24 may 2020

Yoga: La Ciencia del Alma, Osho. Vol. I: parte I, Introducción al yoga



Yoga:

La Ciencia del Alma,

Vol. I
Autor : Osho. 1974.

Discursos sobre los Yoga Sufras de Patanjali,
recopilados en diez volúmenes. Bombay, India



Capítulo 1

Introducción al Yoga


I

Ahora, la disciplina del Yoga.

II

Yoga es la cesación de la mente

III

Entonces el testigo está asentado en sí mismo.

IV

En los demás estados existe una identificación con las modificaciones de la mente.


Vivimos en una profunda ilusión, la ilusión de la esperanza, del futuro, del mañana. El hombre, tal y como es no puede existir sin autoengañarse. Nietzsche dice en algún lugar que el hombre no puede vivir con lo real: necesita sueños, necesita ilusiones, necesita mentiras para existir. Y Nietzsche está en lo cierto. Tal y como es el hombre, no puede existir con la verdad. Esto se ha de entender completamente porque sin entenderlo no se puede entrar en la indagación llamada Yoga.







La mente ha de ser comprendida en profundidad; la mente que necesita mentiras, la mente que necesita ilusiones, la mente que no puede coexistir con lo real, la mente que necesita de los sueños. No solamente estás soñando durante la noche; incluso despierto, estás soñando continuamente. Puedes estar mirándome, puede que me estés escuchando, pero en tu interior discurre una corriente de sueños. Continuamente la mente está creando sueños, imágenes, fantasías.


Los científicos aseguran ahora que un hombre puede vivir sin dormir, pero que es incapaz de vivir sin soñar. En los tiempos antiguos se suponía que el dormir era una necesidad, pero ahora la investigación moderna asegura que el dormir no es necesario. Dormir es necesario en tanto que te permite soñar. El soñar es lo necesario. Si no se te deja soñar pero sí dormir, por la mañana no te sentirás ni fresco, ni vivo. Te sentirás cansado como si no hubieras podido conciliar el sueño.


La noche tiene períodos, períodos de sueño profundo y períodos de sueños. Existe un ritmo; de la misma manera que el día y la noche, hay un ritmo. Al comienzo caerás en el sueño profundo durante unos cuarenta o cuarenta y cinco minutos. Luego empieza la fase del soñar; entonces sueñas. Luego, de nuevo, el sueño sin sueños; luego otra vez el soñar. Toda la noche sigue así. Si se te molesta en tu sueño cuando estás durmiendo profundamente sin soñar, por la mañana no echarás nada en falta, pero si mientras estás soñando, tu sueño es alterado, entonces por la mañana te sentirás completamente cansado y exhausto.


Hoy en día esto puede ser comprobado desde el exterior. Si alguien está durmiendo, tú puedes juzgar si está soñando o está dormido. Si está soñando, sus ojos se estarán moviendo continuamente, como si estuviera viendo algo con los ojos cerrados. Cuando está profundamente dormido, sus ojos estarán inmóviles, no se moverán. De modo que si mientras tus ojos se están moviendo tu sueño es alterado, por la mañana te sentirás cansado. Cuando los ojos están inmóviles, tu sueño sí puede ser alterado. Por la mañana no te sentirás mal.


Muchos investigadores han demostrado que la mente humana se alimenta de sueños; el soñar es una necesidad, y el soñar es un autoengaño absoluto. Y no ocurre solamente así por la noche. Mientras estás despierto, lo mismo se va repitiendo; incluso durante el día puedes comprobarlo. A veces habrá sueños flotando en la mente; a veces no habrá sueños.


Cuando estén los sueños, estarás haciendo algo, pero estarás ausente. Por dentro estarás ocupado. Por ejemplo, tú estás aquí. Si tu mente atraviesa un estado de ensoñación, me estarás oyendo sin escucharme en absoluto, porque tu mente estará ocupada por dentro. Si no estás en un estado de ensoñación, solamente entonces podrás escucharme.


De día, de noche, la mente se desplaza desde la ausencia de sueños al soñar, y luego del soñar a la ausencia de sueños. Es un ritmo interior. Y no solamente estamos soñando continuamente; en la vida estamos proyectando esperanzas en el futuro.


El presente es, casi siempre, un infierno. Puedes seguir en él sólo gracias a la esperanza que has proyectado en el futuro. Eres capaz de vivir el hoy gracias al mañana. Estás esperando que algo suceda mañana; que mañana se abran las puertas del Paraíso. Nunca se abren hoy y cuando el mañana llegue nunca llegará como el mañana, llegará como el hoy, pero para entonces tu mente ya se habrá movido de nuevo. Siempre estás yendo delante de ti mismo; esto es lo que significa soñar. No eres uno con lo real, con lo cercano, con lo que está aquí y ahora; estás en alguna otra parte, yendo por delante, saltando hacia delante.


