Páginas

27 ene 2011

Yoga Sutras de Patanjali I

CAPÍTULO PRIMERO
Por Swami Vivekananda

DE LA CONCENTRACIÓN Y SUS APLICACIONES ESPIRITUALES

1. Explicaremos la concentración.

2. Yoga es impedir que la materia mental (Chitta) tome diversas formas (Vrittis).

Hemos de comprender qué es Chitta y qué son Vrittis. Yo tengo ojos. Los ojos no ven. Si eliminamos el centro cerebral que está en la cabeza, los ojos estarán aún allí con la retina completa, y las imágenes de los objetos en ellos; y sin embargo, los ojos no verán. Por lo tanto, los ojos son únicamente un instrumento secundario, no el órgano de la visión. El órgano de la visión es un centro nervioso del cerebro. Los dos ojos no bastan. A veces un hombre está dormido con los ojos abiertos. Allí están la luz y la imagen; pero
una tercera cosa se necesita; la mente debe unirse al órgano. El ojo es el instrumento externo; necesitamos también el centro cerebral y la agencia de la mente. Pasan carruajes por la calle y no los oímos. ¿Por qué? Porque la mente no estaba unida al órgano del oído. Primero tenemos el instrumento después el órgano, y tercero, la mente unida á los dos. La mente recoge la impresión y la presenta a la facultad determinativa (Buddhi) que reacciona y de esta reacción brota la idea de egotismo. Después esta entremezcla de acción y reacción se presenta a la genuina alma (Purusha) que en dicha entremezcla percibe el objeto.

Los órganos (Indriyas) junto con la mente (Manas) la facultad determinativa (Buddhi) y la egoidad (Ahamkára) forman el grupo llamado el instrumento interno (Antahkarana).

Son diversos procesos en la materia mental llamada Chitta. Las oleadas de pensamiento en la materia mental se llaman Vrittis, que literalmente significa "vértice”.

¿Qué es el pensamiento? El pensamiento es una fuerza como la gravitación o la repulsión. El instrumento llamado Chitta se apodera de algo en el infinito almacén de fuerzas naturales, lo absorbe y lo emite en forma de pensamiento. La nutrición nos proporciona fuerza y en virtud del nutritivo alimento puede moverse y funcionar el cuerpo. Las fuerzas sutiles se manifiestan en lo que llamamos pensamiento. Así vemos que la mente no es inteligente aunque lo parece, porque tras ella está la inteligente alma, el único ser senciente, pues la mente es tan solo el instrumento por cuyo medio percibe el alma el mundo externo. Tomad este libro. Como tal libro no existe externamente; lo que existe externamente es desconocido e incognoscible. Lo incognoscible proporciona la sugestión que impresiona la mente, y la mente manifiesta la reacción en forma de un libro, de la propia suerte que cuando se arroja una piedra al agua, el agua reacciona contra la piedra en forma de ondas. El universo real da motivo a la reacción de la mente.

La forma de un libro, de un elefante o de un hombre no está en el exterior. Todo lo que conocemos de dichas formas es nuestra mental reacción contra la sugestión externa.

Dice John Stuart MilI: "La materia es la permanente posibilidad de sensaciones." Lo único externo es la sugestión. Pongamos por ejemplo la madreperla. Sabemos cómo se forman las perlas. Un parásito se introduce dentro de la concha y causa una irritación. La madreperla secreta una especie de esmalte alrededor de la irritación, y así se forma la perla. El universo real es el parásito que sirve de núcleo a nuestra esmaltadura constituida por el universo experimental. El hombre vulgar jamás comprenderá el mundo real porque en cuanto lo intente, sólo verá el esmalte secretado.

Ahora comprenderemos qué son los Vrittis.

El verdadero hombre está tras la mente, y la mente es el instrumento de que dispone, es su inteligencia infiltrada en la mente. Tan sólo cuando el verdadero hombre está tras la mente, es inteligente la mente. Cuando el verdadero hombre la abandona, se aniquila la mente. Así comprendemos que CHITTA es la materia mental, la materia de la mente y Vrittis son las ondas, las ondulaciones que levanta en dicha materia mental una causa externa al chocar con ella. Estos Vrittis son nuestro universo.

No es posible ver el fondo de un lago de agitadas aguas. Sólo es posible ver el fondo cuando ha cesado el oleaje y están tranquilas las aguas. Si el agua es cenagosa o está continuamente agitada no podrá verse jamás el fondo. Si el agua es clara y no hay oleaje, veremos el fondo. El fondo del lago es nuestro verdadero ser. El lago es Chitta y las olas son los Vrittis.

