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30 abr 2011

Los Nadis. Por Sri Swami Sivananda

Nadis

Los nadis son tubos construidos con materia astral y son conductores de las corrientes pránicas, los cuales pueden ser vistos, solamente, con los ojos astrales. Por consiguiente no deben ser considerados nervios. Su número alcanza a 72.000. Los nadis más importantes son Ida, Pingala y Sushumna, siendo este último el superior.

Purificación de los Nadis


"Pranayama significa la unión del Prana con el Apana.
Existen tres clases de Pranayama: espiración, inspiración y retención, las cuales están asociadas a las letras del alfabeto sánscrito para su correcta ejecución.
El Pranava es Pranayama."

Una vez que el Yogui haya logrado firmeza en su postura y preservado estricto autocontrol, a fin de disipar las impurezas del Sushumna, sentado en Padmasana e inhalando el aire por la fosa izquierda, deberá retenerlo tanto como le sea posible y entonces exhalar por la fosa derecha. Después deberá repetir el ejercicio dirigiendo el aire a través de la fosa derecha, retenerlo, y exhalar luego por la izquierda, con lo que absorberá el aire por la misma fosa por la que antes exhaló.
Las personas que practican siguiendo las reglas señaladas y a través de las fosas izquierda y derecha, lograrán la purificación de los nadis en tres meses.
Se debe practicar la cesación del aliento 80 veces por día, durante cuatro semanas al amanecer, al mediodía, al crepúsculo y a medianoche.
Al principio se produce abundante transpiración; a la mitad de la práctica, temblor del cuerpo y en la etapa final, la levitación.
Los resultados citados siguen a la represión del aliento mientras se hallen en la postura Padmasana. Cuando la transpiración fluye con esfuerzo, se deberá secar el cuerpo bien. De este. modo el cuerpo deviene firme y ágil.
La alimentación a base de leche y ghee es excelente al principio de la práctica. La aplicación de esta regla da como resultado una práctica firme y ahuyenta al Tapa (sensación ardiente) del cuerpo.
El aliento, cuando es rígidamente manejado, cae bajo control del mismo modo que los leones, elefantes y tigres son gradualmente domados.
Por la práctica del Pranayama se obtiene la purificación de los nadis, la brillantez del jugo gástrico, la agudización del oído en lo tocante a los sonidos espirituales y la buena salud.
Cuando mediante la práctica regular del Pranayama los centros nerviosos se hayan purificado, el aire fuerza con facilidad su camino a través de la boca del Sushumna, situado en el medio. El Apana y el Prana se introducen en el Sushumna por la contracción de los músculos del cuello y otro debajo de ellos. El nadi Sushumna se halla entre Ida y Pingala.
El Prana, que ordinariamente alterna entre Ida y Pingala, es retenido en prolongado Kumbhak. Es entonces cuando el Prana, juntamente con el alma, su asistente, penetra en el Sushumna -el nadi central- por uno de los tres sitios que se abren para su entrada mediante la citada retención del aliento, y en el ombligo por el nadi Saraswati, en el oeste.

Es precisamente, después de producido tal estado, que el Yogui muere para el mundo y se produce el estado denominado Samadhi.
Si el Yogui impulsa al Apana hacia arriba y fuerza el recorrido del Prana hacia abajo de la garganta, se libera de la vejez y logra la juventud propia de los 16 años.
Mediante la práctica del Pranayama, las enfermedades crónicas que desafían a los médicos alópatas, homeópatas, Aryuvédicos y Unanis, serán extirpadas de raíz.
Cabe destacar que cuando los nadis han sido purificados, aparecen ciertos signos en el cuerpo del Yogui los que evidencian agilidad, tez brillante, aumento de los jugos gástricos, delgadez y, juntamente con todo esto, una ausencia total de fatiga corporal, signos todos de purificación.

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