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31 ago 2014

Pranayama por Srivatsa Ramaswami

Ramaswami practicando pranayama en Siddhasana
Con autorización del maestro Srivatsa Ramaswami subo el capítulo acerca de Pranayama de su libro "La obra completa sobre el Vinyasa Yoga".



Primero elige una postura sentado que te resulte cómoda. Estaría bien adoptar una postura de yoga como:

POSTURAS DE YOGA PARA HACER EJERCICIOS RESPIRATORIOS


  • PADMASANA o postura del loto
  • SIDDHASANA
  • GOMUKHASANA
  • VAJRASANA
  • VIRASANA


KAPALABHATI

En una postura de yoga, puedes empezar por el kapalabhati o respiración de fuelle. Para este procedimiento, mantén la espalda erguida y la barbilla bajda, y expulsa con fuerza el aire un número específico de veces. En mi libro Yoga for the Three Stages of Life se habla más sobre el kapalabhati y sus numerosos beneficios terapéuticos. Para empezar, puedes hacer doce veces, esperar y respirar normal durante unos treinta segundos, y repetirlo otras dos veces. Poco a poco podrás hacerlo más de 108 veces -los adeptos pueden hacer todavía más, incluso el doble. Sin embargo, hay que tener cuidado con esta práctica. Las contraindicaciones pueden incluir sinusitis aguda, hernia, embarazo y menstruación fuerte. 

Mientras realizas el kapalabhati, puedes cambiar la posición de las manos para aumentar la eficacia del procedimiento. Las tres posiciones de las manos son las siguientes: 

  • Las palmas sobre las rodillas.
  • Los brazos por encima de la cabeza, puedes levantarlos inspirando. En este caso, la caja torácica se desplaza hacia arriba, lo que aporta más libertad al contenido abdominal para moverse hacia arriba y hacia abajo y, por lo tanto, se puede masajear mejor. 
  • Las palmas sobre los omóplatos con las manos cruzadas. En este caso, la caja torácica se mantiene alta porque los brazos y los hombros aplican una cerradura. Tanto el aire expulsado como el movimiento de las regiones abdominal y pélvica aumentan en esta posición. Además, el kapalabhati es un procedimiento muy estimulante. 

Ramaswami

Pueden hacer el kapalabhati 36 veces en cada una de las posiciones hasta llegar a un total de 108. Te llevará un minuto o un poco más, completar el procedimiento. Mantén los ojos cerrados y vigila tu respiración durante unos treinta segundos sin interrumpirla. Parecerá que contienes la respiración un momento y lentamente vuelves a respirar. Esto es el kapalabhati. 

PRANAYAMA SIMPLE 

Un procedimiento que puedes probar es la respiración ujjayi o sonora. La has usado ya en la práctica de vinyasas. En el pranayama hay cuatro factores:

  • Espiración (rechaka)
  • Inspiración (puraka)
  • Contener la respiración tras la inspiración (ontara kumbhaka)
  • Contener la respiración tras la espiración (bahya kumbhaka)


Todas son prácticas deliberadas que se centran totalmente en la respiración. El pranayama consiste en controlar todos estos aspectos.

Si quieres comenzar la práctica, será mejor que lo hagas paso a paso. Hay que controlar todos los aspectos del pranayama individualmente y luego proceder con el pranayama de forma adecuada. El vinyasa krama para aprender el pranayama consistirá primero en practicar la espiración. Sólo cuando la espiración sea completa y controlada podrás inspirar (purka) bien. Patanjali, en este tratado, ofrece este orden: bahya (espiración), abhyantara (inspiración) y stambha vritti (contener la respiración). Así que, comencemos por la espiración. 

ESPIRACIÓN

Si la espiración puede mejorar, lo demás también. El primer paso tras el kapalabhati es espirar lentamente (espiración ujjayi), de forma tan suave y prolongada como sea posible. A veces podría ser útil emplear algún sonido (no música) o colocar la boca en la posición de una nota musical al espirar. Puedes espirar emitiendo el sonido de una abeja, un zumbido, lo que se conoce como bhramari. Otra buena opción es cantar "Om" desde la garganta. Om puede separarse en A,U, y luego Om. Primero canta "Aaaaaaa" todo lo largo que puedas, empleando la primera nota musical "sa", que corresponde al "do" del sistema occidental. Canta "Aaaaa". Luego, en la siguiente nota musical "ri" que corresponde a la nota "re", canta "Uuuuuuu" suavemente y tanto tiempo como puedas. El canto "Ooooooooom" se realiza abriendo la garganta y con la nota "ga" que corresponde a la nota occidnetal "mi". Al cantar "Om", asegúrate de que tienes la boca bien abierta y que ni la boca, ni la lengua, ni los dientes ni los labios molestan para ello. Según los antiguos, esto bastaría para abrir la garganta (kantham bhitwa). No intentes añadir "efectos", como el sonido del gong, al modular la voz. Canta la secuencia entre tres y seis veces y canta "Om" otras seis veces. Mejorará lentamente la duración y la calidad de tu espiración, que ha de ser prolongada y suave. Según muchos textos, la espiración ha de ser continuada y úniforme, como el fluir del aceite o la miel. Practica la espiración prolongada al modo ujjayi, prescindiendo del sonido "accesorio". 

INSPIRACIÓN

Cuando seas capaz de vaciar bien los pulmones, "rellenarlos" (puraka) resulta más fácil y fructífero. Tras una espiración completa, espera un momento e inspira según el método ujjayi, suave y uniformemente. Los textos aportan el ejemplo de beber agua con un tubo pequeño, como el tallo de un lirio azul. Mientras inspiras, mantén los músculos del pecho relajados. Poco a poco, sentirás un saludable y agradable estiramiento dentro del pecho, que se abrirá en todas direcciones. Tras inspirar completamente, contén la respiración por un momento y luego espira lentamente. Ahora, la práctica de la inspiración se enlaza con la práctica de la espiración. Practica varias veces prestando total atención al movimiento de tu respiración. 

CONTENER LA RESPIRACIÓN TRAS LA INSPIRACIÓN

Según Patanjali, el siguiente parámetro del pranayama sería contener la respiración tras la inspiración (stambha vritti). Empieza con una larga espiración, espera un momento, inspira tan suave y prolongadamente como puedas y luego contén la respiración un poco, digamos unos tres segundos para empezar. Repite este ciclo varias veces durante unos días; tras este período, serás capaz de controlar los tres aspectos de la respiración que hemos visto hasta ahora. 

CONTENER LA RESPIRACIÓN TRAS LA ESPIRACIÓN

Patanjali aporta esto como último aspecto del pranayama y lo asigna a un sutra diferente como caturta o cuarto. Puedes espirar suavemente, inspirar y luego contener la respiración, espirar y contener la respiración tras la espiración, también llamado bahya kumbhaka. Es un aspecto muy importante del pranayama porque, mientras se contiene la respiración externa, se pueden emplear de forma efectiva y útil los bandhas, la cerradura de raíz y la cerradura del diafragma. 

Cuando te acostumbres a controlar cada aspecto de la respiración en el yoga, ya podrás hacer el pranayama per se. Seguiremos empleando la respiración ujjayi. Primero haz el kapalabhati 108 veces como se explica anteriormente. Luego, comprométete a hacer un número específico de rondas del pranayama. Tienes que decidir de antemano el número de rondas que harás. A menudo, la gente comienza el pranayama sin un plan definido. Un día practican un buen rato y de repente acaban y lo dejan. A veces, si se sienten bien, siguen haciéndolo sin controlar las veces. El Hathayoga Pradipika dice claramente que quienes practiquen el yoga tienen que decidir el tipo de pranayama (por ejemplo, ujjayi) de antemano, la duración de cada aspecto del pranayama (unos 5, 10, 15 segundos) y el número de veces (3, 10, 80). 

CERRADURAS (BANDHAS)
Mientras contienes la espiración externa (bahya kumbhaka), puedes intentar aplicar las cerraduras de raíz y del diafragma. Estos bandhas se introducen muy bien durante la práctica del pranayama. La espiración completa facilita el movimiento del suelo pélvico y del diafragma de modo que los órganos pélvicos, abdominales y torácicos quedan más accesibles y pueden masajearse. 

Las figuras muestran el estado del abdomen al aplicar los bandhas tras la espiración. Se muestran los tres bandhas. 

Es bueno practicar el pranayama con los bandhas o cerraduras para obtener un beneficio pleno de la práctica del vinyasa yoga. Lo que aparece a continuación son primeros planos de los bandhas que se realizan de pie, agachado y apoyando las manos en los muslos. Manteniendo esta posición, también puedes hacer el nauli kriya. Es un proceso mediante el cual serás capaz de aislar y tensar el recto abdominal y contraer el resto de los músculos y órganos hacia atrás, hacia la columna, y hacia arriba, hacia el diafragma. 

Hemos visto los ejercicios abdominales que son posibles mientras se contiene la respiración tras la espiración. Estos bandhas, kriyas como el nauli, y kapalabhati tienen un efecto tonificante sobre los órganos internos. La mera práctica de asanas no aporta los plenos beneficios deseados del yoga. El yoga se considera un sarvanga sadhana, o ciencia cuya práctica es beneficiosa para todas las partes del cuerpo, incluidos los órganos internos. Así que, la práctica del vinyasa yoga no sólo incluye la práctica de asana vinyasas, sino también una buena medida del pranayama concentrado y el uso de las cerraduras tras la espiración. 

