Mostrando entradas con la etiqueta Yoga. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Yoga. Mostrar todas las entradas

4 ago 2020

¿Qué es el Yoga? BKS Iyengar en Luz sobre el pranayama



1. Nadie conoce el Uno absoluto, primordial e intemporal; ni tampoco el momento en que el mundo comenzó a existir. Dios y la naturaleza existían antes de que apareciese el hombre, pero a medida que éste evolucionó, fue cultivándose y comenzando a realizar sus propias potencialidades. Producto de este proceso surgió la civilización. Con ella evolucionaron las palabras, desarrollándose así los conceptos de Dios (purusa) y naturaleza (prakriti), religión (dharma) y yoga.


2. Dado que se hace bastante difícil definir estos conceptos, cada hombre ha de interpretarlos según su propia comprensión. Cuando el hombre cayó preso en las redes de los goces mundanos, descubrió que se había separar de de Dios y la naturaleza. Fue así presa de las polaridades del placer y el dolor, el bien y el mal, el amor y el odio, lo permanente y lo pasajero.


3. Atrapado en estos opuestos, el hombre sintió la necesidad de una divinidad personal (Purusha) que fuera suprema, no se viera afectada por las aflicciones, las acciones y las reacciones, y que se hallara libre de la experiencia de la dicha y la tristeza.

4. Ello llevó al hombre a buscar el ideal superior, encarnado en el Purusha perfecto o Dios. Fue así como el Ser Eterno. al que llamó Íshvara, el Señor, el guru de todos los gurus, se convirtió en el centro de su atención, de su concentración y de su meditación. En esta busca fundamental por alcanzarlo a El, el hombre ideó un código de conducta por medio del cual podría vivir en paz y armonía con la naturaleza, con sus semejantes y consigo mismo.

5. Aprendió a distinguir entre el bien y el mal, la virtud y el vicio, lo moral y lo inmoral. Surgió así un concepto global de la acción correcta (dharma) o la ciencia del deber. El Dr. S. Radhakrishnan escribió que “Dharma es lo que sustenta, apoya y sostiene", guiando a la humanidad a vivir una vida superior sin consideraciones de raza, casta, clase o fe.


6. El hombre se dió cuenta de que debía mantener el cuerpo sano, fuerte y limpio si quería actuar conforme al dharma y experimentar la divinidad que se halla dentro de el. Los videntes indios, en su búsqueda de la luz, destilaron la esencia de los Vedas en los upanishads y los darshanas (espejos de percepción espiritual), Los darshanas o escuelas son: sámkhya, yoga, nyaya, vaisheshika, purva mimánsa, y uttara mimánsa.


7. El Sámkhya afirma que toda creación es producto de los veinticinco elementos esenciales (tattvas), pero no reconoce al Creador (Íshvara). El Yoga si reconoce al Creador. El Nyaya pone el acento en la lógica y se ocupa principalmente de las leyes del pensamiento, apoyándose en la razón y la analogía. Acepta a Dios como resultado de la inferencia. El Vaisheshika hace hincapié en nociones tales como el espacio, el tiempo, la causa y la materia, y viene a completar a nyaya. Defiende, además, la misma visión de Dios del nyáya. El Mimánsa, que se supedita a los Vedas, consta de dos escuelas: el Purva Mímamsa, que se ocupa del concepto general de la Divinidad, aunque subrayando la importancia de la acción (karma) y los ritos; y el Uttara Mímánsa, que acepta a Dios sobre la base de los Vedas, si bien pone especial énfasis en el conocimiento espiritual (jñana).


8. Yoga es la unión del sí—mismo individual (jivatma) con el Si—mismo universal (Paramatmá). La filosofía sámkhya es teórica, mientras que el yoga es práctico. El sámkhya y el yoga combinados proporcionan una exposición dinámica del sistema del pensamiento y la vida. El conocimiento sin acción, y la acción sin conocimiento, no ayudan al hombre… Han de aparecer entremezclados, Es por eso que el samkhya y el yoga van juntos.


9. Según el yoga, Yájñavalkya Smriti, el Creador (Brahma), bajo la forma de Hiranyagarbha (El Feto Dorado), fue en origen el difusor del yoga como sistema para la salud del cuerpo, el control de la mente y la consecución de la paz, El sistema fue compilado y puesto por escrito por Patanjali en sus Yoga Sutras o aforismos. Más que de un estudio prolijo, se trata de directrices que revelan los medios y el fin. Cuando se combinan y practican las ocho disciplinas del yoga, el yogui experimenta la unidad con el Creador, perdiendo su identidad de cuerpo, mente y sí-mismo. Este es el yoga de la integración (samyama).


10. Los Yoga Sutras se componen de 196 aforismos divididos en cuatro capítulos, El primero se ocupa de la teoria del yoga. Va dirigido a quienes ya han logrado una mente serena, y establece lo que han de hacer para conservar esa serenidad. El capítulo segundo, acerca del arte del yoga, inicia al principiante en la práctica. El tercero trata de la disciplina interna y de los poderes (siddhis) que adquiere el practicante El capítulo cuarto y último habla de la emancipación o liberación de las cadenas de este mundo.


11. El vocablo “yoga” procede de la raíz sánscrita “yuj”, que significa atar, juntar, sujetar y uncir; dirigir y concentrar la atención a fin de utilizarla para la meditación. El yoga es, pues, el arte que lleva a una mente incoherente y dispersa a un estado reflexivo y coherente. Es la comunión del alma humana con la Divinidad.


12. El hombre recibe como legado de la naturaleza las tres características o cualidades (gunas), que son: la iluminación (sattva), la acción (rajas) y la inercia (ramas). Ubicado en la rueda del tiempo (kalachakra, kala : tiempo, chakra:rueda) como una vasija en el torno de un alfarero (kulálachakra), el hombre es modelado y remodelado de acuerdo al orden predominante de estas tres características fundamentales entremezclada.


13. El hombre se halla dotado de mente (manas), intelecto (buddhi) y ego (ahamkara), denominados colectivamente “consciencia” (chitta), la cual es fuente de pensamiento, entendimiento y acción. A medida que gira la rueda de la vida, la consciencia experimenta las cinco desgracias de la ignorancia (avidya), el egoísmo (asmita), el apego (rága), la aversión (dvesha) y el amor a la vida (abhinivesha). Estas a su vez colocan a chitta en cinco estados diferentes, a saber: embotado (mudha), oscilante (kshipta), parcialmenteestable (vikshipta), de atención unifocal (ekagra), o controlado (niruddha). Chitta, como el fuego, se ve avivada por los deseos (vasanas), sin los cuales su fuego se extingue. En ese estado puro chitta se torna fuente de iluminación.


14. Patanjali desarrolló ocho estadios en la vía de la realización, de los cuales hablaremos en el próximo capítulo. Chitta en estado de embotamiento se ve purificada a través de yama, niyama y asana, que espolean la mente hacia la actividad. Ásana y pranayama llevan la mente oscilante a un estado de cierta estabilidad. Las disciplinas de pránáyáma y pratyáhara vuelven atenta la mente y focalizan su energía. En este estado la mente es controlada por dhyána y samádhi. A medida que se progresa, serán los estadios superiores del yoga los que predominan, si bien los estadios previos, que sientan las bases, no han de ser ignorados ni descuidados.


15. Antes de explorar el “Átma", al que desconoce, el sádhaka ha de aprender acerca de lo conocido: su propio cuerpo, mente, intelecto y ego. Una vez conocido lo “conocido” en su totalidad, éstos se funden en lo “desconocido” como ríos que se funden en el mar. El sádhaka experimenta en ese momento el más alto estado de gozo (ánanda).


16. Primero el yoga se ocupa de la salud, la fuerza y la conquista del cuerpo. Después, levanta el velo de diferencia entre el cuerpo y la mente. Finalmente, conduce al sádhaka a la paz y la pureza diáfana.


17. El yoga es una forma sistemática de enseñar al hombre a ir con meticulosidad y eficacia en pos de la divinidad que se halla en su interior. Desentraña al hombre desde el cuerpo externo hasta el sí-mismo interior. Avanza pasando del cuerpo a los nervios, y de los nervios a los sentidos, Desde los sentidos se adentra en la mente, controladora de las emociones, Desde la mente penetra en el intelecto, que guía la razón. Desde el intelecto, su senda conduce a la voluntad, y de ahí a la consciencia (chitta). La última fase va de la consciencia al Si—mismo, su ser auténtico (Átmá),

18. Así, el yoga conduce al sadhaka desde la ignorancia al conocimiento, desde la oscuridad a la luz, y desde la muerte a la inmortalidad.



