15 mar 2014

Los yogas por Swami Vivekananda

SWAMI VIVEKANANDA 

Los yogas y el raja yoga

LOS YOGAS

Bhakti Yoga
El Sendero de la Devoción

El Bhakti yoga es una verdadera y sincera búsqueda del Señor; una búsqueda que comienza, continua y acaba en el amor. Entre el conocimiento (gñana) y el amor (bhakti), no hay, realmente, tanta diferencia como algunas veces la gente se imagina. La gran ventaja del bhakti es que constituye el camino más fácil y más natural para alcanzar el gran fin divino que nos proponemos; su gran desventaja está en que, en sus formas inferiores, frecuentemente degenera en un deformante fanatismo. Los grupos fanáticos en el hinduismo, el islamismo y el cristianismo, han sido reclutados, casi exclusivamente, entre este tipo de fieles que se halla en los planos inferiores del bhakti.

En la religión del amor, todos tenemos que empezar como dualistas. Dios es para nosotros un Ser separado y nosotros nos sentimos también seres separados. El amor interviene entonces entre ambos; el hombre comienza a acercarse a Dios, y Dios también se acerca poco a poco al hombre.

Cada uno de nosotros comienza por amarse a sí mismo, y los falaces reclamos de nuestro pequeño yo hacen egoísta hasta el amor. Sin embargo finalmente llega a pleno esplendor de la luz, bajo la cual se ve que el pequeño yo se ha vuelto uno con lo Infinito. El hombre como tal se transfigura ante la presencia de esta Luz de amor y, al fin, realiza esta hermosa e inspiradora verdad de que: el Amor, el Amante y el Bienamado son Uno.

Gñana Yoga
El Sendero del Conocimiento

Mientras exista la muerte, una y otra vez se presentará la pregunta: "¿Es la muerte el fin de todas las cosas a las que estamos tan apegados, como si fuesen la más real de las realidades, la más sustancial de todas las sustancias?". Luego existe el deseo de ser feliz. Todos corremos detrás de algo que nos haga felices. Proseguimos nuestras carreras locas en el mundo exterior de los sentidos.

Hay otra postura: buscar una explicación, buscar lo real, descubrir lo real en medio de este mundo eternamente cambiante y evanescente.

Es un hecho altamente significativo que todas las religiones, sin explicación, sostienen que el hombre es una degeneración de lo que fue, tanto si esto lo arropan las palabras mitológicas, o en un claro lenguaje filosófico, e incluso en las bellas imágenes de la poesía.

En el mismo árbol hay dos pájaros, uno en la copa, el otro en una rama inferior. El de la copa está en calma, silencioso, majestuoso, inmerso en su propia gloria. El de la rama inferior, que picotea frutos dulces y amargos por turnos, y salta de rama en rama, es feliz y desdichado en turnos. Al cabo de algún tiempo, el pájaro de las ramas come un fruto excepcionalmente amargo y esto lo disgusta. Entonces levanta la mirada y ve al otro pájaro, muy hermoso con su plumaje dorado, que no come ni frutos dulces ni amargos, que no es feliz ni desdichado, sino que está muy tranquilo, centrado en su Yo, sin ver nada mas que su Yo. El pájaro inferior envidia esta condición, pero de pronto olvida y vuelve a picotear los frutos. No tarda mucho en comer otro fruto excepcionalmente amargo, que le hace sentirse muy desgraciado, y otra vez eleva la mirada y trata de acercarse al pájaro de la copa del árbol. Vuelve a olvidarse de ello, pero pasado el tiempo levanta de nuevo la mirada. Eso sucede una y otra vez, hasta que llega muy cerca del bello pájaro y ve la luz reflejada del plumaje jugueteando con su propio cuerpo; entonces siente un cambio y parece fundirse. Se aproxima más, y todo lo que le rodea se funde y al fin entiende este maravilloso cambio. El pájaro inferior era sólo una sombra, al parecer insustancial, un reflejo del pájaro superior. El era, esencia, el pájaro superior. El picoteo de frutos dulces y amargos, y ese pájaro inferior, que era feliz y desdichado por turnos, era una quimera vana, un sueño. Todo el tiempo el pájaro real estuvo arriba, tranquilo y silencioso, glorioso y majestuoso, más allá del dolor, más allá del pesar.

Raja Yoga
El sendero de la meditación

Los maestros de la ciencia del Raja Yoga declaran que nadie puede ser religioso hasta haber pasado por las mismas experiencias. Si hay un Dios debemos verlo, si hay un alma debemos percibirla, de lo contrario es mejor no creer. Es preferible ser un ateo que un hipócrita.

La ciencia de Raja Yoga propone poner ante la humanidad un método practico y científicamente construido para alcanzar la verdad. En primer lugar, toda la ciencia debe tener su método propio de investigación. Si se desea ser astrónomo, y uno se sienta y grita: "¡Astronomía! ¡Astronomía!", jamás llegará a serlo. Lo mismo sucede con la química. Hay que seguir un método. Hay que ir a un laboratorio, tomar ciertas sustancias, mezclarlas, combinarlas, experimentar con ellas y de todo ello extraer los conocimientos químicos.

La ciencia del Raja Yoga propone, en primera instancia, darnos un medio para observar los estados internos. El instrumento para ello es la misma mente. El poder de atención, cuando esta debidamente guiado y dirigido hacia el mundo interno, analiza la mente e ilumina los hechos para nosotros. Los poderes de la mente son como rayos de luz diseminados. Cuando se concentran, iluminan. Y este es nuestro único medio de obtener el conocimiento.

SWAMI VIVEKANANDA

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