24 ago 2014

El proceso místico del Yoga y los Yoga Sutras de Patanjali, por Visuddha-sattva Das - parte 2/2

La meta del yoga se describe como samadhi

En los Yoga-sutras también se explica que el samadhi no puede ser alcanzado antes de dominar las técnicas del yoga que son referidas al aspecto más interno o antaranga. Mediante esas técnicas, las cuales culminan en samadhi, son revelados los misterios del yoga y se adquieren los siddhis o poderes místicos. Patanjali describe esas técnicas en la sección llamada Vibhuti-pada, donde se exponen los problemas filosóficos esenciales involucrados en el estudio y la práctica de la ciencia del yoga. Puesto que esos temas están de alguna manera relacionados con la conquista de un tipo de liberación (kaivalya), la sección de los Yoga-sutras donde son expuestos se llama Kaivalya Pada. Antiguamente, todos los estudiantes del yoga tenían que aprender de memoria y meditar regular y profundamente en estos sutras, con el propósito de dilucidar su oculto significado.

A la palabra sutra se le ha dado el significado etimológico de “cuerda” o “cordón”, pero esta definición no es la más precisa, pues también puede significar “hebra”, “hilo” o “fibra”, en comparación al cordón sagrado de un brahmana. En el Vayu Purana y el Skanda Purana, encontramos una definición más precisa de la palabra sutra:

“Un sutra es un código o colección de aforismos que expresa la esencia de todo conocimiento en un mínimo de palabras. Debe ser universalmente aplicable e impecable en su representación lingüística.”

En las primeras acepciones de algunos autores sobre el término, los sutras son considerados como una hilada o cadena de aforismos memotécnicos, junto con explicaciones verbales. Ese encadenamiento de códigos o fórmulas concisas, tenía el propósito de resumir y recordar las postulaciones filosóficas, una tras otra, así como un rosario en la que se ensarta una sucesión de sartas. De tal entretejimiento se puede extraer la esencia de una determinada doctrina. Esta comparación analógica, es una aproximación al significado de la palabra sutra dentro de nuestro contexto.

La palabra sutrama también alude al “hilo”, de donde se puede desenvolver o llegar a extraer o hilar más extensamente aquello cuya esencia está condensada en el aforismo o fórmula concisa (y a menudo críptica), el cual constituye propiamente el sutra. Es curiosos notar, por comparación filológica con la Cábala hebrea (Kabalah o Qabbalah), que la palabra yehida, significa “el alma de las cosas”, término que podría compararse al de la palabra sutra o sutrama.*

* En la idea de unidad de la tradición cabalística, yehida significa el “hilo”, o “un hilo de la gracia”, siendo esta gracia llamada Sekhina. Salvando las diferencias de fondo, que las hay, entre la Cábala, que en hebreo significa “tradición” (el traditum latín), y el proceso védico de conocimiento, es particularmente interesante, al menos en estos significados aparentemente paralelos de la palabra “hilo” entre ambas tradiciones (sutray yehida). Sus adeptos ortodoxos, dicen que la Cábala es el estudio que conduce a la comprensión simbólica de Dios como "Causa de las Causas”, pareciendo provenir de la palabra gabal, de la cual se deriva gabbalah, “aquello que es recibido o trasmitido”.

Se cree que la aparición de los textos védicos llamados Sutras, ocurrió en una época en que las distintas escuelas filosóficas estaban interrelacionadas. De allí la dificultad de la determinación exacta de las fechas aproximadas de aparición de los sutras, que se considerada incluida en el vasto reservorio de la literatura de los Upanisads, los textos filosóficos cuyo propósito es elucidar los conceptos védicos más concisos o condensados. Se supone que entre la aparición de Upanisads más importantes y el siglo III o IV, hubo una fértil actividad de investigaciones filosóficas, algunas de cuyas formas han podido ser históricamente conocidas.

Los sutras cayeron en desuso cuando fueron escritos los comentarios (bhasyas) de las diferentes escuelas filosóficas. Sin embargo, la forma textual del sutra no se considera arcaica, pues de acuerdo a la definición dada en los Puranas, la importante función de los sutras como aforismos o declaraciones solemnes, es de vital importancia en la comprensión final del conocimiento védico. Además de los Yoga-sutras de Pantajli, la literatura de los sutras (Shrauta-sutras, Grhya-sutras, Dharma-sutras, y Shulba-sutras) adquiere su expresión culminante en el Vedanta-sutra, una de las conclusiones fundamentales de la sabiduría védica y de su propósito último. Tal es el caso del Narada-bhakti-sutra, el cual fue compuesto por el gran sabio Narada Muni, el maestro espiritual de Vyasadeva.

Quienes pretendan dominar rápidamente los secretos del Yoga fracasarán en sus intentos. Aunque puedan continuar el estudio teórico del Yoga no comprenderán su verdadero significado. El Yoga es una forma de vida para purificar la mente y fortalecer el carácter, y su eficiente disciplina (sadhana) necesita ser practicada bajo la sabia orientación de un maestro o preceptor calificado.

Sólo cuando el poder de discriminación se vuelve suficientemente estable y consistente para el despertar de la conciencia, es posible cortar con las ilusiones ordinarias mundanas y ver la vida en su realidad desnuda, bajo la visión de la trascendencia. Ese es en efecto el propósito del Kriya-yoga, al cual se refiere Patanjali en el comienzo de la segunda sección (Sadhana-pada) de sus Yoga-sutras, donde se da una sinopsis de los klesas o sufrimientos materiales y las causas de toda aflicción y miserias surgidas por el apego a los objetos del deseo, lo cual constituye realmente la base del sistema de yoga descrito por Patanjali.

Cuando la visión interna de la verdadera comprensión comienza a abrirse como un resultado de la práctica del Kriya-yoga, cesan las perturbaciones de la dualidad material y el alma se enrumba definitivamente hacia el viaje de retorno a la morada prometida, el verdadero hogar divino.


Estructura de los Yoga-sutras


Los Yoga-sutras de Patanjali es el tratado básico, autorizado y más útil entre la literatura acerca del yoga. Comprende cuatro secciones (Padas), con un total de 196 sutras o aforismos, en los cuales se explica, mediante una exposición sistemática, la filosofía esencial y la técnica del yoga de una manera maravillosamente condensada.

El sistema de pensamiento de su obra es de naturaleza dualista (advaita), esbozando un sendero hacia una liberación que llama kaivalya, que implica el desapego material y también de los seres y los aspectos de la realidad inferior mediante la meditación o concentración mental.

Quien lea por primera vez o superficialmente este tratado, su contenido temático puede parecer extraño, irregular o desorganizado. Sin embargo, un estudio más profundo y cuidadoso revelará el basamento racional de los Yoga-sutras. La siguiente sinopsis es un resumen del la estructura de la obra.

La Sección I se titula Samadhi Pada. Trata de la naturaleza general del yoga y su técnica. Está concebida para responder a la pregunta ¿Qué es el yoga? Puesto que el samadhi es la técnica esencial del yoga (y el la culminación del proceso en sí mismo), ocupa la posición más importante entre los diversos temas tratados en esta sección, que se llama por eso Samadhi Pada.

La Sección II se titula Sadhana Pada y comprende dos partes. La primera parte se relaciona con la filosofía de klesas (cuyo significado fue definido páginas atrás para entender el basamento de toda la obra), y tiene como finalidad dar una respuesta a la pregunta ¿Por qué alguien debe practicar yoga? Esta primera parte da un agudo análisis de las condiciones de la vida humana, de las miserias y el sufrimiento inherentes a esas condiciones. La naturaleza de los klesas debe ser bien entendida por cualquier persona que toma el camino del yoga con la inalterable determinación de perseverar, vida tras vida. Hasta que alcance la meta.

La segunda parte de la Sección II se relaciona con las cinco primeras prácticas de la técnica yógica referida como bahiranga o externa. Esas prácticas son de una naturaleza preparatoria y están destinadas a que el sadhaka (practicante) se establezca bien para la práctica del samadhi (la meditación absorta o trance). Como toda esta segunda sección está concebida para fijar la concentración del aspirante, tanto física, como mental, emocional y moralmente, para la práctica del yoga superior, se llama Sadhana Pada, puesto que trata de la disciplina en los principios y las regulaciones.

La Sección III se titula Vibhuti Pada y también tiene dos partes. La primera parte trata de las tres prácticas restantes de la técnica yógica (véase en las página anterior el cuadro resumido de los 8 pasos del yoga), las cuales son referidas como antaranga o internas. A través de esas prácticas, que culminan en samadhi, es que se revelan todos los misterios del yoga y se adquieren los poderes o siddhis. En la segunda parte de esta tercera sección, se discuten esos logros en detalle, y por ello se llama Vibhuti Pada.

La Sección IV se llama Kaivalya Pada se exponen todos los problemas filosóficos esenciales que están involucrados en el estudio y la práctica del yoga. La naturaleza de la mente y la percepción mental, del deseo y su efecto coligado como reacción, de la liberación y los resultados derivados, todos se relacionan en forma breve pero sistemática, para capacitar al estudiante, de manera que tenga un preparación adecuada de conocimiento teórico. Puesto que todos esos temas se conectan, de una manera u otra con el alcance de la liberación (kaivalya o moksa), la sección se llama Kaivalya Pada.

Los sutras fueron escritos en un lenguaje antiguo. Aunque de gran eficacia en la expresión de las ideas filosóficas, puede conducir por si mismo a una extraordinaria variedad de interpretaciones. Y lo que aún es más importante, trata de una ciencia que se relaciona con los hechos que comprenden el rango de la experiencia humana.

