Mostrando entradas con la etiqueta Samkhya. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Samkhya. Mostrar todas las entradas

4 ago 2020

¿Qué es el Yoga? BKS Iyengar en Luz sobre el pranayama



1. Nadie conoce el Uno absoluto, primordial e intemporal; ni tampoco el momento en que el mundo comenzó a existir. Dios y la naturaleza existían antes de que apareciese el hombre, pero a medida que éste evolucionó, fue cultivándose y comenzando a realizar sus propias potencialidades. Producto de este proceso surgió la civilización. Con ella evolucionaron las palabras, desarrollándose así los conceptos de Dios (purusa) y naturaleza (prakriti), religión (dharma) y yoga.


2. Dado que se hace bastante difícil definir estos conceptos, cada hombre ha de interpretarlos según su propia comprensión. Cuando el hombre cayó preso en las redes de los goces mundanos, descubrió que se había separar de de Dios y la naturaleza. Fue así presa de las polaridades del placer y el dolor, el bien y el mal, el amor y el odio, lo permanente y lo pasajero.


3. Atrapado en estos opuestos, el hombre sintió la necesidad de una divinidad personal (Purusha) que fuera suprema, no se viera afectada por las aflicciones, las acciones y las reacciones, y que se hallara libre de la experiencia de la dicha y la tristeza.

4. Ello llevó al hombre a buscar el ideal superior, encarnado en el Purusha perfecto o Dios. Fue así como el Ser Eterno. al que llamó Íshvara, el Señor, el guru de todos los gurus, se convirtió en el centro de su atención, de su concentración y de su meditación. En esta busca fundamental por alcanzarlo a El, el hombre ideó un código de conducta por medio del cual podría vivir en paz y armonía con la naturaleza, con sus semejantes y consigo mismo.

5. Aprendió a distinguir entre el bien y el mal, la virtud y el vicio, lo moral y lo inmoral. Surgió así un concepto global de la acción correcta (dharma) o la ciencia del deber. El Dr. S. Radhakrishnan escribió que “Dharma es lo que sustenta, apoya y sostiene", guiando a la humanidad a vivir una vida superior sin consideraciones de raza, casta, clase o fe.


6. El hombre se dió cuenta de que debía mantener el cuerpo sano, fuerte y limpio si quería actuar conforme al dharma y experimentar la divinidad que se halla dentro de el. Los videntes indios, en su búsqueda de la luz, destilaron la esencia de los Vedas en los upanishads y los darshanas (espejos de percepción espiritual), Los darshanas o escuelas son: sámkhya, yoga, nyaya, vaisheshika, purva mimánsa, y uttara mimánsa.


7. El Sámkhya afirma que toda creación es producto de los veinticinco elementos esenciales (tattvas), pero no reconoce al Creador (Íshvara). El Yoga si reconoce al Creador. El Nyaya pone el acento en la lógica y se ocupa principalmente de las leyes del pensamiento, apoyándose en la razón y la analogía. Acepta a Dios como resultado de la inferencia. El Vaisheshika hace hincapié en nociones tales como el espacio, el tiempo, la causa y la materia, y viene a completar a nyaya. Defiende, además, la misma visión de Dios del nyáya. El Mimánsa, que se supedita a los Vedas, consta de dos escuelas: el Purva Mímamsa, que se ocupa del concepto general de la Divinidad, aunque subrayando la importancia de la acción (karma) y los ritos; y el Uttara Mímánsa, que acepta a Dios sobre la base de los Vedas, si bien pone especial énfasis en el conocimiento espiritual (jñana).


8. Yoga es la unión del sí—mismo individual (jivatma) con el Si—mismo universal (Paramatmá). La filosofía sámkhya es teórica, mientras que el yoga es práctico. El sámkhya y el yoga combinados proporcionan una exposición dinámica del sistema del pensamiento y la vida. El conocimiento sin acción, y la acción sin conocimiento, no ayudan al hombre… Han de aparecer entremezclados, Es por eso que el samkhya y el yoga van juntos.


9. Según el yoga, Yájñavalkya Smriti, el Creador (Brahma), bajo la forma de Hiranyagarbha (El Feto Dorado), fue en origen el difusor del yoga como sistema para la salud del cuerpo, el control de la mente y la consecución de la paz, El sistema fue compilado y puesto por escrito por Patanjali en sus Yoga Sutras o aforismos. Más que de un estudio prolijo, se trata de directrices que revelan los medios y el fin. Cuando se combinan y practican las ocho disciplinas del yoga, el yogui experimenta la unidad con el Creador, perdiendo su identidad de cuerpo, mente y sí-mismo. Este es el yoga de la integración (samyama).


10. Los Yoga Sutras se componen de 196 aforismos divididos en cuatro capítulos, El primero se ocupa de la teoria del yoga. Va dirigido a quienes ya han logrado una mente serena, y establece lo que han de hacer para conservar esa serenidad. El capítulo segundo, acerca del arte del yoga, inicia al principiante en la práctica. El tercero trata de la disciplina interna y de los poderes (siddhis) que adquiere el practicante El capítulo cuarto y último habla de la emancipación o liberación de las cadenas de este mundo.


11. El vocablo “yoga” procede de la raíz sánscrita “yuj”, que significa atar, juntar, sujetar y uncir; dirigir y concentrar la atención a fin de utilizarla para la meditación. El yoga es, pues, el arte que lleva a una mente incoherente y dispersa a un estado reflexivo y coherente. Es la comunión del alma humana con la Divinidad.


12. El hombre recibe como legado de la naturaleza las tres características o cualidades (gunas), que son: la iluminación (sattva), la acción (rajas) y la inercia (ramas). Ubicado en la rueda del tiempo (kalachakra, kala : tiempo, chakra:rueda) como una vasija en el torno de un alfarero (kulálachakra), el hombre es modelado y remodelado de acuerdo al orden predominante de estas tres características fundamentales entremezclada.


