30 may 2020

Yoga: La Ciencia del Alma, Osho. Vol. I: parte IV, El camino yóguico de la ausencia de deseos


Yoga:
La Ciencia del Alma,
Vol. I
Autor : Osho. 1974.

Discursos sobre los Yoga Sufras de Patanjali,
recopilados en diez volúmenes. Bombay, India




Capítulo 2

El Camino Yóguico de la Ausencia de Deseos
(parteIV) 


Pregunta 1
Dijiste la última noche que ese total desespero,
esa frustración y desesperanza
es el estado inicial del Yoga.
Esto confiere al Yoga una apariencia pesimista.
¿Es este estado pesimista realmente necesario
para emprender el camino del Yoga?

¿Puede un optimista emprender el camino del Yoga?


Ni lo uno, ni lo otro. Ni es pesimista, ni es optimista, porque pesimismo y optimismo son los dos aspectos de una misma moneda. Un pesimista significa uno que fue optimista en el pasado; un optimista quiere decir uno que será pesimista en el futuro. Todo optimismo conduce al pesimismo, porque toda esperanza conduce a la desesperanza.


Si aún esperas, entonces el Yoga no es para ti. El deseo está ahí, la esperanza está ahí, el samsara está ahí, el mundo está ahí. Tu deseo es el mundo, tu esperanza es la esclavitud, porque la esperanza no te permitirá estar en el presente. Te irá obligando a ir hacia el futuro, no te dejará estar centrado. Tirará de ti y te empujará, pero no te dejará un solo momento de descanso, un solo momento de quietud. ¡No te dejará!


Por esto cuando digo "total desesperanza" quiero decir que ahora no existe la esperanza y que también la desesperanza se ha convertido en algo fútil. Entonces la desesperanza es total. Una desesperanza total significa que no existe ni siquiera la desesperanza, porque cuando te sientes desesperanzado, incluso entonces hay oculto algo de esperanza. Si no, ¿por qué te sientes desesperanzado? La esperanza está ahí, todavía te aferras a ella; por eso surge la desesperanza.


La desesperanza absoluta significa que ahora no hay esperanza alguna. Y cuando no existen esperanzas, no se puede estar desesperanzado. Simplemente has descartado todo esto. Los dos aspectos han sido descartados; la moneda al completo ha sido descartada. En este estado de mente puedes entrar en el camino del Yoga; nunca antes. Antes no hay posibilidad. Tener esperanzas es contrario al Yoga.


El Yoga no es pesimista. Tú puedes ser optimista o pesimista; el Yoga no es ni lo uno, ni lo otro. Si eres pesimista no podrás entrar en el camino del Yoga porque un pesimista se apega a sus sufrimientos. No deja que sus sufrimientos desaparezcan. El optimista se apega a sus esperanzas y el pesimista se apega a sus sufrimientos, a su desesperanza. Esa desesperanza se ha convertido en su compañero. El Yoga es para aquél que no es ninguna de las dos cosas, para aquél que carece tanto de esperanza que incluso el sentirse desesperanzado es fútil.



Lo opuesto puede ser sentido únicamente si sigues apegándote de alguna forma, en lo más profundo, a lo positivo. Si te apegas a la esperanza puedes sentirte desesperanzado. Si te apegas a la expectativa puedes sentirte frustrado. Si simplemente te das cuenta de que no existe posibilidad de esperar nada, entonces ¿dónde queda la frustración? En este caso, está en la naturaleza de la Existencia el que no exista posibilidad de esperar nada, que no exista lugar para la esperanza. Cuando esto se convierte en una certeza, ¿cómo vas a sentirte desencantado? Y entonces, ambos habrán desaparecido.


Patanjali dice,


Ahora la disciplina del Yoga.

Este "ahora" sucederá solamente cuando no seas ninguna de las dos cosas. Las actitudes pesimistas y las actitudes optimistas son enfermizas, pero hay maestros que siguen hablando en términos de optimismo, particularmente los misioneros cristianos americanos. Continúan hablando en términos de esperanza, de optimismo, de futuro, del cielo. A los ojos de Patanjali esto es simplemente inmadurez infantil, porque sencillamente estás introduciendo una nueva enfermedad. Estás sustituyendo una vieja enfermedad por una nueva. Eres infeliz y, de algún modo, estás buscando felicidad. Por eso, sea quien sea quien te asegure que este camino te llevará a la felicidad, le sigues. Te está dando esperanzas. Pero tú sufres mucho debido a tus pasadas esperanzas. De nuevo, él te está creando un infierno futuro.


