El segundo capítulo se llama sādhanapāda. Describe las cualidades necesarias para cambiar la mente de forma efectiva y gradual, de un estado de distracción a uno de atención, además explica por qué son importantes estas cualidades y qué acarrea su práctica.
2.1
La práctica del yoga
debe reducir las impurezas físicas y mentales. Debe desarrollar nuestra
capacidad de autoexamen y nos ayuda a entender que, en el análisis final, no
somos los amos de todo lo que hacemos.
Si
la práctica del yoga no nos ayuda a quitar los síntomas y causas de nuestros
problemas físicos y mentales, no nos puede conducir en el descubrimiento de
nuestro ser interno, ni tampoco a entender la naturaleza y calidad de las
acciones. En tales circunstancias, las prácticas tendrán un valor dudoso. Entre
más nos depuremos por medio del yoga, nos daremos cuenta que todas nuestras acciones
necesitan volver a examinarse sistemáticamente y no debemos dar por sentados
los frutos de nuestras acciones.
2.2
Entonces esas prácticas
asegurarán la posibilidad de quitar los obstáculos para tener una percepción
clara.
Intrínsecamente,
todos somos capaces de tener una percepción clara. Pero parece que esto o
aquello se ponen en su lugar con frecuencia. ¿Qué clase de cosas son?
2.3
Los obstáculos son: los conceptos erróneos, los valores confusos, apegos
excesivos, antipatías poco razonables e inseguridad.
2.4
Los siguientes sūtras explican las relaciones entre los obstáculos
mencionados antes : El concepto erróneo es la fuente de todos los otros obstáculos.
No es necesario que aparezcan al mismo tiempo y su impacto varía. Algunas veces
son oscuros y poco visibles; otras veces están expuestos y son dominantes.
Sólo
cuando están totalmente expuestos, sus efectos son evidentes para los demás,
aunque no necesariamente le concierna a la persona.
2.5
Los siguientes sūtras describen a los cinco obstáculos mencionados
anteriormente: Un concepto erróneo conduce a una comprensión equivocada sobre
el carácter, origen y efectos del objeto percibido.
Lo
que en su momento puede ser de gran ayuda, se vuelve un problema después. Lo
que buscamos como una fuente de placer puede ser que tenga un efecto opuesto.
Se llega a creer que el oro falso es oro de verdad. Cosas que deben cambiar
como la belleza de la juventud, podrían ser consideradas eternas. Lo que se
debería conceptuar como el aprendizaje más importante, con el tiempo puede ser
inútil.
2.6
La identidad falsa
resulta cuando consideramos a una actividad mental como la fuente misma de la
percepción.
Las
actitudes y actividades mentales cambian. Nos modifican de acuerdo con
influencias tales como los estados de ánimo, los hábitos y los entornos. Así,
de alguna manera, a menudo asumimos que son una fuente de percepción constante
y estable (ver 2.20).
2.7
El apego excesivo se
basa en la creencia de que esto contribuirá a conseguir la felicidad eterna.
Cuando
un objeto satisface un deseo, proporciona un momento de felicidad. Debido a
esta experiencia, la posesión de objetos se puede volver muy importante, aun
indispensable, sin importar el costo. El resultado puede ser la desdicha futura
y la pérdida de cosas esenciales de la vida.
2.8
Por lo general, las
antipatías poco razonables son el resultado de experiencias dolorosas del
pasado, que se conectan con objetos y situaciones particulares.
Estas
aversiones persisten, aunque las circunstancias que provocaron esas malas
experiencias han cambiado o desaparecido.
2.9
La inseguridad es el
sentimiento innato de la ansiedad por lo que va está por venir. Afecta tanto al
ignorante como al sabio.
Este
síndrome puede tener una base razonable en alguna experiencia pasada. Es
posible que sea completamente irracional. No desaparece aun cuando sabemos que
la muerte es inminente. A lo mejor, es el obstáculo más difícil de superar.