13. El hombre se halla dotado de mente (manas), intelecto (buddhi) y ego (ahamkara), denominados colectivamente “consciencia” (chitta), la cual es fuente de pensamiento, entendimiento y acción. A medida que gira la rueda de la vida, la consciencia experimenta las cinco desgracias de la ignorancia (avidya), el egoísmo (asmita), el apego (rága), la aversión (dvesha) y el amor a la vida (abhinivesha). Estas a su vez colocan a chitta en cinco estados diferentes, a saber: embotado (mudha), oscilante (kshipta), parcialmenteestable (vikshipta), de atención unifocal (ekagra), o controlado (niruddha). Chitta, como el fuego, se ve avivada por los deseos (vasanas), sin los cuales su fuego se extingue. En ese estado puro chitta se torna fuente de iluminación.


14. Patanjali desarrolló ocho estadios en la vía de la realización, de los cuales hablaremos en el próximo capítulo. Chitta en estado de embotamiento se ve purificada a través de yama, niyama y asana, que espolean la mente hacia la actividad. Ásana y pranayama llevan la mente oscilante a un estado de cierta estabilidad. Las disciplinas de pránáyáma y pratyáhara vuelven atenta la mente y focalizan su energía. En este estado la mente es controlada por dhyána y samádhi. A medida que se progresa, serán los estadios superiores del yoga los que predominan, si bien los estadios previos, que sientan las bases, no han de ser ignorados ni descuidados.


15. Antes de explorar el “Átma", al que desconoce, el sádhaka ha de aprender acerca de lo conocido: su propio cuerpo, mente, intelecto y ego. Una vez conocido lo “conocido” en su totalidad, éstos se funden en lo “desconocido” como ríos que se funden en el mar. El sádhaka experimenta en ese momento el más alto estado de gozo (ánanda).


16. Primero el yoga se ocupa de la salud, la fuerza y la conquista del cuerpo. Después, levanta el velo de diferencia entre el cuerpo y la mente. Finalmente, conduce al sádhaka a la paz y la pureza diáfana.


17. El yoga es una forma sistemática de enseñar al hombre a ir con meticulosidad y eficacia en pos de la divinidad que se halla en su interior. Desentraña al hombre desde el cuerpo externo hasta el sí-mismo interior. Avanza pasando del cuerpo a los nervios, y de los nervios a los sentidos, Desde los sentidos se adentra en la mente, controladora de las emociones, Desde la mente penetra en el intelecto, que guía la razón. Desde el intelecto, su senda conduce a la voluntad, y de ahí a la consciencia (chitta). La última fase va de la consciencia al Si—mismo, su ser auténtico (Átmá),

18. Así, el yoga conduce al sadhaka desde la ignorancia al conocimiento, desde la oscuridad a la luz, y desde la muerte a la inmortalidad.



Fuente: Luz sobre el pranayama. BKS IYENGAR

30 may 2020

El cosmos de los Yogasūtra. Los guna. Oscar Pujol.




Del libro "Patañjali Yogasūtra, Los aforismos del yoga" Oscar Pujol



El cosmos de los Yogasūtra

Tanto el sāṃkhya como el yoga son sistemas dualistas que reducen la realidad a dos principios esenciales: el espíritu o conciencia (puruṣa) y la materia primera o naturaleza primordial (prakṛti). El espíritu es consciente pero inmutable e inactivo. Es como un ojo que todo lo ve, pero que no hace nada. Por eso se lo denomina también «el vidente» o «el testigo» (draṣṭṛ). No hay un único espíritu, sino muchos, que corresponden a cada una de las almas encarnadas que se identifican con un cuerpo y una mente. Como iremos viendo, el objetivo del yoga es precisamente extraer este espíritu que está incrustado en la materia, concretamente en la mente.




La materia, por el contrario, es una sola. Es inconsciente pero activa. A diferencia del espíritu, la materia es mutable. Se encuentra en un estado de constante transformación. La materia es ciega, no ve nada, pero paradójicamente lo hace todo, al contrario que el espíritu, que todo lo ve, pero nada hace. Por eso se dice que el espíritu es el vidente o el perceptor, el sujeto. La materia, por el contrario, es el objeto percibido, el mundo perceptible (dṛśya). Por este motivo, en el verso 59 de las Sāṃkhyakārikā (podes leerlo en este link https://yogaconciencia.blogspot.com/2013/07/samkhya-karika-de-isvara-krishna.htmlse afirma que la materia es como una bailarina y el espíritu como el espectador que contempla su exhibición de danza. La creación del mundo es como un espectáculo y la naturaleza es la bailarina que con sus movimientos revela el esplendor de la creación material.



El sāṃkhya emplea la conocida metáfora del ciego y el cojo para explicar la interdependencia entre la materia y el espíritu. La materia es ciega y no puede avanzar hacia su destino. El espíritu, en cambio, es cojo y, a pesar de ver por dónde tiene que andar, no puede dar ni un solo paso. La solución reside en la colaboración: el espíritu cojo se sube en las espaldas de la materia y guía sus pasos hacia el destino deseado. Del mismo modo opera la creación del mundo. Cuando la mirada del espíritu cae sobre la materia dormida, la despierta de su sueño, altera su equilibrio, es decir, el equilibrio de las tres energías básicas que la componen, que se ponen en movimiento y en diferentes combinaciones van creando el mundo, desde lo más sutil hasta lo más tosco. La materia solo abandona su estado de transformación continua cuando es destruida y regresa al estado de equilibrio primordial, que coincide con el estado previo a la creación del mundo, dado que la destrucción y la creación del mundo son cíclicas. En este estado previo a la creación del universo, el estado más sutil de la materia, todavía «no hay nada», solo el magma indiferenciado e indistinto: el gran océano de la nada que precede a la creación.



Las tres energías o constituyentes de la materia: los guṇa


Así pues, la materia está compuesta por tres energías o constituyentes (guṇa): sattva, rajas y tamas. Estos tres constituyentes de la naturaleza pueden ser entendidos como tres hilos que trenzan la cuerda del universo. Estos tres hilos son las energías básicas o modos elementales de la materia primordial. Por lo tanto, el universo está íntimamente conformado por estos tres constituyentes o energías. En el nivel de los guṇa veríamos el mundo como una combinación de esta energía tripartita, como un flujo de tres hilos que se combinan incesantemente. No hay nada en el mundo creado que no esté formado por
estos tres constituyentes.


