11 dic 2016

El Yoga Sūtra de Patañjali. Libro IV, Kaivalya Pāda. Traducción y comentarios de T. K. V. DESIKACHAR.



Este es el último capítulo del Yoga Sūtra, kaivalyapāda, en donde Patañjali presenta las posibilidades para una persona con una mente muy refinada. En esencia, la mente es un sirviente y no un amo. Si se le permite representar el papel de amo, cualesquiera que sean los logros del individuo, hay posibilidades de que a la larga tenga problemas y de que la serenidad esté fuera de su alcance.


 
4.1




Las capacidades mentales excepcionales se pueden lograr por: herencia genética, el uso de hierbas como lo prescriben los Vedas, recitando conjuros, rigurosas austeridades o por ese estado mental que permanece con su objeto sin distraerse [samādhi].



Algunas personas nacen con extraordinarias aptitudes. Los Vedas describen varios rituales, donde al tomar preparaciones de hierbas en la forma descrita, se puede cambiar la personalidad de un individuo. Los diferentes tipos de conjuros, que sean iniciados apropiadamente por un maestro competente, pueden traer cambios positivos. Las antiguas escrituras registran los grandes logros de aquellos que vivieron en una severa austeridad. Para terminar, están las posibilidades para aquellos que, de forma gradual, cambian su mente, de un estado de distracción hacia una dirección sostenida. En el tercer capítulo y otros, se habla bastante de estas capacidades. Si se prefiere alguna de estas alternativas en especial, serán examinada en los sūtras 4.6, 7 y 8.


4.2


¿Cómo sucede el cambio resultante de la presencia de posibilidades excepcionales y arriba de lo normal?

El cambio de una serie de características a otra es esencialmente un ajuste de las cualidades básicas de la materia.

Todo lo que percibimos, incluyendo la mente, tiene tres cualidades básicas; claridad, actividad y pesadez. Las diferentes características surgen en distintos momentos, como resultado de sus diversas combinaciones. Toda característica que se pueda obtener, es la combinación de estas tres cualidades. Es uno de los cambios en los rasgos de la mente, que resulta en las capacidades arriba de lo normal, de las que Patañjali habla en el sūtra 4.1


 
4.3


 
¿Cómo se puede lograr un cambio en las características de la materia o de la mente? Por medio de una profunda inteligencia.

Pero ese tipo de inteligencia sólo puede quitar los obstáculos que obstruyen ciertos cambios. Su papel no es otro que el del agricultor que rompe una presa, para permitir que el agua fluya por el campo donde se necesita.

Esta inteligencia profunda es la habilidad para percibir el papel de las cualidades básicas, al producir características diferentes. Por ejemplo, el agricultor que conoce su campo y los requerimientos de su cosecha, ajustará el flujo del agua para lograr el mejor rendimiento. Por otro lado, un principiante ignorante que se embarca en la agricultura puede fracasar, a pesar de tener potencialmente buena tierra, agua, equipo y buen clima.



4.4


¿De qué es capaz una persona que tenga una inteligencia arriba de lo normal?

Con facultades mentales excepcionales, un individuo puede influir en el estado mental de los demás.

4.5


¿Estas influencias son variables o permanentes?

Esta influencia depende también del estado del receptor.

¿Qué tan receptiva es la persona? ¿Qué capacidades tiene? ¿De qué carece? Esto decide el resultado de la influencia de otros. La misma lluvia puede ser el alivio de un agricultur agobiado por la sequía, la preocupación de una madre que no cuenta con un refugio seguro para su hijo y puede tener ningún efecto en mar abierto.
 

4.6


¿Es sólo el estado del receptor el que determina el resultado final del efecto que pueda tener una persona?

La influencia que una persona con mente en estado de dhyānapuede tener en otros, nunca podrá aumentar la ansiedad u otros obstáculos. De hecho, se reducen.

Aquellos que han alcanzado este estado de dhyānaa través de la gradual eliminación de obstáculos (ver 2.3), no están ciegos ante las condiciones del sufrimiento humano. Saben a donde les aprieta el zapato.



4.7




Y actúan sin ninguna motivación mientras otros, que también tienen capacidades excepcionales, lo hacen con uno u otro impulso.

En el sūtra 4.1 Patañjali enumera los diferentes medios para lograr un estado mental excepcional o por arriba de lo normal. De ellos, sólo los que hayan alcanzado el estado del yoga de forma correcta y a través de esto haber llegado al estado de claridad y desapego más elevado, pueden estar más allá de la motivación. De forma natural y sin ambigüedades están preocupados. Por lo tanto, pueden ayudar a los demás para que imiten su ejemplo de vida. Otras personas pueden aparentar un estado de yoga, pero su claridad y grado de desapego es menos completo y no duradero. Además, puede ser que no estén conscientes de las limitaciones del hombre para seguir sus consejos.


