28 ene 2014

Concentración y repetición en la práctica diaria del Ashtanga Yoga

Ashtavakrasana en Capilla del Monte, Argentina
La práctica del Ashtanga Yoga consiste en la repetición de unas series de asanas unidas por vinyasas, siempre en un mismo orden y con la misma cantidad de respiraciones.

Por supuesto que es una forma de practicar asanas, o una práctica de Yoga moderna, que a mucha gente no le agrada, prefiriendo las clases de yoga donde todas las clases se hacen rutinas diferentes. Son formas diferentes de trabajar. Tienen cosas positivas ambos tipos de práctica, pero lo que distingue al Ashtanga Yoga es esa "repititividad" que nos permite lograr una verdadera meditación en movimiento. 

Éste método de "repetición" es muy eficaz en varios aspectos:

Profundización en las asanas

Cuando realizamos por primera vez un asana, el cuerpo se siente un poco perdido. Comenzamos por "pensar" o "reconocer" donde están nuestras partes del cuerpo, cuales se apoyan en el suelo y como se apoyan, que músculos se estiran y cuales hacen fuerza, cuales nos sostienen.
 
Recordemos la definición de asana en los Yoga Sutras de Patanjali, libro II, 46: " La postura adecuada es aquella que es firme y agradable." Esto implica el conocimiento del cuerpo, de la parte del cuerpo que hace de base, sosteniendo y dando estabilidad a la postura, y la parte del cuerpo que se relaja y se torna "cómoda", para que la asana en su totalidad esté equilibrada física y mentalmente. 

Cuando por fin empezamos a conocer nuestro cuerpo descubrimos algo muy importante generalmente olvidado, el cuerpo está dormido, inmovilizado y tieso. Encontramos las articulaciones con sus diversas formas de movilidad, el cuerpo se vuelve a abrir lentamente, es un proceso largo, pero vamos ganando la libertad de movimientos de cada parte. Hay ciertas asanas que siempre tienen algo nuevo para ser descubierto, un lugar inexperimentado. Repetir siempre las asanas nos permite llegar a esos lugares, comprender la asana en su totalidad, trabajar íntegramente, con todo el cuerpo físico pero también con la mente y la respiración. 

Sin repetición no hay profundización. No es siempre lo mismo, es cada vez mas profundo. 

Generar un hábito

Repitiendo la práctica todos los días podemos generar un hábito. Repitiendo una acción, repitiendo un estado mental, una respiración específica, generamos nuevos patrones de movimiento, nuevos patrones respiratorios y nuevos patrones mentales. Las acciones generan hábitos y los hábitos generan el carácter.


Meditación en movimiento
El Ashtanga Yoga es meditación. La meditación requiere cierta cualidad mental, un estado de calma y focalización, y se obtiene cuando mediante la disciplina y el esfuerzo, dejamos de lado todos los pensamientos, es decir los "movimientos de la mente". Para esto, el meditador se sienta en su postura de meditación y trabaja enfocando la mente en un objeto, entonces los "vrittis" u "ondas mentales" se hacen conscientes y el objetivo es dejarlos pasar, no adherirse a ellos, para volver a enfocarse una y otra vez en el objeto de meditación. La "repetición" de esta rutina es la que fortalece la mente, es decir, si nos sentamos a meditar un solo día veremos lo difícil que es y cuan desorientada y dispersa se encuentra nuestra mente. Pero si todos los días nos sentamos a meditar poco a poco la mente se irá purificando y calmando, hasta que llegará el momento en que con tan solo sentarnos en la postura de meditación la mente entrará automáticamente es un estado meditativo. 

Con la práctica de Ashtanga Yoga sucede lo mismo. En primer lugar, es una "autopráctica", aunque estemos en un grupo junto a 20 personas mas, es uno mismo quien va siguiendo su secuencia y dictando a sí mismo las asanas, es decir que la mente trabaja y no se pone en automático dejando que otro haga su trabajo. La práctica diaria de la misma serie de asanas, con las respiraciones adecuadas, será el soporte para fortificar la meditación en movimiento, para lograr el verdadero fluir de los movimientos, acompañados de una mente aguda que penetra en profundidad cada parte  de la asana. De otro modo no podríamos lograr semejante equilibrio, la armonía adecuada para que el conjunto mente-cuerpo trabajen óptimamente. Mediante la repetición los movimientos y las asanas se suceden sin que la mente pueda escaparse, se mantiene presente en la acción momentánea. 


Por otra parte, suele suceder que este tipo de práctica pone en evidencia la desconcentración y dispersión mental. Al no tener una voz que nos dicta la secuencia en todo momento, es nuestro trabajo mantenernos concentrados repitiendo la secuencia. Por esta razón hay personas que dejan estas prácticas y buscan clases guiadas, pues no pueden enfrentar el esfuerzo que requiere ésta meditación. 

Focos de concentración

Resulta útil tener una lista de focos de concentración, como me gusta llamarles, es decir "objetos" de meditación, que podemos ir variando cada día de práctica. Especialmente pensé en esta lista para aquellas personas que ven la práctica algo monótona, utilizando los focos de concentración podemos profundizar aún mas en cada aspecto relevante de la práctica, logrando mayor calma y lucidez al momento de realizar las asanas, y trabajando la unidirección mental, o Pratyahara, y meditación o Dhyana. 

