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5 jul 2014

Karma Yoga, Swami Vivekanada: cap 2, CADA UNO ES GRANDE EN SU PROPIO LUGAR


CAPÍTULO SEGUNDO: CADA UNO ES GRANDE EN SU PROPIO LUGAR 

12) La filosofía sankhya y la naturaleza. 13) En todo hombre existen esas tres fuerzas de la naturaleza, que semanifiestan como: equilibrio, actividad e inercia. Su predominio de una u otra determina la característica de los hombres. 14) Son diferentes las ideas sobre moral, sin embargo, buscamos una norma universal. 15) También varían las ideas acerca del deber. 16) "No resistir al mal". 17) Aquél que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios. No siempre es malo quien resiste al mal, y puede ser, a veces, el deber de quien así actúa. 18) El "Bhagavad Guita" y la no-resistencia. 19) Sólo cuando se haya logrado el poder resistir al mal, será una virtud la no-resistencia. 20) Hay que pasar por la actividad para llegar a la perfecta calma. 21) La inactividad debe ser evitada. Son muy pocas las personas que han logrado la calma, la capacidad de no resistir al mal. 22) Lo mejor es cumplir con el propio deber, pues, el deber de uno no es el deber del otro. 23) Los diferentes caracteres son variaciones naturales de la creación. 24 al 49) Reglas del sistema moral hindú para el jefe de familia, el monje y el estudiante. 50) En los Vedas se repite una palabra "intrepidez". El temor es un signo de debilidad. 51 al 61) Parábola del rey y el sannyasin (monje) que ilustra lo de que: "cada uno es grande en su propio lugar".

12. - Según la filosofía sankhya la naturaleza está compuesta de tres fuerzas, llamadas en sánscrito sattva rajas tamas.

Estas fuerzas en su manifestación en el mundo físico son lo que podemos llamar equilibrio, actividad e inercia. Lo típico del tamas es la oscuridad o inactividad; rajas es actividad, expresada como atracción o repulsión; y sattva
es el equilibrio de las dos.

13. - En cada hombre existen estas tres fuerzas. Algunas veces, predomina el tamas; nos volvemos perezosos, no nos podemos mover, somos inactivos, esclavizados por ciertas ideas o por simple torpeza. Otras veces, prevalece la actividad, y otras, en fin, esa calma producida por el equilibrio de ambos. Por otra parte, en los distintos hombres predomina, generalmente, una de esas fuerzas. La característica de ciertos hombres es la inactividad, la torpeza y la pereza; la de otros, la actividad, el poder, la manifestación de energía, y, en otros, hallamos la dulzura, calma y nobleza, que son debidas al equilibrio de la acción y la inacción. Lo mismo ocurre en toda la creación -tanto en los animales y las plantas como en los hombres-, donde hallamos las manifestaciones más o menos típicas de todas esas diferentes fuerzas.

14. - El karma-yoga trata especialmente de estos tres factores. Sabiendo lo que son y cómo emplearlos, nos servirán de ayuda para hacer mejor nuestra obra. La sociedad humana es una organización constituida por grados. Todos sabemos lo que es moralidad, lo que es deber, pero, al mismo tiempo, vemos que según los países el significado de "moralidad" varía grandemente. Lo que es considerado como moral en un país, en otro, puede considerarse como perfectamente inmoral. Por ejemplo: en un país pueden casarse los primos, en otro, eso se considera como muy inmoral; en uno, los hombres pueden casarse con sus cuñadas, en otro, lo miran como inmoral; en un país la gente puede casarse una sola vez, en otro, muchas veces, y así por el estilo. Del mismo modo, en todos los otros aspectos de la moralidad hallamos que la norma varía grandemente y, sin embargo, tenemos la idea de que debe haber una norma universal de moralidad.

15. - Lo mismo pasa con el deber. La idea del deber varía mucho entre los diferentes pueblos; en uno; si un hombre no hace ciertas cosas la gente dice que ha obrado injustamente, mientras que si hace esas mismas cosas en otro lugar, dirán que no ha obrado bien; y, sin embargo; seguimos creyendo que debe haber alguna idea universal del deber. Del mismo modo, una clase de la sociedad piensa que ciertas cosas están dentro de su deber, mientras que otra clase cree todo lo contrario y se horrorizaría si tuviese que hacerlas. Dos caminos nos quedan: el del ignorante que piensa que sólo hay un camino hacia la verdad y que todos los otros están equivocados, y el del sabio,que admite que, según nuestra constitución mental o los distintos planos de existencia en que estamos, el deber y la moralidad pueden variar. Lo importante es saber que hay gradaciones en las normas de deber y moralidad, que el deber de un estado de la vida, en cierta clase de circunstancias, no es ni puede ser el de otro.

16. - Daremos una ilustración: Todos los grandes maestros nos han enseñado que "no hay que resistir al mal", que la no-resistencia es el más elevado ideal moral. Todos sabemos que si cierto número de nosotros intentara poner plenamente en práctica esta máxima, todo el edificio social caería hecho pedazos, los malvados tomarían posesión de nuestras propiedades y de nuestras vidas y harían lo que quisieran de nosotros. Bastaría que esta no-resistencia fuera practicada un solo día para llevarnos al desastre. 

Sin embargo, intuitivamente, en lo más íntimo de nuestros corazones sentimos la verdad de la enseñanza de "no resistir al mal". Esto nos parece ser el más elevado ideal; no obstante, enseñar esta doctrina sólo equivaldría a condenar a una vasta proporción del género humano. No solamente esto, sería hacerles sentir a los hombres que están siempre obrando mal; sería provocarles escrúpulos de conciencia por todos sus actos; todo ello les debilitaría Y esta constante disconformidad consigo mismo alimentaría más vicios que cualquier otra debilidad. Para él hombre que ha comenzado a odiarse a sí mismo, la puerta de la degeneración ya ha sido abierta; y lo mismo ocurre respecto a un pueblo todo.

17. - Nuestro primer deber es no odiarnos a nosotros mismos, porque para progresar tenemos que tener primero fe en nosotros mismos y después en Dios. El que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios. Por lo tanto la única alternativa que nos queda es reconocer que el deber y la moral varían según las circunstancias; no debemos creer que el hombre que resiste al mal está haciendo lo que es siempre intrínsecamente malo, pues según las diversas circunstancias en que está colocado puede hasta ser su deber resistir al mal.

18. - Al leer el Bhagavad-Guita, muchos de vosotros en los países occidentales, quizá os hayáis sorprendido cuando en el segundo capítulo Sri Krishna llama a Arjuna hipócrita y cobarde por rehusarse a pelear, o a ofrecer resistencia, porque, siendo sus adversarios parientes y amigos, hace el alegato de que la no-resistencia es el más elevado ideal del amor. Esta es una gran lección que debemos aprender, que en todas las cosas los dos extremos se tocan; el extremo positivo y el negativo son siempre similares; cuando las vibraciones de la luz son demasiado lentas no las vemos, ni tampoco las vemos cuando son demasiado rápidas. Igual ocurre con el sonido; cuando sugrado es muy bajo no lo oímos, cuando es muy alto tampoco. De naturaleza semejante es la diferencia entre la resistencia y la no-resistencia. 

Un hombre no resiste porque es débil, perezoso y no puede resistir, pero no es que no quiera hacerla; otro, sabe que puede dar un golpe irresistible si quiere, sin embargo, no sólo no lo da sino que bendice a sus enemigos. Aquel que no resiste por debilidad comete un error y, por lo tanto, no puede recibir ningún beneficio de la no-resistencia; mientras que el otro cometería un error si ofreciera resistencia. Buddha abandonó su trono y renunció a su reino, ésta fue una verdadera renunciación; pero, no puede haber renunciación en el caso de un mendigo que nada tiene que renunciar. Así pues, debemos siempre ser cuidadosos acerca de lo que queremos decir realmente cuando hablamos de esta no-resistencia y amor ideal. Debemos primero tratar de comprender si tenemos el poder de resistir o no. Entonces, si lo tenemos y renunciamos a él y no resistimos, estamos actuando con gran amor; pero si no podemos resistir y, sin embargo, al mismo tiempo tratamos de engañarnos creyendo que somos guiados por motivos del más elevado amor, estamos haciendo exactamente lo contrario. Arjuna se volvió un cobarde en presencia del poderoso ejército que tenía contra él; su "amor" le hacía olvidar su deber para con su patria y su rey. Por eso, le dijo Sri Krishna que era un hipócrita: "¡Tú hablas como un sabio pero tus acciones te denuncian como un cobarde; por lo tanto, yérguete y lucha!”