Debido a su naturaleza tan profunda, los Yoga-sutras no son fáciles de comentar. Sólo los grandes maestros o almas calificadas han podido interpretar las ideas de Patanjali expuestas en la forma de sutras, las cuales conforman admirablemente el arte de la condensación o síntesis, hasta su extrema expresión y proyecciones, sin incurrir en la rigidez ni en la formula abstrusa o hermética. Naturalmente, no es posible interpretar los sutras escritos por una mente maestra en base a su significado exclusivamente literario.

Sin la familiaridad con el tema ni la sabia experiencia de la práctica del yoga, nadie puede comprender el sentido profundo de este gran tratado. Las publicaciones y los comentarios que han aparecido en lenguajes distintos al Sánscrito original en que fueron escritos los sutras, han contribuido también a la dificultad de su interpretación o malentendido. En Inglés u otras lenguas occidentales, las palabras sánscritas no son con frecuencia traducidas con plena precisión, ni en sus equivalencias aproximadas ni en la gama de sus múltiples significados. De allí la tergiversación, confusión o transposición de muchos conceptos filosóficos, perdiéndose los significados originales de los sutras, como ha ocurrido también con la traducción de otros textos védicos. Por ello se sugiere que el estudiante se remita a las versiones más confiables, interpretando los sutras bajo la orientación de un maestro calificado.

Antiguamente, los estudiantes de yoga tenían que memorizar los Yoga-sutras, meditando regularmente en la profundidad de los sutras, para poder comprender su significado, lo cual ocurría mediante la revelación o la ayuda del maestro.




El concepto de Dios en los Yogas-sutras


Patanjali también da en sus Yoga-sutras un argumento ontológico de la existencia de Dios. El ser supremo no es afectado por las miserias (klesas). El es trascendental (adoksaja) y no sufre ni disfruta los resultados del karma. Por ser la causa última de la creación, Dios controla la unión entre purusa y prakrtti, lo cual da origen a la creación y la aniquilación del universo.

Dios es eterno, omnipotente y omnipresente. Por ser constitucionalmente similar a Dios, el alma individual en su estado puro tampoco sufre, porque su naturaleza es sac-cid-ananda. Es sólo debido a la ilusión (maya), la energía ilusoria del Señor, que la jiva o entidad viviente corporificada sufre y queda condiciona en el ciclo del nacimiento y muerte (samsara). El proceso de yoga es para liberarse de ese ciclo y alcanzar la perfección espiritual. Pero si no se controla la mente, eso es imposible. De allí la opinión (matih) irrefutable de Krishna (en el verso elegido para esta semana): la autorrealización (yogah) es difícil (dusprapah) para una mente desenfrenada (asamyata). El medio adecuado (upayatah) para controlarla es esforzarse con determinación.

El yoga no es como mucha gente supone la negación de los atributos mentales, lo cual es una mala interpretación del sutra de Pantanjali—yogah chitta vritti niroddha: “El yoga es bloquear los atributos/sentidos de la mente”. El verdadero objetivo de este sutra es bloquear los objetivos mentales de distracciones externas, de actividades mundanas burdas y sutiles, recanalizando las energías hacia la autorrealización. En este punto, el yoga consiste en la perfección de todas las acciones, el arte de todo trabajo, tal como declara Krishna en el Bhagavad-gita (2.50 —yoga karmasu kaushalam: “El yoga es la perfección en las acciones”. Más aún, Krishna declara en el Gita (6.40) cuando una persona alcanza la verdadera elevación del yoga:

“Si dice que una persona está elevada en el yoga [yoga-arudha], cuando, habiendo renunciando a todos los deseos materiales [sarva salkalpa-sannyasi], ni actúa para complacer los sentidos [yada hi nendriyathesu], ni se ocupa en actividades fruitivas [na karmasu anusajjate]”.


Los siddhis o perfecciones místicas

Muchas de las personas que practican yoga, lo hacen con propósitos materiales. Tal es el caso de los yoguis que desean adquirir los poderes o perfecciones místicas derivadas de la práctica estricta del yoga. Los siddhis son “logros” en las artes yógicas, consecuencias del yoga. Sus adeptos son conocidos como sidas, maestros no sólo de su propio cuerpo, sino también de las fuerzas de la naturaleza.

Los ocho siddhis o perfecciones místicas, también llamadas mahasiddhis (grandes poderes), son las siguientes:

1) anima-siddhi: el poder de volverse pequeño o invisible como una partícula;
2) laghima-siddhi: el poder de volverse más liviano que una pluma, convertirse en luz, levitar o caminar sobre el agua;
3) prapti-siddhi: no tener necesidad de buscar nada en ningún sitio, es decir poder traer o manifestar algo a voluntad (magia de alto grado);
4) mahima-siddhi: volverse más pesado que lo más pesado:
5) isita-siddhi: actuar libremente para crear algo maravilloso o destruir cualquier cosa voluntad;
6) vasita-siddhi: controlar todos los elementos materiales;
7) prakamya-siddhi: poder satisfacer cualquier deseo;
8) kamavasayita-siddhi: asumir cualquier cosa que se desee [transfigurarse místicamente].

El verdadero yogui no debe tratar de conseguir poderes sobrenaturales, esa no es la finalidad del yoga. Los devotos del Señor no desean poseer estos siddhis o poderes yógicos, porque finalmente, sólo son resultados materiales y temporales, lo mismo que el buen karma. Los Vaisnavas o devotos de Visnu no desean incluso ni la liberación (mukti, moksa), sino complacer a Krishna y ocuparse únicamente en Su amoroso servicio. No obstante bhakti-sakti es una energía muy poderosa y Bhakti Devi, la diosa que preside el sendero de la devoción, puede otorgar poderes al devoto, apoderándolo (saktyavesa) para que pueda cumplir alguna misión en el nombre de Dios.

El devoto sólo desea actuar como intermediario para ayudar a que las almas condicionadas salgan de la oscuridad de la ignorancia (timira, tama-guna), y desistan en querer enseñorear sobre la naturaleza material. Ese es verdadero yogui, el más elevado de todos, tal como lo declara el Bhagavad-gita, donde el Señor Krishna le explica a Arjuna los distintos tipos de yoga. Actualmente, nadie está capacitado para practicar el tipo de yoga que se ejecutaba en Satya-yuga.

Para que las almas condicionadas puedan alcanzar fácilmente la liberación en esta era de Kali-yuga, Yogesvara, el maestro supremo y el amo de todos los poderes místicos, descendió hace 500 años como el avatar dorado, Sri Chaitanya Mahaprabhu, el apóstol de la religión bhagavata, para predicar los sagrados preceptos de las Escrituras. El Kali-santarana Upanisad y otros Upanisads y Puranas declaran que el proceso religioso para alcanzar la liberación en esta era, (yuga-dharma) es el canto del maha-mantra Hare Krishna. La práctica del Bhakti-yoga es el proceso más fácil y sublime para que todo el mundo pueda alcanzar la bienaventuranza trascendental y restablecer su relación eterna con Dios.

Se reconocen dos clases de poderes yógicos: el artificial (siddhi kalpita), y el verdadero (siddhi akalpita). Los siddhis artificiales como la levitación etc., son temporales, tienen un efecto transitorio, aunque se logren con cierta facilidad mediante el uso de rituales, magias, hierbas, talismanes, mantras, etc. Los siddhi akalpita son permanentes, provienen de la auto-confianza (svatantraya) y son signos del auténtico adepto del yoga.

La religión popular de la India, y también la exportación y tergiversación que ha tenido el yoga y el “hinduismo” en Occidente, asocia con frecuencia a los yoguis más con sus poderes que con la genuina búsqueda que representa el yoga. Sin embargo, los propios textos védicos donde se describe el proceso auténtico del yoga, alertan contra el deseo que los siddhis o poderes místicos del yoga desvíen al practicante del objetivo real de este óctuplo sendero místico. El verdadero yogui debe superar el deseo por adquirir esos poderes de la ilusión creativa, del mismo modo que un devoto del Señor debe superar el influjo de maya, “lo que no es”, la realidad ilusoria.

Cuenta una leyenda, que cuando el Señor Buda iba caminando por la orilla de un río, se encontró con un asceta místico que le dijo que estaba parado sobre una pierna durante cuarenta años, logrando tener el poder de caminar sobre el agua para cruzar el río. Buda no se impresionó por ello y le dijo al asceta que porqué había perdido cuarenta años aprendiendo a caminar sobre el agua si había un barco amarrado a la orilla con el cual podría cruzar el río. Los ascetas y sadhus han sido temidos y respetados en India por sus poderes aparentemente mágicos, por sus maldiciones y su poder para transfigurarse.

Al igual que el vadeador Mahavira, Buda, “el iluminado”, estaba en contra de la práctica de siddhis. Dichos poderes son un obstáculo en el camino de la renunciación, aunque pueden ser útiles en la concentración y en ciertos propósitos piadosos. Su uso sólo es positivo cuando se manifiestan para aliviar los sufrimientos de las almas condicionadas, como un acto de compasión, no con intenciones de enseñorearse sobre los demás ni con fines egoístas o sensoriales. Un adepto del sendero de la devoción no busca poderes ni tampoco teme a nadie, porque él se siente protegido por el Señor. De allí que el bhakti-yogui sea considerado en el Bhagavad-gita (6.47) como el más elevado de todos los yoguis.