4.8


¿Por qué existen estas diferencias?

Porque la tendencia de la mente, de actuar sobre las bases de los cinco obstáculos, como el concepto erróneo, no se ha borrado; con el tiempo saldrán nuevamente a la superficie para producir sus consecuencias desagradables.

Sólo con las prácticas para reducir y someter los cinco obstáculos ineficaces que se ha descrito en los capítulos anteriores, se puede garantizar el fin de estas tendencias. La herencia genética, el uso de hierbas y otros medios no pudieran ser tan efectivos.



4.9


Además,

Las impresiones latentes y los recuerdos están muy ligados. Esta unión permanece aunque haya un intervalo de tiempo, lugar o contexto entre acciones similares.

Esta unión entre las impresiones y los recuerdos, es una contribución importante para la mayoría de nuestras acciones y sus consecuencias.


4.10


¿Cuál es el origen de esas impresiones que influyen en nuestras acciones de forma desagradable?

Los hombres, en todos los tiempos, han sentido un fuerte deseo de inmortalidad. Por ello, estas impresiones no se pueden atribuir a alguna época en especial.

En todos los seres humanos existe una situación muy extraña pero siempre presente, y es el deseo de vivir eternamente. Aún quienes están cada día al borde de la muerte tienen ese impulso ilógico. Esto es lo que estimula el instinto de conservación en todos nosotros.



4.11





¿Existe alguna remota esperanza para acabar con los efectos de estas impresiones indeseables?



Estas tendencias se mantienen y se alientan por el concepto erróneo, los estímulos externos, el apego a los frutos de las acciones y la calidad de la mente que fomenta la hiperactividad. Si todo esto se reduce, las impresiones desagradables perderán su ineficacia de forma automática.


Ya se ha hablado sobre los diversos medios que, si se practican de forma regular y progresiva, ayudarán a reducir y eliminar estos obstáculos proteccionistas. Existen muchas formas, incluyendo la ayuda de Dios. Para aquellos que no aprecian a Dios, hay muchas otras formas descritas en los tres primeros capítulos. A la inversa, también se puede decir que una mente discriminadora puede mantener, a su vez, las impresiones que están libres de los cinco obstáculos.


4.12




En esencia, lo que aparezca en el futuro o haya aparecido en el pasado se encuentra en un estado latente. Lo que ha pasado nunca va a desaparecer.



Siempre existe la sustancia de lo que ha desaparecido y de lo que puede aparecer. La dirección del cambio es lo que va a determinar que se hagan evidentes o no.


Una vez más Patajñali hace hincapié en que nada puede ser aniquilado. Lo que se ha reemplazado en el proceso de cambio permanece en un estado latente.




4.13




Para que una característica en particular aparezca o no, depende de las transformaciones de las tres cualidades.





Las tres cualidades son pesadez, actividad y claridad. Todas las características aparentes sólo son combinaciones distintas de estas tres cualidades básicas que abarcan a todas las cosas (sūtra 2.18).



4.14



Las características de una sustancia en cierto momento son, de hecho, un simple cambio en esas cualidades.

El cambio mismo es un proceso continuo, que se basa en muchos factores (sūtras 3.9—12). El cambio que se requiere en los objetos y en la mente se puede lograr al conocer las combinaciones potenciales de estas tres cualidades y qué las puede influenciar. Hay muchos posibles ejemplos como los que se dieron en el sūtra 4.3. El alimento y el medio ambiente proporcionan otros más.

4.15





Pero, ¿son verdaderas las características que aparecen ante un observador?



Las características de un objeto se presentan de forma diferente, según los diversos estados mentales del observador.

Esto se aplica a un observador con varios estados mentales en diferentes momentos, así como a varios observadores con diversos estados mentales, que observan el objeto al mismo tiempo. Así, un templo hindú es un lugar de culto para un devoto creyente, un monumento artístico para el turista, un lugar para pedir limosna, para el mendigo, mientras que para un ateo es un lugar de ridículo.


4.16



¿No crea esto dudas sobre la realidad común de cualquier objeto? ¿Puede un objeto existir sólo en la imaginación de alguien sin tener una realidad independiente?

¿Si de hecho, el objeto fuera la concepción de la mente de un individuo en particular, entonces en la ausencia de su percepción, existiría?

