7 jun 2016

Conversaciones sobre Hatha Yoga, Swami Radha Sivananda y Yogacharya B K S Iyengar

Swami Radha junto a su
maestro Sivananda
CONVERSACIÓN ENTRE SWAMI RADHA SIVANANDA y YOGACHARYA B.K.S. IYENGAR

Fuente: esta conversación tubo lugar en Canadá en 1984 en el Yasodhara Ashram

B K S Iyengar



Swami Radha: ¿Cuál es el procedimiento para practicar Hatha yoga?



Sr Iyengar: El Hatha yoga (yoga físico) comienza a partir del cuerpo y va directamente abriéndose del cuerpo a la respiración, de la respiración a la mente, de la mente a la inteligencia, de la inteligencia al ser y del ser hacia el alma, uno después del otro.

Swami Radha: Es algo similar a lo que pasa cuando vemos un cuadro. Al principio puede que no seamos capaces de ver todo al mismo tiempo, así que comenzamos por ver un área y después otra. Finalmente, podemos ver todo el cuadro.

Sr. Iyengar: Sí, después nosotros experimentamos la totalidad con una conciencia plena. Por ejemplo, el cuerpo para mi es el alma cristalizada (gross soul). Así que ¿cómo puede el contenedor estar separado del contenido?

Swami Rhada: Claro. La dualidad es la creación de la mente.

Sr, Iyengar: Nadie puede ser capaz de delimitar dónde termina el cuerpo y dónde empieza la mente, dónde termina la mente y dónde comienza el alma. Estos términos se utilizan únicamente para facilitar la comprensión, cuando se explica que uno es el cuerpo material, uno es el cuerpo sutil o etéreo, y otro es el cuerpo causal. Nosotros lo explicamos como sthula, suksma y karan sarira. Patanjali explica utilizando esto en diferentes terminologías. Él tiene los términos visesa, avisesa, lingamatra y alinga. El alma está encapsulada en ellos. El cuerpo puede ser percibido; por lo tanto es distinguible. La mente, el yo-conciencia no son distinguibles por lo tanto tienen que ser concebidos; mientras que la inteligencia es diferenciable del alma. Por lo tanto, conforme nuestra existencia es expresada y va de lo material a lo sutil, con fines prácticos nosotros expresamos eso como cuerpo, mente y alma.


Swami Rhada: Con el fin de comunicarnos...en aras de la comunicación...

Sr. Iyengar: Si pura y simplemente en aras de la comunicación. El cuerpo se expresa como que tiene 5 envolturas o capas (sheaths) del cuerpo. Tenemos el cuerpo anatómico llamado annamaya kosa, el cuerpo fisiológico; pranamaya kosa, el cuerpo mental; manomaya kosa, el cuerpo intelecutal; vijnanamaya kosa, y el receptáculo, la morada del alma - anandamya kosa. Ananda aquí significa dicha eterna (eternal bliss) y no mera alegría o disfrute. No hay ananda para la mente; solamente placer del goce. Ananda es para el alma, que es lo eterno sin ser mezclado y sin mancha, que nunca desaparece. Ese ananda es ananda puro.

La práctica de asana no es únicamente practicar o estar en asana. Cada asana se hace de tal manera que tu comunicas al cuerpo con la mente y la mente con el alma. Algunas veces el cuerpo es el sujeto y el ser es el objeto, y otras veces el ser es el sujeto y el cuerpo es el objeto. Mientras enseño mi punto de vista es diferente pues yo tengo que transferir mi experiencia a través de la expresión hacia el alumno. Por lo tanto, tengo que enseñar y ayudar a mis alumnos a comprender para que no experimenten la dualidad o la delimitación.
B K S Iyengar