2.10
Al haber descrito los obstáculos que evitan la percepción clara, Patañjali
indica cual debería ser la actitud de alguien que muestra mucho interés en
reducirlos.
Cuando los obstáculos no parecen estar
presentes, es importante estar alerta.
Un
estado de claridad mental momentáneo, no debería confundirse con uno
permanente. Entonces, asumir que todo estará libre de ahora en adelante, puede
estar lleno de peligros. Ahora es aún más importante tener cuidado. La caída de
la claridad a la confusión es más inquietante que un estado sin ninguna
claridad en lo absoluto.
2.11
Sin embargo, cuando hay evidencia de que los obstáculos están volviendo
a aparecer, de inmediato Avance hacia un estado de reflexión, para reducir su
impacto y evitar que tomen el control.
Cualquier
medio que nos ayude a liberarnos de las consecuencias de estos obstáculos, es
aceptable. Puede ser una oración, la discusión con un maestro o una diversión.
En el primer capítulo, Patañjali sugiere seguir varios medios (1.23, 1.30-39) y
más a continuación.
2.12
¿Por qué debemos preocuparnos tanto por estos obstáculos?
Estos obstáculos influyen en nuestras
acciones y sus consecuencias. Pueden ser evidentes o no en el momento de la
acción.
Estos
obstáculos se basan, tanto en la mente, como en el cuerpo. Todas nuestras
acciones fluyen de ellos. Aquellas que empiezan cuando los obstáculos están
dominando, con seguridad producirán resultados indeseables, porque los obstáculos
se basan en conceptos erróneos. Cuando equivocamos lo que vemos, las
conclusiones que provienen de lo que vimos deben ser incorrectas. El siguiente
sūtra habla más a fondo de este tema.
2.13
Mientras que los
obstáculos permanezcan, afectarán a la acción en todos sentidos: en su ejecución,
su duración y sus consecuencias.
Los
obstáculos pueden conducir a la ejecución equivocada de las acciones, e
influenciar nuestra actitud mental durante el proceso de llevar a cabo la acción
y quizá reduzca o extienda sus periodos de tiempo. Y al final, los frutos de
las acciones pueden ser de tal manera, que favorezcan a los problemas actuales
o provoquen unos nuevos.
2.14
¿Se deduciría que todas nuestras acciones pueden conducirnos a cualquier
tipo de problemas?
Las consecuencias de una acción serán
dolorosas o benéficas, dependiendo de si los obstáculos estaban presentes en el
concepto o consecuencia de la acción.
Si
los obstáculos no están activos durante el inicio y la ejecución de un acto,
hay suficiente claridad para percibir la actitud y los medios adecuados para
realizar la acción y así evitar errores. Sin embargo, si están activos, no hay
suficiente claridad y las consecuencias pueden ser indeseables o dolorosas.
2.15
¿Cuál es la causa de los efectos desagradables o dolorosos?
Los efectos dolorosos que se derivan de un
objeto o situación, pueden ser el resultado de uno o más de los siguientes
aspectos: los cambios en el objeto percibido, el deseo de repetir una
experiencia agradable y el fuerte efecto condicionante de un suceso del pasado.
Además, los cambios internos del individuo pueden ser factores que contribuyan
a la situación.
Constantemente
se están efectuando cambios de diferentes clases en nosotros y en los objetos
de nuestros sentidos. No siempre los reconocemos. Por eso, podremos sentir la
necesidad de buscar más de eso que ha cambiado, cuando ya no es posible tenerlo.
Cuando ya no tenemos cerca aquello a lo que estamos acostumbrados, los efectos
condicionantes del pasado pueden crear fuertes reacciones. A todo esto debemos
agregar la complejidad de nuestros propios patrones y del mundo que nos rodea.
Así, cualquier objeto o situación tiene la capacidad de contribuir a crear un
efecto doloroso o desagradable. ¿Qué podemos hacer?
