Este es el último capítulo del Yoga Sūtra, kaivalyapāda, en donde Patañjali presenta las posibilidades para una persona con una mente muy refinada. En esencia, la mente es un sirviente y no un amo. Si se le permite representar el papel de amo, cualesquiera que sean los logros del individuo, hay posibilidades de que a la larga tenga problemas y de que la serenidad esté fuera de su alcance.
4.1
Las capacidades
mentales excepcionales se pueden lograr por: herencia genética, el uso de
hierbas como lo prescriben los Vedas, recitando conjuros, rigurosas
austeridades o por ese estado mental que permanece con su objeto sin distraerse
[samādhi].
Algunas
personas nacen con extraordinarias aptitudes. Los Vedas describen varios
rituales, donde al tomar preparaciones de hierbas en la forma descrita, se
puede cambiar la personalidad de un individuo. Los diferentes tipos de
conjuros, que sean iniciados apropiadamente por un maestro competente, pueden
traer cambios positivos. Las antiguas escrituras registran los grandes logros
de aquellos que vivieron en una severa austeridad. Para terminar, están las
posibilidades para aquellos que, de forma gradual, cambian su mente, de un
estado de distracción hacia una dirección sostenida. En el tercer capítulo y
otros, se habla bastante de estas capacidades. Si se prefiere alguna de estas
alternativas en especial, serán examinada en los sūtras 4.6, 7 y 8.
4.2
¿Cómo sucede el cambio resultante de la presencia de posibilidades
excepcionales y arriba de lo normal?
El cambio de una serie de características a
otra es esencialmente un ajuste de las cualidades básicas de la materia.
Todo
lo que percibimos, incluyendo la mente, tiene tres cualidades básicas;
claridad, actividad y pesadez. Las diferentes características surgen en
distintos momentos, como resultado de sus diversas combinaciones. Toda característica
que se pueda obtener, es la combinación de estas tres cualidades. Es uno de los
cambios en los rasgos de la mente, que resulta en las capacidades arriba de lo
normal, de las que Patañjali habla en el sūtra 4.1
4.3
¿Cómo se puede lograr un cambio en las características de la materia o
de la mente? Por medio de una profunda inteligencia.
Pero ese tipo de inteligencia sólo puede
quitar los obstáculos que obstruyen ciertos cambios. Su papel no es otro que el
del agricultor que rompe una presa, para permitir que el agua fluya por el
campo donde se necesita.
Esta
inteligencia profunda es la habilidad para percibir el papel de las cualidades
básicas, al producir características diferentes. Por ejemplo, el agricultor que
conoce su campo y los requerimientos de su cosecha, ajustará el flujo del agua
para lograr el mejor rendimiento. Por otro lado, un principiante ignorante que
se embarca en la agricultura puede fracasar, a pesar de tener potencialmente
buena tierra, agua, equipo y buen clima.
4.4
¿De qué es capaz una persona que tenga una inteligencia arriba de lo
normal?
Con facultades mentales excepcionales, un
individuo puede influir en el estado mental de los demás.
4.5
¿Estas influencias son variables o permanentes?
Esta influencia depende también del estado
del receptor.
¿Qué
tan receptiva es la persona? ¿Qué capacidades tiene? ¿De qué carece? Esto
decide el resultado de la influencia de otros. La misma lluvia puede ser el
alivio de un agricultur agobiado por la sequía, la preocupación de una madre
que no cuenta con un refugio seguro para su hijo y puede tener ningún efecto en
mar abierto.
4.6
¿Es sólo el estado del receptor el que determina el resultado final del
efecto que pueda tener una persona?
La influencia que una persona con mente en
estado de dhyānapuede tener en otros, nunca podrá aumentar la ansiedad u otros
obstáculos. De hecho, se reducen.
Aquellos
que han alcanzado este estado de dhyānaa través de la gradual eliminación de
obstáculos (ver 2.3), no están ciegos ante las condiciones del sufrimiento
humano. Saben a donde les aprieta el zapato.
4.7
Y actúan sin ninguna
motivación mientras otros, que también tienen capacidades excepcionales, lo
hacen con uno u otro impulso.
