5 jul 2014

Karma Yoga, Swami Vivekanada: cap 2, CADA UNO ES GRANDE EN SU PROPIO LUGAR


CAPÍTULO SEGUNDO: CADA UNO ES GRANDE EN SU PROPIO LUGAR 

12) La filosofía sankhya y la naturaleza. 13) En todo hombre existen esas tres fuerzas de la naturaleza, que semanifiestan como: equilibrio, actividad e inercia. Su predominio de una u otra determina la característica de los hombres. 14) Son diferentes las ideas sobre moral, sin embargo, buscamos una norma universal. 15) También varían las ideas acerca del deber. 16) "No resistir al mal". 17) Aquél que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios. No siempre es malo quien resiste al mal, y puede ser, a veces, el deber de quien así actúa. 18) El "Bhagavad Guita" y la no-resistencia. 19) Sólo cuando se haya logrado el poder resistir al mal, será una virtud la no-resistencia. 20) Hay que pasar por la actividad para llegar a la perfecta calma. 21) La inactividad debe ser evitada. Son muy pocas las personas que han logrado la calma, la capacidad de no resistir al mal. 22) Lo mejor es cumplir con el propio deber, pues, el deber de uno no es el deber del otro. 23) Los diferentes caracteres son variaciones naturales de la creación. 24 al 49) Reglas del sistema moral hindú para el jefe de familia, el monje y el estudiante. 50) En los Vedas se repite una palabra "intrepidez". El temor es un signo de debilidad. 51 al 61) Parábola del rey y el sannyasin (monje) que ilustra lo de que: "cada uno es grande en su propio lugar".

12. - Según la filosofía sankhya la naturaleza está compuesta de tres fuerzas, llamadas en sánscrito sattva rajas tamas.

Estas fuerzas en su manifestación en el mundo físico son lo que podemos llamar equilibrio, actividad e inercia. Lo típico del tamas es la oscuridad o inactividad; rajas es actividad, expresada como atracción o repulsión; y sattva
es el equilibrio de las dos.

13. - En cada hombre existen estas tres fuerzas. Algunas veces, predomina el tamas; nos volvemos perezosos, no nos podemos mover, somos inactivos, esclavizados por ciertas ideas o por simple torpeza. Otras veces, prevalece la actividad, y otras, en fin, esa calma producida por el equilibrio de ambos. Por otra parte, en los distintos hombres predomina, generalmente, una de esas fuerzas. La característica de ciertos hombres es la inactividad, la torpeza y la pereza; la de otros, la actividad, el poder, la manifestación de energía, y, en otros, hallamos la dulzura, calma y nobleza, que son debidas al equilibrio de la acción y la inacción. Lo mismo ocurre en toda la creación -tanto en los animales y las plantas como en los hombres-, donde hallamos las manifestaciones más o menos típicas de todas esas diferentes fuerzas.

14. - El karma-yoga trata especialmente de estos tres factores. Sabiendo lo que son y cómo emplearlos, nos servirán de ayuda para hacer mejor nuestra obra. La sociedad humana es una organización constituida por grados. Todos sabemos lo que es moralidad, lo que es deber, pero, al mismo tiempo, vemos que según los países el significado de "moralidad" varía grandemente. Lo que es considerado como moral en un país, en otro, puede considerarse como perfectamente inmoral. Por ejemplo: en un país pueden casarse los primos, en otro, eso se considera como muy inmoral; en uno, los hombres pueden casarse con sus cuñadas, en otro, lo miran como inmoral; en un país la gente puede casarse una sola vez, en otro, muchas veces, y así por el estilo. Del mismo modo, en todos los otros aspectos de la moralidad hallamos que la norma varía grandemente y, sin embargo, tenemos la idea de que debe haber una norma universal de moralidad.

