Un mantra es una combinación de sílabas sagradas que forma un núcleo de energía espiritual. Dicho núcleo hace las funciones de un imán, siendo como una lente que enfoca las vibraciones espirituales. Según los Upanishads, las antiguas escrituras de la India, la morada original del mantra era Parma Akasha, el éter primordial, el sustrato eterno e inmutable del universo a partir del cúal, y mediante la expresión del sonido primordial Vach, fue creado el propio universo. En el Evangelio de San Juan encontramos un relato similar: "Al principio era la Palabra...". Los mantras existían dentro de este éter y los antiguos rishis o videntes los percibieron directamente, traduciéndolos a una serie de palabras audibles con cierto ritmo y melodía.
El mantra no es una oración. La oración está compuesta por palabras de súplica elegidas por un aspirante espiritual, mientras que el mantra es una combinación precisa de palabras y sonidos: la encarnación de un forma de conciencia particular o Sakti.
En sánscrito, la raíz man de la palabra mantra significa «pensar», y la sílaba tra procede de trai, que significa «proteger o liberar de la atadura del samsara del mundo fenoménico». Por tanto, mantra significa «el pensamiento que libera y protege». Pero en un mantra hay muchos niveles de significado que para ser realmente comprendidos deben ser experimentados. La explicación intelectual solo abarca una parte muy pequeña de su significado.
El canto o recitación de mantras activa y acelera la fuerza espiritual creativa, y fomenta la armonía en todas las partes del ser humano. El devoto se va convirtiendo gradualmente en un centro viviente de vibración espiritual, sintonizado a su vez con algún otro centro de vibración mucho más poderoso. Es posible apropiarse de esta energía y dirigirla para beneficio de quien la usa y de otras personas.
Cada mantra tiene seis aspectos: un rishi o vidente, una raga o melodía, el Devata o deidad presidente, un bija o sonido raíz, la Sakti o poder y un kilaka o pilar.
A través de su percepción intuitiva los rishis se abrieron a la revelación de los mantras, y fueron capaces de reconocer su eficacia como canales para el flujo de la gracia, el conocimiento y el poder de lo Divino. Estos antiguos videntes comprendieron que sus poderes debían ser usados al servicio de otros, como guías para la humanidad.
Los mantras eran transmitidos de generación en generación, de gurú a discípulo, y en este proceso su poder iba aumentando enormemente. La repetición de los mantras billones de veces, a cargo de incontables devotos y a lo largo de los siglos, ha producido un vasto depósito de poder que incrementa su potencial espiritual inherente.
La raga es comparable a la línea de la melodía occidental: un sonido, o secuencia de sonidos simples, sin armonía. Cuando se canta un mantra, es especialmente importante no cambiar la raga y su clave, porque las vibraciones en las que se basa el sonido son parte integral del mantra. Toda la música india está basada en el entendimiento de que cada sonido tiene dos aspectos: la expresión audible y la esencia sutil del sonido, que transporta el significado y surge del Espíritu eterno. A esta esencia se le llama Sabda o Vach. Cuando la palabra pronunciada se hace sonar perfectamente dentro y fuera, se hace contacto con este poder,que se manifiesta como una imagen.
Hay cierto poder en cada palabra, incluso a nivel humano: nuestro nombre tiene un significado especial, y la manera de pronunciarlo puede transmitir numerosos mensajes. Distintos tonos hacen que las distintas vibraciones afecten a la respuesta corporal y también a la respuesta emocional. La práctica del Mantra yoga durante largos períodos de tiempo hace que seamos conscientes de sonidos que crean imágenes y que algunas imágenes tienen un sonido inherente.
En su libro Japa Yoga, Swami Sivananda dice que los sonidos son vibraciones que dan lugar a formas definidas. El canto repetido del nombre del Señor construye gradualmente la forma o la manifestación especial de la deidad adorada (el Devata) y actúa como foco para concentrar esta influencia, que después penetra en el devoto y se convierte en su centro de conciencia.