En el sūtra 4.1 Patañjali enumera los diferentes medios para lograr un
estado mental excepcional o por arriba de lo normal. De ellos, sólo los que
hayan alcanzado el estado del yoga de forma correcta y a través de esto haber
llegado al estado de claridad y desapego más elevado, pueden estar más allá de
la motivación. De forma natural y sin ambigüedades están preocupados. Por lo
tanto, pueden ayudar a los demás para que imiten su ejemplo de vida. Otras
personas pueden aparentar un estado de yoga, pero su claridad y grado de desapego
es menos completo y no duradero. Además, puede ser que no estén conscientes de
las limitaciones del hombre para seguir sus consejos.
4.8
¿Por qué existen estas diferencias?
Porque la tendencia de la mente, de actuar
sobre las bases de los cinco obstáculos, como el concepto erróneo, no se ha
borrado; con el tiempo saldrán nuevamente a la superficie para producir sus
consecuencias desagradables.
Sólo
con las prácticas para reducir y someter los cinco obstáculos ineficaces que se
ha descrito en los capítulos anteriores, se puede garantizar el fin de estas
tendencias. La herencia genética, el uso de hierbas y otros medios no pudieran
ser tan efectivos.
4.9
Además,
Las impresiones latentes y los recuerdos están
muy ligados. Esta unión permanece aunque haya un intervalo de tiempo, lugar o
contexto entre acciones similares.
Esta
unión entre las impresiones y los recuerdos, es una contribución importante
para la mayoría de nuestras acciones y sus consecuencias.
4.10
¿Cuál es el origen de esas impresiones que influyen en nuestras acciones
de forma desagradable?
Los hombres, en todos los tiempos, han
sentido un fuerte deseo de inmortalidad. Por ello, estas impresiones no se
pueden atribuir a alguna época en especial.
En
todos los seres humanos existe una situación muy extraña pero siempre presente,
y es el deseo de vivir eternamente. Aún quienes están cada día al borde de la
muerte tienen ese impulso ilógico. Esto es lo que estimula el instinto de
conservación en todos nosotros.
4.11
¿Existe alguna remota esperanza para acabar con los efectos de estas impresiones
indeseables?
Estas tendencias se mantienen y se alientan
por el concepto erróneo, los estímulos externos, el apego a los frutos de las
acciones y la calidad de la mente que fomenta la hiperactividad. Si todo esto
se reduce, las impresiones desagradables perderán su ineficacia de forma automática.
Ya
se ha hablado sobre los diversos medios que, si se practican de forma regular y
progresiva, ayudarán a reducir y eliminar estos obstáculos proteccionistas.
Existen muchas formas, incluyendo la ayuda de Dios. Para aquellos que no
aprecian a Dios, hay muchas otras formas descritas en los tres primeros capítulos.
A la inversa, también se puede decir que una mente discriminadora puede
mantener, a su vez, las impresiones que están libres de los cinco obstáculos.
4.12
En esencia, lo que aparezca en el futuro o haya aparecido en el pasado
se encuentra en un estado latente. Lo que ha pasado nunca va a desaparecer.
Siempre existe la sustancia de lo que ha
desaparecido y de lo que puede aparecer. La dirección del cambio es lo que va a
determinar que se hagan evidentes o no.
Una
vez más Patajñali hace hincapié en que nada puede ser aniquilado. Lo que se ha
reemplazado en el proceso de cambio permanece en un estado latente.
4.13
Para que una
característica en particular aparezca o no, depende de las transformaciones de
las tres cualidades.
Las
tres cualidades son pesadez, actividad y claridad. Todas las características
aparentes sólo son combinaciones distintas de estas tres cualidades básicas que
abarcan a todas las cosas (sūtra 2.18).
4.14
Las características
de una sustancia en cierto momento son, de hecho, un simple cambio en esas cualidades.
El
cambio mismo es un proceso continuo, que se basa en muchos factores (sūtras 3.9—12).
El cambio que se requiere en los objetos y en la mente se puede lograr al
conocer las combinaciones potenciales de estas tres cualidades y qué las puede
influenciar. Hay muchos posibles ejemplos como los que se dieron en el sūtra
4.3. El alimento y el medio ambiente proporcionan otros más.
Pero, ¿son verdaderas las características que aparecen ante un observador?
Las características de un objeto se
presentan de forma diferente, según los diversos estados mentales del
observador.