15. - Lo mismo pasa con el deber. La idea del deber varía mucho entre los diferentes pueblos; en uno; si un hombre no hace ciertas cosas la gente dice que ha obrado injustamente, mientras que si hace esas mismas cosas en otro lugar, dirán que no ha obrado bien; y, sin embargo; seguimos creyendo que debe haber alguna idea universal del deber. Del mismo modo, una clase de la sociedad piensa que ciertas cosas están dentro de su deber, mientras que otra clase cree todo lo contrario y se horrorizaría si tuviese que hacerlas. Dos caminos nos quedan: el del ignorante que piensa que sólo hay un camino hacia la verdad y que todos los otros están equivocados, y el del sabio,que admite que, según nuestra constitución mental o los distintos planos de existencia en que estamos, el deber y la moralidad pueden variar. Lo importante es saber que hay gradaciones en las normas de deber y moralidad, que el deber de un estado de la vida, en cierta clase de circunstancias, no es ni puede ser el de otro.

16. - Daremos una ilustración: Todos los grandes maestros nos han enseñado que "no hay que resistir al mal", que la no-resistencia es el más elevado ideal moral. Todos sabemos que si cierto número de nosotros intentara poner plenamente en práctica esta máxima, todo el edificio social caería hecho pedazos, los malvados tomarían posesión de nuestras propiedades y de nuestras vidas y harían lo que quisieran de nosotros. Bastaría que esta no-resistencia fuera practicada un solo día para llevarnos al desastre. 

Sin embargo, intuitivamente, en lo más íntimo de nuestros corazones sentimos la verdad de la enseñanza de "no resistir al mal". Esto nos parece ser el más elevado ideal; no obstante, enseñar esta doctrina sólo equivaldría a condenar a una vasta proporción del género humano. No solamente esto, sería hacerles sentir a los hombres que están siempre obrando mal; sería provocarles escrúpulos de conciencia por todos sus actos; todo ello les debilitaría Y esta constante disconformidad consigo mismo alimentaría más vicios que cualquier otra debilidad. Para él hombre que ha comenzado a odiarse a sí mismo, la puerta de la degeneración ya ha sido abierta; y lo mismo ocurre respecto a un pueblo todo.

17. - Nuestro primer deber es no odiarnos a nosotros mismos, porque para progresar tenemos que tener primero fe en nosotros mismos y después en Dios. El que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios. Por lo tanto la única alternativa que nos queda es reconocer que el deber y la moral varían según las circunstancias; no debemos creer que el hombre que resiste al mal está haciendo lo que es siempre intrínsecamente malo, pues según las diversas circunstancias en que está colocado puede hasta ser su deber resistir al mal.

18. - Al leer el Bhagavad-Guita, muchos de vosotros en los países occidentales, quizá os hayáis sorprendido cuando en el segundo capítulo Sri Krishna llama a Arjuna hipócrita y cobarde por rehusarse a pelear, o a ofrecer resistencia, porque, siendo sus adversarios parientes y amigos, hace el alegato de que la no-resistencia es el más elevado ideal del amor. Esta es una gran lección que debemos aprender, que en todas las cosas los dos extremos se tocan; el extremo positivo y el negativo son siempre similares; cuando las vibraciones de la luz son demasiado lentas no las vemos, ni tampoco las vemos cuando son demasiado rápidas. Igual ocurre con el sonido; cuando sugrado es muy bajo no lo oímos, cuando es muy alto tampoco. De naturaleza semejante es la diferencia entre la resistencia y la no-resistencia. 

Un hombre no resiste porque es débil, perezoso y no puede resistir, pero no es que no quiera hacerla; otro, sabe que puede dar un golpe irresistible si quiere, sin embargo, no sólo no lo da sino que bendice a sus enemigos. Aquel que no resiste por debilidad comete un error y, por lo tanto, no puede recibir ningún beneficio de la no-resistencia; mientras que el otro cometería un error si ofreciera resistencia. Buddha abandonó su trono y renunció a su reino, ésta fue una verdadera renunciación; pero, no puede haber renunciación en el caso de un mendigo que nada tiene que renunciar. Así pues, debemos siempre ser cuidadosos acerca de lo que queremos decir realmente cuando hablamos de esta no-resistencia y amor ideal. Debemos primero tratar de comprender si tenemos el poder de resistir o no. Entonces, si lo tenemos y renunciamos a él y no resistimos, estamos actuando con gran amor; pero si no podemos resistir y, sin embargo, al mismo tiempo tratamos de engañarnos creyendo que somos guiados por motivos del más elevado amor, estamos haciendo exactamente lo contrario. Arjuna se volvió un cobarde en presencia del poderoso ejército que tenía contra él; su "amor" le hacía olvidar su deber para con su patria y su rey. Por eso, le dijo Sri Krishna que era un hipócrita: "¡Tú hablas como un sabio pero tus acciones te denuncian como un cobarde; por lo tanto, yérguete y lucha!”