También la mente puede hallarse en tres estados análogos que se llaman: Tamas, Rajas y Sattva.

Tamas equivale a obscuridad y tinieblas, y es peculiar de las gentes brutales y necias que sólo obran para dañar, pues no se les ocurre otra idea en semejante estado de la mente.

Rajas es el activo estado de la mente, peculiar de quienes tienen por principal motivo de sus acciones el poderío y los goces, y piensan: "Seré poderoso y mandaré a los demás."

Sattva es el estado de serenidad y calma, cuando las aguas del lago de la mente están claras y tranquilas porque cesó el oleaje.

No está la mente inactiva sino más bien intensamente activa. La calma es la mayor manifestación de poder. Muy fácil es ser activo. Aflojad las riendas y se precipitarán los caballos. Cualquiera puede hacer esto. Pero sólo es fuerte el capaz de detener los caballos desbocados. ¿Qué requiere mayor fuerza, aflojar las riendas o retenerlas? El hombre tranquilo no es el hombre lerdo. No se ha de confundir la calma (Sattva) con la estupidez. El hombre tranquilo es el que domina las oleadas de su mente. La actividad es la inferior manifestación de la fuerza. La calma es su manifestación superior.

La materia de la mente (Chitta) propende siempre a restituirse a su puro estado original, pero los órganos la excitan hacia afuera. Restringirla, contrarrestar su propensión al exterior y ponerla en marcha hacia el retorno
a la esencia de la inteligencia es el primer paso en el sendero de la Yoga, porque sólo así puede Chitta entrar en su propio camino. Aunque Chitta o materia de la mente existe en todos los animales, desde el inferior al
superior, sólo en la forma humana se manifiesta como intelecto. Hasta que la materia mental puede asumir la forma de intelecto no le es posible volver sobre sus pasos y liberar al alma. Aunque el perro y la vaca tienen mente, no les cabe inmediata salvación, porque su materia mental no es todavía capaz de asumir la forma a que llamamos intelecto. La materia mental se manifiesta en las siguientes formas: activa, tenebrosa, recogida, unilateral y concentrada.

La activa propende a manifestarse en forma de placer o dolor. La tenebrosa es embotamiento propenso a dañar. La primera forma dice el comentador que es natural de los devas o ángeles, y la segunda de los demonios. La forma recogida se entiende cuando la materia mental se esfuerza en centrarse. La forma unilateral cuando trata de concentrarse, y la concentrada conduce al Samadhi.



26 ene 2011

Krisnamacharya

El Sri Tirumala Krishnamacharya ( 1888 - 1989 ) nació el el 18 de noviembre en el districto de Chitradurga, de Karnataka estado de la India. Sus padres eran Sri Tirumala Srinvasa Tattacharya, profesor reconocido de los Vedas, y Shrimati Ranganayakamma y él era el más grande de seis hermanos y hermanas.
Krishnamacharya pasó gran parte de su juventud viajando a través de la India y estudiando los seis darshanas o las filosofías indias: Vaisheshika, Nyaya, Samkhya, Yoga, Mimamsa y Vedanta . Entre sus alumnos están muchos de los profesores más influyentes de hoy: Sri BKS Iyengar, Sri K. Pattabhi Jois,  Indra Devi y los hijos del propio Krishnamacharya.

Aunque su conocimiento y su enseñanza han influenciado el yoga en el mundo entero, él nunca salió de la India su tierra nativa durante el curso de su vida. Es importante destacar que Pattabhi Jois y Iyengar enseñaron técnicas basadas en sus propias experiencias con Krishnamacharya en los años 30 en Mysore, cuando eran ambos hombres jovenes; sus estilos son reflexiones del yoga que es apropiado a estudiantes más jovenes y acentúan así mayormente la práctica de Asana . Sin embargo, los profesores tales como T. Mohan y Srivatsa Ramaswami enseñan una parte más amplia de las enseñanzas de Krishanamacharya, observando que el yoga es más que apenas asana y se debe templar al estudiante, tomando en cuenta su estado de salud, de energía, su constitución, género, lugar y edad.