Esto
se aplica a un observador con varios estados mentales en diferentes momentos,
así como a varios observadores con diversos estados mentales, que observan el
objeto al mismo tiempo. Así, un templo hindú es un lugar de culto para un
devoto creyente, un monumento artístico para el turista, un lugar para pedir
limosna, para el mendigo, mientras que para un ateo es un lugar de ridículo.
4.16
¿No crea esto dudas sobre la realidad común de cualquier objeto? ¿Puede
un objeto existir sólo en la imaginación de alguien sin tener una realidad
independiente?
¿Si de hecho, el objeto fuera la concepción
de la mente de un individuo en particular, entonces en la ausencia de su
percepción, existiría?
Patañjali
hace una pregunta retórica. La respuesta es obvia. La existencia de un objeto
no depende sólo de la observación de una persona. El río no detiene su flujo sólo
porque nadie lo está viendo.
4.17
¿De qué depende la percepción de un objeto?
Que un objeto sea observado o no, depende
tanto de su accesibilidad, como de la motivación individual.
El
objeto debe existir. Debe ser observable, debe motivar al observador y
estimular el deseo de verlo.
4.18
¿Qué es lo que ve? ¿Es la mente?
El perceptor que no cambia y que domina su
mente, siempre conoce las actividades mentales.
La
mente no puede funcionar sin el poder del preceptor. La mente cambia, el
preceptor no, ya que aquella posee la cualidad de la pesadez que este último no
tiene. Por consiguiente, el perceptor es el que observa todas las actividades
mentales.
4.19
Además, la mente es
una parte de lo que es percibido y no tiene poder propio para percibir.
Sólo
se puede ver a la mente por medio de sus actividades, de la misma manera que se
ven un objeto externo, el cuerpo y los sentidos. Su existencia misma depende
del perceptor.
4.20
Supongamos que la mente
pudiera funcionar por sí misma en dos papeles, como el fabricante de lo que se
observa y como el observador.
La premisa de que la mente pueda jugar dos
papeles es insostenible, ya que ella no puede fabricar y ver lo que fabrica al
mismo tiempo.
Un
objeto existe independientemente del observador que lo pueda percibir. Sin
embargo, no es posible sostener el concepto de que la mente pueda crear un
objeto y, al mismo tiempo, observarlo. Se necesita de otros medios
independientes a la mente y que tengan la habilidad de percibir.
4.21
Si aceptamos el concepto de una sucesión de mentes que existan momentáneamente
para crear imágenes y, a su vez, las reconozcan y las observen, Habría desorden
y una dificultad para mantener la memoria consistentemente, en un individuo que
tenga tal serie de mentes, de existencia temporal.
Lo
que se sugiere en los sūtras 4.20 y 4.21 es que debe haber una fuente independiente
de percepción. Por supuesto que la mente puede influenciar la percepción de un
objeto. Éste tiene una existencia independiente de la fuente de percepción. Si
insistimos en el concepto de que la mente pueda, de un momento a otro, ser la
fuente, los medios y el objeto de percepción, enfrentamos problemas para
comprender la posibilidad de una persona que recuerda lo que vio en el pasado,
compartirlo y además aceptar el hecho de que el objeto que vio una persona, no
necesariamente sea visto por otra, ni de la misma manera.
4.22
¿Está limitado el papel de la mente a ayudar a ver los objetos externos?
Cuando la mente no está ligada a los objetos
externos ni tampoco respeta una forma externa al perceptor, entonces toma la
forma del perceptor mismo.
Cuando
no hay estímulos externos ni intereses para extrapolar, no hay impresiones en
la mente que se relacionen con ellos. Entonces la mente está en contacto total
e idéntico con el perceptor, cuyo conocimiento es entonces posible. Esto no lo
hace la mente. Está relacionado con el concepto de libertad en el sūtra 3.55.
Se supone que la pesadez que causa el dormir no está funcionando.
4.23
Así, la mente sirve
a un doble propósito. Sirve al perceptor al presentarle lo exterior. También
representa o presenta al perceptor mismo por su propia ilustración.
4.24
El
papel de la mente al servicio del perceptor, en todas sus formas se reitera aún
más: Aunque la mente ha acumulado varias impresiones de diferentes tipos,
siempre está al servicio del perceptor, ya que, sin su poder, la mente no puede
funcionar.