Fuente: Luz sobre el pranayama. BKS IYENGAR

27 may 2020

Yoga: La Ciencia del Alma, Osho. Vol. I: parte III, Introducción al yoga



Yoga:
La Ciencia del Alma,
Vol. I
Autor : Osho. 1974.

Discursos sobre los Yoga Sufras de Patanjali,
recopilados en diez volúmenes. Bombay, India




Capítulo 1

Introducción al Yoga (parteIII) Sutra I.2






Si tu mente se ha dado cuenta de que cualquier cosa que hayas estado haciendo hasta ahora carece de sentido, de que es una pesadilla en el peor de los casos, o un bello sueño en el mejor de los casos, entonces el camino de la disciplina se abre ante ti. ¿ Cuál es ese camino?.

La definición fundamental es,

Yoga es la cesación de la mente chitta vritti nirodha.

Te dije que Patanjali es puramente matemático. En una sola frase, Ahora la disciplina del Yoga, ha acabado contigo. Esta es la única frase que ha sido empleada para ti. Ahora da por sentado que estás interesado en el Yoga, no como una esperanza, sino como disciplina, como una transformación aquí y ahora.

El procede a definirlo:

Yoga es la cesación de la mente

Esta es la definición de Yoga; la mejor. El Yoga ha sido definido de muchas formas. Algunos dicen que el Yoga es el encuentro de la mente con lo Divino, por eso se denomina Yoga. Yoga significa encuentro, reunión. Otros dicen que Yoga quiere decir abandonar el ego; el ego es la barrera. En el momento en que te desprendes del ego, te reúnes con lo Divino. Ya estabas unido; sólo que por culpa del ego parecía que estabas separado. Y hay muchas, pero la de Patanjali es la más científica.

Dice,

Yoga es la cesación de la mente



Yoga es el estado de no-mente. La palabra "mente" lo cubre todo: tus egos, tus deseos, tus esperanzas, tus filosofías, tus religiones, tus escrituras. "Mente" lo abarca todo. Todo aquello que puedas pensar, es mente. Todo lo que es conocido, todo lo que puede ser conocido, todo lo que es cognoscible, está contenido en "mente". La cesación de la mente quiere decir la cesación de lo conocido, la cesación de lo cognoscible. Es un salto a lo desconocido. Cuando no hay mente, estás en lo desconocido. El Yoga es un salto a lo desconocido. No es correcto decir "desconocido", es mejor decir, "incognoscible".


¿Qué es la mente? ¿Qué es lo que hace la mente? ¿Qué es? Por lo general creemos que la mente es algo substancial que tenemos en la cabeza. Patanjali no está de acuerdo con esto, y nadie que haya conocido las interioridades de la mente lo estará tampoco. La ciencia moderna tampoco está de acuerdo. La mente no es algo substancial dentro de la cabeza. La mente es solamente una función, una actividad.



Caminas y dices que estás caminando. ¿Qué es caminar? Si te detienes, ¿dónde está el caminar? Si te sientas, ¿dónde se ha ido el caminar? El caminar no es nada substancial; es una actividad. Por eso mientras estás sentado nadie te pregunta, "¿Dónde has dejado tu caminar? Hace un momento caminabas, ¿dónde se ha ido ahora?" Te reirías. Le dirías, "El caminar no es algo substancial; es sólo una actividad. ¡Puedo caminar! De nuevo puedo caminar y puedo detenerme. Es una actividad".



La mente también es una actividad, pero debido a la palabra "mente", parece como si allí hubiera algo substancial. Es mejor llamarla "mentalizar", de la misma forma que dices "caminar". Mente quiere decir "mentalizar"; mente quiere decir pensar. Es una actividad.


He citado una y otra vez a Bodhidharma. Llegó a la China y el emperador de la China fue a verle. El emperador le dijo, "Mi mente está muy inquieta, muy alterada. Tú eres un gran sabio y te he estado esperando. Dime que he de hacer para tranquilizar mi mente".


Bodhidharma le dijo, "No hagas nada. Primero trae ante mí tu mente". El emperador no pudo entenderlo. Le dijo, "¿Qué quieres decir?" El contestó, "Ven de madrugada, a las cuatro en punto, cuando aquí no haya nadie. Ven solo y acuérdate de traer tu mente contigo" .


El Emperador no pudo conciliar el sueño en toda la noche. Muchas veces abandonó la idea: "Este hombre parece estar loco. ¿Qué querrá decir cuando dice «Ven con tu mente; no te olvides»?" Pero ese hombre era tan encantador, tan carismático que no fue capaz de anular la cita. Como si un imán le estuviera atrayendo, a las cuatro en punto saltó de la cama y se dijo a sí mismo, "Pase lo que pase, he de ir. Este hombre tiene algo. Sus ojos dicen que tiene algo. Parece estar un poco loco, pero aún así he de ir a ver que ocurre".


Cuando llegó, Bodhidharma estaba sentado con su gente. Le dijo, "¿De modo que has venido? ¿Dónde está tu mente? ¿La has traído o no?" El Emperador le dijo, "Dices tonterías. Cuando estoy aquí, mi mente está aquí y no es algo que pueda olvidar en cualquier sitio. Está en mí'. A lo que Bodhidharma replicó, "De acuerdo. De modo que lo primero está decidido: la mente está dentro ti". El emperador le dijo, "Cierto, la mente está dentro de mí". Bodhidarma le dijo, "Ahora cierra tus ojos y encuentra dónde está. Y si eres capaz de descubrir dónde está, dímelo de inmediato. La apaciguaré".


Así que el emperador cerró sus ojos, y lo intentó e intentó, buscó y buscó. Cuanto más miraba, más se daba cuenta que no existía la mente; la mente es actividad. No es algo que haya ahí y que puedas señalarlo. Pero en el instante en que él se dio cuenta de que no era nada, entonces el absurdo de su pregunta le resultó evidente. Si no es nada, no se puede hacer nada con ella. Si es una actividad, entonces no hagas esa actividad; eso es todo. Es como caminar: no camines.


Abrió sus ojos. Se postró ante Bodhidharma y le dijo, "No hay una mente que pueda ser encontrada". Bodhidharma le dijo, "Entonces te la he tranquilizado. Y siempre que sientas que estás inquieto, simplemente mira dentro de ti y busca donde está esa intranquilidad". El observar mismo es anti-mente, porque observar no es pensar. Y si observas intensamente toda tu energía se convierte en una mirada y esa misma energía es la que se convertía en movimiento y pensamiento."

Yoga es la cesación de la mente


Esta es la definición de Patanjali. Cuando no hay mente, estás en el Yoga. Cuando la mente está presente, no estás en Yoga. De modo que puedes practicar todas las posturas, pero si la mente sigue funcionando, si sigues pensando, no estás en el Yoga. Yoga es el estado de no-mente. Si puedes estar sin la mente, sin adoptar ninguna postura, te habrás convertido en un perfecto yogui. Esto ha sucedido a muchos sin adoptar postura alguna, y no les ha sucedido a muchos otros que han estado practicando posturas durante numerosas vidas.



Porque lo fundamental que hay que entender es: cuando la actividad del pensar no está presente, tú estás presente; cuando la actividad de la mente no está presente, cuando los pensamientos han desaparecido, cuando son como nubes, cuando han desaparecido, tu ser, como el cielo, está despejado. Siempre ha estado allí, solamente que cubierto de nubes, cubierto de pensamientos.

Yoga es la cesación de la mente


En Occidente, en la actualidad, hay una gran atracción por el Zen, un método japonés de Yoga. La palabra "zen" proviene de dhyana. Bodhidharma introdujo esta palabra dhyana en China. En China la palabra dhyana se convirtió en jan y luego en chan y entonces la palabra viajó a Japón y se convirtió en zen.


La raíz es dhyana. Dhyana significa no-mente, de forma que todo el adiestramiento zen en Japón no es más que cómo parar la mente, cómo llegar a ser una no-mente, cómo permanecer simplemente sin pensar. ¡Inténtalo! Cuando digo que lo intentes parece algo contradictorio porque no hay otra forma de decirlo. Porque si lo intentas, con sólo intentarlo, el esfuerzo provendrá de la mente. Puedes sentarte en una postura y entonar algún japa, un cántico, un mantra, o simplemente puedes sentarte en silencio, sin pensar. Pero entonces el no pensar se convierte en pensar. Entonces sigues diciendo: "No he de pensar, no he de pensar, he de dejar de pensar", pero esto es puro pensar.