Para mí, cada célula es un ser. El cuerpo es un regalo dado por Dios. Las células del cuerpo podrían estar muriendo cada momento, pero si las células mueren llegarán otras nuevas células. Entonces ¿quién da nueva vida a las células? La nueva vida llega a las células porque están conectadas al Ser. La energía de atman- atmasakti- fluye en esas células. Para que se pueda comprender integralmente lo que significa la salud uno tiene que comprender este atmasakti. Esta es mi forma de enseñar, y es así como trabajo. Las células son nuevas, segundo a segundo. Ellas nacen. Ellas mueren y si nosotros no hacemos la sadhana aunque sea un día, nosotros no aprovechamos las células en su totalidad. Entonces estamos creando o induciendo la muerte artificial en las células. ¿Por qué tendríamos que crear la muerte natural en las células en lugar de utilizarlas antes de que ellas mueran? ¿Por qué no dejar que surja en ellas el buen samskara, las buenas huellas en las células? Dejar que la célula muera con un buen y feliz afortunado samskara. Entonces el asana y el pranayama vienen a rescatar a las células. A través de la práctica del asana y pranayama cada célula es utilizada al máximo. De esta manera, vivimos totalmente en las células, vivimos totalmente en nuestro cuerpo, mente y ser sin diferencia en el cuerpo, mente y en el ser.

El río de energía (prana) y el río de la conciencia (citta) tienen que fluir juntos en el río de la tranquilidad (prasanta nadi). Estas son mis palabras. (Ríe). Patanjali expone la misma idea de diferente manera, mientras que el contenido permanece igual. Él dice que la limitación de hacer que surjan las impresiones es lo que origina un flujo de tranquilidad imperturbable (Y.S. ,III.10). De nuevo, Patanjali en otro lugar dice: “Por medio de la práctica del yoga las impurezas del cuerpo y la mente son destruidas”. Díganme, ¿cómo puede pasar esto? Él utiliza la palabra asuddhi ksaya. Así, más adelante él enfatiza que aún cuando uno alcanza el estado de samadhi, el sadhana (práctica) tiene que ser realizado, tiene que ser continuo, realizado diariamente, de otra manera el estado de tranquilidad se vuelve muy frágil. Hay nueve tipos de obstáculos que vienen en el camino del avance, y el último es anavasthitatva que es la incapacidad de mantener el progreso logrado. Después de alcanzar el estado de samadhi, el practicante puede enorgullecerse de su éxito y sus logros, lo cual puede causar inestabilidad al pensar que la práctica no es necesaria después de alcanzar el estado de samadhi. Esto provoca que haya un tropiezo en el yogui. Por lo tanto, uno debe recordar que si uno se detiene con el sadhana, la caída es segura.

Tengo la certeza de que actualmente hemos perdido bastante al descuidar las preocupaciones del cuerpo lo que se vuelve atapas. Si sólo vislumbramos los estados más altos tales como el samadhi, no significa que tengamos que olvidarnos de los aspectos anteriores, que nos han llevado a estados más altos. El anavasthitatva sucede por nuestro insensibilidad y negligencia. La comunión entre el cuerpo, la conciencia y el ser se pierde. La fragancia de la flor estará allí solamente si la planta está saludable. La calidad de la fruta depende de la salud del árbol. El fin espiritual de la pequeña planta está en la fruta sabrosa. Así, para mantener la fragancia, ese sabor, tenemos que mantener y sostener nuestra práctica de yoga regularmente. Si no hay fragancia o sabor ¿cuál es el sentido de esa vida? ¿Puede ser que yo pueda hablar de manera filosófica, pero cuál es mi condición interna? ¿Acaso no permanece en conflicto? ¿Cómo me siento internamente? ¿Cómo reacciona mi conciencia? Una charla o una conferencia acerca de filosofía es algo que viene del cerebro. Es fácil hablar de (upadesa) sin una base práctica. Es difícil estar en upasana. Upadesa es únicamente un consejo mientras que upasana es una práctica real con dedicación.

Aquí, me gustaría mencionar que upasana es de dos tipos – upasana egoísta y upasana devocional. Ambas necesitan dedicación. Si una es práctica dedicacional egoísta, la otra es práctica divina dedicada. Alguien que practica upasana con devoción, su consejo viene del corazón y no hace la división entre el cuerpo, la mente y el alma.

Swami Rhada: En nombre de la espiritualidad uno no puede descuidar al cuerpo....

Sr. Iyengar: ¡Sí! No se supone que nosotros tengamos que descuidarlo o ser negligentes con él. El cuerpo no es algo separado de nuestra mente o nuestra alma. La práctica de yoga es para vivirla de manera espiritual, utilizando las varias envolturas del alma de manera divina y al mismo tiempo morir con una muerte natural y majestuosa. Y si no practicamos, si no nos interesan las células, matamos a las células artificialmente antes de que ellas mueran de manera natural, y la vida se desvanece sin que nosotros la aprovechemos.