19. - Tal es la idea central del karma-yoga. El karma-yogui es el hombre que comprende que el más elevado ideales la no-resistencia y, además, que ésta es la más alta manifestación de poder cuando realmente se posee; y también sabe que lo que se llama resistencia al mal es sólo un paso en el camino que conduce a la manifestación de ese poder más elevado, es decir, a la no-resistencia. Mientras no haya llegado a este ideal más elevado, el deber del hombre es resistir al mal; debe actuar, debe luchar, debe resistir con toda su fuerza. Sólo entonces, cuando haya logrado el poder de resistir, será una virtud la no-resistencia.

20. - Una vez, encontré en mi país un hombre a quien antes había conocido como muy tonto y torpe, nada sabía ni tenía deseo de saber nada, vivía la vida del bruto. Me preguntó qué debía hacer para conocer a Dios, y para liberarse. "¿Podéis decir una mentira?", le pregunté. "No", replicó. "Entonces debéis aprender a decirla. Es mejor decir una mentira que ser un bruto o un trozo de madera; sois inactivo; ciertamente no habéis alcanzado el más elevado estado, que está más allá de toda acción, el estado de serenidad y calma; sois demasiado torpe hasta para hacer algo malo". Éste era un caso extremo, naturalmente, y yo bromeaba con él; pero, lo que yo quería decir, era que un hombre debe ser activo, a fin de llegar por la actividad a la perfecta calma.

21. - La inactividad debe ser evitada por todos los medios. Actividad siempre significa resistencia. Resistid todos los males mentales y físicos y cuando logréis resistirlos entonces vendrá la calma. Es muy fácil decir: "no odies a nadie, no resistas al mal", pero nosotros sabemos lo que esto significa en la práctica. Cuando los ojos de la sociedad están puestos en nosotros, podemos aparentar la no-resistencia, pero en nuestros corazones sigue el cáncer. Sentimos la absoluta necesidad de disfrutar la calma que proviene de la no-resistencia; sentimos también que sería mejor resistir. Si deseáis riquezas y, al mismo tiempo, supierais que todo el mundo considera al que las desea como mal hombre, vosotros tal vez no os atreveríais a lanzaros a la lucha por conseguirlas, sin embargo, vuestra mente correrá día y noche tras el dinero. Esto es hipocresía y no sirve a propósito alguno. Zambullíos en el mundo y luego,después de un tiempo, cuando hayáis sufrido y gozado de todo lo que hay en él, vendrá la renunciación; entonces, vendrá la calma. Así pues, satisfaced vuestro deseo de poder y de toda otra cosa, y después que hayáis satisfecho los deseos, llegará el tiempo en que conoceréis que todos ellos son muy poca cosa ; pero hasta tanto no hayáis agotado ese deseo y pasado por esa actividad es imposible que logréis el estado de calma, serenidad y entrega de sí mismo. Esas ideas de serenidad y renunciación han sido predicadas durante miles de años; todos las conocen desde la niñez y, no obstante ello, vemos muy pocos en el mundo que hayan alcanzado realmente ese estado. Yo no sé si he visto en mi vida unas veinte personas que fueran realmente calmas y capaces de no resistir, y he recorrido mediomundo.

