Gheranda Samhita
Estructura y contenido
El Gheranda Samhita es un manual de hatha yoga del siglo XVII que consta de 351 estrofas distribuidas en siete capítulos. Es una de las tres escrituras clásicas del hatha yoga y las técnicas que presenta forman la base de muchas prácticas del Yoga contemporáneo. Las enseñanzas se presentan en forma de diálogo entre el sabio Gheranda, de quien nada se conoce, y su discípulo Chanda Kâpâli.
Esta obra Vaishnavita toma como modelo el Hatha Yoga Pradipika y algunos versos se corresponden con los de dicho manual. El Gheranda enseña una disciplina de siete pasos (sapta—sâdhana) y describe no menos de treinta y dos posturas (âsana) y veinticinco “sellos” (mudra). La parte mas original de este trabajo es el extenso tratamiento de las técnicas de purificación (shodhana). También propone una interesante clasificación del fenómeno del éxtasis (samâdhi). Existen numerosos comentarios a este texto.
Gheranda Samhita
6. Dhyana (1-22)
6: 1— Gheraṇḍa dijo: “Dhyāna es de tres clases: sthūla, sūkṣma y jyotiṣ”. Cuando se contempla una forma concreta, como el guru o el iṣṭadevatā, se llama sthūla. Cuando se contempla a Brahma o prakṛti como una masa luminosa, se denomina jyotiṣ. Cuando se contempla a Brahma como bindu y a kuṇḍalinī, se denomina sūkṣma.
Sthūladhyāna
6:2-8— Con los ojos cerrados, imaginar que hay un mar de néctar dentro del corazón y en medio de éste mar hay una isla de piedras preciosas, cuyas arenas están formadas de diamantes y rubíes pulverizados. Por todas partes se observan árboles kadamba, llenos de fragantes flores; cerca de éstos árboles, como en un terraplén, se observa una fila de árboles en flor, tales como mālati, mallikā, jātī, kesara, champaka, pārijāta y padma, extendiendo su fragancia por todos lados. El yogui debe imaginar que en medio de este jardín se levanta un hermoso árbol kalpa, con cuatro ramas que representan los cuatro vedas, lleno de flores y de frutos. Allí revolotean los insectos y cantan los cuclillos. Bajo el árbol, el yogui debe imaginar una rica plataforma de piedras preciosas y sobre ella un fastuoso trono de joyas incrustadas, y que sobre ese trono se sienta su iṣṭadevatā, tal como le ha enseñado su guru. Se debe contemplar exactamente esa forma con los adornos y el vehículo de la deidad. La contemplación continuada de esta manera es sthūladhyāna.
6:9-11— Otra técnica es la siguiente: el yogui debe imaginar que en el pericarpio del gran loto de los mil pétalos (sahasrāracakra) hay un loto mas pequeño, de doce pétalos, de color blanco y muy luminoso, con doce letras bīja, denominadas ha, sa, ksha, ma, lam, vam, ram, yam, ham, sam, kham, prem. En el pericarpio de este loto menor hay tres líneas que forman un triángulo (a, ka, tha), con tres ángulos denominados ha, la, ksha. En medio de éste triángulo está el praṇava “om”.
6:12— A continuación contemplar dentro de éste el lugar donde residen nāda y bindu. En este sitio hay dos cisnes y un par de sandalias de madera.
6:13-14— Después debe contemplarse al gurudeva, con tres brazos y tres ojos, vestido con ropas blancas y puras, ungido con pasta blanca de sándalo y cubieto de guirnaldas de flores blancas. A la izquierda de la deidad está Śakti, de color rojo sangre. Contemplando de éste modo al guru, se logra sthūladhyāna.
Jyotiṣdhyāna
6: 15— Gheraṇḍa dijo: “te he mostrado sthūladhyāna. Escucha ahora la contemplación de la luz por medio de la cual el yogui alcanza el éxito y conoce su auténtica naturaleza”.
6:16— En mūlādhāra está kuṇḍalinī, en forma de serpiente. El jīvātman reside allí como la llama de una lámpara. Debes contemplar esta llama como el Brahma luminoso. Esto se denomina tejodhyāna o jyotiṣdhyāna.
6:17— Otra técnica es la siguiente: el yogui debe contemplar la luz del “om”, como una llama en medio de las cejas, sobre el manas. Éste es otro método para contemplar la luz.
Sukshmadhyāna
6:18-19— ¡ Oh Chaṇḍa!, has escuchado ya la técnica de tejodhyāna. Escucha ahora sūkṣmadhyāna. Cuando por una gran suerte se despierta kuṇḍalinī, se reúne con ātmam y abandona el cuerpo físico a través de las puertas de los ojos, se regocija marchando por el camino real (cuerpo sutil o sūkṣmaśarīra). Pero no puede verse debido a su sutileza y a su enorme movilidad.
6:20— Sin embargo, el yogui logra su objetivo realizando śāmbhavīmudrā, es decir, mirando fijamente el espacio sin pestañear (entonces, podrá ver el sūkṣmaśarīra). Esto se denomina sūkṣmadhyāna, dificil de lograr incluso para los mismos devas, pues constituye un gran misterio.
6:21—Jyotiṣdhyāna es cien veces superior a sthūladhyāna; pero sūkṣmadhyāna es cien mil veces superior a jyotiṣdhyāna.
6:22— ¡Oh Chaṇḍa!, de esta forma te he explicado Dhyāna Yoga, un conocimiento muy valioso pues por medio de él se logra conocer la auténtica naturaleza del ser. Es por esto precisamente que se exalta Dhyāna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.