Como ya hemos dicho, cuando estas energías se encuentran en estado de reposo o equilibrio, la materia primordial se halla en su estado no manifiesto, indeterminado, informe, guardando en sí todas las potencialidades y reteniendo todas las acciones. Antes de que el mundo exista, todas las posibilidades de la existencia permanecen dormidas en el magma indiferenciado de la materia primera. En concordancia con cosmogonías más antiguas, y como también hemos apuntado anteriormente, para que la creación se produzca hace falta que sobre la materia primordial caiga la mirada del espíritu (puruṣa), lo que produce un tipo de agitación en la naturaleza indeterminada que rompe el equilibrio de las energías. A partir de aquí, las diferentes combinaciones de sattva, rajas y tamas crearán la diversidad del universo, ordenado ontológicamente en 24 principios que van desde lo más sutil a lo más tosco, o desde lo más inespecífico hasta lo más específico.


¿Cómo son estas tres energías básicas de la naturaleza? Sattva, simbolizado por el color blanco, posee cualidades como la transparencia, la luminosidad, la claridad, la ligereza, el conocimiento, el movimiento ascendente, la felicidad y la bondad. Rajas, simbolizado por el color rojo, posee cualidades como la movilidad, la actividad, el estímulo, el esfuerzo, la fuerza, la expansión horizontal, el deseo, la pasión, el dolor y la enfermedad. Tamas, simbolizado por el color negro, posee cualidades como la pesadez, la solidez, la oscuridad, la indiferencia, la negligencia, el movimiento descendente, la ofuscación, la embriaguez, el sueño y la inconsciencia. Como veremos más adelante, la práctica del yoga es de dos tipos. El primero es una purificación de la mente mediante la obstrucción de rajas y tamas; en este caso, la mente tiene que quedar llena de sattva, de claridad y transparencia. El segundo tipo conduce al cese de la mente, y no solo a su purificación. Esto se consigue mediante la supresión del mismo guṇa sattva, que en definitiva no deja de ser material igual que rajas y tamas. La renuncia a la transparencia de la materia es la renuncia más grande y solo es posible mediante el desapego supremo (véase 1.16).


ÍNDICE "Patañjali Yogasūtra, Los aforismos del yoga" Oscar Pujol

1 abr 2020

Introducción a los Yoga sutras de Patanjali, parte II. Por Swami Satyananda Saraswati


Del libro "Four chapters on freedom"




Los ocho pasos son para aspirantes avanzados


Los Yoga Sutras son bien conocidos, pero los ocho pasos son técnicas realmente avanzadas para aquellas personas que han agotado la mayoría de sus problemas y conflictos mentales. No son realmente para la persona promedio. Al principio, dice: "Ahora, por lo tanto, las instrucciones completas sobre el yoga". Las palabras "ahora, por lo tanto" significan que uno podrá practicar los ocho pasos después de una importante preparación. Los Yoga Sutras son una continuación de textos y enseñanzas más básicos anteriores. En el Hatha Yoga, Pradipika dice:


Postraciones a Shiva que enseñó hatha yoga como una escalera para subir a la cima del raja yoga. Debido a la confusión y los conceptos erróneos, la mayoría de las personas no pueden practicar raja yoga; en compasión, Swatmarama (el autor) describe el hatha yoga como una antorcha para eliminar la ignorancia. 

(1:1-3)

Se debe dominar el hatha yoga en forma de asanas, pranayama y otras prácticas hasta que uno esté listo para el raja yoga.

(1:67)




Sin esta preparación, uno no avanza con el yoga de Patanjali.





¿Por qué los ocho pasos son avanzados? Una razón es que le piden a la gente que contenga sus pensamientos. Para la mayoría de las personas, que tienen sus mentes perturbadas, esto haría más daño que bien. Es solo cuando las fluctuaciones de la mente son pequeñas que uno puede contener los pensamientos. Uno puede aplastar y destruir fácilmente cucarachas pequeñas que perturban la limpieza de un patio, pero es mucho más difícil domar a un elefante salvaje. Definitivamente no es aconsejable tratar de suprimir los pensamientos y deseos arrolladores que todavía existen en la mente de la persona promedio.








Las reglas básicas de yama y niyama son también muy difíciles para la persona promedio. Estas reglas son realmente para aquellas personas que han agotado la mayoría de sus samskaras y karmas (confusión mental y deseos). Por ejemplo, si la mayoría de las personas intentan practicar brahmacharya, continencia, se convertirán en neuróticos; sólo puede ser practicado por personas que han trabajado la mayor parte de sus deseos y ya han purificado su mente.





Las ocho etapas del yoga Patanjali son para aspirantes avanzados, no para principiantes. En primer lugar, uno debe tomar medidas para purificar la mente a través del hatha yoga, el karma yoga, el bhakti yoga y las técnicas meditativas generales que involucran la conciencia más que la concentración. También se pueden practicar algunas de las técnicas asociadas que el sabio Patanjali sugiere en el texto. Estos métodos preparan a uno para la práctica de los ocho pasos y para conocer al gurú que puede enseñarles personalmente.








Técnicas de yoga asociadas



El camino del yoga formulado por Sabio Patanjali no se limita solo a las ocho etapas. Es un sistema integrado que incorpora muchas otras prácticas de yoga. El Sabio Patanjali enumera y sugiere una amplia gama de técnicas que ayudan a armonizar la mente y la vida; Sin embargo, sus explicaciones y descripciones de las técnicas son muy breves y concisas, por decir lo menos. Es fácil pasar por alto el significado de estas declaraciones sin la guía experta de un gurú.





Swami Satyananda, con su conocimiento íntimo y su experiencia personal de yoga, señala claramente las implicaciones ocultas detrás de muchos versos oscuros. Por ejemplo, los versículos 1: 32-39 describen la base de la mayoría de las técnicas meditativas, que incluyen yoga nidra, antar mouna, khechari mudra, etc. El mantra o japa yoga se indica claramente en los versículos 1: 27-29. El comentario explica y destaca claramente estos significados ocultos.