No es ético para una persona que está haciendo su sadhana, faltar a la práctica aunque sea por un día. Si yo no hago mi sadhana hoy, es algo definitivamente no ético para mi mismo, para mi ser interior. Si uno toma en cuenta las historias de Vasistha y Visvamitra, los celebrados sabios Védicos, dos de los siete grandes rishis no mostraban ninguna negligencia hacia sus cuerpos. Su salud estaba en el más alto estado; al mismo tiempo ellos sabían que el cuerpo es un vehículo, el cual es esencial para realizar el sadhana, tapas, o upasana. Hasta Patanjali nos advierte que uno debería terminar como videhin oprakrtilayin. De acuerdo con el Kathopanisad, el cuerpo es la cuadriga, la cual no debe ser desatendida. El cuadriguero necesita una buena carroza. Pero hoy ¿qué ha sucedido? El cuadriguero está allí, pero ¡la cuadriga no está! Tanto la carroza (cuerpo) y el que la conduce (ser) tienen que ir juntos. Un músico se puede expresar a través de un instrumento. Un yogui no tiene nada con que expresarse, sino es a través de su propio instrumento, que es el cuerpo. Así que ya sea que se trate del yogui como un artista, el yogui como un científico, el yogui como un filósofo, él siempre se expresa a través de su cuerpo, los sentidos y su inteligencia.

Swami Radha: ¿Usted tenía alguna discapacidad cuando tenía diecisiete o dieciocho años de edad?

Sr. Iyengar: Yo padecí de tuberculosis en mi infancia. En esa época no existía la estreptomicina, ni la penicilina o cualquier medicina como tal. De hecho, no había ningún tratamiento. Así que me dije a mi mismo : “Si uno tiene que morir, que diferencia hay de todos modos. Da lo mismo si vivo o muero. Por lo menos puedo morir en paz, era todo lo que pedía. Si mi salud no mejora, por lo menos seré capaz de decir que he muerto haciendo yoga. Además de eso nada importaba. La muerte tiene que llegar, ¿o no? Eso es seguro. “Así que hay que dejarla llegar de una manera noble”. Eso era todo lo que yo pensaba; y yo no he dejado mi sadhana. Aún ahora soy un practicante de yoga muy riguroso y lleno de vigor.

Swami Rhada: ¡ Oh, si yo puedo darme cuenta de eso! (risas).

Sr. Iyengar: La gente dice que uno no puede ver el infinito a través de lo finito. Pero muéstrenme a un hombre que haya visto lo infinito sin medios finitos. Una y cada persona ha utilizado los medios finitos para alcanzar lo infinito. Cuando lo finito se sumerge en el infinito, todo es infinito. Somos seres en donde lo finito también se vuelve parte de lo infinito. Así que es por esto que yo estoy practicando yoga durante horas aún en la actualidad.

Swami Rhada: ¿La práctica lo rejuvenece?

Sr. Iyengar: Si, por supuesto, es tremendamente rejuvenecedor. Además de que para mí eso es una disciplina interior. Es un tapas para mí, así que la mente gravita hacia el alma.

Estudiante: ¿Usted dijo que hoy ya había practicado durante diez horas?

Sr. Iyengar: Si, cuando era joven, yo practicaba durante largas horas. En aquel entonces aquello era una disciplina forzada, ¡pues que yo tenía que luchar para dominar este arte! Ahora es una disciplina natural. No puedo llamarla una disciplina ahora, porque se ha vuelto mi pasión interior. En el pasado, quien sabe, yo habría podido darle la espalda al yoga pues yo sufría de Tuberculosis. Así que mis objetivos eran : “Dejádme vencer, dejádme vencer.” Y para ser sincero con ustedes, aún ahora, cuando los doctores revisan mis costillas, ellos dicen que se sienten tan suaves como las de un muchacho de veinte años.

Los doctores comentan: “Usted debe haber tenido tuberculosis”, y me dicen eso de acuerdo con sus hallazgos: “estas costillas no pueden cargar a este cuerpo de ninguna manera”. Sin embargo, lo están cargando...

Swami Rhada: Si , y lo hacen muy bien (risas). Para mí, que vengo del Occidente...