La forma de trabajar con los focos de concentración es la siguiente, elige uno de los items y focalízate en él durante toda la práctica, de comienzo a fin. Si eventualmente tu atención se dispersa del foco, vuelve a traerla una y otra vez. Analiza en profundidad dicho item en cada asana y cada vinyasa a fin de obtener el conocimiento profundo del mismo. Tener un foco de concentración no significa que no debes observar los otros items o aspectos de la práctica, pero se trata de profundizar tu sabiduría respecto a ese tema en particular. Si pierdes la concentración no te ofusques, debes mantener la ecuanimidad ante todo y volver a comenzar una y otra vez con tu foco. 


  • La posición corporal y las sensaciones: observa la posición de cada parte del cuerpo y del cuerpo en su totalidad, observa las sensaciones corporales para obtener información de los músculos (cuales se estiran y cuales hacen fuerza), las articulaciones, los huesos, etc. Que diferencia hay en las distintas posiciones, por ejemplo en las invertidas, respecto a la posición de los órganos internos. Observa las temperaturas, como van cambiando dentro del cuerpo y en cada parte. Trabaja el equilibrio en todas las asanas, incluso en las sentadas, comprendiendo las fuerzas de gravedad que actúan sobre el cuerpo. 
  • Los bandhas: uddiyana bandha y mula bandha fortalecen la asana y concentran la mente, dirigen la respiración adecuadamente a través del sushumna nadi. Focalizar en los bandhas es muy importante, requiere mantenerlos presente a cada instante y lograr su ejecución perfecta. Al comienzo veremos que estos "cierres" físicos son densos, burdos, con la práctica se volverán cada vez mas sutiles funcionando especialmente en el plano mental. 
  • La respiración: observa la calidad de la respiración. Su sonido debe transmitir calma y estabilidad. La duración debe ser igual siempre, equilibrando la inhalación con la exhalación. Podés practicar prolongar lo mas posible tu respiración, llegando hasta 6, 8 o 10 segundos por cada inhalación y por cada exhalación. Prueba realizar los Surya Namaskara con esta medida de tiempo y registra los cambios que notas. 
  • El drishti: focalizar la mirada atentamente es un gran paso para la meditación. Si tomamos este item podemos concentrarnos para no perder de vista el drishti durante toda la práctica. Muchas veces tenemos presente el drishti, pero observándolo en profundidad veremos que se nos corre la vista varias veces durante la práctica. Procura no desviar tu drishti y registra los cambios. 
  • El mínimo esfuerzo: cuando focalizamos en el mínimo esfuerzo significa que realizaremos la práctica con la fuerza justa y necesaria, para esto es indispensable concentrarse también en la respiración. Procura no agotarte y realizar toda la serie con calma, verás que si te concentras en este punto todo fluirá mejor y de forma relajada. La maquina del cuerpo puede ser muy eficaz si sabemos como utilizarla. Administrar correctamente la energía a lo largo de toda la práctica no es fácil, el combustible instantáneo que obtenemos de la respiración es la clave para obtener la maestría en el mínimo esfuerzo. 
  • La observación mental: este item permite observar con claridad los movimientos mentales o vrittis, podemos combinar con la atención en los otros puntos, pero registrando y tomando nota de cada distracción mental, cada pensamiento que asoma. Veremos que estos pensamientos siempre son del pasado o del futuro, de situaciones que recordamos de pronto o de proyecciones a futuro. Procura limpiar tu mente de todo lo que no sea aquí y ahora, para lograr la meditación adecuada. 
Autora Patricia Aballay

25 ene 2014

Ashtavakra Gita: El canto del Ser. Parte I, cap. I-XII

El Ashtavakra Gita es una antigua escritura de la tradición Advaita Vedanta, la escuela no-dualista difundida por Shankara en el siglo VII,  de gran importancia filosófica y espiritual. Se explican las enseñanzas sobre la naturaleza del alma, la realidad y la esclavitud, en un diálogo entre el Maestro Ashtavakra y su discípulo Janaka.       Parte II, cap. XIII- XX

CAPÍTULO I
SOBRE EL SER COMO TESTIGO OBSERVADOR DE TODO

Janaka dijo:

1. ¿Cómo se adquiere la sabiduría, cómo nos aseguramos el renunciamiento? Por favor dímelo ¡Oh maestro!.                                                                                                                

Ashtavakra respondió:

2. Hijo mío, si deseas la liberación, debes rehuir los objetos de los sentidos como si fueran veneno, y buscar como agua de vida la caridad, la rectitud, la misericordia, el contentamiento y la verdad.

3. Tú no eres tierra, tú no eres agua ni fuego, aire ni éter. Sabe que eres el Yo supremo, y que la naturaleza de tu emancipación es el Yo y el testigo.

4. Si puedes reposar en la conciencia, habiéndote separado del cuerpo, en ese mismo momento alcanzarás la felicidad, el contento de la paz y la libertad de las cadenas.

5. Tú no perteneces a la casta brahmánica ni a ninguna otra; de ninguna orden formas parte; objeto no eres de la percepción sensual. Por completo desapegado, sin forma, tú eres el que todo lo ve: ¡sé, por ello, feliz!

6. Bien y mal, placer y dolor en la mente están, no en ti ¡oh Señor! Ni el que hace ni el que goza eres tú. En verdad, tú reinas para siempre en libertad.

7. Tú, el que todo lo ve, en verdad moras libremente. La única cadena que te ata es esta: que percibes al Ser de forma diferenciada.