Y a ese mañana, a ese futuro, le has dados numerosos nombres. Unos lo llaman cielo, otros lo llaman moksha, pero siempre está en el futuro. Uno piensa en términos de riqueza, pero esa riqueza está en el futuro. Otro piensa en el Paraíso, y ese Paraíso llegará después de que hayas muerto, muy lejos, en el futuro. Desperdicias tu presente por eso que no existe; esto es lo que significa soñar. No eres capaz de estar aquí y ahora. Estar simplemente en el presente parece ser difícil.


Puedes vivir en el pasado porque, de nuevo, eso es soñar: recuerdos, memorias de cosas que ya no existen. O puedes vivir en el futuro, lo cual es proyectar, lo cual es, otra vez, crear algo desde el pasado. El futuro no es más que el pasado proyectado de nuevo, con más colorido, más hermoso, más placentero, pero es el pasado refinado.


No puedes pensar en nada más que en el pasado. El futuro no es nada más que el pasado proyectado de nuevo, y ambos no existen. El presente existe, pero nunca estás en el presente. Esto es lo que significa soñar. Y Nietzsche, está en lo cierto cuando dice que el hombre no es capaz de vivir con la verdad. Necesita mentiras, vive a través de las mentiras. Nietzsche dice que seguimos diciendo que deseamos la verdad, pero nadie la quiere. Nuestras mal llamadas verdades no son más que mentiras, hermosas mentiras. Nadie está dispuesto a contemplar la realidad desnuda.



Esta mente no puede entrar en el camino del Yoga, porque Yoga significa una metodología para revelar la Verdad. El Yoga es un método para llegar a una mente sin ensueños. El Yoga es la ciencia del aquí y ahora. El Yoga significa que ahora estás dispuesto a no desplazarte al futuro. El Yoga significa que estás dispuesto a no tener esperanzas, a no saltar por delante de tu ser. El Yoga significa encarar la realidad tal y como es.



Por eso uno puede entrar en el Yoga, o en el camino del Yoga, solamente cuando está absolutamente frustrado con su mente tal y como es. Si aún esperas alcanzar algo a través de tu mente, el Yoga no es para ti. Se necesita una total frustración; la revelación de que esta mente que proyecta es inútil, de que la mente que espera no tiene sentido; no te conduce a ninguna parte. Simplemente vela tus ojos, te intoxica, no permite que la realidad te sea revelada. Te protege frente a la realidad.


Tu mente es una droga. Está en contra de Eso-que-Es. De modo que, a menos que estés absolutamente frustrado con tu mente, con tu forma de ser, con lo que has sido hasta ahora, sólo si puedes abandonar todo eso sin condiciones, entonces podrás entrar en el camino.



Por eso es que muchos se interesan, pero muy pocos entran, porque tu interés puede que sea solamente debido a tu mente. Ahora puedes estar esperando ganar algo a través del Yoga, pero la motivación de lograr algo está ahí. Puedes volverte perfecto mediante el Yoga, puede que alcances el feliz estado del ser perfecto, puede que te unifiques con el Brahman, puede que alcances el sat-chit-anand. Esta puede ser la causa de que estés interesado en el Yoga. Si éste es el motivo, entonces no habrá encuentro entre tú y el camino del Yoga. Entonces estás absolutamente en su contra, moviéndote en una dirección totalmente opuesta.



Yoga significa que ahora no hay esperanzas, que ahora no hay futuro, que ahora no hay deseos. Uno está dispuesto a conocer Eso-que-Es. Uno no está interesado en lo que pudiera ser, en lo que debería ser, o en lo que debiera ser. ¡No se está interesado en eso! Uno está interesado solamente en lo que es, porque sólo lo real puede liberarte, solamente la realidad puede ser la liberación.



Se requiere un desespero total. Ese desespero es llamado dukka por Buda. Y si te encuentras realmente sumido en el sufrimiento, no tengas esperanzas, porque tus esperanzas lo único que harán será prolongar ese sufrimiento. Tu esperanza es una droga. Solamente puede ayudarte a llegar a la muerte y a ninguna otra parte. Todas tus esperanzas solamente pueden conducirte a la muerte. Te están conduciendo ya.


Abandona toda esperanza, todo futuro, toda ilusión. Es difícil. Hace falta valor para encarar lo real. Pero ese instante le llega a todo el mundo, antes o después. A todo ser humano le llega un momento en que se siente en total abandono. Todo carece de sentido para él. Y cuando toma conciencia de que todo cuanto hace es inútil, que vaya donde vaya no va a ninguna parte, que toda la vida no tiene sentido, de repente, la esperanza desaparece, el futuro desaparece y por primera vez se sintoniza con la Existencia, por primera vez te encaras con la realidad.