2.16
Se deben anticipar y
evitar los posibles efectos dolorosos Se debe hacer cualquier cosa para ayudar
a anticipar o a reducir los efectos dolorosos. Patañjali continúa presentando
las causas de tales efectos y qué es lo que podemos hacer para desarrollar, en
nuestro interior, la capacidad para anticipar, prevenir, reducir y aceptar esas
consecuencias dolorosas. En síntesis, la práctica del yoga tiene como propósito
la reducción de los efectos que nos son dolorosos, por medio de incrementar
nuestra claridad. Esto quiere decir que debemos aprender a contener y a
controlar los obstáculos enumerados en el sūtra 2.3.
2.17
Ahora se presenta la principal causa de las acciones que producen
efectos molestos.
La causa de las acciones que producen
efectos dolorosos, es la incapacidad para distinguir entre lo que es percibido,
de lo que percibe.
En
cada uno de nosotros existe una entidad que percibe. Es muy diferente de lo
percibido, que puede ser la mente, el cuerpo, los sentidos y los objetos. Pero,
a menudo no hacemos esta distinción. Lo que se percibe está sujeto a cambios,
pero no nos damos cuenta de dichos cambios. La falta de un entendimiento claro
puede producir efectos dolorosos, aún sin que los reconozcamos.
¿Qué es lo que distingue a los objetos de la percepción, de aquel que
percibe? Los siguientes sūtras lo explican: Todo lo que se percibe no solamente
incluye a los objetos externos, sino también a la mente y a los sentidos.
Comparten tres cualidades: pesadez, actividad y claridad. Tienen dos tipos de
efectos: exponer al que percibe a sus influencias o proporcionar los medios
para saber distinguir entre los efectos y él mismo.
Todo
lo que es percibido tiene la capacidad de mostrar las tres cualidades antes
mencionadas, pero éstas varían en intensidad y grado. La naturaleza de sus
efectos sobre nosotros se investigará más adelante, en los siguientes sūtras.
2.19
Todo lo que es
percibido está relacionado con lo que estas tres cualidades comparten comúnmente.
Además
se afectan unas a otras. Por ejemplo, lo que comemos influye en nuestro estado
mental. Nuestro estado mental afecta nuestra actitud sobre nuestro cuerpo y
nuestro ambiente.
2.20
¿Qué es aquello que percibe?
Lo que ve no está sujeto a ninguna variación.
Pero, siempre percibe a través de la mente.
En
consecuencia, el instrumento de percepción, que es nuestro estado mental,
afecta la calidad de aquella. De nuestro estado mental depende que haya o no
percepción y que sea correcta o incorrecta. De la misma manera, el color de un
objeto se afecta por el color del vaso o cristal a través del cual es visto.
2.21
Todo lo que se puede
percibir tiene sólo un propósito: ser percibido.
De
este modo, sirven al que percibe, pero no tienen individualidad propia. Su propósito
viene de la forma como percibe el perceptor. De la misma manera que la comida
está sobre la mesa para el invitado y no para su propio bien.
2.22
¿Esto significa que sin el perceptor, los objetos de percepción no
existen?
La existencia de todos los objetos de
percepción y sus apariencias, es independiente de las necesidades del individuo
que percibe. Existen, sin ninguna referencia individual, para satisfacer las
diferentes necesidades de los diversos individuos.
Las
necesidades de un individuo se pueden definir sólo en un momento en particular.
Algunas pueden ser periódicas o irregulares. Y las de un individuo no se pueden
considerar más importantes, en cuanto a la cualidad y justificación, que
aquellas de otro individuo. El propietario de un automóvil no lo puede
necesitar, pero su esposa sí. Puede ser que en este momento no se necesite la
comida, pero dentro de unas pocas horas será esencial. ¿La comida que está
sobre la mesa se desvanece si el invitado no llega?