El Devata es la deidad que preside el mantra, el poder informante, un aspecto muy personal de Dios; es la sabiduría procedente de una fuente superior y es como un rayo de luz solar, un rayo separado al que se le da un nombre para que el discípulo pueda desarrollar una relación personal con Dios y adorar un aspecto de lo divino que puede entender. O puede compararse con una faceta de un diamante que representa la Inteligencia Cósmica. Un diamante multifacético reflejará muchos rayos de luz al mismo tiempo, pero un rayo particular atraerá especialmente al individuo cuando comienza a avanzar por el camino espiritual.
Al principio Dios es demasiado imponente para que la mente humana lo entienda, y solo más adelante la Energía Divina puede percibirse en su forma pura, de modo que la mente humana tiene que establecer un vínculo con algún aspecto personal, como Krishna o Siva en las religiones hindúes, o Jesús o María en el cristianismo. Los adultos que aún son niños espirituales tienen que tener un concepto personal de Dios hasta que puedan ver la Energía Divina en su forma pura.
Los mantras Om Krishna Guru y Hari Om están asociados con Krishna; Om Namah Sivaya con Siva; Avé Maria con María; y Om Tam con la Madre Divina. Si piensas en los millones de personas que a lo largo de los siglos han cantado el nombre de Krishna o Siva en India, o de todos los cristianos a lo largo de los siglos que han repetido el nombre de Jesús, puedes ver que esta repetición constante genera una tremenda reserva de poder. El poder de sus logros está presente en la energía combinada del mantra. La persona verdaderamente devota que canta el nombre de un aspecto particular de lo Divino acabará conectando con ese poder del Devata.
Una gota de agua puede conseguir muy poco, pero cientos de millones de gotas pueden cortar la roca o, en cierto sentido, cambiar la faz de la Tierra.
Cada mantra tiene un bija o semilla. Es la esencia del mantra y le da su poder especial, su poder autogenerador. Tal como dentro de la semilla está escondido el árbol, la energía del mantra es la semilla de la que crecerá un precioso ser espiritual. Si fueras a cantar con regularidad ahora y después abandonaras la práctica y transcurridos unos veinte años te encontraras en alguna crisis, el mantra podría venir automáticamente a tus labios, y continuarías repitiéndolo como si nunca lo hubieras dejado. Esto es un ejemplo de su poder autogenerador.
Si piensas en Sabda, el sonido primal, el sonido nuclear, el Om del que todas las cosas son creadas, y bija, la semilla y el poder autogenerador del mantra, verás que mediante el canto constante y correcto del mantra se te ayuda a liberar mas energía en tus cuerpos físico, emocional, mental y espiritual. Este incremento de la energia espiritual también te ayuda a entrar en contacto con lo Divino dentro de ti, con tu verdadero Ser, con tu Yo Superior.
Al principio el kilaka o pilar es la fuerza impulsora, la persistencia o poder de voluntad que el discípulo necesita para seguir cantando el mantra. Pero cuando el poder del mantra empieza a realizar un movimiento autogenerado «como una rueda voladora», el kilaka se convierte en un hilo muy fino que une al discípulo con el mantra, con el poder del mantra, con el gurú y con la deidad, hasta que todos se hacen uno.
El poder, la conciencia dentro del mantra, es Sakti, la Madre Divina, la Diosa de la Palabra Hablada. El aspecto masculino de Dios es energia en estado de equilibrio; el aspecto femenino es energía dinámica que se manifiesta como creación. Solo hay una energia en todas las cosas creadas. En el mantra esa energia está presente en su forma pura. La potencia del mantra se libera a través de la repetición hasta que el individuo llega finalmente a su Devata y se produce una experiencia espiritual.
Mediante el recuerdo o el pensamiento del mantra, uno se protege del impacto de maya, el mundo ilusorio. A través de la repetición de estas palabras de poder se alcanza el objetivo del Mantra Yoga, que es, como en el caso de todos los yogas, la unidad de la conciencia individual con la Conciencia Cósmica.
El mantra es la canción de una estrella...
Y te transportará a la estrella.
Fuente:MANTRAS, LA PRÁCTICA DEL MANTRA YOGA, Swami Sivananda Radha.
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