Los tipos de yoga


Quienes practican yoga le dan diferentes nombres en función del método específico que adoptan en sus prácticas. Esos sistemas del yoga han sido practicados en India durante desde tiempo inmemorial. Los distintos procesos de yoga prescriben disciplinas físicas, mentales y espirituales. Esas metodologías pueden liberar de las enfermedades mentales y físicas, distinguiéndose cuatro tipos principales:

1. Karma-yoga —“El yoga de la acción”. Es el sendero donde una persona actúa sin ambición o interés egoísta, dedicando al Ser Supremo los resultados de toda acción, sin esperar ninguna recompensa personal.

2. Jñana-yoga —“El yoga del conocimiento”. Es practicado para ejercitar el intelecto mediante un proceso filosófico especulativo, predominantemente empírico, para entender al Ser Supremo.

3. Ashtanga-yoga —“El sistema óctuple de yoga”. Debido a que el sistema tradicional de yoga se describe en ocho pasos, a veces este tipo de disciplina es llamada asthanga-yoga, “el camino o sendero óctuple”, pero se conoce generalmente como hatha-yoga. El sabio Patanjali ha explicado las ocho fases del desarrollo gradual de este sistema, el cual es aceptado prácticamente por todos los espiritualistas. En las siguientes páginas se describirán las ocho divisiones de este sistema de yoga.

4. Bhakti-yoga —“El yoga de la devoción”. Este proceso se fundamenta en una relación devocional con el Señor Supremo. La conexión entre la entidad viviente (jiva-atma) y Dios se establece mediante el bhakti, el vínculo amoroso entre la persona individual y el Ser Supremo.

En el Bhagavad-gita se explican varios aspectos del yoga, esencialmente como el camino de la acción y el autocontrol (karma-yoga) y el camino de la devoción (bhakti-yoga). Esta última es una doctrina esencialmente teísta donde la divinidad u objeto de adoración personal y activa, puede ser alcanzada mediante el poder de la devoción (bhakti). La voluntad y ocupación del devoto (bhakta) se establece mediante cinco relaciones amorosas básicas de servicio llamadas rasas.

La palabra bhakti se deriva de dos raíces sánscritas. Comúnmente, bhakti se remonta a la raíz sáncrita bhaj, que significa “adorar”, “tener devoción por”, o participar en”. Pero la otra raíz esencial es bhanj, que se refiere a “separación”. Esta derivación indica la importancia del dualismo de la escuela teísta Vaisnava, donde se considera que uno puede servir sólo un Dios, que está “separado” del ser, puesto que si la entidad viviente es fundamentalmente una con Dios (como propone la filosofía Advaita Vedanta), entonces no hay oportunidad para bhakti, porque bhakti implica dos entidades: el devoto y el objeto de la devoción.

El proceso del bhakti-yoga es también llamado servicio devocional e involucra así tres aspectos: el adepto o devoto (bhakta), la Suprema Personalidad de Dios (Bhagavan), y el vínculo trascendental amoroso (bhakti) que los relaciona. Mediante la práctica del este proceso de yoga una persona sincera se purifica de todas las contaminaciones materiales y puede alcanzar el objetivo supremo de la vida. Bhakti podría definirse como el “exclusivo e intenso apego amoroso al Señor”.

El sabio Narada da la siguiente definición del bhakti en el sutra 19 de su Narada bhakti-sutra: “Bhakti consiste en ofrecer todas nuestras acciones al Supremo Señor y sentir extremo dolor olvidándose de El”. Desde el principio, el Bhagavatam Purana define bhakti como parama dharma, o “la mayor y más elevada función que satisface al alma”. Bhakti es así lo preeminente, lo mas relevante y sublime en el pensamiento de la corriente teísta bhakti-vedanta. Este concepto se encuentra en las antiguas escrituras de los Alvares, los santos del Sur de la India, que pertenecen a la primera tradición Vaisnavas organizada, conocida como Shri Vaisnavismo.

Esta concepción también se encuentra en la tradición devocional del Norte, representada principalmente en las obras de Rupa Goswami, cuya teoría de bhakti-rasa está en el centro del Vaisnavismo Gaudiya, al que pertenecen los seguidores bengalíes de Sri Caitanya (1486-1533), cuando en la época del renacimiento eropeo se enfatizó en India la devoción por Krishna. El bhakti se volvió prominente en la india en los siglos XV y XVI, en los que ocurrió un “renacimiento del bhakti”. Tras una declinación posterior se esencia genuina fue posteriormente rescatada en el siglo XIX gracias al significativo esfuerzo y las obras de Bhaktivinoda Thakur (1838-1914) y su hijo Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati (1874-1939). De esta manera resurgió el culto del bhakti hasta difundirse más ampliamente por todo el mundo, gracias a contibución sin paralelo y la divina misión del discípulo de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati, A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada (1895-1977), quien ha contribuido a la más significativa expansión histórica del bhakti a nivel internacional.

El Bhakti-yoga comprende nueve principios (nava-vida bhakti), los cuales son descritos el en Srimad Bhagavatam (7.5.23):

1 Sravanam —Escuchar los nombres del Señor Supremo.
2 Kirtanam —Cantar los nombres del Señor o glorificar Sus actividades.
3 Visnoh smaranam —Recordar el nombre del Señor Visnu, Dios o Sus actividades (lila).
4 Pada-sevanam —Servir los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios.
5 Arcanam (se pronuncia archanam) —Adorar a la Divinidad Suprema en su forma de la Deidad en el altar.
6 Vandanam —Ofrecer oraciones a Dios.
7 Dasyam —Volverse un siervo del Señor Supremo o asistirlo de diferentes maneras.
8 Sakhyam —Volverse un amigo del Señor Supremo.
9 Atma-nivedanam —Entregarlo todo al Señor Supremo, incluyendo nuestro propio ser.

Mediante la práctica de estos nueve procesos el practicante del bhakti-yoga puede obtener una elevación moral, ética y espiritual. Al igual que en la práctica de los otros procesos de yoga mencionados, la práctica del bhakti-yoga o servicio a Dios con devoción, manteniendo apropiadamente un estilo de vida sano y natural en los hábitos de comer, trabajar, descansar, etc., liberar de enfermedades y de ansiedad mental.

Conclusión

La síntesis de todo lo expuesto conduce considerar que el yoga es el proceso mediante el cual el alma individual se vincula con el Ser Supremo. Ese proceso para alcanzar la comprensión espiritual se ha comparado a una escalera, siendo sus peldaños las diferentes tipos o métodos practicados. La escalera comienza desde la condición material más baja de la entidad viviente, y se eleva hasta la perfecta comprensión del ser en la vida espiritual pura. El Bhagavad-gita (6.3) define claramente ese nivel que constituye la cima del proceso del yoga:

“Se dice que una persona está elevada en el yoga, cuando, habiendo renunciado a todos los deseos materiales, ni actúa para complacer los sentidos, ni se ocupa en actividades fruitivas.”

Esta etapa no es posible alcanzarla de manera artificial sin la debida preparación, confundiendo medios con fines. Uno debe liberarse con la ayuda de la mente, y no degradarse. La mente es la amiga del alma condicionada, así como también su enemiga. Es propicio concluir estas páginas con dos relevantes versos del Bhagavad-gita (6. 3,8) sobre el tema tratado:

“Para aquel que es un neófito en el sistema óctuple del yoga, se dice que el trabajo es el medio; y para aquel que ya se encuentra elevado en el yoga, se dice que el cese de todas las actividades materiales es el medio.

Se dice que una persona está establecida en la comprensión del ser y se le da el nombre de yoga [o místico], cuando ella se encuentra plenamente satisfecha en virtud del conocimiento y la comprensión que ha adquirido. Esa persona está situada en la trascendencia y es auto-controlada. Ella ve todo igual, ya sean guijarros, piedras u oro”.

22 ago 2014

Pranayama y el flujo del tiempo. Por Sharath Jois.

Sharath Jois
Sólo existe el presente, el eterno “ahora” sin dimensión. El pasado es algo que “sucedió”, de acuerdo a los pocos fiables registros de la memoria y el futuro es una simple posibilidad que presenta nuestra imaginación. El pasado y el futuro son abstracciones mentales que tienen lugar en el presente. 

Entonces, el fluir del tiempo no debería representarse como una línea recta en la que el momento actual se desplaza desde el pasado hacia el futuro. Resulta más apropiado concebir el flujo del tiempo como un movimiento circular, sin principio ni fin, donde las cosas pueden sucederse indefinidamente. Y tal círculo temporal podemos comprenderlo mejor si lo dividimos en cuatro ciclos o sectores. 

Durante la práctica de pranayama estamos representando el continuo flujo del tiempo cíclico. Sus cuatro fases, inspiración, retención con pulmones llenos, espiración y retención con pulmones vacíos, son el tiempo representado como una rueda, sin comienzo ni fin. Los cuatro ciclos los encontramos en la humanidad misma, dividida en cuatro eras cósmicas (yugas). Así mismo, los encontramos en el simbolismo lunar (llena, menguante, nueva, creciente), en el simbolismo solar (amanecer, mediodía, crepúsculo, medianoche), y en el simbolismo anual (primavera, verano, otoño e invierno). 

Cuando observamos nuestro movimiento respiratorio, rítmico y controlado, estamos observando el fluir mismo del tiempo, la sucesión de los cuatro ciclos temporales, el eterno presente. Referirse al pranayama como “técnica respiratoria” muestra una absoluta ignorancia sobre el tema. Como si un virtuoso pianista estuviera interpretando una pieza musical de enorme belleza, y entre el público hubiese alguien que lo definiera como “ejercicio de destreza manual”. Si alguien dijese esto, sabríamos con certeza que tal persona estaba completamente sorda o incapacitada para escuchar música. 