19. - Tal es la idea central del karma-yoga. El karma-yogui es el hombre que comprende que el más elevado ideales la no-resistencia y, además, que ésta es la más alta manifestación de poder cuando realmente se posee; y también sabe que lo que se llama resistencia al mal es sólo un paso en el camino que conduce a la manifestación de ese poder más elevado, es decir, a la no-resistencia. Mientras no haya llegado a este ideal más elevado, el deber del hombre es resistir al mal; debe actuar, debe luchar, debe resistir con toda su fuerza. Sólo entonces, cuando haya logrado el poder de resistir, será una virtud la no-resistencia.

20. - Una vez, encontré en mi país un hombre a quien antes había conocido como muy tonto y torpe, nada sabía ni tenía deseo de saber nada, vivía la vida del bruto. Me preguntó qué debía hacer para conocer a Dios, y para liberarse. "¿Podéis decir una mentira?", le pregunté. "No", replicó. "Entonces debéis aprender a decirla. Es mejor decir una mentira que ser un bruto o un trozo de madera; sois inactivo; ciertamente no habéis alcanzado el más elevado estado, que está más allá de toda acción, el estado de serenidad y calma; sois demasiado torpe hasta para hacer algo malo". Éste era un caso extremo, naturalmente, y yo bromeaba con él; pero, lo que yo quería decir, era que un hombre debe ser activo, a fin de llegar por la actividad a la perfecta calma.

21. - La inactividad debe ser evitada por todos los medios. Actividad siempre significa resistencia. Resistid todos los males mentales y físicos y cuando logréis resistirlos entonces vendrá la calma. Es muy fácil decir: "no odies a nadie, no resistas al mal", pero nosotros sabemos lo que esto significa en la práctica. Cuando los ojos de la sociedad están puestos en nosotros, podemos aparentar la no-resistencia, pero en nuestros corazones sigue el cáncer. Sentimos la absoluta necesidad de disfrutar la calma que proviene de la no-resistencia; sentimos también que sería mejor resistir. Si deseáis riquezas y, al mismo tiempo, supierais que todo el mundo considera al que las desea como mal hombre, vosotros tal vez no os atreveríais a lanzaros a la lucha por conseguirlas, sin embargo, vuestra mente correrá día y noche tras el dinero. Esto es hipocresía y no sirve a propósito alguno. Zambullíos en el mundo y luego,después de un tiempo, cuando hayáis sufrido y gozado de todo lo que hay en él, vendrá la renunciación; entonces, vendrá la calma. Así pues, satisfaced vuestro deseo de poder y de toda otra cosa, y después que hayáis satisfecho los deseos, llegará el tiempo en que conoceréis que todos ellos son muy poca cosa ; pero hasta tanto no hayáis agotado ese deseo y pasado por esa actividad es imposible que logréis el estado de calma, serenidad y entrega de sí mismo. Esas ideas de serenidad y renunciación han sido predicadas durante miles de años; todos las conocen desde la niñez y, no obstante ello, vemos muy pocos en el mundo que hayan alcanzado realmente ese estado. Yo no sé si he visto en mi vida unas veinte personas que fueran realmente calmas y capaces de no resistir, y he recorrido mediomundo.

22. - Cada hombre debería modelar su propio ideal y esforzarse por realizarlo; ésta es una manera más segura de progreso, que el tomar los ideales de otros hombres, ideales que jamás puede esperar realizar. Por ejemplo, si tomamos un niño y le queremos hacer caminar veinte millas, o muere el niño o uno entre mil se arrastra las veinte millas para llegar al fin rendido y medio muerto. Algo parecido a esto es lo que tratamos de hacer, generalmente, con el mundo. No todos los hombres y mujeres de una sociedad cualquiera, poseen la misma mentalidad, capacidad, o igual poder para hacer las cosas; deben, pues, tener diferentes ideales, y nosotros no tenemos el derecho de mirar con desprecio ningún ideal. Que cada uno actúe lo mejor que pueda para realizar su propio ideal. No es correcto que a mí se me juzgue siguiendo vuestras normas, ni a vosotros siguiendo las mías. Al manzano no puede pedírsele las características del roble, ni al roble las del manzano. Para juzgar al manzano debéis aplicar las normas que caracterizan al manzano; para el roble las suyas propias.

23. - Unidad en la variedad es el plan de la creación. Por mucho que los hombres y mujeres varíen individualmente, hay una íntima unidad. Los diferentes caracteres individuales y diferentes tipos de hombres y mujeres, son variaciones naturales en la creación. De aquí que no debamos someterlos a una misma norma, ni ponerlos frente a un mismo ideal. Tal proceder sólo da lugar a una lucha antinatural, y su resultado es que el hombre comienza a odiarse a sí mismo y se ve impedido de ser bueno y religioso. Nuestro deber es alentar a cada uno en su lucha por alcanzar su más elevado ideal, esforzándose al mismo tiempo, para que ese ideal esté cada vez más cerca de la verdad.

24. - En el sistema moral hindú, hallamos que este hecho ha sido reconocido desde muy antiguos tiempos; sus escrituras y libros sobre ética, establecen diferentes reglas para las diversas clases de hombres: para el jefe de familia, para el sannyasin (El que ha renunciado al mundo) y para el estudiante.

25. - La vida de cada individuo, según las escrituras hindúes, tiene sus deberes particulares aparte de los que pertenecen en común a la humanidad toda. El hindú comienza su vida como estudiante; después se casa y se hace jefe de familia; a la vejez se retira, y, finalmente, abandona el mundo y se hace sannyasin.

A cada uno de esos estados de la vida pertenecen ciertos deberes. Ninguno de esos estados es intrínsecamente superior a los otros; la vida del casado es tan grande como la del célibe que se ha dedicado a la obra religiosa. El barrendero de la calle es tan grande y glorioso como el rey en su trono. Sacad a éste de su trono y obligadlo a hacer el trabajo del barrendero, veréis cómo se porta. Tomad al barrendero y veréis cómo gobierna. Es inútil decir que el hombre que vive apartado del mundo es más grande que el que vive en él; resulta mucho más difícil vivir en el mundo y adorar a Dios; que abandonarlo y vivir una vida libre y tranquila. Esos cuatro costados de vida, en la India, han sido en los últimos tiempos reducidos a dos: el de jefe de familia y el de monje. El jefe de familia se casa y cumple sus deberes de ciudadano, y el deber del otro es dedicar sus energías totalmente a la religión, predicar y adorar a Dios. 

Os leeré algunos pasajes del "Maha-Nirvana-Tantra" que tratan de este asunto y veréis que es una muy difícil tarea para un hombre, ser jefe de familia y cumplir todos sus deberes perfectamente:

26. - "El jefe de familia debe ser devoto de Dios; el conocimiento de Dios debe ser la meta de su vida. Sin embargo, debe trabajar constantemente, cumplir todos sus deberes, y abandonar el fruto de sus acciones a Dios."

27. - "Es la cosa más difícil de este mundo trabajar y no preocuparse por los resultados; ayudar a un hombre y no pensar jamás que debe estar agradecido, hacer alguna obra buena sin mirar nunca si traerá renombre y fama, o nada del todo. Hasta el más consumado cobarde se vuelve valiente cuando el mundo le alaba. Un necio puede ejecutar acciones heroicas cuando tiene la aprobación de la sociedad, pero que un hombre proceda bien, constantemente, sin preocuparse de la aprobación de sus semejantes es, realmente, el mayor sacrificio que puede hacer. 

El gran deber del jefe de familia es ganar el sustento, pero, debe cuidarse de no hacerlo valiéndose de la mentira, o del engaño, ni robando a los demás; tiene que recordar que su vida debe ser dedicada al servicio de Dios y de los pobres.

28. - "Sabiendo que el padre y la madre son los representantes visibles de Dios, el jefe de familia siempre y por todos los medios, debe brindarles satisfacciones. Si el padre y la madre están contentos, Dios está satisfecho con el hijo. Es, realmente, un buen hijo aquel que jamás usa palabras duras con los padres.

29. -¡”Delante de los padres no deben hacerse bromas, ni mostrar impaciencia, ni cólera o irascibilidad. Ante el padre y la madre un hijo debe inclinarse respetuosamente, permanecer de pie en su presencia y no sentarse hasta que ellos se lo manden.

30. - "Si el jefe de familia tiene comida, bebida y ropas: sin mirar primero que no carezcan de ellos su padre y su madre, sus hijos, su esposa y los pobres, comete un pecado. La madre y el padre son las causas de su cuerpo, así que el hombre debe sufrir miles de molestias por hacerles bien.

31. - "Lo mismo son sus deberes para con la esposa; nadie debe reñir a su esposa, debiendo tratarla siempre como si fuera la propia madre. Y aun cuando se halle en las mayores dificultades y trastornos, no debe enojarse con ella.