Patañjali hace una pregunta retórica. La respuesta es obvia. La existencia de un objeto no depende sólo de la observación de una persona. El río no detiene su flujo sólo porque nadie lo está viendo.


4.17

 
¿De qué depende la percepción de un objeto?

Que un objeto sea observado o no, depende tanto de su accesibilidad, como de la motivación individual.

El objeto debe existir. Debe ser observable, debe motivar al observador y estimular el deseo de verlo.

4.18


 
¿Qué es lo que ve? ¿Es la mente?

El perceptor que no cambia y que domina su mente, siempre conoce las actividades mentales.

La mente no puede funcionar sin el poder del preceptor. La mente cambia, el preceptor no, ya que aquella posee la cualidad de la pesadez que este último no tiene. Por consiguiente, el perceptor es el que observa todas las actividades mentales.

4.19


Además, la mente es una parte de lo que es percibido y no tiene poder propio para percibir.

Sólo se puede ver a la mente por medio de sus actividades, de la misma manera que se ven un objeto externo, el cuerpo y los sentidos. Su existencia misma depende del perceptor.

4.20


 
Supongamos que la mente pudiera funcionar por sí misma en dos papeles, como el fabricante de lo que se observa y como el observador.

La premisa de que la mente pueda jugar dos papeles es insostenible, ya que ella no puede fabricar y ver lo que fabrica al mismo tiempo.

Un objeto existe independientemente del observador que lo pueda percibir. Sin embargo, no es posible sostener el concepto de que la mente pueda crear un objeto y, al mismo tiempo, observarlo. Se necesita de otros medios independientes a la mente y que tengan la habilidad de percibir.


4.21


 
Si aceptamos el concepto de una sucesión de mentes que existan momentáneamente para crear imágenes y, a su vez, las reconozcan y las observen, Habría desorden y una dificultad para mantener la memoria consistentemente, en un individuo que tenga tal serie de mentes, de existencia temporal.

Lo que se sugiere en los sūtras 4.20 y 4.21 es que debe haber una fuente independiente de percepción. Por supuesto que la mente puede influenciar la percepción de un objeto. Éste tiene una existencia independiente de la fuente de percepción. Si insistimos en el concepto de que la mente pueda, de un momento a otro, ser la fuente, los medios y el objeto de percepción, enfrentamos problemas para comprender la posibilidad de una persona que recuerda lo que vio en el pasado, compartirlo y además aceptar el hecho de que el objeto que vio una persona, no necesariamente sea visto por otra, ni de la misma manera.


 
4.22



 
¿Está limitado el papel de la mente a ayudar a ver los objetos externos?

Cuando la mente no está ligada a los objetos externos ni tampoco respeta una forma externa al perceptor, entonces toma la forma del perceptor mismo.

Cuando no hay estímulos externos ni intereses para extrapolar, no hay impresiones en la mente que se relacionen con ellos. Entonces la mente está en contacto total e idéntico con el perceptor, cuyo conocimiento es entonces posible. Esto no lo hace la mente. Está relacionado con el concepto de libertad en el sūtra 3.55. Se supone que la pesadez que causa el dormir no está funcionando.


4.23
 

Así, la mente sirve a un doble propósito. Sirve al perceptor al presentarle lo exterior. También representa o presenta al perceptor mismo por su propia ilustración.


4.24
 

El papel de la mente al servicio del perceptor, en todas sus formas se reitera aún más: Aunque la mente ha acumulado varias impresiones de diferentes tipos, siempre está al servicio del perceptor, ya que, sin su poder, la mente no puede funcionar.

La mente no tiene un propósito propio. No puede actuar por sí misma (ver sūtra 2.21).


4.25
 

Ahora Patañjali sugiere las cualidades que debe tener una persona que ha alcanzado el más alto estado de claridad: Una persona con una claridad extraordinaria, es aquella que está libre del deseo de conocer la naturaleza del perceptor.

Cuando una persona ha sentido su verdadera naturaleza, no tiene curiosidad por especular sobre el perceptor, por la cualidad de la mente, ni por las preguntas “¿Dónde estuve? ¿Qué llegaré a ser?” Ese tipo de persona ha alcanzado el nivel que está libre de obstáculos (sūtra 2.3) porque uno de esos impedimentos resulta de la pregunta “¿Quién soy?”

 

4.26


 
Y su claridad los lleva a su único interés: alcanzar y conservarse en un estado de libertad.



4.27
 

¿Está esa persona más allá de la regresión en este momento?