El Yoga espera de ti que seas más adulto, más maduro. El Yoga dice que no hay posibilidad de esperar nada, que no existe la posibilidad de una satisfacción futura. No existe en el futuro un cielo que te esté esperando, ni existe un Dios esperándote con regalos de Navidad. No hay nada esperándote, así que no suspires por el futuro.


Y a menos que te des cuenta de que no hay nada que vaya a suceder en el futuro, no estarás alerta aquí y ahora porque no hay ningún otro lugar a donde ir. Entonces no hay porqué temblar. Entonces te llega una quietud. Repentinamente estás en profundo descanso. No puedes ir a ninguna parte; estás en casa. El movimiento cesa; la inquietud desaparece. Ahora es el momento de entrar en el Yoga.


Patanjali no te dará ninguna esperanza; te respeta a ti más de lo que te respetas a ti mismo. El cree que eres suficientemente maduro y que los juguetes no te serán de ayuda. Es mejor estar alerta, sea lo que sea. Pero inmediatamente cuando digo "total desesperanza", tu mente dice, "Esto parece pesimismo" porque tu mente vive del esperar, tu mente se apega a
los deseos, a las expectativas.


Ahora eres tan miserable que si no tuvieras esperanzas, te suicidarías. Si realmente Patanjali está en lo cierto, ¿qué será de ti ahora? Si no existe la esperanza, si no hay futuro y eres devuelto a tu presente, te suicidarás. Entonces no existe nada por lo que vivir. Vives en función de algo que sucederá en algún lugar y en alguna parte. Esto no ocurrirá, pero el sentimiento de que puede suceder te ayuda a mantenerte con vida.


Por esto digo que cuando llegas al punto en el que el suicidio se ha convertido en algo a considerar, cuando la vida ha perdido todo significado, cuando eres capaz de matarte, en ese momento el Yoga se hace posible porque no estarás dispuesto a transformarte a ti mismo a menos que este sentimiento de futilidad de la vida te haya llegado. Estarás dispuesto a transformarte solamente cuando sientas que no hay otro camino,; o bien el suicidio o bien la sadhana; o bien suicidarte o bien transformar tu ser. Cuando solamente restan dos alternativas, únicamente entonces se escoge el Yoga; nunca antes. Pero el Yoga no es pesimista. Tú eres optimista; entonces el Yoga te parece pesimista. Es debido a ti.


Buda ha sido considerado en Occidente como la culminación del pesimismo porque Buda sostiene que la vida es dukka, angustia. De modo que los filósofos occidentales han estado diciendo de Buda que es un pesimista. Incluso una persona como Albert Schweitzer, una persona de la que podemos esperar que conozca ciertas cosas, incluso él se confunde. Considera a todo Oriente como pesimista. Y lo considera un grave defecto. El Oriente entero, Buda, Patanjali, Mahavira, Lao Tse, para él todos son pesimistas. iEso lo parecen! Lo aparentan porque te dicen que la vida carece de sentido; la vida que tú conoces. Y a menos que esta vida se convierta en algo carente de sentido, no podrás trascenderla. Te apegarás a ella.


Y a menos que trasciendas esta vida, esta modalidad de existencia, no conocerás lo que es la felicidad. Pero Buda, Patanjali, no hablan mucho de la felicidad simplemente porque sienten gran compasión hacia ti. Si empezaran a hablar de felicidad, de nuevo crearías expectativas. Eres incurable; de nuevo crearías expectativas. Dirías, "De acuerdo, dejemos entonces esta vida. Si es posible una vida más rica, más abundante, entonces podemos abandonar los deseos. Si a través del abandono de los deseos es posible alcanzar el deseo más profundo, alcanzar lo supremo, la culminación de la felicidad, entonces abandonemos los deseos. Pero solamente podemos abandonarlos por un deseo mayor".


¿Qué es lo que estás abandonando entonces? No estás abandonando nada. Sencillamente estás sustituyendo los viejos deseos por unos nuevos. Y los nuevos deseos serán más peligrosos que los viejos porque con los viejos ya te sentiste frustrado. Llegar a sentirte frustrado con lo nuevo puede llevarte vidas; el llegar a un punto en el que puedas decir que Dios es inútil, en el que puedas decir que el cielo es una tontería, en el que puedas decir que todo futuro es una estupidez.