2.23
Además,
Todo lo que es percibido, lo que sea y
cualquiera que sean sus efectos sobre un individuo en particular, tiene sólo un
propósito principal que es aclarar la distinción entre lo externo que es visto
y lo interno que ve.
Por
más poderoso y molesto que algo parezca ser, es nuestra reacción a ellos
determina sus efectos. Por lo tanto, al distinguir entre lo que percibe y lo
que es percibido, lo que ve y lo que es visto, podemos poner el objeto en su
perspectiva correcta y así estar seguros de determinar su efecto e influencia
sobre nosotros.
2.24
¿Por qué en ocasiones, la claridad no existe?
La falta de la claridad para distinguir
entre lo que percibe y lo que es percibido, se debe a la acumulación de
conceptos erróneos.
2.25
Cuando se reducen
los conceptos erróneos se da el correspondiente aumento en la claridad. Este es
el camino a la libertad.
Sí.
Esta es la meta principal de la práctica del yoga. La libertad es la ausencia
de los resultados de los obstáculos, y la anulación de las acciones que tienen
efectos que distraen o inquietan.
2.26
¿Cómo alcanzamos esta libertad? ¿Es en realidad posible?
En esencia, los medios se deben dirigir
hacia el desarrollo de la claridad, para que se haga evidente la distinción
entre las cualidades cambiantes de lo que es percibido y la cualidad estable de
lo que percibe.
Esto
necesita un esfuerzo constante. Este esfuerzo debe reducir la persistente
intromisión de los obstáculos enumerados en el sūtra 2.3 y con el tiempo
eliminar por completo sus efectos. Una vez que se inicia la práctica del yoga,
se ponen sus cimientos.
2.27
El logro de la
claridad es un proceso gradual.
El
primer paso es reconocer que algunas tendencias de nuestra mente son las
responsables de producir efectos dolorosos. Si no se restringen estas
tendencias, podríamos alcanzar un punto donde no haya regreso.
2.28
¿Se puede hacer algo para reconocer y corregir estas tendencias? Patañjali
propone algunos medios definitivos para reducir la acumulación de obstáculos
tales como los conceptos erróneos. Porque sólo la reducción de estos obstáculos
puede transformar nuestras tendencias responsables de producir efectos
indeseables.
La práctica y la investigación de los
diferentes componentes del yoga, poco a poco reducen obstáculos como los
conceptos erróneos (2.3). Entonces la lámpara de la percepción brilla y la
distinción entre lo que percibe y lo que es percibido se hace cada vez más
evidente. Ahora se puede entender todo, sin ningún error.
Si
la mente está limpia de los obstáculos que nublan la percepción real, no puede
haber errores ni defectos en la percepción. Las acciones están libres de las
consecuencias lamentables. Patañjali presenta los componentes del yoga:
2.29
Hay ocho componentes
del yoga. Estos son:
yama, nuestras actitudes hacia nuestro
entorno.
niyama, nuestras actitudes hacia nosotros mismos.
āsana, la práctica de ejercicios para el cuerpo.
prāṇāyāma, la práctica de ejercicios de respiración.
pratyāhāra, la limitación de nuestros sentidos.
dh¡r¡na, la habilidad para dirigir nuestra mente.
dhyāna, la habilidad para desarrollar relaciones con lo que intentamos
entender.
samādhi, la completa integración con el objeto a ser entendido.
El
orden en que se presentan, va desde la relación externa hasta un muy intenso y
refinado estado de introspección. Sin embargo, este orden no es necesariamente
la secuencia de la práctica. No existen reglas o rutas definitivas. Cualquiera
que sea la ruta más apropiada para que una persona alcance el estado que se
describe en el sūtra 1.2, es la que debe seguirse. Todas se desarrollan al
mismo tiempo mientras la persona progresa.
2.30
En los siguientes sūtras
se habla de los ocho componentes del yoga. Yama comprende:
La consideración por todos los seres
vivientes, especialmente aquellos que son inocentes, que están en problemas o
en peores condiciones que nosotros.