Sr. Iyengar. Pero yo la apreciaba, porque usted era muy sincera, honesta en su ética, ¡y que le dice a la gente que sea ética!

Swami Rhada: Primero se construye el carácter...

Sr. Iyengar: Porque la ética es una de las alas y la espiritualidad es otra de las alas. El ave puede volar solamente con dos alas, no con una. Así que un ala del ser humano es la ética, otra ala es la vida espiritual. Si van juntas, el que busca puede definitivamente volar y alcanzar la altura espiritual del Everest. No es de otra manera.

Swami Rhada: Y la disciplina...

Sr. Iyengar: ¡Sí! La disciplina es parte de la moralidad. Mi disciplina no es mera exigencia, como dice la gente. Cuando estoy llevando a cabo las clases, algunas veces yo soy muy duro y exigente. Algunos alumnos me preguntan : “¿Por qué es usted tan exigente?” Yo respondo: “Soy exigente porque no quiero retener el conocimiento para que ustedes lo puedan tener, se los quiero transmitir para que yo pueda morir en paz”.

Al saber yo el arte, si yo no enseño lo que he experimentado, seré cuestionado allá en el cielo y no aquí en la tierra. Si tuviera un conocimiento limitado de este arte, habría sido una cosa diferente. La inocencia puede ser perdonada, la ignorancia a veces es una bendición. Pero desafortunadamente, Dios ha hecho que yo sepa tanto de este arte, que si no puedo compartirlo con los estudiantes o con los que están enfermos, no sería ético de mi parte. Como estudiante de yoga cuando yo sé que puedo ayudar a los enfermos y a otros, yo tendría que hacer eso. De otra manera me moriría de tristeza.

Sr. Iyengar: Ahora observe a esa chica. (El Sr. Iyengar señala a una alumna que tiene una especie de escoliosis conocida como “columna de bambú,” y que ha estado desarrollando flexibilidad en su espalda a través de nuestros consejos y guía constante). Yo la ayudé y está mejorando. Yo habría estado muy triste y mi conciencia me hubiera dolido si no la hubiese ayudado. ¿Por qué no habría de ayudarla cuando yo sabía que el problema podía ser corregido y se podía arreglar? Me arriesgué a trabajar duro con ella, con exigencia y eso le ha ayudado.

Swami Rhada: Pero el secreto es también tu motivación.

Sr. Iyengar: Eso es.

Swami Rhada: Es por eso que uno puede arriesgarse.

Sr. Iyengar: Tengo una gran confianza también.

Swami Rhada: Es también una motivación.

Sr. Iyengar: No sólo motivación, sino también fe y confianza.

Swami Rhada: Si! ¿Hace cuánto tiempo conoce usted a Gurudev Sivananda, mi gurú?

Sr. Iyengar: ¡Ah! desde 1937. (Ríe).

Swami Rhada: ¡Mmh!, justo cuando usted comenzó a realizar su práctica.

Sr. Iyengar: No, después de tres años y medio de práctica.

Swami Rhada: ¿Cómo lo conoció?

Sr. Iyengar: Bueno, bueno nosotros siempre nos escribíamos, porque yo tenía muchos problemas cuando comencé mi práctica. Solía acercarme no sólo a mi gurú, sino a todos los yoguis, quien quiera que fuesen. Yo dije: “Estoy teniendo este o aquel problema con mi práctica. ¿Me puede ayudar?” Pero los consejos que yo recibí no fueron suficientes. Ellos siempre me decían: “ Descanse sino tal o cual problema puede ocurrir”. Las respuestas eran negativas más que constructivas. Así que acostumbraba preguntarles. “ ¿Por qué dice usted que no lo haga? ¿Lo ha hecho usted, usted ha sufrido el mismo problema? Si usted ha sufrido entonces dígame cuál fue su solución o remedio?”. Solía escribirles y les decía: “Pase lo que pase, no voy a dejar mi práctica a menos que yo sepa porque tal o cual problema sucede”.¡ De esta manera luché contra ellos a través del tiempo! Dije: “Dénme la guía correcta, pero no me digan que no lo haga; díganme mejor, que por hacer tal o cual práctica ¿cuáles serán las cosas que van a suceder? ¿Cómo experimentaron con estas cosas?” Así es como se desarrollaba el diálogo (ríe)...Más tarde, en 1950, conocí a Swami Sivananda en Pune y le mostré un albúm con mis prácticas de asanas. El miró con gran interés y me dijo: “¡Usted es Matsyendranath!”.