La clave no está en los deseos mundanos; la clave es el deseo como tal. El desear debe cesar. Solamente entonces estás preparado, solamente entonces tienes el suficiente valor, solamente entonces la puerta se abre y puedes penetrar en lo desconocido.

De ahí el primer sutra de Patanjali,



Ahora la disciplina del Yoga.


Pregunta 2

Se dice del Yoga que es un sistema ateo,
¿estás de acuerdo con esto?


Otra vez; el Yoga no es ni lo uno, ni lo otro. Es pura ciencia. Ni es teísta, ni es ateo. Patanjali es realmente soberbio, un milagro como hombre. Nunca habla de Dios. E incluso si alguna vez lo menciona, dice también que es solamente uno de los métodos para alcanzar lo Supremo; el creer en Dios es solamente un método para alcanzar lo Supremo; Dios no existe. El creer en Dios es sencillamente una técnica porque, al creer en Dios, la oración se hace posible; al creer en Dios, la entrega se hace posible. La importancia reside en la entrega y en la oración, no en Dios.

¡Patanjali es realmente increíble! El dice que Dios, la creencia en Dios, el concepto de Dios, es también uno de los principales métodos, de los muchos que hay, para alcanzar la Verdad. Ishwara pranidham; el creer en Dios es únicamente un camino, pero no es un requisito. Puedes elegir otra cosa. Buda alcanza esa realidad Suprema sin creer en Dios. El elige un camino diferente en el que Dios no es necesario.

Tú has venido a mi casa. Has atravesado una determinada calle. Esa calle no era la meta, era simplemente un medio. Podías haber llegado a la misma casa por otra calle; otros han llegado por otras calles. Puede que en tu calle haya grandes árboles verdes; en otras calles no. Así que Dios es solamente un camino. Recuerda la diferencia. Dios no es la meta. Dios es solamente uno de los caminos.


Patanjali nunca niega, nunca afirma. Es absolutamente científico. Es difícil para los cristianos pensar en cómo pudo Buda alcanzar la Verdad Suprema, pues nunca creyó en Dios. Es difícil para los hindúes creer que Mahavira pudo alcanzar la Liberación, pues nunca creyó en Dios.


Antes de que los pensadores occidentales conocieran las religiones orientales, siempre definieron la religión como centrada en Dios. Cuando se encontraron con el pensamiento oriental y se dieron cuenta de que éste había sido un camino tradicional, un camino sin Dios para alcanzar la Verdad, se quedaron asombrados; es imposible.


H.G. Wells ha escrito de Buda que Buda es el hombre más impío y, al mismo tiempo, el más santo. Nunca creyó y nunca le dijo a nadie que creyera en Dios alguno, pero él mismo es la prueba suprema de la existencia del Ser Divino. Mahavira también viajó por un camino en el que Dios no fue necesario.


Patanjali es absolutamente científico. Dice que el medio empleado no es el fin, que hay mil y un medios. La Verdad es la meta. Unos han llegado a ella a través de Dios, de modo que está bien; creer en Dios y alcanzar la meta, porque cuando alcanzas la meta, descartas tus creencias. Así pues, la creencia es un medio. Si no crees, está bien; no creas y anda el camino del no creer y llega a la meta.


El no es ni ateo, ni creyente. No está creando una religión, simplemente te está mostrando todos los caminos que son posibles y las leyes que gobiernan tu transformación. Dios es uno de esos caminos, no es un requisito. Si no crees en Dios, no hay porqué ser no-religioso. Patanjali afirma que tú también puedes llegar; deja a Dios de lado, no te preocupes por Dios. Existen unas leyes y ésas son las que hay que experimentar, ésta es la meditación, atraviésala!


El no insiste en concepto alguno. Eso era algo muy difícil. Por eso es que los Yoga Sutras de Patanjali son únicos, singulares. Nunca un libro así había aparecido antes y no habrá otra posibilidad porque todo lo que se podía escribir sobre el Yoga, él lo ha escrito; no ha dejado nada. Nadie puede añadir nada. No existirá nunca en el futuro la posibilidad de crear otra obra como los Yoga Sutras de Patanjali. El acabó definitivamente el trabajo y pudo hacerlo tan completamente porque él no es parcial. Si hubiera sido parcial, entonces no hubiera podido hacerlo de forma tan completa.