32. - "El que piensa en otra mujer que no sea su esposa, si la toca aun mentalmente, ese hombre irá al oscuro infierno.

33. - "Delante de mujeres no debe usar un lenguaje impropio ni jactarse jamás de sus poderes. No debe decir "yohice esto, yo hice aquello".

34. - "El jefe de familia debe agradar a su esposa con dinero, vestidos, amor, fe y palabras de néctar, y jamás hacer cosa alguna que pueda molestarla. El hombre que ha logrado alcanzar el amor de una casta esposa ha tenido éxito en su religión y posee todas las virtudes".

35. - Los siguientes son los deberes hacia los hijos: "Un hijo debe ser criado cariñosamente hasta su cuarto año; instruirlo hasta los dieciséis; a los veinte, emplearlo en algún trabajo y, entonces, ser tratado afectuosamente por el padre como a su igual. De la misma manera, exactamente, debe ser tratada una hija y educada con el más grande de los cuidados y cuando se case, el padre debe darle joyas y bienes.

36. - "Después el deber del hombre es atender a sus hermanos y hermanas, y a los hijos de éstos, si son pobres, y los demás parientes, sus amigos y sirvientes. Luego a las personas de la misma población, a los pobres, y a cualquiera que le pida ayuda. Si teniendo medios suficientes el jefe de familia no se ocupa de dar a los parientes y a los pobres, sabed que sólo es un bruto; no es un ser humano.

37. - "Debe evitarse la excesiva atracción por los alimentos, vestidos, cuidado del cuerpo y peinados. El jefe de familia debe ser puro de corazón y limpio de cuerpo, siempre activo y dispuesto a trabajar.

38. - "Para con sus enemigos debe ser un héroe. Debe enfrentarlos. Este es el deber del jefe de familia. No debe sentarse en un rincón y ponerse a llorar y decir tonterías acerca de la no-resistencia. Si no se porta como un héroe con sus enemigos, no ha cumplido con su deber. Y para sus amigos y parientes, debe ser tan manso como un cordero.

39. - "Es deber del jefe de familia no reverenciar a los malvados, porque si los reverencia estimula la maldad; y será un gran error si pasa por alto a los que son dignos de respeto, a la gente buena. No debe brindar con prodigalidad su amistad, ni descarriarse buscando amigos por todas partes; debe observar, las acciones de los hombres con quienes desea trabar amistad, y cómo se comportan con los demás, razonar sobre ello y recién hacerse amigo.

40. - "No debe hacer estas tres cosas: hablar de su propia fama; hacer prédica de su nombre o de sus poderes; hablar de sus riquezas, o de lo que se le haya dicho privadamente.

41. - "El hombre no debe decir que es pobre ni rico; y nunca jactarse de su riqueza. Que sea su propio consejero; éste es su deber religioso. Esto no es mera sabiduría mundana; si un hombre no lo hace así, debe ser tenido por inmoral.

42. - "El jefe de familia es la base, el sostén de toda la sociedad; el principal dador. El pobre, el débil, los niños y las mujeres que no trabajan, todos viven del jefe de familia; por lo tanto, a su cargo están ciertos deberes que debe cumplir, y para llevarlos a cabo debe sentirse fuerte y no pensar que está haciendo cosas inferiores a su ideal. Así es que, si ha hecho algo mal o cometido algún error, no debe hacerlo público; y si está entregado a alguna empresa y tiene la seguridad de que fracasará, tampoco debe hablar de ello. El exponer tales cosas de uno mismo, no sólo están fuera de lugar sino que debilitan al hombre y lo hacen incapaz de cumplir con sus legítimos deberes en la vida. Al mismo tiempo, debe luchar reciamente para lograr las siguientes cosas: en primer lugar, conocimiento. Y en segundo lugar, prosperidad. Este es su deber, y si no lo hace será un nadie. Un jefe de familia que no lucha por conseguir prosperidad, es inmoral. Si es perezoso y se contenta con llevar una vida ociosa, es inmoral porque de él dependen centenares de personas. Si logra riquezas, centenares de personas podrán vivir de ella.

43. - Si no hubiese en esta ciudad centenares de hombres que se han esforzado por hacerse ricos y lo han logrado ¿dónde estaría esta civilización, sus sociedades de beneficencia Y sus grandes edificios?

44. - En casos tales no es malo buscar la riqueza, porque es para distribuirla. El jefe de familia es el centro de la vida y de la sociedad. Para él es un culto lograr y distribuir generosamente la riqueza, pues el que lucha para hacerse rico siguiendo los medios buenos y con propósitos buenos está haciendo, prácticamente, lo mismo para la conquista de la salvación que el anacoreta en su celda cuando está orando; en ellos sólo vemos dos aspectos de la misma virtud de abnegación y sacrificio inspirada por el sentimiento de devoción a Dios y a todo lo que es Suyo.

45. - Debe luchar por adquirir un buen nombre; no debe jugar ni andar en malas compañías; no debe mentir, y no debe ser causa de molestias para los demás.

46. - A menudo los hombres emprenden cosas sin contar con los medios para realizarlas, con el resultado que engañan a otros para lograr sus fines. Luego hay en todas las cosas el factor tiempo que debe tomarse en consideración; lo que en cierto momento puede ser un fracaso, tal vez, en otro, sea un grandísimo éxito.

47. -El jefe de familia debe decir la verdad, hablar cordialmente, usar las palabras que agradan a la gente y que harán bien a los demás; no debe hablar de los asuntos relacionados con los otros hombres.

48. - El jefe de familia, cavando estanques, plantando árboles al borde de los caminos, estableciendo lugares de descanso para los hombres y los animales, haciendo caminos y construyendo puentes, se dirige hacia la misma meta que el más grande de los yoguis.

49. - Esta es una parte de la doctrina del karma yoga -actividad, el deber del jefe de familia. Hay un pasaje más adelante, donde se dice: "Si el jefe de familia muere en el campo de batalla, luchando por su país o su religión, llega a la misma meta que el yogui por la meditación", mostrando, con ello, que lo que es deber para uno no lo es para el otro; al mismo tiempo, esto no quiere decir que un deber  eleva y el otro rebaja; cada deber tiene su propio lugar y según las circunstancias en que nos encontramos debemos cumplir con nuestros propios deberes.

50. - Una idea surge de todo esto, la condenación de toda debilidad. Esta es una idea particular de todas nuestras enseñanzas que me gusta, ya sea en la filosofía, en la religión, o en la acción. Si leéis los Vedas hallaréis repetida siempre esta palabra: "intrepidez", no temer nada. El temor es un signo de debilidad. Un hombre debe cumplir sus deberes sin hacer caso de las burlas ni temer al ridículo.

51. - Si un hombre se retira del mundo para adorar a Dios, no debe pensar que aquellos que viven en él y actúan para el bien del mundo, no está adorando a Dios; tampoco los que viven en el mundo dedicados a sus esposas e hijos, deben pensar que los que han abandonado el mundo son vagabundos despreciables... Cada uno es grande en su propio lugar. Ilustraré este pensamiento con un cuento:

52. - Cierto rey, acostumbraba preguntar a todos los sannyasines que llegaban a su país: "¿Quién es más grande, el que abandona el mundo y se hace sannyasin o el que vive en el mundo y cumple sus deberes como jefe de familia?" Muchos sabios habían tratado de resolver el problema. Unos aseguraban que el sannyasin era el más grande, a lo cual el rey pedía que probaran su afirmación. Cuando no podían hacerla, les ordenaba casarse y hacerse jefes de familia. Otros decían: "El jefe de familia, que cumple sus deberes es más grande". A estos, también el rey les pedía pruebas. Cuando no podían darlas les pedía, también, que se dejaran de ser jefes de familia.

53. - Llegó, por último, un joven sannyasin y el rey le hizo la misma pregunta. "Cada uno, ¡Oh rey!, es grande en su propio lugar", le contestó. "Probadme eso", dijo el rey. "Os lo probaré", repuso el sannyasin, "pero primero debéis venir a vivir conmigo y durante algunos días hacer la vida que yo hago para que os lo pueda demostrar". El rey consintió y siguió al sannyasin fuera de su propio territorio. Atravesaron muchos países hasta que llegaron a un gran reino. En la capital de éste, tenía lugar una importante ceremonia. El rey y el sannyasin oyeron el sonar de tambores y música, también a los pregoneros; el pueblo estaba reunido en las engalanadas calles y se hacía una gran proclama. El rey y el sannyasin se detuvieron para ver lo que pasaba. El pregonero proclamaba en alta voz que la princesa, hija del rey de aquel país, estaba por elegir esposo entre los que se congregaran ante ella...

