Capítulo 9: El cuerpo astral, los misterios de la mente y la percepción extrasensorial
Fuente: "El libro de Yoga" de Swami Vishnu Devananda
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El cuerpo astral, los misterios de la mente y la percepción extrasensorial Parte II
Fisiología de los ejercicios de Yoga
Filosofía y finalidad del Yoga
Swami Vishnu Devananda |
Otra mujer soñó que era visitada por su hijo, quien le dijo: "Voy a abandonar este mundo e ir a otro lugar mejor, sin poder verte". Al día siguiente recibió un mensaje diciendo que su hijo había abandonado el mundo físico.
Tratando de interpretar estos ejemplos diarios, se tropieza con serias dificultades. La mayoría de la humanidad cree solamente en lo que perciben sus sentidos. Tales personas aceptan como algo incuestionable cualquier cosa que les llega a través de los sentidos. No comprenden que sus sentidos, en el mejor de los casos, son instrumentos imperfectos y que la mente está constantemente corrigiendo los informes equivocados que éstos les envían.
El pensamiento científico moderno ha alcanzado un grado que ha obligado a los físicos a abandonar el mundo ordinario de nuestra experiencia, el llamado mundo de las percepciones sensoriales. Han tenido que cruzar la barrera que divide lo físico de lo metafísico. La teoría de la filosofía oriental que trata la relación entre el observador y la realidad, es muy utilizada entre los físicos actuales. En la filosofía Vedanta se describe el mundo como algo irreal desde el punto de vista absoluto. Carece de realidad independiente sin los sentidos y la mente del observador y, por lo tanto, es verdadero solamente en términos relativos.
El conocimiento que adquirimos a través de los distintos sentidos, varía de acuerdo con la naturaleza del instrumento utilizado para observar los objetos. Nuestros sentidos nos engañan al aportarnos un conocimiento que cambia frecuentemente. No existe un sentido universal que sería una máquina común de medir la realidad del observador. El "sentido común" crea a menudo falsas imágenes. Un palo sumergido en el agua asemeja estar partido, aunque en realidad no es así. Lo dulce y lo amargo, lo caliente y lo frío, el sol y la tierra,
todo el universo objetivo de materia y energía, no existe con independencia de la mente y los sentidos. Incluso el tiempo y el espacio no son nada más que el poder de la mente. No hay nada que limite al hombre en el tiempo y en el espacio, si no es la mente. Todas las limitaciones y barreras desaparecen cuando desaparece la mente.
todo el universo objetivo de materia y energía, no existe con independencia de la mente y los sentidos. Incluso el tiempo y el espacio no son nada más que el poder de la mente. No hay nada que limite al hombre en el tiempo y en el espacio, si no es la mente. Todas las limitaciones y barreras desaparecen cuando desaparece la mente.
En nuestro presente estado de realización, todo el conocimiento que poseemos del universo es un residuo de impresiones empañadas por sentidos imperfectos. La realidad está muy lejos de nuestro estado de conciencia actual. Existen ondas electromagnéticas, como los rayos gamma, los rayos X, los rayos cósmicos, etc., que no son visibles al ojo humano. Sin embargo, a través de instrumentos modernos, somos capaces ahora de constatar la existencia de longitudes de onda de tan alta y baja frecuencia. Los científicos modernos estudian estas limitaciones de los sentidos humanos y su estudio les aproxima más y más a la metafísica.
Ahora se plantea esta cuestión: si los sentidos ordinarios no son fidedignos, ¿qué hay sobre la percepción extrasensorial? ¿Es un hecho? ¿Podemos creer en ella?
Desde el punto de vista absoluto, la respuesta es que ambas, la percepción extrasensorial y la experiencia ordinaria de los sentidos, tienen sus limitaciones y son, por lo tanto, imperfectas, ya que todo el conocimiento objetivo puede se tenido únicamente a través de la mente, la cual es imperfecta.
La más elevada verdad se percibe solamente cuando trascendemos el plano tridimensional creado por los sentidos y la mente, y vamos más allá del tiempo y del espacio.
Las experiencias ordinarias que obtenemos a través del contacto del cuerpo y de la mente pertene3cen al plano tridimensional y el "inexplicable" fenómeno llamado conocimiento extrasensorial pertenece el plano cuatridimensional.
