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11 ago 2012

El Bhagavad Gita de acuerdo a Gandhi: cap. 5 "El Yoga de la Renunciación"



Evangelio de la acción desinteresada
Interpretación de Gandhi


Capítulo 5

Este capítulo está dedicado a mostrar que la renuncia a la acción como tal es imposible sin la disciplina de la acción desinteresada, y que ambas son finalmente una sola.


Dijo Arjuna:

1. Oh Krishna, has elogiado la renuncia a las acciones y al mismo tiempo has elogiado la ejecución de la acción; dime con seguridad qué es lo mejor.

El Señor dijo:

2. Ambas, la renuncia y la ejecución de la acción conducen a la salvación; pero de las dos, el Yoga de la acción es mejor que la renuncia (sannyasa).

3. Debes conocer a aquel que siempre renuncia como uno que no tiene simpatías ni antipatías, porque el que está libre de los pares de opuestos es liberado fácilmente de la esclavitud.

Esto es, no la renuncia a la acción sino al apego por lo pares de opuestos es lo que determina la verdadera renunciación. Un hombre que está siempre en acción puede ser un buen SANNYASIN y otro que está ejecutando ningún trabajo puede tal vez ser un hipócrita. (Ver III, 6.)

4. El ignorante es el que habla de Samkhya y de Yoga como diferentes, pero no los que poseen el conocimiento. El que está firmemente establecido aun en uno, alcanza el fruto de los dos.

Samkhya significa aquí el sendero del conocimiento, y Yoga el sendero de la acción desinteresada. El Yogui absorto en Samkhya (conocimiento) vive aun en pensamiento para el bienestar del mundo y logra el fruto del Karma-Yoga por el mero poder de su pensamiento. El karma-yogui siempre absorto en la acción desinteresada logra naturalmente la paz del jñana-yogui.

5. La meta que logran los samkhyas también es alcanzada por los yoguis. El que ve ambos, Samkhya y Yoga, como uno solo, ese ve verdaderamente.

6. Pero la renunciación, oh Mahabahu, es muy difícil de alcanzar sin el Yoga; es asceta equipado con el Yoga alcanza a Brahman muy pronto.

7. El Yogui que se ha purificado, que ha alcanzado el control de su mente y de todos sus sentidos, que ha llegado a ser unos con el ATMAN en toda la creación, aunque él actúa permanece sin ser afectado.

8. El Yogui que ha visto la Verdad sabe que no es él quien actúa mientras ve, oye, toca, huele, come, camina, duerme o respira.

9. Conversa, deja ir, sujeta, abre o cierra sus ojos, todo con la convicción de que son los sentidos los que se mueven en su respectiva esfera de acción.

Mientras perdura el "ego", este desapego no puede ser logrado. Un hombre sensual no puede refugiarse en la pretensión de que no es él sino sus sentidos los que actúan. Tal interpretación maliciosa demuestra una vulgar ignorancia del GUITA y de la recta conducta. El verso siguiente aclara este punto.

10. Aquel que dedica sus acciones a BRAHMAN y las ejecuta sin apego no es manchado por el pecado, como los pétalos del loto no son tocados por el agua.

11. Solamente con el cuerpo, la mente, el intelecto y los sentidos, los Yoguis ejecutan las acciones sin apego con el objeto de purificarse.

"Solamente con el cuerpo" significa sin el sentido del Yo. Un soñador puede vagar por todo el mundo solamente con la mente, un loco o un intoxicado puede actuar solamente con el intelecto, y un niño puede actuar solamente con los sentidos. Pero en cada uno de estos casos el desapego no es un acto consciente sino una retirada accidental del Alma de sus agentes: mente, cuerpo, intelecto y sentidos. Pero el Yogui separa su Alma, con pleno conocimiento, de las operaciones de cada uno de estos y alcanza el reposo del soñador, la libertad del loco, la abstracción del prodigio y la inocencia del niño. Ellos actúan por instinto, el Yogui por el conocimiento.

12. Un hombre que practica el Yoga obtiene una paz duradera, por el abandono del fruto de la acción; el hombre ignorante del Yoga, egoístamente apegado a los frutos, permanece atado.

13. Renunciando con la mente a todas las acciones, el habitante de este cuerpo es dueño de sí mismo descansa feliz en su ciudad de nueve puertas, sin hacer ni obtener nada.