La personalidad humana se puede dividir ampliamente en cuatro categorías fundamentales: emocional, activa, intuitiva y volitiva. El sabio Patanjali ha entendido claramente este hecho y que cada persona tiene un temperamento e inclinaciones diferentes de acuerdo con el predominio de una o más de estas categorías. Sabía que el camino yóguico debía diseñarse para adaptarse a las características específicas de cada individuo. Por lo tanto, sugiere:



Bhakti yoga para aquellos que tienen una inclinación emocional y devocional (consulte 1:23; 2: 1; 2:23; 2:45; etc.).


Jnana yoga para aquellos que son intuitivos por naturaleza. Recomienda la reflexión y la indagación sobre el significado real de Aum (1: 27-29) y también explica gran parte de la filosofía Samkhya (2: 20,21, etc.) como un medio para una mayor realización. Él deja en claro que todo el conocimiento mental es limitado.

Raja o Patanjali yoga para aquellos con fuerte fuerza de voluntad; Este es el tema de toda el texto.

El karma yoga para aquellos que son activos por naturaleza no se menciona específicamente, pero ciertamente, está implícito en muchos versículos. Por ejemplo, los yamas y niyamas implican la práctica del karma yoga en acciones y deberes diarios. El karma yoga también está implícito en los versos sobre bhakti yoga.




El sabio Patanjali sabía que el éxito en bhakti yoga conduce automáticamente al éxito en raja yoga; jñana yoga conduce a la perfección del raja yoga, y así sucesivamente. Sabía que una persona en el camino del raja yoga debe integrar todo su ser. La mezquindad y el egoísmo deben eliminarse mediante cualquier método disponible. Todas las funciones negativas y limitantes de la mente tienen que ser borradas.


La detención de vrittis (modificaciones mentales) se puede lograr mediante vairagya (desapego) y abhyasa (práctica de yoga). (1:12)





Esta declaración incluye todos los caminos y técnicas de yoga. Ninguno está excluido. Todos conducen al éxito en el yoga.









Viyoga lleva al yoga




La mayoría de la gente sabe que la palabra yoga significa unión, pero en los Yoga Sutras, el sabio Patanjali se refiere al yoga como un proceso de separación. ¿Cómo se explica esta contradicción? Puede explicarse en términos de la filosofía Samkhya, que es la base de los sutras de yoga.


Samkhya divide la existencia y el ser individual en dos aspectos: purusha, conciencia y prakriti, naturaleza, energía, ser manifestado. Recuerde que es solo una filosofía y, como todas las demás filosofías, por sublimes que sean, nunca pueden representar realmente la realidad. La existencia y el ser individual surgen cuando purusha y prakriti se unen. El purusha implica drashta, vidente y prakriti implica drishya, visto. El purusha significa ser subjetivo y prakriti significa existencia externa objetiva.





El proceso y las prácticas del yoga se refieren a viyoga, que separa el purusha de prakriti, el vidente de lo visto; es decir, separar la conciencia de la identificación con el vehículo mente-cuerpo. Esta separación y diferencia entre la conciencia y la mente-cuerpo solo puede entenderse por experiencia personal. Ninguna cantidad de lectura o conversación convencerá a uno de la verdad y la realidad de estas diferencias, solo una experiencia personal, abrumadora y asombrosa. Esta experiencia personal transformará la vida de uno; Proporcionará una plataforma para re evaluar y comprender la vida y el ser. Uno verá una nueva dimensión, nunca antes sospechada, en el propio ser. El proceso de yoga está diseñado para traer viyoga, separación entre el vidente y lo visto; Esto lleva al yoga, la unión y la culminación. En primer lugar, el purusha y el prakriti tienen que separarse y luego, cuando esto se logra, se ve que son lo mismo. Así viyoga (la práctica del yoga) lleva al yoga a un nivel superior.








Otra forma de explicar lo mismo es decir que la conciencia pura (purusha) está ligada a los niveles de conciencia a través de una identificación incorrecta con la mente-cuerpo (prakriti). El propósito del yoga es liberar purusha de prakriti. Swami Satyananda define el yoga como:


(Un método) por el cual la conciencia se desconecta del enredo con la mente y el mundo manifestado. El yoga (unión) es el resultado.


La experiencia de la diferencia y las separaciones de la conciencia pura de la mente y el cuerpo conducen a la comprensión de la unidad de todas las cosas. Todos los caminos y técnicas de yoga utilizan este proceso de eliminación de las limitaciones de la mente y el cuerpo para que jñana, el conocimiento trascendental, pueda brillar en toda su gloria. La perfección de la mente conduce a la iluminación espontánea de la conciencia pura.





Naturaleza de la mente




La psicología moderna tiende a considerar la mente como la fuente del conocimiento y la conciencia. El sabio Patanjali establece claramente el punto de vista yóguico cuando dice que la mente no puede ser la fuente de la conciencia porque también puede ser percibida como un objeto (4:19). La mente no se ilumina a sí misma.



La ciencia moderna tiende a considerar tanto la mente como la conciencia como la expresión y manifestación de la materia. El yoga, por otro lado, dice que la materia es realmente la forma grosera y la manifestación de la mente; la materia está controlada por la mente, no la mente por la materia. El mundo material que vemos a nuestro alrededor es realmente una expresión de los aspectos mentales más sutiles de la existencia.





Además de estas dos diferencias fundamentales, el yoga y el pensamiento moderno coinciden en muchos factores relacionados con la mente. Según la psicología de Jung, la mente se puede clasificar en tres dimensiones diferentes: consciente, subconsciente e inconsciente. Estos se pueden relacionar con la terminología yóguica de la siguiente manera:





1. Mente consciente, sthula (dimensión burda)

jagrit (estado de vigilia)
pensamiento superficial y percepción del mundo exterior
2. Mente subconsciente, sukshma (dimensión sutil)
swapna (estado de sueño)
memoria individual
samskaras (tendencias mentales)
3. Mente inconsciente, karana (dimensión causal)
sushupti (estado de sueño profundo)
samskara colectiva cósmica y memoria

Estos campos contienen los aspectos instintivos, intelectuales, psíquicos e intuitivos del hombre. El propósito del yoga Patanjali es explorar estas diferentes esferas mentales para que se conozcan. El objetivo es pasar de lo consciente a lo subconsciente y luego a lo inconsciente.