Trata de entenderlo. Cuando Patanjali dice no-mente, la cesación de la mente, quiere decir una completa cesación. No te permitirá que entones un japa, Ram-Ram-Ram. El te dirá que esto no es dejar de pensar, que estás usando la mente. Te dirá, "¡Simplemente, detente!" Pero tú le preguntarás, "¿Cómo? ¿Cómo he de hacer para simplemente parar?" La mente continúa. Aún estando sentado, la mente continúa. Aunque tú no lo hagas, ella sigue actuando.


Patanjali dice que simplemente observes. Deja que la mente actúe, deja que la mente haga lo que sea que haga. Tan sólo observa. No interfieras. Sé simplemente un testigo, sé un observador, sin implicarte, como si la mente no te perteneciera, como si no fuera contigo, como si no fuera asunto tuyo. ¡No te impliques! Solamente observa y deja a la mente que fluya. Está fluyendo debido a su inercia anterior, porque siempre la has ayudado a fluir. La actividad ha almacenado su propia inercia, por eso fluye. Simplemente no cooperes. Observa y deja que la mente fluya.


Durante muchas, muchas vidas, puede que durante millones de vidas, has cooperado con ella, la has ayudado, le has dado tu energía. El río seguirá fluyendo un rato. Si no cooperas, si te despreocupas -la palabra que emplea Buda es upeksha, observando sin implicarte, simplemente observando, sin hacer absolutamente nada- la mente fluirá por un rato y se parará por sí misma. Cuando gasta su inercia, cuando la energía ha fluido, la mente se para. Cuando la mente se para, estás en el Yoga; has alcanzado la disciplina.
Esta es la definición:

Yoga es la cesación de la mente

Entonces el testigo se halla asentado en sí mismo "Cuando la mente cesa, el testigo se encuentra asentado en sí mismo. Cuando puedes simplemente observar, sin estar identificado con la mente, sin juzgar, sin hacer valoraciones, sin condenar, sin escoger, simplemente mirando como fluye la mente, llega un momento en que, por sí misma, la mente se detiene.


Cuando no hay mente, estás asentado en tu posición de testigo. Entonces te has convertido en el testigo; simplemente el que ve, un drashta, un sakshin. Entonces no eres el que actúa, entonces no eres el que piensa. Entonces eres simplemente ser, puro ser, lo más puro del ser. Entonces el testigo se halla asentado en sí mismo.

En los demás estados existe una identificación 
con las modificaciones de la mente.


Excepto cuando eres un testigo, en todos los demás estados, te hallas identificado con la mente. Te vuelves uno con el flujo de tus pensamientos, te vuelves uno con las nubes; a veces con una nube blanca, a veces con la nube negra, a veces con una nube cargada de lluvia, a veces con una nube vacía, pero siempre te unificas con el pensamiento, te haces uno con la nube y te pierdes la pureza del cielo, la pureza del espacio. Te obnubilas, y esta obnubilación sucede porque te identificas, porque te haces uno.


Llega un pensamiento. Estás hambriento y el pensamiento relampaguea en tu mente. El pensamiento es simplemente que hay hambre, que el estómago se siente hambriento. Inmediatamente te identificas y dices, "Yo tengo hambre". La mente estaba llena con la idea de que había hambre; tú te has identificado y dices, "Yo tengo hambre". Esta es la identificación.


Buda también siente hambre, Patanjali también siente hambre, pero Patanjali nunca dirá, "Tengo hambre". Dirá, "El cuerpo tiene hambre"; dirá, "Mi estómago tiene hambre"; dirá, "El hambre está presente. Yo soy un testigo. Estoy viendo el pensamiento de que "Tengo hambre" y que ha sido enviado por el estómago al cerebro. La tripa siente hambre; Patanjali permanecerá como testigo. Tú te identificas, te unificas con el pensamiento.

Entonces el testigo está asentado en sí mismo
En los demás estados existe identificación 
con las modificaciones de la mente


Esta es la definición,

Yoga es la cesación de la mente


Cuando la mente cesa, estás establecido en tu Yo de testigo. En los demás estados, excepto en éste, surgen las identificaciones. Y todas las identificaciones constituyen el samsara; constituyen el mundo. Si estás inmerso en las identificaciones, estás inmerso en el mundo, en el sufrimiento. Si has trascendido las identificaciones, estás liberado. Te has convertido en un sidha, estás en el Nirvana. Has trascendido este mundo de sufrimiento y has entrado en el mundo de la felicidad.
Y este mundo está aquí y ahora, ahora mismo, en este mismo momento. No has de esperar ni un sólo instante. Simplemente conviértete en el testigo de la mente y ya habrás entrado. Identifícate con la mente y te lo habrás perdido. Esta es la definición fundamental.


Recuérdalo todo porque, más adelante, con otros sutras, entraremos en detalles: qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo, pero siempre recuerda este fundamento. 

Uno ha de alcanzar el estado de no-mente: ésta es la meta.



4 jul 2017

Las proyecciones de la mente-conciencia

Basandonos en el texto Yoga Sutras de Patanjali, observaremos como podemos aplicar practicamente la información proporcionada por el sabio Patanjali guiándonos en el camino del yoga. 
















El segundo sutra del primer libro nos da la definición del Yoga. Éste es el sutra mas importante, porque es el que nos indica el objetivo de la práctica de yoga y al mismo tiempo el camino. Es importante como practicantes conocer estos conceptos y comenzar a ver nuestro comportamiento desde este punto de vista. ¿Cómo actúa nuestro complejo mente-conciencia? ¿como proyectamos la realidad? ¿Es la realidad que nos rodea tal como la vemos? ¿Qué sucede cuando las proyecciones de la mente-conciencia se detienen?



YOGA SUTRA 1.2

LIBRO I, SAMADHI PADHA, SUTRA NÚMERO 2

yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ




yoga: yoga, unión, samadhi
citta: el complejo mente-conciencia, formado por ahāṃkara, buddhi y manas.

vṛtti: modificaciones, movimientos, proyecciones
nirodha: control, cesación


El control de las modificaciones o proyecciones de la mente es yoga







Cuando las proyecciones (vṛtti, se pronuncia "vriti") de la mente-conciencia (citta, se pronuncia "chita"), es decir los pensamientos, los movimientos de la energía mental, son controlados hasta el punto de detenerse, se logra el estado de Samadhi.



Como dijo BKS Iyengar "Yoga es samadhi y samadhi es Yoga". Es un estado de la mente-conciencia en el cual no nos identificamos con los pensamientos. Éste es el objetivo último del Yoga. 

¿Para que hacemos asanas? ¿Para que controlamos la respiración? Cuando estamos practicando yoga nuestra citta está enfocada, está ocupada estudiando el cuerpo, las sensaciones, dirigiendo la respiración aquí y allá, controlando la duración de cada inhalación y exhalación. Estando citta ocupada en estos asuntos, los vrttis son cada vez menos. La palabra "nirodha" significa "restricción", es decir "ya no hay mas pensamientos" sólo plena consciencia del momento presente. Ese es un atisbo de samadhi, ya que el estado de samadhi se da en diferentes niveles. Sería algo así como un samadhi incipiente. Es un estado donde la dualidad ya no existe, donde nos sentimos conectados de manera muy íntima a todo la existencia. En samadhi nada nos puede perturbar, no hay necesidad de nada, nos sentimos totalmente completos. El yoga se convierte entonces, no solo en la práctica, sino en la experiencia misma de un estado diferente. 


Lo que llamamos citta o mente-consciencia está formada por tres componentes, lo que se llama "antahkarana": ahāṃkara, buddhi y manas

Ahamkara es el ego, es la conciencia del "yo", de la individualidad, la cual es obviamente necesaria para vivir y expresarnos en este mundo. Por eso algunos maestros hablan de un ahamkara bueno y otro malo. Ahamkara es necesario, pero cuando se sale de control no nos permite ver la unidad de la existencia pues la oscurece con nuestros propios deseos egoístas. Buddhi es la parte intelectual, también llamado "intelecto" es la parte de la mente que racionaliza y tiende a organizar, catalogar o clasificar los elementos que reconocemos. Buddhi también es llamada la "mente discriminativa", y también es necesaria para desenvolvernos, pero fuera de control tiende a dividir la existencia en partes cada vez mas pequeñas, deformando así la realidad última. Manas es la parte de la mente que reconoce y capta información a través de los sentidos, y por lo tanto es la que genera deseo. Cuando está fuera de control tiende a dirigir nuestras acciones en la búsqueda de satisfacer nuestros deseos y evitar toda experiencia dolorosa, proyectando así también algo imposible. Toda esta información trabaja asociada con el ego (ahamkara) creando así una imagen irreal o contaminada de nosotros, de los demás seres y de todo lo existente. Los vrittis de citta terminan convirtiendo todo en una proyección nuestra. 