54. - Era una antigua costumbre en la India que las princesas eligieran esposo de esta manera, teniendo cada una su idea acerca de la clase de hombre que quería para marido; unas preferían el más hermoso; otras el más erudito; otras, a su vez, el más rico, y así por el estilo... Todos los príncipes de los países vecinos se presentaban ante ella con sus más lujosos atavíos. A veces, también ellos tenían pregoneros que enumeraban ventajas y razones por las cuales esperaban que la princesa los eligiera. Ésta era conducida en su trono de un lado a otro con gran pompa; los miraba, escuchaba, y si no le satisfacían decía a los que la conducían: "adelante", sin prestar más atención en los pretendientes rechazados. Si, por el contrario, alguno de ellos le agradaba, le colocaba una guirnalda de flores y le hacía su esposo.

55. - La princesa del país al cual nuestro rey y el sannyasin habían llegado celebraba una de esas interesantes ceremonias. Era la princesa más bella del mundo y su esposo sería quien gobernase el reino a la muerte de su padre. La princesa deseaba casarse con el más hermoso, pero no podía hallar uno que le agradara. Varias veces habían tenido lugar aquellas reuniones, pero la princesa aun no había podido elegir su esposo. Esta reunión era la más espléndida de todas, había concurrido a ella más gente que nunca. La princesa llegó en un trono y los portadores la conducían de una parte a otra. Parecía que no se fijaba en ninguno y todos comenzaban ya a sentir frustradas sus esperanzas viendo que aquella reunión resultaría también Un fracaso. En aquel momento llegó un joven, un sannyasin, bello como si el sol hubiera descendido a la tierra, y colocándose en un rincón de la asamblea observaba lo que pasaba.El trono con la princesa se aproximó a él, y tan pronto como ella le vio, detuvo se y le echó la guirnalda al cuello. El joven sannyasin tomó la guirnalda y tirándola dijo: ¿Qué insensatez es ésta? Yo soy un sannyasin. ¿ Qué es el matrimonio para mí? El rey pensó que tal vez aquel hombre era pobre y por eso no se atrevía a casarse con la princesa, y le dijo: " ¡Con mi hija va medio reino ahora, y todo él después de mi muerte!" Y puso otra vez la guirnalda sobre el sannyasin.

El joven la tiró de nuevo, diciendo: "Insensato. Yo no quiero casarme", y se marchó rápidamente de aquel lugar.

56. - Pero la princesa, que había quedado tan enamorada de aquel joven, dijo: "Debo casarme con este hombre o moriré", y fue tras él para hacerlo volver. Entonces, nuestro otro sannyasin, el que había llevado al rey allí, le dijo: "Rey, sigamos a esta pareja"; y los siguieron tras, pero a una buena distancia. El joven sannyasin que había rehusado casarse con la princesa, se internó tierra adentro algunas millas; entonces llegó a un bosque y penetró en él seguido de la princesa; ambos a su vez eran seguidos por los otros dos. Mas aquel joven sannyasin conocía muy bien ese bosque y todas sus intrincadas sendas; de pronto tomó una y desapareció, sin que la princesa pudiera descubrirle. Después de procurar hallarle, en vano, durante largo tiempo, se sentó bajo un árbol y comenzó a llorar, pues no sabía cómo salir del bosque. 

Entonces nuestro rey y el sannyasin se le acercaron y le dijeron: "No lloréis; os enseñaremos el camino para salir del bosque, pero está demasiado oscuro para hallarlo ahora. Aquí hay un árbol frondoso; descansemos bajo él y a la mañana partiremos temprano y os mostraremos el camino”.

57. - En aquel árbol vivía en un nido un pajarito con su compañera y tres hijitos. El pajarito miró hacia abajo y al ver tres personas bajo el árbol dijo a su esposa: "¿Qué haremos, querida? Hay tres huéspedes en casa, es invierno y no tenemos fuego". Entonces se echó a volar y consiguió un pequeño tizón ardiendo, lo llevó en el pico y lo dejó caer ante los huéspedes, quienes agregando leña lograron tener un brillante fuego. Pero el pajarito no quedó satisfecho. De nuevo dijo a su esposa: "¿Qué haremos, querida? Estas personas tienen hambre y no tenemos nada para darles de comer. Somos amos de casa, nuestro deber es dar alimentos a cualquiera que llegue a ella. Yo debo hacer lo que pueda, les daré mi cuerpo”. Dicho esto se lanzó en medio del fuego y pereció. Los huéspedes, lo vieron caer y trataron de salvarlo, pero no les dio tiempo.

58. - La compañera del pajarito vio lo que su esposo había hecho y se dijo: "Aquí hay tres personas y sólo tienen un pájaro para comer". No es bastante; mi deber como esposa es no dejar que los esfuerzos de mi esposo hayan sido en vano; que tengan mi cuerpo también" y se arrojó al fuego en el cual murió quemada.

59. - Entonces los tres pajarillos, al ver lo que se había hecho y advertir que aun no había bastante alimento para los tres huéspedes, dijeron: "Nuestros padres han hecho lo que han podido y todavía no es suficiente. Nuestro deber es proseguir la obra de nuestros padres; que se vayan nuestros cuerpos también". Y se lanzaron también al fuego.

60. - Asombrados de lo que habían visto, las tres personas no pudieron, naturalmente, comer aquellos pájaros. Pasaron la noche sin comer y a la mañana el rey y el sannyasin indicaron el camino a la princesa, volviendo ésta ala casa de su padre.

61. - Entonces, el sannyasin dijo al rey: "Rey, habéis visto que cada uno es grande en su lugar. Si queréis vivir en el mundo, vivid como aquellos pájaros, pronto en cualquier momento para sacrificarlos por los demás. Si queréis renunciar a él, sed como aquel joven para quien la más hermosa mujer y un reino nada significaron. Si queréis ser  jefe de familia, haced que vuestra vida sea un sacrificio por el bienestar de los demás; si elegís la vida de renun-ciación, no miréis siquiera la belleza, ni el dinero ni el poder. Cada uno es grande en su propio lugar, pero el deber del uno no es el deber del otro".

3 jul 2014

Karma Yoga, Swami Vivekananda: cap 1, EFECTOS DEL KARMA SOBRE EL CARÁCTER


Swami Vivekananda – Karma Yoga

CAPITULO PRIMERO:  EFECTOS DEL KARMA SOBRE EL CARÁCTER

1) El placer no es la meta del hombre, sino el conocimiento, que es inherente a él. El bien y el mal tienen una participación semejante en la formación del carácter. 

2) La biblioteca infinita del universo está en la mente. La ley de gravitación y Newton. Todo conocimiento temporal o espiritual está en la mente. Todo golpe mental o físico que recibe el ego es karma. 

3) Para juzgar el carácter de un hombre no hay que observarlo en sus grandes actos, sino cuando ejecuta sus más comunes acciones. 

4) El carácter y el karma.

5) Todo lo que vemos en el mundo es el despliegue del pensamiento y la manifestación de la voluntad del hombre. La voluntad gigantesca de un Buddha o de un Jesús no puede ser explicada por la teoría de la herencia. 

6) Nuestro karma determina lo que merecemos y lo que podemos asimilar. Mensaje del "Bhagavad Guita"acerca del karma-yoga. 

7) Motivos que impulsan al hombre a actuar. 

8) La acción hecha con desapego. El autocontrol tiende a desarrollar la voluntad y modela recios caracteres. 

9) Nos dice el "Bhagavad Guita": "Tenemos derecho al trabajo pero no a sus frutos". 

10) El hombre ideal. 

11) Llegará, el tiempo en que nuestros móviles no serán egoístas y el conocimiento que yace en nuestro interior se manifestará.

1) La palabra karma se deriva del sánscrito kri, que significa hacer; toda acción es karma.
Técnicamente esta palabra también significa los efectos de las acciones. En conexión con la metafísica expresa, algunas veces, los efectos de los cuales nuestras pasadas acciones fueron las causas. Pero en el karma yoga sólo tenemos que tratar a la palabra karma como significando acción. El objetivo de la humanidad es el conocimiento; éste es el ideal único puesto ante nosotros por la filosofía oriental. La meta del hombre no es el placer sino el conocimiento. El placer y la felicidad tienen su término. Es un error suponer que el placer es el objetivo, la causa de todas las miserias que tenemos en el mundo radica en que los hombres piensan, insensatamente, que el placer es el ideal que deben alcanzar. Después de algún tiempo encuentra el hombre que no es la felicidad lo que busca sino el conocimiento, que el placer y el dolor son grandes maestros y que aprende tanto del bien como del mal. Al pasar el placer y el dolor ante el alma individual, dejan sobre ella diferentes imágenes y el resultado de esas impresiones combinadas es lo que se llama "carácter". Si consideráis el carácter de cualquier hombre notaréis que sólo es un conglomerado de tendencias, la suma total de las inclinaciones de su mente; hallaréis que la desdicha y la felicidad son factores que gravitan igualmente en la formación de ese carácter. El bien y el mal tienen una participación semejante en la modelación del carácter y en algunos casos la infelicidad es mejor maestro que la felicidad. Estudiando los grandes caracteres que el mundo ha producido, me atrevo a decir que, en la gran mayoría de los casos, hallaríamos que la desventura les ha enseñado más que la felicidad, que la pobreza les enseñó más que la riqueza y que fueron los reveses más que las alabanzas lo que inflamó su fuego interno.