En una posibilidad poco probable de distracción de su objetivo, las impresiones desagradables del pasado pueden surgir de nuevo.

Aunque parezca imposible, las regresiones pueden suceder, ya que nuestras acciones están influenciadas por esas impresiones.



4.28


 
Uno nunca debe alojar ni el más mínimo error, porque éste puede ser tan perjudicial como los cinco obstáculos.

La ayuda de un maestro que puede observarnos es esencial, aun en ese estado del ser tan refinado. En el primer capítulo (sūtra 1.30) se considera a la regresión como uno de los impedimentos para progresar, tan serio como la enfermedad y la duda.


 
4.29



 
Cuando hemos cruzado la última valla Surge un estado mental de total claridad con relación a todas las cosas en todo momento. Es como una lluvia de claridad pura.

La vida está llena de satisfacciones. La visión nunca se debilita. Las capacidades extraordinarias nunca son mal empleadas.



4.30
 

Con seguridad, este es el estado libre de las acciones basadas en los cinco obstáculos.

Pero no es una vida sin acción. Es una vida que carece de errores o intereses egoístas.


4.31


 
Cuando la mente está libre de las nubes que impiden la percepción, todo se conoce, no hay nada por saber.

El sol brilla. Todo es evidente. No se necesita luz artificial.



4.32


 
Con este gran potencial a nuestra disposición, Las tres cualidades básicas dejan de seguir la secuencia del dolor y de placer alternados.

Con una gran inteligencia a nuestra disposición, los objetos de percepción están bajo nuestro control. Su mutación a través de combinar las tres cualidades, ya no existe. Podemos influenciarlos para que sirvan a nuestras necesidades inmediatas, y ya no produzcan ni provoquen acciones de las que nos podamos arrepentir. Los cambios en la mente, los sentidos y el cuerpo ya no nos crean problemas.

 

4.33


 
¿Qué es una secuencia?

Una secuencia es el reemplazo de una característica por otra que le sigue. Está unida al momento. Un cambio de características es también la base de un momento.

El momento, que es la unidad básica de tiempo y la secuencia están relacionados. El cambio en las características de un objeto son sus orígenes comunes. Los cambios afectan la secuencia. Por lo tanto, el tiempo es básicamente relativo en eso que es esencial del cambio. El orden del cambio es la variación en las características que se siguen una después de otra (ver sūtras 3.15 y 3.52).

En el contexto del sūtra 4.32, los cambios que ahora surgen en los objetos de percepción, siguen una secuencia diferente de la que tuvieron en el pasado, cuando eran imprevisibles y estaban expuestos a provocar arrepentimientos. Ahora el individuo puede ordenar los cambios.



4.34
 

¿Cuál es el estado final del yoga?

Cuando se alcanza el más alto propósito de vida, las tres cualidades básicas no estimulan respuestas en la mente. Eso es la libertad. En otras palabras, el perceptor ya no está distorsionado debido a la mente.

Hay serenidad tanto en la acción como en la inactividad. No hay un sentido de obligación por tomar responsabilidades o rechazarlas. Las tres cualidades ya no se combinan para distraer al individuo, quien está totalmente consciente de su propio estado de claridad pura y lo conserva en su nivel más alto por toda su vida. La mente es un sirviente fiel de su amo, el perceptor.





 

9 dic 2016

La meditación, por Srivatsa Ramaswami



¿Cómo se debe meditar?

Uno se debe preparar adecuadamente para la meditación. En sánscrito no existe la palabra meditación, sino “práctica interna” SAMYAMA. Los yoguis mencionan dos prácticas o dos procedimientos yóguicos como preparativos: Asanas y Pranayama. Patañjali no sólo detalla paso a paso la metodología de la meditación sino que también los objetos físicos y espirituales en los que meditar. Después de las prácticas preliminares de asana, pranayama y pratyahara, uno se debe sentar cómodamente en un yogasana y empezar la meditación o práctica interna (de la mente). Fijar la mente en un punto es Dharana (concentración).


¿En qué puntos concentrarnos?
Vyasa en su comentario sugiere según la tradición, unos puntos. Primero en el interior del cuerpo, el kundalini yoga elegiría los chakras. El bhakti yogui elegiría el corazón de loto. El sidhha yogui el entrecejo y el kriya yogui un icono exterior. Meditar en la respiración con o sin la recitación del pranayama mantra, es una práctica antigua que aún se practica hoy en día


¿Cuál es la técnica?
El yogabhyasi comienza la práctica interna “antaranga sadhana” trayendo la mente al mismo objeto una y otra vez, siempre que la mente se mueva del objeto elegido para la meditación. La acción constante de intentar traer la mente de vuelta al objeto elegido, una y otra vez, es el primer estado de meditación denominado Dharana.