Swami Rhada: ¿Por qué lo llamó así?

Sr. Iyengar: Porque miró mi asana en el álbum y dijo, “Esto lo puedo hacer yo. Esto lo pueden hacer mis discípulos- ¡oh, éste!”. Sólo el asana avanzado lo impresionó tanto que me llamó Matsyendranath.

Swami Radha: ¿Qué significa ese nombre?

Sr. Iyengar: Matsyendrahnath fue el fundador del Hatha Yoga. Permítame contarle la historia. Parvati, el consorte de Shiva quería aprender sobre el yoga con ÉL así que el Señor Shiva dijo, “Te lo explicaré, pero debemos ir donde no existan seres humanos.” Mientras ambos se movían, el Señor Shiva vio un hermoso lago y dijo, “Sentémonos aquí, porque el clima es muy bueno y el lago está tranquilo, sin un sólo movimiento.” El Señor Shiva empezó a explicarle el arte del yoga a Parvati. Había un pez en el agua, el cual escuchaba su diálogo con tanto interés que no movía el agua para nada. Después de un rato, cuando la discusión terminó, el Señor Shiva vio que algo se movía. Él dijo, “¿Qué es esto? Cuando miramos no había ni un sólo movimiento. Y ahora hay un movimiento.” Y miró dentro del agua y vio al pez. Bendijo al pez, y el pez se transformó en una forma humana llamada Matsyendranath, el Rey de los Peces. Matsya significa pez.

Así que Swami Sivananda solía llamarme así, me decía que yo era el Matsyendranath de los tiempos modernos. De hecho, insistió en que me uniera a su ashrama. El me dijo que me daría sannyasa. Yo me rehusé rotundamente y le dije, “Quiero ser un hombre casado. Si quiero tomar sannyasa (un swami), vendré, de momento no me interesa convertirme en un sannyasi.”

Swami Radha: ¿Por qué quería ser un hombre casado?

Sr. Iyengar: Porque la gente común tenía esta idea de que sólo los swamijis pueden hacer yoga, sólo los sannyasis pueden hacer yoga. La creencia era que sólo los renunciantes pueden hacer yoga.

Swami Radha: ¡Ah! yo no sabía eso...

Sr. Iyengar: Si, estoy hablando de la década de los años treinta, cuando el yoga era desconocida inclusive en la India. Así que la gente pensaba que ya sea un sannyasi o aquellos que estaban un poco locos o eran fanáticos, practicaban yoga. En esos tiempos tuvimos que luchar por establecer el yoga. Incluso ahora, muchos piensan que practican yoga los abatidos y los rechazados por la sociedad. O practican yoga. aquellos que deben haberse decepcionado completamente de sus vidas y que perdieron el interés por todo,

Si me hubiera vuelto un swami, entonces la gente hubiera dicho, “Por supuesto que puede hacerlo porque no tiene nada más que hacer. Pero viviendo en el torbellino del día a día, ¿Se puede practicar yoga?” Yo les demostré que uno puede practicar yoga viviendo en este torbellino. Yo puedo creer en el mundo y practicar. También puedo practicar y vivir en ashrama donde corre el río Ganges. Yo practico en la ciudad, en el mundo, encontrándome con todos los altibajos de la vida. Así que cuando Swamiji me preguntó acerca de los sannyas, yo dije, “No, yo lo haré de cara a los altibajos de la vida. No quiero esa seguridad, la vida quieta.” Así que me rehusé a tomar los sannyas. Y ahora soy un sannyasi, porque mi esposa se fue.¡ Así que Dios me dio los sannyas sin siquiera pedirlos!

Estudiante: ¿No le preocupaba que su atención se dividiera entre dos cosas, su hogar y el yoga?