2) Ahora bien, este conocimiento es inherente al hombre; ningún conocimiento viene de afuera; todo está en el interior. Cuando decimos que un hombre "conoce" deberíamos decir, en lenguaje estrictamente psicológico, que "descubre" o "devela"; lo que un hombre "aprende" es realmente lo que él "descubre" quitando las envolturas que cubren su alma, la cual es una mina de conocimiento infinito. Decimos que Newton descubrió la gravitación. ¿Se hallaba ésta sentada en algún rincón esperándole? Estaba en su propia mente; llegó el instante propicio y la descubrió. Todo el conocimiento que el mundo ha recibido procede de la mente; la biblioteca infinita del universo está en vuestra propia mente. El mundo externo es tan sólo la sugestión, la ocasión, que os hace estudiar vuestra propia mente, pero el objeto de vuestro estudio es siempre vuestra propia mente. La caída de una manzana dio la sugestión a Newton y él estudió su propia mente; puso en orden todos los eslabones previos del pensamiento en su mente y descubrió uno nuevo entre ellos, al cual llamamos ley de gravitación. No estaba en la manzana ni en cosa alguna en el centro de la tierra. Por lo tanto, todo conocimiento temporal o espiritual está en la mente humana. En muchos casos no es descubierto sino que permanece oculto y cuando el velo se va alzando lentamente, decimos que "estamos aprendiendo", y el adelanto en el conocimiento es hecho en virtud de este adelanto en el proceso de descubrir. El hombre en quien se va levantando este velo es el que más conoce; aquel en el que se mantiene denso, es el ignorante, y quien ha logrado quitarlo enteramente lo conoce todo, es omnisciente. Ha habido hombres omniscientes y creo que habrá muchos más todavía; y que habrá millares de ellos en los ciclos futuros. 

El conocimiento existe en la mente como el fuego en el pedernal; la sugestión es la fricción que lo hace brotar. Lo mismo ocurre con todos nuestros sentimientos y acciones -sonrisas y lágrimas, dichas y penas, risas y lamentos, maldiciones y bendiciones, alabanzas y censuras- si nos estudiamos tranquilamente a nosotros mismos, veremos que han surgido de adentro producidos por otros tantos impactos. El resultado es lo que somos; al conjunto de todos esos impactos se le llama karma -obra, acción. 

Cada golpe mental y físico dado al ego por el cual, podemos decir, se produce la chispa, y por los cuales éste descubre su propio poder y conocimiento, es karma, usando la palabra en su más amplio sentido; así, pues, todos estamos produciendo continuamente karma.

Os estoy hablando, eso es karma.
Vosotros escucháis, eso es karma.
Respiramos, eso es karma.
Caminamos, es karma.
Todo lo que hacemos, física o mentalmente, es karma
y deja sus huellas en nosotros.

3) Hay ciertos movimientos que son como el agregado, la suma total, de un gran número de impulsos más pequeños. Si nos acercamos a la costa del mar y oímos las olas al estrellarse contra las rocas nos parece oír un gran ruido; y sin embargo sabemos que una ola está compuesta, realmente, de millones y millones de diminutas olas, cada una de las cuales hace un ruido que nosotros, no obstante no percibimos; sólo las oímos cuando se agrupan en esa gran masa. Similarmente, cada latido del corazón es un modo de obrar; ciertas maneras de accionar las sentimos y se hacen tangibles para nosotros y son, sin embargo, el agregado de una cantidad de pequeñas acciones. Si deseáis juzgar realmente el carácter de un hombre no observéis sus grandes actos. Cualquier insensato puede convertirse en héroe en un momento dado. Observad a un hombre cuando ejecuta sus más comunes acciones; esas son, ciertamente, las que os revelarán el verdadero carácter de un gran hombre. 

Las grandes ocasiones elevan hasta al más bajo de los seres humanos a cierta clase de grandeza, pero sólo es realmente grande aquel cuyo carácter es siempre grande, es siempre el mismo, dondequiera esté.

4) El karma, en sus efectos sobre el carácter, es el poder más formidable con que el hombre tiene que enfrentarse.El hombre es, diremos, un centro y está atrayendo hacia sí todos los poderes del universo; en este centro funde a todos ellos y los emite de nuevo en una poderosa corriente. Este centro es el
hombre real, el omnipotente, el omnisciente, y atrae hacia sí a todo el universo; bien y mal, felicidad y sufrimiento, todo corre hacia él y se reúne entorno suyo; y con ello modela la poderosa corriente de tendencias llamada carácter y la arroja al exterior. Así como tiene el poder de atraerlo todo, también tiene el poder de emitirlo.

5) Todas las acciones que vemos en el mundo, todos los movimientos en la sociedad humana, todas las obras que tenemos en torno nuestro son, simplemente, el despliegue del pensamiento, la manifestación de la voluntad del hombre. Máquinas o instrumentos, ciudades, barcos, acorazados, todo es simplemente la manifestación de la voluntad del hombre; y esta voluntad es producida por el carácter y el carácter es moldeado por el karma.

Así como es el karma, así es la manifestación de la voluntad. Los hombres de poderosa voluntad que el mundo ha producido han sido todos tremendamente activos -almas gigantescas dotadas de una voluntad capaz de arrancar los mundos de sus órbitas, y esa voluntad fue adquirida por medio de un trabajo persistente efectuado durante siglos y siglos. La voluntad gigantesca de un Buddha o de un Jesús no podía ser adquirida en una sola vida, porque sabemos quienes fueron sus padres. Nada nos dice que éstos pronunciaran una sola palabra por el bien de la humanidad. Millones y millones de carpinteros como José ha habido, millones viven todavía. Han existido en el mundo millones y millones de pequeños reyes como el padre de Buddha. Si sólo fuera un caso de transmisión hereditaria, ¿cómo explicaríais que este pequeño príncipe al que quizá no obedecían sus propios servidores, produjera este hijo a quien medio mundo adora? ¿Cómo explicaréis el abismo que hay entre el carpintero y su hijo, a quien millones de seres humanos adoran como Dios? Esto no puede ser resuelto por la teoría de la herencia. La gigantesca voluntad que Buddha y Jesús esparcieron en el mundo, ¿de dónde les vino?; ¿de dónde proviene esta acumulación de poder? Debe haber estado allí durante edades y edades, creciendo de continuo hasta que produjo en la sociedad un Buddha o un Jesús, para continuar expandiéndose hasta nuestros días.

6) Todo esto es determinado por el karma, la acción. Nadie puede obtener cosa alguna a no ser que merezca; ésta es una ley eterna; algunas veces podemos pensar que no es así, pero a la larga llegamos a convencernos de ello. Un hombre puede luchar toda su vida por conseguir riquezas; puede trampear a miles, pero al fin se da cuenta que no merece ser rico y su vida se le hace molesta y una pesada carga. Podemos ir acumulando objetos para nuestro bienestar físico, pero sólo lo que merecemos es realmente nuestro. Un necio puede comprar todos los libros del mundo y tenerlos en su biblioteca, pero sólo será capaz de leer aquellos que merece; y este merecimiento es producido por el karma.

Nuestro karma determina lo que merecemos y lo que podemos asimilar. La responsabilidad de lo que somos es nuestra y cualquier cosa que queramos ser tenemos el poder de lograrlo. Si lo que somos ahora es el resultado de nuestras pasadas acciones, se desprende de ello, claramente, que todo lo que deseemos ser en el futuro puede ser producido por nuestras acciones presentes; así, pues, tenemos que saber cómo actuar. Vosotros diréis "¿cuál es la utilidad de aprender a actuar? Cada cual actúa de una manera o de otra en el mundo." Pero hay una cosa que hacemos, y ésta es, fragmentar nuestras energías. Con respecto al karma-yoga el "Bhagavad Guita" (Parte del poema épico "Mahabharata". Considerado por los eruditos occidentales como la más preciosa joya de la literatura oriental.) Dice que es ejecutar el trabajo con habilidad, como si fuera una ciencia: sabiendo cómo trabajar se pueden obtener los más grandes resultados.