Biografía


Krishnamacharya comenzó a hablar y escribir en sánscrito aprendiendo de su padre antes de la edad de cinco y a la edad de doce exigió estaba listo para recibir las enseñanzas antiguas del yoga Rahasya, un texto yogico perdido largo tiempo, de una visión del sabio antiguo Nathamuni. Volvió a su hogar luego de esta experiencia mística y su familia se mudó al Mysore, la segunda ciudad mas grande en el estado indio de Karnataka, y Krishnamacharya comenzó enseñar formalmente. A los dieciocho años Krishnamacharya se fue de su casa para aprender en la universidad del Benares, una ciudad de centenares de templos también conocidos como Varanasi . En la universidad centró sus estudios en lógica y sánscrito, trabajando con Bramhashri Shivakumar Shastry, “uno de los gramáticos más grandes de la época”. Después de irse de la universidad volvió a Mysore y estudió el Vedanta y aprendió a tocar el Veena, uno de los instrumentos de cuerda más antiguos de la India. En el 1914 se fue de nuevo para Benares a tomar clases en la universidad del Queens, en donde ganó variados certificados de enseñanza. Durante el primer año tenía poco o nada de ayuda financiera de su familia, así que para comer siguió las reglas de los mendigos religiosos: solamente se acercaba a siete hogares cada día y ofrecia un rezo “a cambio de la harina de trigo que se mezcla con agua para las tortas”. Krishnamacharya salió de la universidad del Queens para estudiar los seis darshanas o escuelas de pensamiento en la filosofía védica en la universidad de Patna.


Durante todo este tiempo Krishnamacharya continuó practicando el yoga que su padre le había enseñado cuando era un muchacho joven. Muchos de sus instructores reconocieron sus capacidades en esta área y apoyaron su progreso. Durante esas vacaciones decidió peregrinar por el Himalaya - fué durante uno de estos viajes que decidió encontrar a Sri Ramamohan Brahmachari, profesor de yoga que vivía en las montañas. Krishnamacharya encontró la escuela de Sri Brahmachari que consistía en una cueva en el pie del monte Kailash y pasó siete años estudiando los “yoga Sutras de Patanjali, aprendiendo asanas y pranayama, y estudiando los aspectos terapéuticos del yoga”. La tradición cuenta que en el final de sus estudios con Sri Ramamohan, Krishnamacharya le preguntó como podía pagarle- Ramamohan respondió a Krishnamacharya “toma una esposa, cría  niños y sé profesor de yoga”.


Del Tíbet Krishnamacharya volvió a la India meridional a estudiar Ayurveda, el estudio de la medicina práctica tradicional de la India, y también el Nyaya, una escuela de filosofía de la India referida a la lógica y la epistemología. En el 1924 el Maharaja de Mysore, hombre que miraba el yoga para ayudar a curar sus muchas dolencias, le pidió abrir una escuela de yoga en donde Krishnamacharya enseñó hasta el 1955 . El Maharajaa quedó impresionado con Krishnamacharya y lo contrató para enseñar a la familia real, le dieron  el ala de un palacio próximo para empezar la escuela de Yogashala o del yoga.
Como muchos de sus estudiantes en este punto de su vida eran muchachos activos, desarrolló un estilo vigoroso de yoga dirigido a evolucionar la fuerza y el vigor, y se conoce hoy como el yoga popular de Ashtanga Vinyasa. Pronto se hizo consejero de confianza del Maharaja, así como un instructor de yoga y un curador muy solicitado .

Después de salir de Mysore Krishnamacharya se mudó a Bangalore por dos años y entonces fue invitado para volver al Chennai, la cuarta  ciudad más grande de la India, por un abogado bien conocido que buscó su ayuda en la cura por el movimiento. La reputación de Krishnamacharya era de profesor terminante e intimidante, lo consideraban terminante referente a su práctica y enseñanza, pero demostró un lado compasivo más apacible. Krishnamacharya vivió y enseñó en Chennai hasta que entro en coma y finalmente murió en 1989 con cien años de edad. Aunque muchos lo consideraban un amo del yoga,  él continuó llamándose "estudiante" porque sentía que siempre “estudiaba, exploraba y experimentaba” con la práctica.

Krishnamacharya Mysore School

Krishnamacharya enseñando






Acercamiento a la cura

Krishnamacharya “creyó que el  yoga iba a ser el regalo más grande de la India al mundo” - aunque mucha gente se acercó al yoga como una práctica espiritual, él también incorporó mucho de la cura física porque es difícil que una persona crezca si tiene el malestar de una enfermedad. Con las enseñanzas que Krishnamacharya recibió de su padre y de otros instructores, observó que cada persona es “absolutamente única” y sentía que lo esencial en la enseñanza de yoga es que el estudiante debe “ser enseñado según su capacidad individual en un momento dado”. Esto significa que la trayectoria en el yoga significará diversas cosas para diversa gente y cada persona debe aprender de una forma que entienda claramente. Debido a este acercamiento individualizado, es imposible explicar el proceso de Krishnamacharya para la enseñanza personal  por completo.