Los fenómenos ordinarios que ocurren en nuestras vidas son milagros para aquellas criaturas que viven en planos bidimensionales. Supongamos que hay criaturas que viven en el plano bidimensional. Para ellos no hay conciencia de espacio. Consecuentemente no pueden percibir lo que ocurre en el espacio. Una vía férrea es un espacio de una sola dimensión, por lo tanto, un maquinista puede describir su posición desde un solo punto, una estación o una marca kilométrica. Pero la superficie del mar es un mundo bidimensional, en el que el
capitán de un barco fija su posición en latitud y longitud. El piloto de un avión tiene que dirigir su aparato a través de un mundo tridimensional, latidud, longitud y también en elevación sobre el suelo, lo que es el espacio.
capitán de un barco fija su posición en latitud y longitud. El piloto de un avión tiene que dirigir su aparato a través de un mundo tridimensional, latidud, longitud y también en elevación sobre el suelo, lo que es el espacio.
El conductor del tren vive en un plano unidimensional, el capitán del barco en un plano bidimensional y el piloto de avión en un mundo tridimensional. El capitán del barco no tiene idea del espacio y, por consiguiente, todo lo que ocurra a través del espacio es un misterio inexplicable para él. Si el señor X es bidimensional, y el señor Y es tridimensional imaginemos esta situación. El señor X tiene que transportar un objeto a cierta distancia y el señor Y le ayuda. El señor Y lleva el objeto a través del espacio. Repentinamente, éste desaparece de la vista del señor X, y momentos más tarde se materializa al ser descendido por el señor Y. Para el señor x esto resulta un misterio inexplicable, mientras que para el señor Y es algo ordinario.
Así, del mismo modo, ciertas cosas que ocurren en un plano cuatridimensional son un misterio para la gente ordinaria del mundo. La teleportación, o movimientos de las cosas desde una habitación cerrada a otra a través de paredes concretas, sin ayuda de ningún contacto físico, es un misterio para los seres de la tierra que viven en un mundo tridimensional. Un ser superior, que viva en un plano superior al nuestro, puede hacer muchas cosas que son misterios inexplicables para nosotros. Puede llevar cosas pesadas a su plano cuatridimensional y volverlas al plano tridimensional. cuando el objeto es transferido al plano cuatridimensional, puede penetrar a través de la materia sólida de nuestro mundo, del mismo modo que las ondas radiofónicas atraviesan las paredes. Así pues, la teleportación, la telepatía y todas las otras cosas que no pueden ser explicadas muy claramente, son, en realidad, fenómenos de un mundo cuatridimensional. Hay todavía planos superiores que son más útiles que nuestro mundo y el hombre opera en estos planos más elevados con su cuerpo astral, que opera en el plano astral, del mismo modo que el cuerpo opera en el plano físico. La mente y los sentidos pertenecen al plano astral que no perece cuando muere el cuerpo.
El cuerpo astral se compone de diecinueve elementos: cinco órganos de acción, cinco órganos de conocimiento, cinco pranas o aires vitales y cuatro instrumentos interiores que son mente, intelecto, ego y subconsciente. Algunos ocultistas piensan que está compuesto de alguna forma de materia sutil o semifluida, invisible al ojo físico. Todos los seres humanos tienen un cuerpo astral, y, en efecto, el cuerpo astral está más próximo al alma que el cuerpo físico. Pero hay que destacar aquí que el alma está contenida en estos cuerpos, que son solamente vehículos de ella. Durante la vigilia, el cuerpo astral opera con la cooperación del cuerpo físico. Durante el sueño profundo el cuerpo astral se sustrae en mayor o menor grado y revolotea justo encima del cuerpo físico. El mismo fenómeno ocurre cuando el individuo está bajo la anestesia o durante un desmayo. Algunos estudiantes de ocultismo pueden proyectar conscientemente el cuerpo astral fuera de su cuerpo físico y viajar a voluntad. El cuerpo astral y físico están conectados por medio de un cordón sutil, a través del cual pasa la corriente vital. En efecto, ambos cuerpos están conectados por este cordón y, cuando se rompe, la muerte se produce instantáneamente. Así pues, en el momento de la muerte el cordón se separa y durante el sueño profundo permanece intacto.
Todas las percepciones extrasensoriales y los considerados misterios inexplicables son las funciones del cuerpo astral en un plano dimensional más elevado. Todas nuestras experiencias en el estado de vigilia o durante el sueño son producto de la mente y los sentidos, como lo son también los varios productos de las percepciones extrasensoriales. En efecto, nada puede verse o percibirse sin la mente, y la mente es todo para nosotros en el momento presente. Aunque el cuerpo físico y el astral son diferentes, ambos están controlados por la mente.
