25 feb 2016

Yoga sutras 1.12 a 1.16 : Abhyasa y vairaguia, práctica y desapego


Yoga Sutras de Patanjali

Capítulo 1: la senda hacia el Samadhi "Samadhi pada"


12. Abhiasa-vairaguiabhiam tan-nirodhah

El control de los vrittis se logra por medio de la práctica y el desapego.

Las diferentes formas de modificaciones mentales que producen dolor pueden controlarse de dos maneras. La primera es abhiasa, práctica o repetición. Un cambio de carácter no puede producirse más que a través de la formación de nuevos hábitos. La segunda es por medio del desapego, o la eliminación de las reacciones emocionales que se producen ante las situaciones o los individuos. Desapego no quiere decir que se descarte el amor o la compasión, sino, más bien, que se ignoren los pensamientos de naturaleza emocional. Estos vrittis pueden aflorar a la superficie de la mente, pero en este caso se les observa con absoluto desinterés y, finalmente, se les deja de lado.

13. Tatra sthitau Yatno’bhiasah

Abhiasa es el esfuerzo continuo para establecer un sólido control sobre las ondas mentales.

Para liberar la mente de las distintas formas de pensamiento, es necesario practicar con regularidad durante un largo período de tiempo. Existen muchos medios de llevar a cabo esta práctica. Aquí se mencionan los ocho pasos del Raya Yoga, pero hay otros métodos que llevan al mismo objetivo de Dicha Suprema; entre ellos cabe destacar las otras formas de Yoga que se describen en este libro.

14. Sa tu dirgha-kala-nairantaria-satkarasevito drdhabhumih

La práctica queda firmemente establecida cuando es seguida durante un largo período de tiempo sin interrupción y con sincera devoción.

Si se produce alguna interrupción en la práctica de aquietar la mente o si no se persiste en el esfuerzo durante muchos años, los resultados serán solamente temporales y el progreso conseguido terminará por desvanecerse. La práctica ha de ser constante y ha de ser hecha con intensa dedicación. El éxito se logra únicamente cuando existe un auténtico deseo de lograr el objetivo.

15. Drstanusravika-visaia-vitrsnasia vasikara samña vairaguiam

Vairaguia, o desapego, es aquel estado de conciencia en el que el deseo por los objetos, visibles e invisibles, es controlado por medio del dominio de la voluntad.

El desapego es un estado mental. Es indiferencia hacia los objetos del mundo. Supone no verse afectado por atracciones ni repulsiones. Cuando la mente adquiere el gusto por una sensación o placer particular, se apega a él, recuerda la experiencia y desea su repetición. Es, justamente, este deseo la causa del dolor. El estado de vairaguia no implica necesariamente la renuncia a la vida social, sino que consiste en desasociarse mentalmente de las emociones que esa vida produce.
La renunciación constituye una gran ayuda en el logro de vairaguia. Renunciando a los objetos de los sentidos, la mente se aquieta rápidamente pero conviene recordar que desapego no es sinónimo de carencia. Uno puede no tener absolutamente nada y, sin embargo, estar lleno de deseos. Si alguien se siente muy atraído por los helados de fresa, atarse las manos y taparse la boca no le ayudará mucho a no desearlos.
El fundamento de vairaguia reside en la concienciación interna de la carencia de valor de las cosas del mundo. Los objetos y los deseos desaparecen, entonces, rápidamente. Pero la renunciación no consiste en huir de la sociedad, de los deberes y de las responsabilidades, como se cree a menudo, sino en cumplir el propio deber con desapasionamiento y desapego.

16. Tat param purusa-khiater gunavaitrsniam

El estado de desapego supremo es el que proviene de la conciencia del Purusha y renuncia incluso a las tres cualidades de la Naturaleza.

El auténtico vairaguia es la identificación con el Purusha. Purusha es el Ser, el Brahman del Ñana Yoga. Es inmanifestado y carece de cualidades. Es ese Ser Supremo que todo lo impregna y que vive en el alma de cada persona. Hay que distinguirlo de Prakriti, que es materia causal, el Señor manifestado en los distintos aspectos del mundo. Prakriti está compuesto de tres gunas, o cualidades, que son: tamas, inercia o letargo; rayas, pasión y actividad; y sattva, pureza.
En el desapego extremo no hay identificación con los componentes que limitan y que definen al individuo. Cuando se entiende que la fuente de todo conocimiento es el Ser, se renuncia incluso a estas tres cualidades. Quien se considera un santo está apegado a su cualidad de pureza y bondad. Quien se proclama pecador se está identificando con la cualidad de letargo espiritual, causante de las malas acciones. En la senda espiritual, tamas va siendo gradualmente reemplazada por rayas; es decir, las buenas acciones sustituyen la inactividad. Posteriormente se establece un mayor equilibrio incrementando las cualidades sattvicas, o puras. Finalmente, cuando uno permanece en el Ser, trasciende incluso la pureza, ya que Purusha es ilimitado y se extiende más allá de las tres cualidades de Prakriti.

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