Krishnamacharya no sólo era instructor de yoga, también era considerado médico de la Medicina Ayurvédica y “poseyó el conocimiento enorme de la nutrición, de la medicina herbaria, del uso de aceites, y de otros remedios”. Esto le dio la capacidad de abordar el problema de cada individuo de una manera bien informada. Cuando comenzaba a trabajar con una persona realizaba una examinación  muy detallada para determinar la trayectoria más eficiente para tomar. Él tomaba el pulso a las personas, examina el color de la piel, escuchaba la calidad de la respiración, entre muchas otras cosas. Durante la época de la diagnosis, Krishnamacharya buscaría lo que “trastornó u obstaculizó la unión armoniosa del cuerpo, de la mente, y del espiritu” - aunque una enfermedad se enfoca en un área particular, sabía que esta afectaría a muchos otros sistemas en el cuerpo, mental y físico. En un cierto punto durante o después de la examinación inicial, preguntaba a la persona si podía llegar a seguir la dirección que le indicaría. Esta pregunta la hacía porque sabía que si la persona no podría confiar en el completamente había poca probabilidad de cura. Si la respuesta era “sí” la “relación curativa comenzaría” pero si la persona demostraba vacilación él no seguía el tratamiento.

Una vez que una persona comenzara a ver Krishnamacharya, él trabajaría con él en un número de niveles incluyendo el ajuste de su dieta; crear medicinas herbarias; y creación a la serie de posturas de la yoga que serían las más beneficiosas. Al dar instrucciones a una persona en la práctica de la yoga, Krishnamacharya tensionó particularmente la importancia de combinar el trabajo de la respiración ( Pranayama ) con las posturas ( Asanas ) de la meditación ( Dhyana ) de la yoga y para alcanzar la meta deseada. Él continuaría viendo a la persona aproximadamente una vez por semana para supervisar el progreso hasta que lo o la curaran.
Aunque Krishnamacharya tomaba los textos más importantes del yoga tradicional, Yoga Sutras de Patanjali, Bhagavad Gita , yoga Rahasya de Nathamuni y el Mahabharata, su fuerza más grande era la capacidad de tomar “la enseñanza antigua del yoga y de la filosofía india” y de combinarlas dentro del marco moderno de la actualidad. Así podía restablecer la práctica del yoga de una forma “exacta y de gran alcance” pues sería “práctica y relevante”.