Los yoguis conceden gran atención y esfuerzo a controlar la mente y utilizan el poder mental conseguido para desvelar los misterios escondidos del hombre. La mente es inestable por naturaleza, ya que a cada momento se ve afectada por la vista, el sonido y demás percepciones de los objetos externos, que le llegan a través de los sentidos. Por lo tanto, para dominar el ser la mente debe ser separada de los objetos sensoriales, apartada de cualquier dirección en que produzca, liberada de todas las distracciones y mantenida bajo control. Las tres prácticas superiores, conocidas como concentración, meditación y estado de superconciencia, completan las disciplinas mentales y físicas. Es muy difícil controlar y disciplinar la mente errante. El Hatha Yoga prescribe varios métodos para comenzar, de tal forma que el estudiante puede manipularla más facilmente a medida que avanza en sus prácticas de Yoga. El gran yogui Swatmarama, autor de Hatha Yoga Pradipika, el célebre tratado de Yoga, hace resaltar que el objeto de practicar Yoga es prepararse para alcanzar la comunión con nuestro propio ser superior y no únicamente para obtener los siddhis (poderes físicos y psíquicos).
El control sobre la mente aporta varios poderes yóguicos que los yoguis auténticos nunca se preocupan de valorar. Estos poderes son utilizados a menudo con fines egoístas por estudiantes menos avanzados. Se pierden si se demuestran a la curiosidad pública.
Como los cuerpos físico y astral están intimamente conectados y la mente es el auténtico dueño del cuerpo, resulta esencial saber algo sobre ella.
El cuerpo sutil o astral es el cuerpo de la mente y los sentidos, fuera del cual se produce el cuerpo denso de la materia. La mente y la materia son los poderes que ocultan la conciencia del espíritu que crea el mundo. Estos poderes se conocen en sánscrito como maya shakti, que aparentemente hacen del todo (purna) una parte (apurna): de lo infinito, lo finito, y de lo informe, la forma. Maya shakti puede describirse como la mente universal del Ser Supremo, que en los seres individuales se hace mente individual, ego y sentidos.
La mente y sus funciones
En la escala de evolución, la mente funciona en varias fases, dependiendo del cuerpo en que opera. De este modo va desde lo subconsciente a la simple conciencia, evolucionando gradualmente a la autoconciencia, hasta que, por fin, alcanza la conciencia universal. En los reinos inferiores, como el vegetal y el animal, la mente se manifiesta en un estado en que la conciencia es automática. Esta porción de la mente predomina en la planta y el animal. Los seres humanos también la poseen y constituye una gran ayuda en su presente estado de desarrollo. Esta mente es conocida como el subconsciente o mente instintiva (en sánscrito, chitha). La mente del hombre funciona en más de un plano. Hoy en día los psicólogos han reconocido las fases variantes del proceso mental y han avanzado muchas teorías para explicarlas, pero su conocimiento sobre el trabajo de la mente está en pañales. En la filosofía Yoga puede obtenerse un interesante estudio de las funciones de la mente.
Planos subconscientes de la mente
Ilustración del "Libro de Yoga" de Swami Vishnu Devananda |
Las fases inferiores del trabajo de la mente instintiva son análogas al mismo trabajo manifestado en el reino vegetal: nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte. Son procesos automáticos. Esto es común a la planta, al animal y al hombre. Estos procesos son las funciones de la mente instintiva. Durante la existencia del cuerpo -sea de planta, de animal o de hombre- el trabajo de regeneración, cambio, digestión, asimilación, eliminación, circulación, etc., lo efectúa esta porción de la mente. Estas funciones involuntarias son solamente una pequeña porción del trabajo de la mente instintiva. En la escala de evolución del animal se hicieron necesarias ciertas cosas para su existencia. Como lo poderes de razonamiento no estaban desarrollados para enfrentarse a estas exigencias, la mente instintiva tomó el lugar del intelecto. El instinto de lucha, esta función de la mente animal para su preservación y protección, predomina todavía en el hombre. Aunque el intelecto del hombre evolucionado refrena el instinto de violencia debido a la luz obtenida de las facultades superiores desarrolladas, la mente poco evolucionada, por el contrario, sigue los impulsos de la naturaleza inferior.