Las nueve puertas del cuerpo son los dos ojos, las dos fosas nasales, los dos oídos la boca y los dos órganos de excreción -aunque verdaderamente hablando  los innumerables poros de la piel también son puertas-. Si el portero permanece siempre alerta y realiza su tarea dejando entrar o salir solamente los objetos que merecen ingresar o egresar, entonces se puede decir de él que no toma parte en el ingreso o egreso sino que es un observador pasivo. Así él no hace nada ni obtiene nada.

14. El Señor no ha creado ni al que actúa ni la acción para el mundo; tampoco ha conectado la acción con sus frutos. Es la naturaleza la que trabaja.

Dios no es el hacedor. Prevalece la ley inexorable del Karma, y en el mismo cumplimiento de la ley -dando a cada uno lo que merece y haciendo recoger lo que se ha sembrado- está la misericordia y la justicia de Dios. En la justicia pura hay misericordia. La misericordia que no está de acuerdo con la justicia no es misericordia sino lo opuesto. Pero el hombre no es un juez que conozca el pasado, el presente y el futuro. Así, para él, la ley es a la inversa y la misericordia es la más pura justicia. Estando él mismo expuesto a ser juzgado, debe conceder a los otros lo que se concedería a sí mismo, esto es, el perdón. Solamente cultivando el espíritu del perdón puede él alcanzar el estado de un Yogui a quien las acciones no atan, un hombre de mente balanceada, un hombre hábil en la acción.

15. El señor no se hace cargo del vicio o la virtud de ninguno; es la ignorancia la que nubla el conocimiento y engaña a todas las creaturas.

El engaño está en el hombre, que arrogándose la facultad de ejecutar las acciones, atribuye a Dios sus consecuencias: castigo o recompensa, según sea el caso.

16. Pero para aquellos cuya ignorancia es destruida por el conocimiento del ATMAN, su conocimiento, como el sol, revela lo Supremo.

17. Aquellos cuyo intelecto está impregnado con Aquello, cuya alma se ha unido a Aquello, que moran en aquello y cuyo fin y meta es Aquello, borran sus pecados con el conocimiento y van al lugar de donde no hay retorno.

18. Los hombres de autorrealización consideran iguales a un brahmín culto y humilde, a una vaca, a un elefante, a un perro y aún al que come perros.

Es decir, ellos sirven a todos igualmente de acuerdo a las necesidades de cada uno. Tratar igualmente a un brahmin (la casta más alta) y a un "shwapaka" (casta inferior que come perros), significa que el sabio chupará el veneno de una mordedura de serpiente en un "shwapaka" con la misma ansiedad y prontitud con que lo haría un brahmín.
(Gandhi explicó este verso extensamente en una reunión de trabajadores, quienes, según él, debían comprender el sentido de igualdad.)
"No soy partidario de extinguir todas las diferencias. ¿Quién podría destruir las diferencias naturales? ¿Acaso no hay diferencia entre un brahmín, un perro y un comedor de perros? Por cierto que hay diferencia entre ellos, pero el hombre que conoce la ciencia de la vida dirá que en esencia no hay diferencia entre ellos, como no hay diferencia entre un elefante y una hormiga, un salvaje y un sabio. Un salvaje puede estar asombrado ante un sabio; pero este último no debe sentir ninguna superioridad."
"También hay otro punto de vista del caso. Todos somos iguales en un aspecto, esto es, en la imperfección. Todos estamos pintados con el mismo pincel. Ninguno de nosotros es perfecto. Sólo el Señor es Perfecto. Y el ser humano está manchado por nacimiento. Todos estamos manchados, en mayor o menor grado, si examinamos nuestro ser interior. Y sin embargo, la unidad interior compenetra toda vida. Las formas son muchas, pero el Espíritu que da las formas es Uno."

19. Aquellos cuya mente está anclada en la igualdad han conquistado el ciclo de nacimientos y muertes en este mismo cuerpo; porque BRAHMAN perfecto es el mismo para todos, por lo tanto, ellos descansan en BRAHMAN.

Así como un hombre piensa, así llega a ser; por lo tanto, aquellos cuya mente está empeñada en ser iguales para todo, adquieren esa igualdad y llegan a unirse con  BRAHMAN.

20. Aquel cuyo entendimiento es seguro, que no es engañado, que conoce a BRAHMAN y descansa en BRAHMAN, no estará contento por recibir algo agradable ni triste por obtener algo desagradable.

21. Aquel que se ha desapegado de los contactos externos, encuentra  la felicidad en ATMAN; habiendo alcanzado la unión con BRAHMAN disfruta de la felicidad eterna.