Debéis recordar que toda acción es simplemente exteriorizar el poder de la mente, ese poder que ya existe en ella, despertar al ego. El poder está dentro de cada hombre, también lo está el conocimiento; las diferentes acciones son como golpes que los hacen surgir, que despiertan a esos gigantes.

7) El hombre actúa por distintos motivos; no puede haber acción sin motivo. Algunos quieren la fama y trabajan por la fama. Otros ambicionan dinero y trabajan por el dinero. Otros buscan poder y trabajan por el poder. Hay quienes quieren conseguir el cielo y actúan con el fin de alcanzarlo. Los hay que trabajan por dejar un nombre cuando se mueran, como hacen en China, donde ningún hombre consigue un titulo hasta que muere; costumbre mejor que la nuestra después de todo. Allí cuando un hombre hace algo muy bueno, dan un título de Nobleza a su padre ya muerto o a su abuelo. Algunas personas trabajan para eso. Los que pertenecen a ciertas sectas mahometanas trabajan toda su vida para lograr que se les construya un gran sepulcro cuando mueran. Conozco sectas entre las que tan pronto como nace un niño le preparan una tumba; ésta es según ellos la acción más importante que un hombre tiene que llevar a cabo, y cuanto más grande y más suntuoso sea su sepulcro, tanto mejor se considera que el hombre es. Otros trabajan como cumpliendo una penitencia; después de cometer toda clase de maldades hacen levantar un templo o dan algo a los sacerdotes para comprárselos y obtener de ellos un pasaporte para el cielo. Piensan que esta clase de beneficencia les purificará y seguirán viaje sin pagar tasa alguna, a despecho de sus pecados. Tales son algunos de los diferentes motivos para actuar.

8. - Trabajad por amor al trabajo. Hay en cada país unos pocos seres humanos que son, realmente, la sal de la tierra y que trabajan por amor al trabajo, sin preocuparse del renombre ni la fama, ni siquiera de ir al cielo. Trabajan simplemente porque de ello resultará el bien. Hay otros que hacen bien a los pobres y ayudan a la humanidad por motivos todavía más elevados, porque creen en el bien y aman el bien. El deseo de nombre y fama, rara vez produce resultados inmediatos; por regla general ya somos viejos cuando llegan a nosotros y estamos cansados de la vida. ¿Si un hombre trabaja sin tener ningún motivo egoísta en vista, no consigue nada? Sí, logra lomás elevado. El inegoísmo es lo más compensatorio, pero los hombres no tienen la paciencia de practicarlo. También lo es desde el punto de vista de la salud. Amor, verdad e inegoísmo no son simples figuras retóricas de moral sino que constituyen nuestro más elevado ideal, porque en ellas se encuentra la manifestación de ese inmenso poder. En primer lugar, un hombre que puede trabajar cinco días, o menos aún, cinco minutos sin ningún motivo egoísta, sin pensar en el futuro ni en el cielo, ni en el castigo, ni en ninguna cosa por el estilo, tiene en sí la capacidad de llegar a ser un poderoso gigante moral. Es difícil de hacer esto, pero en lo íntimo de nuestros corazones reconocemos su valor y el bien que produce. Este tremendo control es la más grande manifestación de poder; este auto-control es una manifestación de mucho mayor poder que el necesario para cualquier otra acción externa. Un carruaje con cuatro caballos desbocados, puede precipitarse de una montaña abajo; pero no ocurrirá si el cochero puede sofrenar los caballos. ¿Cuál es mayor manifestación de poder, dejarlos o sofrenarlos? Una bala de cañón atraviesa el espacio, cruza una larga distancia y cae; otra es detenida por el choque contra una pared, y el impacto genera un calor intenso. Toda manifestación de energía impulsada por un móvil egoísta se fracciona; no producirá un poder que retorne a vosotros; pero si es controlada producirá un desarrollo de poder. 

Este auto-control tenderá a producir una voluntad poderosa, un carácter que dará un Buddha o un Cristo. Los insensatos no conocen este secreto; sin embargo quieren dirigir a la humanidad. Hasta un tonto puede regir al mundo entero si actúa y espera. Que aguarde unos años, que controle la necia idea de gobernar, y cuando ésta se haya ido totalmente, él será un poder en el mundo. La mayoría de nosotros no alcanza a ver más allá de unos pocos años, lo mismo que ciertos animales que no pueden ver más allá de unos cuantos pasos. Un pequeño y estrecho círculo; eso es nuestro mundo. No tenemos la paciencia de mirar más allá, y de este modo nos volvemos inmorales y malos esta es nuestra debilidad, nuestra impotencia.

9. - Ni aun las formas más bajas de actuar han de ser menos despreciadas. Dejad que el hombre que no conoce nada mejor trabaje por fines egoístas, por nombre y fama; pero todos deben tratar siempre de alcanzar móviles cada vez más elevados y de comprenderlo. "Tenemos derecho al trabajo pero no a sus frutos" (Bhagavad Guita). Dejad aparte los frutos. ¿Por qué preocuparse por los resultados? Si deseáis ayudar a un hombre, nunca penséis cuál será la actitud de él hacia vosotros. Si queréis hacer una obra grande o buena, no os inquietéis en pensar cuál será el resultado.

10. - Surge una cuestión difícil con respecto a este ideal de la acción. Es necesaria la actividad intensa, debemos actuar siempre. No podemos vivir un minuto sin actuar. Entonces, ¿qué hay del descanso? He aquí un aspecto de la lucha por la vida: la acción, en cuyo torbellino somos rápidamente absorbidos. Y he aquí el otro: la calma, la íntima renunciación; apacible a nuestro alrededor, hay muy poco ruido y pocos actores en la escena, sólo está la naturaleza con sus animales, plantas y montañas. Ninguno de estos aspectos constituye un cuadro perfecto. Si un hombre acostumbrado a la soledad se pone en contacto con el torbellino del mundo, será destruido por él; lo mismo pasa con el pez que vive en las aguas profundas del mar, el cual, tan pronto como es llevado a la superficie, se hace pedazos al ser privado del peso del agua que mantenía su integridad. ¿Puede un hombre que se ha acostumbrado al tumulto y apresuramiento de la vida, vivir a gusto en un lugar tranquilo? Sufre, y acaso puede llegar hasta perder la razón. El hombre ideal es aquel que, en medio del más grande silencio y soledad, halla actividad intensa, y en medio de la más intensa actividad, el silencio y la tranquilidad del desierto. Un hombre tal ha aprendido el secreto de dominarse; ha logrado el control de sí mismo. Atraviesa las calles de una gran ciudad, con su abigarrado tráfico,y su mente se halla tan tranquila como si estuviese en una caverna donde ni el más leve sonido puede llegarle; y es capaz de intensa actividad en todo momento. Este es el ideal del karma-yoga, y si habéis alcanzado esto, habréis aprendido, realmente, el secreto de la acción.

11. - Pero tenemos que empezar por el principio, ocuparnos de los trabajos que nos corresponda, aceptándolos como son, Y prodigar lentamente, ser más inegoístas cada día. Debemos hacer la obra y buscar el móvil que nos impulsa a hacerla, y casi sin excepción, en los primeros años, encontraremos que nuestros móviles son siempre egoístas; pero, gradualmente, este egoísmo se desvanecerá con la persistencia, hasta que al fin llegará un momento en que podamos hacer obra realmente inegoísta. Todos podemos esperar que un día u otro, luchando como vamos por las sendas de la vida, llegará un tiempo en que seamos perfectamente inegoístas; y cuando lo consigamos, todos nuestros poderes se concentrarán y el conocimiento que yace en nuestro interior se manifestará.

Karma Yoga, Swami Vivekananda: Prefacio por Swami Vijoyananda

Ramakrishna, maestro de Swami Vivekananda
PREFACIO

 Nos sentimos felices al presentar la primera edición de una traducción auténtica y correcta de “Karma-Yoga", de Swami Vivekananda. Las obras del gran Swami Vivekananda son expresiones de la Suprema Verdad. Swami Vivekananda, discípulo predilecto de Sri Ramakrishna (la Encarnación Divina) era un ser muy elevado. Estaba establecido en Dios. No sé cuántos de mis queridos lectores comprenderán el significado de este concepto. Les daré una idea aproximada de este estado de bienaventuranza que, para el caso, podríamos definirlo así: Swami Vivekananda vivía casi todo el tiempo en constante comunión con Dios. De manera que sus dichos y escritos son expresiones misericordiosas que ayudan a aquellos seres que sinceramente están buscando (según su propio temperamento) un sendero, un entendimiento, para lograr la Suprema Meta de la vida humana: Liberación Absoluta.