8. Mordido por la gran serpiente negra de la vanidad, piensas: "Yo soy el que obra"; al beber el antídoto de la fe y pensar: "Yo no soy el que obra", serás feliz.

9. Piensa: "Soy la pura inteligencia"; y con este fuego de la fe, quema la densa selva de la ignorancia; al liberarte del dolor, serás feliz.

10. Aquello donde el universo parece existir como la serpiente en la cuerda, es la Dicha, la Dicha Suprema; tú, al ser esa conciencia, serás feliz.

11. Quien se imagina prisionero, en verdad está aprisionado; quien se imagina libre, en verdad no sufre
cárcel.

12. El Yo es el testigo, el que todo lo impregna; el cabal, el libre, el único; inteligencia desprovista de acción, de apego, de deseo, mora siempre en paz. La ilusión hace que Él parezca pertenecer al mundo.

13. Aprende a entender tu Yo como la eterna Inteligencia, el Uno sin segundo, una vez abandonada la ilusión de que tu ser es un reflejo del Yo, y que las condiciones externas o las condiciones internas lo rozan.

14. Largo tiempo, hijo mío, has estado sujeto por el lazo de pensar: "Yo soy el cuerpo". Corta el lazo de esta ilusión con la espada de la sabiduría que dice: "Soy el conocimiento", y serás feliz.

15. Desapegado, inmóvil, autoiluminado, sin mácula, tal eres tú. En verdad, ésta es la única cadena que debes cargar en tu búsqueda del conocimiento.

16. Tú todo lo impregnas; en verdad, todo en ti se entrelaza. Tú eres la Conciencia Pura. Que tu ánimo no decaiga.

17. Autogobernado, libre de máculas, siempre cabal, así eres tú, en la impasible felicidad interior. De insondable inteligencia, sin agitaciones, imperturbable, tal eres tú. Debes, para ello, tener tan sólo tu mente dirigida a la conciencia.

18. Sabe que cuanto tiene forma es falso, que lo sin forma es lo único permanente. En verdad, con esta enseñanza no hay posibilidad de renacer.

19. Al igual que una imagen en el espejo no es distinta al objeto que refleja, así el Alma, el Señor del Cuerpo, es el mismo adentro y afuera.

20. Al igual que el espacio que todo lo penetra es el mismo, dentro y fuera de una vasija, así es el Eterno, el Uno que mora en todos los seres.

CAPÍTULO II

SOBRE EL GOZO EN EL SER

El discípulo dice:

1. ¡Ah! Inmaculado, pacífico soy, el Yo de inteligencia que trasciende la materia. Hasta ahora he sido burlado por la ilusión de los fenómenos.

2. Al igual que ilumino este cuerpo, así ilumino el universo. Por ello, mío es el universo entero, o nada es mío.

3. Puesto que he renunciado al mundo y al cuerpo, de algún modo percibo ahora al Yo supremo, mediante la sabiduría adquirida, merced a las enseñanzas del Maestro.

4. Al igual que las olas, la espuma y las burbujas nada son sino el agua de la que provienen, así ocurre con el mundo emanado del Yo supremo: nada es sino el Yo supremo.

5. Al igual que el azúcar impregna el jugo de la caña y la dulzura impregna el azúcar, así ocurre con el mundo que me ilusiona, en tanto Yo impregno el mundo.

6. El mundo parece existir porque se ignora el Yo. El conocimiento del Yo hace que no resulte real. La serpiente parece existir porque se ignora que es una cuerda; al percibirse la cuerda como tal, la serpiente cesa de existir.

7. La luz es mi más profunda naturaleza; nada soy, sino luz. Al iluminarse el mundo, soy Yo que lo ilumino.

8. ¡Ah! El mundo me envuelve en su ilusión, y existe en mí merced a la ignorancia, como la plata en la madreperla, la serpiente en la cuerda y el agua del espejismo a la luz del sol.

9. El mundo que de mí ha emanado en mí se resuelve, como la vasija en el barro, la ola en el océano y el brazalete en el oro de que está compuesto.

10. ¡Ah! ¡De maravilla soy! A mi propio Yo reverencio, que no conoce la decrepitud, y que sobrevive a la destrucción del mundo entero, desde Brahma hasta una hoja de hierba.

11. ¡A! De maravilla soy! Ante mi propio Yo me inclino, que sigue siendo Uno, aún unido a un cuerpo; que de ninguna parte viene, a ninguna parte va, y todo lo impregna.

12. ¡Ah! ¡De maravilla soy! A mi propio Yo reverencio. Nadie en sabiduría me supera a mí, que sin ser rozado por el cuerpo, llevo no obstante al mundo en mí, para siempre.

13. ¡Ah! ¡De maravilla soy! A mi propio Yo saludo, al que nada de aquí le pertenece, aun cuando le
pertenezca cuanto se halle dentro del alcance del discurso y el pensamiento.

14. El conocimiento, el conocedor y lo conocido, en realidad no existen. Eso, en lo cual estas tres cosas parecen existir en razón de la ignorancia, Eso soy Yo, el inmaculado.

15. ¡Oh! El pesar clava sus raíces en la dualidad. Ninguna cura existe para ello, excepto el comprender que soy la Dicha, la Inteligencia y la Pureza.

16. Tan sólo el conocimiento Soy; a mi propio Yo le he puesto límites en razón de la ignorancia. He reflexionado constantemente y el descanso hallé en Eso, que está más allá de la mente.