Buda es parcial, Mahavira es parcial, Jesús es parcial, Mahoma es parcial; poseen un determinado camino. Y su parcialidad puede que esté basada en ti, en un profundo sentimiento hacia ti, en una profunda compasión hacia ti. Insisten en un determinado camino, insisten durante toda su vida. Y dicen, "Todo lo demás está equivocado; éste es el camino correcto". Simplemente para crear la fe en ti. Careces tanto de fe, estás tan lleno de dudas, que si dijeran que este camino es válido y que otros caminos son válidos, no seguirías ninguno. Insisten en que solamente este camino es el que sirve.


Esto no es verdad. Es solamente un truco para ti, porque si tienes alguna duda respecto a ellos, si te dicen, "Este también sirve, ése también sirve; éste también es correcto, ése también es correcto", te sentirás confundido. Necesitas a alguien que posea una certeza absoluta. Ellos han intentado ser parciales simplemente para parecerte absolutamente seguros.


Pero si tú eres parcial, no podrás cubrir todo el terreno. Patanjali no es parcial. Se preocupa menos por ti; se preocupa más por las definiciones del camino en el pasado. No empleará una mentira, no empleará trucos, no te hará concesiones. Ningún científico haría concesiones.


Buda puede hacerlo; él tiene compasión. No te está tratando científicamente. Hay un sentimiento profundamente humano hacia ti; puede que te mienta simplemente para ayudarte. Y tú eres incapaz de comprender la Verdad; él te hace concesiones. Patanjali no aceptará compromisos contigo. Sea lo que sea, hablará sobre ello. Y no descenderá un solo peldaño para encontrarse contigo; no te hará una sola concesión. La ciencia ha de ser así. La ciencia no puede aceptar compromisos, sino ella misma se convertiría en religión.


El no es ni creyente, ni ateo. Ni es hindú, ni musulmán, ni cristiano, ni jaino, ni budista. Es un absoluto buscador científico desvelando todo lo que va encontrando, desvelándolo sin mitificarlo. No empleará una sola parábola. Jesús hablaba en parábolas porque sois niños y solamente entendéis cuentos. Hablaba en parábolas. Buda solía contar muchas historias simplemente para ayudarte a obtener un vislumbre.


Estaba leyendo sobre un jasida, un Maestro judío, Baal Shem. Era un rabino de un pueblecito y siempre que surgían dificultades en la comunidad -alguna enfermedad, alguna desgracia- se iba al bosque. Se dirigía a un lugar determinado bajo un cierto árbol y allí realizaba un determinado ritual y luego rezaba a Dios. Y siempre sucedía que la desgracia abandonaba el pueblo, la enfermedad desaparecía del pueblo, el problema desaparecía.


Luego Baal Shem murió. De modo que su sucesor... El problema surgió de nuevo. El pueblo se encontraba en un apuro. Sobrevino una desgracia y los aldeanos le pidieron al sucesor, al nuevo rabino, que se fuera al bosque y que rezara a Dios. El nuevo rabino se encontró en dificultades porque desconocía el lugar, la posición exacta del árbol. Desconocía cómo hacerlo, pero aun así fue; bajo cualquier árbol. Encendió fuego, realizó el ritual, rezó y le dijo a Dios, "Mira, no sé el lugar exacto al que mi Maestro acudía a rezar, pero tú sí lo sabes. Tú eres omnipotente, tú eres omnipresente, por lo tanto lo conoces, de modo que no hay porqué buscar el lugar exacto. Mi pueblo está en dificultades, así que escucha y haz algo". ¡La desgracia desapareció!


Más adelante cuando el rabino murió y estaba su sucesor, el problema surgió de nuevo. El pueblo estaba en una crisis y los aldeanos fueron a él. El rabino estaba confuso; no se acordaba ni de la oración. Así que se fue al bosque y escogió un lugar cualquiera. No sabía cómo realizar el ritual del fuego, pero así como pudo encendió el fuego y le dijo a Dios, "Escucha, no sé exactamente como realizar el ritual del fuego, desconozco el lugar exacto y he olvidado la oración, pero Tú lo sabes todo; por lo tanto ya conoces esto, no es necesario. Haz lo que tengas que hacer." Y regresó y el pueblo acabó con la crisis.