Los ejercicios de pranayama no son simples “técnicas respiratorias”, a no ser que estemos incapacitados para ver algo más en ello.


Conferencia de Sharath Jois, Agosto de 2014 en Gokulam, Mysore.

17 ago 2014

El proceso místico del Yoga y los Yoga Sutras de Patanjali, por Visuddha-sattva Das - parte 1/2

Visuddha-sattva Das

Introducción


El origen del yoga se remonta a las prácticas místicas de los antiguos sabios de la India (risis) y es una de sus tradiciones filosóficas más reconocidas. Aunque en Occidente ha sido difundida información sobre el yoga, su verdadero finalidad no han sido bien comprendida y abundan muchas especulaciones. Suele creerse cree que la práctica del yoga trata únicamente sobre distintas posturas corporales (asanas), que favorecen el relajamiento físico y la paz mental. Pero éste es un concepto corporal y el proceso del yoga es más amplio e incluye diversas prácticas de meditación.

La filosofía del yoga consiste en un camino espiritual hacia la autorrealización y la trascendencia más allá del plano corporal. Las técnicas respiratorias practicadas en las tradiciones tibetanas, las asanas (posturas corporales) que se conocen en la India junto con los procesos de meditación, son solo tres de las ocho partes que comprende el sistema del yoga y que serán descritas más adelante.

Podría decirse que el yoga es un medio para lograr la iluminación por medio de la purificación del ser. Su práctica purifica el cuerpo, la mente y los sentidos, con el objetivo de que el individuo pueda experimentar la realidad absoluta. Esta realidad trascendental es revelada al disiparse la ilusión y la dualidad de la vida material.

La popularidad del yoga ha crecido en todo el mundo envuelta en un halo de misterio y exoterismo. La naturaleza misma de su filosofía concierne a los más grandes misterios de la vida y del Universo, incluyendo el karma y la reencarnación. Las vaguedades e imprecisiones de las publicaciones sobre Yoga conocidas en Occidente, se deben a una falta de correlación entre sus verdaderas enseñanzas y los hechos con los cuales una persona debiera estar familiarizada.

Si las doctrinas del yoga se estudiaran considerando adaptando el pensamiento antiguo a las corrientes modernas, tal vez sería más fácil apreciarlas en forma apropiada. Pero para ello se requieren expositores genuinos y exentos de la especulación. Los descubrimientos científicos pueden ayudar a entender algunos aspectos del yoga. De hecho, existe una relación entre las leyes de la vida de orden superior y las que existen en el plano físico. Muchas de las prácticas yóguicas, tales como asana, pranayama, etc., son puramente de naturaleza física. Pero cuando se divorcian de las enseñanzas esenciales del yoga reducen sus sistemas a una concepción cultural puramente física, convirtiéndose en simplificaciones exageradas que se alejan del sentido y la verdadera práctica del yoga.

Tales vulgarizaciones de la literatura espuria, así como las prácticas ilegítimas, deben contrastarse con exposiciones fidedignas de la filosofía y las técnicas del yoga. De esta manera podrá ofrecerse una idea más clara del yoga en términos del pensamiento moderno. Varios aspectos cruciales del yoga están más allá de la pura comprensión intelectual. Sin embargo, su filosofía y sus técnicas pueden ser bien entendidas si se aborda su estudio con sinceridad y amplitud mental.

Si una persona comienza el camino del yoga bajo una guía apropiada, experimentará cambios fundamentales en su naturaleza, comprendiendo la importancia que aporta la práctica de esta disciplina espiritual a los problemas básicos de la existencia. El yoga es una ciencia basada en las leyes eternas de la vida de orden superior. Para fundamentar sus postulados no requiere de ninguna ciencia o sistema filosófico auxiliar.

Sus verdades están basadas en la praxis espiritual de una sucesión discipular de místicos, santos y maestros sabios. Aún en la actualidad se preservan tales enseñanzas. Aunque se ha intentado explicar las enseñanzas del yoga sobre una base racional para hacerlas más asequibles o populares, éstas no pueden ser demostradas en el plano ordinario de percepción. Los hechos del yoga místico no pueden ser probados ni demostrados. No apelan al intelecto, sino a la intuición y la realización interna del ser.

El yoga se basa en disciplina (sadhana) física y mental. Es un antiguo proceso místico de la India, pero las versiones presentadas en Occidente suelen ser desviaciones del sistema yoga de Patanjali, el autor de los Yoga-sutras, el fundamento de esta disciplina espiritual que es uno de las seis filosofías ortodoxas de la India conocidas como sat-darsanas. Patanjaji acepta a Dios como una persona suprema. Su obra es la referencia fundamental para los practicantes serios del yoga.


Los Yoga-sutras de Patanjali

En los Yoga-sutras, uno de las seis darsanas o filosofías ortodoxas de la India, se explica el proceso metódico del yoga, mediante el cual uno puede aprender el control del cuerpo y de la mente, con el propósito final de utilizarlos como instrumentos en el servicio de Dios. El cuerpo se considera como el templo del alma. Mediante las posturas (asanas) y el control de la respiración (pranayama), el proceso del yoga da al practicante salud física y bienestar mental para ayudarlo a fortalecer el “templo” o cuerpo físico.

No obstante la arraigada creencia occidental, la parte de la salud o el beneficio físico derivado de la practica del yoga, este aspecto corporal no constituye un fin en si mismo. En la esencia del yoga tradicional este es sólo el primer paso en el camino de la realización de Dios. Los adeptos no deben pues confundir la meta con el fin o los primeros pasos, ni tampoco desear obtener perfecciones místicas (sidhis), como suele ocurrir entre muchos de los practican yoga en India.

El sistema de asthanga-yoga de Patanjali y sus ocho pasos

Aunque existen varias clases de yoga, el yoga es popularmente llamado Asthanga-yoga o el sistema óctuple de meditación. Astha significa “ocho” y anga “parte”, “sección” o “división”. En base a esta definición, el Asthanga-yoga comprende ocho estados o niveles sucesivos, dos de los cuales tienen también sus propias secciones.

El yoga cree en la existencia de un alma libre del cuerpo burdo y sutil, el cual consiste de sentidos, mente, ego e intelecto. Debido a la ignorancia, el alma se identifica con las modificaciones del cuerpo y de la mente y confunde su identidad real.

La meta principal de la práctica del Asthanga-yoga es el control de las distintas modificaciones o cambios de la mente, para llegar al estado de kaivalya samadhi. Por eso, Patanjali define el yoga como citta vrtti nirodha, el control de las modificaciones de la mente. Las ocho partes del yoga son Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi. Son escalones que deben ser subidos progresivamente hasta alcanzar la cumbre.

De los ocho pasos del sistema de yoga que serán descritos a continuación, los primeros cinco son ayudas externas y los tres restantes son internos. El siguiente cuadro general resume los 8 pasos del Asthanga-yoga, cuyas subdivisiones se explican detalladamente después de este esquema:

Preparación remota

1. Yama (práctica de preceptos)
ahimsa (no violencia)
satya (veracidad)
asteya (no robar)
brahmacharya (continencia o castidad)
apavigraha (ausencia de codicia)

2. Niyama (práctica de virtudes)
saucha (pureza)
santosha (paz)
tapas (austeridad, disciplina)
svadhyaya (estudio, especialmente de los textos sagrados)
ishvara pranidhana (entregarse a Dios)

3. Asana (posturas)
4. Pranayama (control de la respiración)
5. Pratyahara (retirar los sentidos, control)

Preparación directa

6. Dharana (concentración)
7. Dhyana (meditación)
8. Samadhi (trance)

Práctica avanzada

El ejercicio de poderes extraordinarios y la práctica de formas avanzadas de meditación, las cuales conducen a kaivalya (absorción completa y liberación).

Explicación de los ocho niveles del proceso gradual del yoga

A continuación se da una detallada descripción de los ocho niveles o pasos anteriores, con sus propósitos y particularidades:

1. Yama: Restricción o control: consiste de cinco aspectos:

i) ahimsa, “no violencia”;
ii) satyam, “veracidad y pureza de mente”; 
iii) asteya, “no-robar o apropiarse de lo ajeno”; 
iv) brahmacharya, “celibato”, castidad o control del deseo sexual; y 
v) apavigraha o athyharaha, “no-codicia”, estar libre de ambición y avaricia, no aceptar cosas innecesarias. 

Consiste en la sencillez, vivir estrictamente con lo necesario, sin acumular cosas indebidas. El propósito de tal restricción conduce a una vida pura, de elevada moralidad y virtud.

Este primer paso, yama, sirve para la coordinar y organizar la conducta individual, buscando una armonía interior y exterior, lo cual reduce las tensiones y la ansiedad para avanzar espiritualmente en la dirección correcta. Los propósitos de cada una de las cinco sub-divisiones de este primer paso de la práctica del yoga son los siguientes:

i) Ahimsa significa no incurrir en ningún tipo de violencia, no sólo en amar a los seres más cercanos, sino en respetar todas las formas vivientes, incluso las más pequeñas. Una persona tiene que aprender a controlar su mente, palabras y acciones, para que no haga daño a los demás. Una actitud pacífica es un síntoma de un individuo plenamente desarrollado.