17. La libertad y las cadenas ya no son mías. La ilusión incesante se ha desvanecido. ¡Ah! el mundo se halla en mí, o en verdad en mí no está.

18. El mundo y el cuerpo nada son: esto he descubierto. El Yo es la Pura Conciencia misma. ¿Por qué, entonces, el uno se superpondría a la otra?

19. Cuerpo, infierno y cielo, libertad, esclavitud y miedo, todas éstas son meras imaginaciones. ¿Qué debería hacer Yo, cuya naturaleza es la Conciencia?

20. ¡Ah! A mí, que no veo ninguna dualidad, aun en una multitud, a mí, que me está reservado un bosque, ¿a qué me he de adherir?

21. No soy el cuerpo, ni el cuerpo es mío. El yo individual no soy, soy la Conciencia. En verdad, tal es mi esclavitud: estar adherido a la existencia personificada.

22. Ah! En Mí, el océano ilimitado, al levantarse el viento de la muerte, forma olas que toman la apariencia de innumerables mundos de figura diversa.

23. Al cesar el viento de la muerte, la barca del infortunado mercader, el yo personificado, se desvanece en Mí, el gran océano insondable.

24. En mí, el gran océano insondable, las olas de los diversos yoes particularizados se elevan, golpean entre sí, juegan y desaparecen de modo magnífico.

CAPÍTULO III

SOBRE LA PRESENCIA DEL SER EN TODO Y TODO EN EL SER

1. Al saber que tu Yo es el Yo único e indestructible, ¿cómo puedes tú, un sabio,  un conocedor del Yo, continuar en la búsqueda de riquezas?

2. ¡Discípulo mío! el apego a los objetos, que son por esencia ilusorios, surge por la ignorancia del Yo, al igual que el deseo; así como el confundir un trozo de madreperla con la plata, surge por el desconocimiento de la madreperla.

3. Puesto que sabes que eres Aquello en que el mundo parece existir como las olas en el océano, ¿por qué corres como un desvalido?

4. Puesto que sabes que el Yo es la Pura Conciencia y Belleza, ¿por qué eres esclavo de la codicia y la impureza?

5. De maravilla es que, aun en el sabio que ve el Yo en todos los seres y a todos los seres en el Yo, perdure todavía el sentido de "lo mío".

6. De maravilla es que, aún quien habita en la unidad suprema y tiene el designio de la liberación, perdure en la sujeción al deseo y en la agitación por los deleites sensuales.

7. Al conocer la naturaleza del gran enemigo de la sabiduría, ¿cómo puede el sabio, que ve aproximarse su fin, abrigar afecto por los objetos sensuales?

8. ¡De maravilla es que, hasta aquel que no siente apego por los objetos de este mundo o el otro, que discierne entre lo eterno y lo no-eterno, que está empeñado en la emancipación, siente temor por esa misma emancipación!

9. Alabado o denigrado, el sabio de mente dominada, ve sólo el yo y por nada siente ira o agrado.

10. Al ver su propio cuerpo moverse como si fuera ajeno, ¿como podría esa gran alma estar perturbada por el elogio o la censura?

11. Al ver el mundo como una ilusión, cesada toda curiosidad, ¿cómo habrá de temer nada el hombre de mente dominada, aún la proximidad de la muerte?

12. Esa grande alma cuya mente está desprovista de deseo, aún por lo que está más allá del deseo, que encuentra la paz en la autocomprensión, ¿tiene algo con que pueda comparársele?

13. El hombre de mente fuerte, sabedor de que lo visible es por esencia una mera nada, no ve nada que deba alcanzarse ni nada que deba evitarse.

14. El que se ha quitado toda impureza interna, que libre está de cualquier idea de diversidad, y se ha elevado por sobre la esperanza, el uso de los objetos sucediéndose en su curso natural, no le depara placer ni dolor.


CAPÍTULO IV

SOBRE LA GLORIA DE LA AUTOREALIZACIÓN

1. ¡Oh alegría! La comparación no cabe entre el sabio que conoce su Yo y transita el mundo de los sentidos, y las bestias de carga que, uncidas, están al yugo del mundo.

2. ¡Oh alegría! El asceta que mora donde Indra y los demás Dioses desearon en vano, no ostenta soberbia alguna.

3. Bien y mal no rozan el Yo interior de quien Aquello conoce. El espacio, aunque parece estar cubierto por el humo, en verdad ni siquiera es tocado por aquel.

4. El hombre de grande alma sabe que todo esto es sólo el Yo; ¿habrá entonces quien pueda prohibirle moverse como desee?

5. En el mundo compuesto de las cuatro clases de criaturas, desde Brahma hasta una hoja de hierba, el que conoce el Yo es el único que tiene la fuerza de renunciar al placer y el dolor.

6. El liberado, el que conoce su propio Yo, emancipado está de la dualidad, como el Señor del Mundo. Tal como conoce, obra. Alguien semejante no sufre los embates del miedo por parte alguna.

CAPÍTULO V

LOS CUATRO MODOS DE ABSORCIÓN EN EL SER

El maestro dice:

1. No te apegues a nada que llames tuyo; puro eres, ¿a qué anhelas renunciar? Al disolver el agregado corporal en el Ser, has de encontrar la absorción en tu propio Yo.

2. El mundo surge en ti como las burbujas en el océano. Así, al saber que el Ser es Uno, has de encontrar la absorción en tu propio Yo.

