganos, piel).  Las posturas deben practicarse de manera meditativa y atenta.  La tercera es parichayavastha, la avanzada etapa del conocimiento íntimo, cuando la inteligencia y el cuerpo entran en contacto y se vuelven uno.  La mente deja de ser una entidad separada, los ajustes se vuelven más refinados y sutiles a nivel mental y fisiológico.  La cuarta y última es nispattyavastha, el estado de la perfección.  Una vez que la inteligencia siente la unión del cuerpo, aparece atman, el ser o alma.  Esto libera el cuerpo y lo integra con el alma en el viaje de lo finito a lo infinito.  Entonces, la mente, el cuerpo y el ser se fusionan.  Las asanas se vuelven meditativas y espirituales y la práctica se convierte en una “meditación dinámica”.

La conciencia espiritual fluye en el estudiante de yoga a través de todas estas etapas.  Dukha, el sufrimiento o el dolor, desaparece y uno comprende el arte de vivir en simplicidad y paz.  Como lo dice Patanjali, “La práctica del yoga destruye las impurezas del cuerpo y de la mente, después de lo cual la madurez, la inteligencia y la sabiduría proyectan su luz desde el centro del ser para funcionar en armonía con el cuerpo, los sentidos, la mente, la inteligencia y la conciencia” (II-28).

Por eso es importante seguir practicando hasta estar absolutamente cómodo en la postura final, ya que sólo entonces se experimentan los beneficios totales de la asana.  La postura final se logra cuando todas las partes del cuerpo están correctamente colocadas, con atención e inteligencia.  Patanjali observa que, “La perfección en una asana se logra cuando desaparece el esfuerzo para realizarla y se alcanza el ser infinito que existe dentro de nosotros” (II-47).

Como ya dijimos antes, el impacto del yoga nunca es puramente físico.  Al practicar las asanas, se cierra la brecha entre la esfera física y la mental.  La mente aprende a controlar los sentimientos de dolor, fatiga, duda, confusión, indiferencia, desdicha, desgana, autoengaño, desaliento y desesperación que nos asaltan de cuando en cuando, no se deja atormentar ni dominar por ellos y busca superar estas corrientes turbulentas en su viaje hacia la liberación total del ser.  La disciplina del yoga estimula y cambia las actitudes emocionales y convierte la aprensión en valor, la indecisión y el mal juicio en la capacidad de tomar decisiones positivas y la inestabilidad emocional en confianza y equilibrio mental.

El yoga ilumina la vida.  Si uno practica con sinceridad, seriedad y honestidad, su luz se difundirá a todos los aspectos de la vida y podremos ver nuestra existencia y nuestros objetivos bajo una nueva perspectiva, logrando la emancipación y la autocomprensión.  Para el yoga, la meta de la vida es emprender el viaje interno hacia el alma y establece claramente el medio para alcanzarlo.  Con la práctica, la mente se libera de la tensión y los sentimientos negativos y se llenan nuestras reservas de esperanza y optimismo.  El yoga nos ayuda a superar todos los obstáculos en el camino hacia la salud y la plenitud espiritual.  Es un renacimiento.
"El yoga es como la música. El ritmo del cuerpo, la melodía de la mente, y la armonía del alma, crean la sinfonía de la vida."  B.K.S. Iyengar


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B.K.S. Iyengar        Yoga, the path to holistic health, Dorling Kindersley Ltd.,
Londres, 2001.  416 pp.