En sentido yógico ahimsa es la supresión de la violencia de acciones, gestos, palabras y pensamientos. El creador ve todo cuanto hacemos, y nuestras acciones generan reacciones kármicas positivas o negativas. Cualquier acto violento contra una criatura actúa contra el Ser Supremo y contra quien lo realiza. La práctica efectiva de ahimsa puede conducir a que las enseñanzas de toda fe o creencia lleven a la verdadera hermandad y amor universales.

ii) Satya es la veracidad, actuar en conocimiento real de las cosas. La palabra satya significa verdad, honestidad, pureza de propósitos. Como advierten los antiguos rsis de la India, la verdad debe ser preferiblemente practicada de un modo favorable y sin perjudicar a nadie. La verdad y la no-violencia facilitan la búsqueda vital y concentran las energías del ser. Su práctica continua genera autoestima, confianza y fortaleza interna, que son esenciales para la perfección del yoga. Una persona que habla y práctica la verdad se considera valiente, de buena conducta. En sus Yoga-sutras Patanjali indica que decir la verdad hace que una persona tenga éxito en la vida.

iii) Asteya, no robar, no es sólo obtener cosas en forma ilegal. También evita el pensamiento o deseo de apropiarse indebidamente de algo, lo cual es pecaminoso. Eso significa mantener la honestidad en la mente y la acción. La cualidad esencial del ser humano es la honestidad. Su violación atenta contra la coexistencia pacífica y el progreso de la humanidad, contribuyendo al odio, la enemistad y las reacciones legales.

Asteya incluye también no imponer ninguna ideología sobre los demás, ni forzar a que alguien acepte algo por la fuerza. Eso constituye una agresión y altera la paz mundial, generando crisis en la comunidad. De allí que estos principios básicos del yoga son indispensables para la sanidad del espíritu individual y también de la sociedad. Tarde o temprano, robar le producirá sufrimiento al ladrón.

iv) Brahmacarya significa celibato, castidad. Generalmente, ha sido entendido como abstinencia, pero su verdadero significado es tener control total de uno mismo, tanto de nuestra mente, como de nuestro cuerpo y nuestras acciones. Eso sólo es posible cuando nuestra conducta es similar a la del creador. Como indica el significa literal de la palabra brahmacarya, el comportamiento (acharan) de un yogui debe ser como el de Brahma (el creador apoderado), quien siempre actúa de la manera más correcta para el bien de todo el universo. Similarmente, un estudiante del yoga debe actuar de tal modo que beneficie a todos.

El brahmachari es el estudiante célibe que practica con sencillez la vida espiritual y sigue las instrucciones de su maestro. Brahmacharya es una de las cuatro divisiones espirituales de la sociedad védica (brahmachari, grhastra, vanaprqastha y sannyasa). Un yogui que desea tener éxito debe practicar celibato, física, mental, y emocionalmente. La abstinencia sexual es la clave de la buena salud, la felicidad y la iluminación espiritual.

v) Aparigraha, la “no-posesión” o estar libre de la codicia, también consiste en no desear acumular riqueza o cualquier cosa que exceda nuestras necesidades normales, incluso evitar pensar tener más de lo necesario, lo cual es llamado atyahara. Rupa Goswami explica que una persona ecuánime que controla sus sentidos es llamado un goswami. Al igual que el verdadero yogui, el Swami controla los impulsos (vegam) de la lengua (jihva) y del comer. Tampoco debe hablar (vacah) más de lo necesario (prayalpa), debe controlar la ira (krodha), el deseo sensual y tener una mente ecuánime.

Cuando una persona se enreda demasiado en actividades, tales como acumular más fondos de los requeridos, se esforzar mucho por cosas mundanas que son difíciles de obtener, habla innecesariamente sobre cosas mundanas, se asocia con personas mundanas que no se interesan por cultivar la conciencia espiritual, codicia logros mundanos, y no sigue reglas ni regulaciones, o las sigue caprichosamente, todo eso conduce a la ignorancia y aparta al practicante del yoga del objetivo deseado. Por lo tanto, aparigraha yatihara tienen ese profundo sentido.

2. Niyama: Disciplina, seguir buenos hábitos. 
Es la práctica de la auto-purificación, mantener la paz, tanto externa como internamente. Este segundo paso del proceso óctuple del yoga también consta de cinco aspectos o subdivisiones:

i) saucam, “pureza”, santidad del cuerpo y la mente;
ii) castidad o celibato; 
iii) penitencia y austeridad; 
iv) lectura de libros religiosos o que ayuden espiritualmente; y 
v) la entrega a Dios. 

Esos 5 hábitos físicos y morales fortalecen la mente.

Este segundo paso sirve para la reorganización del cuerpo, reducir las necesidades superfluas, eliminar las emociones y las emociones negativas para no ser desviado hacia otros propósitos diferentes a los de la autorrealización. Niyama, así como el primer paso, también tiene cinco partes:

i) Saucham, es la pureza externa e interna. Una persona que mantiene su espíritu, su cuerpo limpio y su ropa limpia y pulcra, se llama suchi. La suciedad incita la pereza y bloquea la acción rápida y oportuna. Una persona debe mantener su cuerpo limpio y comer alimentos puros. La limpieza interna consiste en estar libre de emociones y pensamientos negativos (odio, envidia, lujuria, celos, codicia, egoísmo, etc.), lo cual obstruye la armonía vital y el avance en el camino espiritual. La meditación y la oración mantienen la mente pura. Bañarse y evitar los hábitos insalubres como la intoxicación, mantienen la pureza física.

ii) Santosa, satisfacción o gozo. Significa sentirse satisfecho con lo que podemos disponer en este mundo, sin quejarnos ni codiciar, para que la energía no se desgaste en búsquedas materiales. La insatisfacción es la causa del sufrimiento y el dolor, que obstruyen el camino del avance espiritual. Cuando el intelecto de una persona funciona normalmente, la mente se pacifica. La tranquilidad se alcanza mediante la práctica de santosa.

iii) Tapah significa “austeridad”. También quiere decir penitencia, mantener estricta disciplina, la cual ayuda en la purificación de la mente para alcanzar estados elevados de conciencia y realización. Esta equivalencia no es la más idónea, pues en su sentido más amplio la palabra sánscrita tapa o tapasya, significa tener verdadero control sobre el cuerpo, la mente, las emociones y los deseos, lo cual se logra mediante la práctica y el esfuerzo regular. La práctica de la austeridad y el sacrificio contribuyen a que el estudiante del yoga domine su personalidad y se dirija sin obstáculos hacia la meta deseada.

iv) Svadhyaya, es “el estudio”, especialmente el de la Literatura Védica. Significa leer buena literatura, aquella que sea propicia para entender la vida y su objetivo esencial. La literatura mundana está plagada por los defectos de sus autores. Toda alma condicionada tiene los cuatro defectos básicos del alma condicionada: cometer errores, tener sentidos imperfectos, mentir, y caer en ilusión.

Al practicante del yoga se le aconseja que lea únicamente las obras que son favorables para la purificación de la conciencia. Los libros escritos por almas iluminadas y los textos religiosos nos ayudan a entender el destino trascendental. Svadhyaya también incluye la introspección (reflexión o auto-análisis), el canto de mantras específicos y el estudio de los Vedas, porque ayudan a la concentración mental para prevenir pensamientos involuntarios no deseados, los cuales contaminan la mente y nos apartan de la meta espiritual. Leer libros en búsqueda de la verdad y la auto-realización es svadhyaya.

v) Isvara pranidhana es la fe en Dios, la “completa dedicación a Dios”. Tener firme fe en el Señor Supremo se llama nista-sradha. Sradha significa fe, pero hay varias clases de fe. El practicante del yoga no debe tener fe en cosas materiales, sino fe en Dios, lo cual implica conocer a Dios y actuar de acuerdo a las leyes de Dios, ofreciéndole el fruto de las acciones y esfuerzos personales. Toda acción produce un resultado. Apegarse a los beneficios o frutos de las actividades sólo distrae la mente y dificulta concentrar los esfuerzos en la dirección deseada. Un verdadero yogui siente que él es un eterno sirviente de Dios y que él es sólo un instrumento en las manos del Señor.

Sin la práctica efectiva de yama y niyama no se puede avanzar en el proceso del yoga, ya que estos dos primeros pasos sirven para preparar el cuerpo, la mente y la conciencia, de manera que actúen armónicamente en la dirección interior correcta, facilitando el progreso hacia los pasos o niveles superiores. Cuando yama y niyama se practican correctamente, ayudan a concentrar la energía y alcanzar el propósito de la práctica del yoga.






3. Asana: La palabra asana significa literalmente “asiento”. 

Por asanas se refiere aquí a las posturas corporales. Este proceso es también conocido como Hatha-yoga. Consiste en varios ejercicios y posiciones corporales que aportan estabilidad física y mental, así como salud y vigor. Existen varios tipos de posturas prescritas como una disciplina para el cuerpo. Si el cuerpo está enfermo y débil, entonces la mente se desvía y debilita. Esas posturas mantienen al cuerpo sano y evitan la enfermedad.

Ese concepto de salud física armoniza con el Ayur Veda, el sistema de medicina natural de la India que tiene más de 5000 años de antigüedad. Ayurveda significa “Ciencia de la Vida”. Sus principios se describen en los textos sánscritos y están basados en la comprensión de que las funciones del cuerpo son regidas por factores naturales. La filosofía del Ayurveda prescribe la vida simple y natural, los buenos hábitos del comer, pensar, actuar, etc. Su visión es que el cuerpo humano debe estar en balance perfecto con la naturaleza y define los factores que generan y mantienen la salud, formando la base del primer sistema holístico de diagnóstico y tratamiento de la salud integral.