Para funcionar como personas en esta existencia son necesarios estos tres elementos, pero a la vez son estos componentes los que generan mas y mas pensamientos y la mente-conciencia se va enredando en ellos y contaminándose. La mente-conciencia crea proyecciones todo el tiempo, haciendo que veamos el mundo exterior como es nuestra mente y no como en verdad es. Nuestra visión de todo lo existente está así basada en imágenes que nuestra memoria almacena, mientras buddhi clasifica por ejemplo en "agradable" o "desagradable", "bueno" o "malo", "lindo" o "feo", "este es parecido a mi y aquel es diferente"; y manas entonces dice a nuestro "ahamkara" que debe ir tras algo o eludir otra cosa. 

Cuando esto sucede en nosotros, en general citta no está en el presente, siempre está recordando el pasado o proyectando al futuro. 

Son muy pocos los momentos en los que está en el presente. Un ejemplo es cuando estamos conscientes de la respiración. La respiración atrae a la mente-conciencia de una manera magnífica, tiene un gran poder en ese sentido. Cuando estamos regulando el aire la mente automáticamente se calma. Los "vrttis" disminuyen. Dejamos por un instante de proyectar. De este manera nuestra citta se va limpiando y volviendo mas pura. Se dice que vemos el mundo a través de la lente de citta, si esta está contaminada es como un vidrio sucio, no nos permite ver bien. Cuando la lente de citta se limpia entonces si vemos con claridad la realidad. Si la lente de citta es color rojo vamos a ver todo rojo, si es amarillo todo amarillo, y así. Cuando la mente se enfoca en la respiración y la percepción del cuerpo y los vrttis disminuyen, comienza de a poco a percibir con claridad y pureza. 

Lo importante es saber que el poder de tomar las riendas de la mente-conciencia está en nosotros. Podemos dejar que citta nos domine o ser nosotros quien la dominamos. Y de nuestro estado mental dependerá nuestra forma de ver el mundo. Podemos ser libres o estar presos y atados a cientos de cadenas según nuestras proyecciones mentales. Mas allá de que estamos influidos por las circunstancias del mundo que nos rodea, depende de nosotros mismos de que manera sorteamos obstáculos para lograr nuestros objetivos, corre por nuestra cuenta el ser un poco mas felices. Por la práctica de yoga vamos purificando citta, así como también es importante para eso purificar nuestro cuerpo y respiración. Están todos nuestros componentes conectados. Cuando trabajamos en nuestro cuerpo y respiración automáticamente lo estamos haciendo en citta. 

A medida que avanzamos como practicantes podemos tratar de lograr este estado de yoga en todas nuestras acciones cotidianas, y no solo cuando estamos practicando asanas. Para que ese estado de Yoga sea cada vez mas continuo.


¡Espero que les sirva para aplicarlo en su práctica!


Autora: Patricia Aballay
www.ashtangayogabsas.com




Om Saha Nau-Avatu |
Saha Nau Bhunaktu |
Saha Viiryam Karavaavahai |
Tejasvi Nau-Adhiitam-Astu Maa Vidvissaavahai |
Om Shaantih Shaantih Shaantih ||


Que lo Divino nos proteja.
Que disfrutemos unidos los frutos de nuestras acciones.
Que aunemos nuestra fortaleza para el bien de la Humanidad
y que nuestro aprendizaje sea luminoso y útil.
Que nunca haya enemistad entre nosotros.
Om, PAZ, PAZ, PAZ.




17 jun 2016

¿Qué es el yoga realmente? . Paramahansa Yogananda

Fuente: El Yoga del Bhagavad Guita. Publicación de Self Realization Fellowship

Una breve introducción al Bhagavad Guita.

¿Qué es el yoga realmente?

Aun cuando muchas personas creen que el yoga consiste únicamente en ejercicios fisicos (las asanas o posturas que han ganado tanta popularidad en décadas recientes), en realidad éstos sólo representan el aspecto más superficial de esta profunda ciencia cuyo objeto es el desarrollo del infinito potencial de la mente y el alma humanas.

El propio término yoga significa «unión»: la unión de la conciencia individual o alma con la Conciencia Universal o Espíritu. El Yoga comprende varios senderos que conducen a esta meta, cada uno de los cuales constituye una rama especializada de dicha ciencia:

Hatha Yaga: es un sistema de posturas físicas, llamadas asanas, cuyo objetivo principal es purificar el cuerpo, facilitando así la percepción y el control de sus estados ¡nternos y preparándolo de manera adecuada para la meditación

Karma Yoga: es la senda del servicio desinteresado que, sin apego a los resultados, prestamos a los demás, a quienes consideramos como parte de nuestro Ser más vasto; también implica ejecutar todas las acciones con la conciencia de que Dios es el Hacedor.

Mantra Yoga: es el método que consiste en centrar la conciencia en nuestro interior por medio de japa o la repetición de los sonidos universales de ciertas palabras raíz que representan un aspecto particular del Espíritu.

Bhakti Yoga: es la senda de la devoción y de la entrega total, mediante la cual nos esforzamos por amar y contemplar a Dios en todos los seres y en todas las cosas, rindiéndole así una constante adoración.

Guiana Yoga (Jñana): es la senda de la sabiduría, que pone énfasis en el uso de la inteligencia discernidora para lograr la liberación espiritual.

Raja Yoga: es el sendero regio o más elevado del Yoga. Combina lo esencial de todas las demás sendas; fue sistematizado de manera formal en el siglo II a. C. por Patanjali, el sabio de la India.

El aspecto primordial del sistema de Raja Yoga que equilibra y unifica todos los enfoques anteriores es la práctica de métodos definidos y científicos de meditación —tales como el Kriya Yoga- que, desde los primeros esfuerzos, nos capacitan para percibir vislumbres de la meta final: la unión consciente con la bienaventuranza infinita del Espíritu.

El yoga del Bhagavad Guita

El Bhagavad Guita muestra el modo en que cada uno de los diversos senderos del yoga contribuye a la meta final de todos ellos: la unión con Dios. El Karma Yoga, el Bhakti Yoga y el Guiana Yoga (Sankhya) son, en forma individual, el tema de uno de los dieciocho capítulos del Guita, a la vez que se los menciona en otros versos del texto. (Por ejemplo, el Guiana Yoga, el sendero de la sabiduría discemidora, está incluido en la totalidad de la narración, en el sentido de que los héroes del Guita —los Pandavas- simbolizan los iluminados poderes del discernimiento que el alma debe despertar con el fin de obtener la liberación). 


14 oct 2015

¿Qué es el Yoga? por Indra Devi

El yoga es el único método para el desarrollo físico, mental y espiritual del hombre. Nació en la India hace miles de años. No es una religión, ni un credo confesional y no tiene templos, ceremonias, ni dogmas. Constituye un método integral de evolución, que empieza con el perfeccionamiento del cuerpo humano y prosigue con el progreso espiritual. 

Todavía hay mucho que opinan  que el yoga es una religión. Un yogui no es un sacerdote ni oráculo, es sólo un hombre que se encuentra en el camino para alcanzar la iluminación espiritual. Puede ser hindú, cristiano, budista, judío, musulmán, o puede no profesar religión alguna. El yogui (o yoguin) es un hombre que practica yoga; la mujer se llama yoguini. 

Permítanme ustedes que les explique ahora algo sobre los orígenes del yoga. En la antigua India, los yoguis primitivos constituían un grupo de místicos y científicos, para los cuales la relación entre el hombre mortal y el espíritu inmortal tenía un supremo interés. Se establecieron con la intención de hallar la forma o el método de unir a ambos durante la vida del hombre sobre esta tierra. Emplearon, no ya unos cuantos años, sino siglos enteros en llevar a cabo experimentos con diferentes sistemas de relajamiento (o pacificación total del cuerpo y del espíritu), de concentración y de meditación; hicieron pruebas con diferentes métodos de respiración, con distintas posturas, con numerosas dietas y ejercicios mentales y físicos. Cuando por fin consiguieron dar con las experiencias que necesitaban, sistematizaron los resultados de sus hallazgos y los llamaron Ciencia del Yoga

Ésta palabra proviene de la raíz sánscrita yuj, que significa unión, vínculo y reintegración. La llamaron así, porque el objetivo del yoga es realizar la unión entre el hombre, que es lo finito, y el espíritu que es lo infinito, es decir, entre la conciencia individual y la Conciencia Cósmica. Podría llamársele también Verdad, Luz, Dios, Realidad Interior, etcétera. 