Las funciones instintivas, como la construcción del nido, la emigración ante la proximidad del invierno, la hibernación, el cuidado del pequeño, etc., son todas funciones de la mente subconsciente, la cual es esencial para la existencia del animal. Hasta el desarrollo del intelecto, la mente instintiva realiza todo el trabajo del intelecto sin razonar. Otra función de la mente subconsciente consiste en hacer automáticamente cosas que hemos aprendido a través del intelecto. Cuando aprendemos cosas de memoria, lo que hacemos en realidad es aprenderlas a fondo en el plano intelectual y después pasarlas al plano subconsciente por mentalización. Este proceso es una manifestación superior de la mente subconsciente y es debido al contacto y combinación con el intelecto desarrollado. Muchas de nuestras actividades diarias, tales como caminar, pintar, coser, conducir, etc., se hacen automáticamente. Si no, el intelecto se cansaría al tener que efectuar estas tareas diarias consciente o intelectualmente.
La mente subconsciente es también un servidor obediente; como no puede razonar, tiene que ser guiada a menudo por el intelecto del individuo o de alguna otra persona. Cualquier idea del intelecto que le llega consciente o subconscientemente es expresada con fidelidad al pie de la letra. Viejas nociones y tensiones que yacen en el subconsciente puede corregirse o hacerse desaparecer por medio de instrucciones adecuadas procedentes del intelecto del individuo o de otra persona. Es asombroso notar cuán valiosa resulta la mente subconsciente; por ejemplo, cuando tenemos que tomar una avión por la mañana temprano, todo lo que tenemos que hacer, es sugerir a la mente subconsciente que nos despierte a cierta hora, y ella se encarga de hacerlo.
La mente subconsciente no solamente recoge las instrucciones acertadas del intelecto, sino también las equivocadas; así los temores innecesarios, ansiedades y preocupaciones creados durante nuestras actividades diarias son recogidos por la mente subconsciente y proyectados más tarde a la mente consciente. Un shock o temor durante la infancia puede atormentar a una persona incluso cuando es vieja, a menos que sea tratado con sugerencias opuestas.
Las sugerencias hipnóticas se dirigen a la mente subconsciente. El hipnotizador, tras provocar un severo shock en la mente consciente del individuo, procede a manipular la mente subconsciente de su sujeto. Como la mente subconsciente del individuo ha cesado temporalmente de funcioonar, el subconsciente está bajo el control del hipnotizador. Cualquier sugerencia que éste le haga, será transmitida implícitamente. La técnica empleada aquí es algo que merece una seria consideración, ya que los constantes shocks provocados conscientemente por el hipnotizador afectan la mente consciente del individuo, la cual, a su vez, no puede darse a sí misma las sugerencias apropiadas. Ésta es la principal objeción a la sugestión hipnótica. En algunos casos, la sugestión hipnótica puede ayudar al individuo si se lleva a cabo puramente por una persona desinteresada, aunque tales personas son raras. Es poco aconsejable someter la propia voluntad a la voluntad de otra persona. Más aún, las sugerencias del propio intelecto son el mejor camino para guiar la propia mente subconsciente. El método yóguico de conseguir el control sobre la mente inferior y desarrollar la mente superior se explica en el capítulo 10, al hablar de la kundalini y de la meditación en los chakras.
En la mente o plano subconsciente yacen todo el conocimiento e impresiones recibidas de varias fuentes. No solamente de esta vida, sino de previas encarnaciones; es algo así como un almacén que contiene todo lo conocido y desconocido que ha recibido a través de la herencia y otras fuentes que ha desplegado en sí mismo. También contiene el conocimiento que le proporciona el intelecto, así como el conocimiento obtenido de la asociación con otros. Es un experiencia común que un pasaje olvidado de la juventud se proyecte repentinamente desde la mente inferior, incluso aunque no hubiéramos pensado en él durante muchos años. Algunas personas obtienen la memoria de su vida pasada, aunque es muy raro. La naturaleza mantiene apartados de la conciencia los misterios de la vida pasada; de otra forma aumentarían nuestras tensiones mentales al revivir buenos y malos recuerdos pasados.
Algunas personas son capaces de hacer cosas que no han hecho o aprendido en esta vida; algunos niños pintan o cantan bien sin haber ido incluso a una escuela. Otros nacen oradores, autores o predicadores. El conocimiento que han adquirido en sus vidas previas yace en la mente subconsciente. Tales personas son llamadas genios o talentos. En efecto, este talento no es sino el conocimiento adquirido a través del esfuerzo constante en vidas anteriores. Una persona que ahora se esfuerza en dominar una disciplina, puede ser un genio en su próxima vida, ya que acarrea todo el conocimiento subconsciente adquirido en ésta.