Si el lector tiene un temperamento activo y, al mismo tiempo, por su propia experiencia nota que su naturaleza ya no acepta la norma de la mayoría de la gente de una satisfacción momentánea en el plano sensorio y quiere disfrutar aquella plenitud de dicha donde nadie queda excluido, este lector encontrará la lectura del “Karma-Yoga” útil y de gran beneficio. Algunos creen que sólo por la lectura de buenos libros uno puede ser espiritual. La mera lectura, si no va acompañada de la práctica recomendada, puede hacer del lector con buena memoria un polemista de “Peñas”o “Club de Debates” donde se discute toda clase de ideas, hasta las ideas filosóficas y religiosas. Lo cierto es que la lectura de los libros escritos por verdaderos maestros, que son figuras condensadas de la Suprema Verdad, ayudan sólo a aquellos que sufren constantemente inquietud espiritual, en medio de la activa vida del progreso material, quienes llevan una vida moral y ética, que son naturalmente veraces y amantes de la humanidad, saben aprovechar los textos espirituales; para los otros (si los llegan a leer) no tienen más sentido que el de “una lectura más”, que, muchas veces, si algo les deja es una profunda confusión. 

Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros podemos comprender el significado real del dicho de la Encarnación Divina Sri Krishna cuando nos dice: ”Tenemos derecho al trabajo, pero no a sus frutos"? Muchos dicen que es imposible actuar sin pensar o sin anhelar el fruto, el resultado de la acción. Sin embargo, ese pensamiento, ese deseo que es acompañado por la febril esperanza en el fruto, les hace cada vez mas débiles, más limitados; se alejan cada vez más del verdadero progreso, que los convertiría al estado de Ser puro, esto es, en la Plenitud misma. Hay personas, que dicen ser muy instruidas, cuya opinión está formada por la lectura de los diarios y revistas - generalmente llenos de partidismos y de un pernicioso nacionalismo-, que creen que en el Occidente todos los seres humanos son muy activos y muy prácticos, y que piensan que los hindúes son poco activos, casi holgazanes y muy soñadores. Tales opiniones positivamente equivocadas y muy dañinas. La verdad es que, en todas partes del mundo, hay gente de la más variada mentalidad. Así como en la India se encuentra gente que vive para comer,también se encuentra en el Occidente gente contemplativa y dedicada a la vida espiritual, cuya realización se logra, por la activa práctica del inegoísmo. 

Las diferencias que separan a los orientales de los occidentales son meramente superficiales; son un puñado de ideas locales, regionales, de supersticiones y tradiciones, de nombres y formas, de modos de comer, de vestir y de divertirse. Debajo de esa superficialidad, los problemas y sus soluciones son puramente humanos, no son orientales ni occidentales. Sin embargo, por esa influencia ajena, nos equivocamos y, a veces, nos equivocamos enormemente, sembrando y cosechando desprecio, odio y rencor. 

Sólo será de provecho la lectura de “Karma-Yoga” para aquellos que han desarraigado de su mente esas limitantes ideas de “superioridad” e “inferioridad”, de crudo egoísmo, que mantienen al hombre en el nivel animal a pesar de su cuerpo humano. Filosóficamente, Swami Vivekananda es un Vedantista. Por su propia realización sabia que Dios trascendental es, a la vez, Dios universal y, también, que todo lo que existe es Dios manifestado. Eso de pensar que en algún momento estamos separados de Dios es la mayor ignorancia del ser humano y todo el progreso espiritual no es nada más que el esfuerzo, cualquiera sea el sendero que se siga, para destruir esa tan dañosa insensatez. 

Los Vedantistas declaran que hay tres clases de seres humanos: 

1) Los baddhas, aquellos que están profunda e inconscientemente ligados a las ideas y objetos transitorios. Ellos aceptan como única realidad la vida objetiva; creen que son criaturas de la naturaleza, aunque a veces, sin sentirlo, dicen que Dios es el creador. Su vida se manifiesta a través de los siguientes actos: respirar, moverse, comer, descansar o dormir, divertirse, hacer el acto sexual, temer o, atemorizar. Todos esos actos los llevan acabo con o sin la ayuda de la máquina. La inmensa mayoría de los seres humanos pertenece a esta categoría. Ellos no comprenderán el “Karma-Yoga”.

2) Mamukshu, o activos aspirantes a la liberación. Las personas de este tipo se han dado cuenta que el logro fácil o difícil de los objetos o ideas que buscan para satisfacer sus deseos corpóreos o mentales, no los libera de esa ligadura que sienten, de ese encadenamiento que nos impone la dependencia, que les resulta no sólo molesto sino que, a veces, llega a ser penoso y hasta doloroso. Son ellos quienes buscan, se esfuerzan y experimentan diversos métodos, opiniones y consejos, para ser libres. Pero, una cosa esencial les falta, y ésta es, que no se examinan a sí mismo, no buscan su propia, intima naturaleza. No saben si esa intima naturaleza es activa, emocional, filosófica o mística. Siguen leyendo muchos libros, oyendo opiniones ajenas y, a veces, tratan de encaminar su vida durante cierto tiempo influido por la atracción de alguna lectura o conferencia de algún escritor o conferencista. Aún más. Como al principio sus sufrimientos y problemas surgen en el plano físico-mental, buscan soluciones de alivio inmediato, ya sea para ellos, o para sus familiares, o para su patria o para la humanidad toda, pero siempre sin llegar a la raíz del mal. Si no son religiosos ocasionales, practicantes de algún culto devocional, siguen haciendo obras altruistas. Sin duda alguna, no llevan la vida de los baddhas, o sumergidos en conceptos puramente materiales; pero, debo aclarar que su progreso hacia la vida espiritual es muy limitado. Hay gente instruida, por lo menos de habla española, que considera a sus actos altruistas como práctica de inegoísmo. El hombre del mundo, aunque sea muy instruido, difícilmente comprende que uno puede vivir, actuar y sentir felicidad, pensando y actuando continuamente para los demás. Porque la clave del "Karma-Yoga" consiste en la práctica del inegoísmo, esto es, el continuo “no yo, sino tú". Este "tú" puede ser la Divinidad, o cualquier ser. Todos piensan y actúan, todos producen “karma", pero sólo los bien despiertos, amantes de lo permanente, del estado de liberación, pueden y practican, el "Karma.Yoga". Los devotos pueden y deben practicar el karma-yoga, ofrendando a Dios todos sus actos y pensamientos, y los resultados de ambos.

3) La tercera clase de gente es conocida como mukta, o liberado. Son muy pocos los que en una vida llegan a un estado tan elevado. La mayoría de ellos se despojan hasta de la noción de su personalidad, y después de haber logrado ese estado de bienaventuranza viven muy poco tiempo más, pero la bondad fluye de ellos naturalmente y ayudan a muchos aspirantes espirituales. Entre los seres de esta categoría muy de vez en vez viene uno que, por la especial e inexcrutable voluntad Divina, viven para esparcir el divino mensaje de la Liberación. 

Históricamente, el origen de este mensaje sobre Karma-Yoga, para nuestra época, quedó sellado en un día del año 1884. Sri Ramakrishna, la Encarnación Divina, estaba bajando del estado supraconsciente del samadhi, donde se unía con la Purísima Conciencia Divina. Repitió varias veces una expresión religiosa de los vaisnavas, adoradores de Vishnú, que dice: "Caridad a los seres, afecto al Santo Nombre y adoración a los devotos". Después de repetirla dos o tres veces, la corrigió, diciendo: "¡Qué insensatez! ¿Quién eres tú para hacer caridad a los seres? ¡El ser es Shiva (Dios Mismo)! Se lo debe servir." La habitación donde ocurriera ese hecho maravilloso estaba llena de devotos de Sri Ramakrishna. Todos le habían oído. Un momento después algunos jóvenes salieron y se reunieron afuera: entre ellos estaba Vivekananda. Muy emocionado, dijo a los otros: "¡Qué maravilla! ¡Qué cosa sorprendente y completamente nueva hemos oído hoy! Si Dios quiere, algún día esparciré al mundo entero ese divino mensaje." Y ese mensaje lo dio al mundo, en forma sistematizada, Swami Vivekananda en "KARMA-YOGA". Aun la gente buena, de cualquier parte del mundo, que constantemente hace obras altruistas, muy rara vez concibe la idea de liberación o salvación por la misericordia Divina. Ellos sienten el dolor humano, ven que sus semejantes sin instrucción llevan una vida embrutecida y considerándolos necesitados y dolientes los ayudan. Pero, en la ayuda que presta una persona u otra sigue existiendo el concepto de diferencia. Estos conceptos de alto y bajo, rico y pobre, sano y enfermo es la sementera de todo mal. Ese mal sólo puede ser sacado de la mente por la práctica de karma yoga, sirviendo a todos los seres humanos, considerándolos como vivientes manifestaciones del Único, indivisible Dios. Con esta nueva modalidad del "servicio", el servidor y aquel a quien se sirve, ambos quedan beneficiados; quien así sirve deshace su egoísmo y progresa hacia lo universal, alcanzando lo cual uno se vuelve inmortal y goza de la bienaventurada Liberación. 