¿Qué hacer al final de la sesión?

Al final de la sesión, de unos 15 minutos, el meditador debe dedicar un poco de tiempo para evaluar la calidad de la meditación. ¿Cada cuánto tiempo la mente se iba del objeto, cuánto tiempo de media la mente estaba dispersa? ¿De qué tipo eran los pensamientos que interferían? El meditador debe tomar buena nota de estas reflexiones. Si son pensamientos distractores recurrentes y fuertes, se debe esforzar en solucionar el problema que interfiere con la meditación o al menos decidir aceptarlo y resistir la situación o sino esforzarse a mantener esos pensamientos apartados durante el tiempo que se medita. Si durante el periodo de dharana (concentración) la mente se distrae muy frecuentemente y esto no cambia con la práctica, tal vez indique que raja guna es aún dominante y se deba reducir practicando más asanas. Sin embargo, si la presencia de raja guna (característica) es debida a la influencia del mundo exterior, se debe hacer un esfuerzo especial en practicar más cuidadosamente yamaniyamas. Si uno tiende a dormirse durante la meditación, se debe considerar aumentar la práctica de pranayama y poner más atención en reducir la influencia de tamas (cansancio, inercia) del mundo exterior (comida, personas, opiniones…). Se debe continuar con la práctica diaria y evaluar el progreso diario y realizar los ajustes necesarios en la práctica y en las interacciones con el mundo exterior.


Progresar

Cuando la práctica es continua y regular, lentamente el practicante de dharana verá que las interferencias empiezan a reducir su frecuencia y duración. Un día, el abhyasi (practicante) será capaz de mantener su atención en el objeto durante toda la duración del ejercicio. Cuando la mente está continuamente atenta, se puede afirmar que el practicante se ha graduado y pasa al siguiente estado de meditación, conocido como dhyana (atención sin distracciones o meditación). Entonces se debe continuar con la práctica de manera que se fortalezca el hábito de dhyana. Si se continúa con la práctica por un periodo suficientemente largo meditando en el mismo objeto, posiblemente alcanzará el siguiente estado de meditación llamado samadhi.


Resultados
En este estado de samadhi, sólo el objeto ocupa la mente y el abhyasi se olvida incluso de sí mismo. Si se continúa la práctica de meditación se puede dominar la técnica de meditación. Casi cada vez que el yogabhyasi medita puede conseguir llegar a samadhi. Una vez que se consigue esta capacidad se es un yogui (técnicamente competente) y se puede usar esta capacidad en otro objetivo yóguico y hacer un gran progreso en Yoga. El yoguí consumado podrá afinar mucho más. Si un yogui es capaz de afinar mucho más la meditación enfocándose en un aspecto como puede ser el nombre del objeto de meditación, dicha meditación es considerada superior. El siguiente aspecto una vez dominada la meditación será considerar el objeto en el cual se debe meditar.


Diferentes enfoques filosóficos

Para el Bhakti yogui debe meditar en el Señor al que tiene devoción. Según esta aproximación, el Shamkhya elogia la meditación en cada uno de los 24 aspectos de prakriti en el complejo cuerpo-mente de uno mismo y trascenderlo a través del conocimiento director de la verdadera naturaleza de uno mismo, esto es kaivalya (liberación). De la misma manera los yoguis afirman que la verdadera naturaleza del ser (nirodha) es conocida cuando la mente trasciende los cinco tipos de vrittis (actividades mentales) para alcanzar kaivalya, a través de un proceso de más y más sutileza en la meditación. Por otro lado, los Upanishads están de acuerdo con las prácticas como Yoga y Samkhya excepto en lo que a la naturaleza del Ser se refiere. Indicando que el Ser individual y supremo son uno y el mismo y que meditar en su identidad conduce a la liberación. Se requiere práctica constante en un simple objeto de meditación, hasta que se domine la técnica de la meditación y así, se desarrollen los hábitos meditativos (samskaras), y se produzca un cambio en la capacidad (parinama). Entonces el yogui debe fijar un objetivo de meditación basado en su convicción, en una filosofía bhakti, Samkhya, yoga, vedanta, kundalini, nirvana o lo que sea. 


Fuente: Traducción al español de artículo original de Srivatsa Ramaswami, realizada por Oscar Montero, discípulo de Ramaswami.