Sr. Iyengar: No, preferí probar si un hombre en el torbellino podía hacer yoga. Si hubiera sido un sannyasi todo mundo hubiera dicho, “¿Qué hay ahí? ¿Qué problemas ha tenido en su vida? Así que puede practicar”. Pero yo vivo entre la gente y mi práctica sigue en la cima. Nadie lo ha hecho de la manera en que yo practico. Por eso es que yo les digo a los que vienen a mi, “Muestra tu práctica. Si lo haces mejor que yo, yo te respeto y me encantará convertirme en un sisya otra vez. Prefiero ver el aspecto práctico, para poder medir y comparar mi estándar de sadhana con esas prácticas”.

Swami Radha: ¡No, espere un minuto! Usted tenía…

Sr. Iyengar: ¡Esa fuerza de voluntad!

Swami Radha: Tenía que ganar dinero para alimentar a su familia, tenía que darle tiempo a su esposa, y a sus hijos.

Sr. Iyengar: Si, y además tenía que practicar.

Swami Radha: Cierto. ¿Cuántas horas dormía? ¿cuatro?

Sr. Iyengar: Si le pregunta a mis hijos, ellos se lo dirán. ¿Acaso no mantenía a la familia completa? ¿No cuidaba cada detalle? ¿Qué si dejé de practicar un solo día, ¡también puede preguntarles eso! (risas). Mantenía todo. Por eso decía yo que soy una persona responsable. Puedo explicar esto a cualquiera que esté casado y practique yoga.

Geeta Iyengar (La hija del Sr Iyengar, una de las principales maestras del Instituto): Eso es muy importante, porque hay gente que se jacta de ser espiritual, y hay quienes están casados y descuidan a toda la familia. Quiero decir también financieramente. No se cuida a la familia de la forma apropiada y te encuentras a los miembros de la familia sufriendo en una casa así. Pero esto no sucedió en el caso de mi padre. Ha sucedido en muchos casos cuando el hombre se va para convertirse en swami o en sannyasi, se ha quedado toda la familia sufriendo, sin dinero, sin comida.

Sr. Iyengar: Así como dice Gurudev Swami Sivananda, que debemos tener las bendiciones de nuestros gurús, ¿Por qué no habría de tener las bendiciones de mis hijos?

Swami Radha: ¿Entonces no sientes que te ha faltado algo?

Sr. Iyengar: No. Ni me ha hecho falta nada, ni me faltó atención hacia mis hijos. ¿Por qué habrían de decir mis hijos, “¿Ve mi destino a causa de mi padre?” Ellos pueden decir eso ahora, porque les he dado todo.

Geeta Iyengar: Pero esto no le ha sucedido a otras familias, donde el hombre se va para convertirse en sannyasi , y por otro lado, la familia sufre.

Swami Radha: Sí, conocí a uno en Sivananda Asrama en 1958, cuando regresé por cuatro meses. Había un hombre joven enseñándonos Hatha Yoga y nos dijo que su padre había sido un yogui, y que había dejado a su madre, a él y a otros dos niños a merced del resto de la familia. Y luego un día, cuando el joven tenía veintiuno mas o menos, su padre le dijo, “Ven, quiero que presencies algo para que puedas entender lo que he estado haciendo”. Su padre le dijo que iba a entrar ahora conscientemente en mahasamadhi- el estado final de samadhi, o unión divina, en donde la fuerza de la vida es retirada, porque no tiene más deseos. El joven se sentó, y miraba a su padre sentado en la postura de meditación. Pasó el tiempo, y pasó más tiempo, y más tiempo, hasta que finalmente el hijo lo tocó para decirle, “Bueno, ya es suficiente, ¿Por qué debo estar sentado aquí observándote?”, el cuerpo cayó. Su padre estaba muerto. Y ahora él, su hijo, habiendo presenciado esto, estaba tan impresionado, a pesar de que había pasado tanto sufrimiento de niño, que dejó a su esposa y a sus dos pequeñas hijas y se fue a practicar Yoga. Yo creo que ésta fue la razón por la que el padre deseaba que su hijo presenciara el mahasamadhi. Yo le pregunté, “¿Cuánto tiempo pasas cuidándote a ti mismo? ¡Ese tiempo también se lo puedes dar a tu familia¡” Había también un poco de discrepancia.

Sr. Iyengar: Es por eso que mi vida es una vida equilibrada, porque he visto todo en la vida. (risas).

Swami Radha: No he podido entender como puedes lograr lo más Alto al costo y lágrimas de alguien más.