22. - Cada hombre debería modelar su propio ideal y esforzarse por realizarlo; ésta es una manera más segura de progreso, que el tomar los ideales de otros hombres, ideales que jamás puede esperar realizar. Por ejemplo, si tomamos un niño y le queremos hacer caminar veinte millas, o muere el niño o uno entre mil se arrastra las veinte millas para llegar al fin rendido y medio muerto. Algo parecido a esto es lo que tratamos de hacer, generalmente, con el mundo. No todos los hombres y mujeres de una sociedad cualquiera, poseen la misma mentalidad, capacidad, o igual poder para hacer las cosas; deben, pues, tener diferentes ideales, y nosotros no tenemos el derecho de mirar con desprecio ningún ideal. Que cada uno actúe lo mejor que pueda para realizar su propio ideal. No es correcto que a mí se me juzgue siguiendo vuestras normas, ni a vosotros siguiendo las mías. Al manzano no puede pedírsele las características del roble, ni al roble las del manzano. Para juzgar al manzano debéis aplicar las normas que caracterizan al manzano; para el roble las suyas propias.

23. - Unidad en la variedad es el plan de la creación. Por mucho que los hombres y mujeres varíen individualmente, hay una íntima unidad. Los diferentes caracteres individuales y diferentes tipos de hombres y mujeres, son variaciones naturales en la creación. De aquí que no debamos someterlos a una misma norma, ni ponerlos frente a un mismo ideal. Tal proceder sólo da lugar a una lucha antinatural, y su resultado es que el hombre comienza a odiarse a sí mismo y se ve impedido de ser bueno y religioso. Nuestro deber es alentar a cada uno en su lucha por alcanzar su más elevado ideal, esforzándose al mismo tiempo, para que ese ideal esté cada vez más cerca de la verdad.

24. - En el sistema moral hindú, hallamos que este hecho ha sido reconocido desde muy antiguos tiempos; sus escrituras y libros sobre ética, establecen diferentes reglas para las diversas clases de hombres: para el jefe de familia, para el sannyasin (El que ha renunciado al mundo) y para el estudiante.

25. - La vida de cada individuo, según las escrituras hindúes, tiene sus deberes particulares aparte de los que pertenecen en común a la humanidad toda. El hindú comienza su vida como estudiante; después se casa y se hace jefe de familia; a la vejez se retira, y, finalmente, abandona el mundo y se hace sannyasin.

A cada uno de esos estados de la vida pertenecen ciertos deberes. Ninguno de esos estados es intrínsecamente superior a los otros; la vida del casado es tan grande como la del célibe que se ha dedicado a la obra religiosa. El barrendero de la calle es tan grande y glorioso como el rey en su trono. Sacad a éste de su trono y obligadlo a hacer el trabajo del barrendero, veréis cómo se porta. Tomad al barrendero y veréis cómo gobierna. Es inútil decir que el hombre que vive apartado del mundo es más grande que el que vive en él; resulta mucho más difícil vivir en el mundo y adorar a Dios; que abandonarlo y vivir una vida libre y tranquila. Esos cuatro costados de vida, en la India, han sido en los últimos tiempos reducidos a dos: el de jefe de familia y el de monje. El jefe de familia se casa y cumple sus deberes de ciudadano, y el deber del otro es dedicar sus energías totalmente a la religión, predicar y adorar a Dios. 

Os leeré algunos pasajes del "Maha-Nirvana-Tantra" que tratan de este asunto y veréis que es una muy difícil tarea para un hombre, ser jefe de familia y cumplir todos sus deberes perfectamente:

26. - "El jefe de familia debe ser devoto de Dios; el conocimiento de Dios debe ser la meta de su vida. Sin embargo, debe trabajar constantemente, cumplir todos sus deberes, y abandonar el fruto de sus acciones a Dios."

27. - "Es la cosa más difícil de este mundo trabajar y no preocuparse por los resultados; ayudar a un hombre y no pensar jamás que debe estar agradecido, hacer alguna obra buena sin mirar nunca si traerá renombre y fama, o nada del todo. Hasta el más consumado cobarde se vuelve valiente cuando el mundo le alaba. Un necio puede ejecutar acciones heroicas cuando tiene la aprobación de la sociedad, pero que un hombre proceda bien, constantemente, sin preocuparse de la aprobación de sus semejantes es, realmente, el mayor sacrificio que puede hacer. 