3. El mundo, aunque presente a los sentidos, en realidad no está en ti, el Puro. Se halla como la serpiente en la cuerda. Por ello has de encontrar la absorción en tu propio Yo.

4. Idéntico en el placer y el dolor, cabal, parejo en la esperanza y la decepción, imperturbable ante la vida y la muerte, has de encontrar la absorción en tu propio Yo.  

CAPÍTULO VI

EN REALIDAD, NO HAY EMANCIPACIÓN NI ABSORCIÓN EN EL YO

1. Tal como el espacio ilimitado soy, igual a una vasija este mundo es, forjado en la materia. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.

2. Soy el gran océano donde el mundo es una ola. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia, ni la absorción.

3. Soy esa madreperla sobre la que se superpone este mundo cual si fuera plata. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.

4. Estoy en todos los seres y todos los seres están en mí. Este es el conocimiento. No existe el apego, la renuncia ni la absorción.

CAPÍTULO VII

COMPRENSIÓN DEL YO EN LA VIDA MUNDANAL

1. En Mí, el océano ilimitado, la barca del mundo se agita de uno a otro lado, impelida por el viento de la muerte, mas eso no Me afecta.

2. En mí, el océano ilimitado, la obra del mundo se yergue y desvanece, mas eso no aumenta ni disminuye mi caudal.

3. En Mí, el océano ilimitado, el mundo, tan sólo se superpone. En extremo calmo, sin forma Soy; así he de permanecer.

4. El Yo no está en lo visible, ni lo visible en lo que es ilimitado y sin mácula.

5. ¡ Ah! La  Inteligencia  misma soy. El mundo  es el espectáculo de un mago ¿Cómo se puede,  entonces, abrigar ideas de aceptación o de renuncia?

CAPÍTULO VIII

LA NATURALEZA DE LA LIBERACIÓN Y DE LA ESCLAVITUD

1. Esto es la esclavitud: la mente que todo lo desea, que por todo se aflige, que se aferra a todo, que de todo se apodera, que se siente desdichada por todo, y por todo siente ira.

2. Esto es la liberación: la mente que nada desea, que por nada se aflige, que no se aferra a nada, que de nada se apodera, que por nada se siente desdichada, ni dichosa ante nada.

3. Esto es la esclavitud: la mente que se apega a la condición que fuere. Esto es la liberación: la mente que no se apega a ninguna condición, sea la que fuere.

4. Donde no hay ego reina la liberación; donde hay ego, la esclavitud reina. En posesión de este conocimiento, no tomes ni evites nada de la vida.

CAPÍTULO IX

VERSOS SOBRE LA IMPASIBILIDAD

1. Las cosas obradas y no obradas, y los pares de opuestos, ¿cuándo alcanzan el reposo y para qué? En posesión de este conocimiento, aun cuando en este mundo permanezcas, a través de la impasibilidad, emprende el renunciamiento y libérate de los votos.

2. ¿Quién, hijo mío, es el afortunado que, de puro mirar el espectáculo del mundo, ha hecho que el anhelo vital, el amor por el gozo y la sed de conocimiento alcancen el reposo?

3. Impermanente es todo esto, socavado por la triple miseria, carente de esencia, cargado de máculas, apto para ser desechado.

4. ¿Qué  es  el  tiempo, qué  la  edad, cuándo  los  opuestos  no  existen para el hombre? No prestándoles atención, haciendo lo que surge en el momento, el hombre logra la perfección.

5. Múltiples son las doctrinas de los grandes sabios, y también las de santos y ascetas. Una vez que las ha comprendido, llegando a la impasibilidad, ¿qué hombre no alcanzará la paz?

6. El que ha obtenido la comprensión completa de la Esencia Consciente mediante la práctica de la impasibilidad y la ecuanimidad, siendo un maestro excelente, se transforma en un sabio del mundo.

7. Tan pronto veas que las modificaciones de los elementos nada son en verdad, sino únicamente elementos básicos, en ese mismo instante, liberado de la esclavitud, morarás en tu propia naturaleza.

8. El mundo nada es, sino impresiones mentales: dispérsalas. La renuncia a aquél precede a la renuncia a éstas. Puesto que tu condición es el ahora, aquí permanece.

CAPÍTULO X

VERSOS SOBRE LA QUIETUD

1. Una vez dejado de lado el deseo, el enemigo, el funesto deseo  de  riquezas y  también el deber, causa de ambos, deja de lado el apego y muéstrate indiferente ante todo.

2. Sabe que amigos, tierras, bienes, esposas y riquezas nada son sino imágenes de sueño o espectáculos de un mago cuya duración no excede los tres o cinco días.

3. Sabe que el mundo existe cuando hay deseo. Aplícate al firme no-apego, y así, al verte libre del deseo, serás feliz.

4. La esclavitud es el deseo, su destrucción la libertad. El no-apego a lo visible conduce gradualmente a la dicha que sigue a la comprensión del Yo.

5. Tú eres Uno, Inteligente y Puro; el mundo está desprovisto de inteligencia y es falso. La ignorancia misma nada es; ¿qué puede significar para ti la sed de conocimiento?

6. Reinos, hijos, esposas, cuerpos y placeres, todo has ido perdiendo, nacimiento tras nacimiento, aun cuando a ellos te apegabas.

7. Cesa ya, entonces, el amor por las riquezas, el deseo y aún las buenas obras. En ninguna de ellas la mente encuentra reposo en la selva del mundo.