La correcta comunicación a través del habla, la escritura, los gestos y
las acciones.
No codiciar, o la habilidad para resistir el deseo de lo que no nos
pertenece.
La moderación en todas nuestras acciones.
No ser avaro o la habilidad de aceptar sólo lo que es apropiado.
De
la manera en que exhibamos estas cualidades y cómo nos esforcemos por
alcanzarlas, inevitablemente depende de nuestros antecedentes culturales y
sociales, de nuestras creencias religiosas y de nuestro propio carácter y
potencial. Pero su representación en un individuo es un reflejo del alcance
sobre el cual los obstáculos de la mente van a trabajar. La manera en que nos
comportamos con otros y con nuestro entorno revela nuestro estado mental y
nuestra personalidad. ¡En la manera de tocar la puerta se conoce al visitante!
2.31
2.31
Cuando estas
actitudes se han adoptado en nuestro entorno hasta un nivel más allá del
compromiso, sin importar la condición social, cultural, intelectual o
individual, es casi imposible anular esta adopción.
No
podemos empezar con tales actitudes. Si las adoptamos bruscamente no es posible
mantenerlas. Siempre encontraremos excusas para no hacerlo. Pero si
investigamos los motivos por los cuales sostenemos ideas contrarias, aislamos
los obstáculos que permiten esas ideas y así nuestras actitudes cambiarán
gradualmente. Los obstáculos retrocederán y nuestro comportamiento hacia otros
y hacia nuestro ambiente cambiará para bien.
2.32
Niyama consta de:
La limpieza o conservar nuestro cuerpo y
entorno limpios y ordenados.
Satisfacción o la habilidad para estar a gusto con lo que tenemos y con
lo que no.
La eliminación de las impurezas de nuestros sistemas físicos y mentales
a través del mantenimiento de buenos hábitos como el dormir, el ejercicio, la
nutrición, el trabajo y la relajación.
El estudio y la necesidad de revisar y evaluar nuestro progreso.
La reverencia a la inteligencia suprema o la aceptación de nuestras
limitaciones en relación con Dios, el que todo lo sabe.
Como
con nuestras actitudes hacia los demás y nuestro entorno, estas prioridades se
establecen, y aquellas se desarrollan simultáneamente con nuestra rectificación
de errores y de acciones que nos causan problemas.
2.33
¿Cómo podemos examinar y volver a examinar nuestras actitudes hacia los
demás?
Cuando estas actitudes son cuestionadas, la
autorreflexión sobre las posibles consecuencias de actitudes alternas, sería de
utilidad.
Esto
significa que debemos encontrar una forma de examinar intelectualmente las
consecuencias de las diferentes actitudes posibles en un momento dado, o en
determinadas circunstancias: ¡Ver antes de saltar!
2.34
Patañjali explica esto más a fondo:
Por ejemplo, si se reflexiona en sus
consecuencias dañinas, se puede contener el deseo repentino de actuar con
dureza, o el deseo de alentar o aprobar acciones severas. A menudo esas
acciones son el resultado de instintos bajos, tales como el enojo, una actitud
posesiva o un juicio mal fundado. Aunque estas acciones sean menores o mayores,
su reflejo en una atmósfera adecuada, puede contener nuestros deseos para
actuar de esa manera.
A
menudo, algunas de nuestras actitudes hacia las personas, las situaciones o las
ideas, no son claras. Entonces un paso apresurado nos puede llevar a una
situación en la que no deseamos estar. En tales circunstancias, es bueno
considerar cualquier oportunidad para cambiar de idea. Prevenir es mejor que
curar.
2.35
Debemos recordar que hay variaciones individuales. Algunos de nosotros podemos estar muy a gusto examinando nuestros motivos y actitudes. Otros, pueden encontrar muy difícil reflexionar sobre ellos mismos. A continuación, Patañjali indica los signos de progreso en cada una de las diez actitudes mencionadas en los sūtras 2.30 y 2.32.