El gran deber del jefe de familia es ganar el sustento, pero, debe cuidarse de no hacerlo valiéndose de la mentira, o del engaño, ni robando a los demás; tiene que recordar que su vida debe ser dedicada al servicio de Dios y de los pobres.

28. - "Sabiendo que el padre y la madre son los representantes visibles de Dios, el jefe de familia siempre y por todos los medios, debe brindarles satisfacciones. Si el padre y la madre están contentos, Dios está satisfecho con el hijo. Es, realmente, un buen hijo aquel que jamás usa palabras duras con los padres.

29. -¡”Delante de los padres no deben hacerse bromas, ni mostrar impaciencia, ni cólera o irascibilidad. Ante el padre y la madre un hijo debe inclinarse respetuosamente, permanecer de pie en su presencia y no sentarse hasta que ellos se lo manden.

30. - "Si el jefe de familia tiene comida, bebida y ropas: sin mirar primero que no carezcan de ellos su padre y su madre, sus hijos, su esposa y los pobres, comete un pecado. La madre y el padre son las causas de su cuerpo, así que el hombre debe sufrir miles de molestias por hacerles bien.

31. - "Lo mismo son sus deberes para con la esposa; nadie debe reñir a su esposa, debiendo tratarla siempre como si fuera la propia madre. Y aun cuando se halle en las mayores dificultades y trastornos, no debe enojarse con ella.

32. - "El que piensa en otra mujer que no sea su esposa, si la toca aun mentalmente, ese hombre irá al oscuro infierno.

33. - "Delante de mujeres no debe usar un lenguaje impropio ni jactarse jamás de sus poderes. No debe decir "yohice esto, yo hice aquello".

34. - "El jefe de familia debe agradar a su esposa con dinero, vestidos, amor, fe y palabras de néctar, y jamás hacer cosa alguna que pueda molestarla. El hombre que ha logrado alcanzar el amor de una casta esposa ha tenido éxito en su religión y posee todas las virtudes".

35. - Los siguientes son los deberes hacia los hijos: "Un hijo debe ser criado cariñosamente hasta su cuarto año; instruirlo hasta los dieciséis; a los veinte, emplearlo en algún trabajo y, entonces, ser tratado afectuosamente por el padre como a su igual. De la misma manera, exactamente, debe ser tratada una hija y educada con el más grande de los cuidados y cuando se case, el padre debe darle joyas y bienes.

36. - "Después el deber del hombre es atender a sus hermanos y hermanas, y a los hijos de éstos, si son pobres, y los demás parientes, sus amigos y sirvientes. Luego a las personas de la misma población, a los pobres, y a cualquiera que le pida ayuda. Si teniendo medios suficientes el jefe de familia no se ocupa de dar a los parientes y a los pobres, sabed que sólo es un bruto; no es un ser humano.

37. - "Debe evitarse la excesiva atracción por los alimentos, vestidos, cuidado del cuerpo y peinados. El jefe de familia debe ser puro de corazón y limpio de cuerpo, siempre activo y dispuesto a trabajar.

38. - "Para con sus enemigos debe ser un héroe. Debe enfrentarlos. Este es el deber del jefe de familia. No debe sentarse en un rincón y ponerse a llorar y decir tonterías acerca de la no-resistencia. Si no se porta como un héroe con sus enemigos, no ha cumplido con su deber. Y para sus amigos y parientes, debe ser tan manso como un cordero.

39. - "Es deber del jefe de familia no reverenciar a los malvados, porque si los reverencia estimula la maldad; y será un gran error si pasa por alto a los que son dignos de respeto, a la gente buena. No debe brindar con prodigalidad su amistad, ni descarriarse buscando amigos por todas partes; debe observar, las acciones de los hombres con quienes desea trabar amistad, y cómo se comportan con los demás, razonar sobre ello y recién hacerse amigo.

40. - "No debe hacer estas tres cosas: hablar de su propia fama; hacer prédica de su nombre o de sus poderes; hablar de sus riquezas, o de lo que se le haya dicho privadamente.