Pocas personas entienden o incluso apenas aprecian la increíble profundidad de la mente. Ningún sistema psicológico moderno ha intentado definir sus contenidos. Sin embargo, Vyasa, uno de los comentaristas más profundos sobre los Yoga Sutras del sabio Patanjali, que posiblemente vivió hace dos mil años, ha dividido y clasificado la mente subconsciente e inconsciente en siete aspectos. Estos son los siguientes:






1. Samskaras inhibidos (impresiones mentales, causadas por la represión individual).




2. Samskaras que hacen que uno actúe de manera específica. Estos recuerdos pueden ser prenatales y determinar acciones, enfermedades, talentos, etc. Este es el aspecto hereditario del hombre.



3. Memorias latentes de datos no expresados ​​de eventos pasados. Estos están ocultos y almacenados en el inconsciente colectivo más allá de las limitaciones normales de la conciencia individual.



4. Reflejos instintivos que controlan el funcionamiento vegetativo del cuerpo físico y pránico. No aprendemos a digerir los alimentos; la habilidad ya está pre-programada en el hombre individual.



5. Prana (energía bioplásmica). La mente misma, no importa cuán sutil o grosera, está compuesta de prana. Prana es también el medio para que la mente lleve a cabo acciones de acuerdo con los pensamientos.



6. Fluctuaciones innatas de la mente. La mente, por su propia naturaleza, está diseñada para cambiar con ritmos cósmicos.


7. Poderes psíquicos. Los poderes supranormales tienden a tener lugar en el dominio del inconsciente colectivo o mente cósmica.





Esta es una lista muy completa y sin duda es sugerente. Da una indicación del alcance y la naturaleza de la mente. Estos diferentes aspectos se manifiestan progresivamente en el camino del yoga.


Todos los secretos del universo están en la mente. Contiene todo el conocimiento que ha existido, ahora existe y que existirá en el futuro. Tiene capa sobre capa de expresión de lo más sutil a lo más denso. El propósito del yoga Patanjali es eliminar progresivamente las restricciones y velos existentes de la mente individual, explorar y desplegar su potencial inherente, y gradualmente dar forma a la mente individual en un instrumento perfecto y reflector de la mente cósmica de la que forma parte. El objetivo del yoga Patanjali, y todos los demás caminos del yoga, es ir más allá y saltar al abismo de la no-superconsciencia mental.







Poderes psíquicos o supernormales





Los poderes psíquicos se llaman siddhis en sánscrito. Incluyen telepatía, clariaudiencia, clarividencia, premonición y una amplia gama de poderes menos conocidos. Tienen lugar a través de la mediumnidad de los reinos superindividuales de la mente. Los siddhis surgen en el inconsciente colectivo donde cada persona, cada mente individual y todo está íntimamente relacionado con todo lo demás. Pueden tener lugar en el pasado, en el futuro e incluso en los reinos más allá del espacio-tiempo, pero no importa cuán maravilloso pueda parecer, siguen siendo meras expresiones dentro de la mente. Los experimentos científicos en Rusia y en otros lugares han medido varios fenómenos psíquicos con instrumentos, pero estos experimentos no son realmente necesarios, ya que uno descubrirá algunos de ellos personalmente en el camino del yoga.







Muchos de los versos de los Yoga Sutras describen una gran selección de siddhis conocidos y oscuros. Sin embargo, el texto advierte claramente que no se debe aspirar a alcanzar estos poderes o incursionar en ellos. Pueden ser peligrosos para uno mismo y para otros si se usan con fines egoístas. El propósito del yoga no es desarrollar siddhis, sino llevar a cabo la verdadera naturaleza de uno. Los siddhis son simplemente paisajes pasajeros que seguramente surgirán a medida que la mente se vuelva más puntiaguda y purificada. Debería haber un desapego despiadado hacia ellos.


En el camino del yoga, las tentaciones se vuelven cada vez más sutiles. Es difícil resistir la tentación de incursionar con poderes psíquicos, pero si lo haces, te estrellarás y pagarás una fuerte penalización por tu indiscreción. Todos los grandes santos, yoguis, etc., cuentan su batalla contra la tentación; Estos incluyen Buda y Cristo. Afortunadamente, estos siddhis rara vez surgen en una mente egoísta. Si lo hicieran, entonces habría un caos total en la mente y en los reinos más sutiles de la psique. Así que no practiques yoga para ganar siddhis; En primer lugar, satisface tus deseos en el mundo físico más seguro.







El sublime sistema psico-psiquiátrico



La mayoría de los sistemas psiquiátricos modernos se preocupan principalmente por lograr la "normalidad" en un individuo, sea lo que sea que este término signifique. Patanjali yoga también trata de lograr esta normalidad, pero va mucho más allá. Su objetivo es permitir que un individuo explore todas las capas de la mente para lograr la autorrealización y luego la libertad perfecta. Patanjali yoga puede llamarse el último sistema psico-psiquiátrico hacia el cual todos los demás eventualmente buscarán orientación, sin embargo, contiene menos de doscientos versos y fue escrito hace miles de años.





A medida que lea el texto y el comentario, verá el método que se utiliza para abordar los problemas de la mente. Los siguientes son unos cuantos ejemplos.



El sabio Patanjali ha enumerado brevemente las técnicas básicas que la psiquiatría moderna aplica en la terapia. Estos se dan en los versículos 1: 32-39. El versículo 32 sugiere el cultivo de intenso interés en una cosa; esto puede ser un pasatiempo o un trabajo y constituye una terapia ocupacional. El versículo 33 sugiere el cultivo de actitudes positivas hacia los demás. Esto implica una autosugestión, que un psiquiatra puede impartir a su paciente. El versículo 34 sugiere control de la respiración.