Para concluir lo expuesto sobre la fase inferior de la mente, que conocemos como asiento de las emociones inferiores, instintos, pasiones, deseos, apetitos, avaricia y lujuria, debemos recordar también que existen emociones elevadas, aspiraciones y deseos de conocimiento en los hombres avanzados, que proceden de la mente espiritual desplegada y no solamente de la mente inferior. El principio mental inferior es el más grosero y bajo de los tres principios mentales y es el que está dispuesto a ligarnos estrechamente a la tierra y a las cosas terrenales.
Su santidad Swami Sivananda, un gran maestro de Yoga, fundador de la Divina Sociedad, de Rishikesh, Himalayas, dice en su libro Los Misterios de la Mente:
La mente subconsciente no solamente recoge las instrucciones acertadas del intelecto, sino también las equivocadas; así los temores innecesarios, ansiedades y preocupaciones creados durante nuestras actividades diarias son recogidos por la mente subconsciente y proyectados más tarde a la mente consciente. Un shock o temor durante la infancia puede atormentar a una persona incluso cuando es vieja, a menos que sea tratado con sugerencias opuestas.
Las sugerencias hipnóticas se dirigen a la mente subconsciente. El hipnotizador, tras provocar un severo shock en la mente consciente del individuo, procede a manipular la mente subconsciente de su sujeto. Como la mente subconsciente del individuo ha cesado temporalmente de funcioonar, el subconsciente está bajo el control del hipnotizador. Cualquier sugerencia que éste le haga, será transmitida implícitamente. La técnica empleada aquí es algo que merece una seria consideración, ya que los constantes shocks provocados conscientemente por el hipnotizador afectan la mente consciente del individuo, la cual, a su vez, no puede darse a sí misma las sugerencias apropiadas. Ésta es la principal objeción a la sugestión hipnótica. En algunos casos, la sugestión hipnótica puede ayudar al individuo si se lleva a cabo puramente por una persona desinteresada, aunque tales personas son raras. Es poco aconsejable someter la propia voluntad a la voluntad de otra persona. Más aún, las sugerencias del propio intelecto son el mejor camino para guiar la propia mente subconsciente. El método yóguico de conseguir el control sobre la mente inferior y desarrollar la mente superior se explica en el capítulo 10, al hablar de la kundalini y de la meditación en los chakras.
En la mente o plano subconsciente yacen todo el conocimiento e impresiones recibidas de varias fuentes. No solamente de esta vida, sino de previas encarnaciones; es algo así como un almacén que contiene todo lo conocido y desconocido que ha recibido a través de la herencia y otras fuentes que ha desplegado en sí mismo. También contiene el conocimiento que le proporciona el intelecto, así como el conocimiento obtenido de la asociación con otros. Es un experiencia común que un pasaje olvidado de la juventud se proyecte repentinamente desde la mente inferior, incluso aunque no hubiéramos pensado en él durante muchos años. Algunas personas obtienen la memoria de su vida pasada, aunque es muy raro. La naturaleza mantiene apartados de la conciencia los misterios de la vida pasada; de otra forma aumentarían nuestras tensiones mentales al revivir buenos y malos recuerdos pasados.
Algunas personas son capaces de hacer cosas que no han hecho o aprendido en esta vida; algunos niños pintan o cantan bien sin haber ido incluso a una escuela. Otros nacen oradores, autores o predicadores. El conocimiento que han adquirido en sus vidas previas yace en la mente subconsciente. Tales personas son llamadas genios o talentos. En efecto, este talento no es sino el conocimiento adquirido a través del esfuerzo constante en vidas anteriores. Una persona que ahora se esfuerza en dominar una disciplina, puede ser un genio en su próxima vida, ya que acarrea todo el conocimiento subconsciente adquirido en ésta.
Para concluir lo expuesto sobre la fase inferior de la mente, que conocemos como asiento de las emociones inferiores, instintos, pasiones, deseos, apetitos, avaricia y lujuria, debemos recordar también que existen emociones elevadas, aspiraciones y deseos de conocimiento en los hombres avanzados, que proceden de la mente espiritual desplegada y no solamente de la mente inferior. El principio mental inferior es el más grosero y bajo de los tres principios mentales y es el que está dispuesto a ligarnos estrechamente a la tierra y a las cosas terrenales.