El yoga significa para el hindú una filosofía, una ciencia, un arte y una forma de vivir. La ciencia del yoga comprende diversas ramas, que corresponden a los diferentes caracteres y temperamentos, desde el que enseña a controlar el cuerpo hasta el que conduce  a la consecución de la "extraindividualidad del hombre", como expresa Gerald Heard. Los nombres  de las principales ramas del yoga son: Raja, Hatha, Karma, Jnana, Bhakti y Mantra. 

El hombre que adopta, por ejemplo, el Karma Yoga, realiza la unión con el Yo Superior a través del trabajo y de la acción. En el Jnana Yoga, esto se consigue por medio del estudio y de la ciencia. El Bhakti Yoga es el sendero del amor desinteresado y de la devoción rendida. El Mantra Yoga es la ciencia de las vibraciones, que prepara y condiciona al hombre para su unión con la Divinidad por medio de la repetición de ciertos sonidos e invocaciones. El Raja Yoga es la forma más elevada del yoga, es el yoga de la conciencia. Su instrucción, corrientemente, comienza con el Hatha Yoga, que es el yoga del bienestar físico. 

Éste Hatha Yoga es el que yo he estudiado y el que voy a exponer al lector. Los otros yogas no son muy apropiados para la gente que vive una vida agitada en la gran ciudad; mientras que el Hatha Yoga, el yoga de la perfección física, encierra e implica un mensaje práctico e iluminador para el mundo agitado y nervioso del Occidente. ES un mensaje para el cuerpo, para la mente y para el espíritu. 
Indra Devi enseñando yoga en Moscú en 1991

La primera etapa del Hatha Yoga está constituida por lo que se llama asanas, palabra que significa "posturas". Enseña la respiración profunda, los ejercicios y las reglas para relajarse o sosegarse en abandono absoluto del cuerpo y del espíritu, y las instrucciones para las dietas alimenticias. Se refiere a nuestro cuerpo y nuestra salud, y trata a fondo todo lo que tiene que ver con ella, desde el desarrollo glandular hasta la elevación espiritual. 

El yoga ofrece una vida mejor, más sana y más duradera. Al respirar correctamente, comer adecuadamente, relajarse y sosegarse, y ejercitar el cuerpo y la mente, usted conseguirá dormir mejor, tener más alegría y llegar a un estado mental más claro y más tranquilo. Aprenderá a mejorar y acrecentar su salud y a protegerse de las enfermedades como resfríos, estreñimiento, jaquecas, fatiga y otras molestias. Se conservará usted joven, lleno de vida y despierto, independientemente de su edad, logrará perder o ganar peso, desterrará las arrugas prematuras y conservará la piel suave y tersa con color saludable. 

No voy a profundizar en detalles que pertenecen a etapas más avanzadas del yoga. De todos modos, no le reportarán beneficio alguno, puesto que no pueden practicarse simplemente siguiendo instrucciones escritas. Para eso necesitaría la guía personal de un maestro competente. De otra manera correría el riesgo de consecuencias perjudiciales. 

Estas son las diferentes etapas del Hatha Yoga, según el orden con que son enseñadas: Posturas (Asanas); Control del Prana (Pranayama); Control del Sistema Nervioso (Pratyahara); Control de la Mente (Dharana); Meditación (Dhyana) y la obtención de la Iluminación (Samadhi), que es el último grado de todos los yogas, o sea "El matrimonio del Espíritu y de la Materia", como se llama en la India. 

En el proceso de experiencias para hallar los modos y los procedimientos de unir a los dos, los yoguis han ido desarrollando mi método ideal para preparar y entrenar el cuerpo y la mente. En él se toma en consideración al hombre entero, en todos los aspectos: físico, moral, mental y espiritual. Nada se ha pasado por alto. Ni siquiera los métodos de disciplina física necesitan mejorarse, porque comprenden todo lo que el hombre necesita para conseguir una salud perfecta: la respiración correcta, la postura, la dieta, los ejercicios, el relajamiento mental y físico y la higiene. 

Los yoguis primitivos estudiaron cuidadosamente, durante décadas enteras, los efectos de las distintas posturas, ejercicios, respiraciones y dietas alimenticias en los cuerpos humanos. También observaron cómo respiraban y se relajaban los animales; estudiaron sus métodos de adaptación a los cambios de clima y de ambiente; sus reacciones en los casos de enfermedad y de peligro. A fuerza de paciencia, y probablemente sirviéndose de sus facultades clarividentes, los yoguis consiguieron descubrir ciertos procesos biológicos que podían ser dirigidos conscientemente a sostener su estado de salud, su vigor y la prolongación de la duración de su vida. 

Arbitrados hace millares de años, los métodos yogas no han podido ser superados ni siquiera en los tiempos modernos. Gran parte de los descubrimientos recientes en el campo de la dietética y de la cultura física eran conocidos ya por lo yoguis antiguos, con la única diferencia de que ellos guardaban dichas prácticas en el más absoluto secreto. Hasta los últimos tiempos no habían conseguido los no iniciados tener acceso a ellas. 

Entre usted en cualquier salón de belleza, en cualquiera escuela de cultura física, o en cualquier gimnasio, y se quedará sorprendido al ver los numerosos ejercicios de yoga que se practican allí. Lo que pasa es que su valor original se ha perdido porque, al ser desprovistos de su coordinación con la respiración rítmica y de la profunda significación psicológica que estuvo vinculada a ellos, han quedado reducidos a la categoría de simple gimnasia corporal.
Con uno de sus principales maestros de Yoga, Krishnamacharya

Se me ha preguntado muchas veces cómo es que los yoguis prestan tanta atención al cuidado del cuerpo, cuando su objetivo principal es la unión espiritual con lo Divino. La respuesta es que se preocupan por conservar el cuerpo sano, hermoso, esbelto y limpio, por dentro y por fuera, porque lo consideran el vehículo a través del cual se manifiesta el Poder Supremo. Para ellos, el cuerpo es el templo del Espíritu Vivo y, en consecuencia, creen que deben elevarlo al más alto grado de perfección posible. Es, por ejemplo, como el violinista, que cuida con gran esmero su violín, sin el cual no podría ser capaz de expresar  su arte. De la misma manera el yogui cuida su cuerpo, porque es el único instrumento a través del cual puede expresar su espiritualidad. Podría decirse que la práctica del yoga ayuda al "medico", al "psiquiatra" y al "sacerdote" que llevamos dentro de nosotros a conservarnos en perfecto estado corpóreo, en perfecta salud mental y en perfecta conciencia espiritual. 

En la India, el yoga es enseñado por un maestro a su discípulo, el cual permanece y vive con gurú, o sea, su guía espiritual y su maestro, durante los años que dure su instrucción. Le sirve y atiende a todas sus necesidades, como recompensa por su instrucción. 

Los yoguis auténticos, que son los más adelantados en el sendero de la evolución espiritual, no tienen interés en las ventajas exclusivamente corporales del yoga. Para ellos no significan más que los primeros pasos del largo camino de la perfección. Viven en lugares apartados y mantienen en secreto sus enseñanzas, que sólo comunican a sus discípulos. De esta manera han conseguido conservar intacto el yoga durante millares de años, a pesar de todas las epidemias, catástrofes, guerras e invasiones que han asolado a la India. El yoga ha sido de enorme utilidad a innumerables personas, llevando salud a sus cuerpos, la paz a sus mentes, y unificando sus espíritus con la Fuente Universal. 

Indra Devi, de su libro "Por siempre joven, por siempre sano"




22 may 2015

El yoga: concepto y significado

Krishnamacharya con su hijo Shribhasyam 
en ardha dhanurāsana.





Del libro "El corazón del Yoga" de TKV Desikachar.