La medicina Ayurvédica usa fórmulas herbominerales para restablecer el equilibrio de cada función del cuerpo, restaurando la capacidad física del cuerpo para sanarse a sí mismo, promoviendo la higiene corporal y mental. El Ayurveda es compatible con la práctica del yoga, pues todo espiritualista y practicante del yoga debe seguir una dieta sana y buenas normas de conducta física, ética y moral. Las implementaciones modernas del Ayurveda perfilan un balance entre la antigua tradición y la ciencia moderna.

Las diversas asanas o posturas corporales tienen diferentes nombres. Originalmente se referían al lugar donde se sentaba el yogui para meditar. Ayudan a crear una conexión entre el cuerpo y la mente para que enfoquen un sólo propósito, y también curan varios problemas físicos. El Hatha-yoga Pradipika describe detalladamente las (o los) asanas. No se trata simplemente de ejercicios físicos relajantes, como popularmente se hace en occidente. Cada tipo de asana tiene un efecto particular y debe ser supervisado por un instructor calificado.

A pesar de que algunas posturas y contorsiones difíciles han sido practicadas por ciertas personas como si fuera una gimnasia, no son en realidad el objetivo del yoga. El yoga no consiste en modelar el cuerpo o la mente de alguna manera particular, con simples fines de obtener un relajamiento o una sensación placentera. Esas concepciones se encuentran en el plano corporal y no se corresponden con el objetivo fundamental de la práctica del yoga, que es la meditación y la autorrealización individual.

El propio Patanjali describe claramente que asana es “la posición del cuerpo en la que una persona puede permanecer sin sentirse demasiado incómodo, de manera natural y sin demasiado esfuerzo” (sthirsukhamasanam). En una postura sentada, se deben mantener en línea recta la cabeza erguida, el cuello y la espina dorsal. En la columna vertebral están ubicados los siete chakras o centros energéticos. Allí circulan las energías pránicas por conductos sutiles, donde pasan los flujos de aires ascendentes y descendentes. Manteniéndose erguido durante la asana, ayuda a que el aliento vital (prana) circule fácilmente por el camino ascendente y descendente hacia el abdomen, oxigenando la sangre adecuadamente y produciendo un estado mental favorable para la concentración.

La palabra cakra (se pronuncia chakra) significa literalmente “rueda”. Existen siete centros sutiles de energía o chakras y se alinean a través del centro del cuerpo, con la columna como eje. Cada chakra corresponde a un área específica del cuerpo y genera una forma particular de lo que llamamos impulso, y se conectan por medio de canales sutiles, llamados nadis. De esta forma la energía de cada uno de los chakras nutre a todo el cuerpo. Estos canales coinciden con los meridianos en los que se basa la acupuntura, y también son similares a nuestra comprensión de las conexiones y redes neuronales del cuerpo. Cada uno de estos siete centros es a la vez generador y deposito de energía y de consciencia psíquica. Empiezan en la base de la columna con el primer chakra o chakra base, llamado Muladhara. En el arte tántrico, cada uno de los siete chakras principales tiene como símbolo una flor de loto distinta con su nombre sánscrito, para significar su naturaleza particular. Cada flor está compuesta por su propia combinación de colores, pétalos, y diseños simbólicos.

4. Pranayama: Es el “control de la respiración”. 

Literalmente, la palabra sánscrita pranayama significa tener control sobre la fuerza vital. Prana significa aire vital y yama significa control. Es innegable que uno está vivo sólo mientras respira. La práctica del pranayama involucra el control de la inhalación, la exhalación y la retención del aire que respiramos, tanto dentro como fuera del cuerpo. Existe una correlación entre la mente y la respiración. Mediante el control de la respiración uno pude controlar la mente. Si se puede regular la respiración, también es posible regular el prana. Pranayama es la puerta de entrada a la concentración profunda y la relajación de la mente y tiene tres etapas:

i) puraka, o inhalación profunda;
ii) kumbaka, o retención de la respiración; y 
iii) rechaka, o exhalación.

El buen control respiratorio contribuye al buen flujo de la energía cósmica o prana, indispensable para oxigenar la sangre y los tejidos cerebrales. Por eso muchos yoguis viven en entornos no contaminados, como las altas montañas de los Himayalas, y cerca de los ríos sagrados, lo cual facilita la práctica de la auto-realización. Pranayama es una técnica científica de respiración, y debe ser aprendida bajo una guía adecuada, no empíricamente. Mejora la capacidad de concentración y la claridad mental, elementos indispensable para la meditación eficiente.

5. Pratyahara: “Control de los sentidos”, abnegación, desprendimiento, altruismo. 

Este quinto paso persigue retraer los sentidos de sus respectivos objetos. Esto es muy importante, porque ayuda a la mente desde el lado físico. La perturbación de la mente depende del empeño o pulsión de los sentidos. Así como una tortuga retrae sus miembros dentro del caparazón, así el yogui místico controla sus sentidos apartándolos de los objetos materiales que los atraen.

Pratyahara es un método específico de respiración cuyo propósito es fortalecer el control de la fuerza vital (prana), con el objetivo de prepararse para la meta espiritual. La palabra pratyahara significa “retirada”, apartarse del influjo sensorial, y ayuda a retirar los sentidos y los órganos motores de los objetos externos, para lograr mayor concentración interior y fortalecerse para dirigirse al samadhi o el trance místico final. Con los resultados de Yama, Niyama y Pranayama, la mente se aparta de la perturbación externa y entonces puede experimentarse las proyecciones del ser, que conducen a la perfección interior.

6. Dharana: “Concentración total de la mente”, firmeza o estabilidad mental. 

Involucra fijar la mente en un objeto particular tras apartarla de los objetos externos. Este es el comienzo o primer estado de la meditación. Para los devotos, la estabilidad en el bhakti se llama el estado de nistha, donde la mente adora de manera exclusiva al istha-deva, la Deidad predilecta objeto de la devoción individual.

El propósito de este sexto paso consiste en concentrar toda nuestra fuerza en el objetivo espiritual sin ninguna desviación. A veces se recomiendo fijar la mente en la porción frontal de la nariz, en el centro de los ojos, en el centro del pecho, donde está el corazón (hrdaya), o en el ombligo (el plexo epigástrico, en cuya zona se encuentra el chakra Manipuraka). La concentración es esos objetos, pueden que ayude al estudiante cuando le es difícil fijar la mente, quien también puede concentrarse en la Luna, una estrella, o una lámpara, pero en su sentido más profundo, el practicante del bhakti-yoga se concentra en una Deidad adorable, o en la forma de Sri Krishna, quien es conocido como Govinda, el que “da placer a las vacas y los sentidos.”

7. Dhyana: “Meditación”. 

Representa el flujo constante de pensamientos estabilizado en el objeto de meditación, Dios. La mente no debe fluctuar de objeto en objeto. La mejor forma de disciplinar la mente es mediante la disciplina del sadhana-bhakti, que consiste en seguir los principios regulativos prescritos, incluyendo el canto regular del maha-mantra. El capítulo seis del Bhagavad-gita trata específicamente sobre dhyana-yoga.

Este séptimo paso es la meditación que permite llegar al paso final. Dhyana consiste en mantener sin distracción la mente fija en el objeto espiritual elegido durante largos períodos de meditación. Eso requiere prolongar la concentración en el objeto de meditación, hasta que uno se siente vinculado con El. Esa unión desvanece cualquier distracción externa que pueda haberse dado en el paso anterior (dharana), y prepara al yogui para el paso final de la meditación.

8. Samadhi: “Trance (místico)”. 

Es el último estado, el trance místico, es la absorción completa en la conciencia de Dios, la cima del yoga. Es la fase final de dhyana, el paso anterior. En este nivel de absorción, la mente se concentra profundamente en el objeto de meditación, lográndose una fusión completa de la identidad con el objeto de adoración. Al perder la mente las distinciones dualistas, en el estado de trance no existe distinción entre quien percibe y lo percibido.

Samadhi es un profundo estado de alerta consciente. El yogui experimenta la verdadera renuncia del yo y entra entonces en la dimensión espiritual del éxtasis, en un vínculo individual de absorción con Dios, la Superalma. La diferencia entre dhyana y samadhi es que en el primero el objeto se diferencia , es percibido como distinto del ser. Para los devotos, samadhi significa absorción plena en el servicio de la Suprema Personalidad de Dios, Su nombre, Sus pasatiempos y formas divinas de adoración (murtis).

Un estado muy elevado del bhakti-yoga consiste en la meditación o el recuerdo intenso (smarana) de los divinos pasatiempos (lilas) que el Señor Krishna lleva eternamente a cabo durante las 24 horas del día, divididos en ocho períodos (yamas) de 3 horas cada uno. Esta elevada meditación se conoce técnicamente como asta-kalina-lila-smarana. Es un tipo de raganuga-bhajana, meditación en el nivel del servicio devocional espontáneo (raganuga-bhakti). Aunque esta clase de intensa meditación se ha descrito en obras confidenciales de la literatura devocional, no es recomendable para devotos principiantes. La exclusiva y esotérica meditación en el nitya-lila (los eternos pasatiempos del Señor) no está prescrita para quienes mantienen apegos materiales (anarthas) y no han desarrollado muestras de genuino amor espontáneo por Dios.