El que aparta su interés de los objetos exteriores y lo pone en su Ser interno, está apto para la unión con BRAHMAN y para la más alta felicidad. Retirarse de los contactos exteriores y fundirse en la unión con BRAHMAN son dos aspectos del mismo estado, los dos lados de la misma moneda.

22. Porque los goces derivados de los sentidos no son más que fuente de desgracias; tienen principio y fin, oh Kaunteya; el sabio no se deleita en ellos.

23. El hombre que, aún en esta tierra y aún antes de ser liberado del cuerpo, es capaz de mantenerse contra la corriente del deseo y de la ira, él es un Yogui, él es feliz.

Como un cadáver que no siente gustos ni disgustos, que no es sensible al placer ni al dolor, así el que en vida está como muerto para ellos, ese vive verdaderamente y es verdaderamente feliz.

24. Aquel que encuentra la felicidad en su interior, que reposa solamente en su vida interna, que tiene la luz en su interior, ese Yogui, siendo uno con la naturaleza, alcanza la unidad con BRAHMAN.

25. Obtienen la unidad con BRAHMAN los sabios cuyos pecados han sido borrados, cuyas dudas han sido resueltas, que han logrado el control sobre sí mismos y que están absortos en el bienestar de todos los seres.

26. Libres del deseo y de la ira, dueños de sí mismos, los ascetas que han realizado el ATMAN encuentran la unidad con BRAHMAN en todas partes a su alrededor.

27/28. Tal asceta es siempre libre; habiendo cortado el contacto con los sentidos, se sienta con la mirada fija entre las cejas; regula el movimiento de la inhalación y la exhalación; controla sus sentidos, mente e intelecto; libre de miedo, deseos e ira; resuelto a alcanzar la Libertad.

Estos versos se refieren a algunas de las prácticas yogas establecidas en los Yoga-Sutras. Es necesarios hacer una advertencia respecto a estas prácticas. Tienen para el Yogui el mismo propósito que la gimnasia y el atletismo para el hombre de mundo. Los ejercicios físicos de este último le ayudan a mantener sus sentidos en pleno vigor. Las prácticas Yogas ayudan al Yogui a mantener su cuerpo sano y sus sentidos bajo control. Hombres versados en estas prácticas son raros en estos días y pocos de ellos las emplean con buenos fines. El que ha alcanzado la primera etapa de la autodisciplina, el que tiene pasión por la Libertad y que habiéndose liberado de los pares de opuestos ha conquistado el miedo, puede muy bien dedicarse a estas prácticas y seguramente le serán de provecho. Solamente tal hombre disciplinado puede, por medio de estas prácticas, convertir su cuerpo en un templo de Dios. Pureza de la mente y del cuerpo son absolutamente necesarias, sin ellas estos procesos pueden desviar al hombre y conducirlo al abismo de la decepción. Muchos saben por propia experiencia que este ha sido el resultado en muchos casos. Por esta razón el príncipe de los Yoguis, Patanjali, pone en primer lugar los Yamas (votos obligatorios) y los Niyamas (votos voluntarios) y sostiene que es apto para las prácticas yogas solamente aquel que ha pasado por estas disciplinas preliminares.
Los cinco votos fundamentales (Yamas) son: no violencia, veracidad, no robar, celibato, no poseer bienes materiales. Los cinco votos voluntarios (Niyamas) son: pureza externa e interna, contentamiento, estudio de las Escrituras, austeridad y devoción a Dios.

29. El Yogui alcanza la paz cuando ME reconoce como al que acepta los sacrificios y la austeridad, el gran Señor de todos los mundos, el Amigo de toda la creación.

Este verso parecería estar en conflicto con los versos 14 y 15 de este mismo capítulo y con otros similares de otros capítulos. No es así. Dios Todopoderoso es al mismo tiempo Hacedor y no Hacedor, es Poseedor y no Poseedor. Él es indescriptible, más allá del poder de nuestras palabras. El hombre trata de vislumbrar lo que Él es y para ello le confiere diversos atributos, a veces contradictorios.

Así termina elquinto capítulo, titulado "El Yoga de la Renunciación", en el diálogo entre Sri Krishna y Arjuna sobre la ciencia del Yoga como parte del conocimiento de Brahman, en el Upanishad llamado el Bhagavad-Guita.



Índice completo del libro Bhagavad Gita de acuerdo a Gandhi:



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