Para empezar, me gustaría compartir algunos conceptos que pueden ayudarnos a entender los diversos significados de la palabra yoga. El yoga es uno de los seis sistemas fundamentales del pensamiento de la India que se conocen, en general, como darśana; los otros cinco darśana son nyāya, vaiśeṣika, sāṃkhya, mīmāmsā y vedānta.1 La palabra darśana se deriva de la raíz sánscrita dṛs, que se traduce como "ver.” Por lo tanto, darśana significa “vista,” “mirar,” “punto de vista” o, aún más "cierta forma de ver.” Pero más allá de estos significados, hay otro más y para entenderlo tenemos que conjurar a una imagen de un espejo, con la que podemos mirar hacia dentro de nosotros mismos. De hecho, todos los grandes textos nos introducen a formas “de ver,” que nos dan la oportunidad de reconocernos mejor. Conforme vamos aceptando las enseñanzas podemos ver dentro de nosotros más profundo. Como uno de los seis darśanas, el yoga tiene sus orígenes en los Vedas, los registros más antiguos de la cultura hindú. En el Yoga Sūtra, el gran sabio Patañjali lo sistematizó como un darśana especial. A pesar de que a este trabajo le siguieron muchos importantes textos de yoga, el Yoga Sūtra de Patañjali es, en verdad, el más significativo.

A través de los siglos se han transmitido diferentes interpretaciones de la palabra yoga. Una de ellas es “reunirse,” “unirse.” Otra sería “atar juntos los filamentos de la mente.” A primera vista, estas dos definiciones pueden parecer muy diferentes, pero en realidad hablan de la misma cosa. Mientras “reunirse” nos da una interpretación física de la palabra yoga, dirigir nuestros pensamientos hacia la sesión del yoga, antes de que aceptemos el reto de una verdadera práctica, es un ejemplo de: “atar juntos los filamentos de la mente.” Una vez que esos filamentos mentales se reúnen para formar una intención, estamos listos para empezar el trabajo físico.

Otro significado de la palabra yoga es “alcanzar lo que antes nos fue inalcanzable.” El punto de partida de este pensamiento consiste en saber que hoy hay algo que no podemos hacer; cuando encontramos los medios para realizar ese deseo, ese paso es yoga. De hecho, cada cambio es yoga. Por ejemplo, cuando encontramos la forma para flexionar el cuerpo hacia delante y tocamos la punta de los dedos de los pies, o cuando con la ayuda de un texto, aprendemos el significado de la palabra yoga, o cuando a través de una discusión, conseguimos una mejor comprensión de nosotros mismos o de los demás, estamos alcanzando un punto a donde nunca hemos estado antes. Cada uno de estos movimientos y cambios es yoga.

Otros aspectos del yoga están dirigidos a nuestras acciones. El yoga también significa actuar de tal manera que toda nuestra atención esté dirigida hacia la actividad que estamos realizando ahora. Por ejemplo, supongamos que mientras estoy escribiendo, una parte de mi mente está pensando en lo que quiero decir, mientras que la otra está pensando en algo totalmente diferente. Mientras más concentrado esté en lo que estoy escribiendo, mayor será mi atención en lo que estoy haciendo en este momento. Puede ocurrir lo contrario: podría estar escribiendo con gran atención, pero conforme lo voy haciendo, mi atención comienza a flaquear. Empezaría a pensar en los planes que tengo para mañana, o en lo que hay para la cena. Entonces parecería como si estuviera actuando con atención, pero no estoy presente. El yoga intenta crear un estado en el cual siempre estemos presentes—realmente presentes—en todas nuestras acciones.


Krishnamacharya con una estudiante en trikonāsana.

La ventaja de la atención es que realizamos mejor cada tarea y al mismo tiempo estamos conscientes de nuestras acciones. Entre más se desarrolle nuestra atención, la posibilidad de cometer errores es menor, proporcionalmente. Cuando ponemosatención en nuestras acciones, no somos prisioneros de nuestroshábitos; no necesitamos hacer nada hoy, porque ya lo hicimos ayer. En cambio, existe la posibilidad de tener presentes nuestras acciones y así evitar repeticiones innecesarias.

Otra definición clásica del yoga es “ser uno con el divino.” No importa qué nombre le demos al divino, Dios, Alá, Īśvara, o el que sea; cualquier cosa que nos acerque a la comprensión de que existe un poder supremo y más grande que nosotros mismos, eso es yoga. Cuando nos sentimos en armonía con ese poder supremo, eso también es yoga.

Así, vemos que existen muchas posibles formas para entender el significado de la palabra yoga. Encontramos sus raíces en el pensamiento hindú, pero su contenido es universal porque trata sobre los medio por los cuales podemos hacer los cambios que deseamos en nuestras vidas. La verdadera práctica del yoga lleva a cada persona por diferentes direcciones. No es necesario suscribirse a ninguna idea en particular sobre Dios, para seguir el camino del yoga. Su práctica sólo nos pide actuar y poner atención en nuestras acciones. Cada uno de nosotros necesita poner una cuidadosa atención a la dirección que estamos tomando, para que sepamos a dónde vamos y cómo vamos a llegar allá; esta cuidadosa observancia nos da la posibilidad de descubrir algo nuevo. Es una decisión personal que este descubrimiento nos conduzca a una mejor comprensión de Dios, a una mayor satisfacción o a una nueva meta. Cuando empecemos a hablar de āsanas , los ejercicios físicos del yoga, veremos cómo se pueden incorporar en nuestra práctica las diversas ideas implícitas en el significado de la palabra yoga.

¿Adónde y cómo empieza la práctica de yoga? ¿Debemos empezar siempre en el nivel físico? Yo diría que donde empecemos depende de nuestros intereses personales. Existen muchas formas para practicar el yoga y gradualmente el interés de un camino nos llevará a otro. Así puede ser que empecemos por estudiar el Yoga Sūtra o por la meditación. O en lugar de eso, empecemos con la práctica de āsanas y así, a través de la experiencia del cuerpo, empezar a entender el yoga. También podemos empezar con prāṇāyāma, sintiendo la respiración como el movimiento de nuestro ser interno. No existe ninguna regla sobre dónde y cómo debemos empezar nuestra práctica.

A menudo, los libros o las clases de yoga dan la impresión de que existen prerequisitos para poder estudiar el yoga. Nos podrán decir que debemos dejar de fumar o que debemos ser vegetarianos o que debemos deshacernos de nuestras riquezas. Hacer eso sería admirable sólo si se originara en nuestro interior (y puede ser el resultado del yoga), pero no sería así, si son una imposición desde afuera. Por ejemplo, muchas personas dejan de fumar una vez que empiezan una práctica yoga. Este es el resultado de sus prácticas; no han dejado de fumar para practicar el yoga. Empezamos donde y como estamos ahora y lo que deba pasar, pasará.

Cuando empezamos a estudiar el yoga, ya sea en forma de āsanas, prāṇāyāma, meditación o el estudio del Yoga Sūtra, la forma en que aprendemos es la misma. Mientras más progresemos, más nos daremos cuenta de la naturaleza holística de nuestro ser, sabremos que estamos hechos de cuerpo, respiración, mente y demás. Muchas personas que empiezan a estudiar el yoga con la práctica de āsanas continúan aprendiendo más poses hasta que para ellos el único significado del yoga es el ejercicio físico. Podemos comparar esto con un hombre que fortalece sólo un brazo y deja que el otro se debilite. De forma similar, hay personas que intelectualizan la idea del yoga; escriben magníficos libros y hablan con brillantez sobre complicadas ideas como el prakṛti y el ātman, pero cuando hablan o escriben no pueden sentarse derechos ni por unos pocos minutos. Así que no olvidemos que podemos empezar la práctica del yoga desde cualquier punto, pero si queremos ser seres humanos completos, debemos incorporar todos los aspectos y hacerlo paso a paso. En el Yoga Sūtra, Patañjali enfatiza todos los aspectos de la vida humana, incluyendo nuestras relaciones con los demás, nuestro comportamiento, salud, respiración, así como el camino hacia la meditación.



Krishnamacharya demostrando variaciones de eka pāda ḍrdhva prasrta pādāsana.