Su santidad Swami Sivananda, un gran maestro de Yoga, fundador de la Divina Sociedad, de Rishikesh, Himalayas, dice en su libro Los Misterios de la Mente:
La emoción es un poder motor, como el vapor de una máquina. Ayuda en la evolución. Si no hubiera sido por la presencia de la emoción, se hubiera pasado a un estado de pasividad e inercia. Empuja a la acción o movimiento. Es un favor divino. Pero no hay que ser presa de las emociones; no hay que permitir que hiervan en nosotros. Hay que dejarlas que se eleven lentamente del océano de la mente y se apacigüen con tranquilidad. Hay personas que gustan de oír noticias de acontecimientos sensacionales sólo para despertar sus emociones; estas personas viven de emociones; de otra forma se sentirían bastante necios. Esto es una gran debilidad.
El amor, el odio, la cólera, la avaricia, el temor, la envidia, los celos, son emociones de la mente. Todas las malas cualidades proceden de la cólera. Por este motivo se enseña a los estudiantes de Yoga a controlar la cólera. De este modo las restantes cualidad negativas desaparecen por sí mismas. Más aún, las emociones afectan las glándulas endocrinas, que están gobernadas por el sistema nervioso y producen desórdenes en el normal funcionamiento de los órganos internos.
Recientemente, los doctores Harold Wolff y Stewart Wolff, del Hospital de Nueva York, realizaron un cuidadoso e insólito estudio sobre el comportamiento del estómago y la digestión de un paciente cuyo viente había sido reventado por un disparo accidental, dejando un boquete abierto para el resto de su vida. A través de esta ventana en la pared intestinal, los doctores pudieron estudiar los misterios de la digestión humana.
De acuerdo con el informe de los doctores Wolff, la emoción más perjudicial es la ansiedad, que es la causa de las úlceras. Las investigaciones mostraron que el estómago del paciente era rosa pálido, y con muchos pliegues cuando estaba relajado, pero rojo brillante, liso y tenso cuando se inflamaba. Ambos, el estómago y la cara, empalidecían cuando era presa del pánico. La depresión le producía un corte de los jugos gástricos y su estómago se veía casi incapaz de digerir la comida.
La mente subconsciente o instintiva es denominada ehitha en la filosofía Vedanta. Gran parte de nuestra mente subconsciente consiste en experiencias sumergidas, memorias lanzadas al fondo, pero recuperables. El primer síntoma de vejez es que se hace difícil recordar las personas y los lugares. No es difícil encontrar la razón. La mente, como se sabe, recuerda generalmente por medio de asociaciones. En la vejez, uno todavía puede recordar pasajes que ha leído en la escuela y en el colegio, pero, al mismo tiempo, le resulta muy difícil recordar lo que ha leído la noche anterior. Esto es debido a que la mente subconsciente ha ido perdiendo su poder de entender y almacenar ideas, a medida que las células del cerebro han ido degenerando. Con la degeneración de las células del cerebro causada por ansiedades, preocupaciones y excesivo trabajo, el poder de la memoria se pierde en seguida, y solamente algunas pequeñas impresiones llegan a la mente subconsciente.
El proceso de razonamiento está limitado únicamente al campo de la conciencia. El campo de la mentalización subconsciente es mucho más amplio que el de la mentalización consciente. Los mensajes, en su momento, se proyectan como un flash desde la mente subconsciente. Sólo un pequeño porcentaje de actividades mentales tienen lugar en el campo de la conciencia. Cuando se conduce un coche por una calle abarrotada de personas, aunque se vaya hablando con los amigos o pensando en algunos problemas, se gira, se frena y se utiliza el cambio casi subconscientemente. Cuando no sentamos a pensar intensamente en la solución de algún problema es muy probable que fallemos, pero, a veces, durante el sueño, este problema se soluciona subconscientemente y se proyecta a la mente consciente al despertar. Durante este período, la mente subconsciente trabaja como un hombre al volante mientras conduce.
Incluso durante el sueño, esta mente trabaja sin descanso y clasifica, arregla, compara y distribuye todos los actos y problemas y busca soluciones satisfactorias y apropiadas. Con ayuda de la mente subconsciente, podemos desechar las tensiones de los órganos externos e internos y darles una relajación adecuada.