La relación entre el trastorno mental y la respiración irregular es bien conocida; la respiración profunda se puede utilizar para inducir tranquilidad mental. Los versículos 35 y 36 aconsejan que uno debe concentrarse en la percepción sensorial. Esto puede incluir musicoterapia, masajes, etc., y puede traer calma rápidamente a la mente. El versículo 37 sugiere que uno debe reflexionar sobre una persona que ha alcanzado estados más elevados de conciencia. Esto significa específicamente un yogui o gurú, pero también puede aplicarse al psiquiatra; de hecho, la mayoría de las terapias modernas dependen casi totalmente de la confianza que un paciente tiene en el terapeuta. Sin esta confianza, nunca puede haber un tratamiento exitoso. El versículo 38 sugiere la terapia del sueño, que es casi la base de algunos sistemas psiquiátricos modernos. Finalmente, el versículo 39 recomienda meditaciones; La psiquiatría moderna ha captado recientemente la importancia de esta forma de terapia. Todos estos métodos ayudan a purificar la mente y permiten que los recuerdos salgan a la superficie y se agoten.






Los síntomas de la alteración mental también se enumeran en el versículo 1:31, como sufrimiento, que incluye enfermedad, depresión, nerviosismo y respiración pesada o sin ritmo.




La infelicidad es el problema universal de la humanidad. En algunos versos cortos pero penetrantes, el sabio Patanjali define la causa de la infelicidad humana y su cura; Él ha explicado lo que miles de otros libros, filosofías y sistemas psicológicos, antiguos y modernos, han intentado hacer con poco éxito. Él resume toda la situación en pocas palabras sin perderse en jerga detallada y detalles. Debido a que estos versículos son tan explícitos, completos y lógicos, los discutiremos brevemente aquí, aunque se han explicado completamente en el comentario. Hemos cambiado ligeramente la traducción en pos del énfasis.


En primer lugar, el sabio Patanjali dice:

Las tensiones básicas de la mente (que traen infelicidad) son la ignorancia de la verdad, el egoísmo, el apego, la aversión y el miedo a la muerte.




Este versículo resume toda la causa de la infelicidad. Los siguientes versículos definen las implicaciones detrás de las tensiones básicas:


La ignorancia de la realidad es la tensión raíz de la que surgen todas las demás tensiones; Las tensiones pueden ser latentes, leves, dispersas o manifiestas.
(2:4)





El sabio Patanjali explica que la causa raíz de la infelicidad, ya sea consciente o subconsciente, es la ignorancia de la naturaleza real. Hasta que uno conozca la esencia de su ser, siempre habrá tensión e infelicidad de una forma u otra.








El sabio Patanjali define las tensiones como actuando en diferentes niveles. Ellos son:



1. Dormido (prasupta)- arraigado en lo profundo de la mente subconsciente, de lo que aún no eres consciente. Se enfrentarán a medida que la percepción se profundice a través de la práctica del yoga.



2. Ligero (tanu) - tensiones menores, insignificantes.



3. Scatteres (vichchhinna)- tensiones que provocan neurosis, fobias, depresión, etc. en la vida. El yoga eventualmente resolverá estas tensiones permitiéndole aceptarse y armonizar sus impulsos.


4. Manifiesto (udara) - tensiones conscientes que pueden reconocerse claramente en las interacciones diarias.





Por lo tanto, estas tensiones abarcan el espectro desde lo bruto hasta lo más sutil. ¿Qué es esta tensión fundamental llamada ignorancia? El sabio Patanjali explica en el siguiente verso:


La ignorancia puede definirse en relación con tomar lo perecedero como lo imperecedero, lo impuro como lo puro, la infelicidad como felicidad y el no ser como el ser. (2: 5)







Esta ignorancia es la falta de conocimiento de swaroopa, la verdadera naturaleza de uno. Esta es la causa principal de la infelicidad.


Esta ignorancia se descompone lentamente a la luz de la comprensión que proviene de la práctica regular y persistente del yoga. La mente misma es una fuente de ignorancia ya que funciona según el principio de separación y diferencias.







La ignorancia se disuelve lentamente al obtener más información sobre la naturaleza de la mente y, finalmente, ir más allá de la mente. Es la mente la que resulta en la falsa identificación de la conciencia con la mente-cuerpo. Cuando se logra la viyoga, la separación, la conciencia del cuerpo de la mente, entonces uno se está moviendo hacia la destrucción de la ignorancia básica y, a su vez, todas las otras causas menores de infelicidad. La ignorancia conduce al egoísmo. Esto se explica en el siguiente verso:



El egoísmo se puede definir como una identificación incorrecta de purusha (el vidente) con el instrumento mente-cuerpo. (2: 6)





La gente se identifica falsamente con su mente-cuerpo; Esto produce un fuerte sentido de individualidad. Cada persona trata de imponer su voluntad a los demás para obtener ganancias egoístas. Busca la satisfacción personal a toda costa. El costo generalmente es la frustración y la infelicidad ya que el ego nunca puede estar completamente satisfecho.




El sentido del ego conduce a la aversión y el apego a la cosa del mundo:


"El apego puede definirse como la absorción en los placeres del mundo. La aversión puede definirse como la repulsión por las cosas del mundo. (2: 7,8)




Estas dos tensiones de apego y aversión, gustos o disgustos, llevan a uno a conflictos e infelicidad en la vida, ya que las situaciones de la vida real rara vez, si es que alguna vez, satisfacen las necesidades y expectativas de uno.



Estos gustos y disgustos conducen al miedo a la muerte, ya que uno desea continuar con el status quo del placer y la individualidad. El sabio Patanjali dice:


El miedo a la muerte es una fuerza inherente y dominante en todas las personas, incluso en aquellos que son muy eruditos. (2: 9)


Esta cadena causal de tensión e infelicidad es muy racional. La ignorancia conduce al egoísmo; El egoísmo conduce a gustos y disgustos y estos temen a la muerte. La eliminación de esta ignorancia básica y todas las demás tensiones conduce a la felicidad perfecta. ¿Cómo se hace esto?


Estas causas de infelicidad pueden ser aniquiladas resolviéndolas en su fuente y eliminando los estados mentales asociados a través de la meditación (2: 10.11)


Por lo tanto, la tensión puede eliminarse explorando la mente a través de técnicas meditativas.