8. ¿Durante cuántas encarnaciones te arrebató la acción en cuerpo, mente y palabra, acabando todo en molestia y confusión? Cesa entonces ahora de obrar.

CAPÍTULO XI

VERSOS SOBRE LA SABIDURÍA

1. La existencia y la no-existencia y sus modificaciones, todo es debido a la naturaleza de las cosas. En la segura posesión de este conocimiento, imperturbable y libre de dolor, el hombre encuentra, sin dificultades, la paz.

2. Ishvara es el creador de cuanto existe. No hay otro. En la segura posesión de este conocimiento, en reposo el deseo interior, el hombre encuentra la paz, y a nada se apega.

3. Las acciones pasadas traen riqueza y miseria en sucesión implacable. Domínate al saberlo; pues al tener los órganos de los sentidos gobernados, ya nada se desea, no se siente dolor por nada.

4. Placer y dolor, nacimiento y muerte, a las pasadas acciones se deben. En la segura posesión de este conocimiento y la capacidad de mantenerlo, libre de ansiedad, el hombre no sufre máculas, aun cuando se empeñe en la acción.

5. El cuidado produce dolor, no otro obrar trae. En la segura posesión de este conocimiento, el hombre se eleva por sobre el cuidado y la felicidad, y encuentra la paz y la libertad de todo apego.

6. "No soy este cuerpo, ni este cuerpo es mío. Soy la conciencia misma". El que posee con seguridad este conocimiento alcanza la unión, sin recordar ya lo que ha hecho o no ha hecho.

7. "Desde Brahma hasta una hoja de hierba, en verdad, soy todo esto": el que posee con seguridad este conocimiento, libre se halla de pensamientos contradictorios, encontrándose puro, en paz e indiferente a lo que se logra y lo que no se logra.

8. “Este mundo múltiple y maravilloso, en verdad nada es". En posesión de este conocimiento, libre de deseos y conocimientos específicos, el hombre encuentra el reposo.

CAPÍTULO XII

VERSOS SOBRE LA COMPRENSIÓN DE LO MISMO POR EL DISCÍPULO

1. Al principio no me sentí propenso al obrar corporal; luego a sostener el discurso, y por último, al obrar de la mente. En ese estado me hallo.

2. El sonido, las formas, los olores, los gustos y objetos táctiles han dejado de ser motivo de conocimiento; los sentidos han dejado de distraer mi mente, que permanece en una libre firmeza. En ese estado me hallo.

3. La práctica que conduce al samadhi borra igualmente la distracción causada por la superposición mundanal y lo demás. En posesión del conocimiento de que esta es la regla, me encuentro. En ese estado me hallo.

4. Nada tengo que ganar ni que perder; no tengo alegría ni tengo pena. ¡Oh conocedor de Brahman, así me hallo!

5. Las  reglas de  la orden, la condición de quienes han dejado la orden, la meditación y el renunciamiento a lo adquirido, todo ello significaba distracciones para mí. En posesión del conocimiento de que esto es así, habito en mi propio Yo.

6. La realización de las acciones se debe tanto a la ignorancia como su cesación. En la firme posesión de este conocimiento me encuentro. En ese estado me hallo.

7. Meditar en lo que no es objeto de meditación conduce al hombre a ejecutar una acción mental. He renunciado a esta idea, e inconmovible me hallo donde me encuentro.

8. El que obra así ha alcanzado cuanto debe ser alcanzado. ¿Qué puede necesitar quien por naturaleza es así?

24 ene 2014

Yoga por Paramahansa Satyananda



El yoga debería distanciarse de la religión. Debería considerarse una ciencia, la ciencia de la mente y del cuerpo, y también una filosofía. La gente debe saberlo. El yoga no es un acto de magia que cura enfermedades mediante posturas invertidas sobre la cabeza. Así como la ciencia moderna tiene su filosofía, el socialismo su filosofía política, el capitalismo su propia filosofía, el yoga también posee una filosofía: Samkhya.

Esto debe ser transmitido a las personas que están aprendiendo. Si no se explica, la gente entenderá que el yoga forma parte de la religión Hindú; y hoy en día, la gente recela/desconfía de las religiones. Los países prefieren considerase seculares. Incluso yo estoy cansado de religiones y sectas. Así que uno tiene que eliminar el yoga de la religión y explicar sus bases filosóficas y científicas.

Existen varias escuelas de Filosofía India tales como Advaita Vedanta, Budismo, Jainismo, Nyaya, Vaisheshika, Mimamsa y Samkhya. Samkhya es una filosofía muy antigua desarrollada por el sabio/profeta Kapila. La doctrina fundamental de Samkhya indica que las bases de la creación son Purusha y Prakriti. Estos dos elementos existen en todas las cosas. Tu existencia contiene dos elementos: cuerpo y espíritu. Todo en la creación consiste en estos dos elementos eternos, y esta creencia es la base del yoga.

El Yoga ha tenido diferentes tradiciones, como la tradición de Gorakhnath, que fue discípulo de Matsyendranath. La suya es la tradición del Hatha Yoga. El Rishi Gherand tenía su propia tradición de Hatha Yoga. Yajnavalkya también tenía su tradición de Hatha Yoga. También había yoguis tántricos, cuya tradición se transmitió a muy poca gente. Todas estas doctrinas han existido durante siglos.