Patanjali ha descrito estos ocho pasos fundamentales en 16 sutras fundamentales de su gran obra Yoga-sutras (II.29-45). Los primeros cinco sutras de la sección II resumen los preceptos esenciales del yoga y los impedimentos materiales que el practicante debe trascender:

tapah-svadhyayesvara-pranidhanani kriya-yogah (II.1)
“Austeridad, auto-análisis [introspección] y resignación [entrega] a Isvara [Dios], constituyen [las prácticas] preliminares del Yoga”.

Nota: Aquí, la palabra svadhusyesvara debe entenderse como el auto-estudio, la reflexión o meditación que conduce al conocimiento del Ser, a través de japa, el canto musitado de mantras que contienen los nombres de Dios, cuyo sonido está imbuido de Sus potencias trascendentales.

samadhi-bhavanarthah klesa-tanukaranarthas ca (II.2)
“[Kriya-yoga] es practicado para atenuar [las] klesas y promover el samadhi”.

Nota: Bajo el título de Kriya-yoga se debe entender que constituye tres de los cinco elementos de Niyama, los cuales fueron descritos en el primer sutra anterior (austeridad, auto-análisis y total entrega a Dios). Se debe extraer el significado de esta repetición (que aparece en el sutra II.32) en una obra como la de Patanjali, que intenta condensar el conocimiento hasta el límite extremo. Obviamente, como los estudiosos bien lo han señalado, las razones por las cuales tapas, svadhyaya e Isvara-pranidhana se mencionan en dos contextos diferentes, radica en el hecho de que sirven a dos propósitos diferentes. Puesto que el desarrollo del tema del auto-análisis en la Sección II de los Yoga-sutras es de carácter progresivo, se deduce que el propósito de estos tres factores del sutra (II.1) anterior tiene una naturaleza más preliminar o fundamental que en la descripción del sutra (II.32)—sauca-santosa-tapah-svadhyayesvara-pranidhanani niyamah.

Mucha gente en occidente ha sido confundida en la comprensión de las técnicas y el objetivo del yoga. Se han exagerado las nociones desviándose de los fundamentos. debido a su falta de seriedad e incapacidad para transitar el sendero del yoga. También suele ocurrir que los aspirantes (sadhakas) lleguen a darse cuenta que aún no están lo suficientemente preparados para la práctica del yoga, y decidan afinar su aspiración y descender al nivel más bajo del simple estudio intelectual.

avidyasmita-raga-dvaesabhinivesah klesah (II.3)
“La falta de conocimiento de realidad, el sentido de egoísmo o el egocentrismo, las atracciones y repulsiones hacia los objetos, y el fuerte deseo por la vida mundana, son las grandes aflicciones o las causas de todas las miserias en la vida”.

Nota: Aquí se pone claramente de manifiesto que la filosofía de las klesas, las diversas miserias materiales, constituye realmente la base del sistema bosquejado por Patanjali. Tales aflicciones son básicamente de tres tipos: adyatmika-klesa, las miserias debidas al cuerpo y la mente; adibhautika-klesa, las miserias sufridas por fenómenos naturales y las entidades vivientes; y adydaivika-klesa, las producidas por los devatas, semidioses o seres superiores.

En el verso del Bhagavad-gita (2.34) también se mencionan raga y dvesa—apego y desapego: raga-dvesa-vimuktais tu visayan indriyais caran / atma-vasyair vidheyatma prasadam adhigacchati. “Pero una persona que está libre de todo apego y aversión, y que es capaz de controlar los sentidos por medio de principios que regulan la libertad, puede conseguir toda la misericordia del Señor.” Krishna da esta declaración en base al sloka anterior (2.33) donde se dice lo siguiente: “De la ira surge la ilusión completa, y de la ilusión, la confusión de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la inteligencia, y al perder la inteligencia, uno cae de nuevo al charco material.”

El cultivo favorable del kriya-yoga y especialmente del bhakti-yoga, coadyuva en la disminución de tales miserias y destruye todos los sentimientos materiales negativos (sarva-dukhanam). En un sentido más general existen 12 tipos de klesas: las tres arriba mencionadas, más las 5 descritas en este sutras (II.3) —avidya, ignorancia; asmita, egoísmo; raga, apego; dvesa, aversión; y abhinivesa, fuerte anhelo por lo mundano—, más otras cuatro aflicciones que son efectos del pecado (papa) o las acciones pecaminosas cometidas —pravabdha, aprarabdha, rudha o ruta, y bija. A este cuadro de 12 klesas pueden sumarse los 18 tipos de contaminaciones materiales (el orgullo, la falsedad, la inquietud, la dependencia, la fatiga, la aspereza, la desgracia, la mentira, la violencia, el cometer errores, la ilusión, la lujuria, el deseo de enseñorearse sobre los demás, etc.) y los 7 enemigos del corazón —kama, lujuria; krodha, ira; mada, locura; moha, ilusión, confusión; matsarya, envidia; lobha, codicia, y bhaya, temor.

No se puede considerar un yogui perfecto quien no esté libre de tales miserias o aflicciones. Antes de preguntarse ¿por qué yo debo practicar yoga?, es necesario entender o reflexionar sobre las causas del sufrimiento arriba mencionadas, que forman el sustrato y las ideas esenciales de todas las escuela de Yoga en la India, aunque quizás no hayan sido expuestas de manera tan clara y sistemática como en la filosofía Sankhya de Kapiladeva, en los Yoga Darsanas y los sutras de Pantajali que han motivados estas Notas y comentarios.

Tal vez alguien puede que controle los sentidos externamente mediante algún proceso artificial, pero a menos que los sentidos se ocupen seriamente en la práctica del yoga, hay muchas probabilidades de una caída, incluso para yoguis avanzados. Pero quien está situado en plena conciencia de Dios mediante el bhakti-yoga, aunque aparentemente se halle en el plano sensual, no tiene ningún apego a las actividades sensuales.

El conocimiento del yoga implica conocer que son las klesas, como se destruyen y porque deben eliminarse, cual es la causa fundamental del sufrimiento, cual es la naturaleza del conocedor y lo que debe ser conocido, porque deben unirse aboliendo la dualidad material, y cómo debe erradicarse la ignorancia (avidya), que es la causa-raíz de todas la calamidades en la vida y en la práctica del yoga.

avidya ksetram uttaresam prasupta-tanu-vicchinnodaranam (II.4)
“Avidya es la causa de todo aquello que se mencionan después de eso, bien sea en la condición inactiva, atenuada, alternada o extendida”.

anityasuci-duhkhanatmasu nitya-suci-sukhatmakhyatir avidya (II.5)
“Avidya, la ignorancia, toma o considera lo no-eterno, lo impuro, lo malo, y el no-Atman como lo eterno, lo puro, lo bueno, y el Atman, respectivamente”.

Nota: El sincretismo o la condensada densidad de este sutra pone de manifiesto la necesidad de explicar la síntesis aforística que caracteriza a este tipo de sentencias. El sutra es en sí mismo una especie de código o colección de aforismos donde se expresa la esencia de lo tratado con un mínimo de palabras. Por eso los sutras ameritan con frecuencia una explicación.

En este caso, de acuerdo a la traducción de la sentencia (II.5) de Patanjali, se debe entender que debido a la ignorancia (avidya) se toma lo que no es eterno como lo eterno, lo que es impuro como lo puro, lo malo como lo bueno, y el no-ser como el ser (Atman). Por lo tanto, avidya, la ignorancia es la causa-raíz de todas las miserias (klesas) del sufrimiento material. Evidentemente, la palabra avidya no se usa en este sutra en su sentido ordinario, como ignorancia o ausencia de conocimiento, sino en su sentido filosófico más elevado, en concordancia con la filosofía de los Upanisads.

Para comprender el verdadero significado de la palabra en este contexto, debe recordarse el proceso inicial, donde de acuerdo a la filosofía del yoga, la conciencia, la manifestación de la realidad subyacente, queda involucrada en la concepción material. La conciencia es la manifestación del alma (atman), y como tal su naturaleza trascendental está separada de la materia. Espíritu y materia son diferentes en sus naturalezas esenciales, el alma es eterna y la materia es temporal. Pero por razones que son examinadas en sutras subsiguientes, se han identificado debido a la ignorancia del ser, entendiendo el campo de su confusión en las realidades aparentes y la dualidad de la inteligencia. ¿Cómo puede el atma, que es eternamente libre y auto-suficiente, asumir las limitaciones que están involucradas en la asociación con la materia? Esta es la pregunta central que conduce al examen de las causas de la ignorancia.

Debido a la falta de conocimiento trascendental el ser cae bajo la ilusión debido a avidya, la ignorancia de su condición eterna. Así, toma lo malo como bueno, lo transitorio como lo eterno, lo impuro como lo puro, etc. Esta es la causa del condicionamiento material del alma en el terno ciclo del nacimiento y de la muerte (samsara), por lo cual tiene que reencarnar en diferentes cuerpos, hasta que pueda alcanzar la liberación. El poder inherente de esta gran ilusión es llamada Maya, “lo que no es”, la causa principal por la cual el ser es cubierto e ignora la realidad última. El yoga nos ayuda a liberarnos de avidya, la ignorancia y acerca el Ser al eterno absoluto, al Atman Supremo (parama-atma), cuya naturalidad trascendental está más allá de las limitaciones del tiempo y del espacio.

Ahondar más profundamente en la ciencia del Yoga excede la intención de esta resumida presentación informativa. Como se explica en las fuentes de la literatura védica, en el proceso de autorrealización, se debe acudir a los preceptores genuinos y a la bibliografía confiable.