Entonces él también murió. Su sucesor... y el pueblo se encontró de nuevo en dificultades, de modo que acudieron a él. Estaba sentado en su sillón. Dijo, "No quiero ir a ningún sitio. Escucha, Tú estás en todas partes. Desconozco la oración, desconozco el ritual, pero eso no importa; el que lo conozca carece de importancia. Tú lo sabes todo. ¿Qué utilidad tiene la plegaria y qué utilidad tiene el ritual y por qué emplear un determinado lugar sagrado? Solamente conozco la historia de mis antecesores. Te contaré la historia, ésta que sucedió en tiempos de Baal Shem, luego con su sucesor, luego con su otro sucesor; ésta es la historia. Ahora haz lo que tengas que hacer; esto es suficiente". Y la desgracia desapareció. Se dice que a Dios le gustaba mucho esa historia.


A la gente le gustan las historias y al Dios de la gente también. Y mediante estas historias puedes alcanzar algún vislumbre. Patanjali no empleará una sola parábola. Ya te lo dije, es como Einstein más Buda; una combinación muy rara. Posee la visión interna de Buda y el mecanismo mental de un Einstein.


No es ni lo uno, ni lo otro. El teísmo es la historia; el ateísmo es la anti-historia. Son simplemente mitos, parábolas creadas por el hombre. A unos les atrae lo primero, a otros lo segundo. Patanjali no está interesado en cuentos, no está interesado en mitos. Está interesado en la Verdad desnuda. Ni siquiera la reviste, no le pone vestido alguno, no la decora. No es su manera. Recuerda esto.


Viajaremos por una tierra árida, una tierra desértica. Pero el desierto posee su propia belleza. No tiene árboles, no tiene ríos, pero posee una inmensidad propia. Ningún bosque puede ser comparado con ella. Los bosques poseen su belleza, las colinas tienen su propia belleza, los ríos tienen su propia belleza. El desierto posee su propia vasta inmensidad.


Nos moveremos a través de tierras desérticas. Se necesita valor. No te proporcionará ni un sólo árbol bajo el que descansar, no te contará ninguna historia; simplemente los hechos desnudos. No empleará ni tan sólo una palabra superflua. De ahí la palabra "sutras". "Sutras" quiere decir "el mínimo indispensable".


Un sutra no es ni siquiera una frase completa. Es solamente lo esencial, igual que en un telegrama vas descartando las palabras superfluas. Entonces se convierte en un sutra porque solamente pueden ponerse en él nueve o diez palabras. Si fueras a escribir una carta llenarías diez folios e incluso con diez folios no completarías el mensaje. Pero en un telegrama, en diez palabras, no solamente está completo; está más que completo. Da en el corazón; lo realmente esencial está ahí.


Esos son telegramas: los sutras de Patanjali. El es un avaro; no emplea una sola palabra de más. ¿Cómo va a contar historias? No puede. Y no las esperes. No preguntes pues si es un ateo o un creyente; eso son historias.


Los filósofos han creado muchas historias, y es un juego. Si te gusta el juego del ateísmo, sé un ateo. Si te gusta el juego del teísmo, sé un creyente. Pero eso son juegos, no la realidad. La realidad es algo más. La realidad se ocupa de ti, no de lo que crees. La realidad eres tú, no lo quecrees. La realidad está tras la mente, no en los contenidos de la mente, porque el ser creyente es un contenido de la mente, el ateísmo es un contenido de la mente. Son algo mental. El hinduismo es un contenido de la mente, el cristianismo es un contenido de la mente.


Patanjali se ocupa de lo que hay más allá, no del contenido. Dice, "Desembarázate de toda la mente. Todo lo que contiene no sirve para nada". Puede que estés acarreando con bellas filosofías. Patanjali dice, "Tíralas. Todo es basura". Es difícil. Si alguien dice, "Tu Biblia es basura, tu
Gita es basura, tus escritos sagrados son todo basura podrida; tíralos", te quedarás conmocionado. Pero esto es lo que va a suceder. Patanjali no va a acceder a ningún compromiso contigo. No se compromete a nada. Y ésa es la belleza. Esa es su singularidad.





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