También está el Raja Yoga de Patanjali, que es completamente distinto de las tradiciones del Hatha Yoga. Patanjali escribió tan sólo un sutra sobre la asana: sthiram sukham asanam. Explicó el pranayama con algo más de detalle, pero su principal énfasis es chitta, la conciencia; chitta y atman, conciencia y espíritu. A Patanjali le preguntaron qué se conseguía practicando yoga. Él respondió: drashtaha swaroope avasthanam ( “el sadhaka se establece en su propia naturaleza”). Cuando se le preguntó qué es el yoga, no lo definió en términos de Hatha Yoga; dijo que Yoga es chitta vritti nirodha (“atenuación de las ondas que emanan de la conciencia”).


Entonces, ¿cuáles son las ondas que emanan de la conciencia? Te enfadas. El enfado es un vritti o onda mental. Contrólala. Al lanzar una piedra a un lago, aparecen ondulaciones. Las ondulaciones no son diferentes del agua; de la misma manera, los vrittis no están separados de la conciencia, pero son capaces de agitarla. Así es como Patanjali explica el yoga.

El Bhagabad Gita describe dieciocho tipos de yoga. El primero es vishada yoga, el yoga de la depresión. Cuando una persona está deprimida, no siente esperanza. No quiere trabajar, estudiar, ni hablar, y todo le parece negativo y desfavorable.

¿Qué dice Arjuna en el primer capítulo del Bhagavad Gita? “El arco se escapa de mis manos, estoy bañado en sudor, no me tengo en pie, la cabeza me da vueltas, todo me parece negativo” (1:30, 1:31):


Gaandeevam sramsate hastaat tvak chaiva paridahyate;
Na cha shaknomyavasthaatum bhramateeva cha me manah.
Nimittaani cha pashyaami vipareetaani keshava.


Estos son los síntomas de la depresión, para los que la medicina moderna recetaría medicinas. En Sánskrito, la depresión se llama vishada. Así, el primer capítulo del Bhagavad Gita es “Vishada Yoga”.

La práctica del yoga empieza cuando la mente está inmersa en depresión. Si tu mente fuera normal, ¿por qué necesitarías yoga? Necesitas yoga cuando la mente está desequilibrada. Así, el Bhagavad Gita empieza con vishada en el primer capítulo, y en los siguientes capítulos se describen otros yogas.

Así, cuando explicamos el yoga, no deberíamos limitarnos al Hatha Yoga. Y cuando hablamos de Hatha Yoga, deberíamos recordar que no solamente hablamos de asana y pranayama. Asana, pranayama, mudra y bhanda son partes del Hatha Yoga, pero a lo que realmente nos referimos es a la unión de dos fuerzas: ida y pingala. Ham y tham son bija mantras; juntos forman la palabra “hatha”, así que la unión de estas dos fuerzas es hatha yoga. Ida y píngala son los dos nadis (canales energéticos) principales del cuerpo. Ellos causan depresión, entusiasmo o pasión, y también control de la respiración. También se los llama Ganga y Yamuna, el sol y la luna, y así sucesivamente.

Los términos correspondientes en la medicina moderna son: el sistema nervioso simpático y parasimpático.

El principal propósito del hatha yoga es equilibrar estos dos sistemas. Asana, pranayama, mudra y banda están destinados a ello. Las asanas no son el principal componente. Cuando practicas asanas estás practicando una parte del hatha yoga, la parte más fácil. El guru Gorakhnath, el sabio Gherand, Yajnavalkya – todos describen el hatha yoga como shatkarma: las seis kriyas de limpieza/purificación.

La naturaleza ha creado nuestro cuerpo de tal manera que todas sus partes funcionen perfectamente coordinadas. No podemos escuchar a nuestro cerebro. Pero si alguna parte del cuerpo no está en armonía, se manifestará una enfermedad y muchas de ellas no se curan con medicinas. El yoga, sin embargo, puede ayudar a tratarla.

Además de la sangre, hay otra cosa que recorre todo nuestro cuerpo: la conciencia. Corre tan deprisa que en el mismo instante en que un mosquito te pica la mano, ya lo sabes. La conciencia hace que una sensación viaje hasta la correspondiente parte del cerebro para que refleje esta sensación. A veces, el flujo de conciencia se bloquea, a veces dices algo a alguien y te responde: ¿qué dijiste? Esto pasa cuando el flujo de conciencia está bloqueado en algún punto. El propósito del hatha yoga es eliminar estos bloqueos, y también los del oxígeno y la sangre. El propósito del Raja Yoga, sin embargo, es diferente.


El objetivo del Raja Yoga es calmar/aquietar la tendencia de la mente a inquietarse. Piensa en cuantas veces durante el día tu mente está turbada. La preocupación y la ansiedad te siguen a todas partes, tanto si estás leyendo el periódico como viendo la televisión. Tus hijos, esposa, el dinero o la falta de él, todo causa ansiedad. Tu vida está llena de ansiedad. Esto significa que tu conciencia continúa disipada/dispersa y rota/fragmentada. Cuando la conciencia está dispersa, los pensamientos vienen y van. El objetivo del raja yoga es reunir/unificar la mente dispersa y focalizarla. Este es el gran objetivo del yoga: ser capaz de meditar concentrado en un punto aunque sea sólo por un minuto, estar en un estado donde sólo hay un pensamiento en la mente y no otro, ser como Arjuna cuando tiene que disparar al ojo del pájaro. Él no ve su cabeza, ni la rama del árbol, ni su arco y flecha. Sólo ve el punto negro del ojo del pájaro. Esto se conoce como conciencia concentrada/conciencia focalizada (one-pointedness). Sólo una cosa existe delante de tus ojos.