Estos pocos versos breves resumen la naturaleza de los problemas mentales, las tensiones y la infelicidad y el método para eliminarlos. Se podría escribir una enciclopedia completa para dilucidarlos. Se podría desarrollar un sistema psiquiátrico completo a su alrededor. Patanjali yoga intenta abordar la fuente misma de la insatisfacción humana; cualquier otro enfoque solo puede arañar la superficie del sufrimiento humano. El sabio Patanjali da una idea de la causa básica; sin esta idea, ¿cómo se puede curar la infelicidad? Por lo tanto, los sutras definen las causas y luego indican cómo eliminarlas. Solo de esta manera se puede encontrar la felicidad que está más allá de los sueños más salvajes.


El sabio Patanjali ha escrito una gran cantidad de conocimiento en unos pocos miles de palabras. En lo que a nosotros respecta, debería ser el libro de referencia estándar para todos los psiquiatras. Debería ser la "Biblia" de la psicología y la psiquiatría. Tal es nuestra reverencia por esta obra maestra de la sabiduría práctica.



La necesidad de este comentario.

El sabio Patanjali, o quien escribió los Yoga Sutras, fue un autor intelectual. Era más científico que la mayoría de los científicos, más lógico que la mayoría de los lógicos. Era estricto y drásticamente económico con las palabras. evitó la repetición. A veces su estructura de oración es incompleta, pero cada palabra contiene una gran cantidad de información y significado, algunas obvias pero otras ocultas. Es muy fácil pasar por alto o entender mal las implicaciones detrás de los versículos. Los significados crípticos solo pueden ser revelados por un maestro vivo; además, los versos tienen que explicarse en términos que el hombre moderno pueda entender. Es por esta razón que este comentario fue producido, basado en la práctica y la experiencia personal de un maestro moderno, nuestro gurú, Swami Satyananda Saraswati.


Fuente: "Four chapters on freedom" Swami Satyananda Saraswati


Traducción: Patricia Aballay

15 abr 2015

La ecuación dolor-existencia

Libro: "YOGA INMORTALIDAD Y LIBERTAD" de Mircea Eliade

LA ECUACIÓN DOLOR - EXISTENCIA

"Todo es dolor para el sabio" (duhkameva sarva vivekinah), escribe Patanjali (Yoga-Sutra, II, 15). Pero Patanjali no es el primero ni el último en comprobar este sufrimiento universal. Mucho antes que él, Buda había proclamado "Todo es dolor, todo es efimero" (sarvam duhkam, sarvam anityam). He aquí el Leimotiv de toda la teorización post-upanishádica india. Las técnicas soteriológicas, a semejanza do las doctrinas metafísicas, encuentran su razón de ser en este sufrimiento universal; porque su valor depende de la medida en que liberan al hombre del "dolor". La experiencia humana, de cualquier naturaleza que sea, engendra sufrimiento. "El cuerpo humano es dolor, porque es la morada del dolor; los sentidos, los objetos, las percepciones son sufrimiento, porque llevan al sufrimiento: aún el placer es sufrimiento, porque está seguido de sufrimiento" (Anirudha, al comentar la Samkhya-Sutra, II, 1). E Isvara Krsna, autor del más antiguo tratado Samkhya, afirma que en la base de esta filosofía encontramos el deseo del hombre de escapar a la tortura de los tres sufrimientos: de la desgracia celestial (provocada por los dioses), de la desgracia terrenal (causada por la naturaleza), y del dolor interior u orgánico (Samkhya Karika, I).

Y sin embargo, este dolor universal no desemboca en una "filosofía pesimista". Ninguna filosofía, ninguna gnosis india caen en la desesperación. La revelación del "dolor" como ley de la existencia puede, al contrario, ser considerada, como la conditio sine qua de la liberación: este sufrimiento universal tiene pues, intrínsecamente un valor positivo, estimulante. Recuerda sin cesar al sabio y al asceta que no les queda sino un medro para alcanzar la libertad y la beatitud: retirarse del mundo, desprenderse de bienes y ambiciones, aislarse radicalmente. Por otra parte, no es sólo el hombre el único que sufre: el dolor es una necesidad cósmica, una modalidad ontológica a la cual se entrega toda "forma" que se manifiesta como tal. Ya seamos dioses, o bien minúsculos insectos, el simple hecho de existir en el tiempo, de tener una duración, implica dolor. A diferencia de los dioses y de los otros seres vivientes, el hombre tiene la posibilidad de dejar atrás efectivamente su condición y abolir así el sufrimiento. La convicción de que existe un medio para poner fin al dolor —certeza común a todas las filosofías y místicas indias— no puede llevarnos a la "desesperación" ni al "pesimismo". El sufrimiento es, en verdad, universal: pero si sabemos arreglarnos para liberarnos de él, no es entonces definitivo. En efecto, si la condición humana está consagrada al dolor eternamente —y al mismo tiempo
está determinada, como toda condición, por el karman (Recordemos los significados de karman: obra, acción (consecuencia ineluctable de actos cumplidos en una existencia anterior), producto, efecto, etc.)— todo individuo que comparte esta condición puede vencerla, ya que cada cual puede anular las fuerzas kármicas que la dirigen.

"Liberarse" del sufrimiento, tal es el objetivo de todas las filosofías y de todas las místicas hindúes. Ya se obtenga esta liberación directamente por el "conocimiento" siguiendo las enseñanzas, por ejemplo, del Vedanta y del Samkhya —o bien por medio de técnicas, tal como creen obtenerlo con el Yoga, la mayoría de las escuelas budistas—, el hecho es que ninguna ciencia tiene valor si no persigue la "salvación" del hombre. "Fuera de esto, nada merece ser conocido", dice la svetasvatara Upanishad (I, 12). Y Bloja, comentando un texto del Yoga-Sutra (IV, 22), afirma que la ciencia cuya finalidad no es la liberación, está desprovista de todo valor. Vacaspati Misra comienza así su comentario del tratado de Isvara Krsna: "En este mundo, el auditorio no escucha sino al predicador que expone hechos cuyo conocimiento es necesario y deseado. Nadie presta atención a aquellos que exponen doctrinas que nadie desea, tal como sucede con los locos o los hombres vulgares, buenos para sus negocios, pero ignorantes de las ciencias y las artes" (Tattva- kaumudi, pág. I, ed. G. Jha, Bombay, 1896). El mismo autor, en su comentario del Vedanta-sutra-bhasya, determina cuál es el conocimiento necesario: "Ninguna persona lúcida desea conocer aquello desprovisto de toda certidumbre o que no tiene utilidad... o ninguna importancia" (Bhamati, ed. Jivanandn-vidyasagara-Bhattacharyya, ps. 1-2, Calcuta).