A menos que ese instante te llegue... puedes seguir practicando asanas, posturas; eso no es yoga. El Yoga es un giro hacia adentro. Es un giro de ciento ochenta grados. Cuando dejas de moverte en el futuro, cuando no vas hacia el pasado, entonces empiezas a moverte hacia tu propio interior porque tu ser está aquí y ahora, no en el futuro. Estás presente aquí y ahora; puedes penetrar esta realidad. Pero en este caso, la mente ha de estar aquí.


Este instante es el indicado por el primer sutra de Patanjali. Antes de que hablemos sobre el primer sutra, hemos de entender algunas cosas más. Primero, el Yoga no es una religión; recuerda esto. El Yoga no es hindú, ni es musulmán. El Yoga es pura ciencia, como las Matemáticas, como la Física o la Química. La Física no es cristiana, la Física no es budista. Aunque los cristianos hayan descubierto las 'leyes físicas, la Física no es cristiana. Es un accidente el que las leyes de la Física hayan sido descubiertas por cristianos. La Física sigue siendo simplemente una ciencia. El Yoga es una ciencia; es un hecho accidental el que los hindúes la descubrieran. No es hindú. Es pura matemática del ser interior. Por esto un musulmán puede ser un yogui, un cristiano puede ser un yogui, un jaino, un baudha, puede ser un yogui.


El Yoga es ciencia pura y Patanjali es la figura más relevante en el mundo del Yoga. Este hombre es singular. No hay otro comparable con Patanjali. Por primera vez en la historia de la Humanidad, este hombre elevó a la religión al nivel de ciencia, hizo de la religión una ciencia, simples leyes; no se necesita creencia alguna.


Las mal llamadas religiones necesitan creencias. No hay otras diferencias entre una y otra religión: la diferencia solamente es de creencias. Un musulmán tiene ciertas creencias, un hindú otras, un cristiano otras. La diferencia es de creencias. El Yoga no contiene ninguna creencia, el Yoga no dice que se tenga que creer en nada. El Yoga dice que lo experiencies (*). Del mismo modo que la ciencia dice que experimentes, el Yoga dice que lo experiencies. El experimentar y el experienciar son lo mismo, pero sus sentidos son diferentes. Experimentar quiere decir algo que puedes hacer en relación al exterior; experienciar significa algo que puedes hacer interiormente. El experienciar es un experimento interno.
(* N. del T.- En inglés en el original, "to experience", sin traducción exacta al castellano y distinto de "to experiment "= "experimentar".)


La ciencia dice: no creas, duda tanto como puedas. Pero tampoco tengas creencias en contra porque el ir contra algo es, de alguna forma, una clase de creencia. Puedes creer en Dios, puedes creer en el concepto de no-Dios. Puedes decir que Dios existe con una actitud fanática; puedes decir exactamente lo contrario -que Dios no existe- con el mismo fanatismo. Los teístas, los ateos, todos son creyentes, y la creencia no pertenece al plano de la ciencia. "Ciencia" quiere decir experimentar algo, eso que existe por sí mismo; no se necesita de ninguna creencia. Por esto, lo segundo que has de recordar es que el Yoga es existencial, experimental, experiencia!. No se requiere ninguna creencia, no se necesita de fe alguna; solamente el valor de experienciar. Y de eso es de lo que se carece. Eres capaz de creer con facilidad porque con el creer no vas a ser transformado. La creencia es algo añadido, algo superficial; tu ser no es cambiado, no pasas a través de ninguna mutación. Puede que seas hindú y al día siguiente te conviertas en cristiano. Simplemente cambias, cambias el Gita por la Biblia. Puedes cambiado por el Corán, pero el hombre que ensalzaba el Gita y que ahora ensalza la Biblia, es el mismo. Solamente sus creencias han cambiado.


Las creencias son como los vestidos. No se transforma nada substancial; permaneces siendo el mismo. Disecciona un hindú, disecciona un musulmán; por dentro son lo mismo. El acude a un templo; el musulmán aborrece el templo. El musulmán acude a la mezquita y el hindú aborrece la mezquita, pero por dentro son el mismo ser humano.