El gran logro del yoga no es conseguir una buena salud. Esto es sólo un efecto secundario. El mayor logro es la focalización de la mente. Cuando la mente está concentrada en un punto, la persona se abstrae de todo lo que pasa a su alrededor. Cuando esto sucede, una energía peculiar surge desde nuestro interior, una energía especial fluye por la mente. Esto es yoga.

Fuente: revista "Vishuddhi"

8 ene 2014

Conversaciones con yoguis: Swami Anandadevananda y Ramiro Calle

Extracto del libro "Conversaciones con Yoguis" de Ramiro Calle.

Swami Anandadevananda: Existen muchas técnicas, mucho métodos, muchas vías. Cada aspirante debe seguir su camino. No hay que entrar en inútiles comparaciones, y mucho menos en críticas, o en tratar de convencer a los otros de los propios métodos. Exponer las propias técnicas a los demás, comparar y tratar de persuadir no es relevante. Cada uno debe seguir su vía. Hay mucho niveles, grados, en la evolución de la persona. Según el grado de evolución se seguirán unas u otras técnicas. Hay quienes necesitan del canto; otros, el japa (repetición del mantra) o el yantra, y otros,la meditación. Las técnicas son instrumentos, y según el nivel de evolución se recurrirá a unas u otras. Son medios para pasar de una a otra orilla. 

Ramiro Calle: ¿Es usted feliz?

SA: Hay dos clases de felicidad. Está la felicidad mezclada con el dolor que nos proporciona lo exterior. En efecto, eso no es felicidad. De hecho, las personas jamás son felices solamente con lo exterior. Sienten ansiedad, voracidad, apegos y, al final, esa felicidad que se convierte en dolor. Hay otra clase de felicidad: la interna. Esta no tiene el germen del dolor. Surge de nuestra naturaleza real, sin sombra de sufrimiento. Yo no dispongo de nada externo, carezco de todo tipo de comodidades, soy sannyasi desde hace dècadas, pero disfruto de la felicidad que fluye de mi ser interno. 

RC: ¿Qué opinión le merece la meditación vipassana?

SA: Es una gran técnica. Es yoga, sin duda. Es una técnica de observación atenta y ecuánime que utilizaban los yoguis desde ya mucho antes de que el Buddha la incorporase a la enseñanza. Es la observación de todos los procesos físicos y mentales. Es yoga. Pero el Buddha la utilizó de modo sistemático para penetrar la última realidad de los fenómenos. De hecho, todas las técnicas pertenecen a la más remota antigüedad. Luego los maestros las incorporan a su enseñanza, pero las técnicas son miles de años anteriores a ellos. 

RC: ¿Cuál es su opinión sobre el hatha-yoga y en qué medida ayuda en la meditación y en la práctica general del raja-yoga?

SA: El hatha-yoga es muy importante, realmente importante. Es necesario. Hay que tratar de conseguir una sincronización perfecta entre el cuerpo y la mente. Es conveniente que el cuerpo conquiste una postura muy estable y equilibrada a fin de facilitar la meditación profunda. Hay que lograr el equilibrio, la armonización del cuerpo y la mente. La postura yóguica es fundamental para la meditación. 

RC: Cuando una persona es muy rajásica, es decir, vehemente y apasionada, como es por ejemplo mi caso, ¿como puede reorientar esa energía?

SA: Meditando. Medita más. Medita más.

RC: Yo mismo me he preguntado muchas veces, y muchos de mis alumnos también me lo han planteado, por qué mostramos tanta resistencia a meditar y por qué surgen tantas dificultades mentales cuando lo hacemos. 

SA: No es difícil de entender. Estamos en un nivel material, externalizados, somos cautivos de todo lo externo, por un lado, y de todo lo que se genera en la mente, por otro. Es decir, somos esclavos de los fenómenos externos y de nuestro propio pensamiento; estamos muy lejos del nivel cósmico que también reside en nosotros. Este desplazamiento de nuestro habitual estado en lo fenoménico hacia la realidad cósmica interna nos resulta realmente muy difícil porque siempre, o casi siempre, hemos estado en el nivel material. 

RC: ¿Tenemos que tratar de alcanzar nuestra realidad cósmica?

SA: No hay nada que alcanzar, pues ya está alcanzada, sino que hay que sentir y reconocer lo alcanzado. Hay que percibir nuestra naturaleza real. No se trata de obtenerla, porque jamás hemos dejado de tenerla con nosotros, ¿entiende? Se trata de penetrarla y experimentarla. 

RC: En los últimos años ha habido maestros que han insistido en que el esfuerzo personal no es necesario. Desde mi punto de vista, el esfuerzo o entrenamiento (sadhana) es completamente imprescindible. Me gustarìa conocer su opinión.

SA: Hay que hacer esfuerzo. Sin esfuerzo es imposible retomar el hilo de la consciencia. Todo nos impulsa, nos saca hacia afuera. La meditación consiste en cortar y en entrar, entrar, entrar hacia lo más nuclear. El esfuerzo y el ejercitamiento son insoslayables. Si no es así, uno pierde el nivel meditacional y no logra estar atento en la vida diaria. Solo mediante la meditación  logramos la atención suficiente para permanecer meditacionales en la vida cotidiana. La meditación nos ayuda a retomar el hilo de la consciencia y experimentar nuestra realidad cósmica.