41. - "El hombre no debe decir que es pobre ni rico; y nunca jactarse de su riqueza. Que sea su propio consejero; éste es su deber religioso. Esto no es mera sabiduría mundana; si un hombre no lo hace así, debe ser tenido por inmoral.

42. - "El jefe de familia es la base, el sostén de toda la sociedad; el principal dador. El pobre, el débil, los niños y las mujeres que no trabajan, todos viven del jefe de familia; por lo tanto, a su cargo están ciertos deberes que debe cumplir, y para llevarlos a cabo debe sentirse fuerte y no pensar que está haciendo cosas inferiores a su ideal. Así es que, si ha hecho algo mal o cometido algún error, no debe hacerlo público; y si está entregado a alguna empresa y tiene la seguridad de que fracasará, tampoco debe hablar de ello. El exponer tales cosas de uno mismo, no sólo están fuera de lugar sino que debilitan al hombre y lo hacen incapaz de cumplir con sus legítimos deberes en la vida. Al mismo tiempo, debe luchar reciamente para lograr las siguientes cosas: en primer lugar, conocimiento. Y en segundo lugar, prosperidad. Este es su deber, y si no lo hace será un nadie. Un jefe de familia que no lucha por conseguir prosperidad, es inmoral. Si es perezoso y se contenta con llevar una vida ociosa, es inmoral porque de él dependen centenares de personas. Si logra riquezas, centenares de personas podrán vivir de ella.

43. - Si no hubiese en esta ciudad centenares de hombres que se han esforzado por hacerse ricos y lo han logrado ¿dónde estaría esta civilización, sus sociedades de beneficencia Y sus grandes edificios?

44. - En casos tales no es malo buscar la riqueza, porque es para distribuirla. El jefe de familia es el centro de la vida y de la sociedad. Para él es un culto lograr y distribuir generosamente la riqueza, pues el que lucha para hacerse rico siguiendo los medios buenos y con propósitos buenos está haciendo, prácticamente, lo mismo para la conquista de la salvación que el anacoreta en su celda cuando está orando; en ellos sólo vemos dos aspectos de la misma virtud de abnegación y sacrificio inspirada por el sentimiento de devoción a Dios y a todo lo que es Suyo.

45. - Debe luchar por adquirir un buen nombre; no debe jugar ni andar en malas compañías; no debe mentir, y no debe ser causa de molestias para los demás.

46. - A menudo los hombres emprenden cosas sin contar con los medios para realizarlas, con el resultado que engañan a otros para lograr sus fines. Luego hay en todas las cosas el factor tiempo que debe tomarse en consideración; lo que en cierto momento puede ser un fracaso, tal vez, en otro, sea un grandísimo éxito.

47. -El jefe de familia debe decir la verdad, hablar cordialmente, usar las palabras que agradan a la gente y que harán bien a los demás; no debe hablar de los asuntos relacionados con los otros hombres.

48. - El jefe de familia, cavando estanques, plantando árboles al borde de los caminos, estableciendo lugares de descanso para los hombres y los animales, haciendo caminos y construyendo puentes, se dirige hacia la misma meta que el más grande de los yoguis.

49. - Esta es una parte de la doctrina del karma yoga -actividad, el deber del jefe de familia. Hay un pasaje más adelante, donde se dice: "Si el jefe de familia muere en el campo de batalla, luchando por su país o su religión, llega a la misma meta que el yogui por la meditación", mostrando, con ello, que lo que es deber para uno no lo es para el otro; al mismo tiempo, esto no quiere decir que un deber  eleva y el otro rebaja; cada deber tiene su propio lugar y según las circunstancias en que nos encontramos debemos cumplir con nuestros propios deberes.

50. - Una idea surge de todo esto, la condenación de toda debilidad. Esta es una idea particular de todas nuestras enseñanzas que me gusta, ya sea en la filosofía, en la religión, o en la acción. Si leéis los Vedas hallaréis repetida siempre esta palabra: "intrepidez", no temer nada. El temor es un signo de debilidad. Un hombre debe cumplir sus deberes sin hacer caso de las burlas ni temer al ridículo.