La
mente no tiene un propósito propio. No puede actuar por sí misma (ver sūtra
2.21).
4.25
Ahora Patañjali sugiere las cualidades que debe tener una persona que ha
alcanzado el más alto estado de claridad: Una persona con una claridad
extraordinaria, es aquella que está libre del deseo de conocer la naturaleza
del perceptor.
Cuando
una persona ha sentido su verdadera naturaleza, no tiene curiosidad por
especular sobre el perceptor, por la cualidad de la mente, ni por las preguntas
“¿Dónde estuve? ¿Qué llegaré a ser?” Ese tipo de persona ha alcanzado el nivel
que está libre de obstáculos (sūtra 2.3) porque uno de esos impedimentos
resulta de la pregunta “¿Quién soy?”
4.26
Y su claridad los lleva a
su único interés: alcanzar y conservarse en un estado de libertad.
4.27
¿Está esa persona más allá de la regresión en este momento?
En una posibilidad poco probable de
distracción de su objetivo, las impresiones desagradables del pasado pueden
surgir de nuevo.
Aunque
parezca imposible, las regresiones pueden suceder, ya que nuestras acciones están
influenciadas por esas impresiones.
4.28
Uno nunca debe
alojar ni el más mínimo error, porque éste puede ser tan perjudicial como los
cinco obstáculos.
La
ayuda de un maestro que puede observarnos es esencial, aun en ese estado del
ser tan refinado. En el primer capítulo (sūtra 1.30) se considera a la regresión
como uno de los impedimentos para progresar, tan serio como la enfermedad y la
duda.
4.29
Cuando hemos cruzado la última valla Surge un estado mental de total
claridad con relación a todas las cosas en todo momento. Es como una lluvia de
claridad pura.
La
vida está llena de satisfacciones. La visión nunca se debilita. Las capacidades
extraordinarias nunca son mal empleadas.
4.30
Con seguridad, este
es el estado libre de las acciones basadas en los cinco obstáculos.
Pero
no es una vida sin acción. Es una vida que carece de errores o intereses egoístas.
4.31
Cuando la mente está
libre de las nubes que impiden la percepción, todo se conoce, no hay nada por
saber.
El
sol brilla. Todo es evidente. No se necesita luz artificial.
4.32
Con este gran potencial a nuestra disposición, Las tres cualidades básicas
dejan de seguir la secuencia del dolor y de placer alternados.
Con
una gran inteligencia a nuestra disposición, los objetos de percepción están
bajo nuestro control. Su mutación a través de combinar las tres cualidades, ya
no existe. Podemos influenciarlos para que sirvan a nuestras necesidades
inmediatas, y ya no produzcan ni provoquen acciones de las que nos podamos
arrepentir. Los cambios en la mente, los sentidos y el cuerpo ya no nos crean
problemas.
4.33
¿Qué es una secuencia?
Una secuencia es el reemplazo de una
característica por otra que le sigue. Está unida al momento. Un cambio de
características es también la base de un momento.
El
momento, que es la unidad básica de tiempo y la secuencia están relacionados.
El cambio en las características de un objeto son sus orígenes comunes. Los
cambios afectan la secuencia. Por lo tanto, el tiempo es básicamente relativo
en eso que es esencial del cambio. El orden del cambio es la variación en las
características que se siguen una después de otra (ver sūtras 3.15 y 3.52).
En
el contexto del sūtra 4.32, los cambios que ahora surgen en los objetos de
percepción, siguen una secuencia diferente de la que tuvieron en el pasado,
cuando eran imprevisibles y estaban expuestos a provocar arrepentimientos.
Ahora el individuo puede ordenar los cambios.
4.34
¿Cuál es el estado final del yoga?
Cuando se alcanza el más alto propósito de
vida, las tres cualidades básicas no estimulan respuestas en la mente. Eso es
la libertad. En otras palabras, el perceptor ya no está distorsionado debido a
la mente.
Hay
serenidad tanto en la acción como en la inactividad. No hay un sentido de
obligación por tomar responsabilidades o rechazarlas. Las tres cualidades ya no
se combinan para distraer al individuo, quien está totalmente consciente de su
propio estado de claridad pura y lo conserva en su nivel más alto por toda su
vida. La mente es un sirviente fiel de su amo, el perceptor.