Creer es fácil porque no se te pide que hagas nada; solamente es un vestido superficial, un decorado. Algo que puedes dejar de lado cuando quieras. El Yoga no es una creencia. Por eso es difícil, arduo, y a veces parece imposible. Es un enfoque existencial. Llegarás a la Verdad, pero no a través de la creencia, sino a través de tu propia experiencia, a través de tu propia realización. Eso significa que tendrás que ser totalmente cambiado. Tus puntos de vista, tu modo de vida, tu mente, tu psique, han de ser aniquilados por completo tal como son. Se ha de crear algo nuevo. Solamente con eso nuevo te pondrás en contacto con la realidad.


Por eso el Yoga es ambas cosas: una muerte y una nueva vida. Has de morir a lo que eres y a menos que mueras no podrás renacer de nuevo. Lo nuevo está escondido en tu interior. Eres solamente su semilla y la semilla debe caer y ser absorbida por la tierra. La semilla ha de morir; solamente entonces lo nuevo brotará de ti. Tu muerte se convertirá en tu nueva vida. El Yoga es ambas cosas: una muerte y un nuevo nacimiento. A menos que estés dispuesto a morir, no podrás renacer. Por eso, no es cuestión solamente de cambiar de creencias.


El Yoga no es una filosofía. Afirmo que no es una religión, afirmo que no es una filosofía. No es algo sobre lo que puedas pensar. Es algo que tendrás que ser; el pensar no te servirá de nada. El pensar ocurre en tu cabeza, no está en las raíces de tu ser, no es tu totalidad. Es simplemente una parte, una parte funcional; puede ser adiestrada. Y puedes argumentar con lógica, puedes pensar racionalmente, pero tu corazón seguirá siendo el mismo. Tu corazón es tu centro más profundo; tu cabeza es solamente un ramal. Puedes vivir sin cabeza; no puedes vivir sin corazón. Tu cabeza no es la base.


El Yoga se ocupa de la totalidad de tu ser, de tus raíces. No es algo filosófico. Por eso con Patanjali no vamos a pensar ni a especular. Con Patanjali trataremos de conocer las supremas leyes del ser, las leyes de la transformación, las leyes de cómo morir y cómo renacer de nuevo, las leyes de un nuevo orden del ser. Por eso lo llamo ciencia.



Patanjali es singular. Es un Iluminado como lo son Buda, Krishna,
Cristo, Mahavira, Mahoma, Zarathustra, pero es diferente en un aspecto.
Buda, Krishna, Mahavira, Zarathustra, Mahoma, ninguno tuvo una actitud
científica. Son grandes fundadores de religiones, cambiaron por completo
el modelo de la mente humana y su estructura, pero su enfoque no es
científico.


Patanjali es como un Einstein en el mundo de los Budas. Es un
fenómeno. Fácilmente pudo haber ganado el premio Nobel como Einstein,
o Bohr, o Max Planck, o Heisenberg. Tiene la misma actitud, el mismo
enfoque de una mente rigurosamente científica. No es un poeta; Krishna
es un poeta. No es un moralista; Mahavira es un moralista. Básicamente
es un científico y piensa en términos de leyes y llegó a deducir las leyes
absolutas del ser humano, la estructura suprema del funcionamiento de la
mente humana y de la realidad.



Y si sigues a Patanjali descubrirás que es tan exacto como una
fórmula matemática. Simplemente haz lo que dice y llegará el resultado. El
resultado tendrá que llegar; es como dos más dos: suman cuatro. Es como
si calientas agua hasta los cien grados y se evapora. No se necesita
creencia alguna; simplemente hazlo y lo verás. Es algo que hay que hacer
y ver. Por eso digo que no hay comparación; nunca ha existido sobre esta
Tierra un hombre como Patanjali.



Puedes encontrar poesía en los dichos de Buda; está allí. Muchas
veces mientras Buda se expresaba, era poético. El reino del éxtasis, el
reino del saber supremo es tan hermoso, que la tentación de ser poético
es mucha; la belleza es tal, la felicidad es tal, que uno empieza a
expresarse en lenguaje poético.



Pero Patanjali se resiste a esto. Es muy difícil. Nadie ha sido capaz de
resistirse. Jesús, Krishna, Buda, todos se volvieron poetas. El esplendor, la
belleza, cuando explota en tu interior provoca que te pongas a bailar, que
empieces a cantar. En ese estado eres como un enamorado que se ha
enamorado del universo entero.


Patanjali resiste eso. No empleará la poesía, ni siquiera empleará un sólo símbolo poético. No tratará nada poéticamente, no hablará en términos de belleza. Hablará en términos matemáticos. Será exacto y te proporcionará máximas. Esas máximas son indicaciones sobre lo que hay que hacer. El no estallará en éxtasis, no dirá cosas que no puedan ser dichas, no intentará lo imposible. Solamente establecerá las bases, y si sigues esas bases llegarás a la cumbre que está más allá. Es un matemático riguroso.


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