51. - Si un hombre se retira del mundo para adorar a Dios, no debe pensar que aquellos que viven en él y actúan para el bien del mundo, no está adorando a Dios; tampoco los que viven en el mundo dedicados a sus esposas e hijos, deben pensar que los que han abandonado el mundo son vagabundos despreciables... Cada uno es grande en su propio lugar. Ilustraré este pensamiento con un cuento:

52. - Cierto rey, acostumbraba preguntar a todos los sannyasines que llegaban a su país: "¿Quién es más grande, el que abandona el mundo y se hace sannyasin o el que vive en el mundo y cumple sus deberes como jefe de familia?" Muchos sabios habían tratado de resolver el problema. Unos aseguraban que el sannyasin era el más grande, a lo cual el rey pedía que probaran su afirmación. Cuando no podían hacerla, les ordenaba casarse y hacerse jefes de familia. Otros decían: "El jefe de familia, que cumple sus deberes es más grande". A estos, también el rey les pedía pruebas. Cuando no podían darlas les pedía, también, que se dejaran de ser jefes de familia.

53. - Llegó, por último, un joven sannyasin y el rey le hizo la misma pregunta. "Cada uno, ¡Oh rey!, es grande en su propio lugar", le contestó. "Probadme eso", dijo el rey. "Os lo probaré", repuso el sannyasin, "pero primero debéis venir a vivir conmigo y durante algunos días hacer la vida que yo hago para que os lo pueda demostrar". El rey consintió y siguió al sannyasin fuera de su propio territorio. Atravesaron muchos países hasta que llegaron a un gran reino. En la capital de éste, tenía lugar una importante ceremonia. El rey y el sannyasin oyeron el sonar de tambores y música, también a los pregoneros; el pueblo estaba reunido en las engalanadas calles y se hacía una gran proclama. El rey y el sannyasin se detuvieron para ver lo que pasaba. El pregonero proclamaba en alta voz que la princesa, hija del rey de aquel país, estaba por elegir esposo entre los que se congregaran ante ella...

54. - Era una antigua costumbre en la India que las princesas eligieran esposo de esta manera, teniendo cada una su idea acerca de la clase de hombre que quería para marido; unas preferían el más hermoso; otras el más erudito; otras, a su vez, el más rico, y así por el estilo... Todos los príncipes de los países vecinos se presentaban ante ella con sus más lujosos atavíos. A veces, también ellos tenían pregoneros que enumeraban ventajas y razones por las cuales esperaban que la princesa los eligiera. Ésta era conducida en su trono de un lado a otro con gran pompa; los miraba, escuchaba, y si no le satisfacían decía a los que la conducían: "adelante", sin prestar más atención en los pretendientes rechazados. Si, por el contrario, alguno de ellos le agradaba, le colocaba una guirnalda de flores y le hacía su esposo.

55. - La princesa del país al cual nuestro rey y el sannyasin habían llegado celebraba una de esas interesantes ceremonias. Era la princesa más bella del mundo y su esposo sería quien gobernase el reino a la muerte de su padre. La princesa deseaba casarse con el más hermoso, pero no podía hallar uno que le agradara. Varias veces habían tenido lugar aquellas reuniones, pero la princesa aun no había podido elegir su esposo. Esta reunión era la más espléndida de todas, había concurrido a ella más gente que nunca. La princesa llegó en un trono y los portadores la conducían de una parte a otra. Parecía que no se fijaba en ninguno y todos comenzaban ya a sentir frustradas sus esperanzas viendo que aquella reunión resultaría también Un fracaso. En aquel momento llegó un joven, un sannyasin, bello como si el sol hubiera descendido a la tierra, y colocándose en un rincón de la asamblea observaba lo que pasaba.El trono con la princesa se aproximó a él, y tan pronto como ella le vio, detuvo se y le echó la guirnalda al cuello. El joven sannyasin tomó la guirnalda y tirándola dijo: ¿Qué insensatez es ésta? Yo soy un sannyasin. ¿ Qué es el matrimonio para mí? El rey pensó que tal vez aquel hombre era pobre y por eso no se atrevía a casarse con la princesa, y le dijo: " ¡Con mi hija va medio reino ahora, y todo él después de mi muerte!" Y puso otra vez la guirnalda sobre el sannyasin.