En la India, el conocimiento metafísico tiene siempre una finalidad soteriológica. También, sólo es apreciado y buscado el conocimiento metafísico (vidya, jnana, prajna) es decir el conocimiento de las realidades finales: porque sólo éste nos procura liberación. Es, efectivamente, por medio del "conocimiento" que, desprendiéndose de las ilusiones del mundo de los fenómenos, el hombre "se despierta". "Por medio del conocimiento" significa: practicando el retiro, lo que tendrá por efecto el hacerle recobrar su propio centro, de hacerlo coincidir con su "verdadero espíritu" (purusa, atman). El conocimiento se transforma así en meditación y la metafísica se torna soteriológica. Todo, hasta la "lógica" india, ha tenido en sus comienzos, función soteriológica. Manu usa el término anviksaki ("ciencia de la controversia", lógica) como un equivalente del atmavidya ("ciencia del alma", del atman), es decir de la metafísica (Manusmrti, VII, 43). La argumentación justa, conforme a las normas, libera al alma: éste es el punto de partida de la escuela Nyaya. Por otra parte, las primeras controversias lógicas, de donde saldrá posteriormente el darsana Nyaya, se refirieron precisamente a los textos sagrados, a las diferentes interpretaciones a las que se prestaba tal o cual indicación de los Vedas; todas esas controversias tenían por objeto el hacer posible el cumplimiento exacto de un rito, conforme a la tradición. Ahora bien, esta tradición sagrada, expresada por los Vedas, ha sido revelada. En esas condiciones, buscar el sentido de las palabras es quedar en contacto permanente con el Logos, con la realidad espiritual absoluta, sobrehumana y supraliistóiica. Lo mismo que la pronunciación exacta de los textos védicos tiene como resultado el tornar el ritual eficaz al máximo, igualmente la comprensión exacta de una sentencia védica purifica la inteligencia y contribuye asi a la liberación del espíritu. Toda "ignorancia" parcial abolida hace dar al hombre un paso más hacia la libertad y la beatitud.

La importancia considerable que todas las metafisicas hindúes, y hasta esa técnica de la ascesis y ese método de contemplación que es el Yoga, otorgan al "conocimiento", se explican muy fácilmente si se tienen en cuenta las causas del sufrimiento humano. La miseria de la vida humana no es debida a un castigo divino, ni a un pecado original, sino a la ignorancia. No cualquier ignorancia, sino solamente la ignorancia de la verdadera naturaleza del espíritu, la ignorancia que nos hace confundir el espíritu con la experiencia psicomental, que nos hace atribuir "cualidades" y predicados a ese
principio eterno y autónomo que es el espíritu; en una palabra, una ignorancia de orden metafísico. Es, pues, natural que sea un conocimiento metafísico el que venga a suprimir esta ignorancia. Ese conocimiento de orden metafísico lleva al discípulo hasta el umbral de la iluminación, es decir hasta el verdadero "yo". Y es este conocimiento de uno mismo —no en sentido profano, sino en el sentido ascético y espiritual de la expresión— el objetivo perseguido por una gran parte de las teorías hindúes, aunque cada una de ellas señale otro camino para llegar a él.

Para el Samkhya y el Yoga, el problema es nítido. Como el sufrimiento tiene por origen a la ignorancia del "espíritu" —es decir el hecho de confundir el "espíritu" con estados psico-mentales— la liberación se obtendrá sólo después de suprimir esta confusión. Las diferencias que, a este respecto, separan al Samkhya y al Yoga son insignificantes. Sólo el método es diferente: el Samkhya trata de obtener la liberación por medio de la gnosis exclusivamente, mientras que para el Yoga son indispensables una técnica meditativa y una ascesis. En los dos darsana el sufrimiento humano tiene su raíz en una ilusión: el hombre cree, en efecto, que su vida psico-rnental —actividad de sus sentidos, sentimientos, pensamientos y voliciones— es idéntica al espíritu, al Yo. Confunde así dos realidades enteramente opuestas y autónomas, entre las que no existe ninguna conexión verdadera, sino únicamente relaciones ilusorias, ya que la experiencia psico-mental no pertenece al espíritu, sino a la Naturaleza (prakrti); los estados de conciencia son los productos refinados de la misma substancia que está en la base del mundo físico y del mundo de la vida. Entre los estados psíquicos y los objetos inanimados o los seres vivientes, sólo hay diferencia de grados. Pero entre los estados psíquicos y el Espíritu existe una diferencia de orden ontológico: pertenecen a dos distintos modos de ser. La "liberación" llega cuando esta verdad ha sido ya comprendida, y cuando el espíritu recobra su libertad inicial. Así, según el Samkhya, el que desee obtener su liberación debe empezar por conocer a fondo la esencia y las formas de la Naturaleza (prakrti) y las leyes que rigen su evolución. Por su lado, el Yoga acepta también este análisis de la Substancia, pero sólo acuerda valor a la práctica contemplativa, la única capaz de revelar experimentalmente la autonomía y soberanía del espíritu. Debemos pues, antes de exponer los métodos y las técnicas Yoga, ver en qué forma el darsana Samkhya concibe a la Substancia y al Espíritu, así como la causa de su falsa solidaridad; ver, finalmente, en qué consiste en realidad el camino gnóstico preconizado por esta "filosofía". Es necesario también determinar en qué proporción coinciden las doctrinas Samkhya y Yoga, y distinguir, en las afirmaciones teóricas del segundo darsana, aquellas que parten de experiencias "místicas", ausentes en el Samkhya.