El Karma- Yoga nos enseña y nos ayuda positivamente, pues aprendemos que por cualquier acción inegoísta podemos sentir la presencia de Dios. Es un hecho muy triste y lamentable el ver que, en todas partes del mundo, la inmensa mayoría lleva una vida sumida en la ignorancia, falta de instrucción, hasta de una alimentación básica nutritiva, y esta clase de gente, de mentalidad reducida, sólo puede levantarse por la cariñosa manifestación de la vida inegoísta. Desde la guerra ruso-japonesa el mundo, en una o en otra parte, está en guerra, en pequeña o en gran escala. La paz es hoy un concepto utópico. Hay muchas clases de progresos, de los cuales se habla y se oye hablar, pero todos ellos mantienen y robustecen, casi en todos los casos, uno de los peores y más dañino de los vicios del ser humano: el egoísmo. Que los instruidos se den cuenta de esto y piensen seriamente para no convertirse en participe activos o inconscientes de la propagación de este cáncer mental que está diezmando la sociedad humana. 

El mensaje del KARMA-YOGA llega a todos nosotros, para que seamos bien activos, purifiquemos nuestro corazón de toda mezquinad y hagamos de la vida toda un ininterrumpido servicio a la humanidad, humanidad que es la más evidente y mejor manifestación de la Divinidad. He oído muy a menudo una queja: "¿Por qué debemos luchar tanto?''. Aquel que no lucha es un perezoso, una cosa inerte. ¡Luchemos para conquistar el bienaventurado estado de la Liberación! Entonces, sólo entonces, en la plenitud sentiremos la Paz. Sirviendo a todos los seres necesitados como siendo manifestaciones Divina, ofrendando el fruto de toda accióna Dios, seremos bienaventurados. Ésa es la gran lección del “Karma-Yoga".

SWAMI VIJOYANANDA

29 mar 2014

Raja Yoga, Swami Vivekananda: cap 8, PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN

CAPÍTULO VIII - PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN 

Daremos unas cuantas reglas cuya observancia guiará el ejercitante en la práctica de la meditación. 

De pie, con el cuerpo erguido, fíjese la vista en la punta de la nariz. 

Dice el Bhagavad Gita: 

"Dedíquese el yogui a la Yoga y more en escondido paraje, con cuerpo y mente subyugados, libre de esperanza y deseo." 

"En lugar incontaminado establezca su firme asiento, ni muy alto ni muy bajo, aderezado con hierba kusha, tapizada con una tela y una piel negra de antílope. "

"Allí, firme en su asiento, con la, mente concentrada en un mismo punto de conversión, con el pensamiento subyugado y restrictas las funciones de los sentidos, practique la Yoga para purificar su ser . "

"Con pecho, cuello y cabeza erguidos, firmemente inmóvil, mirando de hito en hito el extremo de la nariz sin divertir la vista a lado alguno, sereno y libre de temor todo su ser, constante en el voto del brahmachari, disciplinada la mente y pensando en Mí, permanezca armonizado en la aspiración a Mí." 

De estos pasajes se infiere que la posición también puede ser sedente, pero siempre con pecho, cuello y cabeza erguidas y mirando fijamente la punta de la nariz. Esta fijeza de la vista tiene por finalidad el dominio de los dos nervios ópticos que favorecen el dominio de la voluntad. 

Imaginemos en el chacra coronario de la cabeza un loto de ocho pétalos cada uno de los cuales simbolice un poder del yogui y cuyo tallo denote el conocimiento, y los estambres y pistilos la renunciación. Si el yogui renuncia a los poderes psíquicos alcanzará la salvación; pero si por desgracia los empleara en provecho propio dejaría de ser yogui. En el interior del loto imaginemos al Ser radiante, omnipotente, inefable, intangible, cuyo nombre es AUM, rodeado de efulgente luz. Medítese. 

Otra especie de meditación consiste en fijar la mente en el chacra o centro vital del corazón, donde arde una llama, símbolo de nuestra alma. Imaginemos que en el interior de esta llama mora Dios, alma de nuestra alma. Medítese. Diferentes y armónicas vibraciones mentales levantan la castidad, la compasión, la misericordia, la veracidad, el perdón de las ofensas, aun de las recibidas de nuestros mayores enemigos, y la fe en Dios. Nadie debe desalentarse si todavía no es perfecto en estas virtudes, pues si en su ejercicio persevera las dominará. El Señor concederá todo cuanto le pida quien en Él se haya refugiado y que renuncie a todo afecto, que no sienta temor ni cólera y con el corazón limpio y puro se dirija al Señor. Adorad al Señor por medio del conocimiento, del amor o de la renunciación. 

Dice el Bhagavad Gita: 

"Quien no malquiere a ser alguno, el amable y compasivo, libre de afectos y egoísmo, ecuánime en la dicha y en la pena, indulgente, siempre gozoso, en armonía con su regulado Yo, de voluntad resuelta, con mente y discernimiento posados en Mí ¡oh, devoto mío! él es a quien yo amo. "

"Quien no conturba al mundo ni el mundo le conturba, que está libre de las inquietudes del goce, del temor :y de la cólera, él es a quien yo amo. "

"El que nada desea, el que sin pasión, sereno, experimentado y puro renuncia a toda empresa, él ¡oh, devoto mío! es a quien yo amo."

"El que ni ama ni aborrece ni se aflige ni desea y con plena devoción renuncia al bien y al mal, él es a quien yo amo. "

"Quien inalterable se mantiene ante el amigo y ante el enemigo, en la fama y en la ignominia, en el calor y en el frío, en la dicha y en la pena, libre de afectos, que por igual recibe la alabanza y el vituperio, silencioso, del todo satisfecho con lo que le sucede, sin hogar propio, de mente firme y plena devoción, él es a quien yo amo. "

"Mas, en verdad, aquellos devotos llenos de fe para quienes Yo soy el Supremo Objeto y participan de esta vivificadora Sabiduría que aquí te revelé, ellos son a quienes predilectamente amo." 

El divino sabio Narada pasaba un día por un bosque y vió un hombre sentado en actitud meditabunda, en cuyo rededor habían levantado un montículo las hormigas blancas. 

El hombre le preguntó a Narada : 
- ¿A dónde vas? 
- Al cielo. 
- Pues dile a Dios que cuándo tendrá misericordia de mí, y alcanzaré la liberación. 
Más adelante de su camino encontró Narada a otro hombre que brincaba, cantaba y bailaba como si estuviese muy alegre, quien también le preguntó: 
- ¿A dónde vas? 
- Al cielo. 
- Pues pregunta cuándo alcanzaré la liberación. 
Prosiguió Narada su camino, y al cabo de mucho tiempo volvió a pasar otra vez por el mismo bosque. 
El hombre de las hormigas blancas, le preguntó: 
- ¿Cumpliste mi encargo? 
- Sí. 
- ¿Y qué te dijo Dios? 
- Que alcanzarás la liberación después que hayas pasado por otras cuatro vidas terrenas. 
El hombre aquel prorrumpió en amargo llanto, diciendo: 
- He meditado hasta el punto de que las hormigas blancas han tenido tiempo de levantar un montículo en mi derredor y aun he de esperar cuatro vidas más. 
El otro hombre le preguntó asimismo a Narada: 
- ¿Cumpliste mi encargo? 
- Sí. 
- ¿Y qué te ha dicho Dios? 
- ¿Ves este tamarindo? Pues has de nacer tantas veces como hojas tiene su follaje, y entonces alcanzarás la liberación. 
El hombre alegróse en extremo, y bailando de contento exclamó: 
- ¡Qué dicha! ¡Alcanzar la liberación tan pronto! 
Pero en aquel punto resonó una voz que decía : 
- ¡Hijo mío! Liberado estás desde este momento. 

Tal fue el premio de su perseverancia final. Estaba dispuesto a seguir esforzándose todas aquellas futuras vidas sin desalentarse ni abatirse, mientras que el otro asceta se quejaba de que fuese demasiado largo el corto plazo de cuatro vidas. Únicamente la perseverancia en la práctica de la Yoga Raja puede dar provechosos resultados.

Traducido por Federico Climent Terrer