El joven la tiró de nuevo, diciendo: "Insensato. Yo no quiero casarme", y se marchó rápidamente de aquel lugar.

56. - Pero la princesa, que había quedado tan enamorada de aquel joven, dijo: "Debo casarme con este hombre o moriré", y fue tras él para hacerlo volver. Entonces, nuestro otro sannyasin, el que había llevado al rey allí, le dijo: "Rey, sigamos a esta pareja"; y los siguieron tras, pero a una buena distancia. El joven sannyasin que había rehusado casarse con la princesa, se internó tierra adentro algunas millas; entonces llegó a un bosque y penetró en él seguido de la princesa; ambos a su vez eran seguidos por los otros dos. Mas aquel joven sannyasin conocía muy bien ese bosque y todas sus intrincadas sendas; de pronto tomó una y desapareció, sin que la princesa pudiera descubrirle. Después de procurar hallarle, en vano, durante largo tiempo, se sentó bajo un árbol y comenzó a llorar, pues no sabía cómo salir del bosque. 

Entonces nuestro rey y el sannyasin se le acercaron y le dijeron: "No lloréis; os enseñaremos el camino para salir del bosque, pero está demasiado oscuro para hallarlo ahora. Aquí hay un árbol frondoso; descansemos bajo él y a la mañana partiremos temprano y os mostraremos el camino”.

57. - En aquel árbol vivía en un nido un pajarito con su compañera y tres hijitos. El pajarito miró hacia abajo y al ver tres personas bajo el árbol dijo a su esposa: "¿Qué haremos, querida? Hay tres huéspedes en casa, es invierno y no tenemos fuego". Entonces se echó a volar y consiguió un pequeño tizón ardiendo, lo llevó en el pico y lo dejó caer ante los huéspedes, quienes agregando leña lograron tener un brillante fuego. Pero el pajarito no quedó satisfecho. De nuevo dijo a su esposa: "¿Qué haremos, querida? Estas personas tienen hambre y no tenemos nada para darles de comer. Somos amos de casa, nuestro deber es dar alimentos a cualquiera que llegue a ella. Yo debo hacer lo que pueda, les daré mi cuerpo”. Dicho esto se lanzó en medio del fuego y pereció. Los huéspedes, lo vieron caer y trataron de salvarlo, pero no les dio tiempo.

58. - La compañera del pajarito vio lo que su esposo había hecho y se dijo: "Aquí hay tres personas y sólo tienen un pájaro para comer". No es bastante; mi deber como esposa es no dejar que los esfuerzos de mi esposo hayan sido en vano; que tengan mi cuerpo también" y se arrojó al fuego en el cual murió quemada.

59. - Entonces los tres pajarillos, al ver lo que se había hecho y advertir que aun no había bastante alimento para los tres huéspedes, dijeron: "Nuestros padres han hecho lo que han podido y todavía no es suficiente. Nuestro deber es proseguir la obra de nuestros padres; que se vayan nuestros cuerpos también". Y se lanzaron también al fuego.

60. - Asombrados de lo que habían visto, las tres personas no pudieron, naturalmente, comer aquellos pájaros. Pasaron la noche sin comer y a la mañana el rey y el sannyasin indicaron el camino a la princesa, volviendo ésta ala casa de su padre.

61. - Entonces, el sannyasin dijo al rey: "Rey, habéis visto que cada uno es grande en su lugar. Si queréis vivir en el mundo, vivid como aquellos pájaros, pronto en cualquier momento para sacrificarlos por los demás. Si queréis renunciar a él, sed como aquel joven para quien la más hermosa mujer y un reino nada significaron. Si queréis ser  jefe de familia, haced que vuestra vida sea un sacrificio por el bienestar de los demás; si elegís la vida de renun-ciación, no miréis siquiera la belleza, ni el dinero ni el poder. Cada uno es grande en su propio lugar, pero el deber del uno no es el deber del otro".

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