Sr. Iyengar: Sí. Entonces eso no es liberación. ¡Eso no está bien para nada! Y el episodio que usted acaba de narrar no tiene ningún sentido para mí. El que dice que va a entrar en mahasamadhi y encontró la muerte. Y dime, ¿qué tipo de nexo era ese cuando llamó a su hijo a presenciar su logro? Pues yo no lo llamo liberación. Uno no necesita invitar al público a verlo entrar en mahasamadhi.

Swami Radha:¡Cierto! (a los otros alumnos del grupo) ¡ me da gusto que hayan escuchado eso! Conocí a otro Indio en alguna parte cerca de Rishikesh, quien me dijo, “¡Soy brahmachari (célibe) en toda la extensión de la palabra!” le pregunté que quería decir con eso. Bueno, con la ayuda de su gurú , ellos habían comprado una pequeña niña de una aldea de quince o dieciséis años. El lo describió como similar a estar en un cuarto donde se guarda la comida. Si comes toda la comida hasta que casi explotas, ya no quieres comer nada, ni siquiera quieres volverla a ver. Y aquí se aplicó el mismo principio para la indulgencia sexual: si has tenido todos los placeres sexuales, has tenido suficiente. Yo dije: “Pero el cuerpo digiere la comida y te da hambre otra vez. El deseo sexual también regresa una vez más. No estas siendo lógico- ¿y qué pasa con la niña? Ahora no podrá casarse. Si se embaraza, ¿qué pasa?” “Ah, ella puede dejar al bebé en las montañas, y las bestias salvajes se lo comerán” ¿ Llaman a eso espiritual?

Estudiantes: No, no.

Swami Radha: Ay no, no, no. Ella puede ahogarse en el Ganges, porque nadie la querrá, o puede volverse prostituta.

Sr. Iyengar: Ya habíamos hablado antes sobre ideales. Como maestros, tenemos que tener ideales. Si no tenemos ideales, no debemos ni siquiera hablar sobre el tema del Yoga.

Últimamente ha estado sucediendo esta controversia entre mis estudiantes y yo. Sus ideas sobre la vida ética en América son muy diferentes de las nuestras. Su modo de vida y nuestra forma de vida son muy diferentes. Nunca dije que el Occidente debía ser como India. En India sólo se pueden casar con el consentimiento de la familia. El novio y la novia no se conocen antes del matrimonio. En su país hay un contrato para vivir juntos, lo cual es parte de su ética. No estoy objetando eso para nada. Por supuesto concuerdo, porque conforme a sus ideas el hombre tiene que entender a la mujer, la mujer tiene que entender al hombre, para que después de dos o tres años ellos deban casarse. Está bien hasta este punto. Pero, cómo es posible que de día son estudiantes y de noche sólo comparten la cama. Yo dije, “Eso no es ética. No puedes hacer eso a menos que te cases,” ¿Ven lo que está sucediendo ahora? Yo dije, “No, yo no promoveré esas cosas en mi vida.”

Estudiante: ¡Eso es exactamente lo que dijo Mataji!

Swami Radha: (Riéndose) No me importa qué edad tengas, no puedes quedarte en un ashram en el mismo cuarto si no estas casado.

Sr. Iyengar: Tiene toda la razón. Esta es la única manera en la que podemos enseñar. En los viejos tiempos, Se comportaban de esa manera, aún en los países occidentales.

Había un cierto código de conducta. Pero repentinamente, tomó un giro, se ha vuelto un placer: todo es un placer, por lo tanto el yoga es un placer. ¿Entonces por qué llamarlo yoga? Hay una palabra bhoga para placer. El Yoga es una cosa afortunada. Incluso si quieres tener bhoga , Yo digo, ¡“Cásate y disfruta¡

Swami Radha: Ahí lo tienes, lo mismo.

Sr. Iyengar: No estoy diciendo, “Ni siquiera te cases”. No soy un tonto para decir, “No te cases”, porque como dijo mi hija, si lo estas deseando en tu cabeza es mejor también ser mentalmente puro también.

Swami Radha: Sí, a menudo lo he puesto de ejemplo para mí. “Pero miren, el Sr. Iyengar está casado”. Dije, He escuchado al Sr. Iyengar ha estado viudo durante unos años. Así que si se casó por el motivo del placer sexual, estoy segura que el hubiera buscado una segunda o tercera esposa. Pero no lo hizo.”