Los cimientos de la práctica del yoga

Para explicar el yoga me debo referir a los conceptos que Patañjali expone en el Yoga Sūtra. Prefiero esta guía de la práctica yoga a otros textos sobre el tema. De cierta manera, el Yoga Sūtra es más universal que los otros, porque está orientado en la mente, en sus cualidades y en cómo podemos influenciarla. Como se define en este texto, el yoga tiene la habilidad de dirigir la mente sin distracciones ni interrupciones. Nadie puede negar que ese proceso es benéfico para todas las personas que viven una vida dirigida y productiva. Otros textos de yoga hablan sobre Dios, de la conciencia y otros conceptos que pueden o no ser aceptados o consistentes con diversas filosofías y religiones. Si entiendo el yoga como un camino accesible para todos los seres humanos y debido a la universalidad de las preguntas sobre las cualidades de la mente, es natural que mi exposición se apoye exactamente en el Yoga Sūtra. Hablar en términos de Dios o de un Ser Supremo molesta a muchas personas, sin importar que acepten o rechacen esta noción. El Yoga Sūtra de Patañjali es un texto muy profundo porque está escrito de una forma muy abierta. La noción de Dios no se rechaza ni se le impone a nadie. Por esta razón, creo que Yoga Sūtra hace que el yoga sea más comprensible que en ningún otro libro.

Percepción y acción

Un concepto importante del Yoga Sūtra de Patañjali se relaciona más con la manera en la que percibimos las cosas, y explica porqué nos pasamos la vida metiéndonos en problemas. Si sabemos cómo nos metimos en esos problemas, también podemos aprender a liberarnos de ellos.

¿Cómo trabaja nuestra percepción? A menudo decidimos que hemos visualizado una situación “de forma correcta” y actuamos de acuerdo a esta percepción. Sin embargo, en realidad, nos estamos engañando, y así, nuestras acciones pueden traernos desgracias a nosotros y a los demás. Cuando dudamos si hemos comprendido bien una situación, aunque ésta sea correcta en realidad, nuestra postura es difícil, por lo tanto no actuamos, aun cuando hubiera sido benéfico haberlo hecho.

El Yoga Sūtra utiliza el término avidyā para describir los dos extremos del espectro de la experiencia. Avidyā significa literalmente “comprensión incorrecta,” lo que significa una percepción falsa o un malentendido. Avidyā confunde lo burdo con lo sutil. Lo opuesto es vidyā, “comprensión correcta.” (Yoga Sūtra 2.3-5).

Ahora, ¿qué es esta avidyā que está tan enraizada en nosotros? Se puede entender avidyā como el resultado acumulado de nuestras muchas acciones inconscientes, las acciones y las formas de percepción que por años hemos realizado deforma mecánica. Como resultado de estas respuestas inconscientes, la mente se va volviendo cada vez más dependiente de los hábitos, hasta que aceptamos las acciones de ayer como las normas de hoy. Se les llama saṃskāra a esas adaptaciones de nuestras acciones y percepciones. Estos hábitos cubren la mente con avidyā, como sí oscurecieran la claridad de la consciencia con una tenue capa.

Si no estamos seguros que hemos entendido bien una situación dada, por lo general no actuamos con decisión. Pero si hemos comprendido bien, actuaremos y nos irá bien. Tal acción emana de un profundo nivel de percepción. En contraste, avidyā se distingue por una percepción superficial. Creo que visualizo algo en la forma correcta, así que tomo una acción determinada y después tengo que admitir que estaba equivocado y que mis acciones no han sido las correctas. Así que tenemos dos niveles de percepción: Uno está en lo más profundo de nuestro ser y libre de esta capa de avidyā, y el otro es superficial y está cubierto por avidyā. De la misma forma que nuestros ojos son transparentes y claros y no se les debe pintar, ya que nos sirven para ver los colores con exactitud, así debe ser nuestra percepción: como un espejo de cristal limpio. La meta del yoga es reducir la capa de avidyā para actuar en forma correcta.



El joven Desikachar demostrando vimanāsana.


Las ramas de avidyā

Pocas veces tenemos la sensación inmediata y directa de que nuestra percepción es incorrecta y está nublada. Rara vez avidyā se expresa por sí misma. De hecho, una de sus características es que se esconde de nosotros. Sus ramas son fáciles de identificar. Si notamos que están vivas en nosotros, entonces podremos reconocer la presencia de avidyā.

La primera rama es lo que a menudo llamamos ego. Nos empuja a pensamientos como “Tengo que ser mejor que todos”; “Soy lo más grande”; “Sé que estoy en lo correcto.” A esta rama se le llama asmitā en el Yoga Sūtra.

La segunda, rāga, se expresa al hacer reclamos. Hoy queremos algo porque nos fue placentero ayer, pero no porque lo necesitemos en realidad. Ayer tomé un vaso con jugo de frutas, que estaba delicioso y me dio la energía que necesitaba. Hoy algo me dice: “Quiero otro vaso de este dulce jugo,” a pesar de que en realidad no lo necesito hoy y pudiera hacerme daño. Queremos las cosas que no tenemos. Lo que tenemos no es suficiente y queremos más. Queremos guardar lo que se nos ha pedido que regalemos. Esto es rāga.

De cierto modo, dveṣa, la tercera rama, es lo opuesto a rāga. Se expresa al rechazar las cosas. Tenemos una experiencia difícil y tememos repetirla, así que rechazamos a las personas, los pensamientos y los lugares que se relacionan con esa experiencia, con la creencia de que nos traerán dolor otra vez. Dvesa también nos motiva a rechazar aquellas cosas con las que no estamos familiarizados, aunque no tengamos ningún antecedente de ellas, negativo o positivo. Estas formas de rechazo son las expresiones de dveṣa.

Para finalizar está abhiniveśa, miedo. Este es probablemente el aspecto más secreto de avidyā y se expresa en muchos niveles de la vida actual. Nos sentimos inseguros. Tenemos dudas sobre nuestra postura en la vida. Tenemos miedo que las personas nos juzguen mal. Nos sentimos inseguros cuando se altera nuestro estilo de vida. No queremos envejecer. Todos estos sentimientos son expresiones de abhiniveśa, la cuarta rama de avidyā.

Juntas o separadas, estas cuatro ramas nublan nuestras percepciones. Por ellas avidyā está siempre activa en nuestra mente subconsciente y como resultado de esta actividad, terminamos sintiéndonos insatisfechos. Por ejemplo, si se practica āsanas en una clase, tenemos la tendencia de compararnos con los demás. Notamos que alguien es más ágil que nosotros y esa comparación nos disgusta. Pero la práctica de āsanas no es una competencia deportiva. Sólo porque una persona puede doblarse hacia delante más que otra, no necesariamente significa que está más aventajada en su práctica del yoga. Tales comparaciones nos conducen, ya sea a una satisfacción que recae en un sentimiento de superioridad o a una insatisfacción que origina una sensación de inferioridad. A menudo, esa insatisfacción tiene tanto peso, que siempre nos está hechizando y no nos dejará solos. En ambos casos, el origen son nuestros sentimientos que permanecen escondidos en nosotros.

Permítanme poner otro ejemplo de la persistencia de avidyā. Supongan que cometo una falta en un debate sobre el Yoga Sūtra. Por lo general admitiría mi error y me disculparía. Esta vez, cuando un amigo me hace ver que mi opinión sobre este gran libro es incorrecta, siento dolor muy dentro de mí. Me siento enfermo. Puede ser que bajo la influencia de asmitā, trate de probar que mi amigo esta equivocado y que yo estoy en lo correcto. O abhiniveśa me puede incitar a alejarme de esa situación. De cualquier manera, rechazo el reto, en lugar de aceptar la crítica y aprender de la situación.

Mientras las ramas de avidyā se estén expandiendo, existe la gran posibilidad de que daremos pasos en falso, porque no sopesamos las cosas con cuidado y hacemos juicios a la ligera. Cuando nos damos cuenta que los problemas han crecido de alguna manera, podemos asegurar que avidyā ha sido el instrumento que lo ha provocado. El yoga aminora los efectos de avidyā para que la comprensión verdadera pueda tomar su lugar.



Figura 1. Avidyā es la raíz que causa los obstáculos que nos impiden reconocer las cosas como en realidad son. Los obstáculos son: asmitā (ego), rāga (apego), dveṣa (rechazo) y abhiniveśa (miedo) Percibimos a avidyā más por su ausencia que por su presencia. Cuando vemos algo de la forma correcta sentimos una profunda paz interna, no sentimos ninguna tensión, malestar, ni agitación. Por ejemplo, cuando estoy consciente de que estoy hablando lento, siento un salto al cual le sigue la tranquilidad, por lo tanto, vidyā (comprensión clara) está dentro de mí. Pero si no estoy seguro sobre lo que estoy diciendo, tengo la tendencia a hablar muy rápido. Uso palabras innecesarias y puede ser que partiera mis oraciones. Así, cuando nuestra comprensión es clara, sentimos la tranquilidad y la calma dentro de nosotros.