Todas las funciones vegetativas involuntarias del cuerpo, que se realizan por debajo del plano consciente, están bajo el eficaz control de la mente subconsciente. La inteligencia subconsciente, cuando se manifiesta como instinto, raramente falla. Un animal distingue casi instintivamente la hierba venenosa de la buena. Pero el trabajo del instinto es limitado. Funciona como una máquina. Luego llega al estado superior de conocimiento (intelecto), que es falible y comete errores. A menudo, su alcance es mayor aquí. Lo llamamos razón
El amor, el odio, la cólera, la avaricia, el temor, la envidia, los celos, son emociones de la mente. Todas las malas cualidades proceden de la cólera. Por este motivo se enseña a los estudiantes de Yoga a controlar la cólera. De este modo las restantes cualidad negativas desaparecen por sí mismas. Más aún, las emociones afectan las glándulas endocrinas, que están gobernadas por el sistema nervioso y producen desórdenes en el normal funcionamiento de los órganos internos.
Recientemente, los doctores Harold Wolff y Stewart Wolff, del Hospital de Nueva York, realizaron un cuidadoso e insólito estudio sobre el comportamiento del estómago y la digestión de un paciente cuyo viente había sido reventado por un disparo accidental, dejando un boquete abierto para el resto de su vida. A través de esta ventana en la pared intestinal, los doctores pudieron estudiar los misterios de la digestión humana.
De acuerdo con el informe de los doctores Wolff, la emoción más perjudicial es la ansiedad, que es la causa de las úlceras. Las investigaciones mostraron que el estómago del paciente era rosa pálido, y con muchos pliegues cuando estaba relajado, pero rojo brillante, liso y tenso cuando se inflamaba. Ambos, el estómago y la cara, empalidecían cuando era presa del pánico. La depresión le producía un corte de los jugos gástricos y su estómago se veía casi incapaz de digerir la comida.
La mente subconsciente o instintiva es denominada ehitha en la filosofía Vedanta. Gran parte de nuestra mente subconsciente consiste en experiencias sumergidas, memorias lanzadas al fondo, pero recuperables. El primer síntoma de vejez es que se hace difícil recordar las personas y los lugares. No es difícil encontrar la razón. La mente, como se sabe, recuerda generalmente por medio de asociaciones. En la vejez, uno todavía puede recordar pasajes que ha leído en la escuela y en el colegio, pero, al mismo tiempo, le resulta muy difícil recordar lo que ha leído la noche anterior. Esto es debido a que la mente subconsciente ha ido perdiendo su poder de entender y almacenar ideas, a medida que las células del cerebro han ido degenerando. Con la degeneración de las células del cerebro causada por ansiedades, preocupaciones y excesivo trabajo, el poder de la memoria se pierde en seguida, y solamente algunas pequeñas impresiones llegan a la mente subconsciente.
El proceso de razonamiento está limitado únicamente al campo de la conciencia. El campo de la mentalización subconsciente es mucho más amplio que el de la mentalización consciente. Los mensajes, en su momento, se proyectan como un flash desde la mente subconsciente. Sólo un pequeño porcentaje de actividades mentales tienen lugar en el campo de la conciencia. Cuando se conduce un coche por una calle abarrotada de personas, aunque se vaya hablando con los amigos o pensando en algunos problemas, se gira, se frena y se utiliza el cambio casi subconscientemente. Cuando no sentamos a pensar intensamente en la solución de algún problema es muy probable que fallemos, pero, a veces, durante el sueño, este problema se soluciona subconscientemente y se proyecta a la mente consciente al despertar. Durante este período, la mente subconsciente trabaja como un hombre al volante mientras conduce.
Incluso durante el sueño, esta mente trabaja sin descanso y clasifica, arregla, compara y distribuye todos los actos y problemas y busca soluciones satisfactorias y apropiadas. Con ayuda de la mente subconsciente, podemos desechar las tensiones de los órganos externos e internos y darles una relajación adecuada.
Todas las funciones vegetativas involuntarias del cuerpo, que se realizan por debajo del plano consciente, están bajo el eficaz control de la mente subconsciente. La inteligencia subconsciente, cuando se manifiesta como instinto, raramente falla. Un animal distingue casi instintivamente la hierba venenosa de la buena. Pero el trabajo del instinto es limitado. Funciona como una máquina. Luego llega al estado superior de conocimiento (intelecto), que es falible y comete errores. A menudo, su alcance es mayor aquí. Lo llamamos razón
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