Entre más considerado sea uno, inspirará más sentimientos amigables entre quienes estén en su presencia.
Aun aquellos que en ciertos momentos no fueron amables con nosotros y entre otras personas, pueden mostrar un aspecto diferente y ser cordiales en nuestra presencia.
2.36
Alguien que muestra
un alto grado de comunicación correcta, no fallará en sus acciones.
La
habilidad para tener una comunicación honesta, con sensibilidad, sin lastimar a
los demás, sin mentir y con la reflexión necesaria requiere de un estado de ser
muy refinado. Esas personas no pueden cometer errores en sus acciones.
2.37
Alguien que es confiable porque no codicia lo que le pertenece a los demás, es natural que tenga la confianza de todos y que todo compartan con él, sin importar lo valioso que sea.
2.38
Alguien que no está ávido
de las cosas es seguro. Tiene tiempo para pensar profundamente. Su
entendimiento de sí mismo es completo.
Entre
más tenemos, más necesitamos cuidarlo. El tiempo y la energía gastados en acumular
más cosas, protegiéndolas, y la preocupación por ellas no se puede emplear en
las cuestiones fundamentales de la vida. ¿Cuál es el límite de lo que debo
poseer? ¿Cuál es su propósito, para quién y por cuánto tiempo? La muerte viene
antes de que hayamos tenido tiempo de empezar a considerar estas preguntas.
2.40
Cuando la limpieza
se desarrolla, revela lo que necesita mantenerse constantemente y lo que está
siempre limpio. Lo que se deteriorara es lo externo. Lo que no, está muy
adentro de nosotros.
Nuestra
preocupación excesiva con, y el apego a las cosas externas, que al mismo tiempo
son transitorias y superficiales, se reducen.
2.41
Además, uno se
vuelve capaz de reflexionar en la misma naturaleza profunda de la propia
individualidad, incluida la fuente de la percepción, sin que los sentidos lo
distraigan y libre de los conceptos erróneos acumulados en el pasado.
Darle
un valor excesivo a las cosas externas y guardarlas a toda costa, no es la
parte más importante de la vida. Hay mucho más qué mirar. La ropa sucia puede
hacer que una persona se vea mal. Pero se puede cambiar. Sin embargo, si hay
suciedad muy adentro de nosotros, no es fácil cambiarla.
2.42
La felicidad total
es el resultado de la satisfacción.
La
felicidad que obtenemos de las pasiones adquiridas, es temporal. Necesitamos
encontrar otras nuevas y conseguirlas para sostener ese tipo de felicidad. Esto
no tiene fin. Pero la verdadera satisfacción, esa que conduce a la felicidad y
dicha absoluta, está en su propia condición.
2.43
La eliminación de impurezas permite que el cuerpo funcione con más eficacia.
Controla a las enfermedades, tanto físicas como mentales y a las discapacidades.
2.44
El estudio, cuando
se desarrolla al nivel más alto, conduce a uno cerca de las fuerzas más
elevadas que promueven el entendimiento de lo más complejo.
Entre
más efectivo sea nuestro estudio y mejor entendemos nuestras debilidades y
fuerzas, aprendemos a neutralizar las debilidades y a usar las fortalezas al máximo.
Entonces no hay límite para nuestro entendimiento.
2.45
La reverencia a Dios
promueve la habilidad para entender completamente cualquier objeto que
escojamos.
De
esa reverencia a la inteligencia suprema, ganamos un sentimiento de confianza.
Entonces, no será ningún problema dirigir la mente hacia cualquier objeto, por
más complejo que éste sea.
2.46
El āsana y el prāṇāyāma, los dos siguientes aspectos del yoga (ver sūtra
2.29) se presentan ahora como ayuda para entender y usar nuestro cuerpo y
nuestra respiración de forma correcta y apropiada. Es sencillo empezar su práctica,
pero no así cambiar nuestras actitudes. Con su ayuda es posible, para la mayoría
de nosotros, reducir los obstáculos del yoga. Las instrucciones que se dan aquí
son breves, porque las prácticas se deben aprender directamente de un maestro
competente.