Sr. Iyengar: Eso es cierto. Yo siempre doy muchos ejemplos a mis alumnos Indios que van a América. Yo digo,“ En Occidente, si tu tienes un arte, no importa si eres feo o guapo”. ¿Sabes? hubo mucho gente que se enamoró de mí, cuando fui a Inglaterra por primera vez en 1954, yo estaba en lo mejor de mi juventud. Sin embargo, aún ahora, junto las manos (namaste). He hablado con swamijis que han viajado en Occidente, y les he preguntado, “¿Porqué besan ustedes a las mujeres? No es bueno para ustedes como swamis hacer eso”. Ellos dicen, “No, nosotros consideramos a todos como niños”. Pero la pregunta que tengo para ellos es, “¿Cómo saben de qué manera reaccionará una persona? Y la segunda, ¿Cómo incluso los swamijis se consideran a sí mismos como puros? Ellos necesitan preguntarle a su conciencia.

Swami Radha: Cierto, estoy de acuerdo. Confirmo muy bien mis propios puntos de vista, ¡gracias por eso! Tengo que luchar con eso ocasionalmente.

Sr. Iyengar: ¡Pero incluso en este momento estoy luchando con toda esta gente! Es difícil convencer a las personas cuando se deja llevar por tal comportamiento. Ellos piensan que han sido bendecidos por semejantes swamijis. Algunos extranjeros vienen y dicen: “!Sólo mira el magnetismo de este otro líder, y a cuánta gente puede atraer!” Yo digo, “¿Qué no saben que yo tengo el magnetismo que los hace alejarse de mi?” (risas generales). ¡No se me pueden acercar! ¿Por qué me temen al momento de acercarse a mi? ¿Porqué la gente me teme con sólo pasar a su lado? Ese es mi magnetismo. (risas). Cuando les doy clase, atraigo más su atención hacia el tema del yoga. Enseño el tema de tal manera que ellos escuchen atentamente y practiquen. Para mi el tema es más importante que yo como persona. Los fuerzo a hacerlo intensamente y hago que dirijan sus mentes al tema para que puedan olvidarse de sus colegas que están alrededor y los hago ver su propio ser interno.

Swami Radha: ¿Trata a las mujeres de diferente forma que a los hombres?

Sr. Iyengar: ¿Porqué habría de hacerlo? ¡Díganme! Si el alma tiene género, entonces tal vez tenga que dirigirme de diferente forma. Si hay un alma femenina y un alma masculina, entonces diré cual es la diferencia. No importa si eres hombre o mujer, los sentimientos emocionales son los mismos. ¿No es así? Así es que no los trato diferente porque no los siento diferentes.

Swami Radha: Yo creo que un hombre si tiene más fuerza física y una mujer tiene un poco más de resistencia.

Sr. Iyengar: Si, estoy de acuerdo con eso. Es un tema diferente. Pero regresando al tema del yoga, sadhana es importante y no el sadhaka.

Swami Radha: Pero ¿todo eso es verdad?

Sr Iyengar: ¡Si! Pero eso es todo. No debe haber gran diferencia en lo que concierne al tema del yoga.

Swami Radha: Hace años le pregunté a Swami Venkatesananda acerca de a quién consideraba él como el mejor maestro de Hatha Yoga, y el dijo, “Bueno, creo que Iyengar es el mejor”. Así que conseguí una copia de su libro Luz sobre el yoga (Light on Yoga) y mientras lo sostenía en mis manos por un momento, sentí una gran paz. A menudo me dejo llevar por un sentimiento como este, así que me dije, “Abriré el libro al azar, y en las primeras tres líneas en la parte superior derecha de la página donde abrí el libro había algo que confirma mis sentimientos.” Después de que tuve esta señal, puse el libro en la lista para nuestros estudiantes, aún sin haber terminado de leerlo. Basé mi decisión en mi propia impresión y lo leí después.

Sr. Iyengar: Como dije antes, creo que usted ha sido la única persona en el Occidente que ha insistido en la Ética. Ni siquiera los Indios ven esta actitud, lo cual me hiere tremendamente. La Ética es la base de la práctica yóguica.






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