La constancia y el cambio

Si nos suscribimos a los conceptos del yoga, entonces todo lo que vemos, experimentamos y sentimos no es una ilusión; es verdadero y real. Todo es real, incluyendo los sueños, las ideas y las fantasías. Aún avidyā es real. A este concepto se le llama satvāda. 

Aunque en el yoga todo lo que vemos y experimentamos es real, toda forma y todo contenido está cambiando siempre. Este concepto de cambio continuo se conoce como pariṇāmavāda. La forma en que vemos las cosas hoy no tiene que ser la misma en la que las vimos ayer. Esto se debe a que las situaciones, nuestra relación con ellas y nosotros mismos hemos cambiado en el ínter. Esta noción de cambio constante sugiere que no tenemos que desalentarnos por la existencia de avidyā. Si las cosas van mal, siempre las podemos cambiar para mejorar. ¡Claro está que también las podemos empeorar! Nunca sabemos lo que va a pasar en nuestra vida y es por eso que es importante estar atentos. Que las cosas mejoren o empeoren depende en gran medida de nuestras acciones. La recomendación de una práctica regular de yoga sigue el principio de que, a través de la práctica, podemos aprender a estar presentes en todo momento y de esta forma, lograr mucho de lo que antes éramos incapaces de hacer.

El yoga está suscrito a la noción de que también dentro de nosotros hay algo muy real, pero, diferente a todo lo demás, que no está sujeto al cambio. A esta fuente se le llama pūruṣa o draṣṭṛ que significa “aquello que ve” o “aquello que puede ver correctamente.” Cuando nadamos en un río y no podemos ver la orilla, es difícil que nos demos cuenta de la corriente. Nos estamos moviendo tanto con el río, que casi no vemos el flujo. Pero si vamos hasta la orilla donde tenemos tierra firme, es mucho más fácil ver como está fluyendo el río.

Puruṣa indica la postura desde donde podemos ver; es el poder que nos permite percibir con exactitud. La práctica del yoga anima a que esta visión suceda sin trabas. Mientras nuestra mente esté cubierta por avidyā, nuestras percepciones estarán nubladas. Cuando sentimos esta tranquilidad dentro de nosotros, sabemos que hemos entendido de verdad y esta clase de comprensión puede tener un efecto fuerte y positivo en nuestras vidas, al conducirnos a una acción correcta. Por lo general, esta comprensión verdadera resultante de la disminución de avidyā, no sucede de forma espontánea. El cuerpo y la mente se usan para ciertos patrones de percepción y estos tienen la tendencia a cambiar poco a poco a través de la práctica del yoga. El Yoga Sūtra dice que las personas experimentan, sucesivamente, oleajes de claridad y nubosidad, cuando empiezan una práctica del yoga. Esto es, pasamos por periodos de limpidez, seguidos de momentos en los cuales a nuestra mente y percepción les falta dicha claridad.2 Con el tiempo disminuirá la nubosidad y aumentará la diafanidad. Una forma de medir nuestro progreso es reconocer este cambio.

Uno puede preguntar, ¿es una expresión de asmitā (el ego) el hecho de que alguien empiece a hacer yoga porque quiere ser mejor? Esa pregunta nos conduce a descubrimientos importantes sobre el significado de avidyā. Estamos sujetos a avidyā y cuando lo notamos, directa o indirectamente, es claro para nosotros que tenemos que hacer algo al respecto. Algunas veces nuestro primer paso es la necesidad de ser mejores o sentirnos más realizados. Esto no es diferente a que alguien diga, “soy pobre, pero quiero volverme rico,” o “me gustaría ser doctor.” Dudo que haya alguien que de verdad no quiera mejorar su persona y aunque nuestro primer paso brinque del deseo de ser mejores y por lo tanto, esté arraigado en el ego, aún así es un paso correcto porque nos coloca en el primer peldaño de la escalera del yoga. Además, no siempre permanecemos comprometidos con esta meta inicial de auto-mejoramiento. De acuerdo con el Yoga Sūtra, reconocer la conquista de avidyā y sus efectos, es la única escalera por la que podemos subir. La meta de querer hacer algo mejor puede ser el primer peldaño de la escalera. Y de hecho, es verdad que al practicar el yoga mejoramos poco a poco nuestra habilidad de concentración y ser independientes. Mejoramos nuestra salud, nuestras relaciones y todo lo que hacemos. Si podemos empezar arriba de este primer peldaño —el deseo de ser mejores— entonces puede ser que no necesitemos del yoga.

¿Cómo podemos subir esta escalera? En el Yoga Sūtra de Patañjali se recomiendan tres cosas para ayudarnos a subir. Lo primero es tapas. Tapas viene de la raíz tap que significa “calor” o “limpiar.” Tapas es un medio por el cual podemos conservarnos sanos y limpios por dentro. A menudo se describe como penitencia, mortificación o dieta estricta. Pero su significado en el Yoga Sūtra es la práctica de āsanas y prāṇāyāma, esto es, los ejercicios físicos y de respiración del yoga, que nos ayudan a deshacernos de los bloqueos e impurezas de nuestro sistema, además de darnos otros beneficios. Al practicar āsanas y prāṇāyāma podemos influenciar todo nuestro sistema. Es el mismo principio de calentar el oro para purificarlo.

El segundo medio por el cual podemos descubrir el estado del yoga es svādhyāya. Sva significa “uno mismo” y adhyāya se traduce como “estudio o investigación.” Con la ayuda de svādhyāya conseguimos conocernos a nosotros mismos. ¿Quiénes somos? ¿Qué somos? ¿Cuál es nuestra relación con el mundo? No es suficiente que nos conservemos sanos. Debemos saber quiénes somos y cómo nos relacionamos con los demás. Esto no es fácil, porque no contamos para nuestras mentes con ese espejo limpio como el que tenemos para nuestro cuerpo. Pero mientras leemos o estudiamos ciertos textos, podemos ver un reflejo de nuestras mentes, al discutirlos y reflejarnos en ellos. En especial, esto pasa con los grandes trabajos como el Yoga Sūtra, la Biblia, el Mahābhārata y el Corán. Podemos vernos a través de estudiar los textos de libros como estos.

Īśvarapraṇidhānā es la tercera forma posible que sugiere el Yoga Sūtra para acercarse al estado del yoga. Por lo general, este término se interpreta como “amor de Dios,” pero también significa una cierta calidad de acción. Practicar prāṇāyāma y āsanas , mantenernos sanos y reflejarnos en nosotros mismos no es todo lo que tenemos que hacer. También tenemos que proseguir nuestra carrera, ganar calificaciones y hacer todo lo demás que es parte de una vida normal. Todas estas cosas se deben hacer lo mejor posible. Pero nunca podremos estar seguros de los frutos de nuestras acciones. Es por eso que lo mejor es no estar tan apegados a nuestras esperanzas y poner más atención en las acciones en sí.

Todas juntas, estas tres formas de ser: la salud, la investigación y la calidad de acción, cubren todo el espectro del esfuerzo humano. Si estamos sanos, sabremos más de nosotros mismos y mejoraremos la calidad de nuestras acciones, así, es muy probable que cometamos menos errores. Se recomienda que trabajemos en estas tres áreas distintivas para reducir avidyā. Juntas se les conoce como kriyā yoga, el yoga de la acción. Kriyā viene de la palabra kṛ que significa “hacer.” El yoga no es pasivo. Debemos participar en la vida. Podemos trabajar en nosotros mismos para hacer esto bien.

Ya he explicado que el yoga es un estado en el cual se juntan dos cosas en una. También dije que el yoga significa atención en la acción, lo que es necesario si queremos lograr un punto o una postura que no hayamos podido alcanzar antes. El yoga de acción, kriyā yoga, es el medio por el cual alcanzamos el yoga como un estado de ser. A pesar de que es sólo una parte del yoga, kriyā yoga es la rama práctica del yoga que nos puede dirigir a un cambio mejor en todos los aspectos de nuestra vida.



EL CORAZÓN DEL YOGA
TKV DESIKACHAR

Índice

1. La vida y el yoga de Śrī T. Krishnamacharya, UNA ENTREVISTA CON T. K. V. DESIKACHAR
2. El yoga: concepto y significado
3. Los principios de la práctica de asanas 
4. La construcción cuidadosa de una práctica de yoga
5. Variaciónes de āsanas