Un āsana debe tener la doble cualidad de
actitud alerta y de relajación.
La
práctica de āsana involucra ejercicios corporales. Cuando se hacen de forma
apropiada, debe haber una actitud alerta, sin ninguna tensión y una relajación
sin aburrimiento ni pesadez.
2.47
Se pueden lograr
estas cualidades al reconocer y observar cómo reaccionan el cuerpo y la
respiración con las diferentes posturas que comprende la práctica de āsana. Una
vez que se conocen, estas reacciones pueden controlarse, paso a paso.
2.48
Cuando se siguen
bien, estos principios ayudan a la persona a sobrellevar y aún más, a minimizar
las influencias externas sobre el cuerpo, tales como la edad, el clima, la
dieta y el trabajo.
Este
es el principio de la reducción del efecto de los obstáculos, como el concepto
erróneo, porque el cuerpo expresa lo que hay en la mente. Las prácticas como el
āsana, por ejemplo, empiezan a corregir las consecuencias dañinas de los
obstáculos al nivel del cuerpo. El bienestar muy desarrollado nos abre a las
posibilidades de un mayor entendimiento de nosotros mismos. Si tenemos un dolor
de espalda, la necesidad de alivio de este dolor domina nuestros pensamientos.
Si a través de nuestros esfuerzos en la práctica de āsana, reducimos esa
molestia, entonces podemos empezar a explorar las causas del dolor.
2.49
Por medio de la práctica de āsana, también podemos entender cómo se
comporta la respiración, cuyos patrones son muy personales. Pueden variar como
resultado de nuestro estado mental o por cambios corporales debido a fuerzas
internas y externas. Este conocimiento de la respiración, que se obtiene por la
práctica de āsana, da paso al inicio de la práctica de prāṇāyāma.
Prāṇāyāmaes la regulación consciente y
deliberada de la respiración, que reemplaza sus patrones inconscientes. Esto es
posible sólo cuando se tiene un dominio razonable de la práctica de āsana.
Por
lo general, esta práctica se hace en una postura cómoda, sentados, pero
erguidos.
2.50
¿Cuáles son los componentes de prāṇāyāma?
Involucra el regular la exhalación, la
inhalación y la suspensión del respirar. Se pueden regular estos tres procesos
al modular su duración y manteniendo ese ritmo por cierto tiempo, así como
dirigiendo la mente hacia el proceso. Estos componentes de la respiración deben
ser largos y uniformes.
En
la práctica de prāṇāyāma, es posible hacer muchas combinaciones. Están
disponibles muchas técnicas, pero los detalles sobre ellas no se encuentran
dentro del campo de este texto.
2.51
En el estado del yoga aparece un estado de respiración totalmente
diferente.
Entonces la respiración trasciende el nivel
de la consciencia.
No
es posible ser más específico.
2.52
Los resultados de la práctica de prāṇāyāmase indican: La práctica
regular de prāṇāyāmareduce los obstáculos que impiden una percepción clara.
2.53
Y ahora la mente está
preparada para el proceso de dirigirse hacia la meta seleccionada.
2.54
La
restricción de los sentidos, pratyāhāra, el quinto aspecto del yoga (ver 2.29),
se define ahora: La restricción de los sentidos ocurre cuando la mente está en
la posibilidad de permanecer en su dirección seleccionada y los sentidos
rechazan los diferentes objetos que están a su alrededor y fielmente siguen la
dirección de la mente.
2.55
Entonces los
sentidos están dominados.
Cooperan
en la investigación seleccionada, en vez de ser una causa de distracción. La
limitación de los sentidos no puede ser una disciplina estricta. Se desarrolla
de la misma manera como se limpian los obstáculos de nuestra percepción
interna.
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