17 ene 2011

La meditación Vipassana


La meditación Vipassana consiste en la purificación personal de la mente. Es la forma más elevada de conciencia; la percepción total del fenómeno mente-materia en su verdadera naturaleza. Es la observación, sin preferencia, de las cosas tal y como son.
Vipassana es la meditación que practicó el Buddha después de intentar todas las demás formas de mortificación corporal y control sobre la mente, encontrándolas inadecuadas para liberarse del, aparentemente, interminable ciclo de nacimiento y muerte, dolor y sufrimiento.
Es una técnica de tanto valor que en Birmania fue preservada en su prístina pureza por más de 2.200 años.
La meditación Vipassana no tiene nada que ver con el desarrollo de poderes sobrenaturales, místicos o especiales, sin embargo puede ocurrir que estos puedan despertarse. Nada ocurre mágicamente. El proceso de la purificación que ocurre es, simplemente, una eliminación de las negatividades, los complejos, los nudos y los hábitos que han nublado la conciencia pura y han bloqueado el flujo de las más elevadas cualidades de la humanidad – amor puro (metta), compasión (karuna) alegría frente al éxito de los demás (mudita) y ecuanimidad (upekkha). En Vipassana no existe el misticismo. Es una ciencia sobre la mente que va más allá de la psicología, no sólo mediante el entendimiento, sino también, mediante la purificación de los procesos mentales.
La práctica es una arte de vivir que manifiesta su valor profundo y práctico en nuestras vidas, reduciendo y posteriormente eliminando, la codicia, la ira y la ignorancia que corrompen todas las relaciones, desde la esfera familiar, hasta las políticas internacionales. Vipassana disuelve el hábito de soñar despierto, disuelve la
ilusión, la fantasía, el espejismo de la aparente realidad.
Como la chisporroteante explosión del agua fría cuando entra en contacto con el ardiente calor del bracero, las reacciones que ocurren después de sacar a la mente de sus tendencias hedonista trayéndola hacia el aquí y el ahora son, frecuentemente, dramáticas y dolorosas. Aún así, existe un sentimiento igualmente profundo de alivio de las tensiones complejos que se han estado desarrollando por tanto tiempo en las profundidades de la mente inconsciente.
A través de Vipassana, cualquiera, sin distinción de raza, casta, o credo, puede eliminar, finalmente, esas tendencias que han germinado mucha ira, pasión y miedo dentro de nuestras vidas. Durante el entrenamiento, un estudiante se concentra en una sola tarea: batallar con su propia ignorancia. No existe guruísmo de ningún tipo ni competitividad entre los estudiantes. El maestro es, simplemente, un orientador de buena voluntad que señala la manera en que ha viajado durante su propia práctica y su extensa experiencia.
Con continuidad en la práctica, la meditación tranquilizará la mente, incrementará su concentración, dando lugar a una mente aguda, y abriéndola hacia una conciencia supramundana: “la paz del nibbana (liberación de todo sufrimiento) interna”.
Al igual que en la iluminación de un Buddha, un estudiante simplemente se dirige hacia su profundo interior, desintegrando la realidad aparente, hasta que en las profundidades logre penetrar más allá de las partículas subatómicas, hacia lo absoluto.
En Vipassana no existe dependencia de los libros, las teorías, o los juegos intelectuales. La verdad de la impermanencia (anicca), sufrimiento (dukkha) y carencia de ego (anatta) es comprendida directamente con todo el enorme poder de la mente, en vez de hacerlo con la muletilla del intelecto. La ilusión del “alma”, como lazo entre las funciones de la mente y la materia, gradualmente se rompe. La locura del deseo y la aversión, el fútil aferramiento a un “yo, o mío”, los pensamientos discursivos, interminables y condicionados, la reacción de los ciegos impulsos, gradualmente se debilitan. Mediante su propio esfuerzo el estudiante desarrolla sabiduría y purifica su mente.
El cimiento de la meditación Vipassana es sila – conducta moral. La práctica es fortalecida por medio del samadhi – concentración de la mente. Y la purificación de los procesos mentales se da por medio de pañña- la sabiduría del propio entendimiento. Aprendemos a cómo observar la interacción de los elementos físicos dentro de nosotros mismos con perfecta ecuanimidad, y se descubre cuán valiosa es esta facultad durante nuestras vidas cotidianas.
Sonreímos durante buenas épocas y permanecemos equivalentemente imperturbados cuando surgen las dificultades alrededor nuestro, con el conocimiento certero que al igual que nosotros, nuestros problemas, no son más que un flujo, hondas del devenir surgiendo con increíble rapidez para, solamente, desaparecer con igual velocidad.
Aunque la meditación Vipassana fue desarrollada por el Buddha, su práctica no está limitada a los budistas. No existe forma alguna de conversión; la técnica funciona sobre la simple base de que todos los seres humanos compartimos los mismos problemas, y una técnica que pueda erradicar dichos problemas tendrá una aplicación universal.
Hindúes, jainas, musulmanes, sikhs, judíos, católicos romanos, y otras sectas cristianas han practicado la meditación Vipassana, y han reportado una dramática reducción de aquellas tensiones y complejos que afectan a toda la humanidad. Existe un sentimiento de gratitud al Gotama, el Buddha histórico, quien mostró el camino hacia la extinción del sufrimiento, pero no existe en lo absoluto ningún tipo de devoción ciega.
El Buddha desalentó reiteradas veces cualquier tipo de veneración excesiva ofrecida personalmente hacia él. Él dijo “¿Qué ganareis apreciando este cuerpo impuro? Quien aprecia la enseñanza – el Dhamma – es quien me ve”.
S. N. Goenka, maestro de Vipassana que dedica su vida a enseñar la técnica en sus cursos.

Esta información es puramente teórica y no es conveniente practicar la Meditación Vipassana por cuenta propia. El aprendizaje de la técnica debe hacerse exclusivamente en un curso con un profesor autorizado. La meditación es un asunto serio y profundo, si la teoría te inspira aprende la técnica en un centro de Meditación Vipassana.